Desplazamiento, derechos y organización (1)

Por: Rubén Darío Guevara Corral

Asociado Fonvalle.

El desplazamiento forzado de las poblaciones, es una de las consecuencias más

nefastas que ha dejado y deja la guerra por el accionar de los diferentes sectores
armados en Colombia. Las cifras soy muy desconcertantes, organizaciones de
derechos humanos, manifiestan que son ya 4 millones las personas desplazadas,
la iglesia dicen que son 3 millones y el Estado las ha contado en cerca de 2.5
millones: pero sea una u otra la cifra, el hecho es que en todo el territorio nacional,
ellas, las víctimas de un conflicto que parece no acabar, se debaten con horror
frente a una miseria que es de angustia y frente a un futuro incierto que día a día
las sume en depresión y envilecen su condición humana.

Las ley 387 de 1997 o ley de desplazamiento forzado, los autos y sentencias
siguientes, no parecen cumplir con el con los objetivos para los cuales fueron
promulgadas, además, para todas ellas hay oídos sordos por parte de funcionarios
y organismos del Estado que actúan siguiendo pautas asistenciales que en nada
contribuyen a resolver la situación.

Una investigación adelantada por el Grupo: “Problemas Contemporáneos del

Derecho” de la Universidad de San Buenaventura, Cali, llevada a cabo con
desplazadas, cabeza de familia, residenciadas en el área urbana del municipio de
Florida, Valle, ha dejado enseñanzas significativas en el orden de lo que las
política públicas deben hacer con respecto a la restitución de los derechos
perdidos por estas mujeres y sus familias en: salud, educación, empleo, vivienda
y asistencia psicosocial.

De manera significativa, la investigación ha puesto de presente cómo las

necesidades más urgentes están en contribuir a adelantar acciones inmediatas
que permitan generar empleos productivos o medios a través de los cuales se
generen ingresos y para los cual todos: gobierno, sociedad civil ONG,
universidades y demás, de una manera coordinada, debemos poner nuestro
grano de arena en la búsqueda de alternativas para la generación de ingresos,
mientras esto no se de, los imponderables de una efectiva acción hacia esta
población, seguirán presentes.

Por otra parte, aprovechar la insipiente organización que las mujeres desplazadas
mantienen, debe contribuir a alcanzar lo logros que se proponen con respecto a la
mejor forma de acceder a los beneficios sociales y humanitarios que ofrece el
Estado. Esta organización- Adesflovalle- debe ser la fuerza que aglutine un sentir
social y de manera especial, la expresión solidaria que hay que mantener y para
ello, buscar los mejores medios para su fortificación y hacerla conocer y reconocer
ante todos los organismos para que cumpla los objetivos estatutarios previstos.

Creemos que es en la organización en donde se forja la lucha solidaria y

reinvindicativa de los derechos perdidos y es ella, la que debe visualizar cuál es la
mejor forma o el medio más adecuado para alcanzar los beneficios a los cuales
tienen derecho en una sociedad que como la nuestra, concibe la individualidad, el
caciquismo, el clientelismo y las argucias oportunistas como las fórmulas de
superación y avance social.

Por lo anterior, desplazamiento, derechos y organización se constituyen en una

triada dialéctica imposible de separar que debe ser tenida en cuenta en todos los
espacios sociales y en especial, en los académicos quienes son los más llamados
a dar cuenta de la misma en la medida en que les permite enfocar esta
problemática, en la perspectiva del análisis de los derechos humanos.

No se puede desconocer que, crear organización, obliga a una educación no sólo

de los líderes sino de los asociados en los principios rectores y normativos de la
misma que los vinculen de manera efectiva y en esa medida, se empieza a forjar
ese tejido indispensable que da identidad y con lo cual se va a caracterizar la
organización en donde los asociados construyen o apoyan iniciativas de acción
que necesariamente los hace percibirse como agentes sociales que actúan
colectivamente, lo que es determinante para la construcción de comunidad y un
paso crucial para la recuperación de sus derechos como ciudadano.

Tampoco se puede dejar de manifestar que las organizaciones con su solidaridad,

contribuyen a generalizar la democracia dentro de un sistema político, es por ello,
que hay que hacer un esfuerzo coordinado para mantenerlas.

Así, esta asociación que ha logrado irse posicionando gracias a una labor
tesonera de las mujeres que la dirigen, inculcan el sentido de solidaridad y de
identidad, a través de principios fundados en su condición de víctimas de una
guerra en donde han sido las mujeres desplazadas y sus familias las que han
perdido mucho de lo más preciado de sus existencias como son los familiares y
los bienes materiales duramente adquiridos por muchos años.

(1) Síntesis de la exposición: “Tema del día”, una actividad del Comité de
Educación. Fonvalle.