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12-03-2009

Calderón y los militares son héroes; los organizadores sociales y los pobres son
satanizados
Quién ganó y quién perdió en las “Narco Protestas” en México

Kristin Bricker
Narco News

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El 9 de febrero de 2009, varios cientos de jóvenes con rostros cubiertos


bloquearon importantes carreteras en Monterrey, Nuevo León, en una serie de
acciones altamente coordinadas, paralizando la ciudad de 1,1 millones de
habitantes. Los manifestantes volvieron casi cada día durante más de una semana,
con acciones supuestamente coordinadas por jóvenes con teléfonos celulares Nextel.
Cada vez que los manifestantes volvieron a bloquear las arterias, los acompañaban
más mujeres con niños pequeños en sus brazos.

Al principio, los motivos de los manifestantes no eran evidentes. Luego hicieron


saber que protestaban contra el uso de los militares en la guerra contra la droga.
Específicamente, demandaban la retirada del Ejército de funciones de policía civil
y la renuncia del comandante de la 7ª Zona Militar, Cuauhtémoc Antúnez Pérez.

Dentro de días de la primera protesta, los militares mexicanos – que fueron


desplegados a Nuevo León por el presidente Felipe Calderón en febrero de 2007 para
combatir el crimen organizado – arrestaron a seis presuntos miembros de los Zetas,
la organización fundada por desertores del Ejército mexicano que trabajan para
organizaciones de narcotráfico. El gobierno acusa a los seis de dirigir las
manifestaciones que crearon caos en Monterrey. Entre los arrestados está Juan
Antonio Beltrán Cruz. Los militares dicen que encontraron armas de fuego ilegales
y 71 mochilas repletas de útiles escolares en su camioneta. Beltrán Cruz iba
supuestamente a vecindarios pobres a fin de seducir a padres y jóvenes para que
participaran en las protestas.

Algunos manifestantes también admitieron ante el gobierno y los medios que se les
pagaba por participar – entre 200 y 1.000 pesos (entre 13 y 70 dólares), que las
mujeres recibían más dinero, y las mujeres con niños pequeños en los brazos
recibían el máximo.

El 17 de febrero, el día de las protestas más intensas en Monterrey, bloqueos de


protesta contra el Ejército ocurrieron en Reynosa y Matamoros en el Estado de
Tamaulipas; varias ciudades en Veracruz; y Ciudad Juárez, Chihuahua.

El 18 de febrero, los militares comenzaron a patrullar las calles de Monterrey.


Los manifestantes desaparecieron.

El 19 de febrero, el presidente Felipe Calderón hizo un discurso conmemorando el


Día del Ejército Mexicano en la base de la 7ª Zona Militar en Monterrey. En su
discurso, calificó de “cobardes” a los cárteles de la droga por pagar a mujeres,
niños y personas mayores para que manifestaran, y declaró que el Ejército no
volvería a sus cuarteles hasta que la policía civil tenga la capacidad de
continuar la lucha.

No son manifestaciones normales

Narco News habló con una partidaria de la Otra Campaña de los zapatistas en Ciudad
Juárez sobre las manifestaciones del 17 de febrero que cerraron tres puentes
internacionales en esa ciudad. Ella participa activamente en múltiples redes de
organización en toda la ciudad y dice que conoce a la mayoría de las
organizaciones sociales y sabe de protestas antes de que ocurran. Desea mantener
el anonimato por su propia seguridad. Dice a Narco News que dos de los tres
bloqueos fueron publicitados antes de que ocurrieran y que organizaciones
conocidas – taxistas y familias de personas desaparecidas – participaron en ellas.
Su enfoque particular en el Ejército fue nuevo – los taxistas generalmente
protestan contra las políticas contra el Secretario de Transporte Público respecto
a placas para taxis, la falta de paradas para taxis, y otros temas relacionados
con su trabajo. De la misma manera, las familias de los desaparecidos generalmente
protestan contra la violencia, la inseguridad, y la militarización, pero nunca se
concentran sólo en el Ejército.
La tercera protesta, sin embargo, fue “muy extraña” dice. No fue anunciada antes
de que ocurriera. Dice que ella conoce a la mayoría de los organizadores de la
ciudad, pero que cuando observó la protesta en las noticias, “no vio una sola cara
conocida.” Aunque dice que las manifestaciones del 17 de febrero no tuvieron nada
de característico para Ciudad Juárez, dice que no fueron ni aproximadamente tan
extrañas como las protestas que ocurrieron en Monterrey.

