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Indice
Introducción
1. Presentación
2. La profesión académica
Rocío Grediaga Kuri
I PRESENTACIÓN
–aunque algunas de ellas sólo lo hagan para cumplir con el requisito que les abre
las puertas a los programas nacionales de apoyo a su desarrollo– realizan
regularmente ejercicios de autoevaluación.
Aunque en materia de los procesos de autoevaluación los logros son importantes,
muchas IES aún carecen de sistemas de evaluación en los distintos ámbitos de su
quehacer. La heterogeneidad de instituciones que impera en el país, la diversidad
de subsistemas, la discusión sobre la metodología de la evaluación, sobre el perfil
de los evaluadores y la elección de parámetros, categorías, variables e indicadores
son, entre otras, algunas de las razones que han dificultado el diseño y operación
de los procesos de evaluación del personal académico en dichas instituciones.
En el presente documento se exponen los principios que sustentan la evaluación
del personal académico, se proponen procesos, criterios, variables e indicadores
para evaluar la trayectoria académica integral del personal académico y su
desempeño docente. Asimismo, se sugieren algunos instrumentos y se presenta un
conjunto de recomendaciones que recogen la experiencia en el proceso de
evaluación del personal académico de muchas instituciones de educación superior
mexicanas que constituyen, ante todo, un aporte colectivo emanado de una
preocupación genuina por lograr una educación del más alto nivel para los
estudiantes que han tenido el privilegio de acceder a la educación superior en
nuestro país.
Con la finalidad de analizar y, en su caso, construir un conjunto de reflexiones
sobre la evaluación del personal académico en las IES mexicanas, útiles a aquellas
instituciones que aún no han desarrollado una propuesta para este efecto, así como
para contribuir a la reflexión de los esquemas vigentes en las instituciones que han
acumulado ya una larga experiencia en el diseño y puesta en práctica de esquemas
de evaluación para el personal académico, la Secretaría General Ejecutiva de la
Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior
(ANUIES), convocó a un grupo de universitarios con experiencias diversas y
complementarias en el ámbito de la planeación y evaluación de la educación
superior dispuestos a colaborar en dicho proyecto.
De esta manera, el grupo de trabajo estuvo integrado, en riguroso orden alfabético,
por Magdalena Fresán Orozco, investigadora invitada por la ANUIES y miembro
del personal académico de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
(Evaluación de la educación), quien tuvo a su cargo la coordinación del proyecto;
Guadalupe Gómez Villegas, de la Universidad de Guanajuato (Planeación de la
educación); Rocío Grediaga Kuri, de la Universidad Autónoma Metropolitana-
Azcapotzalco (Investigación sobre el personal académico); Francisco Lepe
Aguayo y Martha Alicia Magaña, de la Universidad Autónoma de Colima
(Planeación y evaluación institucional); Felipe Martínez Rizo, de la Universidad
Autónoma de Aguascalientes (Investigación en educación superior); Rosa Rojas
Paredes, de la Universidad de Guadalajara (Calidad en la educación superior);
Alejandra Romo López, de la ANUIES (Planeación de la educación superior) y
Yolanda Vera Chávez, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
(Evaluación de la educación).
Se contó también con la valiosa colaboración en el acopio y sistematización de
información para la construcción de la presente propuesta, de Patricia Acuña
Monsalve, Laura Guzmán Hernández y Gabriel Lomelí Silva, miembros del
personal de la ANUIES.
* En adelante IES.
2. LA PROFESIÓN ACADÉMICA
Introducción
señaló, están compuestos por individuos con ciertas características. Por ello, los
programas diseñados para alcanzarlos debieran atender simultáneamente distintos
niveles de análisis: 1) el de diagnóstico de la situación laboral, formativa y
organizativa actual de los miembros de esta profesión en el país, que constituye el
punto de partida; 2) el de la situación de las organizaciones específicas, es decir, el
de las distintas IES del sector público; 3) el de las dependencias dentro de las
organizaciones (departamentos, facultades, institutos, escuelas, etc.); 4) el de los
grupos que interactúan de manera cotidiana para el logro de metas compartidas, es
decir, los cuerpos académicos en sus distintos niveles de consolidación; y
finalmente, 5) el de los individuos, con el propósito de apoyar a las organizaciones
para mejorar su composición en términos de escolaridad y modificar su tiempo de
contratación, hasta lograr los rasgos y proporciones deseables en los cuerpos
académicos de los distintos campos de conocimiento, dependencias y tipos de
organizaciones.
Los indicadores incluidos en las políticas vigentes, dan cuenta sólo parcialmente,
de las condiciones necesarias para promover la consolidación profesional de
quienes desempeñan las tareas académicas, pues dejan de lado algunos elementos
que históricamente han sido fundamentales en la evolución de esta profesión,
como serían las formas de organización de las actividades, las características de
los marcos normativos que las regulan, los patrones de interacción o vinculación y
la importancia que estos aspectos tienen en la conformación y consolidación de
los grupos de referencia, en especial los más inmediatos: los llamados cuerpos
académicos.
1 Según Metzger (1987), razones sustantivas, que distingue de las influencias externas, a las que denomina
reactivas.
2 Razones políticas asociadas con la constitución del campo, Bourdieu (1984).
3 En 1980, los recursos para la educación superior representaban el 21.57% del presupuesto público destinado a
educación; en 1990 la proporción disminuyó hasta 11.33%; en 1994 tuvo un ligero repunte al llegar a 12.69% y, a
partir de entonces ha vuelto a presentar una tendencia a la disminución de su importancia relativa, llegando a
significar el 9.55% del Gasto Público en Educación en 1998. Se observa un crecimiento de la inversión privada en
educación, ya que en el mismo periodo (90-98) pasó de representar el 8.07% al 12.39% del Gasto Nacional en
Educación (ver Cuadro 2.1). Lo anterior significa, en la última década, un fuerte contraste de los recursos asignados
a la educación superior con el crecimiento global del gasto educativo nacional que, entre 1990 y 1998 pasó del
4.02% al 5.83% del PIB, haciendo evidente el cambio en las prioridades del gobierno en la distribución de los
recursos, entre los distintos niveles del sector educativo.
4 Ejemplos de la falta de transparencia del uso de los recursos públicos pueden observarse también en otros
ámbitos de la vida nacional, como las empresas estatales y dependencias gubernamentales, en las cuales la falta de
seguimiento del uso de los recursos propició amplios márgenes de corrupción. Un ejemplo de esta situación es el
incumplimiento por parte de las empresas, de los compromisos establecidos con la banca de desarrollo cuando,
además de los fuertes préstamos otorgados, les fueron concedidos permisos de importación o subsidios especiales
tales como exención de impuestos.
