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Comentario sobre el visionado de La Jete (1962, Marker) La Jete es la clausura.

Lo evidente es la clausura del espacio, pero tambin -y tal vez esto sea su costado ms aterrador- es la clausura de la memoria. Pero por otro lado, es tambin la prueba de que no podemos escapar de la variable tiempo (donde tal vez resida, en esa historia, la nica grieta para que la memoria se abra paso, reponga y vuelva a erigirse como ese repositorio y alimento vital...). Dicho esto, tomemos la realidad que el mediometraje muestra, y sealemos que es la cancelacin de ese dispositivo planteado en clase (es decir, essa dinmica que incluye una dimensin afectiva, otra imaginativa, otra informacional y otra de memoria que se materializa en el lenguaje). Esto hace de ese universo un llamado urgente, apremiante, insoslayable a que esa falta se restaure. Y esa es la labor del intelectual: lograr fluidez en esas funciones (esto no es slo su 'trabajo' -poner el lenguaje a resolver y a jugar aqullas dimensiones-, sino la misma justificacin de su existencia: En otras palabras, esa labor hace que su existencia tenga una justificacin social concreta y que no sea un triste miembro de un cenculo de eruditos... una posicin abyecta en una sociedad que necesita tanto de esa labor). Volvamos al muelle. Tomemos ahora una pocas lneas para pensar una de las posibles consecuencias de esa realidad que exhibe Chris Marker (nos referimos en concreto, a ese mundo donde la memoria fue borrada, la capacidad informacional est anulada dado que el individuo tiene 'implantadas' unas imgenes mentales, y solamente conserva su afectividad (creemos que el ansia, deseo, ternura que el protagonista siente por la mujer -fuese ella real o 'implantada'- es un sentimiento cierto). Recuperado esto, vayamos a esa lnea de relato que dice: 'el sujeto no enloquece, sufre'. La Jete es, sin duda, una de las tantas cosas que existen y son peores que la muerte. Y no obstante ello, an nos muestra algo peor: esa realidad ms amarga que la locura (el loco, an cuando viva en estado de disolucin del lenguaje, conserva un espacio para refugiarse del sufrimiento: su delirio); pero em el caso del protagonista del mediometraje, quien perdi las funciones simblicas que mencionamos, no tiene el refugio de la locura. Slo se lo retira ese mundo simblico y sufre. Slo sufre. Y muere.

Mara Celeste Gigli Box


mcgb_br@yahoo.com.br

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