En Monterrey, los organizadores locales supieron de inmediato que la protesta


contra el Ejército no era su protesta normal. Un colectivo basado en Monterrey que
adhiere a la Otra Campaña dijo a Narco News que está en contacto con la mayoría de
las organizaciones sociales en la ciudad que realizan manifestaciones, y que
ninguna de ellas conocía a algunos activistas u organizaciones que participaron en
las protestas. Ni siquiera sabían que las protestas tendrían lugar hasta que
ocurrieron – no hubo avisos por correo electrónico ni volantes en las calles
llamando a la gente a manifestarse.

Don Héctor Camero de la ONG basada en Monterrey, Tierra y Libertad, también supo
de inmediato que esa manifestación era diferente. Dijo a Radio Bemba que grupos
que participan en las protestas usualmente se dan a conocer, a sus organizaciones,
y sus demandas. No fue el caso con las protestas contra el Ejército. Los
manifestantes se mantuvieron anónimos, incluso con las caras cubiertas. No
hicieron conocer de inmediato sus demandas, y no expresaron de qué manera habían
sufrido desde que el Ejército salió a las calles en su ciudad.

Camero sabe que por lo menos algunos de los participantes fueron pagados. Contó a
Radio Bemba cómo el miembro de la familia de un amigo aceptó 500 pesos por
participar. El dueño de casa acababa de perder su trabajo, y alguien ofreció a su
mujer 500 pesos para que participara en un bloqueo. Ella aceptó la oferta.

Seguidores de la Otra Campaña de Monterrey también empezaron a sospechar cuando


vieron la reacción policial ante la protesta. Aunque esta protesta fue una de las
más agresivas que Monterrey haya visto en la historia reciente, la policía se
mostró más considerada que con protestas anteriores. No hubo quema de barricadas
en las calles de Monterrey durante manifestaciones normales, dice la fuente de
Narco News. Pero cuando entre 80 y 90 jóvenes incendiaron una barricada en la
Avenida Fidel Velásquez durante las protestas contra el Ejército, la policía
prefirió el diálogo a la represión. “Si las organizaciones sociales hubieran hecho
eso, habría habido una represión muy violenta,” dijo un partidario a la Otra
Campaña que desea guardar el anonimato por temor a represalias.
Camero está de acuerdo: “Los jóvenes se reúnen en la Plaza del Colegio Civil en
Monterrey. En cuanto los jóvenes comienzan a congregarse, la policía interviene.
No dejan que los jóvenes se reúnan. Ellos [los jóvenes] muestran allí películas
educativas, políticas y cívicas – lo que no es un pecado – y ellos [la policía] no
permiten que realicen sus actividades culturales. Los expulsan de la plaza. Pero
en este caso [las “narco protestas”], la policía actuó con mucha prudencia.”

La reacción “prudente” de la policía y del Ejército ante las protestas es


ampliamente documentada en los medios mexicanos. Aproximadamente 50 personas
fueron detenidas durante una de las protestas. Fueron liberadas horas después, una
vez que pagaron una fianza de 500 pesos. Gracias a las draconianas leyes mexicanas
sobre el crimen organizado, esa gente, a la que el gobierno acusa de trabajar para
los cárteles de la droga, podría haber sido retenida sin fianza – pero no fue lo
que ocurrió. “Reforma” informa que una joven fue detenida en la Avenida de la
Constitución, pero fue liberada minutos más tarde. Poco después fue vista
bloqueando la Avenida Gonzalitos.

No se sabe por qué la policía se condujo con tanta prudencia. La razón oficial del
gobierno local es que tantas mujeres, gente ya mayor, y niños participaron en las
protestas. La fuente de Narco News en Monterrey habla de rumores de que la policía
había recibido amenazas. Es una posibilidad: el día después que la policía arrestó
al presunto Zeta, Beltrán Cruz, con una subametralladora de 9 mm y 71 mochilas en
su poder, un comandante de la policía involucrado en su aprehensión fue asesinado
a plena luz del día. Los atacantes le dispararon tantas veces que su cara quedó
irreconocible. Los cartuchos recuperados en la escena del crimen muestran que por
lo menos algunas de las armas usadas – una subametralladora de 9 mm y un rifle de
asalto – están limitadas por la ley mexicana al exclusivo uso militar (aunque la
ley no ha impedido que esas armas terminen en las manos de miembros del cártel de
la droga).

