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Daniel Medvedov

ANEXO AL
CÓDIGO UNIVERSAL DE LAS LENGUAS
Madrid
2009
Esta es la figura y explicación del Código Universal de las Lenguas
Naturales. Nadie en el mundo lo conoce y tardará mucho tiempo hasta que los
genetistas y los lingüistas se enteren de su uso, valor y aplicación. Mientras
tanto, vamos a compartirlo con todos, a lo mejor habrá alguno más despierto y
más atento para indagar en su realidad y permanencia.

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Los Sonidos "esenciales" ´- SONES - son los bloques del edificio del
Habla.
El "son esencial" H se encuentra en la cúspide y. a la vez, en la raíz del árbol
de las lenguas: es la emisión sonora aspirada y espirada de la respiración.

Respiración
Inspiración Espiración

H
Máxima apertura de la boca Mínima apertura de la boca
G
B D
I C L
A F T M
Y J R
E P N
K
O V
Q
U
S

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A M
E G
O D
U B
I L
H

Las cinco bases se transforman en cinco aminoácidos, por vía de la


respiración. El elemento H se puede considerar como un "ribosoma" del
lenguaje. El ribosoma es un orgánulo celular que participa en la biosíntesis de
proteínas, a su vez responsables de las formas que adquieren los verbos en el
habla y en la lengua, regidos por la lógica del lenguaje.
¿Cómo se llega a la forma del código de los 64 "odones"?
Se opera con las vocales mínimas (A,I), las cinco consonantes mínimas
(B,G,D,L,M), más el sonido heterofónico H, alcanzándose el número de ocho
sonidos básicos o "esenciales" de toda lengua natural: A,I,B,G,D,L,M,H,
correspondientes a los ocho aminoácidos esenciales que el cuerpo humano no
puede sintetizar. Para coincidir con la naturaleza aminoácida de los ocho
aminoácidos esenciales, la naturaleza básica de las dos vocales mínimas, A,I,
se transforma en naturaleza aminoácida, manifestándose bajo el aspecto de
variante consonántica de sus correspondientes sonidos:
A M N
I L R.
De este modo, los ocho sonidos "esenciales" muestran una naturaleza
aminoácida completa y, por ende, corresponden a los ocho aminoácidos
"esenciales". Estos cambios ocurren bajo el imperio celular de las reacciones
orgánicas y metabólicas y son fenómenos, por excelencia, celulares.

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A posteriori, los ocho sonidos fundamentales A,I,H,B,G,D,L,M, se
ordenan de manera lógica
A I H M
BG LD

A H M
I D
B L
G

A I B G L D M

En la célula:

ADN (A,E,O,U)
ARN (I + A,E,O)
El "ribosoma" H
Los cinco aminoácidos consonánticos (B,G,D,L,M)

Los veinte aminoácidos corresponden a las veinte variantes


consonánticas (B,C,D,F,G,J,K,L,M,N,P,Q,R,S,T,V,X,Y,Z y el sonido
heterofónico H, que puede manifestarse en forma consonántica) junto con el
ADN y el ARN generan las proteínas y luego las palabras.

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Los ocho sones esenciales se combinan y generan los 64 odones,
operadores del ZOEMA, correspondientes a los 64 codónes del código
genético. Este código lingüístico es un código análogo al genoma. Los genes
son equivalentes a las oraciones posibles de la lengua, fórmulas bien formadas
y construcciones regidas por el sistema celular.
No se trata de una analogía teórica sino de una realidad operativa,
bioquímica y biogenética. La fonética, la semántica, la morfología y la sintaxis
vienen a ser procesadas por el juego metabólico de la célula y a través de los
enlaces celulares, junto con la síntesis de las proteínas. Las proteínas y sus
casos particulares son las palabras mismas de la lengua y los genes
representan la totalidad de las oraciones posibles en una lengua natural.
Cada una de las ocho partes de la oración es regida por los
procesos endocrinos de las glándulas de secreción interna: Pituitaria o
Hipófisis, Pineal o Epífisis, Tiroides, Paratiroides Timo, Páncreas,
Suprarrenales y Gónadas.
El registro semántico del lenguaje responde a leyes de
complementariedad de los modelos lógico-teóricos de los principios
universales inscritos en los cromosomas.
A su vez, la morfología es regida por las enzimas, que no son más que
un tipo de proteínas, elementos que corresponden a los afijos, a su vez,
definidos también, como "un tipo de componentes léxicos" o "palabras",
operadores modificadores de sentido.
La sintaxis responde a procesos metabólicos y por ende,
orgánicos y la fonética, con su variación de rasgos distintivos, es un fenómeno
bioquímico relacionado con el equilibrio entre bases y aminoácidos,
perceptible en la saliva del hablante y en la sangre, a través del pH. Sintaxis,
semántica, morfología y fonética están representadas como registros
metabólicos, genéticos, endocrinos y, en consecuencia, bioquímicos.
Esta nueva visión y lectura del lenguaje obligará a los genetistas y
a los lingüistas a compartir sus investigaciones. Todos ganaremos con esta
perspectiva y en ello reside el avance de la ciencia. En el conjunto de
analogías entre la estructura biológica y el lenguaje, la molécula corresponde a
la sílaba y representa un isomorfismo, un isómero, un isótopo. He aquí una
serie de proyecciones que expresan lo anterior:

