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“Los seres humanos poseen tanto manos como cerebros y no hay nada que disfruten más
que ser creativos y útilmente productivos, brindar un servicio y actuar en concordancia con
sus impulsos éticos. Lamentablemente, la tecnología moderna frustra en forma creciente la
satisfacción de esas tres necesidades básicas”.
- E. F. Schumacher
Los budistas consideran que el trabajo tiene tres objetivos: proveer un camino para
que la persona utilice y desarrolle sus facultades, ayudarla a trascender su egocentrismo al
unirse a otros en un atarea común y producir bienes y servicios necesarios para la
existencia.
Desde entonces su nombre y sus ideas aparecen en casi todas las propuestas para la
Nueva Era. Fue el primer occidental preocupado seriamente por ese aspecto de la
espiritualidad.
“Pero las naciones en desarrollo no tenían la base industrial que necesitaban para
apoyar tales sistemas tecnológicamente avanzados”, reflexionó, “lo cual significa que esta
'respuesta' que tratamos de forzar a través de sus gargantas no es repuesta. Para que
funcione esta alta tecnología que les damos necesitan realizar una tremenda inversión de
capital –del que carecen- en combustibles, fertilizantes, pesticidas, repuestos, programas de
entrenamiento, una maquinaria complicada, casi inexistente en tales países. Si estos desean
aquellos sistemas y equipos de alta tecnología –nosotros les enseñamos a desearlos- sólo
habrá un lugar del que puedan conseguir tales cosas: de nosotros, a los precios que nosotros
fijemos. Como puede verse, no estamos ofreciendo ninguna solución a las naciones en
desarrollo. Simplemente les mostramos cómo cambiar una forma de esclavitud por otra”.
Schumacher percibió que lo que los países verdaderamente podían utilizar era una
“tecnología intermedia”, que diseñara herramientas, máquinas en pequeña escala, y
métodos de producción, a la medida de los países que la usarían, una tecnología que aun
personas analfabetas pudieran comprender y manejar a nivel de un aldea.
modo que no me propuse cambiar la teoría económica. Me propuse hallar las respuestas a
las preguntas metafísicas que me perturbaban. Lo pequeño es hermoso fue sólo uno de los
resultados de esa búsqueda personal”.
También fue en Birmania donde Schumacher descubrió que el ingreso per cápita y
las estadísticas pueden ser totalmente engañosas cuando se usan para evaluar la calidad de
vida cotidiana. Birmania tenía un ingreso anual per cápita de $50 dólares en 1955; no
obstante Schumacher halló gente que vivía feliz, que comía y vestía bien, que vivía en
hermosas casas apropiadas para el clima de su país. Sin ningún instrumento para ahorrar
tiempo, esta gente tenía de ocio en abundancia. Las vidas sencillas y elegantes de los
birmanos contrastaban drásticamente con la teoría occidental de que “más es mejor”.
Schumacher advirtió que la vida en los EE.UU. y en Alemania estaba llena de presiones y
agitación, mientras que Inglaterra en ese momento estaría más o menos en el medio, un
poco de subdesarrollada y otro poco sobre desarrollada, y se dio cuanta de que él se sentía
más confortable en Inglaterra. Todo esto le dio la idea de formular una primera Ley de la
Economía: “La cantidad de ocio real de que puede disfrutar una sociedad tiende a estar en
proporción inversa a la cantidad de maquinaria que emplee”.
“Marx tenía razón cuando dijo, hace 150 años: 'Tengan cuidado, porque si
construyen demasiadas máquinas útiles, pronto aparecerán demasiadas personas inútiles”,
señaló Schumacher, para referirse a la teoría de que “más en mejor”. Hoy todo se ha vuelto
demasiado complejo y –tal como Marx pudo anticipar- esta complejidad y sofistificación
nos ha vuelto inútiles, nos distrae, nos llena de tensión, empequeñece nuestras mentes, nos
hace tan aburridos y especializados que ya no tenemos siquiera tiempo para ser un poco
más sabios.
La tecnología intermedia que haría posible esta producción en mano de las masas es
abrumadoramente superior a la tecnología primitiva de los tiempos idos, pero mucho más
sencilla, menos más cara y menos opresiva que la hipertecnología que hoy domina nuestras
sociedades, con una concentración de gente en ciudades sobrepobladas, con su inherente
violencia al ser ecológicamente dañina y embrutecedora para los individuos que deben
hacerla funcionar. En cuanto a la tecnología intermedia, uno puede llamarla una tecnología
de “auto-ayuda”, o “democrática” o “del pueblo”. Yo la llamo la esperanza del Futuro.
EL MUNDO MODERNO
1. El problema de la producción: Uno de los errores más proféticos de nuestra edad es
la creencia que hemos solucionado el problema de la producción.
2. Nuestro sistema vive del capital irreemplazable que trata como renta.
1. Son:
Combustibles Fósiles.
Los márgenes de la tolerancia de la naturaleza.
Sustancia humana.
2. Paz y permanencia.
De estos tres viene la no-violencia y una relación del hombre con la naturaleza que
garantiza su permanencia. Si de los 3, alguno se descuida las cosas están destinadas a ir
mal.
A. ¿Cuánto es “bastante” barato? Schumacher cree que los costos de la cantidad media
de inversión de capitales, por lugar de trabajo, deben ser iguales que las ganancias
de un trabajador industrial capaz y ambicioso. Si perceptiblemente es alta, entonces
la sociedad es probable funcionar en serios apuros: concentración indebida de la
abundancia y de la energía entre los pocos privilegiados; un problema de aumento
de esto es que no pueden ser integradas en sociedad y constituyen una amenaza cada
vez mayor; desempleo 'estructura'; mala distribución de la población debido a la
urbanización excesiva; y frustración y enajenación general, con índices de crimen
altísimos, y así sucesivamente.
B. Las operaciones de una escala generalmente más pequeña son menos destructivas
que las más grandes.
C. Quizás el más importante de todos los trabajos es aquel que es humano y bueno para
el cuerpo y el alma. Esto se puede encontrar solamente en sí mismo.”UNA ONZA
DE PRÁCTICA VALE UNA TONELADA DE LA TEORÍA” tal como dice
Schumacher.
religiosas del mundo. Poner a un lado la codicia para dar lugar al bien, la verdad y
la belleza es ofrecer a nuestras vidas valores por los que vale la pena luchar y vivir.