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354 – 423
Sumario de su vida
Por Les Thompson
Introducción
Su lugar en la historia:
1.Está entre los cinco más grandes intelectuales de la era cristiana en el marco histórico
Protestante/evangélico:
Pablo, Agustín, Lutero, Calvino, Jonatan Edwards.
2.Fue el primero en exponer en detalle las grandes doctrinas cristianas.
3.Su influencia doctrinal dominó la escena cristiana por 1000 años.
4.Su libro De Trinitate establece hasta el presente las bases de nuestra doctrina sobre la Santa
Trinidad.
5.Sus estudios y conclusiones sobre el origen y presencia del mal asentaron las bases
teológicas para entender la gracia de Dios y nuestra propia incapacidad en cuanto a la lucha
con el pecado.
Como pastor (obispo) en su relación con los “pecadores”, a los que trató con más
severidad fueron aquellos que violaron las leyes de Dios con premeditación y cálculo, por
ejemplo, con mentiras, robos —“Pecados satánicos”, los llamaba. Pero, a los que
cometían “pecados de la carne” (como explicaba, los cuales Satanás no podía cometer, ya
que no tiene cuerpo, es decir, no es carnal), los trataba con mucha compasión. (Se cree
que esa compasión le vino al reconocer sus propias luchas con la carne.) Se cuenta que en
una ocasión le trajeron a un hombre acusado de un acto homosexual. Agustín lo envió a
pedir perdón y misericordia de Dios y nada más, diciendo con Pablo, “¿Quién no es débil?
¿Acaso no lo soy yo?” (2 Cor 11.29).
B. Su padre, Patricio (fallecido hacia el año 371), rechazó el cristianismo (era un “pequeño” político).
No obstante, su madre, Mónica, era una devota creyente que dedicó su vida a la conversión de su
hijo. De joven Agustín odiaba el colegio, y se escapaba de las clases cuando podía, siendo un
adicto a las peleas de gallos.
«Cuando cumplí 16 años», relata, «mis amigos y yo recorríamos las calles buscando cosas
malas que hacer, esperando la noche para los actos más viles».
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Oates, Whitney, Basic Writing of Saint Augustine, Baker Book House, Grand Rapids, MI, p. xi.
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C. Su bachillerato lo estudió en un pueblo llamado Madauros
Los escritos clásicos paganos fueron los que más le gustaron,
Le encantaban los filósofos griegos.
«Mis oídos se inflamaban con los mitos y las poesías paganas, mientras más los rascaba,
más picazón me daban.»
En el mundo que el Emperador Constantino declaró “cristiano”, Agustín se
convirtió en un “pagano”.
D. SU BÚSQUEDA
Recordamos su dicho escrito en su libro más conocido, Las Confesiones (en este libro no se
confiesa al lector, se confiesa a Dios):
Oh Dios, Tú nos has creado para Ti mismo, y nunca descansaremos hasta descansar en Ti.
1. A los 17, en Cartago, comenzó a estudiar Retórica
2. A los 19 se buscó una concubina, con la que tuvo un hijo: Adeodatus. También inició su
carrera como maestro, primero en Tagaste, luego en Cartago, y finalmente en Roma.
3. A esa misma edad—19 años—se interesó en el MANIQUEÍSMO:
El universo es una lucha entre dos principios antagónicos:
El bien contra el mal
La luz contra las tinieblas
Con una sencilla respuesta al problema del mal.
El mal es inevitable, y sólo una fuerza
No somos moralmente responsables por lo que hacemos
(Como los que hoy culpan al diablo por sus pecados.)
Poco a poco abandonó las creencias: nadie dentro del sistema podía contestar sus
preguntas difíciles.
4. De Roma se va a Milán —para enseñar retórica
A causa de su madre (que lo seguía dondequiera que vivía, orando para que Dios lo
perdonara y salvara) abandonó a su concubina. Al hacerlo escribió
Mi concubina fue desgarrada de mí, como un impedimento al casamiento, mi
corazón que la amaba, fue angustiosamente herido y ensangrentado. Ella regresó a
África jurando que nunca conocería otro hombre, dejando conmigo a nuestro hijo
(llamado Adeodatus, que en latín significa regalo de Dios).
5. A los 30 años, comienza a asistir a la Iglesia de Ambrosio, un gran orador—porque
quería aprender su sistema retórico. Poco a poco, oyendo al gran predicador, la verdad de
Dios comenzó a penetrar su corazón. Cuenta que su corazón despierta a su
pecaminosidad
«Señor—oraba—quiero ser puro… pero todavía no».
