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La Revolucion Diabetica del Dr. Atkins: El Innovador Programa para Prevenir y Controlar la Diabetes
La Revolucion Diabetica del Dr. Atkins: El Innovador Programa para Prevenir y Controlar la Diabetes
La Revolucion Diabetica del Dr. Atkins: El Innovador Programa para Prevenir y Controlar la Diabetes
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La Revolucion Diabetica del Dr. Atkins: El Innovador Programa para Prevenir y Controlar la Diabetes

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About this ebook

Las estadísticas son asombrosas. Trece millones de americanos han sigo diagnosticados con diabetes tipo 2, y otros 5.2 millones ni si-quiera saben que la tienen. Durante los últimos treinta años, los casos de diabetes se han triplicado, y cada año, mueren aproximadamente 200,000 personas debido a complicaciones con la enfermedad. En el caso de los latinos, las estadísticas son aún más alarmantes. De los latinos que viven en Estados Unidos, se estima que hay un total de 2 millones que sufre de diabetes, y se calcula que entre hispanos, la incidencia de la diabetes tipo 2 es el dos veces más común que en los demás grupos étnicos. Pero la diabetes tipo 2 sí se puede prevenir. En La Revolución Diabética del Dr. Atkins, encontrará un programa completo que incluye numerosos menús, recetas y ejercicios especialmente diseñados para ayudarle a llevar un estilo de vida sano y lleno de vitalidad. Este innovador libro le ayudará a: Identificar su riesgo de diabetes lo antes posible Descubrir si tiene el síndrome metabólico Cambiar su estilo de vida para evitar los desequilibrios metabólicos que llevan a la diabetes Reducir sus posibilidades de tener un ataque al corazón, un derrame y algunas formas de cáncer Reducir su riesgo de desarrollar una enfermedad del corazón, bajando su nivel de triglicéridos y aumentando su HDL o colesterol ""bueno""
LanguageEspañol
PublisherHarperCollins
Release dateOct 30, 2012
ISBN9780062238047
La Revolucion Diabetica del Dr. Atkins: El Innovador Programa para Prevenir y Controlar la Diabetes
Author

Robert C. Atkins, M.D.

Robert C. Atkins, M.D., was the founder and Executive Medical Director of The Atkins Center for Complementary Medicine in New York City. His groundbreaking weight loss book, Diet Revolution, was the first major work to prescribe a low-carbohydrate diet. The revised and updated Dr. Atkins' New Diet Revolution spent more than six years on the New York Times bestseller list.

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    A must read for preventing or dealing with Type 2 diabetes.This has been very helpful and beneficial!

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La Revolucion Diabetica del Dr. Atkins - Robert C. Atkins, M.D.

Primera Parte

El Azúcar Sanguíneo y su Salud

Capítulo 1

LAS ENCRUCIJADAS DE LA DIABETES

Nos sentimos frustrados cuando somos víctimas de enfermedades como el cáncer, el mal de Alzheimer, o en mayor medida, algunos tipos de enfermedades del corazón que amenazan nuestras vidas. Sin embargo, existe una enfermedad asesina bastante común frente a la cual tenemos mucho por hacer. Quizá se soprenda, pero la diabetes de Tipo 2 es una enfermedad epidémica que puede prevenirse casi por completo. Claro, nadie elige adquirir diabetes de manera consciente. Varios factores, algunos de los cuales—pero no todos—están bajo nuestro control, se mezclan para crear el infortunado escenario. Pero si todos cuidáramos nuestro organismo y estuviéramos atentos a los factores que podemos controlar, la epidemia de diabetes no existiría. ¿Creen que estamos sobredimensionando las cosas? De ninguna manera. De hecho, lo que esperamos haber creado con este libro es una guía realista y práctica para erradicar la diabetes de Tipo 2 en todas y cada una de las personas.

De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud, en el año 2002 se pensó que un número récord de americanos—18.2 millones, equivalente al 6.3 por ciento de la población—tenía diabetes. De éstos, 13 millones fueron diagnosticados, mientras 5.2 millones probablemente tienen diabetes pero no han sido diagnosticados.¹ Ello quiere decir que millones de americanos están recorriendo a ciegas este peligroso camino. Lastimosamente, y de acuerdo a nuestra experiencia, podemos afirmar que muchos profesionales de la salud bien intencionados les dan a sus pacientes la información y la consejería usuales, que a veces terminan por perpetuar la enfermedad que se supone deben curar o prevenir. Por esta razón, el Doctor Atkins consideró que era crucial escribir este libro.

En los años 2002 y 2003, la Asociación Americana de Diabetes (ADA) redefinió y estandarizó el criterio sobre las anormalidades del azúcar en la sangre. Infortunadamente, ninguno de estos cambios sirvió para detectar esta anormalidad con mayor antelación. Nuestro objetivo es identificar a los pacientes con estos problemas metabólicos antes de que lleguen a tener el nivel oficial de azúcar en la sangre definido como diabetes.², ³, ⁴

Sin embargo, si usted sabe qué es lo que debe hacer, podrá identificar los síntomas de problemas con bastante anterioridad y actuar de forma inmediata. Si está leyendo este libro, es claro que usted está preocupado por su salud o por un ser querido. De cualquier forma, felicitaciones por leer este libro.

Le indicaremos cómo hacer cambios relativamente simples en su estilo de vida, que reducirán significativamente su riesgo de adquirir diabetes, incluso si ya tiene algunos síntomas. Y si usted ya ha sido diagnosticado con dicha enfermedad, este libro le ayudará a mitigar sus efectos o a detener su evolución.

Aunque nosotros podemos ser su guía en el camino hacia una mejor salud, es usted quien debe tomar el control de su destino, elegir las mejores opciones y ponerlas en práctica. Imagínese que está ante una encrucijada en el mapa de su vida. Usted tiene dos caminos por delante: uno conduce casi inevitablemente a la diabetes y a varios problemas de salud; el otro conduce a una salud óptima. ¿Cuál escogería usted?

