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"Con Valdivia entraron, en 1541, un cura y 3 clérigos: Diego Pérez, Juan Lobo y Rodrigo
González Marmolejo. El primero se volvió poco tiempo después al Perú con una regular
fortuna, habiendo vendido a Valdivia al contado los bienes que tenía en Chile. Juan
Lobo, que era a la vez un esforzado guerrero, tuvo encomienda de indios y beneficiaba
lavaderos de oro, y fue uno de los que prestaba dinero a Valdivia en sus apuros para
enviar a pedir nuevos socorros al Perú. Rodrigo González Marmolejo primer cura y más
tarde primer obispo de Santiago, tuvo también encomienda de indios, y tenía crianza de
caballos, que le daba buen provecho, y fue además uno de los prestamistas de Valdivia
en varias ocasiones". [Del genocidio contra los Mapuches]
“La provincia de Sancta Marta era tierra donde los indios tenían muy mucho oro, porque
la tierra es rica y las comarcas, y tenían industria de cogello. Y por esta causa, desde el
año de mil y cuatrocientos y noventa y ocho hasta hoy, año de mil y quinientos y
cuarenta y dos, otra cosa no han hecho infinitos tiranos españoles sino ir a ella con
navíos y saltear y matar y robar aquellas gentes por roballes el oro que tenían, y
tornábanse en los navíos que iban en diversas y muchas veces, en las cuales hicieron
grandes estragos y matanzas y señaladas crueldades, y esto comúnmente a la costa de la
mar y algunas leguas la tierra dentro, hasta el año de mil y quinientos y veinte y tres. El
año de mil y quinientos y veinte y tres fueron tiranos españoles a estar de asiento allá”.
[Bartolomé DE LAS CASAS, “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”]
Por cuanto nada de lo dicho por un personaje de esa jerarquía puede considerarse
casual o emotivo, partamos de su necesaria identificación.
Arma decisiva para reprimir a los sacerdotes ligados a las luchas populares fueron
los procesos iniciados por la Congregación para la Doctrina de la Fe (organismo
sucesor del Santo Oficio o Santa Inquisición), en cuya dirección estuvo el cardenal
Joseph RATZINGER desde 1981. Y mientras los sacerdotes de diversas
congregaciones que se habían implicado en las luchas de los sectores dominados de
la sociedad eran investigados, amenazados y reprimidos por la moderna inquisición,
¿qué sucedía en América Latina?
El mismo día del golpe, cuando las fuerzas militares y policiales comenzaron a
perseguir y asesinar, uno de los caídos fue el sacerdote español Juan ALSINA, quien
era Encargado de Personal del Hospital “San Juan de Dios” en Santiago, y
participaba en el Movimiento Obrero de Acción Católica (MOAC).
No obstante, a unos quince días del golpe militar, la Junta Militar encabezada por
PINOCHET recibió visita del Comité Permanente del Episcopado, cuyos miembros
fueron a expresar “sus sentimientos de respeto y de aprecio a las Fuerzas Armadas y
Carabineros de Chile y agradecerles las deferencias que han tenido con los obispos
las nuevas autoridades a lo largo del país”; y los obispos chilenos ofrecieron además
“su colaboración en la obra de reconstrucción del país y en particular en la tarea de
pacificación de los espíritus y en todo lo que significa afianzar y desarrollar las
conquistas de los trabajadores”.
“...hay que recordar que sería fácil errar con buena voluntad contra el bien común si se
pretendiera que los organismos de seguridad actuaran con pureza química de tiempos de
paz, mientras corre sangre cada día, que se arreglaran los desórdenes, cuya profundidad
todos conocemos, sin aceptar los cortes drásticos que la situación exige; o no aceptar el
sacrificio, en aras del bien común, de aquella cuota de libertad que la coyuntura pide, o
que se buscara con pretendidas razones evangélicas implantar soluciones marxistas…”
Los sacerdotes irlandeses Pedro DUFAU, Alfredo LEADEN y Alfie KELLY, y los
seminaristas de origen gallego Salvador BARBEITO y Emilio BARLETTI, fueron
hallados muertos el 4 de julio de 1976 en la parroquia de San Patricio, Buenos
Aires, con decenas de disparos en sus cuerpos. Los culpables nunca fueron
hallados pero autoridades de la Comisaría de la zona señalaron que el crimen habría
sido perpetrado por efectivos de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde
funcionaba una cárcel clandestina.
