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EL NANSA, EN CANTABRIA.

UN RÍO SECUESTRADO

Por César Rodríguez Ruiz, Javier López Hernando, Javier Sanz Ronda, Pedro Brufao Curiel y
Alberto López Martínez.

Virtualmente secuestrado durante 50 años, el río Nansa, al igual que la escasa población
humana que habita sus riberas, sobrevive a duras penas a una brutal y abusiva
explotación hidroeléctrica.

Introducción

La construcción de las grandes presas del río Nansa a mediados del siglo XX rompe el
ecosistema fluvial original en una serie de tramos aislados. Su riqueza viva es ignorada y el río
pasa a convertirse en un mero instrumento de producción eléctrica, explotado de espaldas a
sus comunidades biológicas y a las gentes asentadas a sus orillas. Peces migradores como el
salmón, el reo, el sábalo, la lamprea marina o la anguila perdieron la mayor parte de sus
hábitats de reproducción o crecimiento. También especies sedentarias como la trucha común y
el cangrejo autóctono se han visto dañadas por el efecto barrera de las presas y los regímenes
de caudales que impone la dictadura del kilovatio.

La cuenca del Nansa

Con una superficie de 389 Km2 y una longitud fluvial de 282 km, la cuenca del Nansa se sitúa
en la parte occidental de Cantabria, limitando con la cuenca de Deva-Cares por el oeste y con
la del Escudo por el este. Con régimen pluvionival en la zona de cabecera que varía a pluvial
atlántico en la desembocadura, el río Nansa tiene un marcado carácter torrencial debido a la
cerrada orografía que atraviesa.
Hoy la cuenca tiene 5.895 habitantes, aproximadamente la mitad de los que tenía en 1950, con
una densidad media de 16,3 hab./Km2, la más baja de Cantabria. Ningún núcleo de población
sobrepasa los 500 habitantes y la mayoría tienen menos de 100. Además, la población está
bastante envejecida, sobre todo en la zona de montaña.
Dada la escasa entidad de los pueblos y la baja actividad humana, el uso hidroeléctrico es el
único que afecta significativamente al ecosistema fluvial. Las concesiones de aguas para uso
motriz o hidroeléctrico suman 64.106 l/s, suponiendo el 90 % de las autorizadas. La empresa
Saltos del Nansa, S.A., hoy integrada en el GRUPO ENDESA, tiene concedidos el 85 % de
esos caudales, siendo propietaria del sistema de explotación escalonado compuesto de cuatro
presas (La Cohilla -116 m. de altura-, La Lastra -28 m.-, Rozadío -6 m.-, y Palombera -25 m.-),
todas infranqueables para cualquier pez, y cuatro centrales (Peña de Bejo, Rozadío, Celis y
Herrerías). Los segmentos de toma o tramos cortocircuitados, sometidos a una crónica escasez
de caudales circulantes, suponen alrededor del 50 % de la longitud fluvial total del curso
principal.

1
Cuenca del Nansa
Pesués Tramo accesible
Tramo inaccesible
F
La Espina
Principales obstáculos
442 m. artificiales
F Pte. Viesgo Estación de captura
Sel del Cantu Hugón
426 m. 639 m. F Principales zonas de freza
F
Gándara
Tortorio 932 m.

Palombera
n
asó

Herranz
Lam

869 m.
Gamonal
1.225 m.

Puentenansa

10 Km.
Matamigüela
ul

Cascuerres
nd

889 m.
Ve

1.562 m.

Peña Sagra
2.042 m.
Caorra
La Lastra 1.187 m.

La Cohilla

La Laguna
Esp
j al ina
l La Concilla
du
Be La r 1.922 m.
raig
ad o

Milanu
1.382 m. La Jorcada
2.111 m.
Tres Mares
Peña Labra 2.175 m.
2.006 m.

Fig. 1. Mapa esquemático de la cuenca del Nansa. Se representa el tramo accesible al salmón
atlántico y otros migradores diadromos, las zonas actuales donde freza esta especie y los
principales obstáculos artificiales en el cauce principal. Fuente: Centro Ictiológico de
Arredondo.