EL CAMINO CORRECTO

Les hablaremos de la opción que el Doctor Atkins les recomendó a sus pacientes durante varias décadas. Ésta difiere significativamente de la que se les ha enseñado a la mayoría de los profesionales de la salud, y más bien identifica los riesgos de diabetes tan pronto como es posible, se concentra en la prevención e involucra cambios permanentes en el estilo de vida para tratar los problemas metabólicos subyacentes que conducen a la diabetes. Estos cambios en el estilo de vida pueden ser tan simples como decidir lo que usted come, que es infinitamente preferible a tomar una gran cantidad de drogas caras y potencialmente peligrosas. Aquellos que han leído otros libros del Doctor Atkins reconocerán un punto que él ha recalcado por décadas: en vez de tratar los síntomas, su enfoque corrige el problema en sí mismo.

Finalmente, esta opción disminuye o elimina la necesidad de medicamentos para su tratamiento en aquellas personas cuyas anormalidades de azúcar en la sangre están más avanzadas o para quienes ya tienen diabetes. (¿Sabía usted que, de hecho, algunos de estos medicamentos hacen más difícil perder peso? Es como un círculo vicioso.) Bien sea que usted esté comenzando a preocuparse por la diabetes o que ya haya sido diagnosticado, controlar los carbohidratos será la solución que lo sacará del camino de la autodestrucción y lo llevará al de la recuperación y a tener una salud excelente.

La decisión de mejorar su salud es obvia, pero para seguir este camino correcto—y permanecer en él—necesita instrucciones claras y un buen mapa. Esto es lo que le da el Programa Atkins™ para el Control del Azúcar Sanguíneo (PACAS), un programa altamente individualizado para el control de peso y el manejo permanente de los factores de riesgo de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Este programa funciona, y no sólo para nuestros pacientes.

Estoy de acuerdo. He sido testigo de la mejoría que le ha cambiado la vida a pacientes como esta mujer de cuarenta y cinco años de edad. Ruth L. pesaba 375 libras, tenìa un índice de masa corporal (IMC) de 60.5 y una diabetes de Tipo 2 que estaba descontrolada. A pesar de que Ruth tomaba tres medicamentos diarios para controlar su nivel de azúcar en la sangre, su hemoglobina glicada (A1C) era de 11 (más de dos veces la normal, y que mostraba muy poco control del azúcar en la sangre). El día que comenzó el programa le suspendí todos sus medicamentos para el azúcar en la sangre. Después de dos meses, su A1C había descendido a 7.7. Luego de 18 meses, había perdido 132 libras y sus resultados de laboratorio eran normales, con un A1C de 5.4. Lo cierto es que Ruth sigue sin tomar medicamentos para el azúcar de la sangre.

—MARY VERNON, M.D.

ESTADÍSTICAS MUNDIALES SOBRE LA DIABETES

La epidemia de la diabetes está creciendo a pasos agigantados alrededor del mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2000, el número total de personas en el mundo con diabetes de Tipo 2 fue superior a los 176 millones. Se estima que ese número aumentará a unos 370 millones de personas en el año 2030. Para el 2025, la incidencia mundial de diabetes en adultos se habrá incrementado en un 35 por ciento, y el número de personas con diabetes en un 122 por ciento.Los países con mayor número de diabéticos en el 2030 serán: India (unos 80.9 millones), China (unos 42 millones) y Estados Unidos (unos 30 millones).

El PACAS elabora los conceptos básicos de carbohidratos controlados a partir del famoso Método Nutricional Atkins™ y lo individualiza específicamente para personas como Ruth, que tiene o se encuentra en riesgo de diabetes y de anormalidades en el azúcar sanguíneo.

Cuando usted tome la dirección correcta, el programa le ayudará a permanecer en él y a realizar un seguimiento de su progreso a medida que supera obstáculos significativos. El PACAS incluye un programa nutricional de carbohidratos controlados; suplementos de vitaminas, minerales, otros nutrientes y ejercicio—todo esto ajustado a sus necesidades—.

Para comenzar, usted necesita saber más acerca de esta peligrosa enfermedad. Comencemos con lo básico.

¿QUÉ ES LA DIABETES?

Es definida como una afección en la que los niveles de azúcar sanguíneo o glucosa están por encima del rango normal. En la minoría de los casos esto ocurre porque su cuerpo está dejando de producir la hormona insulina, la cual lleva la glucosa a sus células, donde puede ser convertida en energía. Esto es conocido como diabetes de Tipo 1, a veces llamada diabetes juvenil o diabetes mellitus dependiente de la insulina (IDDM). En la diabetes de Tipo 1, las células beta del páncreas dejan de producir la hormona insulina, la cual es necesaria para transportar la glucosa (azúcar sanguíneo) a las células, donde es quemada para producir energía. La diabetes de Tipo 1 usualmente comienza en la niñez; actualmente, las personas con este tipo de diabetes requieren una administración de insulina y una alimentación cuidadosa de por vida a fin de preservar su vida. La diabetes de Tipo 1 es responsable del 5 al 10 por ciento de todos los casos de diabetes.¹⁰ En la mayoría de los casos, la causa de la diabetes de Tipo 1 es una enfermedad auto inmune causada por el organismo, que ataca y destruye equivocadamente las células del páncreas que producen insulina. La diabetes de Tipo 1 usualmente ataca de repente—la persona puede parecer estar bien un día y sufrir alguna enfermedad grave pocas semanas o días después.

LA DIABETES GESTACIONAL

Cada año, un 4 por ciento de mujeres embarazadas, o al menos 135,000 mujeres en los Estados Unidos, desarrollan diabetes gestacional.Si usted tiene más de veinticinco años de edad, es obesa, tiene problemas de azúcar en la sangre o de presión sanguínea, antecedentes familiares de diabetes o pertenece a algún grupo étnico, puede estar en riesgo de adquirir diabetes gestacional.

La diabetes gestacional puede ser un problema serio, ya que es posible que el bebé tenga mucho sobrepeso, lo cual causa dificultades durante el parto, incluyendo un mayor riesgo de parto por cesárea. Además, las mujeres son más propensas a desarrollar hipertensión durante el embarazo y a seguir padeciéndola después del parto.Los bebés también tienen riesgos: si están expuestos a altas concentraciones de glucosa antes del nacimiento, pueden tener problemas para mantener su nivel de azúcar en la sangre en los primeros días después del nacimiento. También son más propensos a tener problemas respiratorios y si nacen prematuramente necesitan oxígeno artificial.

