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PLAZA DE TOROS
La Plaza de Toros de la ciudad de Valencia fue construida entre los años 1850 y 1860
en el solar de una plaza anterior que por problemas de presupuesto nunca llegó a
terminarse. Es de estilo neoclásico, inspirado en la arquitectura civil romana, el teatro
de Flavio Marcelo (Coliseo), o el anfiteatro de Nimes (Francia).
El edificio es de planta rectangular con dos zonas bien diferenciadas; el gran hangar
cerrado, con estructura de arcos articulados de acero laminado, y el edificio de viajeros
propiamente dicho, de planta en U y pilares independientes de la estructura del
hangar.
Las fachadas están rítmicamente desarrolladas según módulos de un gran
esquematismo formal. La fachada principal predominantemente horizontal, presenta
unas torres laterales, que recuerdan las de la Lonja, con escasa altura y ritmos
verticales, que no llegan a romper la horizontalidad. El remate del edificio queda
definido por estos cuerpos y por pináculos terminales de perfil aparentemente
almenado.
Por su estilo podría ser relacionado con la Sezession de Viena y especialmente con
Otto Wagner, a cuya influencia se añadirían por un lado, reminiscencias del Gótico
perpendicular Inglés junto con inicios de lo que después sería el Racionalismo.
En el interior, el vestíbulo se halla decorado con cerámica vidriada, realizada por José
Ros en su fábrica de Benicalap, según diseño de Demetrio Ribes. Se observan ahí
influencias de la Sezession vienesa y de la escuela de Glasgow, en el revestimiento
cerámico de las paredes y el techo, que recuerdan detalles ornamentales de Olbrich,
pero con un cromatismo más intenso.
En el zócalo hay decoraciones con inscripciones que pone ”Buen viaje” en diferentes
idiomas.
Otra zona muy decorada es el bar, donde se sitúan los plafones realizados por
Gregorio Muñoz Dueñas. A toda esta decoración se añade el diseño, ya claramente
sezessionista, de la carpintería de madera, el mobiliario, las verjas, farolas, etc., todo
ello en clara concordancia con el conjunto del edificio.
1939
2009
Han sido muchos los cambios que ha sufrido la Plaza del ayuntamiento de Valencia.
El 6 de junio de 1924 se inauguraron -en presencia de los Reyes de Italia- los exóticos
kioscos de flores de gusto oriental, que durante años caracterizarían el lugar.
Por entonces la plaza era ese gran Parque -ordenado exclusivamente por la fuente-
monumento central y en el que abundaban árboles, grandes palmeras, bancos,
kioscos...- se trasladarían los floristas valencianos que habían tenido su mercado de
flores en la antigua plaza de la Pelota (hoy de Mariano Benlliure).
Hoy en día la Plaza del Ayuntamiento sigue siendo un punto neurálgico del día a día
de los valencianos, punto de encuentro, de comercio, de paseo…¡sobretodo en los
días de FALLAS! y podemos seguir comprando en los tradicionales puestecitos de
flores .
De cabecera poligonal este templo consta de una sola y espaciosa nave que esta
dividida en ocho crujías o tramos muy oblongos. Se cubre mediante una bóveda
nervada entre arcos apuntados, los cuales presentan la particularidad de apoyar sobre
ménsulas. A los lados se abren capillas entre contrafuertes, cubiertas a su vez por
bóvedas sobre ojivas que, de igual modo, apean sobre ménsulas. A los pies de la nave
se encuentra un coro que se sitúa elevado sobre bóveda rebajada.
A fines del siglo XVII el edificio de la iglesia fue redecorado en estilo barroco, pero tras
la guerra napoleónica fue nuevamente remodelado con un marcado carácter
neoclásico al gusto de la época.
Durante la Guerra Civil de 1936 el templo fue muy castigado y al terminar la contienda
tuvo que ser reconstruido por el arquitecto Javier Goerlich. En esta última
intervención se consiguió devolver su primitiva pureza gótica originaria, contribuyendo
para ello la obra del escultor José Justo, autor de los retablos neogoticistas.
