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Crisis en
la sociedad
siglo
XXI
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Contenido
INTRODUCCIÓN
La crisis económica, la punta del iceberg 7
PRIMERA PARTE
Tendencias 17
CAPÍTULO 1
Pinceladas geopolíticas y económicas 19
CAPÍTULO 2
La hora de la tecnología 43
CAPÍTULO 3
Coordenadas culturales 63
CAPÍTULO 4
Tres fenómenos 75
CAPÍTULO 5
Coordenadas filosóficas 89
CAPÍTULO 6
El cáncer del relativismo 107
CAPÍTULO 7
Tendencias de la educación 123
CAPÍTULO 8
Megatendencias para la acción 141
SEGUNDA PARTE
Temas esenciales 159
CAPÍTULO 9
Lo esencial en la persona 161
CAPÍTULO 10
El trabajo, fuente de realización 179
CAPÍTULO 11
La familia, motor de cambio 197
CAPÍTULO 12
El cuidado de la casa grande 211
CAPÍTULO 13
Para construir sociedad 225
CAPÍTULO 14
Desafíos urgentes del liderazgo 243
CAPÍTULO 15
La ética y los valores ante la crisis 255
CAPÍTULO 16
Afirmación de la trascendencia 271
BIBLIOGRAFÍA 289
PRIMERA PARTE
TENDENCIAS
CAPÍTULO 1
Pinceladas geopolíticas
y económicas
La crisis de Occidente
tensión. Siempre se señala a Irán como canalizador de las iras del mundo
árabe y prestador de ayuda militar a esos países.
Los países se parecen cada vez más en sus mercados, en sus infraes-
tructuras, en sus medios de comunicación y en centrar sus esperanzas en
el progreso material de sus sociedades. Pero si descuidan su autenticidad
cultural, sus tradiciones, su historia y su peculiar idiosincrasia, van cayen-
do en una especie de internacionalismo pragmático, donde existe un ciu-
dadano del mundo que acaba por ser ciudadano de ninguna parte porque
ya no tiene lengua, cultura o religión propias.
Al cesar las políticas totalitarias, salen a relucir los conflictos que nun-
ca se superaron: las rivalidades étnicas, las ansias de dominio territorial,
las disputas religiosas, los deseos autonómicos, las eternas ambiciones
dictatoriales de los gobernantes, el poder que conservatiza, etc.
Ante eso hay quienes desearían volver al orden autoritario anterior,
como se ha visto en Rusia y en Polonia, por ejemplo. Pero la historia no
tiene reversa. Ahora se trata de que el nacionalismo y el regionalismo se
encaucen dentro de la democracia, no de que se conviertan en fuerzas
multiplicadoras de la inestabilidad.
La democracia en apuros
Dentro de cada país se ve claramente que cada día tiene más vigencia
una democracia participativa y deliberante, en la que ya no se le pueden
dar las espaldas a las grandes mayorías e incluso a las minorías. Las con-
sultas populares, los referendos revocatorios, los foros electrónicos, los
muchos mecanismos de control popular de las promesas electorales de
quienes llegan al gobierno, las audiencias públicas, el poder creciente de
los sistemas de participación a través de internet, todo eso indica que
las cosas están cambiando para bien. Eso incrementa la gobernabilidad y
pone de presente que tal vez las sociedades necesitan menos gobiernos
burocráticos y más descentralización política, administrativa y de delibe-
ración.
cebook o Youtube, por citar lugares comunes de la internet para las ge-
neraciones actuales. El mundo se ha convertido en una gran plaza pública
donde se debaten de igual manera todas las manifestaciones culturales y
sociales, pero donde converge también la decadencia de la sociedad occi-
dental y los productos más elaborados de la sociedad consumista.
Los hechos colectivos nos afectan de una manera común, sin distin-
guir su lejanía o procedencia. La guerra étnica en un país del África, las
elecciones del parlamento europeo, el proceso de paz de Colombia, el
campeonato de fútbol de un país cualquiera o una depurada técnica de
gestión en Japón, son manifestaciones de un movimiento permanente de
la historia, que nos llevan a tomar parte porque su impacto en la historia
global hace que se conviertan en causas y en asuntos por los que se expli-
ca el mundo contemporáneo.
Lo que hace varias décadas Daniel Hálevy llamó la aceleración de la
historia se ha incrementado por el influjo de la tecnología informática y
porque los fenómenos que antes se daban de época a época o de gene-
ración en generación, ahora se dan muchas veces dentro de una misma
generación y en forma inesperada, precisamente por la velocidad del ac-
ceso a la información y el conocimiento y por la rápida asunción de temas
políticos y sociales a nivel internacional. Los acontecimientos hoy se ex-
perimentan más rápidamente, hecho explicable por la interconectividad
global.
Del mismo modo la sensibilidad por los derechos humanos se ha con-
vertido muchas veces en el fiel de la balanza para medir la legitimidad
de los poderes políticos y militares, comprometidos tantas veces en las
severas violaciones de los mismos, que en ocasiones son denunciados por
organismos que, a su vez, son cuestionados por algunas faltas de impar-
cialidad.
El siglo XXI se presenta como el reino de la noticia-historia, es decir,
como el poder que tiene cualquier medio de comunicación para hacer
historia, para ratificar lo que debe ser historia o no. El acceso a las tecno-
logías informáticas ha llevado a que la historia menuda se popularice en
pie de igualdad con los sucesos más gruesos.
El mundo es ahora un microcosmos dominado por internet como pun-
to de convergencia de todos los medios de comunicación, de modo que
en cada instante los escenarios mundiales y sus protagonistas están bajo
los ojos de la humanidad entera. Nadie puede sentirse aislado o libre de
la prepotencia que los países ricos del Norte ejercen sobre los países po-
38 CRISIS EN LA SOCIEDAD SIGLO XXI
Trasfondo ético
La tierra en apuros