La diabetes gestacional generalmente puede ser controlada por medio de la dieta y el ejercicio durante el embarazo. Los niveles de azúcar en la sangre usualmente vuelven a equilibrarse después del parto. Sin embargo, si usted tuvo diabetes gestacional, tiene un 20 a 50 por ciento de posibilidad de contraer diabetes de Tipo 2 en los cinco a diez años siguientes.Además, su bebé puede ser más propenso a tener sobrepeso y contraer diabetes más adelante en la vida, porque ha heredado sus tendencias metabólicas.

SÍNDROME POLIQUÍSTICO DE OVARIOS

Las mujeres que tienen síndrome poliquístico de ovarios (SPO) corren el riesgo de contraer diabetes de Tipo 2. Así como la diabetes, el SPO se asocia con una mayor resistencia a la insulina y una alta secreción de ésta. ¹¹

El SPO es un desequilibrio hormonal que puede causar menstruación irregular, infertilidad, aumento de peso y exceso de crecimiento de pelo. Es sorpresivamente común, se calcula que hasta el 11 por ciento de todas las mujeres de veinte a cuarenta años de edad padecen este síndrome. ¹² Afortunadamente, el SPO responde muy bien al programa de carbohidratos controlados. Muchas de nuestras pacientes con SPO vuelven a tener niveles normales de azúcar en la sangre al poco tiempo de hacer Atkins; sus otros síntomas también mejoran. Incluso, algunas pacientes quedan encinta cuando siguen el programa.

Se ha demostrado que el 35 por ciento de las mujeres con SPO podrían contraer diabetes cinco a diez veces más rápido que las mujeres que no padecen el síndrome.¹³

Puesto que la diabetes de Tipo 2 es la más común, y debido a que puede ser prevenida y tratada a través de la dieta y cambios en el estilo de vida, será el tema central de este libro. A pesar de que algunos de los consejos que aquí ofrecemos también pueden servir de ayuda a personas con diabetes de Tipo 1, cuando hablamos sobre diabetes nos referimos básicamente a la diabetes de Tipo 2.

Entre el 90 y 95 por ciento de las personas con diabetes padece la de Tipo 2, una enfermedad muy diferente a la de Tipo 1.¹⁴ En la gran mayoría de los casos de diabetes de Tipo 2 todavía se produce insulina; de hecho, puede producirse en grandes cantidades, pero las células responden más lentamente a su presencia en la corriente sanguínea. Esta respuesta lenta se llama resistencia a la insulina. Si usted tiene diabetes de Tipo 2, con el paso del tiempo y a medida que sus células se vuelven más resistentes a la señal de insulina, el azúcar sanguíneo se eleva por encima de los niveles normales. ¿Qué es lo que sucede? Es como si la insulina tocara a la puerta de las células y le pidiera a la glucosa que la dejara entrar, pero las células no le abren la puerta. Entonces la cantidad de glucosa circulante en la sangre aumenta—usted se vuelve hiperglicémico—y esto causa mucho daño. Para forzar a la glucosa a entrar a las células, su páncreas secreta más insulina. Eventualmente, el páncreas se vuelve incapaz de producir semejantes niveles de insulina, y a manera de remedio, deberá suministrarse insulina para controlar el azúcar sanguíneo.

Los Niños y la Diabetes

Hasta hace poco, la diabetes de Tipo 2 era básicamente un problema que sufrían principalmente los adultos mayores; era muy raro que niños o personas menores de cuarenta años tuviesen diabetes de Tipo 2. Sin embargo, actualmente incluso los niños están siendo diagnosticados con esta enfermedad. Algunos expertos estiman que hasta un 45 por ciento de todos los niños que han sido diagnosticados recientemente con diabetes padecen la de Tipo 2.¹⁵ Los niños contraen esta enfermedad por las mismas razonoes que los adultos: obesidad, un estilo de vida sedentario y una dieta rica en carbohidratos. Los niños con diabetes de Tipo 2 son más propensos a tener una historia familiar de esta enfermedad. Los niños con diabetes enfrentan un futuro con serios problemas de salud que probablemente reducirán sus años de vida y afectarán significativamente la calidad de ésta. Afortunadamente, como explicaremos en el Capítulo 25, el Programa Atkins para el Control del Azúcar Sanguíneo es muy efectivo para las personas jóvenes.

LO MALO DE LOS LÍPIDOS

El término lípidos sanguíneos (lípido es otra palabra para designar la grasa) es utilizado en general para describir diversos tipos de colesterol y grasa que se encuentran normalmente en la corriente sanguínea. Las personas con problemas de azúcar en la sangre o diabetes, generalmente también padecen de trastornos en sus lípidos sanguíneos. Explicaremos detalladamente el tema de los lípidos más adelante, especialmente en el Capítulo 9 (enfermedades del corazón), pero veamos ahora los principales tipos de lípidos:

Colesterol. Técnicamente, el colesterol no es una grasa. Es una sustancia cerosa muy semejante a ésta, pero la principal diferencia es que usted no quema el colesterol para obtener energía en sus células como sí lo hace con la grasa. El colesterol es esencial para su salud. Entre muchas de las funciones que ejerce en su cuerpo, se utiliza para elaborar las membranas celulares, formar la capa aislante de las células nerviosas y fabricar muchas hormonas, incluyendo las sexuales: la testosterona, el estrógeno y la progesterona.

Lipoproteína de baja densidad o colesterol LDL. Su hígado recubre el colesterol ceroso con proteínas para que pueda circular por el organismo. El colesterol LDL con frecuencia es llamado el colesterol malo—de forma simplista—porque los altos niveles de éste en la sangre se asocian estadísticamente con un incremento en el riesgo de enfermedades cardiacas.

Lipoproteína de alta densidad, o colesterol HDL. Llamado con frecuencia colesterol bueno porque lleva el colesterol de vuelta al hígado, donde puede ser procesado como bilis y ser excretado.

Triglicéridos. Son pequeñas gotitas de grasa que se encuentran en la corriente sanguínea. Los triglicéridos se almacenan como grasa corporal.

