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Psoriasis

Autor Equipo AMMIM

La psoriasis (del griego ψÎρα, sarna) es una enfermedad inflamatoria crónica de la


piel, no contagiosa, que
produce lesiones escamosas, engrosadas e inflamadas, con una amplia variabilidad clínica y
evolutiva.
CLASIFICACIÓN
La clasificación más utilizada se organiza según los síntomas, los tipos de lesiones cutáneas y la
gravedad general del
cuadro. Es la clasificación más útil de cara a la elección del tratamiento más adecuado, y al
conocimiento del pronóstico
de la enfermedad en cada paciente. La clasificación está detallada en el apartado de
manifestaciones clínicas.
EPIDEMIOLOGÍA:
Se estima que entre un 1 y un 3% de la población sufre de psoriasis. Si bien puede aparecer a
cualquier edad, suele
hacerlo entre los 15 y los 35 años, con un pico máximo de incidencia en la segunda década. Afecta
por igual a ambos
sexos, aunque es más precoz en mujeres, y en personas con antecedentes familiares. Por otro
lado, no existe relación
entre psoriasis y cáncer de piel (no maligniza).
ETIOLOGÍA:
La causa de la psoriasis es una velocidad anormal alta de mitosis en las células epidérmicas que
se pueden relacionar
con una sustancia transportada en la sangre, un defecto en el sistema inmune, o un virus. Se cree
que es multifactorial,
en individuos con predisposición genética y desencadenada o exacerbada por diversos factores
ambientales.
PARTICIPACIÓN GENÉTICA :
La herencia de esta enfermedad es posiblemente poligénica. Se ha demostrado una importante
agregación familiar, el
aumento de concordancia en gemelos monocigotos y la asociación a determinados HLA.

En este sentido, se asocian con la predisposición a psoriasis con los antígenos HLA-CW6, y HLA-
DR7. Además, existe
correlación entre el tipo clínico de psoriasis y otros antígenos HLA. Por ejemplo, el HLA-B17 se
asocia a un inicio más
precoz y un curso más grave, y el HLA-B27 está relacionado con la forma pustulosa generalizada.
FACTORES DESENCADENANTES
Entre otros, cabe destacar:
• Traumatismos: es muy frecuente que los pacientes psoriásicos presenten el fenómeno de
Koebner, y las lesiones
aparezcan en piel inicialmente sana que recibe un traumatismo, rasguño, etc., tras un «periodo de
incubación» de entre
3 y 18 días.

• Infecciones: es común que 2 ó 3 semanas tras una infección de vías aéreas superiores por
estreptococos
betahemolíticos se desencadene un brote de psoriasis, sobre todo del tipo en gotas.

• Fármacos: tratamientos como las sales de litio, betabloqueantes, antimaláricos o AINES
pueden exacerbar o
agravar la psoriasis.
• Factores psicológicos: aunque no se asocia a ningún trastorno de la personalidad, el estrés
emocional puede
desencadenar o agravar la psoriasis.

• Factores climáticos: los climas fríos se asocian a empeoramientos de la enfermedad, y los
calurosos a la mejora.
En general, los pacientes mejoran con la exposición al sol; sólo entre el 5 y el 10% presentan
psoriasis fotosensibles.

• Factores metabólicos: la hipocalcemia y la ingesta excesiva de alcohol empeoran la


enfermedad.

• Factores endocrinos: no está clara la relación, aunque se evidencian picos de máxima
incidencia en la pubertad y
la menopausia, mejora con el embarazo y empeora tras el parto.
Patogenia
Aunque está poco esclarecida, hay dos hechos básicos: la hiperplasia epidérmica por un aumento
de la población
germinativa, y el infiltrado inflamatorio de la dermis. La inflamación viene mediada por linfocitos Th1
tipo CD4+, que
liberan (junto al queratolítico) citocinas proliferativas, que estimulan la proliferación de las células
epidérmicas. La
respuesta inflamatoria es de tipo celular, frente a un autoantígeno aún desconocido, o frente a un
superantígeno
estreptocócico en el caso de la psoriasis en gotas post-infecciosa.
Esta teoría viene avalada por los estudios anatomopatológicos de las muestras de biopsia, así
como por la efectividad de
los fármacos que inhiben la activación de los linfocitos T, su expansión clonal o la liberación de
citocinas proinflamatorias.
CLÍNICA
La psoriasis no es una enfermedad contagiosa. Afecta tanto a piel como a mucosas, y en
ocasiones se asocia a artritis.
Su amplia variabilidad de lesiones hace necesaria una clasificación con fines docentes, pronósticos
y terapéuticos.
Lesiones psoriásicas
Placas de psoriasis en el codo.
Lesiones cutáneas.
La lesión elemental es una pápula o placa eritematosa, de tamaño diverso y tono rojo oscuro,
bordes delimitados y
habitualmente cubierta de escamas. El raspado de las lesiones permite observar tres signos
característicos:
1. Signo de la <> o de la <>: al rascar la lesión se desprenden multitud de escamas similares a las
que se desprenderían
de una vela.
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2. Fenómeno de la membrana epidérmica o membrana de Duncan-Dulckley: tras desprenderse las


escamas, aparece
una película transparente que recibe este nombre.

