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REGIMIENTOS DE INFANTERIA
Regimientos de Infantería
Guerra del Chaco 1932-1935
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Invasiones inglesas al Rio de la Plata por dos veces en 1806 y 1807 ocuparon Buenos Aires
y Montevideo, siendo derrotados. El Paraguay envió un contingente de 850 hombres que
tuvieron descollante intervención en la defensa de Montevideo, como figuras resaltan los
comandantes Fulgencio Yegros, Antonio Tomás Yegros, Fernando de la Mora, José
Fernández Montiel, Juan Manuel Gamarra. Estos valientes hombres portaban como colores
distintivos el rojo, blanco y azul que más tarde se constituiría en los colores del Pabellón
Nacional Paraguayo.
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Francisco Javier Bogarín y Don Fernando de la Mora teniendo vigencia por 2 años. Las
medidas adoptadas fueron extraordinarias y transcendentales; a) Envió de la nota a la Junta
Gubernativa de Buenos Aires del 20 de julio 1811, en la expone categóricamente la
decisión paraguaya de ser libre, soberana e independiente de cualquier poder extranjero
para siempre b) Dispuso la reconquista del Fuerte Borbón u Olimpo c) Organizó el
Ejército Nacional d) Izamiento de la primera Bandera Nacional con los colores rojo,
blanco y azul.
Con justicia mencionamos a la Junta Superior Gubernativa y sus miembros como los
padres del Ejército Nacional Paraguayo, aquí se inicia la heroica e integra formación del
soldado paraguayo.
Benitez-Ichazo 1894 Presente del Paraguay Sr. Marcos Morinigo Canciller negociador
Gregorio Benítez no llego a tratarse en el Congreso.
En 1885 el Gobierno Paraguayo otorgo al ciudadano boliviano Miguel Suarez Arana una
autorización especial para construir un camino carretero y ferrocarril en la banda derecha
del Rio Paraguay a la altura de Bahía Negra, la intención era el cruce del Chaco y así unir
Bolivia con el Rio, se construyó un villorrio para los trabajadores bautizado como Puerto
Pacheco tiempo después Suarez Arana cedió completamente su empresa al Estado
Boliviano que tuvo la osadía de proclamar soberanía por estos terreno e izar una bandera
boliviana. Este hecho motivo la enérgica reacción del gobierno paraguayo enviando una
escuadra de la marina de guerra al mando del capitán Domingo Ortiz quienes con sus
comandados arrancaron el emblema boliviano estableciendo el claro sentimiento paraguayo
que el Chaco Boreal pertenece a esta.
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Entonces se iniciaron numerosas reuniones diplomáticas entre ambos gobiernos cada cual
son sus sendas documentaciones proveídos por historiadores e investigadores por el lado
paraguayo se formó un gigantesco equipo de ciudadano de primer nivel académico para la
defensa Diplomática del Chaco a raíz de la presentación formal del Gobierno Boliviano
por el encargado de Negocios Claudio Pinilla, el cual sin duda se dirimiría en un Laudo
Arbitral a futuro. Así citaremos a ilustres ciudadanos que contribuyeron con su sapiencia y
documentaciones;
José Falcón
Alejandro Audibert
Blas Garay
Cecilio Báez
Francisco Rolón
Elías Ayala
Fulgencio R. Moreno
Manuel Domínguez
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especial después de la pérdida del Litoral Marítimo como consecuencia de la Guerra del
Pacifico con Chile (1879-1883).
En efecto fracasada sus intentos diplomáticos con los aliados de la Triple Alianza primero
luego directamente con el Arbitro Rutherford B. Hayes que en 1878, siendo presidente de
los Estados Unidos de América produjo su histórico fallo…”República del Paraguay
tienen legal y justo título a dicho territorio situado entre los ríos Pilcomayo y Verde,
así como a la Villa Occidental comprendida dentro de él”, inicio dialogo directo con la
República del Paraguay sus intenciones el reconocimiento del Chaco Boreal como
Boliviano y así tener acceso directo al gran Rio Paraguay con los consabidos beneficios
económicos que traería de por vida.
El Ministerio de Guerra y Marina a cargo del Coronel Adolfo Chirife decide comisionar al
capitán Juan B. Ayala para explorar la zona de Nanawa, inmediatamente se decide salir a
patrullar hallándose un campamento de indios Curupíes, en conversaciones con el Cacique
Tofai este comunica al capitán haber visto a soldados bolivianos sobre el rio Pilcomayo en
el fortín Esteros. Inmediatamente los comisionados regresan a Asunción comunicando al
ministro las situaciones halladas a raíz de estos acontecimientos se reorganiza los efectivos
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de la II y III Zona Militar con asientos en Paraguarí y Villa Hayes para trasladarse y
asentarse en el Chaco Paraguayo.
Esta misión del capitán Ayala es considerada como la más importante decisión adoptada
por el Gobierno paraguayo con miras a explorar y reconocer posibles instalaciones de
fortines que día a día fundaban y fortificaban sin ningún retén paraguayo a la vista.
E l 25 de febrero de 1927 a la tarde salieron de Nanawa en busca de ganado vacuno para consumo
de la tropa, el Tte. 1º Adolfo Marcial Rojas Silva, el Sgto. Parodi, un Pelotón de 30 soldados, y
acompañado de dos baqueanos (guías) indios (cacique Ramón y Corrientes) llegaron al Fortín
Nueva Sorpresa (boliviano) zona del rio Pilcomayo, Rojas Silva decide ingresar con los soldados
Remigio Arguello, Maximiliano Chaparro y Fermín González y cacique Ramón, dejando no antes
al Sgto. Parodi la orden estricta” Si no volvemos en 24 horas, atropellen el fortín”, en donde luego
de un breve intercambio de palabras fueron inmediatamente detenidos. Rojas Silva fue confinado
mientras esperaba un interrogatorio en un pequeño rancho bajo la custodia de un solo conscripto.
Las horas de práctica militar hizo que, en tales circunstancias el teniente paraguayo intentará
fugarse pero en la lucha que entabló con el custodio, Froilán Tejerina, éste le dio muerte.
El incidente del Fortín Sorpresa causó bastante alarma en la opinión pública paraguaya, un año y
medio después, el 22 de agosto de 1928, otra ingrata circunstancia agravó las relaciones entre los
gobiernos de Paraguay y Bolivia en efecto, tropas paraguayas sorprendieron y tomaron prisioneros
en los alrededores del Fortín Galpón, en el Alto Paraguay, a varios militares bolivianos de alta
graduación que, según el historiador Efraím Cardozo, evidentemente estaban preparando el terreno
para la ulterior ocupación de esos lugares. Los prisioneros fueron el coronel Victoriano Gutiérrez,
comandante de la Quinta División, con asiento en Puerto Suárez; teniente coronel Ángel Ayoroa,
comandante del fortín Vitriones; teniente coronel Salvador Gutiérrez, capitán Filiberto Losada,
sargento David Mendoza y el baqueano Pascual Valenzuela. La situación se agravaba horas tras
horas. A raíz del ataque paraguayo al Fortín Vanguardia, fuerzas bolivianas capturaron los fortines
paraguayos Boquerón y Mariscal López, dónde muere el mítico Tte. Aparicio Figari, ocasiono la
inmediata ruptura de las relaciones diplomáticas.
