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“CONSTRUYAMOS JUNTOS UN IDEAL POSIBLE CON LAS

CELDAS DE COMBUSTIBLE”
El consumo creciente de energía como consecuencia del desarrollo tecnológico
y del aumento demográfico de los países, así como el incremento de los
problemas de contaminación ambiental a causa del empleo de combustibles
fósiles, teniendo en cuenta que las fuentes de energía convencionales se
obtienen de recursos naturales no renovables, en la generación de energía
eléctrica ha atraído el interés de la ciencia hacia el aprovechamiento de las
fuentes de energía renovables. El hidrógeno es una de estas fuentes que tiene
grandes ventajas ambientales. Es un elemento abundante en la naturaleza,
constituyente del agua, en forma molecular es un gas ligero y puede servir como
almacén energético, se produce por electrólisis del agua mediante los excedentes
energéticos diurnos o el empleo de la energía solar o eólica y posteriormente se
puede liberar la energía almacenada por cualquier sistema de combustión o con
el empleo de las celdas de combustible en las que se transforma directamente la
energía química almacenada en el enlace H-H de la molécula H2, en energía
eléctrica y vapor de agua.

El tema de las celdas de combustible es uno de los mas abordados en la llamada


tecnología del hidrógeno, esta alternativa de generación es bastante llamativa
por su alta eficiencia y baja contaminación y de ser viable económicamente
resuelve uno de los mayores dilemas de los ingenieros, producir energía con
altas eficiencias a un costo moderado y con muy poco impacto ambiental.

En vista de lo anterior y teniendo en cuenta cada uno de estos factores, el


presente ensayo se orienta al análisis de las celdas de combustible como posible
sustituto de los combustibles fósiles y sus repercusiones a mediano y largo
plazo.

Una celda de combustible es un dispositivo que al suministrársele hidrógeno y


oxígeno produce electricidad y agua. Hace la función inversa a la de un
electrolizador de agua. Las celdas de combustible varían mucho en dimensiones
y potencias, acorde con lo cual se seleccionan los materiales de que se fabrican.
Se ha dicho hasta que sustituirán a la pequeña batería del reloj de pulsera, y
existen celdas de combustible con potencias de megawatts.

En Japón, por ejemplo, en plantas de generación eléctrica se produce y almacena


hidrógeno cuando conviene, y se utilizan grandes celdas de combustible para
apoyar el suministro eléctrico en las horas-pico, uniformando la generación y
reduciendo los costos.

Las celdas de combustible son aparatos electroquímicos análogos a las baterías


convencionales: ambos poseen electrodos positivos y negativos y un electrolito.
Sin embargo, a diferencias de las baterías, que pueden suministrar potencia sólo
por un tiempo definido, luego del cual hay que recargarlas o remplazarías, la
celda de combustible, gracias a que absorbe nuevos suministros de combustible
permanente puede operar continuamente, es decir, produce electricidad mientras
esté siendo alimentada con combustible y oxidante.
La eficiencia teórica de las celdas de combustible está dada por las leyes de
Faraday, que relacionan directamente la corriente producida en una reacción
electroquímica con la cantidad de material reactivo, es decir, con la cantidad de
combustible. La mayor ventaja de las celdas de combustible descansa realmente
en el hecho de que no están limitadas por la temperatura, lo cual les otorga el
gran beneficio de alcanzar altas eficiencias. Así, en teoría, cada molécula de
hidrógeno gas producirá dos electrones libres y junto con un átomo de oxígeno
reducido se generará una molécula de agua. Tal reacción electroquímica es
exotérmica, por lo que además el calor desprendido puede ser utilizado y así
aumentar la eficiencia de las celdas de combustible.

El surgimiento de un nuevo material polimérico en la última década (membrana


separadora de iones) ha permitido lograr celdas de combustible suficientemente
pequeñas para autos, con lo que se logra una solución a la contaminación en las
grandes ciudades causada por los combustibles fósiles. Además, las
transnacionales del transporte y del petróleo están conscientes de que este
alcanzará su máximo de extracción antes de veinte años, lo que disparará los
precios. Sienten también gran presión social, por lo que divulgan ampliamente
los esfuerzos que hacen en el desarrollo de vehículos con motores eléctricos y
celdas de combustible transmitiendo un mensaje tranquilizador.

Varias son las características que hacen que las celdas de combustible se
consideren una de las formas alternativas más ventajosas para la obtención de
energía. Sus altas eficiencias rozan el 80% cuando además de electricidad se
recupera calor. Este valor supera ampliamente las eficiencias de otros sistemas
convencionales. Además, la energía producida es 100% limpia, ya que el único
producto que se obtiene es agua o vapor de agua dependiendo de la temperatura
de operación del dispositivo.

En países como Colombia, el argumento mayor a favor de las celdas, es que en


un futuro cuando se monten centrales energéticas de celdas de combustible, se
utilizarán más eficazmente los combustibles líquidos procedentes del petróleo o
carbón, aprovechando mejor el suministro de combustible fósil de la nación. Con
el fin de mantener un medio ambiente sustentable debemos ser visionarios y
plantearnos objetivos a largo plazo, considerando al hidrógeno como un
combustible estratégico para la generación de energía de forma limpia y
sustentable. Queremos empezar a plantearnos a donde vamos a llegar como país
en 20 o 30 años a partir de ahora cuando los hidrocarburos se están acabando,
pero llegar a tiempo y de manera eficiente en términos energéticos. Por último,
cabe aclarar que las celdas de combustible prometen seguir mejorando en todos
sus aspectos y ampliar cada vez más el mercado, así lo demuestran las
estadísticas.

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