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COMISION LEGISLATIVA Y DE FISCALIZACION

COMISION ESPECIALIZADA DE PARTICIPACION SOCIAL


PROPUESTA DE LEY ORGÁNICA DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Exposición de motivos

La crisis social, política y económica que ha caracterizado al Ecuador durante casi tres
décadas ha evidenciado el fracaso de un sistema político en el cual el rol de la ciudadanía se
reducía a la elección de sus autoridades. Los mecanismos restringidos de representación
política no han logrado realizar los ideales centrales de la democracia moderna; a saber, la
participación activa de la ciudadanía, el control popular de las decisiones estatales y la
deliberación pública como forma de producir decisiones.

En ese contexto, el Ecuador se plantea el reto histórico de construir una sociedad que
profundice la calidad de la democracia y amplíe los espacios de incidencia política de la
ciudadanía en condiciones de igualdad; ello implica recuperar el concepto de soberanía
popular a través de promover la libertad y la capacidad de movilización autónoma de la
ciudadanía y su participación directa en la gestión de lo público.

El horizonte trazado por la nueva Constitución apunta a la construcción de una sociedad


políticamente justa donde paulatinamente todas y todos cuenten con el mismo poder para
contribuir al control colectivo, al acceso directo a las decisiones que afectan su destino común
en la defensa de los principios de igualdad política, participación y de poder colectivo
democrático.1

Este enfoque supone un tránsito de los paradigmas de la sociedad civil como controladora y
vigilante de la acción estatal, hacia una perspectiva afirmativa que procura incentivar las
energías creativas, las capacidades de movilización y deliberación ciudadana, y la
implicación directa del poder social en la discusión y resolución de los asuntos públicos.

Así, puede hablarse de democracia participativa en la medida en que se desarrollen nuevas


formas más o menos institucionalizadas de toma de decisiones en que se relativice el peso de
los decisores políticos tradicionales y se abra efectivamente cauce a la incidencia de la voz
ciudadana. La participación ciudadana adquiere, entonces, poder social real en la medida en
que es capaz de generar contrapesos democráticos a la influencia de las élites políticas.

En este contexto, la reconstrucción democrática de las relaciones ‘Estado-sociedad’ en el


Ecuador tiene como una de sus objetivos principales la promoción de la participación
ciudadana y al fortalecimiento de la organización social. La vigente Carta Constitucional ha
trazado, al respecto, un amplio catálogo de derechos y ha delineado específicas pautas para
que la participación funcione, además, como un principio rector en la reconfiguración de las
instituciones públicas a nivel nacional y local.

La orientación constitucional de la participación ciudadana, consagrada a la vez como


derecho y como principio de organización e innovación institucional del Estado, busca
dinamizar el poder ciudadano, entendido como el conjunto de iniciativas de organización,
participación y control social que emprendan, de modo autónomo, los individuos, pueblos y
colectivos.

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Olin

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Tal enfoque constitucional implica (a) dinamizar la organización colectiva autónoma de la
sociedad, (b) propiciar formas de incidencia directa de la ciudadanía en el sistema político y
(c) articular la participación ciudadana al ciclo de las políticas públicas, esto es en el acceso a
la información, en la planificación, presupuestación, ejecución y control, a nivel local y
nacional.

La democracia basada en la participación ciudadana es entendida entonces como una


complementación de la democracia representativa. No se trata de reemplazar la democracia
representativa por la participativa, sino de fortalecer la democracia en la conjugación
equilibrada de estas dos formas que canalizan los derechos de participación previstos en la
Constitución.

En la Constitución de la República está clara la redefinición del Estado para garantizar el


derecho a la participación ciudadana y las leyes deben ser coherentes con el mandato
constitucional. Hay que evitar establecer por ley estructuras o sistemas de participación y/o
de control social, no previstos en la Constitución; más bien hay que establecer los incentivos
y garantías para que se pueda ejercer estos derechos de participación ciudadana, en el marco
de un Estado constitucional de derechos, soberano, laico, plurinacional, intercultural y de
justicia.

A la hora del procesamiento legal de las normas constitucionales se requiere, entonces, de un


enfoque que ubique los específicos ámbitos y campos en que participación y control pueden
efectivamente dinamizar el interés por lo público de la sociedad civil, permear en el
funcionamiento habitual de las instituciones públicas, e incrementar las capacidades
políticas, deliberativas, comunicativas y críticas de ciudadanas, ciudadanos y organizaciones
sociales. La canalización pública de información objetiva, oportuna y accesible aparece
también como una condición y un fin del proceso de dinamización institucional de la
participación ciudadana.

