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La primera arquitectura que queremos destacar en este recorrido de vuelta es Nuestra

PLAZA DE TOROS

La Plaza de Toros de la ciudad de Valencia fue construida entre los años 1850 y 1860
en el solar de una plaza anterior que por problemas de presupuesto nunca llegó a
terminarse. Es de estilo neoclásico, inspirado en la arquitectura civil romana, el teatro
de Flavio Marcelo (Coliseo), o el anfiteatro de Nimes (Francia).

Fue construido por el arquitecto valenciano Sebastián Monleón Estellés. Se trata de un


cuerpo poligonal de 48 lados, con más de 17 metros de altura y 52 de diámetro del
ruedo. Por sus dimensiones es una de las Plazas de Toros más grandes de España.

Se encuentra ubicada junto a la ESTACIÓN DEL NORTE DE VALENCIA:

Fue proyectada por Demetrio Ribes en 1906, comenzando a prestar servicios el 8 de


agosto de 1917. Se construyó sobre unos terrenos urbanizados, en la zona del
Ensanche, próximos a la antigua puerta de Ruzafa.

El edificio es de planta rectangular con dos zonas bien diferenciadas; el gran hangar
cerrado, con estructura de arcos articulados de acero laminado, y el edificio de viajeros
propiamente dicho, de planta en U y pilares independientes de la estructura del
hangar.
Las fachadas están rítmicamente desarrolladas según módulos de un gran
esquematismo formal. La fachada principal predominantemente horizontal, presenta
unas torres laterales, que recuerdan las de la Lonja, con escasa altura y ritmos
verticales, que no llegan a romper la horizontalidad. El remate del edificio queda
definido por estos cuerpos y por pináculos terminales de perfil aparentemente
almenado.

Por su estilo podría ser relacionado con la Sezession de Viena y especialmente con
Otto Wagner, a cuya influencia se añadirían por un lado, reminiscencias del Gótico
perpendicular Inglés junto con inicios de lo que después sería el Racionalismo.

En las fachadas hay una profusa decoración de elementos cerámicos y temas


inspirados en la agricultura valenciana. Junto a ellos, se repite de manera constante el
escudo de la ciudad como remate de las marquesinas.

También hay elementos alusivos a la Compañía de Caminos de Hierro del Norte,


como la estrella de cinco puntas y el águila, símbolo de la velocidad, que remata el
cuerpo central del edificio. En el bloque central, hay dos mosaicos simétricamente
colocados, que fueron realizados en Madrid por Maumejean Hermanos, según diseños
del pintor José Mongrell.

En el interior, el vestíbulo se halla decorado con cerámica vidriada, realizada por José
Ros en su fábrica de Benicalap, según diseño de Demetrio Ribes. Se observan ahí
influencias de la Sezession vienesa y de la escuela de Glasgow, en el revestimiento
cerámico de las paredes y el techo, que recuerdan detalles ornamentales de Olbrich,
pero con un cromatismo más intenso.

En el zócalo hay decoraciones con inscripciones que pone ”Buen viaje” en diferentes
idiomas.

Otra zona muy decorada es el bar, donde se sitúan los plafones realizados por
Gregorio Muñoz Dueñas. A toda esta decoración se añade el diseño, ya claramente
sezessionista, de la carpintería de madera, el mobiliario, las verjas, farolas, etc., todo
ello en clara concordancia con el conjunto del edificio.

Siguiendo nuestra ruta, dejamos a nuestra derecha la PLAZA DEL AYUNTAMIENTO

1939
2009

Han sido muchos los cambios que ha sufrido la Plaza del ayuntamiento de Valencia.

El traslado del Ayuntamiento en 1854 a la antigua Casa de Enseñanza en la calle


Arzobispo Mayoral sentaron las bases de una renovación urbanística sin precedentes.

La ciudad anhelaba que este espacio se convirtiera en un centro de recreo y de


intercambio social, por lo que exigía que el recinto se ennobleciera con las mejores
muestras de arquitectura clasicista y ecléctica, que hiciera gala de una exuberante
grandilocuencia formal.