5 El gasto federal en educación superior ha venido disminuyendo desde principios de los años ochenta, señalando
que el ligero repunte en los últimos años, aun no ha llevado a recuperar los niveles que había alcanzado el
financiamiento de la educación superior al inicio de la década de los ochenta. En los últimos años, el gobierno ha
tendido a fortalecer el apoyo a la educación básica para ampliar su cobertura y eficiencia terminal en el territorio
nacional (ver Cuadro 2.1).
6 Olac Fuentes (1989), señalaba al finalizar la llamada década perdida, que el deterioro sufrido por la ausencia de
mantenimiento y la falta de inversión en recursos básicos, por ejemplo, la suspensión de la compra de libros y
publicaciones periódicas, materiales y equipos para laboratorios y talleres, representaba un obstáculo difícil de
superar y un costo para el futuro desarrollo del sistema de educación superior.
1 UNESCO. La educación superior en el siglo XXI. Visión y Acción. Documento de trabajo. pp. 42-44.
dimensiones son:
• Coherencia del centro educativo y de sus programas con las necesidades y las características del
entorno.
• Eficacia como coherencia entre las actividades planteadas por el centro en su conjunto para
cumplir sus fines y sus objetivos.
• Eficiencia como coherencia entre los recursos invertidos, el esfuerzo desplegado, el tiempo
empleado y el logro de los objetivos.
Por su parte, Matthias Wesseler (1997) sostiene que la calidad educativa representa una relación
dentro de un contexto o de un sistema. En el caso de la educación superior el contexto está
constituido por los actores del proceso: profesores y estudiantes, personal administrativo, planes y
programas de estudio e infraestructura, la misión y la identidad institucional, el ambiente social y la
cultura científica y tecnológica; además, las relaciones interinstitucionales, la política
gubernamental, el mercado laboral (nacional e internacional). Sin embargo, los sistemas cambian,
en ocasiones, en plazos cortos; y sus elementos constitutivos también pueden variar. Por tanto,
resulta particularmente difícil lograr un consenso amplio respecto a una definición del concepto de
calidad de la educación superior, sobre todo a fines del siglo XX, distinguido por grandes y
complejos cambios, que dificultan la caracterización del contexto institucional.
Por lo anterior, Wesseler propone que se identifique para cada contexto lo que se entiende por
calidad. Actualmente, la calidad de la educación superior se describe por las interacciones entre el
sistema de educa-
ción superior y el contexto social, económico, tecnológico y cultural.
Desde el punto de vista de la calidad, a las IES se las concibe en una científica misión social, en la
cual el aprender a aprender es el recurso estratégico más decisivo para el desarrollo de las ventajas
competitivas de una IES, y también de un sistema de educación superior.
Por último, Wesseler señala que es la calidad de la enseñanza y de la investigación universitarias la
que sirve específicamente a la sociedad.
Como puede observarse en esta diversidad de posiciones, la definición de la calidad en el ámbito de
las IES y las formas de medirla continúan siendo un desafío para la evaluación y la investigación
educativa. Cualquier proceso tendiente a conceptualizar y a evaluar la calidad en este nivel,
necesariamente debe considerar la integración entre los objetivos y los actores del sistema
universitario, así como los múltiples procesos sociales y políticos que interactúan en el contexto
institucional. De lo anterior se deriva la idea de que, la evaluación institucional solamente puede
concebirse, a partir de la coherencia entre todos los factores que inciden en el quehacer de las IES.
A. En el nivel individual:
• Una formación completa para las funciones académicas que deben desarrollar.
• Una experiencia apropiada para el desarrollo de las funciones asignadas.
B. En el nivel colectivo:
• Una proporción equilibrada de profesores de Tiempo Completo y de Hora Clase, de acuerdo con
el tipo de programas que se imparten en la institución. Es decir, una planta conformada por
profesores fundamentalmente de tiempo completo, con demostrada experiencia en la investigación,
cuando los programas que se imparten requieran una extensa formación en ciencias básicas y una
planta formada por profesores, sobre todo de tiempo parcial, con una sólida experiencia en la
práctica profesional, cuando los programas ofrecidos requieren del conocimiento de las exigencias
que supone el ejercicio de una práctica ocupacional distinta al trabajo académico (Administración,
Derecho, Contaduría). Entre estos extremos se visualizan situaciones intermedias de acuerdo a la
naturaleza de los programas (PROMEP, 1996).
• Una distribución equilibrada en el tiempo de los profesores para las tareas académicas, indicando
que las siguientes cinco funciones engloban las funciones más importantes: docencia frente a grupo,
asesoría y tutoría, generación y/o aplicación del conocimiento, gestión y planificación y difusión.
Asimismo, se recomienda una organización académica que asegure la atención de los cursos por los
profesores que tengan el perfil adecuado a los mismos.
• El sustento de la investigación en cuerpos académicos que comparten intereses y objetivos
comunes en cuanto al trabajo académico, que cuentan con el nivel de habilitación necesario para
alcanzarlos, articulados entre sí al interior de la institución y vinculados con cuerpos académicos de
otras instituciones.
superior, debe visualizar la diferenciación de trayectorias de sus profesores en el marco del plan de
desarrollo institucional y contemplar por lo menos tres modalidades fundamentales, con sus
respectivas fuentes de información (Tejedor y Montero, 1990):
A) Las que permitan evaluar la actividad docente, la cual puede efectuarse no sólo a través del
trabajo frente a grupo, sino también mediante tutorías a los alumnos. Este tipo de evaluación
incluye la opinión de los alumnos, en tanto principales beneficiarios del ejercicio de la función y la
opinión del coordinador de carrera.
B) Las que se proponen evaluar la actividad de la investigación, cuyas fuentes de información son
los criterios e indicadores que se relacionan con la calidad, la cantidad y la utilidad social y
académica de la investigación. Estos referentes implican, necesariamente la incorporación de los
resultados de esta actividad, así como de las aportaciones metodológicas a la docencia y los
mecanismos de socialización de los resultados del trabajo científico.
C) Las evaluaciones complementarias de las actividades relacionadas con la prestación de servicios
a la comunidad, los cuales pueden tener por ámbitos a la propia institución, a las comunidades de
profesionales de las diferentes disciplinas o a la sociedad entendida como el área inmediata de
influencia de la institución, la localidad, la región o el país (Tejedor y Montero, 1990).
Las IES han identificado un conjunto de dimensiones para evaluar las diversas actividades ejercidas
por su planta de profesores. Estas dimensiones conforman un marco de referencia para definir los
indicadores que permiten la emisión de juicios valorativos, acerca de los niveles de cumplimiento
de los objetivos previstos para el ejercicio docente o académico en general. Las principales
dimensiones pueden agruparse en dos categorías fundamentales: la relacionada con la trayectoria
académica de los profesores y la orientada a evaluar la práctica de la docencia. Estas categorías
suponen: 1) Distintas instancias de evaluación y sujetos evaluadores intervinientes; 2) Diferentes
pautas temporales de evaluación; y, 3) Dimensiones de evaluación particulares.
