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y ARGUMENTO Centre cisunws de tos aspects mas pe- cultares: xLa Psicologia Social, pasion imitil det Estado ierapéuticon, «Guerra y trauma psicosocial det niho salvador fiom, wignacio Marin-Bard: breve sem: blanca de uur psicélogo socials, «La pro- puesta tedrica de Ignacio Martin-Bard para ena Psicolovia Social “lasinoameri- cara"s, «Sobre lt viabllidad psiceiigica del linawnericanisme” y «Ewpsicoiogia sis- tenuitica. origen y reciente desarrodion La Psicologia Social: pasién inutil del Estado terapéutico Nydza Correa de Jestis, Heidi J, Figueroa Sariera y Maria Wilagros Lopez Hoy dis el Estado puede pensarse como productor y creador de superticies (0 es- Senos) de intimidad accesibles. Esto, lo mismo mediante poliieas sobre la Pomogratia o en la educacion sobre el SIDA, a través de las cuales se hace po- sible la intervencién en os procesos so- ciales tanto a nivel individual como co- lectivo. Las nociones de lo que constitu ye inimidad son purcialmente construi- as por el Estado y en general por sus instituciones. Paraddjicamemte, los efec- ‘ones de legitimacién tienden @ climinar las Propias caracteristicas de las esferas cul- turales que suponfan presentay. £1 tipo de salida potitica canadiense gue intents revigorizar Ja vida cultural mediante pricticas administrativas crea, por el contrario, una ausencia evidente a Jos niveles individuales y. colectivos que 3 generulmente cubier con un sustituto. © con sepresentaciones caricaturescas de cultura o intimidad, ‘Las instiuciones del estado fomentan que emnanezeamos inciferentes ame It alienacicn de nuestras formas autécionas de intimidad CColage, de Aborto Graco mediante Ia ceacidn y produccin de «super- Ficiesw (0 escenario) a través de ls cuales las intevenciones estatales no solo se hacen posi bes, sino que aparentan ser legiuimas 0” ain eseadas [Pinter y Nielsen, 1990, p, 75; la ta \duscida Uel ings es nesta, Una vez mis hemos asumido la nece- sidad de una reflexién, un balance de souesira disciplina, Este trabajo. tiene como propésity un recomido somero a to largo del hotizonte de Ia Psicologia So- cial. El recomrido, sin embargo, esti hil- vanado con una preocupacién ‘central o hipotesis desnuda: In cacareada crisis de 'a Psicologia Social es una crisis congé- fila que emerge de ia naturalezs misma de su ubicacidn estructura en la interjec- ado-ciencia. La Psicologia Social ‘no puede satisfacer la demanda social de la dominacién, Antes que lamentarse por la erisis no resuela de la Psicologia So- cial, Ia econocemos como una fisura en los intentos de normalizacién. En este Convencimient6, nos aunamos a la voz contemporinea de lx post-disciplinarie- dad que rehisa su funcionalidad en los proyectos de la dominacisn. Resulta extremadamente dificil separar Jas dreas que vamos a diseuti, pero para efectos de que el lector 0 lectora tenga una suere de primicia maltrecha adetan- famos nuestros focos de discusién. En Primera instancia, putimos de In pers- Pectiva foucaultiana ubicando la Psicolo- fa Social como ciencia.normalizadora la trama de Ja dominacién que se de- sarclla a pamtir del binomio saber-poder, Segundo, pasamos someramente a través de Is historia de Ia Psicologia Social para ‘excavar los niveles histdricos de ia emer- encia de ia Psicologia Social en lo que Correa,U., ape i Lopez MM. (149). he Pajeckesce Soe, Pasre incchl dal Bstads tera pew tice. Anthropes 156. Pp 33-38. hemos Hlamado ta interjeccién Estado: ciencia, Luego, nos controntamos con ka trayectoria mesodolsgica en La investiga ign en Psicologia Sociat con el objetivo de puntualizar los supuestos que ésta re Produce en su devenit, ast como los re tos epistemolégicos que Ja embisten en nuestros dias. Finalmente, abordamos el tema de la Psicologia Social aplicads y su tensin con el Estado para marcar la muerte y resurreccidn de Ia Psicologia Social como cispositiva de saber-poder 20 Sus causas contradictorias: como he- mramienta de la dominacién y como ve~ hiculo de la subversion La relacién saber-poder fundaca en el Urabajo intelectual queda ubicada en Ja armazén orpanizativa del Estado, El Es- tado traza y reproduce en su propia es- truetura Ia divisidn social del trabajo: re- laciones jerurquizadas, procesos centrali- zados y disciptinarios, detecminados ni- veles de decisidn y ejecucién, delegacién de autoridad y formas de distribucign del saber. Foucault (2985) ha establecido los sighos XVII y XVII como los siglos donde se muliplica a través del todo so- ial la sociedad disciplinaria, A la par