El Costo Humano

El desequilibrio metabólico aumenta sus niveles de azúcar sanguíneo y causa muchos otros problemas graves de salud, como la hipertensión, lípidos sanguíneos anormales, ceguera, gangrena en las extremidades (que conducen a la amputación) y un mayor riesgo de cáncer. ¹⁶ De hecho, la peligrosa combinación de altos niveles de insulina y de azúcar sanguíneo puede afectar todas las células de su organismo, motivo por el cual la diabetes y sus complicaciones son la sexta causa de muerte en los Estados Unidos.¹⁷

El Costo Financiero

La diabetes es muy costosa. En el 2002, los costos directos de tratamiento de la enfermedad fueron de $92,000 millones sólo en los Estados Unidos. Los costos indirectos ocasionados por discapacidad, trabajo perdido y muerte prematura, fueron de $40,000 millones adicionales, aumentando el costo total de la diabetes a $132,000 millones en sólo un año.¹⁸

Y el precio pagado por las personas con diabetes y sus familias, el cual es devastador en lo que a calidad de vida se refiere, es peor aún que el costo monetario.

FACTORES DE RIESGO DE LA DIABETES DE TIPO 2

La acumulación gradual de varios factores de riesgo conduce a un largo camino que desemboca en diabetes. Esos factores de riesgo son:

Obesidad. De todos los factores de riesgo de diabetes, el mayor es tener sobrepeso o ser obeso. El riesgo es mucho mayor si su exceso de peso se acumula alrededor de su abdomen. Pero en general, cuanto más pesado esté, mayor será su riesgo.

Dieta. Una dieta rica en carbohidratos de baja calidad y con un alto índice glicémico, especialmente los alimentos azucarados y almidonados, contribuye fuertemente a la obesidad y a la diabetes.

Vida sedentaria. La falta de ejercicio y un mal estado físico son los mayores factores de riesgo de la diabetes. Un estilo de vida sedentario incrementa la resistencia a la insulina y contribuye a la obesidad y a la pérdida de masa muscular.

Herencia. Tener un pariente cercano, especialmente un papá o un hermano con diabetes de Tipo 2, incrementa el riesgo. Pero no piense que está a salvo si no tiene antecedentes familiares: Hemos visto muchos pacientes, incluso algunos muy jóvenes, que van camino a la diabetes debido a su dieta y estilo de vida poco saludables.

Factores étnicos. Algunos grupos étnicos, incluyendo los afroamericanos, asiáticoamericanos, latinoamericanos, indígenas americanos e isleños del Pacífico tienen una gran incidencia de diabetes de Tipo 2.

Historia de la diabetes gestacional. Las mujeres que han tenido diabetes gestacional o que han tenido un bebé que haya pesado más de nueve libras son más propensas a contraer diabetes de Tipo 2 en el futuro.

Síndrome metabólico. También conocido como el síndrome X, este grupo de síntomas incluye obesidad abdominal, hipertensión y lípidos anormales, que son señales de un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, prediabetes y diabetes.

Azúcar sanguíneo alto. Si usted tiene altos niveles de azúcar sanguíneo, tendrá un mayor riesgo de contraer esta enfermedad con el paso del tiempo así sus niveles sean inferiores a los de una persona diabética. Mientras tanto, los múltiples daños ocasionados por los niveles de azúcar en su sangre ya han empezado su peligrosa evolución.

Lípidos sanguíneos anormales. La combinación de triglicéridos altos y colesterol HDL bajo es una importante señal de advertencia de que usted puede tener un metabolismo anormal del azúcar sanguíneo.

Hipertensión. El azúcar sanguíneo alto y la hipertensión suelen ir de la mano. Cada uno de estos factores es señal de advertencia del mismo problema metabólico subyacente.

Edad. Envejecer incrementa el riesgo de diabetes de Tipo 2, especialmente si se combina con cualquier otro factor de riesgo.

En los últimos capítulos de este libro analizaremos en detalle estos factores de riesgo y lo que usted puede hacer al respecto. Por ahora, lo más importante es recordar que la diabetes de Tipo 2 casi siempre tarda años en desarrollarse y está relacionada principalmente con el sobrepeso. La mayoría de las personas tienen más de un factor de riesgo y síntomas que aparecen mucho antes que la diabetes sea diagnosticada. Ésta es una tragedia y a la vez una esperanza para este problema metabólico. Es una tragedia, porque a menudo los síntomas tempranos son ignorados, hasta que la diabetes se desarrolla—para ese entonces, el proceso que lleva a la diabetes de Tipo 2 puede haber resultado en un daño serio. Pero es también una esperanza, porque mientras más pronto se reconozcan esos síntomas tempranos y se ponga en acción el Programa Atkins de Control del Azúcar Sanguíneo (PACAS), más pronto puede aumentar sus posibilidades de detener esta devastadora enfermedad.

¿CUAL ES SU RIESGO DE CONTRAER DIABETES?

Responda este cuestionario para tener una idea:

Mientras más respuestas afirmativas tenga, mayor será la posibilidad de que usted contraiga diabetes o de que ya la tenga. Si ha respondido afirmativamente a más de cinco respuestas, hable con algún médico lo más pronto posible para saber si tiene diabetes.

Capítulo 2

EL CAMINO EQUIVOCADO: UN LARGO RECORRIDO HACIA LA DIABETES

El largo y lento proceso del desarrollo de la diabetes de Tipo 2 puede tomar años. Los síntomas pueden desarrollarse tan gradualmente que usted no los nota, al menos no inicialmente. De hecho, muchos casos de diabetes son diagnosticados sólo porque la persona fue al médico por otra dolencia. Su organismo puede tener problemas para regular la insulina y los niveles de azúcar en la sangre mucho antes que usted pueda notar cualquier síntoma de diabetes.

COMPRENDA EL PROBLEMA DEL AZÚCAR EN LA SANGRE

Hemos utilizado los términos glucosa sanguínea y azúcar sanguíneo varias veces, y lo seguiremos haciendo. Veamos más de cerca la glucosa y la forma en que la utiliza el cuerpo. Es una forma simple del azúcar, uno de los combustibles primarios del organismo para obtener energía, y se deriva primordialmente de los carbohidratos. (La grasa es la fuente adicional de energía que tiene su cuerpo.) Así, la glucosa sanguínea es la cantidad de azúcar presente en la corriente sanguínea en un momento dado. Esta cantidad puede variar un poco a lo largo del día; generalmente es más alta después de las comidas, y más baja entre éstas. En circunstancias normales, el cuerpo también puede elaborar glucosa a partir de las proteínas dietarias, de tal forma que su nivel de azúcar sanguíneo pueda mantenerse.