Los ganadores y perdedores en las “Narco Protestas”

Durante las “narco protestas,” la atención del mundo se concentró en un aspecto:


¿Quién estaba tras las protestas? El gobierno dice que el cártel del Golfo y sus
asociados armados, los Zetas, organizaron las protestas de Monterrey. Hay quien ha
especulado en silencio que el propio gobierno organizó las protestas para reforzar
la popularidad del Ejército. La verdad es que nadie, a excepción de los propios
organizadores de la protesta podrá llegar a saber quién fue realmente el
responsable. Por ello, la verdadera pregunta no es “¿Quién lo hizo?” sino “¿Por
qué lo hicieron?”

El razonamiento tras la cuidadosa planificación y magistral ejecución de las


protestas de Monterrey se comprende mejor si se evalúa quién salió ganando y quién
perdió cuando por fin terminaron las “narco protestas”,

Los ganadores

El presidente Felipe Calderón: Calderón se presentó con una plataforma de “pegarle


duro al crimen organizado.” Días después de hacerse cargo de su puesto, tomó la
muy controvertida decisión de desplegar soldados a Estados donde consideraba que
se había perdido terreno ante los narcotraficantes. Desde entonces, la violencia
por la droga ha aumentado vertiginosamente: en 2008, la cantidad de asesinatos
relacionados con el crimen organizado ha más que duplicado el total de 2007,
haciendo que la guerra a la droga sea más letal que las propias drogas. Sin
embargo, el día en que llegó a la base del Ejército en Monterrey para pronunciar
su discurso del Día del Ejército, fue el primer día en más de una semana en el que
no hubo “narco protestas” en Monterrey. En tanto que Calderón era asociado
anteriormente con un aumento de las tasas de homicidios, caos, y violencia, ahora
es asociado con paz y tranquilidad. Como lo describió el anónimo partidario de la
Otra Campaña en Monterrey: “Todos hablan de un ‘Estado fracasado,’ y llega
Calderón y trae el orden.”

El Partido de Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional


(PRI): 2009 es un año electoral en Nuevo León. El puesto de alcalde en Monterrey y
el de gobernador estarán en juego el 5 de julio. Monterrey es controlado
actualmente por el PAN, mientras el gobernador de Nuevo León es priista. Ambas
contiendas se han convertido en carreras para ver qué político puede reprimir
mejor el disenso que el resto de los candidatos. El PAN, al ser el partido tras el
despliegue del Ejército para combatir el crimen organizado, ya tiene una mano dura
comprobada cuando se trata del crimen organizado. Sin embargo, el PRI, que gobernó
México con mano dura durante más de siete decenios, no será tan fácilmente
derrotado.
Rodrigo Medina de la Cruz, el candidato a gobernador del PRI, propuso que el
congreso estatal de Nuevo León apruebe una ley haciendo que el bloqueo de una ruta
“de manera violenta” sea castigable con hasta seis años en prisión y una multa
entre 7.500 y 25.000 pesos (492-1.639 dólares). El alcalde del PAN en Monterrey,
Adalberto Madero Quiroga, presentó su propia propuesta al congreso estatal: los
bloqueos de ruta deberían ser castigables con seis años en prisión, pero si
alguien muere en la protesta, la sentencia es duplicada a 12 años. La propuesta de
Quiroga no especifica si la sentencia a 12 años se aplica sólo si los
manifestantes matan a la persona, o si se aplica si la policía o el Ejército
también matan a alguien. En México, la policía, el Ejército, y paramilitares
favorables al gobierno son generalmente responsables por las muertes de
manifestantes, no los propios participantes en las protestas.

El Ejército: Las protestas de Monterrey han convertido en héroes a los militares.


