WILHELM HONERMANN
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BARCELONA,
EDITORIAL HERDER
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INDICE
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RIESE - CASTELFRANCO
Blanco y Rojo
Paolo Cinna, administrador de corteos de la pequetia
‘ciudad veneciuoa de Castelfranco, ordenaba, con ia ayuda
de su amads coasorte, Tos envios legados. Aunque 26
cera mas que la octava de la Ascensién, el sol quemabe ya
tan despiadadamenta, que el corpudo empieado no cesata
do pasarse el pofuelo por su calva rezumanis, para se
case el sudar,
—Hoy voeive & hacer un calor del diablo —exciams,
gueiose—. Clara, échame otto vasito,
—No te olvides que también fey vendrin a secoser
la cortespondencia para Riese — le dijo la mujer, mien.
tras lienaha el vaso de vino tinto,
—-Ya lo sé, que os martes —el oficial de correns se
fechd un buen trago y fuego sorbié con fruicisn las roas
sgotecillas que habian quedado calganda de fes recios pee
dos de ou bigote—. Tambin las moseas estin voivigndose
cada vex. mis sinvergionzas.
—Oye, mira, una carta del caxdenal, Dei patrisirca de
Venecit a su hermano.
Sobre of niveo sobre, provisto de un gran sello rofo,
estaba escrito con Gnas letras: eAl herreca Castilio Mo-
‘nico de Risser. La sefora Cinna, con ademin de res
peto, se ls alargé a su marido.
—Un cardenal no es mis que un hombre, especial:
mente si su pate no pasaba de ser un burdo hertero de
Riese. Come, bebe y suda exactamiente igual que cual:
quiere de nosotros —~refunfufé el jefe de correos, que
Ro Sguraba, precisamente, entre los. mis ilustres devotor
de Ia iglesia de. Casteeanco.
No digas pecados, hombre —fe amonesté Ja sefiora
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