Aunque los términos glucosa sanguínea y azúcar sanguíneo se utilizan a menudo de forma intercambiable, la glucosa y el azúcar no son exactamente la misma cosa. Pero ya que la glucosa y el azúcar de la sangre son términos utilizados para describir la cantidad de glucosa en su corriente sanguínea, utilizaremos los dos términos alternativamente.

Si su mecanismo de azúcar sanguíneo funciona normalmente y usted come alimentos ricos en carbohidratos, como un plato de espaguetis, su cuerpo comienza a convertir la pasta almidonada en glucosa en el instante en que entra a su boca. (Usted mismo puede comprobar esto si mastica un espagueti cocido y lo mantiene un momento en la boca. A medida que las enzimas de su saliva comienzan a disolver los carbohidratos, notará un leve sabor azucarado.) El carbohidrato sigue siendo disuelto por su sistema digestivo, pero un poco de glucosa entra a la corriente sanguínea casi inmediatamente.

¿CÓMO DEBERÍA SER?

Cuando su azúcar en la sangre comienza a elevarse, el páncreas libera la suficiente cantidad de insulina para contrarrestarla. El organismo prefiere mantener el nivel de glucosa dentro de un rango medianamente estrecho, de modo que libera insulina rápidamente para llevar la glucosa dentro de las células, donde puede ser convertida en energía. Si hay más glucosa de la que pueden manejar las células, el organismo almacena esa cantidad adicional como glucógeno en el hígado y en las células musculares, para futuras necesidades energéticas. Una vez que las zonas de almacenamiento de glucógeno están llenas, cualquier glucosa restante se almacena como grasa corporal.

Normalmente, después de ingerir una comida que contiene proteína, grasa y carbohidratos, usted esperaría que la glucosa y la insulina aumentaran como es debido y luego disminuyeran lentamente durante las horas siguientes, sin mayores cambios que puedan tener consecuencias.

Así es como debería funcionar. Sin embargo, si usted está en riesgo de contraer diabetes, su azúcar sanguíneo e insulina pueden comenzar—de forma gradual—a desequilibrarse mutuamente. Es un proceso lento que ocurre por etapas y en donde las dos sustancias se funden una con otra de modo imperceptible.

HITOS EN EL CAMINO HACIA LA DIABETES

A pesar de que la evolución hacia la diabetes es lenta y peligrosa, el Doctor Atkins observó, luego de evaluar durante décadas a pacientes con anormalidades del azúcar en la sangre, que ésta puede dividirse en seis etapas diferentes. Sus observaciones son similares a aquellas realizadas por otros investigadores en esta área.¹ Las primeras seis etapas son consideradas como hitos en el camino hacia la diabetes:

Resistencia de las células a la insulina.

Resistencia a la insulina con hiperinsulinemia (producción de gran cantidad de insulina).

Resistencia a la insulina con hiperinsulinemia e hipoglicemia reactiva (baja azúcar en la sangre).

Resistencia a la insulina e hiperinsulinemia con trastornos en la tolerancia a la glucosa (ahora llamada prediabetes).

Diabetes de Tipo 2 con resistencia a la insulina, y una alta producción de insulina.

Diabetes de Tipo 2 en la que no hay producción de insulina o es extremadamente baja.

Discutiremos en mayor detalle estas seis etapas en el transcurso de este libro, comenzando por las primeras tres etapas de resistencia a la insulina, a medida que empeora y lleva a la producción excesiva de insulina e hipoglicemia.

LA EVOLUCIÓN DE LA RESISTENCIA A LA INSULINA

Los primeros pasos en el camino de la diabetes usualmente comienzan con un consumo excesivo de carbohidratos o con una dieta rica en azúcares que conduce a un exceso de glucosa que está siendo acumulada como grasa. ¿Cuál es el resultado? El aumento de peso. A medida que usted sube de peso se vuelve gradualmente resistente a la insulina, lo que significa que sus células comienzan a responder menos a los efectos de la insulina. ¿Por qué? Es una muy buena pregunta, y a pesar de su importancia, la ciencia médica todavía no tiene una buena respuesta. (Actualmente muchos investigadores creen que una de las causas subyacentes es la inflamación, pero recién se está comenzando a comprender cuál es el origen de ésta.) ², ³, ⁴

Su resistencia a la insulina será mayor a medida que acumule grasas. Aunque no todo el que tiene sobrepeso es resistente a la insulina, cuanto más sobrepeso tenga, mayor probabilidad tendrá a ser resistente a la insulina. Por otro lado, en algunas personas la resistencia a la insulina comienza con un peso corporal normal y puede empeorar debido a una dieta rica en carbohidratos, aunque el peso corporal se mantenga normal. Para estas personas, la resistencia a la insulina quizá se deba a factores genéticos o a otros que aún no se han comprendido bien. Afortunadamente, un estilo de vida de carbohidratos controlados beneficia a casi todas las personas que sean resistentes a la insulina, así tengan sobrepeso o no. Esto se debe a que si se controlan los carbohidratos, las células recobrarán su capacidad para responder apropiadamente a la insulina, incluso si el paciente no necesita perder peso.⁵, ⁶

Para compensar la resistencia a la insulina, el páncreas secreta insulina adicional en un intento por forzar a las células a recibir glucosa y a mantener su azúcar sanguíneo dentro del rango normal, es decir, lo que los médicos denominan como hiperinsulinemia, un exceso de insulina en la sangre. Lo que ocurre luego es que el leve aumento y caída de glucosa e insulina en su corriente sanguínea se desequilibra después de una comida. Para reducir los altos niveles de glucosa, el páncreas produce una gran cantidad extra de insulina.

Con el paso del tiempo, su azúcar sanguíneo y su producción de insulina se desequilibran cada vez más. El azúcar de su sangre se eleva, el aumento de insulina tarda más, y cuando esto ocurre, usted produce más insulina de la necesaria. Cuando finalmente la insulina es producida, su glucosa disminuye por debajo del nivel normal, causando una hipoglicemia reactiva o un bajo nivel de azúcar sanguíneo.