La prensa y testigos presenciales dicen que los ciudadanos de Monterrey
literalmente dieron la bienvenida con los brazos abiertos a los soldados cuando
comenzaron a patrullar las calles de la ciudad sólo un día antes de la llegada de
Calderón. Según las informaciones, la gente en las calles vitoreó y aplaudió
cuando vio a los soldados. El contacto de Narco News en Monterrey dice que “la
ciudad está completamente militarizada” – y que a la gente parece gustarle.

Si alguien hubiera querido organizar protestas para aumentar la popularidad del


Ejército, Monterrey es el sitio perfecto para hacerlo. El colectivo de Monterrey
dijo a Narco News que nunca hubo un sentimiento significativo contra el Ejército
en Monterrey, a pesar de la presencia de los militares en Nuevo León durante más
de un año. Camero explica el por qué: “En Monterrey no ha habido el tipo de
trasgresiones cometidas por soldados que han tenido lugar en otros sitios. No digo
que no existan; ha habido 150 o 200 agentes de la Policía Federal Preventiva
(PFP). Son policías federales que también han sido desplegados en la guerra contra
la droga y que participan en operaciones conjuntas con el Ejército]. Pero en
general, las patrullas de los soldados son realizadas con cuidado. Ha habido
algunas quejas debidas a allanamientos erróneos o por los puntos de control del
Ejército. Pero en general no ha habido muchas quejas respecto a su trato a la
población. De modo que estas protestas, en las que los jóvenes no sólo se han
embozado, sino también han andado por ahí con garrotes amenazando a conductores o
mujeres jóvenes, han creado una situación en la que la población respalda al
Ejército. Dice: ‘Estamos con los militares.’ De modo que las protestas están
realmente provocando lo contrario’ de su objetivo declarado, que es la retirada
del Ejército.”

Por cierto. Sólo dos semanas después del fin de la protesta, el gobierno federal
anunció que estaba enviando otros 5.000 soldados a Ciudad Juárez, que es la ciudad
más violenta de México y también sede de una protesta que los medios asociaron con
las “narco protestas.” Mil policías federales y dos mil soldados ya han llegado.
Antes del reciente refuerzo, había 2.000 soldados estacionados en Ciudad Juárez,
lo que significa que cuando lleguen todos los refuerzos, 7.000 soldados
patrullarán la ciudad de 1,4 millones de habitantes. Es un soldado por cada 200
civiles en una ciudad con una densidad de población de más de 4.632 personas por
kilómetro cuadrado, o sea 23 soldados por kilómetro cuadrado. Aunque el anuncio
del gobierno federal no sea probablemente un resultado directo de las “narco
protestas,” las manifestaciones seguramente no perjudicaron las relaciones
públicas del Ejército antes de una de las ‘oleadas’ militares más intensas en el
país.

Toda organización de narco tráfico que colabore con sectores el Ejército: En


diciembre de 2008, el corresponsal de Narco News, Bill Conroy, presentó la
evidencia de que la corrupción dentro del Ejército Mexicano podría no estar
limitada a unos pocos incidentes aislados de oficiales (aunque de alto rango) en
la nómina del cártel en su artículo “Asesinatos en Juárez sacan a la luz un
‘Cártel Militar’ emergente.” Una fuente, el ex agente de la DEA Celerino “Cele”
Castillo III, dijo a Conroy:

“Durante la elección presidencial, El Chapo [Joaquín Guzmán, dirigente de la


organización de narcotráfico de Sinaloa apoyó [al presidente mexicano] Calderón.
Calderón luego alquiló el Ejército a El Chapo para eliminar a Osiel [Cárdenas
Guillén, jefe de la organización de narcotráfico del Golfo, que controlaba la
ciudad fronteriza mexicana de Nuevo Laredo]. Hay que recordar: ¿Por qué no ha sido
arrestado El Chapo?”

Calderón retiró a los militares y ahora trabaja mano en mano con El Chapo. …
Veteranos estadounidenses de [la Guerra de] Iraq estaban actuando como mercenarios
para el Ejército Mexicano. Ahora mismo, mientras hablamos, hay veteranos
estadounidenses de Iraq que trabajan para esa organización. Hacen el trabajo de
refuerzo a este lado [de la frontera de EE.UU.] para los militares mexicanos.
Están cobrando las… ganancias de las ventas de droga en EE.UU. Ellos [los que
deben dinero a la organización de la droga] son atrapados y les dan 24 horas para
enviar parte del dinero a cuentas bancarias en México. Si no, son ejecutados...