Como consecuencia de estas diversidades, la evaluación de la trayectoria académica requiere un
proceso de evaluación diferente al necesario para la evaluación de la práctica docente. En los
cuadros 4.1, 4.2 y 4.3 se presentan las principales características de cada uno de los procesos.
Un sistema de evaluación del desempeño académico, en cualquier institución de educación
superior, no tiene por qué ser concebido como un proyecto acabado, definitivo y de aplicación
general. Por una parte, las distintas etapas del desarrollo institucional pueden requerir del fomento
de actividades diferentes, o cuando menos, de énfasis particulares en momentos históricos distintos.
De ser así, será conveniente ajustar los parámetros de evaluación a las situaciones y objetivos
prioritarios en cada etapa del proceso de consolidación de una institución. Por otra parte, la
evaluación integral implica la necesidad de llevar a cabo evaluaciones tanto en el plano individual
como en el colectivo. La evaluación individual da cuenta de la medida en la que el personal
académico incrementa y hace más sólida su formación disciplinaria y su habilitación para el
desempeño docente y de investigación, a través de avances cualitativos con impacto directo en su
trayectoria académica. En el plano colectivo, el efecto de la evaluación recupera información para
la actualización, la adecuación o el rediseño de los programas de docencia e investigación, las
decisiones sobre el desarrollo de la infraestructura y la construcción de proyectos institucionales de
gran envergadura. Los resultados obtenidos a través de las evaluaciones individuales y colectivas
permitirán a las IES promover la instrumentación de medidas específicas para fortalecer y mejorar
Dado que la docencia por una parte, y la investigación por otra, constituyen procesos sumamente
complejos, con características muy particulares y con temporalidades muy distintas, su evaluación
implica la necesidad de definir procesos idóneos para cada una de ellas. Es obvio, además, y
verdaderamente difícil, que todo el personal académico de una institución cuyos fines son la
docencia, la investigación y la preservación y difusión de la cultura, realice con éxito (o realice al
menos) todas las funciones señaladas.
Cuadro 4.1
Las instancias involucradas en la evaluación del personal académico
Cuadro 4.2
Las pautas temporales de la evaluación del personal académico
PROCESO DE PROCESO DE
PERIODICIDAD PERIODICIDAD
EVALUACIÓN EVALUACIÓN
Selección del personal Dentro del periodo lectivo en el
Desempeño docente en la
académico (Concurso de En el momento del ingreso que se imparte cada curso (hacia
impartición de cursos
oposición) el final)
Con una periodicidad determinada Con una periodicidad determinada
Evaluación de la trayectoria Desempeño docente en la
por la legislación universitaria (se (se considera conveniente una vez
para efectos de promoción tutoría
recomienda cada 3 ó 4 años) al año)
Al término del proceso (se
Evaluación para el recomienda realizarla después del
Con una periodicidad determinada
otorgamiento de estímulos Asesoría para la elaboración de examen profesional o de grado,
por la legislación universitaria (se
relacionados con la trayectoria tesis cuando se efectúan los trámites
recomienda cada 3 ó 4 años)
académica para la expedi- ción del título o
diploma de grado)
Cuadro 4.3
Las dimensiones de la evaluación del personal académico
Impartición de cursos
1Los resultados significativos de la docencia 1.Competencia docente
• La impartición de cursos en los niveles de licenciatura y posgrado 2.Atención y dedicación hacia el alumno
• Producción de materiales para la docencia 3.Fomento de la participación del alumno en clase
• Participación en el diseño o actualización de planes y programas 4.Racionalidad y justeza de la evaluación realizada por el profesor
de estudio 5.Planificación – programación de las actividades del profesor
2. Los resultados significativos de la Investigación 6.Logro de objetivos y metas de las unidades de enseñanza
• Producción científica aprendizaje
• Participación en eventos académicos 7.Asiduidad y puntualidad
• Reconocimientos B. Tutorías
• Impulso a la formación de investigadores 1.Empatía del tutor hacia el tutorado
• Dirección de tesis 2.Compromiso con la actividad tutorial
3. Los resultados significativos en la difusión de la cultura 3.Capacidad para la acción tutorial (dominio de herramientas)
• Difusión del conocimiento, educación continua, divulgación 4.Disposición para atender a los alumnos
científica, humanística, artística y tecnológica 5.Capacidad para orientar a los alumnos en decisiones académicas
4. Los resultados significativos de la extensión. 6.Percepción del impacto de la tutoría en la trayectoria académica
• Participación en proyectos de vinculación con los sectores C. Asesorías de tesis
productivos público y privado 1 Accesibilidad del asesor y regularidad de la asesoría
5. La participación universitaria significativa 2. Oportunidad en la comunicación de comentarios y
• Participación en órganos de gobierno, comisiones académicas; recomendaciones a las entregas de avances por parte de los tesistas.
eventos especiales y/o gestión universitaria 3. Retroalimentación al estudiante en proceso de elaboración de
6. Escolaridad tesis.
7. Experiencia técnica o profesional 4. Impacto de la asesoría en el tiempo empleado para la elaboración
y terminación de las tesis
1 Ciencias agropecuarias, naturales y exactas, de la salud, sociales y administrativas, arquitectura y diseño urbano, educación y
humanidades, e ingeniería y tecnología.
Magdalena Fresán
Yolanda Vera
evaluación institucional, a partir de las últimas dos décadas del siglo XX, la
evaluación de la práctica docente parece haber cobrado especial relevancia. Dado
que el reconocimiento de la producción científica, ocurrida en las IES alrededor de
los años ochenta, distrajo la atención del profesor universitario de la actividad de
docencia (Aguilar Sahagún, 1991), la existencia de mecanismos de evaluación de
la misma, no constituyó una situación generalizada en todas las instituciones.
La evaluación del docente ha permitido a las instituciones reflexionar sobre la
enseñanza, su misión, su quehacer y en su conjunto, sobre la calidad de la
enseñanza que imparten. La evaluación de la docencia es concebida como una
valoración de las competencias de los profesores; su finalidad está encaminada a
obtener información que permita la toma de decisiones institucionales para lograr
una mejor calidad de la enseñanza. Son muchos los elementos susceptibles de
evaluación en la práctica docente, por lo que, definir su importancia en la calidad
del proceso de enseñanza-aprendizaje, es una tarea para los hacedores de políticas
educativas.
Todo modelo de evaluación docente, como ya se mencionó anteriormente, debe
proporcionar una retroalimentación inmediata al profesor, que le permita
replantear sus actividades y/o su comportamiento y a la institución, sustentar los
procesos de desarrollo de sus dependencias. Las variables y los indicadores que
sean definidos en la evaluación del personal académico deben surgir de los
elementos que intervienen en el proceso educativo, para producir el desarrollo
institucional esperado.