Como los paraguayos nos enteramos de estos atropellos con los reportes traídos por cazadores de
animales salvajes que señalaban que, soldados bolivianos habían aparecido en los alrededores de la
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misión Inglesa Nanawa. Hasta 1927 se fundaron los fortines Margariños, Nueva Sorpresa,
Tinfunqué, Cuatro Vientos, Saavedra, Muñoz, Alihuata y Arce.
Ante estas situaciones el gobierno paraguayo por Decreto Nº, el 14 de diciembre de 1928,
ordeno la movilización “a los individuos de Tropa de la Reserva del Ejército Permanente de
la Armada, a todos los ciudadanos hábiles para el servicio de las armas…” de 20 a 28 años
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de edad cumplidos. Aun así jóvenes de todas las edades se presentaron masivamente a los
cuarteles, incluso jóvenes que aún no cumplían los 17 años solicitan su incorporación a la
milicia.
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comprar armamentos, la más onerosa y valiosa de todas las dos cañoneras bautizados
como Paraguay e Humaitá. Para el efecto fueron comisionados a Europa el General Manlio
Schenoni y el Coronel Arturo Bray para la adquisición de armas y pertrechos destinados al
ejército, en algún momento comento el Coronel Bray que la puntillosidad y economía que
realizo el General Schenoni exasperabas a los vendedores pues al conseguir comisiones de
compras, este los volvía a reinvertir en comprar más armamentos.
Exasperado la sociedad paraguaya con los acontecimientos mencionados más las tomas
sucesivas de Fortines por bolivianos; Masamaklay, Sorpresa, y la renovada recordación de
la casi inmolación del Tte. Rojas Silva, los luctuosos y fatídicos acontecimientos de los
jóvenes frente al Palacio de Gobierno el 23 de octubre de 1931.
Con certeza podríamos deducir que el Gobierno Boliviano perseguía dos objetivos llegar
al Rio Paraguay y apoderarse de todo el Chaco Paraguayo utilizando la fuerza de las
armas atizadas hábilmente por visionario(s) inversor(es) extranjero(s) petrolífero(s).
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Esta tesitura pronto ocasionó ronchas en el Ejército, pues otros jefes, como el comandante
de la I División de Infantería, Tte. Cnel. José Félix Estigarribia, y el jefe de Estado Mayor
General Tte. Cnel. Juan Bautista Ayala, concebían la defensa del territorio chaqueño de tal
manera a ir al encuentro del adversario lo más lejos posible del río Paraguay e impedir la
reunión de las columnas en que se suponía llevaría a cabo el ejército boliviano su plan de
ataque. Esta concepción era del agrado del gobierno que asumió el 15 de agosto de 1932,
encabezado por el Dr. Eusebio Ayala. Por esta razón el Comandante en Jefe Gral. Rojas,
será progresivamente relegado a tareas secundarias y puramente administrativas. Entre las
medidas tomadas por la Comandancia en Jefe estuvo la división del territorio chaqueño en
dos zonas militares: la del norte o Comanor, con sede en Bahía Negra, al mando del
teniente coronel José Julián Sánchez, desde Puerto Guaraní hasta Puerto Suárez; y la del
sur, Comasur, abarcando desde el Puerto Guaraní al resto del Chaco, bajo el mando del Tte.
Cnel. José Félix Estigarribia, pero con jurisdicción sobre Comanor. Estas medidas
permitieron una mejor coordinación de la organización de la defensa nacional. Por otra
parte con posterioridad se organizó en Concepción la II División de Infantería con los
Regimientos de Infantería “2 de mayo”, “Corrales”, de caballería “Coronel Mongelós” y el
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primer grupo de artillería. La comandancia de esta II División estuvo a cargo del Tte. Cnel.
Gaudioso Núñez.
Para guarnecer el sector norte, con las tropas de Comanor, se organizó una III División de
Infantería, con las tropas del R.I. Nº 5 “General Díaz”, el R.I. Nº 8 “Piribebuy” y un
destacamento de infantería de marina (RIM “Riachuelo”), juntamente con el G.A. Nº 3
“Coronel Hermosa”. También, con los cadetes de la Escuela Militar, se constituyó el R.I.
Nº 6 “Boquerón”. En Julio de 1932 ante el agravamiento de la situación internacional, el
Comando en Jefe solicitó la organización de Grandes Unidades Operativas.
I División de Infantería la Gran Unidad decana de todas las Divisiones paraguayas, fue
creada el 17 de junio de 1931 por Decreto Nº 40.478, compuesto por los Regimientos de
Infantería Nº 2 "Ytororó" y el Nº 4 "Curupayty", con asiento en Puerto Casado,
completando posteriormente su organización con el Batallón de Zapadores Nº 1 "Gral.
Elizardo Aquino", el Grupo Nº 2 de Artillería "Gral. Francisco Roa" y el Regimiento de
Caballería Nº 2 "Coronel Felipe Toledo", siendo nombrado su primer Comandante, el Tte.
Cnel. José Félix Estigarribia, y con posterioridad se organizó en Concepción la II División
de Infantería con los Regimientos de Infantería “2 de mayo”, “Corrales”, de caballería
“Coronel Mongelós” y el primer grupo de artillería. La comandancia de esta II División
estuvo a cargo del Tte. Cnel. Gaudioso Núñez
El Tte. Cnel. José Félix Estigarribia sometió a consideración del superior Gobierno
Nacional un Plan Operativo para desalojar al enemigo del Fortín Boquerón últimamente
en poder boliviano, verdadera amenaza para el sector Casado, recordando que el militar
paraguayo mantenía la Tesis que, al enemigo debía ser atacado y retenido a muchos
kilómetros dentro del Chaco Boreal y no dejarlo penetrar por ninguna razón en la zona del
Gran Rio Paraguay.
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En Puerto Casado todas las tropas después de un breve descanso de 2 días por orden del
Comanchaco abordan el tren del empresario argentino Carlos Casado quien explotaba la
mayor cantidad de hectáreas cedida a un particular por el Gobierno Nacional para la
extracción de quebracho, llegando al mítico paraje Km. 145 (punta riel), de ahí a marcha
administrativa forzada partían rumbo a Isla Po í cuartel general de las operaciones del
sector casado, esta ubicación geográfica fue una formidable conjunción de caminos a
Boquerón, Toledo y Corrales, en este fortín de techos de pajas y horcones de madera se
planificaron los más certeros ataques/defensas militar para la victoria de las armas
paraguayas.
