4 — La Capital , S á b a d o
Aprender
Se encuentra abierta la ins-
cripción, hasta el 8 de junio,
del Premio Presidencial
“Escuelas Solidarias 2009”.
Dicho premio está dentro del
Programa Nacional de Edu-
cación Solidaria que aborda
la pedagogía aprendizaje-
servicio.
Pueden participar todas las
escuelas del país de gestión
estatal o privada en todos
los niveles y modalidades
que estén desarrollando
experiencias educativas
solidarias. Las bases de
dicho concurso pueden con-
sultarse en la página del
Ministerio de Educación de
la Nación: http://
www.me.gov.ar/edusol/ .
Este Programa tiene su ori-
gen en 1997 cuando un
puñado de escuelas presen-
taba sus experiencias en el
Primer Seminario Internacio-
nal de Aprendizaje y Servicio
Solidario. Hasta la fecha son
21.536 experiencias educa-
tivas solidarias desarrolla-
das por 13.500 instituciones
educativas de todos los nive-
les y modalidades de nues-
tro país que participaron de
dicho premio.
Aprendizaje-Servicio
“El aprendizaje-servicio es la
propuesta pedagógica que
promueve actividades estu-
diantiles solidarias, no solo
para atender necesidades
de la comunidad, sino para
mejorar la calidad del apren-
dizaje académico y la forma-
ción personal de valores y
para la participación ciuda-
dana responsable”, afirma la
profesora María Nieves Ta-
pia, Asesora del Programa
Nacional de Educación Soli-
daria.
Esta iniciativa, incluida en la
Ley Federal de Educación en
los artículos 32 y 123, les
permite a los jóvenes reali-
zar tareas importantes y de
9 d e m a y o d e
Sirviendo-me
responsabilidad en sus co-
munidades, ya que para
efectuar un trabajo eficaz
es necesario realizar un
diagnóstico adecuado de las
necesidades comunitarias,
planificar instancias de
reflexión sobre las activida-
des y concretar acciones
que posibiliten la interacción
social entre los habitantes
del lugar.
María Nieves Tapia estable-
ce claramente la diferencia
entre una actividad escolar
solidaria y una experiencia
de aprendizaje-servicio, ya
que “un proyecto de servicio
a la comunidad es aprendi-
zaje-servicio cuando es pla-
nificado en función del pro-
yecto educativo institucional
y no solo de las demandas
de la comunidad, sino aten-
diendo con igual énfasis a la
demanda de la comunidad
como a un aprendizaje de
calidad para los estudiante y
con la participación de todos
los actores del sistema edu-
cativo”.
Este tipo de propuesta brin-
da un contexto no conven-
cional para desarrollar inter-
relaciones formativas entre
estudiantes y docentes más
profundas de las que habi-
tualmente se establecen en
el aula. “Es frecuente en
relatos de estudiantes oír
expresiones de de sorpresa
al reconocer al docente co-
mo persona, más allá de su
rol en el aula. De la misma
manera los docentes descu-
bren potencialidades y cuali-
dades en los alumnos a los
que sólo se conocía por su
rendimiento en una asigna-
tura” agregó la Directora del
Centro Latinoamericano de
Aprendizaje y Servicio Solida-
rio.
El tipo de vínculo que se
genera durante estas expe-
riencias posibilita a los ado-
lescentes relacionarse con
2 0 0 9
adultos que ofrecen modelos de
conductas positivos, solidarios y
participativos; cuyo impacto se
ve acrecentado en adolescentes
que viven en contextos sociales
y familiares con alto grado de
violencia.
Tapia añadió que otro de los
beneficios del aprendizaje-
servicio es la mejora de la convi-
vencia escolar “motivados a
investigar y estudiar habiendo
mejorado su relación con al
menos algunos de sus docentes,
desarrollando un proyecto que
les genera un tipo de pertenen-
cia institucional movilizadora.
Las estadísticas confirman que
los estudiantes que protagoni-
zan este tipo de aprendizaje
mejoren en su nivel de conviven-
cia.
Los primeros antecedentes de
esta propuesta pueden encon-
trarse en el surgimiento, a prin-
cipios de siglo, en la corriente
educativa liderada por John
Dewey y Williams James. Dewey
–educador y filósofo- privilegia-
ba el “aprendizaje a través de la
experiencia” y Williams – filóso-
fo- sostuvo, en una obra publica-
da en 1910, que el servicio a la
comunidad “era el equivalente
moral de la guerra”, convirtién-
dose en uno de los pioneros del
movimiento de objeción de con-
ciencia al servicio militar. La
obra de ambos, inspiró en la
década de 1920 el surgimiento
de las primeras experiencias
estructuradas de servicio comu-
nitario estudiantil.