3. Signo del rocío sangrante o signo de Auspitz: al desprender la membrana de Duncan-Dulckley,


aparecen petequias a
consecuencia del daño vascular de las papilas dérmicas, por el desprendimiento de la epidermis
que las recubre. Este
signo no aparece en la psoriasis invertida, ni en la pustulosa.
Además, podemos encontrar:
1. Halo de Woronoff: halo hipocrómico en torno a la placa, ligado al inicio de la regresión de la
lesión. Es menos frecuente.
2. Fenómeno de Koebner, en aproximadamente el 20% de los pacientes.

Las lesiones de las mucosas son muy infrecuentes, y en general se circunscriben a labios y pene.
Por norma, no existe
descamación.
Lesiones de las uñas.
Entre un 20 y un 40% de los enfermos4 presentan alteraciones de las uñas. Es más frecuente que
ocurra en las
manos que en los pies, y también en pacientes con afección articular. Aunque no es lo habitual, la
afección de la uña
puede ser el único problema del paciente con psoriasis. Pueden presentarse tres alteraciones:
1. Piqueteado de la lámina: aparecen unos hoyuelos o depresiones en la lámina ungueal (en
inglés, pitting), por
afección de la matriz ungueal.

2. Decoloración de la uña <>: aparecen unas manchas amarillentas desde el inicio de la uña que
se van extendiendo.
Se producen por alteración del hiponiquio.

3. Onicodistrofia: aparece onicolisis (destrucción de la uña) e hiperqueratosis subungueal, que dan


a la uña un aspecto
descrito como <>.
Artropatía psoriásica.
Artículo principal: Artritis psoriásica

Esta alteración, que debe tratarse multidisciplinarmente por el dermatólogo y el reumatólogo es un


tipo de psoriasis más
invalidante que la psoriasis estrictamente cutánea. Comienza frecuentemente entre los 35 y los 45
años, generalmente
en pacientes previamente diagnosticados de psoriasis. Por término medio, un 7% de los pacientes
con psoriasis sufren
de las articulaciones. Entre los patrones de afectación articular en la psoriasis están:

1. Forma oligoarticular asimétrica: afecta sobre todo a articulaciones interfalángicas proximales y


distales (dedos).

2. Forma similar a la artritis reumatoide seronegativa: con un pronóstico más benigno y remisiones
más duraderas.

3. Forma mutilante: muy grave e infrecuente.

4. Forma interfalángica distal: casi patognomónica (exclusiva) de la psoriasis, pero muy


infrecuente.

5. Forma periférica, asociada o no a sacroileitis anquilosante.

6. Sacroileitis o espondilitis anquilosante: asociada o no a artropatía periférica.


Se ha demostrado en múltiples estudios que los pacientes con psoriasis presenta un sistema
antioxidante deficiente,
menor niveles de selenio, en un estudio de investigación Naldi y cols en 1996 en Italia demostraron
que a mayor
consumo de de betacarotenos , tomates ( licopenos ) frutas , se presentaba menor riego de
padecer la enfermedad. Las
enzimas antioxidantes SOD ( superóxido dismutasa , catalasas etc. se encentran disminuidas .
TRATAMIENTO
1- Emolientes y quertoliticos
2- Análogos de la vitamina D.

Tienen acción antiproliferativa sobre los queratolíticos. Los más usados son el calcitriol (Silkis®,
derivado natural de la
vitamina D), el calcipotriol (Daivonex®) y el tacalcitol (Bonalfa®), con la misma acción que la
vitamina D3, pero con un 10%
de sus efectos hipercalcemiantes. Estos efectos contraindican otro uso que no sea el tópico.
También son irritantes, por
lo que no conviene usarlos en la cara y los pliegues. Existen preparados que también contienen
corticoides.

3- Retinoides.

Entre los derivados de la vitamina A, se utiliza sobre todo el tazaroteno, un retinoide de tercera
generación. Se usan
concentraciones entre 0,05 y 0,1%, en forma de gel. Su eficacia se asemeja a la de los análogos
de la vitamina D.

4- Corticoides tópicos y orales


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5- Inmunosupresores etc.

6.- Se han usado vitaminas antioxidantes para el tratamiento de patologías como : La psoriasis y el
acné ( Swain y cols
1995)
MANGOSTAN
El complemento a la terapia de la psoriasis con el jugo de la fruta entera del mangostán podría
mostrar efectos
benéficos por la acción antioxidante( Williams y cols 1995) que presenta y su efecto antiinflamatorio
, podría intentarse
una terapia doble oral y tópica ( aplicada a la piel en las noches, previa lubricación)

Además se aplicaría el efecto antihistamínico ( antipruriginoso- disminuye la comezón) que aporta


la xantona gamma
mangostina (Chairungsilerd y cols 1996).

Se sugiere como complemento a su terapia médica : tomar 2 a 3 onzas con cada alimento ( 3
veces al día) por tiempo
prolongado..
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