on el desarrollo de fa acumutacién am- pliada del capital se transforman los me- canismos de control social y ta domina ida, Mientras en el siglo XVII se muli- Plican los asiles marcande el apogeo de Jo que Foucault lama ef Gran Eneierro, que tuvo come objetivo asegurar mano de obra barata fla fuerza de trabajo de los encerrados) y la proteccién. social contra el desorden, a medida que se de- satolla el capitalismo se transforman los mecanismos de Ia dominaciéa produ: ciendo el Gran Desenciero que comien- za gestarse a partir del siglo XX. Esto se reflere al auge de las diseiplinas nor- malizacoras, panticularmente la Psicolo- sia y {as ramas aledafas que tienen como Sbjetivo servirse de los procedimientos de individualizacién para marcar exclu- siones (loco-cuerdo, enfermo-sano, nor ‘mal-anormal, etc.) y asignar puestos de Manera que se facilite el proceso de ‘identificacion, ubicaciGn y las demas for- ‘mas de vigilancia pertinemes. Se trata, pues, de la emergencia de una nueva ar” ‘iculacién estatal que Foucault preconiza- Fa com el Estado terapéutica, El Estado incorpora a la ciencia mis- ‘ma en la organizacién de su discurso, Pero no se trata sencillamente de una 186 ANTHROPOSa4 wt ANALISIS E INVESTIGACION instrumentalizacion de la ciencia y de su manipulacién al servicio del capital. El Estado propicia el desarollo de una ciencia imbricada en los dispositivos det poder (Poulantzas, 1980}. £1 Fstado cua- ricula fa produccisa del trabajo intelec- tual mediante una serie de dispositivos que someten y estipendian al conjunto de intelecwales portadores y gestadores del saber. No 3 extraiio, pues, esa descon- fianza bésica que percibimos en distintos sctores populares cuando _queremos saplicar» nuestra psicologia. Lo que st fos parece extrafo es la disposicicn de algunos/-as colegas a descefar slo teéri- com como gestiGn intl de tos «sin pro- grama» y reivindicar «la pricticm como esfera excelentisima de producciéa del saber sin zeconocer su propio rust ideo- dgico en este drama de saber-poter, La erspectiva de estos!-as colegas se apoya en el Béculo desgastado de la dicotomia tcoria-prietica. Dieotomia ésta que ha sido denunciada desde hace algtin tiempo ya como un falso problema, Foucault (1979) lo ha reconocido didfanamente: El papel del intelectual no es el de situarse sun poco en avance o un poo al margens para Wecis la muda verdad de todos; es ance ‘odo luchar contra las formas de poder alli donde este ¢§ a Ia vez el objeto y et instr ‘mento: en el orden del «saber», de ia wer dad», de la «concienciam, del udiscurson, Es fen esto en lo que la teoria no expresa, no war Jace, no splica una prictica: ef una préciice fenuevista 2M. Foucault reaizada por Gilles Deleuze, 1979, p. 19), Es esta la nocién de teorfa que noso- teas reivindicamos. Haces“ieoria en este sentido es, pues, cuestionar los supuestos asumidos técita e implicitamente en los diversos discursos que van contomean- do los limites de lo que se ha llamado el suftimient humano. Dentro de esta Perspectiva nos interesa panicularmente: 1) el andlisis de los discursos oficiales en tomo a la organizacién de la sociedad ara le perpetuacién del drama de la do- minaci6n, 2) e] estudio de los nuevos es- tilos de vida gue van tefiendo ofa a dia nueswr eotidianidad, gestando y amalga- ‘mando nuevas subjetividades atravesaias por Is ambivalencia, la contradictién y la Precariedad; pero también nos interesa, 3) ef andlisis de las premisas que sostie- nen los «programas» sobre «la verdad» que orientan el polisémico «cambio so. SWANTHROPOS 156 ARGUMENTO “ cial», Toda Ja historia de nuestra discipti- ina fia germinado a partir de la interjec- cidn Estado-ciencia. Cuando hablamos del desarollo bistérco de ta Psicologia Social como area de especializacién den- 0 de la Psicologia podemos distinguir wes periodos hist6ricos impomantes: a principios del siglo XX, después de la Segunda guerra mundial, ya partic de fa décads de fos sesenta. Ignacio Martin- Bard (1983) caracteriza estos perfodos de la siguiente manera. En el primer periodo el objeto de estu- dio de la Psicologia Social Tue definido en sus comienzes como el comporta- iento del grupo y el desarrollo del es rity de pertenencia a determinado orden social, Definir el objeto de estudio de esta forma parece comesponder a las Condiciones sociales, histéricas y politi- cas que caracterizan los comieazos del Proceso de desarrollo industnal acelerado en Europa, El proyecto social capitalisia ‘no estaba preparado para lidiar con pro- blemas tangenciales que habian surgido dado el cambio en el modo de produc- Ci6n: el hacinamiento de las ciudades, e! Surgimiento de cordones de viviendas ‘arginales sumidas en la més teribie miseria, el trastocamiento de las antiguas instituciones que otorgaban cierta signifi- i6n social al accionar individual —la familia, Ja Iglesia, etc.