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Introducción
He escrito este libro para los pocos; digo para los pocos,
porque los muchos ni lo aceptan, ni lo comprenden, ni lo
quieren.
Capítulo I
EL AMOR
Capítulo 2
LA GRAN BATALLA
Capítulo 4
EL ABISMO
ESFERA DE LILIT
ESFERA DE NAHEMAH
MISTICA DE NAHEMAH
Capitulo V
SEXUALIDAD NORMAL
Capítulo VI
LA SUPRASEXUALIDAD
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
GAIO
“Mas el que obra verdad, viene a la Luz, para que sus obras
sean manifestadas que son hechas en Dios”.
EL CONOCIMIENTO DIRECTO
Capítulo XI
CREDED Y MULTIPLICAOS
Capítulo XII
DOS RITUALES
Hay ciertos ritos tenebrosos que se conservan desde las
épocas más lejanas de la historia. Las hechiceras de Tesalia
celebraban ciertos rituales en sus cementerios o panteones
para evocar las sombras de los fallecidos. En el aniversario
de sus muertos queridos concurrían ante las tumbas del
cementerio y en medio de alaridos espantosos en pinchaban
sus pechos para que manara sangre. Esta servía de vehículo a
las sombras de los muertos para materializarse en el mundo
físico. Homero, el gran Iniciado, cuenta en la Odisea algo
sobre un ritual celebrado con un hechicero en la isla de
Calixto donde reinaba la cruel diosa Circe. El sacerdote
degolló una res entre un foso llenándose este de sangre. El
sacerdote invocó al adivino de Tebas. Cuenta Homero que
éste acudió al llamado y se pudo materializar totalmente
gracias a la sangre. El adivino de Tebas platicó
personalmente con Ulises y le pronóstico muchas cosas. El
sabio autor de Zaratustra dijo: escribe con sangre y
aprenderás que la sangre es espíritu”. Goethe exclamaba a
través de su Mefistófeles diciendo: “este es un fluido muy
peculiar”.
Capítulo XIII
Capítulo XV
EL CELIBATO
Capítulo XVI
EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA
Capítulo XVII
SUEÑOS Y VISIONES
CONCIENCIA, SUBCONCIENCIA,
SUPRACONCIENCIA, CLARIVIDENCIA.
Capítulo XIX
La Iniciación
El hombre y la mujer
Por Víctor Hugo
El hombre es el cerebro.
La mujer el corazón.
El cerebro fábrica la luz; el corazón produce el amor.
La luz fecunda; el amor resucita.
El hombre es un genio.
La mujer un ángel.
El genio es inmensurable; el ángel indefinible.
El hombre es un código.
La mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona.
El hombre piensa.
La mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva; soñar es tener en la
frente una aureola.
El hombre es un océano.
La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna; el lago la poesía que
deslumbra.
El hombre es un templo.
La mujer es el sagrario.
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos
arrodillamos.
Capítulo XX
RESURRECCION Y REENCARNACION
NOVENA ESFERA
Capítulo XXII
YOGA SEXUAL
Son muy raros aquellos seres humanos que logran sentir las
divinas vibraciones amorosas que irradian del embrión del
Alma. Lo que normalmente siente la humanidad son las
fuerzas del deseo. El deseo también canta, y se vuelve
romances y ternuras infinitas. El deseo es el veneno más
engañador que existe en todo el cosmos. Todo aquel que es
víctima del gran engañador, podría jurar que está enamorado.
Capítulo XXIII
LA SERPIENTE VOLADORA
“En este loto rojo está el árbol Kalpa, el enjoyelado altar con
toldilla y adornado con banderas. Es el lugar del culto
mental”.
Capítulo XXIV
EL EGIPTO SECRETO
Los grandes misterios del viejo Egipto, así como también los
misterios de México, Yucatán, Eleusis, Jerusalén, Mitra,
Samotracia, etc., etc., están todos en íntima correlación y son
de hecho absolutamente sexuales.
Capítulo XXV
LA FATALIDAD.
Los siete estados místicos descritos por los sufis son algo
extraordinario. Existen ciertas substancias químicas muy
relacionadas con los estados místicos: el óxido nitroso y el
éter; especialmente el óxido nitroso, cuando se disuelve
suficientemente con aire, estimula la Conciencia mística en
grado extraordinario.
Capítulo XXVI
EL TOTEMISMO
Capítulo XXVII
Falismo Sagrado
Capítulo XXVIII
El Culto al Fuego.
Capítulo XXIX
El Edda
La salvación humana.
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Adán y Eva eran un solo ser. Hoy en día, Adán y Eva están
separados y sufren y se buscan con sed insaciable para
unirse. Sólo durante el acto sexual el hombre y la mujer son
un solo ser. En esos instantes de voluptuosidad sexual,
ambos, hombre y mujer, tienen la inmensa dicha de ser un
solo ser.
Los gnomos trabajan con las salamandras del fuego, con los
silfos del aire y con las ondinas voluptuosas del agua pura de
vida. Las salamandras ardientes fecundan a las inquietas
ondinas, y los silfos alegres y juguetones animan el fuego del
hornillo del laboratorio (el chacra llamado Iglesia de Efeso)
para que el agua (semen) se evapore desde su recipiente (el
sexo). Los vapores seminales suben por la chimenea hasta el
destilador (el cerebro). Allí los gnomos hacen la gran
destilación quedando perfectamente transmutando el plomo
en oro.
LA DIVINA TRINIDAD.
Capítulo XXXIII
EL CRISTO
Fin