Si usted tiene hipoglicemia, podría experimentar varios síntomas, incluyendo incrementos y disminuciones en sus niveles de energía, temblores, irritabilidad e incluso dificultad para pensar con claridad. Probablemente también sentirá ansias de sus carbohidratos favoritos, a medida que el organismo intenta elevar de nuevo el nivel de azúcar sanguíneo, lo que lo subirá de nuevo en la montaña rusa del azúcar sanguíneo. El caso más dramático en este aspecto entre los pacientes del Doctor Atkins fue el de Warren S., de treinta y cinco años de edad, quien acudió a él porque las fluctuaciones del azúcar sanguíneo estaban causándole ataques de pánico, mareos, dolores de cabeza y otra serie de síntomas molestos. Dos semanas después de haber comenzado con el programa de control de carbohidratos, le dijo al Doctor Atkins: Soy una persona diferente. Y lo era, sus síntomas habían mejorado casi de inmediato.

HACIA LA PREDIABETES

Las primeras tres etapas de la evolución hacia la diabetes pueden durar meses o incluso años, antes de que usted pase a la siguiente. Sin embargo, después de un tiempo, ni aún toda esa insulina adicional puede hacer que la glucosa entre en las células. La cantidad de azúcar en su sangre comienza a subir más allá de lo normal. Para entonces, habrá alcanzado la cuarta etapa: usted no sólo tendrá hiperinsulinemia sino también hiperglucemia, es decir, altos niveles de azúcar sanguíneo. Lo que algunas personas desarrollarán luego es lo que se llama una curva de altibajos. Una o dos horas después de comer un alimento rico en carbohidratos, el azúcar se eleva más de lo debido, causando síntomas tales como la somnolencia o un fuerte deseo de hacer una siesta. Esto es seguido por un fuerte aumento en la producción de insulina, la cual causa hipoglicemia, con los síntomas descritos anteriormente. Esta etapa, en la que el azúcar sanguíneo sobrepasa temporalmente los 140 mg/dL (miligramos por decilitro) dos horas después de una prueba de tolerancia a la glucosa, pero es inferior a los 200 mg/dL, se denomina como mala tolerancia a la glucosa. (En el Capítulo 6, Diagnóstico: Diabetes, explicaremos en mayor detalle cómo medimos los niveles de azúcar y cuál es su significado. )

A medida que la afección aumenta, su azúcar sanguíneo en ayunas (la cantidad de azúcar en su sangre después de ocho o doce horas de ayuno) comenzará a aumentar lentamente. Si su azúcar sanguíneo en ayunas alcanza un nivel entre 100 mg/dL y 125 mg/dL, quiere decir que usted tiene trastornos de glucosa en ayunas o prediabetes. El Doctor Atkins observó que los individuos que tienen esta afección también podrían tener niveles de azúcar sanguíneo por encima de lo normal después de ingerir una comida rica en carbohidratos. Florence S. es un buen ejemplo. A la edad de sesenta y un años, con 5 pies y 3 pulgadas de estatura, pesaba 141 libras. Tenía síntomas de síndrome metabólico y tomaba varios medicamentos para la hipertensión y los lípidos anormales. Durante la prueba de tolerancia a la glucosa (TTG), su azúcar en ayunas estaba en 114, síntoma de prediabetes; media hora después del TTG, su nivel de azúcar era de 198, una hora después era de 215, dos horas después era de 173, tres horas después era de 83, cuatro horas después era de 76 y cinco horas después era de 89. Como usted aprenderá más adelante, este patrón de azúcar sanguíneo es lo que el Doctor Atkins denominó como curva de altibajos.

Si tiene tolerancia anormal a la glucosa o glucosa alterada en ayunas, usted padece lo que se conoce como prediabetes. Y esto es delicado, tanto que tendremos que dedicar todo el Capítulo 5 a hablar de la prediabetes y de la incidencia en su salud.

A menos que se tomen medidas para detener el ciclo subyacente de resistencia a la insulina y de hiperinsulinemia, el mecanismo compensatorio de la sobreproducción de insulina seguirá funcionando. A medida que su resistencia a la insulina se vuelve más severa, sus niveles de azúcar sanguíneo se harán cada vez más difíciles de controlar y su páncreas se afectará progresivamente. Sin una intervención apropiada, usted pasará de la prediabetes hacia la siguiente etapa: la diabetes de Tipo 2.

LLEGANDO A LA DIABETES

La etapa 5 representa una fase temprana de la verdadera diabetes. En esta etapa, su azúcar sanguíneo en ayunas usualmente está en 126 mg/dL o más, y su azúcar sanguíneo después de las comidas estará por encima del rango normal. En este punto, la mayoría de las personas continúa teniendo niveles altos de producción de insulina, combinado con resistencia severa a la misma.

Si no se toman medidas drásticas, las grandes cantidades de insulina que su páncreas tiene que producir eventualmente llevarán a una pérdida de la función de las células beta pancreáticas. De hecho, esta función podría verse tan afectada que su páncreas produciría poca o nada de insulina, en cuyo caso usted requeriría una administración diaria de insulina para sobrevivir. Cuando esto ocurre, usted habrá alcanzado la etapa 6: la diabetes insulino-dependiente.

En muchos casos, y sólo luego de que usted ha llegado a estas dos últimas etapas, se hace finalmente un diagnóstico de diabetes de Tipo 2 y será difícil ignorarlo, pues el azúcar sanguíneo en ayunas estará dentro del rango diabético de 126 mg/dL o más, y se dan los síntomas clásicos de incremento de sed, hambre y micción. También puede presentarse una pérdida de peso inexplicable y visión borrosa. En ese caso, la resistencia a la insulina, la hiperinsulinemia y la hiperglucemia habrán estado presentes por mucho tiempo, tal vez durante años, haciendo daño de forma silenciosa.

¿ES USTED UN DIABÉTICO NO DIAGNOSTICADO?

De acuerdo con la Asociación Americana de Diabetes, de los 18 millones de americanos con diabetes de Tipo 2, de 5 a 8 millones no saben que la padecen. Le diremos por qué es tan importante un diagnóstico temprano: la retinopatía (un daño de los vasos sanguíneos de los ojos), comienza a desarrollarse al menos siete años antes de hacerse el diagnóstico clínico de diabetes de Tipo 2, con base en los síntomas o en exámenes estándar de la sangre.⁷, ⁸

Algunos diabéticos que desconocían tener esta enfermedad sabrán que la padecen de una forma desagradable, cuando estén en la sala de emergencias con un ataque cardiaco, un derrame, una enfermedad renal u otros problemas vasculares. Otras personas sabrán la verdad cuando visiten al médico por otra dolencia y un examen de sangre rutinario revele su enfermedad. ¿Podría ser usted uno de ellos?