El antiguo lanzagranadas M-70 utiliza munición de 40 mm. Están sobre la mesa en la


foto [de armas confiscadas por las autoridades mexicanas] del periódico de hoy. Lo
que la historia no dice es que esa munición de 40 mm es de producción
estadounidense. ¿Y eso, qué te parece?”

Conroy sigue diciendo: “Castillo agrega que recientemente recibió información que
indica que otro grupo que se ha hecho bastante famoso a través de los medios, los
Zetas (un grupo mexicano de operaciones especiales entrenado por EE.UU. que
desertó del Ejército mexicano), ayuda ahora al Ejército mexicano en sus
operaciones de narcotráfico a lo largo de la frontera.”

En el mismo artículo, Conroy cita a Guillermo Ramírez Peyro, antiguo miembro de


alto rango de la organización de narcotráfico de Juárez, informante en el caso de
la Casa de la Muerte, quien describe cómo la Armada mexicana pasaba de contrabando
drogas para su organización de narcotráfico desde Colombia.

La historia de Conroy no especifica una organización de narcotráfico que tenga


control sobre el Ejército mexicano. Menciona a tres o cuatro organizaciones
separadas que supuestamente están en colusión con los militares: la organización
de El Chapo Guzmán, los Zetas (que supuestamente trabajan para la organización de
narcotráfico del Golfo o para cualquiera que pague bien), y la organización de
narcotráfico de Juárez. Más bien, la evidencia y las fuentes de Conroy muestran
que para que sobreviva una industria clandestina tiene que mantener cerca a sus
amigos cerca y aún más cerca a sus enemigos. En un negocio en el que las alianzas
y rivalidades cambian con el viento; y en el que políticos, policías, y oficiales
militares se venden al mejor postor, los militares han aparecido como otro
participante en el juego. Precisamente como en otros cárteles, las alianzas “de
los militares con el cártel” cambian con las condiciones, y encuentran nuevos
aliados si el precio es justo. Diferentes oficiales militares podrán preferir
aliarse, y a los soldados bajo su comando, con diferentes organizaciones de
narcotráfico. E incluso si los rumores de que el presidente Calderón tiene su
organización de narcotráfico preferida y utiliza su campaña militar para eliminar
a los enemigos de esa organización fueran verdad, Calderón no puede controlar a
todos sus soldados mejor que cómo El Chapo puede controlar a todas las células de
la “Federación” Sinaloa.

De modo que, aunque es posible que una organización de narcotráfico o una alianza
entre una tal organización y un sector del Ejército haya organizado las “narco
protestas,” nadie sabe qué oficial militar y sus soldados trabajan con qué
organización hasta que alguien denuncie al oficial. Incluso entonces, no es seguro
que el denunciante diga la verdad. De modo que el ganador oficial y evidente de
las “narco protestas” fue el Ejército en su conjunto. Sean cuales sean las
organizaciones de narcotráfico que estén actualmente alineadas con sectores del
Ejército, acaban de presenciar el aumento del poder de su aliado, y con él el suyo
propio. Y porque los militares, que han estado librando una constante batalla de
relaciones públicas sobre su participación en la guerra contra la droga, acaban de
aumentar su poder y popularidad, también pueden haber acabado de aumentar el valor
actual de esa lealtad.

Los perdedores

Aparte de todo cártel de la droga que no esté alineado con el Ejército,


particularmente en regiones en las que ocurrieron las “narco protestas”, la
sociedad civil sufrió un golpe significativo debido a las protestas.

Organizadores sociales y organizaciones: Las protestas “contra el Ejército” en


Monterrey lograron neutralizar demandas muy legítimas (que los militares se
retiren de deberes civiles de mantenimiento del orden) y quejas (el que soldados
realicen funciones civiles de mantenimiento del orden sin una declaración oficial
de guerra es inconstitucional).

