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Educación sexual sana para tus hijos: Un método bíblico para prepararlos para la vida
Educación sexual sana para tus hijos: Un método bíblico para prepararlos para la vida
Educación sexual sana para tus hijos: Un método bíblico para prepararlos para la vida
Ebook153 pages

Educación sexual sana para tus hijos: Un método bíblico para prepararlos para la vida

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About this ebook

Jim Burns, una autoridad respetada en lo que se refiere a la familia, bosqueja una guía sencilla y práctica para los padres sobre cómo desarrollar en sus hijos una perspectiva saludable con respecto a sus cuerpos y su sexualidad. Abarcando mucho más que solo cuándo y cómo tener «la charla», este invalorable recurso propicia el desarrollo de una «teología de la sexualidad saludable» mediante la introducción de un diálogo apropiado a la edad durante toda la vida del joven.
LanguageEspañol
PublisherZondervan
Release dateDec 24, 2013
ISBN9780829777093
Educación sexual sana para tus hijos: Un método bíblico para prepararlos para la vida
Author

Jim Burns, Ph.D

Jim Burns has escrito numerosos libros para jóvenes, líderes y padres, y es un veterano en el ministerio juvenil. Jim es también un destacado orador en eventos de entrenamiento de Especialidades Juveniles y además es el fundador del Ministerio HomeWord, cuyo enfoque es ayudar a familias a encontrar esperanza en la Palabra de Dios.

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    Educación sexual sana para tus hijos - Jim Burns, Ph.D

    CAPÍTULO UNO

    Enseña a tus hijos una sexualidad centrada en valores

    «¿CUÁNTOS DE USTEDES RECIBIERON DE SUS padres una educación sexual saludable y centrada en valores?» Esta es una pregunta que hago a los padres en todas partes. Y la respuesta siempre es la misma. En un grupo de unas cuatrocientas personas, por lo general, cuatro levantan las manos. No importa dónde esté, ya sea hablando en una iglesia o en otro lugar, la proporción se mantiene.

    Es cierto, nuestros padres no nos hablaron de una sexualidad saludable y, lamentablemente, nosotros no estamos haciéndolo mejor con nuestros hijos. Una gran mayoría de los jóvenes dice que los amigos, los medios de comunicación y las escuelas les brindan más información acerca de la sexualidad que su propio hogar. Esto no es una buena noticia, especialmente cuando todos los estudios demuestran que mientras más positiva y centrada en los valores sea la educación sexual que los niños reciban en su casa, menos promiscuos serán.

    Casi siempre el padre es la persona a quien más le importa el beneficio de su hijo cuando se trata de la sexualidad. Y tú y yo tenemos la oportunidad de brindar a nuestros hijos una educación sexual saludable que se base en lo que Dios valora. Él nos ha dado nuestra sexualidad. En el marco de las Escrituras el sexo no es algo sucio. En el contexto del matrimonio es más bien algo bello. La cultura del mundo ha abaratado el sexo, pero la perspectiva de Dios con relación a la sexualidad es maravillosa y espléndida.

    Honestamente, la función principal de las escuelas no es enseñar moral ni valores, y sin dudas tampoco debiera dejarse en manos de la última estrella del rock o magnate de los medios de comunicación. ¿Y los amigos? Ahora me río a carcajadas al recordar las cosas que mis amigos me dijeron en quinto grado en cuanto a «de dónde vienen los niños». Qué información tan equivocada y errónea.

    Aunque esta generación de padres normalmente quiere desempeñar un mejor papel en la comunicación, hay muchas mamás y papás bien intencionados que se quedan callados demasiado tiempo. La mayoría no tuvo un modelo saludable de conversación acerca de la sexualidad. Temen que hablar «de eso» les quitará a sus hijos la inocencia sexual o que los deseos sexuales de sus hijos se despertarán temprano. Algunos padres evitan sacar el tema porque pudieran preguntarles sobre sus experiencias y no se sienten muy orgullosos de cómo manejaron su propia sexualidad. A pesar de todo eso, ¡tú eres la mejor persona para enseñar a tus hijos sobre la sexualidad y las relaciones!