En cualquier caso, es precisamente ese conjunto de arquitecturas ampulosas y


grandilocuentes -con grandes columnas, elementos con fuertes escalas, lenguajes
diversos, coronadas por cúpulas y templetes...- el que de verdad forma y define la
plaza.

El 6 de junio de 1924 se inauguraron -en presencia de los Reyes de Italia- los exóticos
kioscos de flores de gusto oriental, que durante años caracterizarían el lugar.

Por entonces la plaza era ese gran Parque -ordenado exclusivamente por la fuente-
monumento central y en el que abundaban árboles, grandes palmeras, bancos,
kioscos...- se trasladarían los floristas valencianos que habían tenido su mercado de
flores en la antigua plaza de la Pelota (hoy de Mariano Benlliure).

Hoy en día la Plaza del Ayuntamiento sigue siendo un punto neurálgico del día a día
de los valencianos, punto de encuentro, de comercio, de paseo…¡sobretodo en los
días de FALLAS! y podemos seguir comprando en los tradicionales puestecitos de
flores .

Un poco más adelante son encontramos con la PLAZA DE SAN AGUSTÍN


SAN AGUSTÍN

Uno de los templos más reconocido de Valencia lo encontramos en la Iglesia de


San Agustín sita en a plaza del mismo nombre en pleno corazón de la ciudad

La iglesia parroquial de San Agustín pertenecía a un primitivo convento que fue


fundado a fines del siglo XIII. Este monasterio había sido considerado como uno de los
más grandes de Valencia y perduró hasta el año 1902, momento en que fue derribado.
Después de haber sufrido la desamortización de Mendizábal se había utilizado como
presidio correccional. El antiguo claustro del convento pervive en la actualidad como
un vago recuerdo de lo que fue en el pasado. Hoy su memoria queda patente en el
jardincillo anexo al templo.

El planteamiento de esta iglesia, de tipo conventual, tiene la traza románica pero el


alzado es gótico de tipo languedociano propio de las iglesias francesas de la zona de
Albi y Toulouse, que luego tendrán una amplia difusión en Cataluña, Aragón y el Reino
de Valencia. La característica fundamental de la arquitectura gótica del Languedoc es
la sobriedad ornamental. Los templos de este estilo tienen poca decoración y su
importancia se basa en su plano estructural más que en los adornos que pudieran
llevar.

De cabecera poligonal este templo consta de una sola y espaciosa nave que esta
dividida en ocho crujías o tramos muy oblongos. Se cubre mediante una bóveda
nervada entre arcos apuntados, los cuales presentan la particularidad de apoyar sobre
ménsulas. A los lados se abren capillas entre contrafuertes, cubiertas a su vez por
bóvedas sobre ojivas que, de igual modo, apean sobre ménsulas. A los pies de la nave
se encuentra un coro que se sitúa elevado sobre bóveda rebajada.

A fines del siglo XVII el edificio de la iglesia fue redecorado en estilo barroco, pero tras
la guerra napoleónica fue nuevamente remodelado con un marcado carácter
neoclásico al gusto de la época.

Durante la Guerra Civil de 1936 el templo fue muy castigado y al terminar la contienda
tuvo que ser reconstruido por el arquitecto Javier Goerlich. En esta última
intervención se consiguió devolver su primitiva pureza gótica originaria, contribuyendo
para ello la obra del escultor José Justo, autor de los retablos neogoticistas.
Sin embargo, en el exterior, la portada de los pies, que reviste un aplacado de mármol,
así como la torre campanario, fueron reinterpretadas y nuevamente inventadas,
alejándose de su modelo original.