Práctica docente
El marco referencial de la evaluación del desempeño docente
Diversos autores han realizado profundas investigaciones sobre los indicadores del
desempeño docente. Ante la imposibilidad de citarlos a todos, se señalan a
continuación algunos de los estudios que han contribuido al desarrollo de los
distintos esquemas de indicadores que, en combinaciones diversas, se incorporan
en los instrumentos de evaluación docente que manejan las IES en el continente
americano.
Entre los parámetros que se han utilizado para evaluar la eficacia docente se
encuentran los relacionados con las denominadas competencias genéricas (Oliva,
1972 y Henson, 1980), que incluyen destrezas de comunicación, conocimientos
básicos, destrezas técnicas, administrativas, interpersonales y éstas, en diferentes
aproximaciones, se subdividen y clasifican de distintas maneras, según el enfoque
que se utiliza en el proceso de evaluación. Los mismos autores (1980) trabajan
este tema, fundamentalmente, mediante la evaluación de las características del
profesor (paradigma presagio–producto).
Cuadro 5.1
INDICADORES PARA
VARIABLES EVALUACIÓN
PARADIGMA CARACTERÍSTICAS
CONSIDERADAS DOCENTE DERIVADOS
DEL PARADIGMA
Entusiasmo
La eficacia de la Compromiso
enseñanza es efecto Dominio de la materia
• Características
PRESAGIO – directo de las Habilidad de
del profesor
PRODUCTO características físicas y comunicación
• Rendimiento del alumno
psicológicas de la Claridad expositiva
personalidad del profesor Pensamiento lógico
Capacidad pedagógica
Orden en la exposición de
temas
Seguimiento de una
secuencia lógica en el
orden del temario
El método es el elemento Vinculación de los nuevos
central en el proceso de conocimientos con lo visto
• Comportamiento del
aprendizaje Se basa en la anteriormente
docente en el proceso de
identificación de patrones Elaboración de síntesis o
enseñanza
PROCESO – PRODUCTO estables de resúmenes de lo revisado y
• Rendimiento académico
comportamiento en el de lo que se va a explicar
• Complejidad del proceso
establecimiento de Verificación del nivel de
enseñanza – aprendizaje
correlaciones entre éstos y comprensión alcanzado
el rendimiento académico por los alumnos al término
de las sesiones.
Uso de medios variados de
apoyo al aprendizaje
Trato respetuoso a todos
los estudiantes
Cultura general del
profesor
Conciencia de la
potencialidad de la
educación para
Paradigma de la enseñanza transformar a los
y el aprendizaje. Reconoce individuos y a la sociedad
• Características
y utiliza dimensiones Altas expectativas respecto
personales del alumno y
adicionales como la de la potencialidad de
del profesor
formación previa y las aprendizaje de los
• Experiencia del alumno y
experiencias personales estudiantes
del profesor
del profesor y del alumno, Capacidad para el
MEDIACIONAL • Actividades y estrategias
el contexto escolar y social diagnóstico de
implicadas en el
y el contexto del aula, conocimientos y/o
procesamiento de la
como esenciales para destrezas de los
información
determinar el estudiantes mediante tests
• Contexto escolar, social
comportamiento de los de diagnóstico,
y en el aula
actores del proceso observación directa y el
educativo análisis de los expedientes
de los estudiantes.
Capacidad para
seleccionar, adaptar y/o
elaborar materiales de
enseñanza
Capacidad para
seleccionar, desarrollar y
elaborar secuencias de
actividades de aprendizaje
apropiadas para el logro de
los objetivos de enseñanza
y necesidades de
aprendizaje
Dominio de los
conocimientos relativos a
los diferentes estilos
cognitivos
Dominio de destrezas que
propicien el desarrollo del
autoconcepto positivo y la
interacción constructiva
con otros.
Dominio de destrezas
didácticas que propicien el
desarrollo de valores,
aptitudes, actitudes
positivas así como la
autonomía para el
aprendizaje
Pautas de desarrollo físico,
psicológico y social de los
estudiantes
Habilidad para
comprender e interpretar
un mensaje después de
escucharlo
Visualiza todas las
Utilización de estrategias
acciones recíprocas del
• Proceso de enseñanza orientadas a la solución de
proceso enseñanza –
aprendizaje problemas
aprendizaje. El aula es un
• Comportamiento del Capacidad para estimular
complejo sistema de
ECOLÓGICO alumno y del grupo el diálogo y el análisis
relaciones e intercambios.
• El aula critico
Pondera la eficacia del
• El contexto Habilidad para lograr la
profesor respecto a sus
• Eficacia del profesor participación de los
alumnos, en el contexto
alumnos
específico
Apertura para tomar en
cuenta la opinión de los
alumnos
Uso de evaluaciones
orientadas a verificar la
comprensión y no la
memorización
Cuadro 5.2
Competencias genéricas del profesor
K. Henson
Peter F. Oliva • Se interesa por los alumnos como individuos
• Está bien preparado en su asignatura • Tiene paciencia y está dispuesto a repetir lo que dice
• Tiene una amplia educación general • Muestra sentido de equidad
• Comprende el papel de la escuela en nuestra sociedad • Termina las explicaciones de las cosas
• Mantiene un concepto adecuado de sí mismo • Tiene sentido del humor
• Pone de manifiesto técnicas efectivas de instrucción • Tiene una mentalidad abierta
• Gobierno eficaz de la clase • No se siente superior, se conduce informalmente
• Posee características personales que conducen al éxito • Conoce su materia
en la clase • Se interesa por su materia
• Tiene aspecto pulcro
Dwight Allen y Kevin Ryan (1969) utilizan varios indicadores menos comunes para la evaluación del profesor, como
los siguientes:
Cuadro 5.3
Indicadores para la evaluación del profesor
Cuadro 5.4
Destrezas a ser consideradas en la evaluación del desempeño del profesor
• Habilidad de comunicar oralmente información sobre Capacidad para el diagnóstico de conocimientos y/o
un tópico dado de forma coherente y lógica destrezas necesarios para lograr los objetivos de
• Habilidad para escribir con estilo lógico, fácil y enseñanza, usando tests de diagnóstico, observaciones
comprensible, con corrección gramatical y estructura de directas y expedientes de los estudiantes.
frase apropiada. • Capacidad para identificar objetivos a largo plazo para
• Habilidad para comprender e interpretar un mensaje una materia dada
después de escucharlo. • Capacidad para construir y ordenar secuencialmente
• Habilidad para leer, comprender e interpretar objetivos relacionados entre sí a corto plazo para una
materiales profesionales. materia dada
• Conocimiento de las pautas de desarrollo físico y • Capacidad para seleccionar, adaptar y/o elaborar
social de los estudiantes materiales de enseñanza para un conjunto de objetivos
de instrucción y necesidades de aprendizaje de los
Destrezas interpersonales alumnos.
