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1. Si decimos que en castellano todas las palabras van acentuadas, quizás a más de uno
esto le sorprenda. Ello es debido a que normalmente llamamos acento a una marquita
gráfica que se coloca sobre las vocales ('). En puridad, a este signo gráfico hay que
llamarlo acento ortográfico o tilde; más adelante volveremos sobre él. Al decir que
todas las palabras llevan acento hacemos referencia a otro tipo de acento, el prosódico.
Este acento prosódico es un rasgo del lenguaje oral que hace que podamos diferenciar,
al oírlas, las palabras cántara, cantara y cantará o ejército, ejercito y ejercitó. Se trata,
pues, de un elemento relacionado con la pronunciación, independiente de la escritura, y
que consiste en la elevación del tono de voz (no su intensidad) al pronunciar una sílaba
determinada. En
decimos que tienen acentuada la última sílaba todas ellas, independientemente de que
lleven tilde o no. Los hispanohablantes somos capaces de captar sin problemas la
diferencia entre una sílaba acentuada y otra que no lo está, y por ello, al oír la palabra
hablo entendemos una cosa distinta de lo que entenderíamos al oír habló. Llamamos
tónica a la única sílaba de cada palabra que cuenta con acento prosódico (-buz en
arcabuz, p. ej.) y átonas a las demás (ar- y -ca-).
a. Son agudas las palabras que tienen el acento prosódico en la última sílaba: pared,
reloj, saber, baúl, etc.
b. Llanas o graves son las palabras cuya sílaba tónica es la penúltima: ramaje,
perdonan, sabiduría, crecen, etcétera. La gran mayoría de las palabras españolas es
llana o grave.
c. Las palabras que llevan el acento prosódico sobre la antepenúltima sílaba reciben el
nombre de esdrújulas: cámara, rápido, ráfaga, cáustico, Penélope.
d. Hay pocas palabras sobreesdrújulas en español. Se llama así a las palabras cuyo
acento prosódico recae sobre una sílaba anterior a la antepenúltima: devuélvemelo,
rompiéndosela, piénseselo, etcétera.
Atendiendo a que una palabra sea aguda, llana, esdrújula o sobreesdrújula, las reglas de
colocación de la tilde son diferentes.
si, por el contrario, acaba en una vocal, en una -n o en una -s, sólo puede ser llana:
Como se ve, la mayor parte de las palabras del español no llevan tilde: las reglas, que para
algunos son complicadas (?), se hicieron después de hacer un estudio profundo de qué tipos de
palabras son los más habituales en español. Las conclusiones a las que se llegaron fueron que
la gran mayoría de las palabras españolas son llanas terminadas en vocal, en -n o en -s,
seguidas por un grupo algo menos numeroso de palabras agudas que no terminan ni en vocal,
ni en -n ni en -s. En consecuencia, si queremos economizar tildes y acentuar la menor cantidad
posible de palabras, las reglas deberían dejar sin marca (sin tilde) las palabras de estos grupos
y acentuar las restantes. De lo logrado de este sistema da prueba el hecho de que si echamos
una ojeada a cualquier texto, comprobaremos que la mayor parte de las palabras no llevan
tilde.
Observaciones:
• Las palabras agudas (normalmente apellidos) que terminan en -ns no se acentúan:
Llorens, Mayans, etc.
• Las palabras llanas terminadas en -ps, se acentúan: bíceps, fórceps.
• Las letras mayúsculas deben ser acentuadas exactamente igual que las minúsculas. Es
falsa la creencia de que no se deben acentuar las mayúsculas.
• Una última observación que hay que tener en cuenta es que las palabras
monosílabas no se acentúan, salvo por lo que diremos a propósito de la tilde
diacrítica. No hay motivo, entonces, para acentuar palabras como fue, vio, vi o dio,
como se venía haciendo hasta 1959. Tampoco se acentúan ni la palabra fe ni la
preposición a. En cuanto a la conjunción o, sólo se acentuará cuando vaya entre cifras,
para distinguirla de la cifra cero:
1.
1.
1.
2. La acentuación de palabras que cuentan con un
diptongo, un triptongo o un hiato.