Entre las obras pictóricas que guarda este templo cabe mencionar un icono de estilo
bizantino-toscano que representa a la Mare de Deu de Gràcia. Su factura recuerda a
otros iconos que se conservan en el Monasterio de la Trinidad y en el de Monteolivete,
así como en los custodiados en el extraordinario Monasterio del Puig, del siglo XIII. Sin
duda estos bellos iconos habían sido importados desde Italia y venerados con franca
devoción en las iglesias y conventos valencianos.

Pasamos ahora por GUILLEM DE CASTRO y nos encontramos con una de las
puertas de la Valencia Medieval, LAS TORRES DE QUART :
Declaradas Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931.

Las torres de Quart, conocidas antiguamente como "Portal de la Cals" son una de las
más conocidas puertas de la muralla medieval cristiana de Valencia. Se le dice de la
"Cals" porque en el siglo XVIII toda la cal que entraba en Valencia, tenía que entrar por
esta puerta. Orientadas hacia poniente, indican el inicio del camino hacia los pueblos y
ciudades del interior. Era la puerta hacia Castilla.

Se trataba de una de las cuatro puertas mayores de la ciudad de Valencia, y venia a


sustituir a una anterior puerta mucho menor, que se consideraba no estaba de acuerdo
a la importancia de la ciudad.

Se encuentran emplazadas en la confluencia de las calles de Quart y de Guillem de


Castro. En sus alrededores todavía se puede contemplar algún tramo de la muralla
construida durante el reinado de Pedro IV que se salvó de la destrucción en el siglo
XIX.

Su construcción se inició por decisión de "Els Jurats" de la ciudad, de la "Fabrica de


Murs e Valls" y del Racional. Entre los arquitectos que tomaron parte en su edificación
podemos enumerar a Tomás Oller, Francesc Valdomar, Pere Compte, y Jaume Pérez,
aunque la labor esencial en su construcción corrió a cargo del maestro Pere Bofill.
Todos ellos trabajaron intermitentemente entre 1441 y 1460. La primera tarea de estos
artistas consistió en modificar el sencillo portal que existía antiguamente y sobre el que
comenzaron a erigirse las torres que actualmente conocemos.

Francesc Valdomar vivió en Valencia en el siglo XV. Intervino en la construcción de la


Capilla de los Reyes del Convento de Santo Domingo de esta ciudad. Entre 1458 y
1473 colaboró en la construcción de la Catedral realizando el cuerpo que la une al
Miguelete, la Capilla de San Pedro y el tabernáculo de la Virgen en la Puerta de los
Apóstoles.

Pere Bofill, vivió en Valencia durante la segunda mitad del siglo XV. Fué el Maestro de
Obras principal de las Torres de Quart, siendo esta su obra mas significativa. No pudo
terminar la obra.

Sus dependencias interiores fueron, desde muy pronto, destinadas a diversos


quehaceres. En 1562 la Diputación de la Generalidad del Reino ocupó una parte de las
torres como almacén de pólvora. Esto supuso el inicio de numerosas tensiones entre la
autoridad militar y el ayuntamiento de la ciudad por el control y utilización del edificio.
Hacia el siglo XVII una de sus torres se destinó temporalmente a prisión para mujeres
prostitutas. También la casa Galera estuvo ubicada en el interior de las torres de Quart.
En el siglo XIX el gobernador militar volvía a reivindicar el uso del edificio como prisión.

El 1 de septiembre de 1931 el gobierno de la II República devolvía a la ciudad las


Torres de Quart, tras haber sido declaradas el 3 de junio de ese mismo año
Monumento Histórico Artístico Nacional.

El estilo de las torres imita el de Castelnuovo en la ciudad italiana de Nápoles, que fue
construido durante el reinado de Alfonso el Magnánimo por el arquitecto mallorquín
Guillem Sagrera. Todavía en sus torres, según cuenta la tradición, pueden observarse
los impactos de la artillería francesa el mando del general Moncey durante la guerra de
la independencia.