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BATALLAS
Pitiantuta, Boquerón, Yukcra, Lara, Ramírez, Cabo Castillo, Arce, Saavedra, Nanawa,
Gondra, Pirizal, Toledo, Pozo Favorito, Pampa Grande, Zenteno, Campo Via, Cañada
Strongest, El Carmen, Ballivián, Cañada Esperanza, Beatriz, Guachalla, Yrendague,
Ybybobo, Charagua, Villa Montes, Carandayty, Mandyyupecuá, Picuiba, Ybyrapytindy e
Ingavi la ballata final.
PITIANTUTA
Inmediatamente se fundó el fortín Carlos Antonio López, en esta inmensa planicie llamado
“INFIERNO VERDE” el agua era vital para ambas fuerzas Bolivia envió vuelos de
reconocimiento descubriendo a su vez la laguna y divisando el improvisado fortín. Así la
laguna bautizada Pitiantuta, cuyo nombre en lengua chamacoco significa lugar del oso
hormiguero muerto.
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lo que el destacamento llegó a contar con 7 oficiales, 143 hombres, una batería de artillería,
una sección de ametralladoras de dos piezas, 16 ametralladoras livianas, una sección
sanitaria y unos 23.000 cartuchos de fusiles.
Salieron de Casanillo el 5 de julio el plan consistió en atacar con dos columnas llegando a
las inmediaciones el 14 de julio. A las 3 de la madrugada tuvieron los primeros
enfrentamientos a unos 200 mts. del fortín replegándose los bolivianos hacia el fortín, el 16
de julio continuó los asaltos a las posiciones enemigas, en horas de la tarde el Mayor
Moscoso recorriendo las trincheras constató alarmado que estas se encontraban vacías
todos huyeron rumbo al fortín Camacho a más de 170 km de distancia. La laguna fue
recuperada por el Paraguay. Para nuestro país, establecer una guarnición militar en el sitio
significaba contener las pretensiones bolivianas en la zona.
El empeño puesto por las fuerzas armadas de ambos países para posesionarse de esa fuente
de agua vital fue la chispa que inició el incendio de la Guerra del Chaco.
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BOQUERON
El fortín había sido ocupado por el ejército boliviano hacia julio de 1932 el Presidente de
la República Dr. Eusebio Ayala ordena la retoma, esta orden es interceptada por
el servicio secreto de Bolivia, el Tte. Cnel. José Félix Estigarribia Comandante del
COMANCHACO ordena la retoma inmediata y de cualquier manera.
Para ejecutar la orden, el Tte. Cnel. Estigarribia instaló su puesto comando en Isla Poí
convertido en Villa Militar situado a 80 km de Punta Rieles y a 60 de Boquerón. En pocos
días, este fortín se convirtió en sitio de agrupación de reservistas. En sus alrededores se
instalaron campamentos militares, grandes talleres, depósitos de materiales, etc.
En una reunión con sus oficiales, Estigarribia dio a conocer su estrategia, la que iba
sostener a lo largo de tres años de lucha: “Vamos a entrar en una guerra de comunicaciones,
en la cual el ejército que logre dominar las comunicaciones, será vencedor”. Para realizar
el ataque al fortín Boquerón, todo el mes de agosto, las fuerzas paraguayas fueron
concentrándose en Villa Militar.
La superioridad paraguaya en números de soldados constituyo en una batalla épica para las
FFAA Bolivianas. Durante los 23 días que duró el
combate, iniciándose las hostilidades por parte de Paraguay el 9 de septiembre, los hombres
del Cnel. Manuel Marzana resistieron el embate en una fortificación considerada como la
más formidable de toda la Guerra.
Estigarribia, quería estar próximo a sus tropas en el momento de la lucha y durante el
transcurso de la guerra se mantuvo próximo a los frentes de combate, a diferencia del Gral.
Quintanilla boliviano, que desde su seguro reducto de Muñoz exigió a sus hombres luchar
hasta morir.
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Tremendas dificultades tuvo que sortear nuestro Ejército para iniciar esta primera gran
batalla, una de las más serias fue la falta de planos que indicarán el lugar exacto del fortín.
Afortunadamente, el Tte. Heriberto Florentín antiguo comandante de Boquerón pudo
apelando a su memoria esbozar un mapa que orientó a los nuestros.
Estigarribia, con sus conocimientos tácticos adquiridos en una de las principales escuelas
de guerra del mundo unidos a una aguda intuición y a la firme e inquebrantable voluntad de
vencer, le hicieron elaborar un inteligente plan operativo atenazar al enemigo en Boquerón
con tropas de infantería, mientras ordenaba a los Destacamentos de Caballería cortar toda
posibilidad de ayuda y abastecimiento al fortín.
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Automáticamente todas las miradas apuntaron hacia el sector señalado, en busca del signo
de la rendición. La tarea fue fácil, pues para ese instante una cortina de ropas blancas de
todos los tamaños se había extendido de punta a punta sobre la trinchera enemiga;
camisas y pañuelos blancos atados en la punta de rústicas varillas ondulaban
pausadamente detrás de los parapetos. Era la rendición incondicional que ofrecían los
bravos defensores de Boquerón. Nuestra emoción fue tan grande que por algunos instantes
nadie osó mover ni un dedo, como si un poder mágico paralizara nuestras energías y
nuestras voluntades. Además - ¿por qué no decirlo? – un poco de desconfianza o temor a
lo que podría ser una trampa primaba en nuestro ánimo; hasta que un oficial, el más
decidido, se animó a gritarles: “¡Salgan de sus trincheras, sin armas!”.
Sobre esta gran victoria de las fuerzas paraguayas el entonces Tte. Bray, comandante del
Regimiento de Infantería Nº 6 “Boquerón” formado con los cadetes de la Escuela Militar
del que Bray era director, escribió: “Boquerón fue una resonante victoria de nuestras
armas, lograda a fuerza de heroísmos y sacrificios, pero también una estupenda hazaña de
los bolivianos, al resistir veinte tres días de asedio sin tregua, a pesar de su notoria
inferioridad numérica y de la superioridad cuantitativa de nuestro armamento. Reconocer
los méritos del adversario importa enaltecer los propios”.
Así el 29 de septiembre agotados todos los recursos las tropas bolivianas alzaron banderas
de rendición las pérdidas humanas eran de aproximadamente 200 hombres, mientras que
las pérdidas para las FFAA paraguayas llegaban a casi 6.000 hombre. La falta de agua
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atribulaban a las tropas paraguayas el sol de setiembre pareciera una primavera infernal
para los nuestros, esta batalla constituyó la tribulación y sufrimiento atroz para las tropas
por falta de agua sin comparación con enfrentamiento bélico alguno en el mundo hasta
hoy, que será la constante durante el transcurso de la guerra.