• Capacidad para seleccionar, desarrollar y elaborar
• Destreza para aconsejar a los estudiantes, tanto secuencias de actividades de aprendizaje, apropiadas
individual como colectivamente, respecto de sus para el logro de los objetivos de enseñanza y la atención
obligaciones académicas de las necesidades de aprendizaje de los alumnos
• Respeto por la dignidad y el valor de otros grupos • Capacidad para entablar relación con los estudiantes
étnicos, culturales, lingüísticos y económicos. en la clase, utilizando recursos motivacionales verbales
• Destrezas de enseñanza y sociales que ayuden a los y/o visuales
estudiantes a desarrollar un autoconcepto positivo. • Capacidad para diseñar exámenes para medir el
• Destrezas de enseñanza y sociales que ayuden a los rendimiento de los alumnos, de acuerdo con criterios
estudiantes a interactuar constructivamente con sus basados en los objetivos.
semejantes. • Capacidad para identificar causas de mal
• Destrezas didácticas que ayuden a los estudiantes a comportamiento en el aula y para emplear una(s)
desarrollar sus propio técnica(s) para corregirlas.
Introducción
Una de las formas que las instituciones de educación superior (IES) utilizan para
evaluar a sus académicos, específicamente en lo que se refiere a su desempeño
como docentes, es la que consiste en una encuesta de opinión entre los alumnos.
Al ser relativamente sencillas de implementar, este tipo de encuestas suelen ser
bien vistas por los responsables de las IES, pero provocan rechazo entre los
profesores, quienes suelen opinar que no constituyen una forma adecuada de
evaluar su trabajo.
Para fundamentar opiniones más consistentes, en las páginas siguientes se resume
el estado del conocimiento sobre un tema que ha sido objeto de estudio de
numerosas investigaciones durante las últimas tres o cuatro décadas, al grado de
que existen grupos profesionales y publicaciones especializadas al respecto, como
el Special Interest Group on Faculty Evaluation and Development (SIGFED), de
la American Educational Research Association, y el boletín Instructional
Evaluation and Faculty Development, que se publica bianualmente desde 1981.
Según John Centra, cuyo trabajo sirve de base a éste, el banco de datos de
investigación educativa ERIC (Educational Resources Information Center)
contenía en 1993 más de 1,500 referencias a artículos o ponencias sobre el tema
publicados o presentadas a partir de 1966 (Centra, 1993).
Cuadro 6.1
Coeficientes de confiabilidad de dos instrumentos según el numero de evaluadores
Conclusión
Entre quienes no son partidarios de las encuestas de opinión entre alumnos, para
fines de evaluación de los profesores, no es raro escuchar opiniones en el sentido
de que, tras su difusión en los años de las décadas de los años sesenta y setenta,
están dejando de utilizarse en los Estados Unidos. Esto no es así, como han
mostrado los trabajos de Seldin (1985, 1993), basados en la información de unas
600 instituciones. El Cuadro 6.2, que muestra la evolución ocurrida entre 1983 y
1993, es claro al respecto.
El cuadro muestra que la proporción de colleges que usan habitualmente las
encuestas entre alumnos para evaluar a sus profesores, que ya en 1983 era el
método más utilizado, fue también el que tuvo un incremento mayor en la década
considerada. También muestra aumentos en el uso de casi todos las fuentes de
información, con excepción de las evaluaciones de jefes de departamento y
decanos, las publicaciones y los resultados de los alumnos en los exámenes.
Cuadro 6.2.
Porcentaje de colleges que utilizan habitualmente diversas fuentes de información para evaluar el
desempeño docente de su personal académico
Magdalena Fresán
Alejandra Romo
Introducción
Los profesores son uno de los dos principales actores del acto educativo; otro son
los estudiantes y su permanente interacción es sustento del proceso de enseñanza
aprendizaje. Ellos, quienes constituyen el objeto del presente trabajo, asumen
diferentes categorías y denominaciones, en función de los estatutos de cada
institución y de su perfil profesional.
La consolidación de las IES, en lo concerniente a la conformación de su planta
docente, requiere de la existencia de procesos de ingreso, promoción y
permanencia del personal académico, regidos por preceptos y criterios de carácter
académico suficientemente definidos y explícitos. Para su instrumentación es
necesario que existan órganos colegiados, integrados por pares académicos con
legitimidad en la comunidad, tanto la institucional como la externa, concebidos
para evaluar las actividades propias del quehacer universitario y sustentar, a través
de sus decisiones, las políticas de formación y actualización del personal
académico.
La experiencia y la capacidad de cada profesor, se pueden evidenciar a través de
un conjunto de indicadores que pueden ser similares en todas las instituciones de
educación superior; sin embargo, la misión y características de cada una de ellas,
determinan un diferente peso específico para cada indicador en los procesos de
ingreso, promoción y permanencia del personal académico.
A efecto de promover una evaluación integral de los profesores, es necesario
diferenciar los distintos procesos en los cuales se requieren indicadores y
mecanismos específicos. En general, los procesos de evaluación del personal
académico pueden clasificarse esencialmente en:• Procesos de selección (ingreso).
• Procesos de promoción, para determinar el avance de los profesores a través de
los esquemas de diferenciación, estatus e ingreso (carrera académica) que operan
en las instituciones.
• Procesos de permanencia, diseñados para propiciar la retención y la emulación
de los desempeños deseables de los profesores en el contexto de cada institución
(sistemas para la permanencia de los profesores y programas de estímulos).
Procesos de ingreso
Procesos de promoción
sea necesario que este lapso sea lo suficientemente amplio para permitir la
acumulación de evidencias de un trabajo académico de calidad y lo
suficientemente reducido para constituir un estímulo para el progreso ascendente
del personal académico. De hecho, en muchas instituciones se considera que un
periodo de tres años entre una y otra promoción cubre ambas expectativas. Plazos
menores generan simulación o acumulación de productos de poca trascendencia y
plazos mayores tienden a desalentar el esfuerzo por la superación de los profesores
en el trabajo académico. La dinámica de la promoción debe estar asociada al
propósito de generar una carrera estable que, en esencia, vele por los intereses de
los alumnos y de la institución, manteniendo al profesor con la tranquilidad que le
proporcionan la estabilidad laboral y las perspectivas de desarrollo individual.
Dentro de cada institución, la trayectoria deseable de los académicos debiera estar
prevista en la normatividad y derivar de ella los criterios para la promoción del
personal académico. Su aplicación debe regirse por procedimientos apoyados en
una lógica estrictamente académica que salvaguarde la calidad de la enseñanza en
la dependencia, mediante la profesionalización de la actividad docente, con base
en la correspondencia entre la formación y la experiencia de la persona y el
programa académico de que se trate.