Los campesinos de Lara, Trujillo y Yaracuy deben recordar todavía cómo los curas
se reunían con los dirigentes adecos y con funcionarios policiales para coordinar
repartos de alimentos provenientes de la “Alianza para el Progreso” y acopiar
información para minar así las bases a los grupos de guerrilleros que trataban de
actuar en esas zonas.
Eran las enseñanzas de los militares estadounidenses, quienes en Viet Nam usaron
todo un arsenal de terrorismo contra quienes luchaban por expulsar a sus tropas
invasoras, y aquí pusieron en práctica las “técnicas de interrogatorios” más
avanzadas, además del lanzamiento de prisioneros desde helicópteros.
MONSEÑOR FRANCISCO GURUCEAGA RECIBE DONACIÓN MONSEÑOR RAMÍREZ ROA RECIBE DONACIÓN
Pero ahora la jerarquía eclesiástica ha adoptado una posición distinta y por todos
los medios intenta el derrocamiento del gobierno nacional, a cuyo fin en abril de
2002 se unió al grupo de militares, empresarios y sindicaleros que logró colocar por
unas cuarenta y ocho horas a Pedro
CARMONA en la silla presidencial.
“En América Latina y el Caribe, igual que en otras regiones, se ha evolucionado hacia la
democracia, aunque haya motivos de preocupación ante formas de gobierno autoritarias
o sujetas a ciertas ideologías que se creían superadas, y que no corresponden con la
visión cristiana del hombre y de la sociedad, como nos enseña la Doctrina social de la
Iglesia. Por otra parte, la economía liberal de algunos países latinoamericanos ha de
tener presente la equidad, pues siguen aumentando los sectores sociales que se ven
probados cada vez más por una enorme pobreza o incluso expoliados de los propios
bienes naturales”.
Como es sencillo colegir, a la máxima representación del clero, vale decir al Estado
Vaticano, les atraen mucho los autoritarismos de uniforme cuando van ligaditos a la
propiedad privada, al empresariado y, mucho mejor, al gobierno estadounidense.
Si los guía la “visión cristiana del hombre y la sociedad”, ¿cómo se explica que los
sacerdotes defensores de los más débiles, de los explotados y oprimidos, quienes se
han venido agrupando bajo la consigna de la Teología de la Liberación, sean
perseguidos y reprimidos por el Estado Vaticano?
“Los hilos. Los expertos coinciden en que el poder está en los sectores más
ultraconservadores de la Iglesia: la Congregación para la Doctrina de la Fe y el Opus Dei.
Dziwisz, es afín a estas congregaciones, que manejan con él la agenda del Papa y dirigen
la política a favor de un regreso al pasado más dogmático y sin el menor interés por
modernizar la Iglesia y adecuarla a los cambios y a las sensibilidades y problemas
sociales de los últimos tiempos", opina el teólogo español Juan José Tamayo.
Ratzinger es su cabeza visible. Su poder está demostrado, entre otras cosas, por la
actividad de El Vaticano por limpiar el pasado de la Inquisición. Ratzinger ordenó el año
pasado la reapertura del caso contra Galileo, condenado por afirmar que la Tierra giraba
alrededor del sol, para defender a la Iglesia pese a que el Papa ya había pedido perdón en
1992.
Pero el poder del Opus Dei es aún mayor. Sus figuras más representativas son el
cardenal Herranz, encargado de aplicar la ley en la Santa Sede, y el portavoz Navarro-
Valls. La Obra cuenta con otros puestos claves dentro de la Iglesia en Roma y muchos
analistas piensan que Dziwisz y Sodano, se han sumado al Opus Dei”.
Solo nos queda repetir con Miguel de CERVANTES: “Tienes que desconfiar del caballo por
detrás de él; del toro, cuando estés de frente; y de los clérigos, por todos lados.”