Ser diagnosticado con glucosa alta en ayunas es como cuando una mujer está embarazada: los síntomas se verán rápidamente. Eso fue lo que le sucedió a una paciente llamada Donna G. Había transcurrido menos de un año cuando su médico le dijo que tenía azúcar sanguíneo alto en ayunas, hasta cuando vio al Doctor Atkins para que le tratara su diabetes, que era de Tipo 2 y la tenía muy elevada. Si ella hubiera comenzado con el Programa Atkins cuando le diagnosticaron glucosa sanguínea alta por primera vez, no habría llegado hasta ese punto. Pero haber seguido el Programa le ha ayudado un poco. Su glucosa en ayunas ha sido estable, alrededor de 100 mg/dL en los últimos años.

EL AZÚCAR SANGUÍNEO SEGÚN LAS CIFRAS

De acuerdo con la Asociación Americana de Diabetes, las definiciones de glicemia (azúcar normal y anormal) son:

Azúcar Sanguíneo Normal en Ayunas (FBS). Aunque puede haber variaciones en los exámenes de laboratorio, el FBS normal está en un rango de 65 a 99 mg/dL (miligramos por decilitro), después de un ayuno de entre 8 y 12 horas. La medición sólo será exacta si usted no ha ingerido alimentos ocho horas antes del examen de sangre.

Glucosa Anormal en Ayunas (IFG). Es un nivel de glucosa sanguínea de entre 100 y 125 mg/dL (5.5 a 6.9 mmol/L—milimoles por litro—) después de un ayuno de al menos ocho horas. Si usted tiene IFG, entonces tiene prediabetes.

Tolerancia Anormal a la Glucosa (IGI). Usted tendrá esta anormalidad si dos horas después de ingerir una comida de prueba rica en carbohidratos su azúcar sanguíneo ha subido por encima de los 140 mg/dL pero se mantiene por debajo de 200 mg/dL. Si usted presenta tolerancia anormal a la glucosa, también tendrá prediabetes, tenga azúcar o no sanguíneo anormal en ayunas.

Diabetes. El azúcar sanguíneo en ayunas en 126 mg/dL o más, en dos mediciones después de ayunar durante por lo menos ocho horas, es síntoma de diabetes. Una medición alternativa es un nivel de azúcar sanguíneo posprandial de 200 mg/dL o más dos horas después de una comida rica en carbohidratos en dos días distintos, o resultados similares las dos horas durante un examen oral de tolerancia a la glucosa.

Los parámetros médicos actuales dicen que si usted tiene alguno de los factores de riesgo de diabetes, su médico debe revisar regularmente su nivel de azúcar sanguíneo en ayunas. Pero si ha puesto atención, ahora sabe que en el momento en que su azúcar sanguíneo en ayunas esté alto, el daño ya habrá comenzado. (Describiremos los exámenes para detectar las anormalidades del azúcar sanguíneo en el Capítulo 6: Diagnóstico: Diabetes).

La marcha progresiva hacia la diabetes y hacia el deterioro lento de la salud pueden parecer inevitables. ¡Pero no es cierto! Es posible frenar una evolución hacia la diabetes sin importar en qué nivel se encuentre. Mientras más pronto, mejor, pero así usted haya alcanzado la etapa 6 de la diabetes, el Programa Atkins para el Control del Azúcar Sanguíneo puede ayudarle a manejar la enfermedad y contribuir a detener algunas de sus peores consecuencias. Por favor siga leyendo, pues de esto se trata éste libro.

¿TIENE UN PROBLEMA DE AZÚCAR EN LA SANGRE?

Los efectos de la montaña rusa del azúcar en la sangre sobre su salud y su bienestar son claramente predecibles. Compare sus síntomas con la siguiente lista de los más comunes, propios de un azúcar anormal en la sangre. Evalúe cada síntoma según la forma en que lo sienta:

0 = nunca

1 = muy moderado y/o ocasionalmente

2 = moderado y/o hasta dos veces a la semana

3 = severo y/o más de dos veces a la semana

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Sume cada columna y luego multiplique la suma por el número indicado arriba de esa columna. Ahora sume todos los números. Recuerde, todas las respuestas en la columna 0 son iguales a 0. Si su calificación es 12 o más, probablemente usted está experimentando algunos problemas de azúcar en la sangre. Por favor, consulte con su médico sobre este asunto, especialmente si también tiene cualquiera de los factores de riesgo de diabetes.

UNA NUEVA VIDA SIN MEDICAMENTOS

Luego de una interrupción de treinta años, Ann McKay ha vuelto a seguir el mismo programa con el que tuvo éxito, y que le está ayudando a recobrar su salud.

NOMBRE: Ann McKay

EDAD:57 años

ESTATURA: 5 pies,

0 pulgadas

PESO ANTERIOR: 247 libras

PESO ACTUAL: 205 libras

Toda la vida he tenido serios problemas de peso. De hecho, seguí el Programa Atkins por primera vez hace treinta y dos años, cuando se publicó el libro original del Doctor Atkins, La Revolución Dietética del Doctor Atkins. Soy una enfermera certificada y en ese momento me encontraba trabajando en una unidad de cirugía. A pesar de que me estaba yendo bien con Atkins—perdía peso y me sentía bien—los cirujanos con los que trabajaba se oponían vehementemente al Programa. Constantemente me decían que me iba a enfermar y que mis riñones iban a sufrir un fuerte daño. Atkins era un concepto muy nuevo en ese momento y pensé: Bueno, ¿y si ellos están en lo cierto? Así que luego de doce semanas dejé el Programa. Desde entonces, y durante treinta años, he hecho todas las dietas que existen, sin ningún éxito real.

En 1991, me pusieron en un tratamiento con Lupron (un medicamento) y me hicieron una histerectomía. Desde ese momento en adelante, mi problema de peso sólo empeoró. No importaba qué tan poco comiera, qué dieta intentara, no podía perder nada de peso.

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ANTES

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DESPUÉS

Hace dos años pesaba 247 libras—sólo mido cinco pies—y era talla 26. También descubrí que mi nivel de azúcar era de alrededor de 170 mg/dL. Cuando hablé con mi médico acerca de esto, me dijo que siguiera la dieta de 1,500 calorías diarias recomendada por la Asociación Americana de Diabetes (ADA). Yo le dije: Bueno, he estado haciendo una dieta de 1,000 calorías casi toda mi vida, de una forma u otra, y no ha funcionado.