Los mecanismos que se establezcan para efectos de la promoción deben lograr su
legitimidad dentro de la comunidad académica de la institución, a través de la
transparencia y objetividad con que se lleven a cabo. Para ello, es fundamental la
participación de académicos de alto nivel internos y externos en las comisiones
dictaminadoras. Es, sin duda, determinante, que las comisiones dictaminadoras
consideren la calidad de la formación integral de los sujetos que buscan ser
promovidos, es decir, que demuestran conocer y dominar aspectos prácticos y del
ejercicio de su profesión. El efecto inmediato de esta evaluación se observa en la
motivación hacia la constante superación y actualización del personal académico.
Las actividades a desarrollar por los profesores deberán estar señaladas, de una
manera general, en los marcos legislativos de la institución educativa. A su vez,
los programas académicos deben especificarlas, sin coartar el principio de la
libertad de cátedra. Hecho lo anterior, la generación de criterios y de indicadores
tiene que corresponder a un sistema que atienda las diferentes categorías del
personal académico. Frecuentemente, los estatutos y demás normas relativas
señalan criterios de evaluación del desempeño docente de aplicación general, sin
identificar el peso que se asigna a cada uno de ellos, según el tipo de sujeto al que
se evalúa y sus características, cuestión que produce injusticia y parcialidad en la
valoración.
En la medida en la que se identifiquen los distintos grupos por categorías del
personal, se pueden diferenciar los tipos de indicadores que es recomendable
utilizar para la evaluación de los mismos. De igual forma, es necesario establecer
las prioridades con las que se tienen que operar los procesos de evaluación. Para
establecer las prioridades conviene tener claras ciertas dimensiones de
observación sobre las cuales deben establecerse criterios y parámetros diferentes,
por categoría y nivel. Entre las dimensiones a ser consideradas en un proyecto de
evaluación del personal académico, se encuentran:
Desde un punto de vista técnico, se recomienda que los indicadores cumplan con
las siguientes características:
Martínez Rizo (1998) define a los indicadores como datos sintéticos que resumen,
en forma numérica precisa, la situación actual de ciertos aspectos significativos de
un sistema educativo. Señala también que, ante la complejidad de un sistema
educativo como es una universidad, ningún indicador particular puede funcionar,
por lo que se recomienda la utilización de varios indicadores para cubrir sus
diversas dimensiones. Demasiados indicadores tampoco resultan operativos si no
están integrados en torno a un sistema organizado y coherente de indicadores,
soportado conceptualmente en relación con la calidad educativa.
Introducción
El personal académico que trabaja por horas en las IES suele realizar
exclusivamente una actividad: la que consiste en la enseñanza directa de cierta
materia a un grupo de alumnos. Como este tipo de personal ha representado en el
pasado una proporción muy elevada del total de los académicos en la mayoría de
las IES mexicanas, es normal que los SEPAs más sencillos desarrollados hasta
ahora consistan básicamente en encuestas de opinión, mediante las cuales se
interroga a los alumnos sobre el desempeño de sus maestros, ignorando otras
Cuadro 8.1
Clasificación de actividades desarrolladas por el personal académico de las IES
Actividades de enseñanza:
• docencia directa, con preparación y correcciones;
• diseño curricular y de programas de cursos;
• elaboración de textos y material didáctico;
• tutoría de alumnos.
Actividades de investigación:
• investigación básica, descubrimiento;
• investigación aplicada;
• actividades de desarrollo tecnológico.
Actividades de difusión:
• vinculación con sectores “productivos”;
• difusión de la cultura;
• divulgación científica.
• servicio a la comunidad.
Actividades de dirección y gestión académico-administrativa.
Cuadro 8.2
Distribución de las IES del sistema mexicano de educación superior
Como puede apreciarse, sólo 65 (5%) de las 1,292 IES mexicanas registradas en
1998 incluían en su misión la realización de actividades de investigación. Según el
estudio de la ANUIES (1999), de ellas 54 eran públicas y 11 privadas.
bien empleado.
8. Un portafolio es mucho mejor que un curriculum vitae para fundamentar
decisiones de tipo laboral. Un curriculum vitae simple es insuficiente para tal tipo
de decisiones; con el complemento de un buen portafolio, en cambio, las
decisiones podrán tomarse sobre bases mucho más sólidas.
Puede pensarse que el sistema de portafolio se parece mucho a los SEPAs de tipo
analítico, como el de la UAM, a los que se hizo referencia antes. Las siguientes
explicaciones de otros rasgos de un sistema sintético mostrarán que tal semejanza
es superficial.
En un sistema sintético no importa tanto la cantidad de productos como su calidad;
dada la diversidad de productos que puede tener un portafolio, su evaluación no se
hace sumando puntos asignados a cada uno con base en una tabla, sino valorando
el conjunto, tomando en cuenta las circunstancias particulares de cada caso. Para
que esto pueda funcionar se necesita, por una parte, un proceso reflexivo de
integración del portafolio por parte de su autor, que se refleje en comentarios que
contextualicen los productos y aporten elementos para valorarlos adecuadamente
y, por otra, un cuerpo evaluador de gran experiencia y objetividad, según el
enfoque del derecho anglosajón mencionado antes.
El portafolio de un académico dedicado especialmente a docencia y tutoría de
alumnos de pregrado, incluirá típicamente copias de los programas de cursos
diseñados por el profesor, pero además deberá tener datos sobre las cifras de
aprobación y reprobación en sus cursos, las calificaciones obtenidas por sus
alumnos, muestras de trabajos finales de éstos, informes de las actividades de
tutorías, con testimonios de casos difíciles atendidos, etc. En el portafolio de un
académico dedicado ante todo a la investigación, el más clásico, no podrán faltar
copias de los artículos publicados, pero además podrán incluirse testimonios de
los alumnos de posgrado asesorados. Mientras, en el de uno orientado básicamente
en la dirección de la extensión, podrá haber testimonios de las comunidades
atendidas.
En todo caso, según el principio 5 de los presentados por Froh, la reflexión del
interesado sobre los productos que presenta es básica. Este elemento, una
autoevaluación, supone que, desde que el portafolio se comienza a integrar, se
incluya un autodiagnóstico inicial, con un plan de trabajo para cierto período, que
servirá de referencia a la autoevaluación posterior y a la evaluación externa. La
última idea nos llevará, como conclusión, al punto relativo a las características del
evaluador del portafolios, para que tenga la calidad que un enfoque sintético
implica, pero antes debemos hacer algunas consideraciones metodológicas.