Las cinco vocales del español se clasifican según la apertura de la boca al pronunciarlas en
abiertas (la a), medias (la e y la o) y cerradas (la i y la u). Si ponemos un dedo entre los
dientes y pronunciamos las vocales por este orden, veremos que al pronunciar la a casi no
mordemos el dedo; que al pronunciar la e y la o se ejerce una presión mayor y que al hacer lo
propio con la i y la u, casi duele. Pues bien, una de las diferencias fundamentales entre las
vocales y las consonantes radica en que estas son todas mucho más cerradas que cualquier
vocal, ya que para pronunciarlas, el chorro del aire procedente de los pulmones tiene que
encontrar un obstáculo en la boca, lo que no sucede con las vocales. Por ello, las vocales
tienen una característica especial, y es que, al ser mucho más abiertas que las consonantes, se
las oye más, lo que les permite crear un ámbito, la sílaba, en la cual las consonantes se
"pegan" a la vocal para ser oídas.
Una vocal, por definición, es el núcleo de una sílaba: sin vocal no puede haber sílaba en
español, pero sí puede haber sílabas sin consonantes: amor tiene dos sílabas, a- y -mor, la
primera de las cuales consta de una sola vocal. ¿Eres capaz de encontrar una sílaba sin vocal
en español? Te apuesto lo que quieras a que no lo consigues. En cambio, encontrarás cientos
de palabras en las que se combine una i o una u con cualquier otra vocal (peíne, causa, bueno,
ruido). Si ambas forman una única sílaba -es decir, si se pronuncian en un solo golpe de voz-,
decimos que forman un diptongo, y sólo se forman diptongos cuando se une una i o una u
con cualquier otra vocal. Veámoslo con un ejemplo:
Los naturales de Bilbao, como todos los vascos, tienen tendencia a pronunciar más diptongos
que el resto de los hispanohablantes, y así dicen que son bílbainos (bilbaínos) y no bilbaínos
(bil -ba-í-nos), como los llamamos los demás. La pronunciación separada de dos consonantes
-es decir, lo contrario del diptongo-, recibe el nombre de hiato. Hay hiato en moldea (mol-de-
a), pero diptongo en peina (pei-na) o puente (puen-te). ¿A qué se debe esto? No es ningún
misterio: cuando las vocales cerradas (í, u) son pronunciadas como única vocal de una sílaba,
lógicamente actúan como su centro. Pero, a diferencia, de la a, la e o la o, a veces se
pronuncian tan cerradas que dejan de comportarse como-v-ocales y no pueden formar sílaba
por sí mismas; en estos casos han de "colgarse" de una vocal vecina y pronunciarse en un
único golpe de voz con ella. Entonces, tenemos un diptongo.
Es tradicional llamar débiles a las vocales más cerradas (i, u) y fuertes a las tres restantes.
Siguiendo esta denominación podemos decir que un diptongo es la unión de una vocal débil
con una fuerte o una fuerte con una débil en una misma sílaba (=pronunciadas juntas), como
en peine, puedo, causa, leucocito, piano, pienso, sabio, etcétera. En ocasiones de una misma
vocal fuerte se "cuelgan" dos vocales débiles, una por cada lado, como sucede en limpiéis. A
esta combinación de vocales débil+fuerte+débil la llamamos triptongo. Hay triptongo en
guau, miau, Uruguay, etcétera.
Volvamos ahora sobre las vocales "débiles". Está claro que en muchas ocasiones forman sílaba
por sí mismas, como pasa en pino y pudo, lo que demuestra que en estos casos son tan
vocales como las demás. Esto explica que tengamos también diptongos formados por la
combinación de una i con una u, como en cuidado o en viuda. En estos casos en que se
combinan la í y la u, es siempre la segunda de ambas la que actúa como fuerte, y la primera
como débil por una tendencia general del castellano.
Otra cuestión relacionada con esta es el hecho de que podemos tener combinaciones de i o de
u con una fuerte cada una como si las débiles se hubieran convertido en fuertes. Esto se
produce porque la presunta "débil" se ha convertido en "fuerte" porque lleva el acento
prosódico, lo que la convierte automáticamente en centro de sílaba. Hay que tener en cuenta
que sólo pueden llevar el acento (sea sólo prosódico o también ortográfico) las vocales
que actúan como centro de sílaba. Una vocal débil acentuada es, pues, equivalente a una
fuerte en su comportamiento. Veamos que palabras como río, García, actúa, Raúl, fríen,
etcétera, cuentan con una vocal débil acentuada que crea su propia sílaba sin unirse a la vocal
que tiene al lado: a pesar de que haya un i o una u en estas palabras, no hay diptongo, sino
hiato.