Estuve hospitalizada en la década de los setenta por mi problema de peso, y me pusieron en una dieta de 700 a 800 calorías diarias. Recuerdo que esperaba mi snack de soda Tab y palitos de apio que me traían a las ocho en punto. Era realmente triste. Estuve allí tres semanas y media y aumenté 5 libras.

Luego de esa experiencia, y no queriendo someterme a otra dieta baja en calorías, le pregunté a mi médico: ¿Qué tal Atkins?, y él dijo, ¡Oh, acabo de perder 40 libras con Atkins! Pero no te la recomiendo. Aparentemente estaba muy preocupado por mi historia médica, pues he tenido algunos problemas graves de salud. Creo que él no quería hacerme todos los exámenes que pensaba serían necesarios si yo seguía el programa Atkins. Entonces me dio la dieta de 1,500 calorías de la ADA y me dijo: Ensaya ésta por dos semanas. Vuelve y decidimos cuál puedes comenzar. Yo sabía lo que quería decir: Me recetaría medicamentos para la diabetes.

Estaba muy enfadada cuando llegué a casa. Sabía que tenía el número telefónico del Centro Atkins en algún lugar y comencé a buscarlo en mis papeles. Cuando llamé, me contestó una enfermera y me desahogué con ella. Acabo de salir del consultorio de mi médico y estoy muy enfadada y furiosa, le dije. "Sé que quiere tratarme con medicamentos para la diabetes. Además, lo he estado visitando para que me trate mi hipotiroidismo y siento que no lo está enfocando como es debido. Todos mis niveles hormonales son normales pero sé que algo anda mal con mi tiroides. Le pregunté si el Doctor Atkins todavía atendía pacientes; me dijeron que sí y suspiré de alivio. Ese día ella me envió un fax con un cuestionario, lo llené, y tres semanas después tuve mi cita. Me hicieron exámenes de laboratorio durante todo un día y al día siguiente vi al Doctor Atkins.

Me gustó el Doctor Atkins de inmediato. Me recordaba los tiempos de la medicina cuando yo era niña. Él era firme y seguro de sí mismo. Su situación médica es compleja, dijo él, y habría podido mejorarse desde hace varios años. Me hizo varias preguntas, observó mi plan de alimentación y me dijo que debía ir al Centro Atkins una vez al mes para un chequeo. Entonces, durante los siguientes seis meses, fui cada mes, un gran compromiso si se tiene en cuenta que me tardo tres horas y media para llegar allí. Afortunadamente, mi esposo estaba dispuesto a levantarse a las seis de la mañana para llevarme.

Cuando el Doctor Atkins me vio por primera vez, mi nivel de azúcar en la sangre era de 179, mi colesterol estaba en 215, mis triglicéridos en 158, mi HDL en 41 y mi LDL en 142 y mis otros resultados de laboratorio también estaban excesivamente descontrolados. Tal como lo había sospechado, mi tiroides no estaba bien, y el Doctor Atkins me suspendió los medicamentos y me puso en un tratamiento con sustancias naturales. Cuando lo visité por última vez, mi tiroides se había normalizado, mi colesterol había bajado a 160, mi azúcar sanguíneo estaba dentro del rango normal y los demás exámenes de laboratorio habían bajado de altos niveles de riesgo a unos normales. Yo peso 205 libras—42 libras menos de lo que pesaba antes—y sigo perdiendo aproximadamente ¼ de libra semanal. He perdido 72 pulgadas y ahora soy talla 16 o 18. Ha sido un proceso muy lento, pero hay que tener en cuenta el panorama general. Lo que importa no es tanto el cambio en mi peso, sino las mejorías en mi azúcar sanguíneo y en mi colesterol. Los exámenes de laboratorio que me hicieron recientemente mostraron que mi azúcar sanguíneo en ayunas era de 96, mi colesterol era de164, mis triglicéridos eran de 72, el HDL era de 55 y mi LDL era de 95. El Doctor Atkins me dijo que cuando lo consulté por primera vez, yo estaba a tres meses de sufrir un paro cardiaco.

Gracias a Atkins, ahora hago ejercicio y puedo subir y bajar las escaleras de mi casa sin quedarme sin aire. Lo mejor de todo es que a la edad de cincuenta y siete años tengo una sensación de bienestar general que nunca antes tuve. También me gusta lo que veo en el espejo. Recientemente estaba haciendo maletas para un viaje a la Florida y me probé un top que era talla 2X o algo así. Me di vuelta y le dije a mi esposo, ¡Mira lo grande que se me ve! Él me sonrió y dijo, Se te iluminó la cara al decirlo. Guardaré ese top como recuerdo para nunca volver a esa talla.

Nota: Sus resultados individuales pueden ser diferentes de los que se muestran aquí.

Capítulo 3

SOPESANDO EL FACTOR DE RIESGO NÚMERO UNO

Como lo hemos señalado, el camino hacia la diabetes es largo y en cualquier momento usted puede volver a inclinar la balanza a su favor y detener la evolución. Esto se debe a que usted tiene un buen control sobre la mayoría de los factores de riesgo de diabetes. Las señales de alarma están a su alcance si usted tiene el conocimiento y la conciencia para reconocerlos. De hecho, si este libro realmente le ayuda a percibir estas señales antes de que usted o su médico lo hayan notado, habrá valido la pena la compra de este libro.

El riesgo número uno de desarrollar la diabetes, tanto para mujeres como para hombres, es la obesidad. Aunque no hay que ser obeso para ser diabético.¹ En las mujeres existe una clara relación entre el aumento de peso, la edad y el riesgo de contraer diabetes mellitus de Tipo 2. Mientras más joven sea la mujer cuando comienza a aumentar de peso, mayor será su riesgo de adquirir diabetes a lo largo de su vida. La buena noticia es que los estudios demuestran que las mujeres con sobrepeso que adelgazan pueden disminuir el riesgo.²

Los hallazgos encontrados sobre los hombres muestran las mismas tendencias. El Health Professionals Study (Estudio de los Profesionales de la Salud) de carácter longitudinal observó la relación entre

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