12 de Febrero. 1809.

En The Mount, la casa de un rico médico de Shrewsbury,

Inglaterra, hay una gran agitación. Susannah está teniendo un
parto demasiado laborioso y Robert se teme lo peor: que el
que habría sido su quinto hijo, nazca muerto.
Sería una historia como tantas otras si no fuese porque
el futuro del mundo está en juego.

Texto por Maximiliano Corredor Adámez

Darwin.
El hombre que
le dio la vuelta
al mundo

20 reportaje | Darwin. El hombre que le dio la vuelta al mundo cero, 06.02.2009

L a realidad es que
nació sin mayor pro-
blema, fue bautizado
con el nombre de Charles Robert,
y a los 22 años se embarcó en un
largo viaje alrededor del mundo
que duraría 5 años. Y que, en
1859, hace ahora 150 años, pu-
blica El Origen de las Especies, un
libro que escandaliza a muchos de
sus coetáneos pero que, poco a
poco, abre los ojos a sus colegas
científicos, iniciando una revolu-
ción que sentará las bases de toda
la biología moderna.
Si bien es cierto que otro natu-
ralista, Alfred Russel Wallace, llegó
a las mismas conclusiones que
Charles Darwin de manera inde-
pendiente, no deja de ser un ejer-
cicio interesante el plantearse la
ucronía. ¿Cómo habría sido el
mundo sin él, sin su teoría de la
evolución?
Al fin y al cabo eso es precisa-
mente lo que pretenden los movi-
mientos creacionistas, que la
evolución salga de las aulas y de
los anales científicos, y volvamos a
un mundo en el que la gente crea
que las especies fueron creadas
una a una y tal y como las conoce-
mos. Esto, que planteado así no
parecería tener mayor trascenden-
cia para el común de los mortales,
supondría un retroceso tecnológico
y social más profundo de lo que los
propios creacionistas sospechan.
Por ejemplo no tendría sentido
hacer experimentos en animales
para averiguar cómo funciona el
cuerpo humano. Y para saber si
una droga será eficaz para curar
tal enfermedad o aliviar tal sín-
toma, tendríamos que experimen-
tar directamente con humanos
vivos. Sin evolución no habría me-
dicina moderna – o viviríamos en
un mundo mucho más siniestro.
Parafraseando al genetista Theodo-
sius Dobzhansky, “nada en biolo-
gía tiene sentido excepto a la luz de
la evolución.” “Sin esa luz, se con-
vierte en un montón de hechos va-
rios, algunos de ellos interesantes
o curiosos, pero sin formar nin-
guna visión conjunta.”
Un buen número de esos he-
chos curiosos, que no tendrían
cero, 06.02.2009 Darwin. El hombre que le dio la vuelta al mundo | reportaje
otra explicación que el hipotético
sentido del humor del creador, son
los llamados rasgos vestigiales.
Como el apéndice intestinal, cuya
única función parece ser la de in-
fectarse, que es una reliquia de un
pasado en el que los ancestros de
los seres humanos tenían una
dieta diferente, herbívora, que re-
quería un intestino mucho más
largo que el que tenemos actual-
mente. O como el hipo que todos
hemos sufrido en alguna ocasión,
que no ocurriría si los nervios que
regulan el movimiento del dia-
fragma saliesen de la médula espi-
nal a la altura de dicho músculo y
no desde la base del cráneo, que es
de donde salen desde cuando
nuestros antepasados eran unos
peces que respiraban agua por las
branquias. Por no mencionar las
hernias inguinales, que los varo-
nes padecen por la trayectoria evo-
lutiva que ha seguido la posición
de los órganos genitales masculi-
nos, trayectoria reflejada en una
peculiar recolocación durante el
desarrollo del feto, que crea en las
ingles un punto débil en el saco
abdominal que recoge las vísceras.
Evolución: hecho y teorías
Los órganos vestigiales, las series
fósiles, pero también numerosos
experimentos de laboratorio y ob-
servaciones de campo; son muchas
las evidencias de la evolución que
se acumulan, reforzando la veraci-
dad del hecho evolutivo. Exacta-
mente igual que cada fruta que cae
al suelo desde el árbol es una
prueba contundente de la existen-
cia de la fuerza de gravitación. Si
nadie en su sano juicio duda de la
atracción que ejerce la Tierra sobre
todas las cosas, nadie debería
dudar de que las especies de seres
vivos evolucionan, de que unas for-
mas, con el paso del tiempo, se
convierten en otras distintas.
¿Pero por qué lo hacen? Al ver
una manzana caer, y otra, y otra
más, podemos llegar a inferir que
todo cuerpo es atraído hacia la Tie-
rra. Esto es un hecho, una afirma-
ción sobre la realidad, e innegable
por evidente en sí misma. Sola-
mente podría dudarse de ello si
Biografía
1809
En Francia, Lamarck publica
Philosophie Zoologique,
donde formula su teoría
evolutiva. En Inglaterra,
nace Charles Darwin.
1831
Darwin, recien licenciado
en Teología, se embarca
en el HMS Beagle.
1836
Regreso del Beagle.
Darwin es acogido con
entusiasmo en la comunidad
científica. Primeras investiga-
ciónes sobre evolución.
1837
Darwin termina su Diario del
viaje del Beagle, publicado al
año siguiente junto al del
capitán FitzRoy y reeditado
por separado en 1839.
En sus cuadernos de trabajo,
Darwin dibuja el primer árbol
filogenético.
1838
Primera formulación de la
teoría de la selección natural.
Consciente de su relevancia,
Darwin decide no publicar
nada y continuar trabajando.
1855
Wallace publica un artículo
en el que insinúa el proceso
de especiación. Lyell urge a
Darwin para que publique.
1858
20 años después de Darwin,
Wallace llega a la teoría de la
