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Plantas aromáticas:

Son las que tienen en toda la planta o en alguna parte de ella un aroma que las clasifica,
como consecuencia de tener en los tejidos de sus ramas, hojas o flores una esencia o
aceite.

Principios activos

Hasta el año 1800, aproximadamente, apenas se había progresado en el campo de la


fitoquímica. Solo se conocían unas cuantas sustancias, como el azúcar de caña, almidón,
alcanfor y ácido benzoico, debido a que su preparación era sumamente sencilla.

Mezclas complejas, como grasas, aceites, esencias, breas y resinas, se habían utilizado y
elaborado, aunque prácticamente no se sabía nada acerca de su composición.

Los primeros investigadores en el campo de la fitoquímica no llegaron a apreciar la


extrema complejidad de las materias con que realizaban sus investigaciones y
carecieron, casi por completo, de las técnicas necesarias para conseguir un proceso
auténtico.

En el siglo XIX, los progresos alcanzan mayor rapidez. En 1803 se aísla el primer
alcaloide, la narcotina, y le siguieron rápidamente muchos otros, como morfina,
estricnina, emetina.

No todos los componentes químicos elaborados por la planta, poseen igual interés para
la fitoquímica. Los denominados "principios activos" son frecuentemente alcaloides o
heterósidos; ambos merecen, por ello , especial atención.

Otros grupos, como los glúcidos, grasas y proteínas, tienen importancia dietética y
muchos, como los almidones y las gomas, se emplean en técnica farmacéutica, aunque
carecen de señalada acción farmacológica.

Los Aceites Esenciales son productos químicos que forman las esencias odoríferas de
un gran número de vegetales. Cualquier perfume, al ser inspirado produce un efecto
alquímico instantáneo y cada uno de los aromas puede influir de distintas formas en los
mundos sutiles. Estos aromas pueden transferirse por medio de perfumes, óleos,
sahumerios, inciensos...

Recolección y secado:

Debemos asegurarnos de la autenticidad de las plantas que hemos recogido, de las


condiciones en que viven y de la época más propicia para recolectarlas.
Después de recolectadas, deberemos desecarlas. En general, conviene que la desecación
sea rápida, para que los fermentos contenidos en los vegetales no alteren los principios
activos. No se deberán amontonar las plantas en
los secaderos, sino extenderlas lo más posible,
sobre una rejilla, sobre cañizos, encima de una
tela de saco o un tablero de madera, etc., en
lugar ventilado, generalmente a la sombra.

Las especies desecadas en buenas condiciones


conservan el color verde de cuando estaban
frescas, si se trata de hojas; o colores que
recuerdan, generalmente rebajados, los de los
pétalos si se recolectaron flores.

A poder ser, se guardan las plantas ya secas en saquitos bien cerrados, colocados en
cajas de madera o de hojalata bien ajustadas o en frascos de boca ancha y tapón
esmerilado, en lugar seco y ventilado, y al abrigo de la luz.

Con todo, conviene renovar las provisiones todos los años, porque las muy añejadas
pierden poco a poco sus virtudes; salvo casos excepcionales.

Métodos de extracción

Los principios activos y aceites esenciales contenidos en las plantas pueden ser
extraídos mediante diversas técnicas extractivas.

El método de extracción utilizado depende del tipo de planta a emplear, concentración


de principios activos y de sus propiedades.

Según la textura o los componentes de la planta, existen varios procedimientos:

Infusión: se vierte el agua hirviendo sobre la planta colocada en un recipiente de


cierre bien ajustado, a fin de evitar la pérdida de principios activos, y se deja en
reposo de 5 a 15 minutos, filtrándose y tomándose inmediatamente. Generalmente
se utiliza para flores, hojas y tallos tiernos.

Decocción: consiste en echar la planta en agua hirviendo y dejarla hervir durante


5 ó 20 minutos, a una temperatura superior al punto de ebullición, en un recipiente
cerrado para evitar la evaporación. Se utiliza para raíces, tallos fuertes y cortezas.

Maceración: se introduce la planta en agua a temperatura ordinaria durante varias


horas (generalmente de 8 a 12 horas). Esta forma de extracción se suele emplear
para plantas ricas en mucílagos como las semillas de lino.