2
Según información facilitada por el Centro Ictiológico de Arredondo (Cantabria), las especies de
peces con presencia constatada en la cuenca son: Lamprea marina (Petromyzon marinus),
Anguila (Anguilla anguilla), Salmón atlántico (Salmo salar), Trucha común (Salmo trutta),
Piscardo (Phoxinus phoxinus), Sábalo (Alosa alosa), Gobio (Gobio gobio), Corcón (Chelon
labrosus), Salvelino de fuente (Salvelinus fontinalis).
Entre la fauna asociada al medio acuático, lamprea y salmón figuran en los anexos II y V de la
Directiva 92/43/CEE de Hábitats1; desmán y nutria están estrictamente protegidas, figurando en
el anexo IV, al igual que oso, lobo, numerosos quirópteros, abundantes invertebrados, etc. Así,
se han declarado tres Lugares de Interés Comunitario (LICs) en el territorio de la cuenca: Rías
Occidentales y Duna de Oyambre; Montaña Occidental; y Río Nansa (incluyendo la mayor
parte del cauce principal y 25 m. a cada margen de ribera).
Hasta un 63,32 % del curso fluvial del río Nansa sufre regulación de sus caudales, quedando
libre de ella sólo algunos arroyos de las cabeceras (16,59 %). El resto son tramos embalsados.

Por su cercanía a la desembocadura, la presa de Palombera ejerce un impacto especialmente


grave sobre el salmón atlántico y otros peces migradores. Con su construcción, en 1950, el
hábitat fluvial del salmón se reduce en más de 30 km, quedando apenas 15 km de río accesible
a la especie. Actualmente los salmones no pueden ascender más arriba del azud de
Camijanes, a 6 kilómetros de la zona de mareas, ya que su escala normalmente se encuentra
seca. En realidad, la escasez de caudal normalmente detiene a los salmones aguas abajo de la
central de Herrerías, a menos de 4 km. de la zona de mareas y a unos 7 km. de la
desembocadura. Hoy la longitud fluvial realmente accesible al salmón en la cuenca supone un
5 % de la potencial (unos 78 km.). Según la evolución de las capturas por temporada, la
abundancia de salmones disminuyó en más de un 70 % en sólo dos décadas, desde 1949 a
1969. Algo sumamente significativo si tenemos en cuenta el gran número de salmones que se
capturaban en nuestros ríos a finales de los años 60 y comienzos de los 70.

La mayoría de los reproductores que desovan en el Nansa lo hacen sobre las gravas
depositadas bajo el pozo de la central de Herrerías y en ciertos frezaderos situados poco más
arriba cuando hay suficiente caudal. La calidad del hábitat en el tramo final permite una alta
viabilidad de las puestas, si bien la habitual superposición de las camas de freza debido a la
carencia de espacio ocasiona importantes pérdidas de huevos.

1
Especies de Interés Comunitario, para las cuales hay que designar Zonas Especiales de
Conservación (ZECs)

3
Capturas legales de salmón en el río Nansa

Nº de Salmones

700

600

500

400

300

200

100

0
1925 1930 1935 1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005

Año

Fig. 2: Las capturas ofrecen una orientación sobre la tendencia evolutiva de la población. Se
observa un pronunciado y continuo descenso desde 1950, año de construcción de la presa de
Palombera.

A pesar del escaso hábitat accesible al salmón, el Nansa aún hoy figura entre los ríos con más
capturas en Cantabria, manteniendo una población pequeña pero significativamente estable, lo
cual indica que los salmones ocupan todo el espacio de freza disponible. Actualmente existen
cuatro cotos de pesca de salmón aguas abajo de la central eléctrica de Herrerías, es decir, en
los últimos 4 Km de aguas dulces, que mantenían cupos de captura de tres peces por coto y
día en la temporada de 2000. Ateniéndonos a la evolución de las capturas y teniendo en cuenta
que las estimaciones de la población total basadas en ellas han establecido una explotación
media del 22 % para el período 1984/1995 (García de Leániz et al., 1992; Ferguson et
al.,1996), ahora mismo la actual población salmonera no tendría el tamaño adecuado para su
autosustentación, estimado en un mínimo de 300 reproductores efectivos (con al menos 100
hembras) (García et al., 1995. En Braña et al.).