    La meta: Una vida de integridad sexual

    Para muchos padres la meta principal es hacer todo lo posible para que su hijo se mantenga puro/a hasta el día de su boda. Esto es maravilloso, pero yo creo que podemos y debemos hacer mucho más por nuestros hijos. Podemos ayudar a establecer en ellos una integridad sexual duradera que comience a una temprana edad y se extienda durante toda su vida, guiando su alta imagen, la manera en que tratan a las personas del sexo opuesto y la manera en que ven y disfrutan la intimidad en el matrimonio así como cuán decididos están a permanecer fieles en mente y cuerpo. Yo lo comparo con enseñar a nuestros hijos buenos hábitos alimentarios. Claro que queremos que coman bróculi, panes integrales y otras cosas buenas mientras vivan en casa, pero más que nada queremos que sigan cosechando y disfrutando los beneficios de comer saludablemente cuando se muden solos.

    Este tipo de creencia esencial en la integridad sexual no se produce con una conversación única ni por medio de una clase de educación sexual. Se desarrolla a medida que los padres instruyen, dialogan y modelan una vida de sexualidad centrada en los valores. Cuando converso con jóvenes que han crecido con integridad sexual, siempre mencionan haber tenido conversaciones constantes con sus padres que al menos en la mayoría de las veces parecían muy naturales. Aparte de la edad, los niños aprenden mejor cuando conversan y dialogan y no solo cuando los padres sermonean.

    Scott y Anne vinieron a mí en busca de consejería prematrimonial. Ambos habían estado antes en mi grupo de jóvenes. Durante una sesión hablamos de sexualidad. Me agradó saber que ambos eran vírgenes; en la actualidad no es así normalmente, incluso dentro de los cristianos. Les pregunté cómo habían escogido la integridad sexual cuando la mayor parte de su generación no lo ha hecho. Su respuesta fue reveladora. En primer lugar, dijeron que sus padres habían hablado abierta y libremente sobre asuntos relacionados con el sexo. En segundo lugar, tomaron muy en serio una promesa de pureza sexual mientras estaban en el grupo de los jóvenes de secundaria. En tercer lugar, ambos tomaron la decisión de practicar la disciplina espiritual de la abstinencia sexual aunque sí sentían fuertes deseos sexuales y no les era fácil esperar. En lo personal he visto que cuando los jóvenes como Scott y Anne se comprometen solo a la disciplina física de la abstinencia sexual, no les va también como a los que honran y aman a Dios con sus ojos, sus mentes y sus corazones así como con su cuerpo. Este compromiso total de pureza sexual es vivir de acuerdo a lo que yo denomino Código de la Pureza (se explica más detalladamente en el capítulo 2).

    La boda de Scott y Anne fue una ocasión alegre y yo me encargué de agradecer a los padres de ambos el increíble comienzo que le dieron a la joven pareja. Los padres se rieron y dijeron que no siempre fue fácil. De hecho, dijeron que algunas conversaciones fueron totalmente incómodas, pero los resultados bien valieron la pena. Y Scott y Anne iban camino a descubrir lo que las autoridades han sabido durante años: el sexo es mejor en el matrimonio. El sexo es mejor cuando las parejas tienen una relación espiritual y no es mejor cuando la pareja vive junta antes del matrimonio.¹

    Tal vez te preguntes, ¿qué tiene que ver esta historia conmigo y con mi familia? Mis hijos todavía son pequeños. En realidad, el mejor momento para hablar sobre una sexualidad saludable es cuando los niños son pequeños. Entonces es que puedes enseñar los valores saludables de una manera natural en las etapas adecuadas del desarrollo.

    Lo que nuestros hijos están enfrentando

    Para hacer lo mejor que podamos como padres necesitamos convertirnos en estudiantes de la cultura en la que están creciendo nuestros hijos. En estos días esa cultura está «envejeciendo» a los niños como nunca antes. Pasamos por la adolescencia, pero nunca tuvimos «la edad de ellos» porque son muchas las cosas que experimentan siendo tan jóvenes. Lo que en la actualidad enfrenta un niño o una niña de diez años es muy diferente de aquello con lo cual tuvimos que lidiar cuando teníamos esa edad.