Cuando estallaron protestas anti-militares en áreas que tienen una historia de


protestas legítimas contra la militarización, como ser Veracruz y Ciudad Juárez,
hubo una especulación inmediata en la prensa de que también estaban vinculadas a
narcotraficantes. Sin embargo, a diferencia de Monterrey, no ha aparecido una
prueba concreta de que esas protestas hayan sido organizadas por otro que los
propios manifestantes. Mientras una partidaria de la Otra Campaña en Ciudad Juárez
dijo a Narco News que uno de los bloqueos anti-militares de un puente
internacional en esa ciudad fue “muy extraño” en comparación con otras protestas
similares, ella dijo que organizaciones sociales legítimas estuvieron
definitivamente involucradas en las otras protestas y bloqueos que ocurrieron en
otras partes de Ciudad Juárez ese día. Incluso a pesar de que el gobierno verificó
que participaron miembros legítimos de familias de personas supuestamente
desaparecidas por los militares, la prensa informó – sin citar otra evidencia –
que “agentes de seguridad” no identificados dijeron que hubo gente contratada para
protestar. Aunque el gobierno no ha presentado ninguna prueba o hecho ninguna
declaración oficial en el sentido que por lo menos algunos manifestantes en Ciudad
Juárez hayan recibido compensación por su participación, si alguien pagó a la
gente para que protestara donde organizaciones sociales legítimas también estaban
manifestando, tuvieron éxito en la destrucción de toda la credibilidad con la que
contaban en esa ciudad las organizaciones sociales legítimas. E incluso si ni un
solo manifestante en Juárez participó por haber recibido pago, el espectro sigue
existiendo – los medios discutieron las protestas en todos los cuatro Estados como
si en todos fuera lo mismo, sin un atisbo de prueba de que haya habido
participantes fuera de Monterrey que hayan recibido alguna compensación.

Los organizadores sociales son espinas en el dorso del poder antidemocrático. Como
tales, los activistas pueden ser tan inconvenientes para los narcotraficantes como
para el gobierno. En localidades en las que los narcotraficantes son dueños de, o
forman el gobierno, o en regiones donde los narcotraficantes son los caciques, los
activistas amenazan el poder de la organización narcotraficante. Quienquiera haya
estado tras las protestas – sea el gobierno o una organización de narcotráfico o
una mezcla de ambos – ha consolidado su poder al arrebatar el suyo a los
organizadores sociales y políticos.

Las “narco protestas” no sólo sirvieron para dañar la credibilidad de los


activistas; el gobierno también las está utilizando para presionar por medidas
para reprimir las protestas y obtener un cierto control sobre ellas, de un modo
muy similar al utilizado por el gobierno de EE.UU. Como mencionara anteriormente,
funcionarios de Nuevo León han propuesto sentencias entre 6 y 12 años y elevadas
multas por bloquear una ruta durante una protesta, lo que actualmente es una
trasgresión del tránsito. La única excepción propuesta a la ley es si un grupo
legítimo de protesta avisa al gobierno antes de su acción de que desea bloquear
una ruta durante una manifestación. Esto introducirá efectivamente un sistema de
permiso para manifestaciones en México, en el que los manifestantes que desean
manifestarse deberán pedir primero permiso al gobierno para hacerlo. El sistema
está vigente en gran parte de EE.UU. y da al gobierno un control significativo
sobre las manifestaciones. El gobierno dice a los organizadores dónde y cuándo
pueden manifestarse. Cuando el gobierno no desea que haya protestas, niega
directamente los permisos a los manifestantes, como fue el caso durante la
Convención Nacional Republicana [RNC, por sus siglas en inglés] en Filadelfia en
2000. El gobierno de la ciudad otorgó permisos para manifestar a la RNC para toda
la ciudad por la duración de la convención, no dejando nada para las
organizaciones sociales (la RNC, evidentemente, no utilizó los permisos para
manifestarse – simplemente quería excluir a los activistas). El único permiso dado
a los organizadores de la manifestación fue en una “zona de libre expresión”
(implicando que la “libertad de expresión” sólo era un derecho en esa área, pero
no en el resto de la ciudad) que era un área encerrada en un rincón de un
aparcamiento tan alejado del Centro de Convenciones que nadie prestó atención a
los pocos manifestantes que decidieron utilizar la zona. Si la manifestación sirve
para aumentar los costes de una política gubernamental o una decisión como una
guerra, las manifestaciones permitidas reducen los costes para el gobierno a un
dolor de cabeza menor y temporario.