Trabajando en el río

La anacrónica situación de este río lleva mucho tiempo suscitando contestación social. En
1999, el Grupo de Acción Local Saja - Nansa se pone en contacto con AEMS - Ríos con Vida
con vistas a la realización de un estudio de caudales y del aprovechamiento hidroeléctrico del
Nansa. El Estudio hidrobiológico de caudales de mantenimiento del río Nansa (Cantabria),
ejecutado por AEMS - Ríos con Vida entre 1999 y 2001, establece las bases técnicas para la
aplicación de unos regímenes de "caudales ecológicos"2 y otras medidas correctoras que
permitan la restauración y mantenimiento del ecosistema en los tramos regulados, al tiempo
que examina la realidad del sistema de explotación a la luz de la situación concesional y la

2
A pesar de su extendida utilización en textos técnicos y normativos, el término “caudal
ecológico” no es el más apropiado. La mayoría de los expertos coinciden en que los únicos
caudales que pueden denominarse “ecológicos” son los naturales. Es pues mucho más
adecuado el uso de términos como “caudales de mantenimiento” o “de compensación”.

4
actual normativa legal, proponiendo acciones encaminadas a su adecuación o reconversión
ambiental.
En las primeras visitas a la cuenca pudimos constatar la lamentable situación del río, con
ausencia de pasos para peces en todas las presas y caudales ínfimos que llegan a secar
completamente algunos tramos regulados. La escalofriante visión del muro de La Cohilla o de
la clausurada escala salmonera de la presa de Palombera se ve penosamente enriquecida con
las imágenes de los presos de la posguerra trabajando en la construcción de las instalaciones y
la carretera, de las truchas asfixiadas en los arroyos de montaña captados, y demás atropellos
y calamidades que habitan los estremecedores relatos de los paisanos. Y es que la historia de
este expolio no resultaría tan tenebrosamente actual si no fuera porque, en muchos aspectos,
aquí parece no haber pasado el tiempo.
La primera fase del estudio de campo consistió en la selección de zonas y estaciones de
muestreo, evaluación general del estado de conservación del río y la ribera, toma de datos
fisicoquímicos, muestreo de invertebrados acuáticos, topografía del cauce y secciones
hidráulicas transversales con un total de 82 repartidas en 8 estaciones de muestreo.

N -4 C o ssío
C o ta (m s.n.m .) S ecc ió n 2 V elo cid ad (m /s)

2 0 0 ,5 0 ,2
0 ,1 8
200
0 ,1 6
0 ,1 4
1 9 9 ,5
0 ,1 2
199 0 ,1
0 ,0 8
1 9 8 ,5
0 ,0 6
0 ,0 4
198
0 ,0 2
1 9 7 ,5 0
-1 0 -5 0 5 10 15 20
D istancia (m )

S ección HLA HLA 2 V elocida d

Fig. 3: Una de las secciones hidráulicas levantadas, en este caso en el tramo entre el azud de
Celis o de Rozadío y la confluencia del Nansa con el río Vendul. HLA y HLA 2 son las alturas
de la lámina de agua registradas en distintos momentos.

Una labor posterior consistió en recorrer los canales de derivación del Vendul, La Reina y de La
Lastra, que interceptan arroyos, regatos, manantiales y escorrentías en Peña Sagra, Cueto del
Haya y la vertiente de Troncos, respectivamente, inventariando las tomas de caudales hacia
dichos canales. En ambas tareas tuvimos la suerte de contar con la inestimable colaboración
de la Asociación para la Defensa y Recuperación del río Nansa, buenos conocedores del
terreno y la historia de este río.

Conclusiones y perspectivas

Del Estudio realizado se desprende que la ruptura y fragmentación del continuo fluvial, junto a
la escasez de caudal circulante en los tramos regulados, han provocado una drástica reducción
del hábitat histórico de la comunidad íctica potencial, aislamiento de las poblaciones existentes
y empobrecimiento de la calidad y diversidad del hábitat fluvial.