Fracasa con esfuerzos personales para “ser bueno”.
6. Se convierte al cristianismo a los 32 años de edad:
«Cuando pensaba consagrarme por entero a tu servicio, Dios mío[…] era yo quien
quería hacerlo. Era yo mismo. Y porque ni quería del todo, ni del todo no quería,
luchaba conmigo mismo y me hacía pedazos», describe Agustín acerca de su lucha.
Cuenta:
Estando en el huerto de Milán un día, bajo una higuera y en plena lucha consigo
mismo, expresó: “¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo? ¿Mañana y siempre
mañana? ¿Por qué no termina mi inmundicia en este preciso momento?” En medio
de esa lucha me pareció oír la voz de un niño que retozaba en el huerto: “Toma y
lee. Toma y lee. Toma y lee”. La voz me parecía como venida del cielo. Poco antes
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había dejado en otra parte del huerto un manuscrito que estuve leyendo. Lo busqué,
y se abrió por sí solo en un texto del apóstol Pablo: “No en glotonerías y
borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del
Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”.
En ese instante, Dios obró en su corazón el milagro de la salvación.
7. En el otoño del 384 deja su empleo, y con su madre y unos amigos, comienza su regreso
al norte de África.
a. Llegaron al pueblo de Ostia, y allí—a la edad de 56—muere su madre, Mónica,
serena y tranquila porque Dios había oído su plegaria y su hijo ahora estaba
salvo.
b. Agustín, buscando tranquilidad, con algunos compañeros regresa a Tagaste,
donde se proponen establecer un monasterio.
c. Cuatro años más tarde —cumple 41 años de edad— visita la municipalidad de
HIPONA. Allí el anciano obispo Valerio lo “aprisiona”, lo consagra sacerdote
y lo ordena obispo subalterno (es el año 391). Cinco años más tarde sucede a
Valerio.
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3. Los pelagianos
La gran dificultad de esta peligrosa herejía concierne al libre albedrío. ¿Puede el hombre escoger
a Dios, o es la salvación un acto exclusivo de la gracia divina? Si es el hombre el que escoge,
argüía Agustín, se convierte a sí mismo en su propio salvador. Se le entrega al hombre lo que sólo
es de la prerrogativa divina, pues sólo Dios es el Todopoderoso. Si el hombre escoge, se presta
para que el mismo cometa el peor de los pecados, el del orgullo, ya que se salva por su propia
iniciativa y deseo. Al contrario, si es exclusivamente obra de Dios, ¿en qué queda la libertad
individual con que Dios dotó al hombre? En respuesta a los pelagianos, Agustín dedicó varias de
sus obras como: El Espíritu y la letra, La naturaleza de la gracia, Sobre la gracia de Dios y el
pecado original y La gracia y el libre albedrío.
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Debe indicarse que los escritos de San Agustín están llenos de citas bíblicas. Es asombroso ver el
dominio escritural que poseía. Para todo tenía una cita o referencia bíblica.
A. Escribió unos cuantos comentarios sobre libros de la Biblia, por ejemplo:
Génesis
Job
Los Salmos
Evangelio según San Juan
B. Los escritos más apreciados debido a su popularidad son:
1. Las confesiones: (el incidente de las peras)
2. La ciudad de Dios: (en contraste, la ciudad del hombre)
3. De la Trinidad: (lo detallado, extenso y profundo de su escrito)
C. Es el primero en formular una “ETICA CRISTIANA”
Platón en La República planteó: “¿Por qué ser moral?” La respuesta era que así evitaríamos
hacernos daño, por lo tanto viviríamos más felices.
Agustín cambia el énfasis de Platón; en lugar de “ser buenos” para ser felices, Agustín
destaca “hacer lo bueno” para conformarnos al carácter de Jesucristo y a la ley de Dios (un
cambio filosófico radical).
Muchos predicadores concluyen sus sermones con las últimas palabras de Agustín en La ciudad de
Dios:
«Aquellos que piensen que he dicho demasiado poco, o aquellos que opinan que he dicho más de
la cuenta, ruego que me perdonen. Y para aquellos que concluyen que he dicho exactamente lo
que debiera haber dicho, los invito para que se unan conmigo a darle gracias a Dios.»
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