selección natural. Ambos la
publican conjuntamente.
1859
Publicación de El Origen de
las Especies, “resumen” del
trabajo de Darwin sobre la
evolución. La primera edición
se agota enseguida y las
reacciones no tardan.
1871
En El Origen del Hombre,
Darwin extiende sus teorías
a nuestra especie y formula
la selección sexual. Las
críticas arrecian.
1882
Darwin fallece y es enterrado
con honores en la abadía de
Westminster, junto a Newton.
✽
2009
Las teorías de Darwin siguen
generando debate entre los
científicos. Algunos grupos
religiosos continúan negando
la evidencia.
21
 produjese el caso de un objeto que,
Darwin se refería “dejado caer”, no cayese. Lo que
sucedería entonces es que habría
a la evolución como que reformular la universalidad del
hecho, habría objetos que caen y
“mi teoría”, otros que no. Algunos tipos de cre-
acionistas proponen esto para el
pero los expertos caso de la evolución, intentando
dejar al hombre al margen del
identifican resto de los seres vivos (curiosa-
mente Wallace defendía este carác-
al menos cinco ter singular de nuestra especie), a
pesar de todas las pruebas de lo
en “El Origen” contrario. Pero formular un hecho
(universal o no) no explica por qué
dicho hecho sucede. Las explica-
ciones que los científicos dan a los
hechos se llaman teorías. Para ex-
plicar la gravitación, tenemos la te-
oría de la gravitación; para explicar
la evolución, tenemos la teoría de
la evolución.
Esta distinción no parece estar
clara entre algunos creacionistas,
que criticando elementos de la teo-
ría pretenden refutar el hecho en sí
–otros directamente niegan las pro-
pias evidencias, como la edad de
los fósiles, o les atribuyen causas
supernaturales. Su objetivo es bá-
sicamente decir que los científicos
se equivocan, que no todo lo que
Las teorías de Darwin...
Teoría de la evolución como tal. Las especies no son entes
inmutables, cambian con el paso del tiempo. La variedad
presente entre los individuos de una misma especie no
representa corrupciones de un tipo ideal inalterable, sino
el estado natural.
Selección natural. Los recursos son escasos. Poseer un
carácter que aumente la eficacia en su explotación da
más oportunidades al poseedor para dejar descendencia
frente a sus congéneres. Y, si este carácter es heredable,
esta descencia a su vez sobrevivirá mejor. Con el paso de
las generaciones, el carácter beneficioso será poseído por
la mayoría de la población.
Diversificación de las especies. La cantidad de especies exis-
tente se debe a que, de algunas especies anteriores, han
surgido otras especies hijas por la formación de nuevas
poblaciones aisladas que, con el paso del tiempo, han
evolucionado de forma independiente.
Origen común. Extendiendo la lógica de la formación de nue-
vas especies hacia atrás en el tiempo, podemos deducir
que el conjunto de todos los seres vivos se podría remon-
tar a un único origen de la vida en la Tierra.
Gradualismo. La evolución tiene lugar mediante pequeños
cambios en las poblaciones y no de manera abrupta.
22 reportaje | Darwin. El hombre que le dio la vuelta al mundo
proponen es verdadero, y que el de
Darwin es uno de esos casos.
Que los científicos se equivocan
es algo que no debería pillar por
sorpresa a nadie. De hecho, la his-
toria del conocimiento científico
podría describirse como la acumu-
lación de teorías fallidas. O la acti-
vidad científica resumirse en una
serie de personas llevándole la con-
traria a otras. La teoría que explica
la gravitación ha seguido un largo
camino desde lo que decía la Física
de Aristóteles hasta la Relatividad
General de Einstein, pasando por
las aportaciones de Galileo, Hooke
y Newton, y en ningún momento
las manzanas han dejado de caer a
pesar de que todos ellos a la postre
se equivocaran. Del mismo modo,
la teoría de la evolución ha cam-
biado mucho desde sus comienzos
hasta hoy, sin que ello signifique
que las poblaciones de organismos
hayan dejado de evolucionar.
Darwin, ¿se equivocó o no? No
son pocos los que lo afirman, pero
¿en qué? El darwinismo es un edi-
ficio que tardó toda su vida en
construir, formado por un com-
plejo entramado de observaciones
e inferencias. A pesar de que el
pruebas... y detractores
+ Las series de fósiles; - Los creacionistas más
observación prolon- extremos sólo aceptan
gada de poblaciones la creación por un ente
naturales. superior.
+ Modelos matemáticos; - Los proponentes del
experimentos de labo- diseño inteligente, los
ratorio; selección artifi- neolamarckistas y los
cial; observación de mutacionistas niegan
poblaciones en am- que la adaptación por
bientes cambiantes. selección natural sea
el motor evolutivo.
+ Observación directa - De nuevo, sólo los
en naturaleza y labo- creacionistas más
ratorio; anatomía com- extremos niegan esto.
parada; hibridación de
especies en anillo.
+ Código genético; - Todos los tipos de
ARN ribosómico. creacionistas.
+ Genética de - Los saltacionistas de-
poblaciones fienden lo contrario.
cero, 06.02.2009
propio Darwin se refería al con-
junto como “mi teoría”, los exper-
tos reconocen al menos cinco
teorías independientes como nú-
cleo de lo que propone en El Ori-
gen. Y si él mismo tuvo
malentendidos con gente de su
época por este motivo, quizá no
sea tan de extrañar que aún hoy,
150 años después, se siga dándole
vueltas al asunto.