5
La presa de Palombera tiene una escala salmonera que hoy está tapiada. Esta escala se
construyó en la misma margen donde se encuentra la toma de caudales y desembocaba en el
propio canal de derivación, que sigue hoy sin la obligatoria rejilla. Las presiones en la
compuerta de toma a veces son tan fuertes que no siempre los salmones podían atravesar su
umbral. Los que no conseguían hacerlo acababan 7 km. más abajo, en la cámara de carga de
la central de Herrerías y, al igual que los zancados que habían logrado subir y desovar y los
esguines en descenso, morían triturados en las turbinas de dicha central. Para evitar estos
lamentables espectáculos, la empresa concesionaria decidió tapiar la escala. Suprimido el paso
de los salmones, suprimido el problema. De esta forma, los caudales que deberían correr por la
escala también rinden tributo a las turbinas. Posteriormente se recreció un azud aguas abajo
para evitar que los salmones se acumularan en la misma caída de la presa de Palombera.
Como apenas existe industria, agricultura o ganadería intensiva en la cuenca, las aguas del
Nansa, aún en su artificiosa escasez, discurren bastante limpias, sólo enturbiadas por la
puntual contaminación veraniega en las proximidades de Puentenansa, población que teniendo
depuradora carece de recursos para mantenerla en funcionamiento, una lacerante situación
demasiado habitual en muchos pueblos de España
Hay que destacar que los regímenes de caudales registrados en la mayor parte de los tramos
regulados son manifiestamente incompatibles con la conservación y protección del medio
fluvial (Ley de Aguas. Art. 14.3), tanto por la ausencia de mínimos ecológicos como por el nulo
respeto a las oscilaciones del régimen natural y los ciclos vitales de las especies.
Queda demostrado que la empresa usuaria incumple de forma clara y sistemática la actual
normativa legal sobre caudales mínimos en todos los tramos regulados, tanto en el cauce
principal como en cabeceras y tributarios, a excepción del tramo correspondiente al acotado
truchero de Rozadío, alimentado por las aguas subterráneas que afloran en la Cuevona de
Santotis, y el tramo aguas abajo de la última central eléctrica, regulado por la restitución
definitiva de los caudales robados al río. Parece claro también que Saltos del Nansa S.A.
incumple sistemáticamente la condición 13ª de su concesión de explotación, que le obliga a
dejar en el cauce "un caudal circulante que permita la normal supervivencia de las especies
piscícolas".

Relación entre la media de los caudales medidos y el módulo interanual en todas


las estaciones

100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
N-1 N-2bis N-2 N-3 N-4 N-5 N-6 N-7 N-8
c.m.i. 3,52 4,10 4,10 4,76 5,39 8,11 1,73 11,19 11,90
MQobs 1,02 0,22 0,04 1,23 0,37 0,67 0,99 0,46 6,38

Estaciones

Fig. 4: Los caudales medidos resultan inferiores al 10 % del módulo interanual estimado en
todos los tramos regulados; salvo en N-3, beneficiado por el aporte de la Cuevona de Santotis;
y en N-8, situado aguas abajo de la última central (Herrerías). Se puede observar la gran
diferencia existente entre los caudales registrados en los tramos regulados respecto a los
tramos sin regular (N-1, en el curso alto, y N-6 en un afluente -río Lamasón-).

6
Respecto a la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN), hay que decir que su tendencia
hacia la defensa de valores patrimoniales debería cambiar en favor de la protección efectiva del
Dominio Público Hidraulico (DPH) y los recursos que alberga si realmente pretende
compatibilizar los usos hidroeléctricos y la conservación del ecosistema fluvial, según establece
la actual Ley de Aguas. Nuestro estudio ha determinado regímenes de caudales mínimos de
mantenimiento en siete tramos regulados de la cuenca principal del Nansa, teniendo en cuenta
el régimen natural y las necesidades de la trucha común y el salmón atlántico.

N-4 Cossío
Caudal (m3/s)

12,00

10,00

8,00

6,00

4,00

2,00

0,00
O N D E F M A M J J A S
Meses

R Natural RQb RQmin

Fig. 5: Regímenes de mantenimiento básicos y mínimos (RQb y RQmin) propuestos entre la


presa de La Lastra y el aporte de la Cuevona de Santotis (Estación N-2. Tudanca).

Las medias anuales de los caudales mensuales fijadas en estos regímenes de mantenimiento
varían entre un 31 y un 47 % del caudal medio interanual (c.m.i.) estimado en cada tramo. Es
evidente pues que los "caudales mínimos ecológicos", establecidos provisionalmente para el
Nansa en un 10 % del c.m.i. por el Plan Hidrológico del Norte II, aparte de incumplirse, no
guardan relación alguna con las necesidades de la comunidad biológica del río y son
netamente insuficientes para su mantenimiento.
Ya que la actual Ley de Aguas considera el caudal ecológico una restricción previa a cualquier
uso excepto el de abastecimiento, cualquier confederación hidrográfica que no respete y haga
respetar los mínimos legalmente fijados está incumpliendo la Ley. Por otra parte, tanto la Ley
de Aguas como los Planes hidrológicos de cuenca reconocen que estos porcentajes fijos son
provisionales y han de ser sustituidos por verdaderos regímenes de caudales de
mantenimiento del ecosistema fluvial bajo las presas, determinados de acuerdo a las especies
que lo habitan, en todos los ríos españoles. Hay que decir que muchas de nuestras
confederaciones, por ejemplo la del Ebro o la del Duero, ya han realizado estudios de caudales
de mantenimiento observando de alguna manera las necesidades de los peces, pero los
regímenes así obtenidos aún brillan por su ausencia en nuestros ríos.