El estilo arquitectónico de las Torres de Quart es un gótico arcaizante de influencia


provenzal. La componen dos enormes torres construidas con mortero y asentadas
sobre una basamento en forma de talud, de base cilíndrica en su parte frontal y
seccionadas verticalmente en la parte posterior (de gola abierta). Ambas torres quedan
unidas por un cuerpo central compuesto por un arco de medio punto. Por su
AL FINAL DE LA CALLE GUILLEM DE CASTRO NOS ENCONTRAMOS CON….

EL IVAM : INSTITUTO VALENCIANO DE ARTE MODERNO.

Su programa de exposiciones se centra en la investigación y difusión de los


movimientos del arte contemporáneo.

Los fondos de este museo recorren las vanguardias artísticas del siglo XX, desde la
abstracción y el Pop Art, hasta el informalismo europeo o la nueva figuración. De
manera permanente, exhibe las obras de la Colección Julio González y la Colección
Pinazo. Su programa de actividades ofrece también exposiciones temporales,
conferencias, cursos y talleres. Además, en una sala subterránea se puede contemplar
un largo tramo de la muralla medieval de Valencia, derribada hace más de un siglo,
que fue descubierto durante los trabajos de construcción del edificio.

DESDE EL IVAM VAMOS HACIA LA CALLE DE LA PAZ, ¡ VEREIS, VEREIS…!


La calle de la Paz, llamada al principio Peris y Valero, en honor de su iniciador, es una
de las más importantes reformas urbanas del pasado siglo. De nuevo trazado
rectilíneo, diseñado en 1869 por los arquitectos Sorní y Mercade, tiene 16 metros de
anchura, y une la plaza de la Reina con los jardines de la Glorieta y el Parterre,
ofreciendo al fondo la bella perspectiva de la torre de Santa Catalina.

Está concebida en la línea del urbanismo decimonónico francés que Haussman había
desarrollado en París, a mitad del siglo XIX y que cambiaría totalmente la imagen de la
capital francesa. La calle de la Paz, aunque evidentemente no de forma tan rotunda,
transformó esta parte de la ciudad, atrayendo el comercio y convirtiéndose junto con el
Ensanche de Colón en lugar de residencia de la clase burguesa.

Para su apertura y construcción que duró aproximadamente treinta años, fue


necesario derribar muchas casas y conventos, como los de Santa Tecla y San
Cristóbal, y se atravesaron muchas manzanas a base de expropiaciones. Sus
edificios, a pesar de sus diferentes estilos, presentan todos ellos una gran unidad de
conjunto; tienen la mayoría un carácter ecléctico, donde se mezclan los elementos
iconográficos románticos con los provenientes de la tradición constructiva,
apareciendo elementos modernistas, casticistas e incluso racionalistas. Los edificios
se proyectaron en su mayoría como casas de rentas, si bien el principal se reservaba
para el propietario.

En la actualidad, su antiguo carácter residencial ha ido desapareciendo al irse


transformando las antiguas viviendas burguesas en despachos, oficinas, academias,
etcétera. Ni la brutal tercerización ni el intenso tráfico rodado consiguen restarle
encanto, según comenta Tomás Llorente: "Esta calle constituye uno de los ejemplos
más sorprendentes y equilibrados que conocemos del urbanismo, con un fuerte acento
al gusto de la época, que es perceptible hoy perfectamente en toda la zona, y es el
fundamento de su gran calidad ambiental, capaz de resistir la agresividad de las
nuevas construcciones".

Y…LLEGAMOS A LA PLAZA DE LA REINA ¡ VAMOS !


El actual aspecto de la Plaza de la Reina data de 1878, años en los que se realizaron
una serie de reformas urbanísticas en la ciudad de Valencia, dentro del Plan del
Ensanche, las obras finalizaron en 1897.

Desde esta Plaza podemos ver: La portada Barroca de la Catedral de Valencia,

El Miguelete y Santa Catalina.

CATEDRAL- PUERTA BARROCA:

La esbelta y majestuosa catedral de Valencia se alza imponente en el núcleo antiguo


de la ciudad, justo entre las plazas de la Virgen y de la Reina. Fue construida sobre la
antigua seo visigótica, la misma que más tarde se convirtió en mezquita.

