1 Epístola del Apóstol Pablo a los Romanos

Por Cuanto ha sido Justificado

El Justo por la fe, vivirá
Ro.1:16-17
170509

Has sido Justificado, vive como un justo

Porque no me avergüenzo del evangelio,

porque es poder de Dios para salvación
a todo aquel que cree;
al judío primeramente,
y también al griego.
Porque en el evangelio
la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Romanos 1:16-17

Dice Pablo que el desea predicar en Roma porque no se avergüenza del evangelio,
y no se avergüenza del evangelio porque es poder de Dios para salvación y es
poder de Dios para salvación porque en el evangelio la justicia de Dios se revela
por fe y para fe y menciona, Pablo, la necesidad de la salvación porque la ira de
Dios –Vs.18- se revela contra toda impiedad e injusticia de los hombres.

¿Qué es la justicia de Dios?

Para hacernos una mejor idea de lo que es la justicia de Dios, definamos primero
lo que es su santidad. Enseñan las Escrituras que Dios es santo, infinitamente
santo, eternamente santo. Dios es absolutamente distinto de todas sus criaturas,
su realidad y existencia son diferentes, Dios en sí mismo es diferente de todo lo
creado.

Ex.15:11
¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?

1Sa 2:2
No hay santo como Jehová;
Porque no hay ninguno fuera de ti,
Y no hay refugio como el Dios nuestro.

Is.57:15
Porque así dijo el Alto y Sublime,
el que habita la eternidad,
y cuyo nombre es el Santo:
Yo habito en la altura y la santidad. . .

Os 11:9
No ejecutaré el ardor de mi ira,
ni volveré para destruir a Efraín;
porque Dios soy, y no hombre,
el Santo en medio de ti;
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El Justo por la fe, vivirá
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y no entraré en la ciudad.

Además, Dios es moralmente santo, está “separado” del mal moral, del pecado.
Dios eternamente quiere y mantiene su excelencia moral, aborreciendo el pecado
y exigiendo pureza a sus criaturas morales, Dios no tiene y no puede tener
comunión con el pecado:
Job 34:10
Por tanto,
varones de inteligencia, oídme:
Lejos esté de Dios la impiedad,
Y del Omnipotente la iniquidad.

Siendo Dios santo, santo, santo y siendo inmutable, debe mantener la coherencia
con su propio carácter, con su santidad y por lo tanto debe juzgar y condenar lo
que es opuesto a El, el pecado. Esa es la justicia de Dios:

“Es el carácter o cualidad de ser recto o justo. Denota un atributo

de Dios que significa esencialmente lo mismo que su fidelidad, o
veracidad, aquello que es consecuente con su propia naturaleza y
promesas. Dios ni es indiferente ante el pecado ni lo considera de
manera ligera. Al contrario, demuestra aquella cualidad de
santidad en Él que tiene que hallar su expresión en su condena del
pecado.”

Eso es lo que sucedió en el Edén:

Gn.2:16-17
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo:
De todo árbol del huerto podrás comer;
mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás.

Pero el hombre desobedeció, no actuó conforme a la voluntad de Dios, actuó por

fuera de la regla que Dios había establecido, actuó con injusticia:

Gn.3:6
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer,
y que era agradable a los ojos,
y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría;
y tomó de su fruto,
y comió;
y dio también a su marido,
el cual comió así como ella.

Así que Dios, siendo moralmente santo, estando separado del mal moral, siendo
inmutable, manteniendo la coherencia con su propio carácter, con su santidad y
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exigiendo pureza a sus criaturas morales, juzgó lo que se opuso a El, el pecado,
aplicó justicia; sentenció a la serpiente “Por cuanto esto hiciste, maldita serás
entre todas las bestias . . la simiente de la mujer te herirá en la cabeza”;
sentenció a la mujer: “Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces. . .
tu deseo será para tu marido. . . él se enseñoreará de ti”. Sentenció al hombre:
“maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu
vida . . .” y finalmente los apartó de sí mismo o mejor, El, Dios se apartó de ellos,
los echó del huerto del Edén.

A partir de ese momento, muestra la Biblia como el hombre, muerto en delitos y

pecados, día a día se aparta mas de Dios: Caín asesinó a Abel, Lamec amenazó,
es tal la maldad que el hombre violó el orden divino del matrimonio, Noé perdió el
dominio de sí mismo, Cam escarneció a su padre, el hombre lleno de soberbia
pretendió igualarse a Dios tratando de alcanzar los cielos con una torre.