Sin embargo, en el exterior, la portada de los pies, que reviste un aplacado de mármol,
así como la torre campanario, fueron reinterpretadas y nuevamente inventadas,
alejándose de su modelo original.
Entre las obras pictóricas que guarda este templo cabe mencionar un icono de estilo
bizantino-toscano que representa a la Mare de Deu de Gràcia. Su factura recuerda a
otros iconos que se conservan en el Monasterio de la Trinidad y en el de Monteolivete,
así como en los custodiados en el extraordinario Monasterio del Puig, del siglo XIII. Sin
duda estos bellos iconos habían sido importados desde Italia y venerados con franca
devoción en las iglesias y conventos valencianos.
Pasamos ahora por GUILLEM DE CASTRO y nos encontramos con una de las
puertas de la Valencia Medieval, LAS TORRES DE QUART :
Declaradas Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931.
Las torres de Quart, conocidas antiguamente como "Portal de la Cals" son una de las
más conocidas puertas de la muralla medieval cristiana de Valencia. Se le dice de la
"Cals" porque en el siglo XVIII toda la cal que entraba en Valencia, tenía que entrar por
esta puerta. Orientadas hacia poniente, indican el inicio del camino hacia los pueblos y
ciudades del interior. Era la puerta hacia Castilla.
Pere Bofill, vivió en Valencia durante la segunda mitad del siglo XV. Fué el Maestro de
Obras principal de las Torres de Quart, siendo esta su obra mas significativa. No pudo
terminar la obra.
El estilo de las torres imita el de Castelnuovo en la ciudad italiana de Nápoles, que fue
construido durante el reinado de Alfonso el Magnánimo por el arquitecto mallorquín
Guillem Sagrera. Todavía en sus torres, según cuenta la tradición, pueden observarse
los impactos de la artillería francesa el mando del general Moncey durante la guerra de
la independencia.
Los fondos de este museo recorren las vanguardias artísticas del siglo XX, desde la
abstracción y el Pop Art, hasta el informalismo europeo o la nueva figuración. De
manera permanente, exhibe las obras de la Colección Julio González y la Colección
Pinazo. Su programa de actividades ofrece también exposiciones temporales,
conferencias, cursos y talleres. Además, en una sala subterránea se puede contemplar
un largo tramo de la muralla medieval de Valencia, derribada hace más de un siglo,
que fue descubierto durante los trabajos de construcción del edificio.
Está concebida en la línea del urbanismo decimonónico francés que Haussman había
desarrollado en París, a mitad del siglo XIX y que cambiaría totalmente la imagen de la
capital francesa. La calle de la Paz, aunque evidentemente no de forma tan rotunda,
transformó esta parte de la ciudad, atrayendo el comercio y convirtiéndose junto con el
Ensanche de Colón en lugar de residencia de la clase burguesa.
Dicen las crónicas que en el año 1238, conquistada la ciudad de Valencia, el rey Jaime
I el Conquistador se dirigió a la Mezquita Mayor, y previa purificación puso la nueva
Catedral bajo la advocación de "Nostra Dona Santa María de València".
Es una obra grandiosa y bella, con esculturas que entonan un himno a los santos
hijos de Valencia, San Vicente Ferrer y San Vicente Mártir. La Puerta Barroca o de los
"Ferros" como también se le llama (llamada así por la verja de hierro que circunda el
atrio de entrada), es un monumento dedicado a la exaltación de la Virgen, de la Iglesia
y los santos valencianos. Su aspecto general se asemeja a un retablo de forma
cóncava, con más de 36 metros de altura, resultando aparentemente forzada debido
no sólo por las condiciones estilísticas del momento sino también por la necesidad de
producir la ilusión óptica de una mayor sensación de espacio en un lugar realmente
muy pequeño, ya que esta puerta fue concebida para ser vista desde la estrecha calle
de Zaragoza que la enfrentaba, y que hoy ha desaparecido al abrirse la actual plaza.
MIGUELETE:
En el año 1381, Andrés Juliá inició los trabajos de construcción de la llamada torre
exenta de "Campanar Nou" o "Torre del Micalet", nombre que debe a la campana de
las horas. Es de planta octogonal, de cuatro cuerpos separados por impostas, en cuyo
último módulo se sitúa una decoración propia dl gótico: vanos apuntados con tracerías
y pináculos adosados.
Se trata de una torre mocha, es decir, sin rematar, muy representativo del gótico
valenciano. Tiene 51 metros de altura y se construyó en el siglo XIV.
SANTA CATALINA:
La iglesia de Santa Catalina se levantó sobre una mezquita anterior y en 1245 ya
había adquirido el rango de parroquia. Consta de una sola nave, con contrafuertes
laterales entre los que se colocaron las capillas. Es la única de las iglesias góticas de
la ciudad con girola en la cabecera, igual que la catedral.
En el siglo XVI el edificio fue revestido con decoración clasicista al gusto renacentista
y, tras un pavoroso incendio sufrido en 1548, parcialmente reconstruido. En 1785,
siguiendo la moda imperante, se le dio un aspecto barroco.
MERCADO CENTRAL:
El Mercado Central de Valencia es una construcción de estilo modernista construido
en el año 1910 por Alejandro Soller y Francisco Guardia. Tiene una superficie de unos
8000 metros cuadrados, estando considerado uno de los más grandes de Europa.
Está situado entre la plaza del Mercado, al lado de la Lonja de la Seda y la plaza de la
ciudad de las Brujas. La calle vieja de la Paja separa el Mercado Central de la Iglesia
de los Santos Juanes. En el lado opuesto, el Mercado Central da a las bonitas calles
Palafox, plaza en Gall y calle de las Calabazas.
El Mercado Central combina el metal, las cúpulas, el vidrio, las columnas, al recuerdo
gótico del modernismo, como si de una catedral del comercio se tratara, combinando
muy bien con la vecina Lonja de los Mercaderes. En el centro del edificio se aprecia
una gran cúpula coronado por una veleta en forma de cotorra.
LA LONJA :
En pleno barrio del Mercat valenciano se levanta esta obra maestra del gótico tardío,
estilo que normalmente se encuentra asociado a edificios religiosos. En la fecha de su
construcción, finales del siglo XV, Valencia vive un periodo de riqueza y esplendor
económico gracias a los negocios de la burguesía urbana y al comercio en el
Mediterráneo. El estilo gótico florido ha alcanzado ya plenitud en España y es el que
se emplea para erigir una nueva lonja. Un edificio para albergar las transacciones
comerciales y bancarias del próspero comercio de la ciudad.
Desde el exterior se pueden apreciar dos cuerpos, separados por una torre almenada.
A un lado se perciben arcos ojivales de profusa decoración, acompañados de
impostas, molduras y pináculos. Las gárgolas góticas, en número de 28, también son
un elemento característico. Empleadas para desaguar la lluvia de los tejados,
representan animales fantásticos, monstruos y personas en las más procaces
actitudes. Al otro lado, representaciones heráldicas de gusto renacentista documentan
un añadido posterior. El interior también se divide en tres cuerpos, al que se le suma
un jardín, el llamado Patio de los Naranjos.
En el exterior destaca la torre fronteriza con la zona de la Lonja, en la que los rasgos
barrocos se aprecian en el remate triangular con aletas en los costados, con un gran
bajorrelieve de la Virgen del Rosario, obra del escultor Bertessi, que la cubrió con un
tejadillo. A los lados las estatuas que representan a las doce Tribus de Israel o de los
doce hijos de Jacob, realizadas en escayola y a tamaño natural por Juan Muñoz.
La iglesia se titula Real, desde 1858, por decreto de Isabel II que la visitó, con su
esposo, en 2 de junio de dicho año, como antes la visitaran Carlos III, en 1706, y los
reyes de Sicilia, Francisco y su esposa en 1823. En 1902 lo hizo la Infanta Isabel de
Borbón, ex Princesa de Asturias. Y en 21 de Febrero de 1947 se declaró Monumento
Histórico Artístico Nacional.
AHORA NOS DIRIGIMOS DE VUELTA A EL ARMELAR PASANDO POR LA