— y ta eventual subordinacién del trabajador al sistema empresarial como eje regularizador de la vida social, ete. El segundo periodo dentro de la disei- pina se caracteriza por un proceso de Rorteamericanizacién de la Psicologia Social. La segunda guerra mundial propi- Gi6 la emigracién masiva de Europa a Estados Unidos, transportindose con este proceso no sélo elementos importantes denuro de la intelectualidad europea, sino también el campo de turbulencia social. Esta turbulencia fue creada por el Itama- Go melting pot. Este proyecto de winte- gracién» social fue dirigido desde los ‘sentros de poder —a través de campafias Bubernamectales y proyectos de ley es- ecificos— y el propdsito basico era in- {egrar a los recign Hlegados al orden so- Gial establecido. Ota factor que estimulé Ja turbulencia social fue igualmente proceso de industrializacién acelerada, Ia Diisqueda de mayor rendimiento; mayor Productividad. Como resultado, el objet vo de aumentar ia ganancia de! capital constituyé el none por excelencia del de- savollo de la Psicologia Social en Esta dos Unidos. De hecho, es importante se falar que Jos primeros textos de Psicolo- aia Social propiamente fueron desarcolis- dos deniro de la academia norteamerica- ra. El gran proyecto, pues, de la Psicolo- fa Sostal en este periodo fue desarvollar cestudios y teorfas que garantizaran laine egracién de cualquier tipo de individuo al estindar de vida que el orden social establecido requiere. De mis esti decit que este orden no era cuestionado, Ei én- fasis de la investigacién fue puesto sobre ‘aquellos aspectos de Ia conducta que son claramente observables y medibles, y por fo tanto que podsiaa ser manipulables a los fines de alcanzar el maximo de ga- ancias, Este éafasis fue acompariado or un desprecio hacia In conceptualiza- in y un apego a los datos como fisemte absoluta del “conocimiento. Dentro de esta perspectiva aparecen panicularmente pertinientes Jos estudios sobre cambio de actitudes y el comportamiento de peque- fios grupos. Los andlisis caracteristcos de este periodo destacan tres tendencias, nie otras, el psicologismo (la explica’ cin de Fenémenos sociales a base de ca- acteristicas puramente psicoléyicas de los individuos invelucrados) y el andlisis de los fenémenos sociales desde el punto de vista de los sectores ubicados en posi- ciones de poder. Luego, a partir de la década de los se- senta se aproxima Jo que se ba llamado la «crisis de confianza» de la Psicologia Social (Elms, en Lépez y Ziifiga, 1988), Esta se ha earacterizado; entre otras co- 845, por la ausencia de marcos teéricos s6lidos que den coherencia al arsenal de investigaciones acwales y poteaciales, Junto a la incapacidad de ta disciplina Para cumplir su cometido de garantizar €! orden social, sobre todo a ralz de fa crisis econémica y la demota de los EEUU. en la guerra de Vieinam. Esta nueva onda conduce 2 ciertos sectores seatro de la disciplina at cuestionamiento del sistema social y al reconocimiiento de Ja complicidad de la Psicologfa en gene- ral con el proyecto de dominacién y con. trol social, Braunstein er al, (1973) han enunciado ia préctica profesional de la Psicologia y la teorizacién que cones- ponde a tal prictica como comprometida Hdeol6gicamente. con el encargo social roveniente de los sectores dorinantes - ANALISIS E INVESTIGACION sla socievaal, Dentro d2 este entoque “jue aetualmeste coexiste con los dos Gnenores ¥ que no constituye un Toco arte deo de mesa disp gp sistema social no se coma como algo Sado, ef cuesigna ys mas ain, Se Sropone ta necesidad de estudiar las’ po ‘hades de su subversion. Nos ubien 70 de esta tercen comente de dina manera paricuiz, interesandonos en aunilisis de los discursos oficiales en jono a 10 ofganizacién de In sociedad Sie perpetan el drama de la domina- (gn, 2) el estudio de los nuevos estos de vida que van tejiendo dia a dia nues- in cotidianidad, gestando y amaigaman- cdo nuevas subjetividades atravesadas por ta ambivalencia, la contradiceion y. la precariedad, pero también nos interesa, 4) el anilisis de las premisas que s0s- tienen los «programas» sobre via ver. ful» que ofentan el polisémico wcarbio social ‘Aitora nos conftontamos con el terror

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