Días después, en Asunción, una abigarrada y hostil muchedumbre aguarda la llegada del
“Humaitá”, que transporta el primer contingente de prisioneros de guerra. Marzana y sus
soldados y oficiales son conducidos a tierra. No son seres humanos, sino espectros,
cadáveres, arrastrándose. Las camisas hechas jirones, los pantalones acortados hasta el
ridículo...”. La actitud del público, al verlos, se transforma de inmediato. El rencor de los
paraguayos desaparece, para dar paso al asombro y luego a la piedad. Un conmovido
silencio será su mejor tributo. De pronto, unos vendedores ambulantes rompen filas y
ofrecen, espontáneamente, a los cautivos lo que tienen: chipás, naranjas, cigarros... Una vez
más, por sobre todas las posibles pasiones, ha triunfado la innata nobleza del pueblo
paraguayo.
En esta batalla se demostró a las FFAA boliviana y al mundo entero el temple del soldado
paraguayo que emulando a los valientes soldados de la Guerra de la Triple Alianza estaban
preparados con la moral en alza para evitar toda incursión y apropiación del Chaco
Paraguayo.
Hondo dramatismo rodeó la rendición del Cnel. Marzana a manos del entonces Tte.
Arturo Bray, incluso el comandante de la II División, el Tte. Cnel. Gaudioso Núñez
exclamó a su paso: “¡Oficiales y soldados del Paraguay, saludemos las lágrimas de estos
valientes! ¡Los guerreros también lloran!”. Todos se cuadran y saludan con los ojos
empañados.
En un parte escueto, el comandante de la I División May. Carlos José Fernández, llamado
a ser uno de los jefes claves de la guerra, informará a su superior jerárquico: “Con íntima
satisfacción, comunico a ese comando que nuestro fortín Boquerón se halla de nuevo en
nuestro poder, habiéndose rendido incondicionalmente el enemigo”.
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• La contratación de los “servicios” del alemán Hans Kundt, General del Ejército
Alemán, asumiendo el Comando del Ejército Boliviano
• La ofensiva paraguaya retomó los fortines: Yukcra, Lara, Ramírez. Cabo Castillo y
Arce.
• Proféticamente, desde La Paz, el general Osorio escribirá el día 11 al general
Quintanilla: “De la resistencia de Boquerón depende el destino de ‘nuestro’ Chaco. El
Presidente de la Nación y el pueblo entero confían que sus defensores cumplirán su
deber y no dejarán pasar al enemigo”.
• En La Paz, el 1º de octubre, el Gobierno, todavía ignorante del desenlace de la batalla,
envía un angustioso cifrado al general Quintanilla: “Falta de noticias sobre la situación
de Boquerón induce a la opinión pública a dar crédito a comunicados paraguayos que
describen la acción con detalles, dando lugar a manifestaciones. Atribuyen al Comando
que trata de engañar al país, ocultando la verdadera situación, lo que podría ocasionar
desórdenes similares a los que ya se iniciaron en Oruro. Urge enviar partes más
frecuentes...”. La incomunicación del Ejecutivo con los altos mandos militares se hace
evidente una vez más.
En homenaje a esta batalla el 29 de setiembre se conmemora y denomina Día de la
Victoria (Feriado Nacional)
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NANAWA
La Muralla Viva; desde la heroica defensa dispuesta con astucia por los Coroneles Luis
Irrazabal Barboza y Francisco Brizuela el 20 de enero de 1933, con una poderosa fuerza de
5.000 hombres las fuerzas bolivianas comandada por el Gral. Kundt, fueron rechazados
inclusive con la lucha cuerpo a cuerpo por los 2.500 soldados paraguayos que contaba el
fortín paraguayo. Rodeado por el enemigo sin posibilidad de ser auxiliados por tierra,
Irrazabal dispuso la rápida construcción de una pista de aviación en la cual audaces pilotos
paraguayos haciendo caso omiso a las peligrosas antiaéreas enemigas subían y bajaban
trayendo la logística requerida.
La orden estricta del aguerrido Cnel. Irrazabal resume toda su vida militar “Una vez
terminados los proyectiles, se pasará a la lucha cuerpo a cuerpo, sin idea de retirada del
fortín Nanawa”.
Hans Kundt no se quedaría con esta amarga derrota, tal es así que desde fines de junio, el
comando paraguayo, por medio de declaraciones de prisioneros, confirmo las
informaciones que el general Kundt estaba preparando un poderoso ataque sobre Nanawa,
con 20.000 hombres, provistos de tanques de guerra, minas, lanzallamas, artillería pesada
incluso aviones de combate.
El Cnel. Estigarribia dispuso el desplazamiento de fuerzas hacia el sur, de modo que una
acción del enemigo no los tomara de sorpresa, adoptando precauciones especiales para
contra restar la acción enemiga que se anunciaba decidió reunir unos 9.000 hombres en
Nanawa. Colocó su reserva estratégica en Falcón, pues, se daba cuenta de que el ataque
boliviano en gestación le serviría admirablemente para realizar su designio de destruir al
enemigo, y en este caso sin el riesgo de emprender operaciones ofensivas. El III Cuerpo de
Ejército a cargo del recién ascendido Coronel Luis Irrazabal Barboza había empeñado en
fortificar formidablemente Nanawa, construyendo líneas de trincheras no solo alrededor del
fortín, sino también fortificando y artillando toda la isla de monte de la zona y a minar las
probables rutas de asalto. El comandante Irrazabal dispuso que el sector oeste del fortín
fuera defendido por el R.I.Nº 13 “Tuyutí”, que se ubicó sobre el camino de Masamaclay. La
defensa del norte del fortín estaba a cargo del R.I. Nº 7, mientras que el sector sur era
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defendido por una brigada de caballería formada por los regimientos R.C. Nº 4 “Acá
Carayá” y el R.C. Nº 5 “Acá Verá”.
EL 2 de julio, desde los puestos avanzados se informó que los bolivianos estaban
aprestándose para el asalto, el 4 de julio de 1933 cuando para coincidir con la reunión de
la Asamblea de La Liga de la Naciones, Kundt desencadenó contra Nanawa, el más grande
ataque frontal en masa de la guerra del Chaco. A las 9:05 del 4 de julio, el estallido de una
poderosa bomba que dejó un cráter de unos 30 metros de diámetro, cerca de 15.000
combatientes bolivianos se lanzaron al asalto sobre Nanawa, apoyados por 32 cañones y la
aviación que bombardeaba a la artillería paraguaya, mientras los lanzallamas lamían y
calcinaban todo a su alrededor, seguidos por los tanques de guerra.
Las reservas locales paraguayas, que en medio de aquella tormenta infernal acudieron hacia
el punto roto de la línea, lucharon cuerpo a cuerpo en un entrevero espantoso, hasta detener
el avance enemigo. Luego se lanzaron a un contraataque con granadas de mano, y
retomaron, al oscurecer del mismo día, uno de los reductos que habían caído en poder de
los bolivianos. Uno de los carros de asalto fue incendiado por los tiros de la artillería
paraguaya y los demás quedaron inmovilizados.