7
Relación entre caudales observados y caudales mensuales mínimos de
mantenimiento correspondientes

%
100
90
80
70 % 09/99
60
50
% 10/99
40
30
20
10
0
ra

sa

s
o

do
ca

da

ría

st

an
an

ru
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os
La

re
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en
ud

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-4

ue
-3

e
s.

-2

-8
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N

.P
bi

N
ue
-2

-5

.P
N

-7
N

Fig. 6: Sólo en las estaciones de Sarceda (N-3) y Herrerías (N-8) los caudales medidos
resultaron en algún momento semejantes o superiores a los mínimos propuestos en nuestro
Estudio para los meses correspondientes (100 y 300 %, respectivamente, en el mes de
septiembre).

El caso del Nansa es sin embargo tan flagrante que la Confederación Hidrográfica del Norte
(CHN) se está viendo obligada a presionar a Saltos del Nansa S.A., ya que el incumplimiento
de las obligaciones legales por parte de un organismo público constituye delito en este país. El
estudio realizado también concluye que la empresa ha actuado ilegalmente sobre el dominio
público hidráulico, instalando al menos 30 tomas no autorizadas en las cabeceras de la cuenca.
Estas y otras infracciones fueron denunciadas a la CHN por la Asociación para la Defensa y
Recuperación del río Nansa y por el SEPRONA en el año 2000. A raíz de estas denuncias, la
CHN inspeccionó parte de la cuenca y ha abierto un expediente sancionador a la empresa por
considerar que existen 16 captaciones que carecen de la correspondiente concesión,
imponiéndole un millón de pesetas de multa. Es un primer paso, si bien la CHN hasta el
momento no se ha pronunciado sobre otros asuntos como el incumplimiento de las condiciones
de la concesión, los caudales mínimos ecológicos o el resto de las tomas ilegales a los canales
de la empresa usuaria. Por otra parte, tanto la guardería fluvial como el propio Servicio de
Pesca de la Dirección General de Montes y Conservación de la Naturaleza de Cantabria han
venido cursando multitud de denuncias a la empresa por dejar en seco camas de freza o
salmones adultos atrapados por falta de caudal aguas abajo de Palombera, debido a bruscas
bajadas del nivel de las aguas. Estas presas sólo sueltan caudales cuando las lluvias obligan a
abrir los aliviaderos. Entonces el nivel de las aguas puede subir mucho en cuestión de minutos,
y, del mismo modo, baja muy rápidamente cuando las compuertas se cierran.
No sólo el salmón o el reo resultan afectados por esta serie de desaguisados. Este río también
podría ser un paraíso para la pesca de truchas, pero hoy la mayor parte de los tramos
regulados no pueden sustentar buenas poblaciones de salmónidos.
Saltos del Nansa S.A. actualmente no genera riqueza alguna que permanezca en la cuenca y
apenas da puestos de trabajo en la zona. Los cánones anuales que paga a los ayuntamientos
no pueden compensar la sustracción del patrimonio público del río ni la oportunidad de que los
habitantes de estos valles lo aprovechen para el desarrollo rural. De acuerdo al actual marco
jurídico, la moral social y el sentir de la población local, la situación ambiental del Nansa
constituye hoy un anacronismo inadmisible. Siendo todavía un espacio natural privilegiado que
atesora valiosos bienes naturales y culturales, se puede decir que a esta cuenca sólo le falta el
propio río. El futuro de sus pueblos y gentes y la permanencia de sus modos de vida dependen
hoy mucho más de su recuperación que de una explotación industrial cuyos beneficios no

8
revierten a la comunidad. No se puede condenar a una empresa por lo que era legal hace 50
años, pero se puede y se debe hacerlo tanto por el incumplimiento de las leyes entonces
vigentes como por su absoluto desprecio a las leyes actuales.