De ambas, se conservan escasos restos. Dada la magnitud de la férrea construcción,


hubieron de transcurrir varios siglos para que se dieran por finalizadas las obras, de
ahí la profusión de estilos artísticos: Románico, gótico, renacimiento, barroco y
neoclásico, hecho que la convierte en una joya de la arquitectura universal.

Dicen las crónicas que en el año 1238, conquistada la ciudad de Valencia, el rey Jaime
I el Conquistador se dirigió a la Mezquita Mayor, y previa purificación puso la nueva
Catedral bajo la advocación de "Nostra Dona Santa María de València".

La Catedral de Valencia desde su inicial consagración en 1238, se encuentra bajo la


advocación de la Santísima Virgen María, ante cuya imagen celebró la primera misa el
obispo Pere de Albalat. Según la tradición, dicha imagen era propiedad del mismo
Jaime I. Sobre la consagración de la mezquita mayor existen muchas leyendas. Una
de ellas narra como el rey, armado con un martillo de plata, destrozó las paredes del
templo donde todavía quedaba decoración musulmana. A esta tarea se sumarían sus
hombres, dejando la mezquita convertida en ruinas en pocas horas. Sobre el destino
de esta imagen que se encontraba en la Catedral desde los tiempos de la
Reconquista, se sabe que fue destruida durante la Guerra Civil en 1936.
La portada que vemos desde la Plaza de la Reina es LA PORTADA BARROCA :

Es una obra grandiosa y bella, con esculturas que entonan un himno a los santos
hijos de Valencia, San Vicente Ferrer y San Vicente Mártir. La Puerta Barroca o de los
"Ferros" como también se le llama (llamada así por la verja de hierro que circunda el
atrio de entrada), es un monumento dedicado a la exaltación de la Virgen, de la Iglesia
y los santos valencianos. Su aspecto general se asemeja a un retablo de forma
cóncava, con más de 36 metros de altura, resultando aparentemente forzada debido
no sólo por las condiciones estilísticas del momento sino también por la necesidad de
producir la ilusión óptica de una mayor sensación de espacio en un lugar realmente
muy pequeño, ya que esta puerta fue concebida para ser vista desde la estrecha calle
de Zaragoza que la enfrentaba, y que hoy ha desaparecido al abrirse la actual plaza.

MIGUELETE:

En el año 1381, Andrés Juliá inició los trabajos de construcción de la llamada torre
exenta de "Campanar Nou" o "Torre del Micalet", nombre que debe a la campana de
las horas. Es de planta octogonal, de cuatro cuerpos separados por impostas, en cuyo
último módulo se sitúa una decoración propia dl gótico: vanos apuntados con tracerías
y pináculos adosados.

Se trata de una torre mocha, es decir, sin rematar, muy representativo del gótico
valenciano. Tiene 51 metros de altura y se construyó en el siglo XIV.

A partir del siglo XV, el campanario quedó unido a la catedral gracias a la


prolongación de las naves realizada por el maestro Pere Compte. Hasta el siglo XVII,
la torre se sostenía mediante una estructura de madera. En la actualidad cuenta con
una espadaña que la remata, erigida en la tercera década del siglo XVIII.

SANTA CATALINA:
La iglesia de Santa Catalina se levantó sobre una mezquita anterior y en 1245 ya
había adquirido el rango de parroquia. Consta de una sola nave, con contrafuertes
laterales entre los que se colocaron las capillas. Es la única de las iglesias góticas de
la ciudad con girola en la cabecera, igual que la catedral.
En el siglo XVI el edificio fue revestido con decoración clasicista al gusto renacentista
y, tras un pavoroso incendio sufrido en 1548, parcialmente reconstruido. En 1785,
siguiendo la moda imperante, se le dio un aspecto barroco.

En la década de 1950 se llevaron a cabo obras de restauración para devolverle su


fisonomía gótica original, para lo cual se despojó a los muros de todo el ornamento
barroco y neoclásico.
El campanario fue construido entre 1688 y 1705 por Juan Bautista Viñes, cuyo
nombre aparece grabado en una lápida conmemorativa que podemos ver en su
base. Obra maestra del barroco valenciano, es de planta hexagonal, y su alzado se
divide en cuatro pisos separados por molduras, más el cuerpo de campanas y el
remate superior. En su origen se le llamó campanario salomónico por las columnas
helicoidales que adornan esa parte alta. Destaca asimismo por los resaltes a modo
de pilastras que adornan sus ángulos y por la decoración de sus ventanas, donde el
estilo decorativo del barroco efímero se trasladó con maestría a la piedra.
Las campanas se fundieron en Londres en 1729 y más tarde se le añadió el reloj que
hoy podemos ver en la cara oriental. Frente a ella se abrió a finales del siglo XIX la
calle de la Paz, que además de mejorar las comunicaciones del centro urbano con el
mar, tuvo muy en cuenta la destacada vista en perspectiva que se conseguía de este
importante campanario.

¡VAMOS QUE NUESTRO VIAJE SIGUE!

MERCADO CENTRAL:
El Mercado Central de Valencia es una construcción de estilo modernista construido
en el año 1910 por Alejandro Soller y Francisco Guardia. Tiene una superficie de unos
8000 metros cuadrados, estando considerado uno de los más grandes de Europa.
Está situado entre la plaza del Mercado, al lado de la Lonja de la Seda y la plaza de la
ciudad de las Brujas. La calle vieja de la Paja separa el Mercado Central de la Iglesia
de los Santos Juanes. En el lado opuesto, el Mercado Central da a las bonitas calles
Palafox, plaza en Gall y calle de las Calabazas.

En el Mercado Central se vende todo tipo de alimentos como verduras, peces y


mariscos y carnes tanto para consumo doméstico como para abastecer a importantes
restaurantes de Valencia. La compra en este lugar está cargada de gran encanto por
la belleza de su arquitectura y la tradición e historia del mercado.

El Mercado Central combina el metal, las cúpulas, el vidrio, las columnas, al recuerdo
gótico del modernismo, como si de una catedral del comercio se tratara, combinando
muy bien con la vecina Lonja de los Mercaderes. En el centro del edificio se aprecia
una gran cúpula coronado por una veleta en forma de cotorra.

JUSTO EN FRENTE…..LA LONJA DE VALENCIA.

LA LONJA :

La Lonja de Mercaderes de Valencia es uno de los edificios góticos civiles más


importantes de Europa. Construido a finales del siglo XV muestra el poder económico
de la ciudad del Turia durante esta época. Es Patrimonio de la Humanidad desde
1996.

En pleno barrio del Mercat valenciano se levanta esta obra maestra del gótico tardío,
estilo que normalmente se encuentra asociado a edificios religiosos. En la fecha de su
construcción, finales del siglo XV, Valencia vive un periodo de riqueza y esplendor
económico gracias a los negocios de la burguesía urbana y al comercio en el
Mediterráneo. El estilo gótico florido ha alcanzado ya plenitud en España y es el que
se emplea para erigir una nueva lonja. Un edificio para albergar las transacciones
comerciales y bancarias del próspero comercio de la ciudad.

Cerca de donde se encuentra esta “Lonja de Mercaderes” o “Lonja de la Seda”, la


Valencia del siglo XIV contaba con una “Llonja de l’Oli”. Pero la magnificencia de la
ciudad requería una nueva construcción en consonancia son su poder económico. Así,
el Consejo de la Ciudad (Ayuntamiento) compró 25 casas para erigir en su solar la
nueva lonja. Su realización principal se debe al maestro cantero valenciano Pere
Compte, a cuya muerte continuó los trabajos un discípulo suyo, lo que explica la
incorporación de ciertos elementos renacentistas.

Desde el exterior se pueden apreciar dos cuerpos, separados por una torre almenada.
A un lado se perciben arcos ojivales de profusa decoración, acompañados de
impostas, molduras y pináculos. Las gárgolas góticas, en número de 28, también son
un elemento característico. Empleadas para desaguar la lluvia de los tejados,
representan animales fantásticos, monstruos y personas en las más procaces
actitudes. Al otro lado, representaciones heráldicas de gusto renacentista documentan
un añadido posterior. El interior también se divide en tres cuerpos, al que se le suma
un jardín, el llamado Patio de los Naranjos.

El Salón Columnario o Sala de Contratación es una monumental sala cubierta con


bóvedas de crucería, soportadas por columnas helicoidales de 16 metros de altura.
Letras de oro sobre fondo oscuro recorren la parte superior de las cuatro paredes del
salón, a modo de cenefa, recordando a los comerciantes sus deberes como
mercaderes y buenos cristianos. Sobre este suelo de mármol blanco, negro y canela
se instaló la Taula de Canvis (Mesa de Cambios y Depósitos). El Archivo Municipal de
Valencia conserva esta mesa y la Primera Letra de Cambio conocida en España.

Siguiendo nuestro recorrido nos encontramos con IGLESIA DE LOS SANTOS


JUANES:
Antigua iglesia de estilo gótico de una sola nave cubierta con bóvedas de crucería. Un
incendio destruyó el interior de la iglesia y el arzobispo Juan de Ribera ordenó su
reconstrucción, obra que realizó el maestro valenciano Vicente García, finalizándose
en 1608.

En su interior destaca la división de la nave en siete tramos con capillas laterales y


presbiterio poligonal. El milanés Jacobo Bertessi realizó la profusa decoración interior,
basada en la utilización de estuco, pilastras, arcos, bóvedas y entablamentos de
muros interiores. La decoración pictórica interior es obra del pintor Antonio Palomino,
hoy en día bastante deteriorada por el incendio que sufriría durante la guerra civil.
La temática de estos frescos siguen las directrices de la Contrarreforma, puesto que
hay una exaltación de las figuras de santos españoles y valencianos. El bello púlpito
del presbiterio es obra del italiano Jacobo Ponzanelli.

En el exterior destaca la torre fronteriza con la zona de la Lonja, en la que los rasgos
barrocos se aprecian en el remate triangular con aletas en los costados, con un gran
bajorrelieve de la Virgen del Rosario, obra del escultor Bertessi, que la cubrió con un
tejadillo. A los lados las estatuas que representan a las doce Tribus de Israel o de los
doce hijos de Jacob, realizadas en escayola y a tamaño natural por Juan Muñoz.

En una de las capillas se veneró, por azares políticos, la famosa tabla de la


Inmaculada de Joan de Joanes- sita hoy en día en la iglesia de la Compañía desde
1835 a 1839, y de 1840 al año siguiente, en que vuelve a la “Compañía”, si bien en
1868, con la nueva expulsión de los jesuitas y el derribo de su templo, salió la tabla
hasta 1886, en que fue devuelta a la nueva casa de dicha Orden.

La iglesia se titula Real, desde 1858, por decreto de Isabel II que la visitó, con su
esposo, en 2 de junio de dicho año, como antes la visitaran Carlos III, en 1706, y los
reyes de Sicilia, Francisco y su esposa en 1823. En 1902 lo hizo la Infanta Isabel de
Borbón, ex Princesa de Asturias. Y en 21 de Febrero de 1947 se declaró Monumento
Histórico Artístico Nacional.
AHORA NOS DIRIGIMOS DE VUELTA A EL ARMELAR PASANDO POR LA

AVDA DEL OESTE Y LA CALLE GUILLEM DE CASTRO.

MENUDO DÍA ¿EH?, ES BONITA NUESTRA CIUDAD ¿VERDAD?

¡ESPERAMOS QUE VOLVAIS A VISITARLA PRONTO!

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