Tradicionalmente se considera que un sistema de evaluación de calidad debe
distinguirse por dos propiedades, que son su validez y su confiabilidad. En los
medios académicos mexicanos, sobre todo en el campo de las ciencias sociales,
suelen encontrarse opiniones desfavorables sobre la tradición metodológica
llamada, de manera poco precisa, cuantitativa, con la que se asocian los conceptos
Conclusión
2.1. Instaurar la evaluación del desempeño docente como práctica regular en todas
las IES, convirtiéndola en una estrategia para estimular la mejora de la calidad del
proceso de enseñanza aprendizaje.
2.2. Establecer en cada IES, a través de sus propios cuerpos y mecanismos de
discusión y aprobación, los lineamientos, criterios e indicadores, así como los
procedimientos adecuados para la evaluación del desempeño docente de sus
profesores.
2.3. Llevar a cabo el proceso de evaluación del desempeño docente a través de
encuestas a los estudiantes dado que este mecanismo ha probado ser el que
presenta mayor consistencia y objetividad, además de constituir un proceso cuya
realización es viable en cualquier tipo de institución.
2.4. Plasmar los lineamientos, criterios e indicadores, así como los procedimientos
para llevar a cabo la evaluación del desempeño docente en un reglamento
específico, mismo que deberá indicar la etapa del periodo lectivo en la cual será
aplicada la encuesta a los alumnos.
2.5. Establecer, para efectos de promoción o de otorgamiento de estímulos, en el
reglamento para la evaluación del personal académico, los mecanismos
apropiados para garantizar la articulación entre los resultados del proceso de
evaluación del desempeño docente y los procesos de evaluación de la trayectoria
académica.
2.6. Establecer las puntuaciones mínimas aceptables que deben ser logradas por
los profesores en las distintas dimensiones consideradas en los instrumentos
utilizados en la evaluación del desempeño docente. Para que la impartición de
cursos sea considerada en las evaluaciones de la trayectoria académica, para
efectos de promoción o de otorgamiento de estímulos, será necesario que el
profesor haya obtenido dichos mínimos.
2.7. Llevar a cabo cada periodo lectivo, la evaluación del desempeño docente
considerando la totalidad del universo de profesores asignados a la impartición de
los cursos y la totalidad de alumnos inscritos. Se recomienda efectuar el proceso
poco antes de la terminación del curso para que los estudiantes cuenten con los
elementos suficientes para evaluar a sus profesores. Se recomienda, además,
realizar el proceso en un periodo definido (una o dos semanas programando la
aplicación de encuestas con los coordinadores de carrera para que todos los grupos
puedan ser localizados en dicho lapso).
2.8. Utilizar instrumentos tipo cuestionario para la evaluación del desempeño
docente cuya elaboración deberá ser encomendada a una Comisión Académica
Especializada, la cual, después de analizar las dimensiones de evaluación
consideradas pertinentes al perfil institucional, podrá construir los instrumentos
que se aplicarán a los alumnos para evaluar el desempeño docente en la
impartición de cursos o módulos, en la tutoría y en la dirección de tesis o trabajos
terminales. Se anexan, al final de este capítulo, ejemplos de los instrumentos que
pueden ser utilizados en cada uno de estos casos.
2.9. Especificar, en la elaboración de los cuestionarios, el peso de cada una de las
dimensiones elegidas para la evaluación, con el objeto de lograr un equilibrio
consistente con las metas institucionales. Por ejemplo, en el cuestionario que se
presenta, a manera de ilustración se consideraron las dimensiones propuestas en el
Capítulo 5 y los pesos que se indican en la tabla siguiente:
2.10. Ponderar las respuestas a las preguntas del cuestionario, con respecto a una
escala de valores, para que sea posible identificar los diferentes niveles de
desempeño en las distintas dimensiones seleccionadas por la institución. A
continuación se presenta un ejemplo de ponderación que puede ser aplicado a las
interrogantes del instrumento que se utilice:
5 4 3 2 1
Más o menos de Totalmente en
Totalmente de acuerdo De acuerdo En desacuerdo
acuerdo desacuerdo
() () ()
() ()
100% Del 90 al 99% Del 80 al 89% Del 70 al 79% Menos del 70%
() () () () ()
Excelente Muy bueno Más o menos bueno Malo Pésimo
() () () () ()
2.15. Informar a los estudiantes, desde su ingreso a la institución, que en cada uno
de los periodos lectivos establecidos en el plan de estudios se llevará a cabo esta
evaluación señalando que su objetivo es que la institución defina estrategias para
mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje.
2.16. Sensibilizar a los estudiantes sobre la importancia de una evaluación
imparcial.
2.17. Devolver los resultados al profesor (retroalimentación), en una fecha
posterior a la entrega de las calificaciones finales del grupo para evitar tendencias
coercitivas.
2.18. Llevar a cabo la captura de las respuestas a los cuestionarios por medio de
un lector óptico que permita una retroalimentación oportuna a los profesores e
instancias universitarias que tienen que tomar decisiones sobre los resultados.
2.19. Encargar la interpretación de los resultados de la evaluación del desempeño
docente a una Comisión Académica constituida para este efecto o bien a las
Comisiones Dictaminadoras del Personal Académico. Para que el proceso tenga
legitimidad y credibilidad entre los profesores, esta tarea no debe recaer en
instancias administrativas, ni en las autoridades.
2.20. Integrar, una vez capturados los resultados, las valoraciones obtenidas por el
profesor en cada una de las dimensiones y comparar éstas con la puntuación
óptima posible en cada una de ellas (nivel de desempeño óptimo). Esta
comparación permitirá identificar los aspectos críticos del desempeño docente.
Con el objeto de facilitar la comprensión de esta operación, en la siguiente tabla se
presentan las puntuaciones óptimas que podrían ser obtenidas por un profesor en
cada una de las dimensiones consideradas en el cuestionario anexo y se compara
con un resultado obtenido por un profesor hipotético.
El profesor es uno de los dos principales actores del acto educativo (el otro es el
estudiante), cuya permanente relación es sustento del proceso de enseñanza-
aprendizaje. Los profesores pertenecen a diferentes categorías y reciben distintas
denominaciones, en función de los estatutos de cada institución, por un lado, y de
su perfil profesional, por otro.
La consolidación de las IES, en lo concerniente a la conformación de su planta
docente, requiere de la existencia de procesos de ingreso, promoción y
permanencia del personal académico, regidos por preceptos y criterios de carácter
académico suficientemente definidos y explícitos. Para su instrumentación es
necesario que existan cuerpos colegiados tales como las Comisiones
Dictaminadoras, integrados por académicos de reconocido prestigio y del mejor
nivel, tanto de la propia institución como de otras, para evaluar las actividades
propias del quehacer universitario y sustentar, a través de sus decisiones, la
consolidación de una carrera académica acorde con la misión y los objetivos
institucionales.