El día 6 de julio, al amanecer, los bolivianos reiniciaron los asaltos, pero para la media
mañana fueron rechazados. A media tarde intentaron otro asalto, pero fueron repelidos,
hasta que a las 20 los paraguayos rechazaron el más violento de los ataque del día,
obligando a los bolivianos a replegarse, pero fueron atacados en Gondra por las fuerzas
paraguayas, que se apoderaron de toda la primera línea del enemigo. En los días siguientes
ya en el sector Gondra los bolivianos realizaron otras embestidas infructuosas y
sangrientas. Estos triunfos del Ejército paraguayo le valieron un nuevo ascenso al
comandante Estigarribia, tal es así que el Coronel Irrazabal realizo una frase que trunco su
carrera militar y acciones en la guerra “Siga Ud., ascendiendo, general, que nosotros
continuaremos en nuestros puesto de combate para que Ud. siga agregando estrellas sobre
sus hombro”
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PIRIZAL
Operación Mula Muerta del 27 al 28 de setiembre de 1933, un patrullaje de exploración
realizado el 31 de agosto por el Sargento Garcete quien informó: "Haber llegado hasta un
Pique enemigo con tendido telefónico en dirección a "Masamaklay", a retaguardia de las
fuerzas bolivianas que operaban sobre Pirizal; y que el claro de terreno no vigilado que
existía entre "Gondra" y "Pirizal" posibilitaba la ejecución de una penetración profunda
para la destrucción de dichas fuerzas y de las que operaban sobre "Nanawa". Esta
información fue utilizada por el Estado Mayor del III C.E. para el ataque ordenada por su
Comandante Cnel. Luis Irrazabal Barboza.
A las 5 del día 27 de setiembre de 1933 se inició la marcha, con un escuadrón del R.C. Nº
3 "en descubierta", el que tomó sorpresivamente contacto violento con el enemigo a las
6,15 (a menos de 4 kilómetros del punto de partida) originándose desde los primeros
cambios de disparos una tenaz resistencia enemiga a la progresión del ataque, el
Destacamento A totalmente frenado en su progresión con el enemigo presionando en todas
las direcciones de su despliegue y forzado a emplear sus reservas y refuerzos recibidos, en
"Martillos" que extendía para eliminar el peligro de un contra envolvimiento que se
insinuaba peligrosamente, castigado por la Artillería y morteros enemigos, que actuando
con gran precisión, le causaba bajas que le era difícil reponer. Lo mismo acontecía con el
R.C. Nº 3 "Mongelos", que desplegado a espaldas del "Destacamento A"; recibió del
enemigo contraataques sostenidos, aunque carentes de peso, que le obligaron a extenderse
en "Martillo" tratando de eliminar el peligro de un envolvimiento por su ala derecha.
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Para las 20 del día 27, los informes elevados por los Comandantes subordinados
expresaban: Tte. Cnel. Ortiz Cabral: "No se ha podido romper las líneas del enemigo;
hemos pasado del ataque a la defensa; estamos lejos del objetivo fijado; no hemos logrado
en ningún momento la sorpresa; en las posiciones alcanzadas estamos aferrados al terreno
y la situación ahí, se mantiene estacionaria"; Cap. Duarte Sosa: "Mis tropas no llegaron al
objetivo, del que nos encontramos más o menos a 700 metros; los contraataques enemigos
fueron frenados; desde las 12 la situación es estacionaria, aún seguimos esperando nuevos
contraataques; no estoy en condiciones de dar una apreciación definitiva en relación a la
misión encomendada al Destacamento"; El comandante divisionario contestó: "se aferrase
sobre las posiciones alcanzadas; que los refuerzos trataría de conseguirle; que no contaba
sino con la Compañía del Cap. Porta Bruguez del R.I. Nº 6 "Boquerón" con una Misión
particular que cumplir dentro de la Orden de Operaciones de la División; que comunicaría
al Cuerpo su pedido de repliegue, cuyo resultado le comunicaría". La maniobra de Pirizal
fue montada a pedido del Cap. Duarte Sosa al Cmte. del III Cuerpo, cuyo Sargento Garcete
dijo "haber llegado en un patrullaje hasta las inmediaciones del Fortín Murgia, a
retaguardia de Masamaklay, y que entre Gondra y Pirizal existía un gran claro de terreno no
vigilado por el enemigo, que facilitaba efectuar una maniobra en profundidad, que traería el
derrumbe y destrucción de todo el sistema enemigo de Pirizal y Nanawa".
El Cmte. de la IV D.I. sobre la base de los Informes suministrados por los Comandantes
subordinados, hace su propia apreciación, que da a conocer al Cmte. de Cuerpo, por
intermedio de su Ayudante de Ordenes Cap. Mushuito Villasboa, expresando: "El cerco de
las Fuerzas enemigas no se ha producido, habiendo reaccionado la defensa contra el
ataque en posesión de la "iniciativa" y con plena "libertad de acción" dentro del campo
táctico. El factor sorpresa ya no existe. La resistencia que podemos ofrecer al enemigo en
nuestra progresión, de ninguna manera ya puede influir en la decisión que buscamos.
Nuestro propósito inicial ha fracasado; ni rapidez ni sorpresa han proporcionado nuestro
desplazamiento operativo; y mantener las posiciones estáticas a que el enemigo nos ha
obligado constituye a mi juicio, una carga sino estéril, por lo menos despojada del alcance
que debió haber tenido. Frustrado el intento, lo único que se lograría sería constituir un
nuevo frente, irregular y difícil de abastecer; sin ninguna gravitación sobre las
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La Operación Militar cuyo desenlace se había producido, costó más de 250 Bajas a la IV
D.I. y había dejado el profundo desaliento que producen las frustraciones, que servirían en
las semanas posteriores, para que en el egoísta, mezquino como inútil campo de la intriga y
de las malquerencias, las armas secretas de la malevolencia ensayasen sus resabios, que
sólo lograron restar a la defensa nacional, inteligencias privilegiadas y experiencias
necesarias para el Ejército en Campaña.
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El señor Auditor General de Guerra del Ejercito en campaña, Pedro R. Espínola, sobre la
sola base del informe del Comandante del IIIC.E., calificó los delitos de TRACCION A LA
PATRIA, COBARDIA FRENTE AL ENEMIGO E INSUBORDINACION” esto tres
delitos penados con sentencia de muerte.
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En esta acción del ejército paraguayo ocurrieron hechos llamativos, no se tuvo el factor sorpresa,
estuvieron estacionaron 700 ms. antes del Cañadón Mula Muerta, el R.I.Nº 20 “Acá Yuasá” fue
diezmado por la artillería y mortero boliviano que abatían certeramente, se cumplió la orden del
Comandante del III C.E. que se basó en un informe del Sgto. Garcete cuyo parte no fue contrastado
con una patrulla de avanzada para cerciorarse de la veracidad de lo informado, al término de esta
magra acción de la IV División rodaron la cabeza de Bray, Irrazabal, Caballero Álvarez.