idea atuendo peor pueblo apropiado bilbaínoteníamos baile caigo caída servía ocasión
Para acentuar correctamente estas palabras, hay que tener en cuenta que:
a.
b. Las palabras que tienen un diptongo, un triptongo o un hiato formado por dos
vocales "fuertes", siguen en todo las reglas generales, por lo que no se
diferencian en nada del resto de las palabras.
c.
d. Las palabras en las que aparece un hiato formado por una i o una u y cualquier
otra vocal deberán llevar tilde sobre la i o la u, incluso en contra de las reglas
generales. Por eso llevaban tilde las vocales débiles en río, García, actúa, Raúl, fríen, a
pesar de que todas ellas son llanas terminadas en vocal, n o s.
En esquema:
1. La tilde diacrítica
Diacrítico quiere decir díferenciador. Así pues, tilde diacrítica es aquélla cuya función
es exclusivamente diferenciadora entre dos palabras que sin ella se escribirían de igual
forma, lo que podría dar lugar a confusiones o ambigüedades. He aquí algunos pares de
palabras homónimas cuyo significado se diferencia en la escritura gracias a la tilde
diacrítica:
* Aún y aun no son realmente palabras homónimas: aún es bisílaba, por ser un hiato la
combinación a-u. Por ello es una palabra aguda terminada en -n, y en consecuencia
debe llevar tilde por las reglas generales. En aun la combinación a-u es un diptongo.
Ejemplos:
Tú eres un cretino, Paco. Tu amigo es un cretino, Paco.
dime qué hora es, no sé quién habrá llamado, me pregunto por qué lo haría
Hay que señalar también que en los títulos de muchos libros y artículos aparecen
interrogaciones de forma encubierta: Cómo reparar su lavadora, Qué decir en
situaciones difíciles, etcétera. Como se puede ver, estos títulos indican que el
contenido responde a la pregunta recogida en el título, algo así como si se
llamaran "Respuesta a la pregunta ¿Cómo reparar mi lavadora?". Por todo lo
anterior, las palabras que los encabezan son interrogativas y en consecuencia
deben llevar tilde.
obsérvese que en los ejemplos anteriores los primeros demostrativos van acompañando a un
sustantivo explícito (según la gramática tradicional, son adjetivos demostrativos), mientras
que los segundos "acompañan" (o van en lugar de) un sustantivo sobreentendido (pronombres
demostrativos). Estos últimos pueden aparecer con tilde cuando sea necesario para evitar
ambigüedades. Es decir, que no es nunca obligatorio poner tilde sobre los demostrativos.
Además hay que tener en cuenta que los demostrativos neutros esto, eso, aquello no pueden
acompañar nunca a un sustantivo porque no hay sustantivos neutros en español. Por ello no
hay ambigüedad posible y, en consecuencia, nunca se deben acentuar. Es, pues, incorrecto
escribir ésto, éso, aquéllo.
1.
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2. La tilde en las palabras compuestas
3.
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2. La tilde en los adverbios terminados en -mente
3. En español es muy fácil crear un adverbio a partir de un adjetivo: basta
con poner el adjetivo en femenino singular (blanda) y añadir el sufijo
-mente; así de largo tenemos largamente, de estúpido, estúpidamente,
etc. Pues bien, a la hora de acentuar estos nuevos adverbios, hay que
tener en cuenta este origen: los adverbios en -mente se acentúan igual
que su adjetivo-raíz: cortésmente lleva acento porque cortés lo tiene;
fríamente, porque frío lo lleva; largamente no se acentúa porque largo no
lleva acento, etcétera.
4. Acentuación de formas verbales con pronombres
enclíticos.
5. Los pronombres personales que como me, te, se, nos, os, le, la, lo, los,
las pueden escribirse unidos por detrás a un verbo, reciben el nombre de
enclíticos. Como es de suponer, si a una forma verbal que no lleva
acento, como cuenta, le añadimos uno o más de estos enclíticos, se
puede convertir en esdrújula o sobreesdrújula, con lo que debe llevar
tilde:
El arte hispanoamericano se. refiere al arte de Hispanoamérica, entendida esta última como
una unidad en la que se funden lo español y lo americano.
Pues bien, cuando las palabras que entran en composición van separadas por un guión, cada
uno de sus miembros se acentuará independientemente: físico-químico; cuando los
componentes se escriben juntos, se acentuarán como una palabra simple: decimoséptimo