¿Un futuro para el Nansa?

Dado el alto potencial natural del río Nansa, hay que prever que la instalación de pasos
operativos para los peces en las presas, la aplicación de verdaderos regímenes de caudales de
mantenimiento en todos los tramos regulados o afectados por captaciones, la eliminación de
las tomas ilegales y los abusos en el aprovechamiento hidroeléctrico, con toda probabilidad
produciría visibles mejoras del hábitat y las poblaciones salmonícolas a corto o medio plazo, lo
que fomentaría un desarrollo sostenible que permitiría la permanencia de la gente en el
territorio.
Lograr compatibilizar los usos industrial, ambiental y recreativo requiere un verdadero
compromiso por parte de la empresa usuaria, Saltos del Nansa S.A., y de la compañía
propietaria, es decir, ENDESA, que tanto publicita su imagen ecológica; de la Confederación
Hidrográfica del Norte (dependiente del Ministerio de Medio Ambiente) y los organismos
autonómicos competentes. En función de la actitud de dichos interlocutores cabrá plantear
distintos horizontes. Si hay voluntad de diálogo será posible buscar mecanismos y fórmulas
para la adecuación ambiental de la industria y su coexistencia con los usos tradicionales y el
desarrollo rural en unos plazos razonables. Si no es así, sólo cabe plantear una reconversión
que a medio o largo plazo podría suponer el desmantelamiento total o parcial del
aprovechamiento hidroeléctrico, siempre a salvo de que la acción judicial depure
responsabilidades y obligue al cumplimiento de la legalidad vigente.
Considerando el diálogo como primera premisa, AEMS - Ríos con Vida propone actuar en dos
líneas complementarias. Por un lado, se debería avanzar hacia la protección y planificación del
territorio y los recursos naturales de la cuenca y, por otro, en la articulación de un plan de
restauración del río que permita su recuperación y uso sostenible, generado con amplia
participación de la población ribereña, los usuarios y demás agentes implicados.
Una protección legal del ecosistema fluvial y la inminente entrada en vigor de la Red Natura
2000 contribuirían a la financiación de dicho plan. Además de los recursos que debiera aportar
la empresa propietaria del aprovechamiento y las Administraciones central y autonómica, sería
posible recabar fondos europeos, por ejemplo a través de proyectos Life-Naturaleza, ayudas
agroambientales, etc.
El Nansa parece un escenario idóneo para ensayar un modelo de restauración fluvial integral
bien imbricado en el tejido socioeconómico local. Pero esto pasa por lograr un gran acuerdo
político y social, un firme compromiso entre las instituciones, grupos y ciudadanos implicados
en el conflicto. La solución sólo puede llegar a través de la discusión, comprensión y
conciliación de los intereses de las distintas partes. Así pues, AEMS - Ríos con Vida propone
articular el proceso mediante un modelo de participación pública semejante al Contrato de Río
que viene aplicándose en Francia y otros países europeos.

Referencias Bibliográficas

FERGUSON, A.; VERSPOOR, E.; CROSS, T.; GARCÍA VÁZQUEZ, E.; MC GUINNITY, P. & GARÇIA DE
LEÁNIZ, C. 1996. An Assesment of the genetic Consequences of the deliberate or Inadvertent
Introduction of Non-Native Atlantic Salmon into natural Populations. Final Report. 1993-1996.
GARCÍA, E.; MORÁN, P. ET AL. (1995). Caracterización genética de las poblaciones españolas
nativas de salmón atlántico. Pp. 125-146. En Braña et al. (1995). Biología y conservación del
salmón atlántico en los ríos de la región cantábrica. ICONA. 226 pp.
RODRÍGUEZ RUIZ, C. Y LÓPEZ HERNANDO, J., ET AL. (2001). Estudio hidrobiológico de caudales de
mantenimiento del río Nansa (Cantabria). Informe Final inédito. AEMS – Ríos con Vida. Grupo
de Acción Local Saja-Nansa. 390 pp.

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Datos de contacto:

César Rodríguez Ruiz


AEMS- Ríos con Vida
C/ Estación, 13, bajo
San Martín de Valdeiglesias
28680 Madrid
Tlf: 91 8610395
GSM: 646 574807
E-mail: aems@arrakis.es

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