Digestión: se trata de macerar la planta en agua a temperatura media, alrededor


de 50º C, durante un tiempo determinado. Se utiliza sobre todo para el
agotamiento de las drogas resinosas o cuando los disolventes empleados son
grasos (preparación de aceites medicamentosos).

Percolación o Lixiviación: en este caso el agua, alcohol u otro disolvente atravesaría


una columna llena de planta pulverizada, arrastrando durante el proceso los principios
activos. Ej. café.
Maceración-Decocción: se utiliza para ciertas tisanas, compuestas de partes vegetales
duras y tiernas, en donde está indicado ponerlas en maceración antes de cocerlas.

Diálisis.- En la cual una membrana semipermeable permite una selección de las


sustancias arrastradas por el disolvente.

Los métodos más usados, más sencillos y tradicionales son la infusión y el cocimiento.

Tanto unos sistemas como otros tienen sus ventajas y desventajas.

Método de Expresión y Método de Destilación

Los aceites esenciales se extraen de los tejidos mediante diversos procedimientos


físicos y químicos según la cantidad y estabilidad del compuesto que se pretenda
obtener. Nosotros vamos a destacar dos métodos:

Método de Expresión

Es un método de obtener aceites esenciales de plantas o partes de plantas aplicando


presión. Los antiguos egipcios guardaban flores en bolsas de tela y las estrujaban hasta
que salía el aceite. Este método fue ampliamente utilizado hasta el descubrimiento de la
destilación.

En la perfumería moderna, se utiliza la expresión para obtener los aceites esenciales


contenidos en la piel de naranjas (esencia de naranja), limones (esencia de limón), piel
de naranjo amargo (esencia de bergamota) y otros frutos cítricos tales como lima,
mandarina, pomelo, etc.

Método de Destilación

Otro importante método extractivo es la destilación, empleado en el caso en que los


principios activos que queremos obtener sean particularmente volátiles. Con los
métodos anteriormente vistos gran parte de estas esencias se pierden por ser evaporadas
al aplicar calor. La destilación es un antiguo método de extracción que se lleva a cabo
con los llamados alambiques.

La destilación de las plantas aromáticas consiste


en separar o arrastrar, por medio de vapor de
agua, los aceites esenciales que contienen las
partes de la planta sometidas a este proceso. El
término destilar proviene del latín “destillare”:
separar por medio del calor, alambiques u otros
vasos una sustancia volátil llamada esencia de
otras más fijas, enfriando luego su vapor para
reducirla nuevamente a líquido.
Existe una destilación seca, empleada para obtener sustancias como el metanol o ácido
acético, en la cual no se moja en ningún líquido la materia de la cual se van a extraer
esas sustancias.

La destilación típica, es llamada destilación húmeda, en la cual, se añade a la planta


agua o alcohol con proceso previo antes de la propia destilación.

La destilación es un proceso físico pues no se produce ninguna transformación de


sustancias sino una separación, desde el punto de vista de la física la destilación se
define del siguiente modo: “muchas sustancias de punto de ebullición muy alto,
calentadas juntamente con el agua pasan a estado de vapor a la temperatura de
ebullición de ésta, son por lo tanto, volátiles con el vapor de agua y pueden obtenerse y
purificarse por destilación en corriente de ese vapor.

Un alambique consta de:

Una caldera donde se produce el calentamiento del líquido y la planta, o bien una fuente
de vapor que atraviese la planta. Los vapores cargados así de esencias llegan a un
refrigerador o serpentín, donde condensa todo el líquido y aquellas sustancias volátiles
que éste ha arrastrado. Por medio de diversos mecanismos es separada la parte insoluble
de esencia y el líquido, siempre con otra pequeña parte de esencia solubilizada en él.

Así, por un lado, se obtiene las esencias o aceites esenciales y por otro lado, las aguas o
alcoholes destilados, según se haya empleado en la destilación agua o alcohol. Los
alcoholes destilados son también llamados espíritus, esencias o quintaesencias.

Una vez extraído el aceite esencial de la planta que hemos destilado procederemos a su
separación del hidrolato (resto del destilado que está compuesto de agua destilada y
trazas de aceite esencial). Para ello utilizaremos un decantador o vaso florentino.

Con el aceite esencial puro elaboraremos una colonia artesanal y aprenderemos las
diferencias entre los diferentes tipos de perfumes.

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