Es deseable que la evaluación del personal académico esté sustentada,
preferentemente, en criterios de carácter cualitativo. Sin embargo, los sistemas de
evaluación de tipo cualitativo requieren de una gran madurez tanto en lo que se
refiere a la consolidación de los cuerpos académicos, como a la capacidad de los
evaluadores para llevar a cabo una valoración integral de la trayectoria del
personal académico, a partir de la experiencia acumulada a lo largo de una vida
3.1. Introducir en forma gradual y con un alto nivel de sensibilidad a las opiniones
del personal académico un sistema para la evaluación de la trayectoria académica
en todas las IES.
3.2. Integrar en cada institución, instancias colegiadas (Comisiones
Dictaminadoras) y establecer un proceso institucional de decisión para el ingreso,
la promoción y la permanencia del personal académico. Un sistema de evaluación
de la trayectoria académica que garantice la primacía de lo académico sobre lo
administrativo, la preponderancia de la institucionalidad sobre los intereses
particulares, ya sea grupales o individuales y la exclusión de procesos autoritarios
en los procesos de evaluación del personal académico, sólo puede lograrse
mediante la integración de Comisiones Dictaminadoras y de la existencia de un
sistema integral que establezca los lineamientos, criterios y procedimientos para
evaluar al personal académico en casos de ingreso, de promoción y de
permanencia en la institución. La participación de la comunidad académica en el
diseño y operación de este proceso es absolutamente indispensable.
3.3. Regular el proceso de evaluación del personal académico a través de
disposiciones explícitas en la normativa institucional, mismas que deberán ser
aprobadas por el órgano colegiado correspondiente, con el objeto de salvaguardar
los valores institucionales.
3.4. Integrar las Comisiones Dictaminadoras por académicos internos y externos
del más alto nivel y prestigio en cada campo del conocimiento. El modelo de
evaluación de la trayectoria deberá sustentarse en los valores institucionales y
garantizar la primacía de criterios, indicadores y proceso de evaluación orientados
al logro de la calidad académica. Para ello, la mejor alternativa es la conformación
de Comisiones Dictaminadoras con académicos internos y externos de reconocido
prestigio y del más alto nivel. La operación de estas comisiones se sustenta, a su
vez, en el juicio de pares, que si bien no es perfecto, se concibe como el mejor de
los procedimientos para juzgar los méritos académicos.
3.5. Integrar las Comisiones Dictaminadoras con miembros electos y designados
que cumplan los requisitos académicos señalados en el inciso anterior. Con el
objeto de que el sistema de evaluación de la trayectoria se reconozca como propio
por los miembros de la planta académica de la institución es necesario que sea
ampliamente participativo. Para tal efecto, las Comisiones Dictaminadoras
deberán integrarse con miembros elegidos por la propia comunidad académica y
con miembros designados por los órganos colegiados o autoridades que garanticen
el equilibrio en cuanto a la composición por área del conocimiento de las
Comisiones.
3.6. Sujetar los procesos de integración de las Comisiones Dictaminadoras a un
control colegiado. A fin de contar con la credibilidad y legitimidad que supone un
proceso institucional de evaluación del personal académico acorde con los valores
mencionados, las Comisiones Dictaminadoras deben ser autónomas para que sus
juicios mantengan una necesaria independencia respecto a las autoridades
universitarias. Sin embargo, es necesario que su trabajo sea regulado e incluso
fiscalizado por el órgano colegiado que determine la institución, en lo referente a
su integración y funcionamiento. La supervisión de dicho órgano colegiado
permitirá garantizar la calidad de los integrantes y conocerá lo relativo a su
operación, a través de informes periódicos de las actividades realizadas y los
problemas atendidos. Este conocimiento es esencial para, en caso necesario, llevar
a cabo ajustes o reformas al proceso de evaluación.
3.7. Conferir al cargo de miembro de las Comisiones Dictaminadoras un carácter
honorífico. Con el propósito de garantizar la prevalencia de la imparcialidad como
valor central del proceso, es recomendable que el cargo de miembro de las
Comisiones Dictaminadoras sea honorífico y considerado como un privilegio, al
que se accede a través de una trayectoria reconocida como valiosa por los
miembros de la comunidad académica.
3.8. Conferir a los juicios emitidos por las Comisiones Dictaminadoras un carácter
público. La transparencia es otro de los valores esenciales en el sistema de
evaluación de la trayectoria académica. Para garantizar esta transparencia los
juicios emitidos por las Comisiones Dictaminadoras en forma de dictámenes
resolutivos deberán ser públicos, es decir, sus resultados se deben dar a conocer a
la comunidad académica.
3.9. Considerar la existencia de instancias de apelación en el sistema institucional
de evaluación del personal académico. La legitimidad en el proceso de evaluación
2. La profesión académica
Cuadro 2.1
Gasto nacional (público y privado) ejercido en educación
Cuadro 2.2
La evolución del número de instituciones, cobertura del servicio y
número de posiciones dentro del mercado académico nacional
Cuadro 2.3
Análisis del crecimiento de las plazas académicas dentro del sistema
de educación superior en México
Cuadro 2.4
Composición formativa de los ocupantes de las plazas
de licenciatura por tiempo de contratación, en 1997
Cuadro 2.5
Composición por tiempo de contratación según la condición
formativa de los ocupantes de las plazas del nivel licenciatura
(sectores público y privado), en 1997
Cuadro 2.6a
Composición de las plazas de licenciatura
por tiempo de contratación.
Cuadro 2.6b
Continuación: Composición de las plazas de posgrado
por tiempo de contratación
Cuadro 2.7a
Composición de las plazas de nivel licenciatura según tiempo
de contratación por sector de adscripción en 1997
Cuadro 2.7b
Composición de las plazas de nivel posgrado según tiempo
de contratación por sector de adscripción en 1997.
Cuadro 2.8a
Tasa de crecimiento de las plazas de tiempo completo y
tiempo parcial por periodo en licenciatura.
Cuadro 2.8b
Diagrama 5.1
Evaluación del desempeño docente
Cuadro 5.5
Evaluación del desempeño docente
Cuadro 5.6
Variables relacionadas con la calidad de la práctica docente,
susceptibles de ser evaluadas a través de encuestas a los alumnos
Cuadro 5.7
Variables relacionadas con la calidad de la asesoría para la
realización de tesis profesional o de grado, susceptibles de ser
evaluadas a través de encuestas a los alumnos
Cuadro 5.8
Variables relacionadas con la calidad de actividades de tutoría
individual o grupal, susceptibles de ser evaluadas a través de
encuestas a los alumnos.
Cuadro 5.9
Variables relacionadas con la calidad de actividades de tutoría
individual o grupal, susceptibles de ser evaluadas a través del
seguimiento del desempeño académico de los estudiantes,
por las autoridades académicas de los programas