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ÁTOMO SONIDO

MOLÉCULA SÍLABA

CÉLULA LENGUA

TEJIDOS GRUPOS

SISTEMAS ECOSISTEMAS

ORGANISMO ÁRBOL DEL LENGUAJE

PROTEÍNA VERBOS

El genoma comunica "algo" y habla con el lenguaje para proyectar ese


"algo" en el registro comprensible de las lenguas naturales. El genoma "dice
algo": lo puede expresar en catalán, español, inglés, chino, maya o en
cualquiera de las siete mil lenguas que actualmente se hablan en el mundo.
Cada lengua posee los mínimos operadores fonéticos, semánticos y sintácticos
que el lenguaje imprime de modo categórico en los hablantes, a través de los
procesos celulares del organismo. Todo ello depende del idioma que la madre
habla durante el embarazo y del idioma "materno" que adopta el niño en los
primeros años de su infancia. La diferencia entre una lengua y otra en la
sintaxis, la semántica y la fonética son irrelevantes para el genoma.

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Todas las lenguas naturales beben del agua del lenguaje y el organismo
conduce y programa todas las operaciones lingüísticas de los usuarios. ? Por
qué no hablan los animales, o las plantas, que poseen casi el mismo material
genético? En ello está el quid de la cuestión? El ser humano retoma, con esta
teoría, una posición privilegiada en la pirámide de la vida. Toda ciencia o
epistemología debe tener una ontología, una teoría del ser. La teoría del Ser de
la actual genética es carece de toda base existencial y filosófica: se considera a
los humanos unos meros productos celulares que luego se "especializan" para
desaparecer en el juego de la materia viva, luego de acaecida la muerte. Esa
ontología es superficial, inmadura e infantil. Heráclito sabía más del Ser que
Einstein o que el mismo George Steiner o Gadamer. El Ser es eterno y en su
existencia hace manifestar el lenguaje. Los animales y las plantas no son
"seres", son "criaturas" clónicas que se repiten inexorablemente, guardando en
sus genes el material que luego los seres humanos utilizarán en sus lenguas.
LA Óntica, una ciencia abierta que describe el destino del Ser es una rama de
la ontología. Sin ontología no puede haber ciencia, epistemología. El Ser
nunca ha sido creado y jamás será destruido. A diferencia de la ontología de la
religión, la Óntica evoca la existencia eterna del Ser y la imposibilidad de
haber sido creado por "algún dios o dioses" todopoderosos. En ello reside la
novedad filosófica de la Óntica moderna. En su libro "Genoma: La
Autobiografía de una especie en 23 capítulos", Matt Ridley se pregunta
retóricamente (Pág. 223, Edit. Taurus, 2001):"Si el genomio es inmortal, ¿Por
qué muere el cuerpo? La respuesta debe venir desde la ontología: El Ser no
muere, se "viste" con un nuevo genoma que le corresponde en un momento
dado de su existencia. No hay seres que puedan "vestirse" con genomas de
animales.
Su traje es humano y siempre será humano, como desde siempre ha
sido humano: Es un traje hecho "a la medida". Esta aseveración no anula la
teoría de Darwin: hasta que el traje del Genoma humano alcanzara su
perfección "genética", el Ser "esperaba" en la eternidad del tiempo.
Hasta que los filósofos y los científicos no comprendan que el Ser es el
personaje principal del teatro cósmico, no habrá avance en la genética y en la
filosofía. Todos los seres son uno.

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Como el mercurio de un termómetro quebrado sobre la mesa, el Ser se
puede escindir en innumerables partículas de idéntica naturaleza, sin importar
su tamaño o dimensión y luego, puede retroceder a la forma única, inicial,
recuperando, sin menoscabo de su contenido, la unidad perdida. Esta
operación cósmica ocurre cada 25.920 años, el mismo número de
respiraciones que un humano realiza durante un día. Tal fenómeno natural
compete a la energía cósmica, no es el deseo de algún dios creador o
destructor. En la ciencia se sabe que todo lo que hay puede describirse a lo
largo de una sola onda electromagnética. En cuanto a la comprensión de los
fenómenos de la existencia, desconocemos una representación similar.
¿Cuántas lenguas naturales pueden existir? Alrededor de 75 trillones, o sea 75.
000.000.000.000, el número estimado de células que tiene el cuerpo humano.
Las células humanas poseen alrededor de 200 tipos diferentes, aunque se
parecen entre sí. Este es el número de tipos de lenguas naturales que los seres
humanos pueden hablar. Todas ellas difieren en apariencia, tiempo de vida y
funciones. No obstante, cada célula de un mismo ser humano contiene el
mismo material genético, la misma información. Esta analogía es operativa no
sólo filosófica.

En los ruidos de la naturaleza, la A se percibe en un golpe de dos


cuerpos anchos y sólidos, como dos palas o el sonido que emiten las dos
palmas de las manos al ser golpeadas simultáneamente. Vamos a olvidar
transcripciones como a, /a/, [a], sin confundir, necesariamente, el valor
alfabético con el valor fonético y fonológico de los fonemas. Unificando todos
los rasgos en la forma A, adoptamos y adaptamos esa modalidad tipográfica a
nuestro texto. Lo mismo hemos hecho con las demás variantes y operadores
del Código General de las Lenguas: con miras hacia una simplificación teórica
del discurso, procedo a describir todos estos fenómenos sonoros bajo un
aspecto generalizado y unificado.

Daniel Medvedov

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