Arturo Bray nació en Asunción en 1898, estando en Inglaterra estudió brevemente la carrera de
Medicina en Londres por su ascendencia británica por el lado paterno, ingreso al ejército británico y
participo en la Primera Guerra Mundial, combatiendo en el frente y herido en dos ocasiones en el
Somme y Marne al concluir la guerra fue dado de baja con el grado de Tte. Primero.
Recibió las condecoraciones “Medalla del Rey Jorge V y “Medalla de la Victoria, de Gran
Bretaña y la “Croix de Guerre” Francia.
En el Paraguay fue condecorado con la “Medalla de Boquerón”, “Cruz del Chaco” y “Cruz
del Defensor”.
Sus desenfados con José Félix Estigarribia eran conocidos en toda la Guerra del Chaco
cuyos problemas empezaron cuando ambos combatieron en aquellos días aciagos de la
revolución de 1922 al 1923.
Vale la pena, en esta oportunidad, transcribir el juicio histórico con que nos ha honrado un
estudioso de nuestra historia, Veterano de la guerra del Chaco y sobreviviente del
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STRONGEST
El 10 de mayo, el I C.E. avanzó por el camino Campo Jurado-Villa Montes, una inhóspita y
polvorienta vía bautizada Lóbrego. Con sus Divisiones II, VII y VIII compuesta de los
regimientos “Itá Ybaté”, “Rubio Ñu”, “Yataity Corá” el grupo de artillería “Bruguez”. “2
de mayo”, “Corrales”, “Sauce” y “Capitán Bogado”, “Mariscal López” y “Pitiantuta”,
Los bolivianos esperaban en puntos bien fortificados. Luego de varios días de marcha en
que se cubrieron 60 kilómetros desde Campo Jurado, la vanguardia paraguaya empezó a
tomar contacto con las fuerzas bolivianas, sin lograr quebrantar sus flancos. Los bolivianos
planeaban, por medio de un nuevo camino, avanzar sobre los paraguayos y atraparlos en un
doble envolvimiento.
El Batallón 40 a cargo del Mayor Chircov se entera por Radio So ó que están sufriendo una
gran derrota en el frente el I C.E. por un descuido imperdonable de algunos comandos de la
Unidades el enemigo logró rodear a varios Regimientos y especialmente del R.I 16.
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mismo ocurrió con el segundo pero se encontraron con tercero muy fortificada y con una
barrera de fuego terrible, viendo las numerosas bajas sufridas y la casi seguridad que los
camaradas a cargo del Cap. Estigarribia habían llegado al límite humano de su heroica
resistencia por indicios que dejaron de gritar “Viva el Paraguay”
Durante cinco largos días, este puñado de hombres luchó desesperadamente, distrayendo,
juntamente con otros batallones, la maniobra de la XI División boliviana, lo que obligó a
Bilbao Rioja a disponer que la III División boliviana bajara del norte a completar la trampa,
pero la misma fue contenida, permitiendo a las fuerzas paraguayas a escaparse en la noche
del 21 al 22de mayo, por una picada abierta por el batallón 40, conocida como Pique de
Salvación. Un dato curioso: Como expresión de optimismo, este batallón había cambiado el
lema paraguayo de "Vencer o Morir", por el de "Vencer y Vivir".
Ignorante del retiro de las fuerzas del Cnel. Ortiz, el Cnel. José Rosa Vera anunció que
había derrotado a las fuerzas enemigas, pero en realidad, quienes estaban rodeados eran él y
su II División. Cuando se dio cuenta de su situación intentó reaccionar, pero ya era tarde,
llevando a la desintegración de su división y provocando la rendición de las unidades
paraguayas, el 25 de mayo.
A pesar de que Peñaranda empleó más de 20.000 hombres, fueron capturados únicamente
1.556 hombres con sus equipos. Después de cortar el camino principal, los bolivianos se
aletargaron, y todo lo enfocaron sobre el solitario batallón rodeado (Estigarribia). Los
bolivianos no supieron aprovechar este único revés del Ejercito Paraguayo y contentos se
retiraron a posiciones bien fortificadas. Aun así, ésta fue la mayor victoria boliviana. El
crédito correspondió a los coroneles Bilbao y Rodríguez y sirvió para levantar grandemente
la moral del Altiplano.
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EL CARMEN
El Batallón 40 en la zona de Falcón-Rancho Quemado en el mes de junio de 1933 regresan
de su misión de retaguardia el Cap. Chircov y Tte. Lombardo, reclutaron a 150 hombres y
trajeron 3 ametralladoras pesadas y equipos telefónicos. Tan pronto Chircov tomo las
primeras medidas y como se trataba de la unidad de enlace entre el I C.E. y III C.E., el
comando superior prometió dotarlo de mayor efectivo que correspondiera a un Regimiento
de Infantería ó Batallón reforzado.
El Cap. Chircov felicitó al Tte. Cantero (Caballería) por su brillante actuación en ausencia
de este, en un momento dado se pretendió dar el nombre de Regimiento de Caballería por el
Tte. Cantero, pero la mayoría de los oficiales eran infantes, y además por las características
del terreno y la problemática de mantener caballos, por fuerza teníamos que ser infantes, en
un momento alguien hablo sobre las proezas del Gral. Días en la batalla de Curupayty y que
precisamente llevaba el nombre de Batallón 40 que fue totalmente aniquilado. Entonces al
Cap. Chircov le gusto la historia y lo bautizaron con este nombre formaban parte del II C.E.
En la zona de Garrapatal el entonces Mayor Nicolás Chircov recibió la orden de relevo del
Comando del Batallón causando profunda pena entre sus comandados, en esta zona a
noviembre de 1934 se incorporan a la VIII División de Infantería a cargo del Cnel. Eugenio
Alejandrino Garay Argaña tuvieron algunos encuentros de escaramuzas mientras se
preparaba la mítica Batalla de “El Carmen” para esta gran y exitosa misión, el Batallón 40,
el R.I. Nº 18 y R.I. Nº 16 constituía la VIII División. Las medidas previas fue enviar
avanzados de patrulla en varias ocasiones para reconocimiento profundo a cargo del
Capitán Cecilio Escobar Rodas. Pronto encontraron contactos con el enemigo una de ellas
al mando del Tte. Justo Pastor Acosta sorprendió a un camión boliviano aniquilando a sus
ocupantes, entre los muertos se encontraba el May. Celso Camacho Jefe de Estado Mayor
de una de las Divisiones que se intentaba cercar, este portaba un portafolio con importantes
documentos que se remitieron inmediatamente al Cnel. Garay con estos el Comando
decidió el rebasamiento del ala izquierda del dispositivo boliviano y así cercarlos.
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Se desmoronó el sistema defensivo de los bolivianos y pudo realizarse con éxito las
riesgosas maniobras de Yrendague y la conquista del fortín Ballivián. José Félix
Estigarribia sentención una vez, “Ballivian caerá a su hora”.
La Infantería con justicia Reina de las Armas, la nuestra ostenta en la historia militar las hazañas,
las glorias y los laureles que congratulan con motivación superior a cualquier ejercito del pasado,
presente y futuro.
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YRENDAGUE
No creían posible la misión tanto algunos Jefes paraguayos y Jefes bolivianos, debido a
que pasar por la zona más desértica, inhóspita y seca del Chaco, en una marcha de casi 70
Km. y atacar la base de aprovisionamiento y suministro de agua de todo un Cuerpo de
Ejército. El análisis surgía de la improbable logística del agua principalmente debido a que
el aprovisionamiento más cercano se da a 200 Km. la del rio Parapití
Debía tenerse en cuenta del terrible calor de los días de diciembre de 1934, como solución
se prepararon bolsas de tela impermeable con capacidad de 10 lats. cada uno a ser llevados
en las espaldas, aparte de armamento y parque, se calcularon tres días con sus noches de
marcha abriendo piques para llegar al objetivo con orden estricto de silencio, nada se
improvisó, todo fue calculado y meditado. En la arenga final Cnel. GARAY, en Puesto
Estrella, dijo a sus Comandos de Regimiento, “me he comprometido a ejecutar una acción
arraigada en la que nos vamos a jugar la vida y tal vez la suerte de nuestra armas”.
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Los hombre como era comprensible se abastecieron de estos para cumplir su misión,
continuando con el día 7 estaban en alerta máxima debido a que al capturar el camión se
escaparon dos hombres por el monte, al llegar en una zona se encontraron con unos cables
de telegráficos inmediatamente lo conectaron escuchando varias conversaciones y decían
que se trataría de una pequeña patrulla.
La marcha sobre los pozos de agua de Yrendagüe tuvo alternativo cruciales. Una de ellas es
cuando la columna detiene su progresión al comenzar el segundo día de marcha en vista de
que no llegaron las unidades de aguateros, y el Jefe da parte y espera orden. La orden llega
terminante y terrible: “Sírvase usted reiniciar la marcha su primer objetivo al recibo esta
orden. Es necesario que mañana llegue a Yrendagüe. Usted se encuentra de este punto a
una jornada de marcha forzada. Agua salió ayer. Le alcanzará oportunamente”, seguidas de
otra orden que dice: “Sirva usted informar hora partida hacía primer objetivo, conviene
abandonar abastecimiento agua desde su base. Si dios quiere mañana VIII D. beberá en
Yrendagüe”.
Según testigos, el Cnel. GARAY, luego de una corta reflexión comentó esta última orden
del Cnel. FRANCO, diciendo en guaraní, “peina co añá memby oñoetendema
Ñandeyaradive. Yajah catú lo mitá aiporo, y catú nico cierto la jheiva”.
“Si Yrendagüe resultaba un fracaso, estas órdenes tal vez ni hubieran encontrado respaldo.
Hubiesen quedado como el audaz intento de un hombre temerario que no vacilaba en lanzar
a sus hombres a perseguir imposibles, su firmante estaría perdido: su carrera, su prestigio,
acaso su honor, la fe que inspiraba entraría en amarga controversia. Hubiera sido el único
culpable. Quizás la confianza en el Cnel. GARAY, sus aguerridas tropas y al providencia
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Muchos de los hombres caían vencidos por el agotamiento, vencidos por la sed, el calor
sofocante y la maraña inhóspita; sucumbían después de agotar toda su voluntad, toda su
moral. Todo su inmenso patriotismo; arrojaban sus equipos y todo lo que tenían menos su
fusil y sus proyectiles. Estos magníficos soldados seguían tambaleando y, cuando caían, lo
hacían abrazando su arma.
Todo esto fue un espectáculo dantesco, desesperante y horroroso para los que teníamos aún
teníamos aún energía de permanecer en pie. El Jefe, el inolvidable Cnel. GARAY, el más
viejo de todos, seguía en pie, ordenando, ayudando y hasta rogando hacer un último
esfuerzo y seguir adelante.
Así cayó Yrendagüe ese inolvidable 8 de Diciembre de 1934; después de tanto sacrificio y
penuria. La victoria final relativamente fue fácil, increíble e inesperado para los pocos
efectivos de la VIII División que llegaron finalmente al objetivo.
Por esta gran hazaña del Batallón 40 fue condecorado en el campo de batalla, sólo el Jefe
de la Unidad, Tte. 1º Ceferino Vega Gaona. Ningún otro soldado combatiente y de
servicios que habían cumplido con abnegación, espíritu de cuerpo y valor su misión
merecía esta distinción.
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YBYRAPITINDY
En aquel lejano 31 de agosto 1932 zarpaba del puerto de Concepción los valientes soldados
de la I y II División de Infantería rumbo al Puerto Casado para internarse en el Infierno
Verde, en aquella mañana toda la ciudadanía se reunió para la despedida de honor y
emocional con los gritos con los gritos de “VIVA EL PARAGUAY” y hasta el
“PARAPITI” frase célebre acuñada por el Dr. Manuel Domínguez “Ni más acá ni más
allá del Parapití” la llegada a este punto geográfico límite con Bolivia constituyo el
momento solemne y emocionante de la guerra. Ese hecho se realizó el 31 de mayo de 1935
consagrado con la liberación definitiva del yugo usurpador, sin lugar a dudas que la
valentía, coraje y amor propio del soldado paraguayo siempre fue acompañado por una
creencia mística así en silencio oraban al Dios Todopoderoso y a la Santísima Virgen de
Caacupé, Patrona y Protectora del Ejercito Paraguayo en Combate, llegar a este punto
geográfico le cupo al R.I. Nº 1 “2 de mayo” así cruzar este rio constituyo muchos
combates y manejos tácticos de ambos bandos así todas las armas del Ejército Paraguayo
contribuyeron a fortalecer las zonas ocupadas. El servicio de Intendencia cumplió un rol
vital en esta zona geográfica proporcionando a los combatientes todo lo necesario para no
desfallecer y rendirse bajo ningún juramento. El 26 de mayo de 1935 fue la última acción
guerrera que protagonizo el bravo Regimiento de Infantería Nº 1 “2 de mayo” batiendo al
enemigo en Ybyrapitindy.
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RECONOCIMIENTOS Y LOAS
A LA INFANTERIA
Avanza la Infantería
con apostura marcial;
provocando la alegría
con prestancia y bizarría
de tradición sin igual
Y en el campo de batalla
cuando llega a combatir
en su pecho heroico estalla
ese Lema que avasalla;
el de "Vencer o Morir".
Fusileros de la gloria
de acerado corazón
Con noble ejecutoria
paseasteis por la Historia,
nuestro invicto Pabellón
Infante Glorioso
recibe gozoso
mi canto triunfal.
La Patria te aclama
y a tus pies derrama
su ofrenda floral.
Poesía
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13 TUYUTI
tamoñaromente oyecuaa
taropurajhéi 13 Tuyuti.
Ro'atamajhagui tesaraitépe
ndajha'éivante royalavaséva
noroicotevéi ñererochichï.
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regimiento 13 rapycuereta
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tamoñarocuéra 13 Tuyuti.
regimiento 13 pe opucavymi
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LLLLLLllELELELE
FORTIN TOLEDO
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defensor,
una y mil veces tuya es la gloria,
tú eres victoria, fuerza y valor.
En la retaguardia de los
bolivianos
Jakare Valija ma ko osêmba
el teniente Ibáñez un gran
documento
con veinte soldados ojeagarrapa
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FORTIN BOQUERON
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Ha mi Comandante Estigarribia
karia'y añete iponderapýva,
ko Mariscal López karia'y pyahu,
guerrero vale ndijavýi león,
ore korasõme nokirirîvéi,
rosapukaipa enterovete,
¡Viva el Paraguay! ha Estigarribia,
gloria por siempre de Boquerón.
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NANAWA
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Coro
VIVA EL PARAGUAY!
VIVA NANAWA!
VIVA LA MUJER PARAGUAYA!
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ANECDOTARIOS
1. El Tte. Coronel Juan Bautista Ayala recuerda que “con motivo de un parte recibido
en Isla Po í, defendida por un regimiento de Infantería de 600 hombres y un
escuadrón de caballería de 100 hombres, el Comando en jefe envío a Cabrera la
siguiente orden: “Dividir el escuadrón en dos fracciones, enviando cada una de
ellas al encuentro de cada columna enemiga con misiones de retención y atacar con
el regimiento de infantería una de las columnas y destruirla; luego reorganizar el
regimiento, atacar y destruir la otra columna, teniendo cuidado en la persecución de
no pasar la línea del Statu Quo (de 1907).
2. Por otra parte, siempre según Ayala, el regimiento de caballería “Valoís Rivarola”
acampado en Riacho Negro, frente a Concepción, “recibió la orden del Comandante
en jefe de explorar los alrededores de Villa Montes”, o sea recorrer el Chaco de
punta a punta.
3. Sargento Roberto Holden Jara brillante artista que boceto cientos de experiencia
vivida en los campos de batalla que le cupo participar, como recordatorio señalemos
que estudio en Francia y España siendo uno de sus condiscípulos del inolvidable
Salvador Dalí, en una de sus obras describe lo que sin duda ocurrió y vivió, el artista
soldado, en el combate de Corrales el 30 de enero de 1933 el cabo Luciano Yegros
de Quyquyhó alzó una ametralladora colectiva de 82 kg de peso sobre sus hombros
y en veloz carrera evito que cayera en manos bolivianas. El arma estaba ardiendo
por las ráfagas que acababa de disparar que produjeron “quemaduras” de segundo
grado en las espaldas del soldado.
4. Pintor Pablo Alborno en los cruentos combates no todos los soldados de ambos
bandos fallecían muchos bolivianos cayeron prisioneros e inmediatamente enviados
a la capital Asunción, uno de estos prisionero se trató del Tte. Roberto Banega que
se ganó el respeto y admiración de la familia a la cual fue asignado para cumplir
tareas de la casa. Siempre se distinguió de los demás prisionero por su alta
5. formación académica-militar tal es así que ayudaba a los hijos de la familia a las
enseñanzas de las tareas escolares especialmente las matemáticas. En
agradecimiento el genial pintor paraguayo lo retrato al óleo en 1933 con su
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Derecho José Luis Amadeo, Rubén Ayala, Roberto da Ponte, Norberto Cañiza,
Alcibíades Ríos, Alejandro Riveros, Herman Velilla.
17. Esta guerra unió a toda la familia paraguaya así hombres de todas las profesiones y
capacidades se pusieron a las órdenes del aquel primer llamado de 1928 y 1932, así
mencionamos a: Emiliano R. Fernández combatiente, autor, compositor y cantor de
música paraguaya, Herminio Giménez combatiente, autor, compositor de música,
Aurelio González combatiente, jugador de futbol campeón, Teodoro S. Mongelos
radiotransmisor, autor, compositor y cantor, Arsenio Érico futbolista consagrado
contribuyo con la Cruz Roja para recaudar fondos, Mauricio Cardozo Ocampos y
Eladio Martínez siguieron los pasos del “Saltarín Rojo” Julio Cesar Chavez Doctor
en Derecho su roll importantísimo difusión informativa y propaganda causando
temor en la población boliviana, Roque Centurión Miranda combatiente, autor y
compositor de música,
18. Illex Paraguayensis yerba mate (kaá) corresponde mencionar a la bebida tradicional
por antonomancia el TERERÉ se menciona en múltiples escritos que nació entre
los saldados paraguayos en las álgidas batallas de la guerra esta sabrosa, refrescante
y tonificante bebida. Para evitar ser ubicados por el enemigo los saldados
consumían su tereré con agua fría o agua natural de este modo se evitaba hacer
fogatas y su correspondiente humo.
19. El/La paraguayo/a se caracterizó ayer, hoy y siempre en la socialización con la
lengua materna el Guaraní, este constituyó en un elemento táctico letal para las
tropas bolivianas no descifraban la más elemental oración en ella. Pero también
constituyo en el uso jocoso de las tropas paraguayas así tenemos números motes
(marcantes):
• Cadete Otazú “Kikito”
• Batallón de Zapadores Gral. Aquino “Mandi í”
• Escuadrón de soldados recuperada de Hospitales, Remontas, Troperos y
rezagados “Pira guyrá”
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BIBLIOGRAFIA
SALDIVAR, Julio Paraguayo Martín May. Inf. (SR) Héroe Invicto; HISTORIA DEL
REGIMIENTO “BATALLÓN 40” Asunción, Paraguay 1985.
JIMENEZ, Horacio Ramón Tte. 1º Int. Rva. (SR) C. P.; REMINISCENCIAS DEL
SERVICIO DE INTENDENCIA REGIMENTARIA CUMPLIDO EN LA EPOPEYA
CHAQUEÑA AÑO 1932 AL 1935; Asunción, Paraguay 1985.
Última Hora y MASI Bruno; 100 PARAGUAYOS DEL SIGLO XX; Asunción, Paraguay
1999.
BRAY, Arturo Cnel. ; ARMAS Y LETRAS MEMORIAS; Tomo III; Ediciones NAPA;
Asunción, Paraguay 1981.
YUBI, Javier; OBRAS DEL PINTOR ROBERTO HOLDEN JARA CHACORÉ; Revista
Dominical ABC Color; Asunción, Paraguay Domingo 10 de abril de 2011.
YUBI, Javier; RETRATO DEL SOLDADO BOLIVIANO; Revista Dominical ABC Color;
Asunción, Paraguay Domingo 24 de junio de 2007.
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