Professional Documents
Culture Documents
Hace unos 65 millones de años que los dinosaurios dejaron de vivir. No supieron
adaptarse a los cambios de las circunstancias. Los científicos explican
que la vida animal y vegetal está sujeta a la regla que se llama ‘la supervivencia del
más apto’.
Para algunas personas, ir a la iglesia es una obligación o una deuda con la conciencia
que se paga en módicas cuotas de una ofrenda por semana. Quizás es simplemente
una costumbre de la que ya no pueden liberarse porque en el templo están sus
familiares y amigos, y no quieren que nadie hable mal de ellos. Pero, ¿vida
espiritual? ¿La aventura de la fe? Se conforman con escuchar hablar de eso desde el
púlpito.
Ahora te cuento lo más triste: yo no era el único adolescente que pensaba así.
Éramos varios los que reclamábamos aventura y propósito a la vida cristiana. Hoy
tengo bastante más de dieciséis años, y también mis amigos. Lo triste es que
muchos de ellos se están convirtiendo en aquel tipo de adultos o ya tienen el título
de graduados.
Es lamentable que algunas iglesias parecen Parques Jurásicos: están llenas de
dinosaurios, de vidas espirituales en extinción. Por alguna razón la chispa de sus
sueños espirituales se fue apagando. La vida espiritual se fue extinguiendo, y hoy
pueden entrar en la galería de restos fósiles de la iglesia.
¿Cómo cuidar nuestro ser interior para proteger la belleza de la vida de Cristo en
nosotros?
¿Cómo evitar la
extinción espiritual?
Tanto la vida eterna como la vida abundante
tienen un precio. El de la vida eterna lo pagó
Cristo. Es su regalo: es por gracia que somos
salvos.
Primero construimos
nuestros hábitos,
luego ellos nos
moldean
a nosotros.
Esto es muy cierto. Si nos habituamos a hacer
cosas que favorecen nuestro crecimiento,
crecer será para nosotros un estilo de vida. Un
ejemplo: si quiero ser un deportista y adquiero
el hábito de entrenarme, mantenerme en
estado será un estilo de vida. Si quiero ser
pianista y me acostumbro a practicar todos los
días, a tal punto que me siento raro cuando no
practico, ser pianista marcará mi estilo de vida.
En el terreno espiritual, las disciplinas son actividades que deben convertirse en
hábitos y entonces harán de nosotros cristianos con una vida espiritual abundante.
Por eso las llamo fuentes de vida, porque impiden que seamos cristianos secos y
aburridos. Gracias a ellas seremos adultos de cara sonriente y no de cafetera larga.
Ahora, una aclaración: