CRISTO, SOSIEGO PARA EL CORAZN HUMANO Permteme recordarte uno de los pasajes bblicos ms hermosos que siempre me llamaron

la atencin, aquel en el cual narran los evangelistas la tempestad del Mar de Galilea. He tenido el privilegio de sentarme muchas veces a las orillas de esas aguas que en el tiempo, hace cerca de dos milenios, hollaron los pies de Ese Bendito Seor. Tambin me he acercado a esas aguas y en el tiempo he contemplado ese episodio del cual nos dan cuenta los evangelistas. La imaginacin oriental llama mar a ese lago que apenas alcanza una extensin de 20 kilmetros. De norte a sur y de unos 12 kilmetros de oriente a occidente. Pero en ese mar, a unos 200 metros bajo el nivel de los mares, en ese mar tuvo lugar esa tempestad que caus tanto miedo a los discpulos de Ese Seor. Mientras l descansaba tranquilamente reclinado en el cabezal de la barca, la tempestad comienza a agitar las olas y a amenazar a esa barca frgil en que viajaba el Seor y sus discpulos. Asustados por el viento, por esas aguas que se hinchaban, que amenazaba la destruccin, los Apstoles se acercan al Seor y le dicen: Slvanos que perecemos! Despierta de Su tranquilo sueo el Maestro, echa una mirada dulce e impasible sobre ese agitado mar, y pronuncia una sola palabra:

SOSIGATE. Y en ese instante las olas embravecidas se sosiegan y reina una calma
infinita en el mar de Galilea. Recuerdo esto hermano, para recordarte lo que es la vida del hombre y lo que es en concreto la vida de cada ser humano. Esa vida es una vida de tempestad, una vida en la cual se desencadenan tambin los huracanes, los vientos arremolinados, las aguas tempestuosas de las pasiones, de los deseos insatisfechos, de las inquietudes, de los problemas, de las frustraciones, de las traiciones. La vida del hombre se desliza as, desde que nace hasta que muere. La vida del hombre mortal es una lucha, hermano! Quin, entonces, va a decir como dijo entonces a ese mar de Galilea: SOSIGATE? Quin va a decir entonces, aqul sosigate? El nico que puede calmar todas las tempestades que se producen en el corazn humano, es Ese mismo Bendito Seor que pronunci la mgica palabra sosigate! Si t, hermano querido, vas a Cristo cuando arrecien las tempestades de tu vida, ten la absoluta seguridad que esas tempestades desaparecern como por encanto, ten la seguridad de que vendr la calma para ti. Padre CSAR A. DVILA G. Gua Espiritual y Fundador de la Asociacin Escuela de Auto-Realizacin (Coleccin La Voz del Silencio, N 3)