Sin embargo, y aunque se contemple una muy amplia batería de instancias, dispositivos y
mecanismos participativos, cualquier propuesta debe asumir de modo realista que la
Constitución así como el marco legal que de ella se derive, y cualquier rediseño institucional
que se plantee al respecto, apenas abren el cauce para el despliegue de las capacidades de
participación ciudadana y que éstas adquirirán diversas formas e intensidades según los
espacios en que sean promovidas.

Esta Ley de Participación Ciudadana, por tanto, no es un intento de estandarizar las


múltiples formas de participación a nivel nacional o local, sino el establecimiento de un cause
que permita promover con fuerza la articulación de organizaciones sociales y ciudadanía
para su relación con el Estado en sus diferentes niveles de gobierno; que establece incentivos
flexibles y adaptables a las particulares dinámicas de los territorios y las sociedades
locales. Una norma que asegura la complementación entre democracia representativa y
participativa, que garantiza el ejercicio de los derechos de participación ciudadana y que
devuelve a la ciudadanía su rol de constructora de los sentidos de la sociedad y del Estado
con plena corresponsabilidad.

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ASAMBLEA NACIONAL
COMISION LEGISLATIVA Y DE FISCALIZACION
COMISION DE PARTICIPACION SOCIAL

EL PLENO DE LA COMISIÓN LEGISLATIVA Y DE FISCALIZACIÓN

CONSIDERANDO:

Que, el Art. 17 del Régimen de Transición aprobada en el referéndum por el pueblo


ecuatoriano junto con la Constitución dispuso que la Asamblea Constituyente conforme una
Comisión Legislativa y de Fiscalización que debe cumplir con las funciones de la Asamblea
Nacional previstas en el Art. 120 de la Constitución de la República;

Que, mediante el Mandato No. 23 aprobado por la Asamblea Constituyente, publicado en el


Registro Oficial No. 458 de 31 de octubre de 2008, se conformó la Comisión Legislativa y de
Fiscalización como el organismo encargado de cumplir las funciones de la Asamblea
Nacional, entre ellas las de expedir, las leyes;

Que, de conformidad con lo previsto en la Disposición Transitoria primera de la


Constitución el órgano legislativo en el plazo máximo de 360 días contados desde su
vigencia aprobará la Ley que regule la participación ciudadana;

Que, el Art. 1 de la Constitución prevé que el Ecuador es un Estado constitucional de


derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural,
plurinacional y laico. Se organiza en forma de República y se gobierna de manera
descentralizada, cuya soberanía radica en el pueblo, y su voluntad es el fundamento de la
autoridad, que se ejerce a través de los órganos del poder público y de las formas de
participación directa previstas en la Constitución;

Que, los Arts. 61 numeral 2, 95 y 102 de la Constitución de la República consagran el


derecho a la participación en los asuntos de interés público, para lo cual las ciudadanas y
ciudadanos, incluidos aquellos domiciliados en el exterior en forma individual y colectiva,
participarán de manera protagónica en la toma de decisiones, planificación y gestión de los
asuntos públicos, en el control popular de las instituciones del Estado, la sociedad, y de sus
representantes, en un proceso permanente de construcción del poder ciudadano. Dicha
participación se ejercerá a través de los mecanismos de la democracia representativa, directa
y comunitaria.

Que, los Arts. 10 y 11 de la Constitución establecen que las personas pueblos y


nacionalidades y colectivos son titulares y gozarán de los derechos garantizados en la
Constitución, para cuyo ejercicio deben respetarse los principios en ella establecidos.

Que, el Art. 96 de la norma suprema reconoce todas las formas de organización colectiva de
la sociedad, como expresión de la soberanía popular para desarrollar procesos de
autodeterminación e incidir en las decisiones y políticas públicas y en el control social de
todos los niveles de gobierno, así como de las entidades públicas y de las privadas que
presten servicios públicos y que las organizaciones podrán articularse en diferentes niveles
para fortalecer el poder ciudadano y sus formas de expresión; garantizando la democracia
interna, la alternabilidad de sus dirigentes y la rendición de cuentas.

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Que, el Art. 97 de la Constitución establece que en los casos que permita la ley todas las
organizaciones podrán actuar por delegación de la autoridad competente, con asunción de la
debida responsabilidad compartida con esta autoridad; demandar la reparación de daños
ocasionados por entes públicos o privados; formular propuestas y reivindicaciones
económicas, políticas, ambientales, sociales y culturales; y las demás iniciativas que
contribuyan al buen vivir, reconociendo al voluntariado de acción social y desarrollo como
una forma de participación social.