Desde entonces, estas teorías
tomaron forma y miles de escue-
las argentinas han descubierto
la enorme potencialidad del
trabajo solidario. Una educación
de calidad no se agota en la
adquisición de conocimientos y
habilidades a través de su traba-
jo cotidiano, la escuela también
debe transmitir valores.
“Nuestros chicos reconocen
rápidamente cuando nuestras
exhortaciones éticas son pala-
bras vacías. Si queremos real-
mente que los niños y jóvenes
desarrollen una cultura del es-
fuerzo, del trabajo y de la solida-
ridad, debemos transmitirlo a
través de nuestro ejemplo coti-
diano” concluye María Nieves
Tapia.
Por Anabel Barboza,
Martín Calvo y Daniel Brizio
S u p l e m e n t o E d u c a c i ó n
El aprendizaje-servicio en la experiencia
En 1995, en la localidad de Ramona,
centro de la Provincia de Santa Fe, en la
única Secundaria del pueblo, la profesora de
Biología, le propuso al Club de Ciencias de 2º
año estudiar un tema regañido, si los hay: el
agua.
“Acá no tenemos problemas con el
agua”, afirmó alguno. “Bombeamos de la
napa, y ya está” acotó otra. “Sí, pero ¿por
qué en Ramona no hay agua corriente?
“¡Vayamos a preguntar a la Comisión de
fomento!”.
Después de enterarse que el proyecto
de tendido de la red de agua corriente dor-
mía el sueño de los justos desde hacia nue-
ve años, los chicos llevaron a la escuela una
muestra de agua que consumían en sus
casas, para analizarla. Cuál no fue la sorpre-
sa de todos cuando descubrieron que el
agua que suponían “pura y natural” contenía
nada menos que arsénico en cantidades
suficientes para una novela policial.
Hasta allí, arsénico incluido, la tarea
escolar podría haber entrado dentro de los
parámetros académicos más tradicionales:
estudio del tema, trabajo de campo, redac-
ción de monografía, evaluación, fin del tema.
Sin embargo, motivados por la iniciativa
de la docente y por el apoyo de las autorida-
des escolares, los alumnos asumieron como
propio el tema, e hicieron que la cuestión
del agua saltara los límites del Club de Cien-
cias y de la hora de Biología.
En el aula de Informática los datos obte-
nidos en los análisis se tabularon y grafica-
ron. Con apoyo de Ciencias Sociales u de
Matemáticas se hizo una encuesta, pregun-
tándole a los vecinos qué pensaban del
agua: la mayoría opinó que era potable.
Habiendo llegado a la conclusión que el
problema de Ramona era la falta de informa-
ción y de conciencia, los alumnos de 2º año
partieron al canal de cable local muñidos de
sus gráficos y de los consejos de la Profesora
de Lengua.
Tras la aparición televisiva volvieron a
encuestar al pueblo: ahora eran más los que
opinaban que el agua “no era buena”. Con
esos datos, y una cámara de video prestada
al hombro, partieron a entrevistar al Inten-
dente, y a preguntarle qué pensaba hacer al
respecto.
Saltando al final de la historia, para
cuando los alumnos de la Escuela Media Nº
3023 “San José de Calasanz” de Ramona
llegaron al 5º año, no sólo habían ganado
premios en varias Ferias de Ciencias. Ade-
más, su pueblo había obtenido del gobiernos
provincial la instalación de una planta pota-
bilizadora, el municipio había iniciado el
tendido de la red de agua corriente, y el
Hospital local – a partir de los datos obteni-
dos por los alumnos y por un convenio con
dos Universidades nacionales con la escue-
la- había iniciado un plan de diagnóstico y
prevención de los efectos del arsénico en la
salud de la población.
Los chicos de Ramona aprendieron
mucha más química, biología y estadística
que las que mandan los programas oficiales.
También aprendieron –y enseñaron con el
ejemplo- participación ciudadana. Y por si
esto fuera poco, desarrollaron habilidades
para comunicarse por escrito, en televisión y
hasta en historietas, y capacidades de inicia-
tiva y de liderazgo que envidiarían más de un
adulto. Su escuela, siendo solidaria con la
comunidad, también se convirtió en una
mejor escuela para ellos.
*Experiencia contada por la Profesora
María Nieves Tapia, Asesora del Programa
Nacional Educación Solidaria y Directora del
Centro Latinoamericano de Aprendizaje y
Servicio Solidario en su libro “La Solidaridad
como pedagogía”