Gracias a las “narco protestas,” la opinión pública en Monterrey ha dado luz verde
para matar manifestantes al gobierno y a los civiles favorables al gobierno. El
contacto en Monterrey de Narco News nos envía comentarios hechos en foros en línea
que a su juicio representan exactamente el sentimiento de ciudadanos de Monterrey
sobre las protestas. En un foro en el sitio en Internet del periódico de Monterrey
El Norte, un comentario dice; “Si vas en el carro y se te atraviesan, aviéntales
el carro aunque los atropelles y no te pares aunque los dejes tirados. Es más, ni
voltees, como si hubieras atropellado a un sapo. Si eres el de mero adelante del
bloqueo, échales el carro igual.” Otro comentario dice que después de atropellar a
un manifestante, los conductores deberían dar “reversa a ver si les quedan ganas
de seguir de payasitos y argüernderas por unas mochilas.” Otro más dice que “Si se
paran cerca de un puente llévenselos y es culpa de ellos.” Y: “total si matan a
esta gente nadie los va a extrañar, en cada basurero o pedazo de caca salen estos
muertos de hambre o bien solo peguenle a los arboles de la indepenaca o la risca,
y esas cosas salen de ahi, unos muertos de esos mas no le hacen mal a nadie, es
mejor asi le hacemos un bien a la sociedad de no mantener jodidos muertos de
hambre en el bote…! [Sic]
Nadie en el foro critica semejantes comentarios que llaman a asesinar.

Ser activista en México ya es peligroso, incluso sin apoyo público para su


asesinato. En febrero pasado, la Corte Suprema de México se negó a responsabilizar
a los policías que mataron a Alexis Benhumea y a Francisco Javier Cortés en las
manifestaciones en San Salvador Ateneo en 2006. En su decisión, ni siquiera
reconoció que la policía era responsable por los asesinatos, a pesar de que una
bomba de gas lacrimógeno mató a Benhumea y que la pistola que mató a Cortés es de
un calibre que es entregado a comandantes de la policía estatal pero cuyo porte
por civiles es ilegal. También en febrero, hombres armados “que parecían ser
soldados” secuestraron a dos activistas indígenas por los derechos humanos en
Guerrero, los torturaron y asesinaron.

Colonias Populares: Las colonias populares son vecindarios pobres en las afueras
de las ciudades. Tienen que luchar por servicios municipales básicos como calles
pavimentadas, agua corriente, y sistemas de alcantarillado e instalaciones
sanitarias.

Narco News ha documentado cómo la operación conjunta de la policía federal y del


ejército en Michoacán es utilizada para reprimir a las colonias populares, en
particular las que pertenecen a organizaciones sociales. Ya que hay pruebas de que
residentes de colonias populares fueron pagados para bloquear rutas durante las
“narco protestas,” se puede esperar que la represión gubernamental aumente en las
colonias populares de Monterrey – incluso en aquellas que no participaron.

Si los bloqueos provocaron furia contra los manifestantes en general, provocaron


una furia particularmente feroz contra los residentes más pobres de Monterrey
porque se sabe que algunos de ellos participaron a cambio de suministros escolares
y dinero. Un comentario en el foro de El Norte escribió que deberían desplegar a
los militares contra los manifestantes (fueron desplegados seis días después del
comentario) y que “total si matan a esta gente nadie los va a extrañar, en cada
basurero o pedazo de caca salen estos muertos de hambre o bien solo peguenle a los
arboles de la indepenaca o la risca.”

El odio contra los residentes pobres de Monterrey es descaminado dice Camero,


porque ignora las condiciones, creadas por el propio gobierno, que llevaron a que
la gente bloquee rutas a cambio de suministros escolares y dinero. “Hay una crisis
de desempleo y de abandono de los jóvenes. No hay garantía [de empleo para los
jóvenes]. Ni siquiera estoy hablando de escuelas o deportes – hablo de empleo. Con
este abandono es fácil hacer este tipo de ofertas [ser pagado por manifestarse].
Es un escenario muy extraño, inimaginable, pero puede suceder fácilmente debido a
la situación.”

