RAFAEL BARRET
EL DOLOR
PARAGUAYORAFAEL BARRETT
DESCUBRIDOR DE LA REALIDAD SOCIAL DEL PARAGUAY
REFLEXIONAR y escribir sobre Rafael Barrett, sobre la enorme y protunda
experiencia que representé —y representa— el conjunto de su vida y de sv
obra en el proceso cultural de un pueblo material y espiritualmente devastado
como el Paraguay por arrasadoras vicisitudes histéricas, es hoy una tatea al
par que dificil cada vez mds urgente y necesaria. Dar a conocer sus textos, difun-
dirlos, es no solamente una tarea de rescate de una de las obras mds hicidas ¢
incitadoras que se escribieron en el Paraguay —y que quedé practicamente
desconocida por las nuevas generaciones—; cs también contribuir a replantear,
desde un punto de partida insoslayable, los problemas sociales y culturales de
base que afronta esta colectividad y, por extensién, los del sector de la cuenca
del Plata, uno de fos sectores mds conflictives en la convulsionada realidad
de nuestra América.
Rafael Barrett fue un precursor en todos los sentidos. Su extrafia a la vez
que transparente vida, malograda prematuramente en la plenitud de sus me-
jores potencias, luego de la también extraha y fulminante “‘conversién” del
dandy europeo al predicador del pensamiento libertario y de las modernas
ideas de liberacién, en el seno de una sociedad esclavizada social y politica.
mente, la tornan paradigmdtica en un contexto Ileno de fracturas, asincronfas
y fallas de todo orden como consecuencia de la dominacién y de la dependen-
cia, causas de nuestro atraso y subdesarrollo. Su camino de Damasco fue éste:
su contacto con América v con cl Paraguay, en particular,
Rafael Barrett fue un precursor, no sélo en el sentido del que precede y va
adelante de sus contempordneos, sino también en el del que profesa y ensefia
ideas y doctrinas que se adelantan a su tiempo.
En la noche del infortunio paraguayo, la vida y obra de Barrett fue un
meteoro que resplandecié, por desdicha, sélo un corto instante. Un resplandor,
sin embargo, que proyecté vislumbres futuras: las que hoy tienen plena
vigencia. De su horizonte se puede decir que era “el mismo suelo que pisaba”.
IXContra ese horizonte se yergue ahora su figura como la de un contempordneo;
se dibuja su ideario fervoroso e insobornable. Este ideario al que el futuro
dio la razdn, al tiempo de hacer de su vida y de su obra una parte —la més
Idcida y firme— de nuestro pasado pero también de nuestro presente y de
nuestro poryenir, Y esto no sdlo con relacién al Pataguay feudalizado, aplas-
tado, colonizado, sino a toda nuestra América.
Mads que un predicador politico o un moralista prictico que predicé con
su accién y con su obra, fue un rebelde visionario, un obrero infatigable de
ese afdn redencionista que marcé su alma a fuego y la volvid incandescente:
uno de esos “espiritus dehiscentes como semillas”, abierto al futuro en una
obra en la que no hay nada que adivinar y sf todo por aprender, “Es por la
obra que nos ponemos en contacto con la esfinge —dijo el propio Barrett—.
No es seguramente como espectadores que descifraremos el enigma de Ia
realidad, sino como actores”.
¥ también: “El mayor problema filoséfico es reconciliamnos con la muer-
te, y quizds Jo resolvamos mediante la obra. No somos sino el vehfculo de las
formas. No se comunica sino Io que es comin a todos. No somos fos duefios
sino los depositarios de Ia vida. Por eso el amor es una deuda, y estd hecho
de sactificio. No nos entregamos solamente, sino que nos devolvemos”’.
Tal fue la persuasién mds profunda, la actitud, la actividad y el legado de
Rafael Barrett.
RADIUM ESPIRITUAL
Casi toda su obra fue producida como articulos, notas, comentarios y alguno
que otro ensayo, alguna que otra conferencia para la prensa periddica o para
auditorios no siempre dispuestos a calar, a recibir con entusiasmo fértil estos
mensajes. Sin embargo, esta obra tiene la consistencia y coherencia de un
corpus que un pensamiento poderoso hubiese forjado a lo latgo de una exten-
sa vida, De esta obra, de estas crénicas, dijo Waz Ferreira: “Son de las
mas hermosas y puras y ardientes condensaciones de pensamiento y senti-
miento de hombte: como radium espiritual”.
Su faena —con palabras de Marti— fue “arte de fragua y de cavetna,
que se riega con sangre y hace una victima de cada triunfador”, Alumbré en
las tinieblas de una noche demasiado larga la memoria 0 el presentimiento no
demasiado utépico, en el que el sol de todos los dfas alumbrara por fin para
todos esa pobre, esa inerme, esa inextinguible posesién de la dignidad hemana
cuya plenitud no adviene m4s que cuando se la comparte en la comunién y en
la solidaridad.