Que, el Art. 100 de la Carta Magna prevé que en todos los niveles de gobierno se
conformarán instancias de participación integradas por autoridades electas, representantes
del régimen dependiente y representantes de la sociedad del ámbito territorial de cada nivel
de gobierno, regidas por principios democráticos, para: 1) Elaborar planes y políticas
nacionales, locales y sectoriales entre los gobiernos y la ciudadanía; 2) Mejorar la calidad de
la inversión pública y definir agendas de desarrollo.3) Elaborar presupuestos participativos
de los gobiernos; 4) Fortalecer la democracia con mecanismos permanentes de transparencia,
rendición de cuentas y control social y 5) Promover la formación ciudadana e impulsar
procesos de comunicación. Para el ejercicio de esta participación se organizarán audiencias
públicas, veedurías, asambleas, cabildos populares, consejos consultivos, observatorios y las
demás instancias que promueva la ciudadanía.

Que, los artículos 103 y 105 señalan mecanismos concretos de democracia directa tales como
la iniciativa normativa popular para proponer la creación, reforma o derogatoria de normas
jurídicas ante la Función Legislativa o cualquier órgano con competencia normativa así como
la revocatoria del mandato a las dignidades de elección popular.

Que, los Arts. 156 y 157 establecen los consejos nacionales de la igualdad como órganos
responsables de asegurar la plena vigencia de derechos, los mismos que estarán integrados
de forma paritaria por representantes de la sociedad civil y el Estado,

Que, los Arts. 204 y 207-208 crean la Función de Transparencia y Control Social y el Consejo
de Participación Ciudadana y Control Social respectivamente reconociendo al pueblo como
el mandante y primer fiscalizador del poder público, en el ejercicio del derecho de
participación para impulsar y establecer los mecanismos de control social en los asuntos de
interés público.

Que, los Arts 238 y 242 de la norma constitucional establecen que los gobiernos autónomos
descentralizados que incluyen las juntas parroquiales rurales, los concejos municipales, los
concejos metropolitanos, los consejos provinciales y los consejos regionales se regirán por los
principios de solidaridad, subsidiariedad, equidad interterritorial, integración y
participación ciudadana.

Que, el Art. 278, establece como obligación de las personas y colectividades en su búsqueda
por el buen vivir el participar en las fases y espacios de la gestión pública y de la
planificación del desarrollo nacional y local, y en la ejecución y control del cumplimiento de
los planes de desarrollo en todos sus niveles.

Que, el Art. 279 de la Constitución prevé que el sistema nacional descentralizado de


planificación participativa organizará la planificación para el desarrollo y estará
conformado por un Consejo Nacional de Planificación, que integrará a los distintos niveles
de gobierno, con participación ciudadana, y tendrá por objetivo dictar los lineamientos y las
políticas que orienten al sistema y aprobar el Plan Nacional de Desarrollo. Igualmente

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determina que los consejos ciudadanos serán instancias de deliberación y generación de
lineamientos y consensos estratégicos de largo plazo, que orientarán el desarrollo nacional.

Que, el Art. 275 de la Constitución dispone que el Estado planificará el desarrollo del país
para garantizar el ejercicio de los derechos, y que la planificación propiciará la equidad social
y territorial, promoverá la concertación, y será participativa, descentralizada, desconcentrada
y transparente para la consecución del buen vivir.

Que, el Art. 278 de la Constitución establece que a las personas, las colectividades, y sus
diversas formas organizativas, les corresponde participar en todas las fases y espacios de la
gestión pública y de la planificación del desarrollo nacional y local, y en la ejecución y
control del cumplimiento de los planes de desarrollo en todos sus niveles.

En ejercicio de las facultades constitucionales y legales de las que se encuentra investida


expide la siguiente Ley de Participación Ciudadana:

INDICE

Título
Disposiciones generales
Objeto
Objetivos
Principios
Ámbito de aplicación
Normas relacionadas

Título II
Democracia directa
De la promoción de la democracia directa
Apoyo estatal para la iniciativa normativa popular

Título III
De la participación ciudadana en el ciclo de la política pública

Capítulo 1
Principios generales

Capítulo 2
La Participación ciudadana en el ciclo de la política pública en los gobiernos autónomos
descentralizados

Capítulo 3
La Participación ciudadana en el ciclo de la política pública a nivel nacional

Capítulo 4
La participación ciudadana en la Función Legislativa

Capítulo 5
La participación ciudadana en la Función Judicial

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Capítulo 6
La participación ciudadana en la Función Electoral

Capítulo 7
La participación ciudadana en la Función de Transparencia y Control Social

Capítulo 8
Privados que presten servicios públicos (o que manejen recursos públicos)

Título IV
Formación y educación para la participación ciudadana en la gestión de lo público
Comunicación educativa
Capacitación formal y no formal

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