Camero culpa al gobierno de gastar millones de pesos en dineros públicos para


mantener a partidos políticos cuando no provee adecuadamente a las escuelas con
sus necesidades básicas. “¿Cómo es posible que los narcos estén ofreciendo útiles
escolares a la gente? Tenemos una campaña permanente para obtener útiles escolares
en las escuelas [de Nuevo León]. Son condiciones que el gobierno ha permitido que
se desarrollen, y el crimen organizado puede aprovecharlas.”
Kristin Bricker es corresponsal basada en México de Narco News También forma parte
del colectivo Rebel Imports que vende textiles, café y miel de comercio justo de
las cooperativas zapatistas. Para contactos con Kristin escriba a
krisbricker@gmail.com. Su blog personal es http://mywordismyweapon.blogspot.com

LLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL
LLLLLLLLLLL
La Jornada
12 de Marzo de 2009
Respuesta del Congreso estatal a protestas recientes contra operativos policiaco-
militares
Criminalizan en Nuevo León las manifestaciones callejeras

DAVID CARRIZALES
Monterrey, NL, 11 de marzo. El Congreso de Nuevo León aprobó la noche del martes,
por mayoría, una reforma al Código Penal del estado que tipifica el delito de
“obstrucción de la vía pública mediante actos de protesta o manifestación”, cuando
“se ataquen los derechos de terceros, impidiendo total o parcialmente el libre
tránsito de vehículos”.
La reforma es una respuesta a los bloqueos de calles que habitantes de esta
capital realizaron el mes pasado para exigir el fin de las operaciones del
Ejército Mexicano contra el narcotráfico, por presuntas violaciones a los derechos
humanos.
Según las autoridades estatales, las protestas fueron promovidas por el crimen
organizado, que pagó a los manifestantes con dinero en efectivo, despensas y
mochilas con útiles escolares.
Los diputados panistas Ricardo Vázquez y Norma Yolanda Robles votaron en contra
del dictamen por considerar que ya existía una ley para evitar los bloqueos que
realizaron los llamados tapados, pero el gobierno estatal dejó crecer el problema.
Durante la sesión extraordinaria del martes, que concluyó después de las 22 horas,
30 legisladores votaron a favor y hubo cuatro abstenciones.
La modificación del Código Penal prevé sanciones de seis meses a cuatro años de
prisión, además del multas de 50 a 100 días de salario mínimo para quienes
participen en protestas que obstruyan la vía pública en forma violenta. Cuando el
o los responsables vayan acompañados por menores de edad, la pena de prisión se
elevará hasta ocho años.
Los líderes e incitadores de estas manifestaciones se harán acreedores a una pena
de tres a seis años de prisión y multa de 200 a 400 días de salario mínimo.
El artículo 171 bis 1 señala que comete el delito de obstrucción de la vía pública
aquellas persona “en forma violenta, mediante actos de protesta o manifestación,
ataque los derechos de terceros, impidiendo total o parcialmente el libre tránsito
de vehículos automotores”.
Se precisa que “no será delito el que las personas se manifiesten ordenada y
pacíficamente realizando marchas, cuando por cualquier motivo circulen por la vía
pública”.
Silvia Puente, coordinadora de la agrupación Ciudadanos en Apoyo a los Derechos
Humanos, consideró un retroceso tipificar el delito de obstrucción de la vía
pública, con adiciones a los artículos 177 bis 1, bis 2 y bis 3 del Código Penal
del estado, porque se atenta contra el derecho a la libre manifestación; además,
la reforma puede propiciar abusos.
Expuso que en el Código Penal vigente, al que se refirieron los diputados panistas
mencionados, el derecho de protestar está acotado por el respeto a los derechos de
terceros, y advirtió que la reforma puede ser combatida en un juicio de amparo, ya
que contraviene la Constitución General de la República.
Puente dijo esperar que el gobernador José Natividad González Parás use su derecho
de veto para hacer observaciones a la reforma; sin embargo, el Ejecutivo estatal
promovía una reforma aún más severa, pues pretendía tipificar como delito grave el
bloqueo de calles.

C E N C O A L T
Centro de Comunicacion Alternativa
http://mx.geocities.com/cencoalt/index.html

cencoalt@yahoo.de

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