    Reconozco que los padres de niños más pequeños desearían poder saltar parte de la información relacionada con la cultura que aparece aquí y que tiende a apelar a los años de la adolescencia, pero no lo hagan. El momento de ustedes está al doblar de la esquina.

    Estos son los hechos y no son nada agradables. Si no establecemos un fundamento sólido de una sexualidad sana y sin la meta de la integridad sexual, tus hijos pueden acabar en el lado equivocado de estas estadísticas.

    Los hechos²

    Casi el 60% de los jóvenes entre 16 y 18 años ha tenido relaciones sexuales.

    Casi un tercio de los niños entre trece y quince años ha tenido relaciones sexuales.

    Casi el 60% de los adolescentes sexualmente activos no usa ningún tipo de método para el control de la natalidad y la misma cantidad de muchachos nunca ha conversado ni una sola vez con sus padres acerca del control de la natalidad.

    El 90% de los muchachos encuestados cree en el matrimonio. Sin embargo, el 74% dijo que vivirían con alguien antes o en lugar del matrimonio.

    El 31% de las adolescentes vírgenes dicen que han sentido la presión de un joven queriéndolas llevar más allá.

    El 67% de los adolescentes que ha tenido relaciones sexuales ahora quisiera haber esperado.

    Más de la mitad de los jóvenes de los Estados Unidos afirma haber practicado el sexo oral antes de los 22 años.

    La edad promedio para la primera exposición a la pornografía por Internet es a los 11 años.

    Cada año se presentan tres millones de casos nuevos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) entre los adolescentes.

    En el verano del año 2000, la revista Twist hizo una encuesta en línea a 10 mil chicas, más de la mitad de ellas tenía menos de 14 años. Asombrosamente, 24% de las chicas que dijeron ser vírgenes respondieron que se habían involucrado en el sexo oral.

    Cada año hay 14,000 actos de relaciones sexuales o insinuaciones sexuales en el horario estelar de la televisión.

    Estas estadísticas son especialmente alarmantes si consideras que detrás de los números hay nombres, rostros, familias e historias. No, no todas las historias van a cambiar luego de enseñar una sexualidad saludable, pero muchas sí podrán cambiar. Los chicos de la actualidad no solo están buscando conversaciones acerca de «dónde vienen los niños». Quieren respuestas y creo que el mejor lugar para obtenerlas es de sus padres.

    Para darle un vistazo a lo que enfrentan los niños, pensé que te interesaría conocer algunas de las preguntas que recibo de jóvenes cristianos.

    ¿Hasta dónde se puede llegar?

    ¿Se puede conseguir la pastilla anticonceptiva sin que mis padres lo sepan?

    Me encontré pornografía en el Internet. Ahora no puedo evitarlo y visito esos sitios todos los días. Eso está afectando mi vida espiritual y la manera en que veo a las chicas. Creo que me he vuelto un adicto. ¿Qué puedo hacer para recibir ayuda?

    Por lo general, ¿cuán a menudo tienen relaciones sexuales las parejas casadas?

    ¿Está bien el sexo oral? Si uno participó del sexo oral, ¿todavía es virgen?

    Todas mis amigas de la escuela intermedia (excepto yo) creen que está bien tener «amigos complacientes». No quieren tener relaciones sexuales pero creen que pasar el rato no es gran cosa. ¿Cuál es su opinión?

    ¿Es la masturbación algo incorrecto?

    ¿Qué cree usted acerca de que los novios les den masajes en la espalda a las novias? A veces me parece que mi novio quisiera ir más allá de la espalda.

    ¿A qué edad tiene un muchacho su primera erección?

    ¿Es verdad que se puede contraer ETS sin tener relaciones sexuales?

    Tengo miedo del SIDA. ¿Qué puedo hacer para no contraerlo?

    ¿Me condenará Dios si tengo relaciones sexuales prematrimoniales? ¿Me perdonará?

    ¿Cree usted que esté bien que mis amigos/as y yo tengamos una fiesta de pijamas con hembras y varones siempre y

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