El pico de los pinzones

Pongamos por ejemplo el caso de
las islas Galápagos. Más concreta-
mente, el de los pinzones de Dar-
win que en ellas habitan. Icono de
la revolución que supuso para
Darwin el estudio de la diversidad
insular, siguen siendo objeto de
estudios, observaciones y experi-
mentos reveladores que contribu-
yen de manera muy significativa a
la mejora del conocimiento de los
mecanismos detrás de la evolución
de las especies.
El matrimonio Grant ha hecho
de estas islas ecuatorianas su se-
gundo hogar. Darwin pasó en ellas
cinco semanas; esta pareja de bió-
logos vive en ellas 6 meses al año
desde hace más de 30. Gracias al Las 14 variedades de pinzones de Darwin de las Galápagos se
meticuloso estudio de los ejempla- diferencian en hábitat, tipo de alimentación y forma de su pico.
res allí capturados durante su
breve estancia, Darwin logró com-
poner una foto fija del resultado de
la radiación adaptativa producida,
según él, cuando una única espe-
cie de pinzón coloniza los diversos
“La adaptabilidad de los pinzones
hábitats de las diferentes islas. Y
gracias a los detallados estudios
de Darwin refuerza el papel creativo
en poblaciones naturales hechos de la selección natural”
por los Grant a lo largo de todos
estos años, estos han podido ela-
borar un video de cómo se produce
la adaptación de las poblaciones
ante ambientes cambiantes, ob-
servando cómo cambia la forma
del pico de una especie de pinzón
según el tipo de alimento al que se
adapte una población u otra ante
un periodo de sequía que hace
desaparecer su fuente de comida
habitual. Desplazamiento de
La rapidez y plasticidad adap- caracteres (tamaño del
tativa del pico de los pinzones re- cuerpo y del pico) en los
sulta ser mucho mayor de lo pinzones que cohabitan
esperado por los modelos gradua- en una misma isla.
listas más tradicionales. El meca-

cero, 06.02.2009 Darwin. El hombre que le dio la vuelta al mundo | reportaje 23

nismo evolutivo detrás del cambio,
la selección natural, sigue siendo
el mismo, eso sí. “Si acaso”, afir-
man los investigadores, “este estu-
dio refuerza el papel creativo de la
selección”, en muchas ocasiones
entendida como un freno, un sim-
ple filtro que tienen que pasar las
novedades evolutivas, pero incapaz
de crear por sí misma el cambio.
La fuente de este cambio serían las
mutaciones producidas en el có-
digo genético hereditario. Y, en el
caso de los pinzones, hasta sabe-
mos de qué genes se trata, gracias
a otro estudio de Peter y Rosemary
Grant en colaboración con el gené-
tico del desarrollo Cliff Tabin.
La caja negra de Darwin
Efectivamente, el material de par-
tida de la evolución es la variación
presente en los genomas de los in-
dividuos. Darwin así lo intuyó,
pero desconocía por completo las
leyes que rigen la herencia de los
caracteres biológicos, lo cual le
trajo innumerables quebraderos de
cabeza, que ya dejó ampliamente
reflejados en El Origen y la abul-
tada correspondencia que man-
tuvo con sus colegas científicos.
Hoy la genética permite a los cien-
tíficos elaborar complejos modelos
matemáticos que predicen cuál
sería el modo de evolución de una
población en diferentes circuns-
tancias teóricas. Por ejemplo, asu-
miendo como ciertas las teorías
mutacionistas, en ausencia de se-
lección natural las poblaciones
evolucionarían a una tasa igual a
la tasa de mutación. Sin embargo
es este tipo de evolución el que se
muestra como el más lento y gra-
dualista puesto que, cuando los
modelos tienen en cuenta la selec-
ción de unas variantes frente a
otras, la tasa de evolución au-
menta. Y ya no es errática como la
evolución por deriva neutra, sino
direccional. Sí, la selección es una
criba de variantes, pero en vez de
un freno es un acelerador de la
Página anterior: Pinzones de Darwin de
diferente especie, posados sobre sus
respectivas fuentes de alimento.
DAVID COOK / TIM ELLIS
cero, 06.02.2009 Darwin. El hombre que le dio la vuelta al mundo | reportaje
propagación de aquellas que resul-
tan adaptativas.
Pero no hace falta irse a las Ga-
lápagos para obtener pruebas de la
acción de la selección natural.
Cada ser vivo lleva un registro evo- En los últimos
lutivo en su interior, codificado en
su ADN. Los modelos evolutivos 40.000 años de
simplistas, propuestos antes de
que siquiera se conociese la identi- evolución humana,
dad molecular del vehículo heredi-
tario, han dado paso a otros que la selección natural,
tienen en cuenta que cada una de
las letras encadenadas en el ge- lejos de pararse,
noma está ligada a las otras. Es
decir, que si una mutación en par- se ha acelerado.
ticular, el cambio de una letra por
otra, resulta beneficiosa, la selec-
ción positiva a la que se ve some-
tida arrastrará también al resto de
nucleótidos, y lo hará con mayor
fuerza cuanto más próximos estén.
La especie ¿elegida?
El prejuicio de considerar nuestra
especie como un caso excepcional
pervive en el debate naturaleza vs
cultura. La teoría antropológica
más aceptada sostiene que el hom-
bre, al culturizarse, se independiza
de las limitaciones de la evolución
biológica y es la evolución cultural
la que pasa a ser dominante. Sin
embargo, cuando estos nuevos mo- “There is grandeur
delos evolutivos, capaces de detec- in this view of life,
tar qué posiciones concretas del with its several powers,
genoma han sido seleccionadas po- having been originally
sitivamente, se aplican a los cada breathed into a few forms
vez más abundantes datos genómi- or into one; and that,
cos humanos, las conclusiones son whilst this planet has gone
radicalmente sorprendentes. En cycling on according to the
los últimos 40.000 años de evolu- fixed law of gravity,
ción humana, la selección natural from so simple a beginning
lejos de pararse, se ha acelerado. endless forms most beautiful
Frente a la falacia de considerar un and most wonderful
aspecto dominante sobre el otro, have been, and are being,
emerge una nueva visión en la que evolved.”
evolución biológica y cultural se
alimentan una de otra. Charles Darwin
El hombre no es ni el rey de la
creación, ni la cúspide de ningún
proceso transformista dirigido a un
final perfecto. Cual revolución co-
pernicana, Darwin nos baja del pe-
destal central al que nos habíamos
encaramado. Somos una especie
más, tan evolucionada como el
resto. Y, como el resto, seguimos
evolucionando. ✽
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