El hombre en general desarrolló un sistema religioso idólatra. Una de las naciones

que mas profundamente cayó en la idolatría, fue Ur de los Caldeos, allí vivía una
familia especializada en servir a dioses extraños, era la de un pagano llamado
Taré, hombre especializado en idolatría, Jos.24:2.1 En Ur de los Caldeos se
cometían asesinatos rituales y se daba culto a Nannar, el dios lunar a quien se le
habían construido lugares de adoración en todas las grandes ciudades del país.

Vivir en Ur era vivir en un ambiente religiosa y moralmente depravado.

En medio de tanta idolatría y perversión moral, cualquier día, de manera

inesperada, Dios le habló a uno de los miembros de aquella familia especializada
en servir a dioses ajenos. Dios ordenó cuatro exigentes acciones a ese hombre:
Gn.12:12 vete de tu tierra, vete de tu parentela, vete de la casa de tu padre, vete
a la tierra que te mostraré. Es decir, le llamó a abandonar todo lo que para el
representaba seguridad y desarrollo, para dirigirlo a una tierra que no conocía y
que posiblemente no le ofrecería amparo alguno. Imagínese cuantos pensamientos
pasaron por la mente de este hombre de 75 años llamado Abram, Dios
soberanamente le ordenó dejar su nación, sus ídolos, su familia, la casa de su
padre y también soberanamente le hizo una promesa incondicional:

Gn.12:2-3
Y haré de ti una nación grande,
y te bendeciré,
y engrandeceré tu nombre,
y serás bendición.

1
Jos 24:2 Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres
habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y
servían a dioses extraños.
2
Gn.12:1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de
tu padre, a la tierra que te mostraré.
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Bendeciré a los que te bendijeren,

y a los que te maldijeren maldeciré;
y serán benditas en ti
todas las familias de la tierra.

¿A quién fue a quien Dios demandó obediencia y ofreció bendiciones? A un injusto,

pagano, idólatra que ha crecido y vivido en medio de una perversa nación. Pero
aquí Dios está prometiendo bendiciones a ese idólatra pagano. Dios le está
presentando el evangelio, le está presentando salvación, que no es otra cosa que
arrepentirse del pecado, apartarse de él y creer en Jesucristo y tan solo en
Jesucristo como único Señor y Salvador, porque Jesucristo es la Promesa.

Dios le está llamando a apartarse de su entorno idólatra y pecador y le está

llamando a creer en unas bendiciones que apuntan a nuestro Señor Jesucristo;
para nosotros hoy, por cuanto tenemos las Escrituras es evidente el cumplimiento
de esas promesas, la nación de Abram es grande y su nombre ha sido
engrandecido, justamente por el evangelio han sido y siguen siendo benditas
todas las familias de la tierra. Pero para Abram, era absolutamente imposible
creer, el estaba muerto en delitos y pecados.

Ahora, debemos tener en cuenta todo el contexto de la salvación, Abram, como

cualquier otro creyente, de cualquier tiempo, fue incondicionalmente elegido para
salvación desde antes de la fundación del mundo, Cristo murió en la cruz para
expiar los pecados de los creyentes de todos los tiempos, incluido Abram y la
gracia irresistible operada por el Espíritu Santo, sin duda alguna ya estaba
actuando en Abram cuando Dios le llamó a dejar todo para ir tras la Promesa.

¿Y qué hizo Abram ante el llamado de Dios? En medio de su perversa idolatría,

recibió el soberano mandato de apartarse de todo su entorno de pecado y recibió
también, por gracia y soberanamente unas promesas que no serían de
cumplimiento inmediato, ¿Qué hizo Abram? Por la pura y misericordiosa gracia de
Dios, este injusto, pagano, idólatra, le creyó a Dios. . . dice Génesis 12:4:

Y se fue Abram, como Jehová le dijo.

Abram, le creyó a Dios y actuó en consecuencia. . . se fue, por eso es que Pablo
en Romanos dice: “en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe”
Dios le presentó el evangelio a Abram y este por fe entendió su condición de
pecado, entendió la justicia de Dios, quien debe actuar coherentemente con todo
lo que es en sí mismo y por ese mismo evangelio Abram actuó, tomó un camino,
se fue. . .

A primera vista Gn.12:4 es un versículo poco diciente. . . Y se fue. . . Abram se

fue, pero es mas que eso, Abram se fue, porque Dios se lo dijo, no hay un solo
versículo en la Biblia que no sea importante, la implicación de la expresión: “Y se
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fue Abram, como Jehová le dijo” es importantísima, muestra que Abram le creyó
a Dios y por lo tanto se apartó de todo lo que Dios le dijo que se apartara y se fue
tras la promesa dada por Dios. Eso es fe. Por eso en Gn.15:6 las Escrituras
aclaran y amplían el concepto:

Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.

Que creyó en Jehová, quiere decir que Abram consideró a Dios digno de plena
confianza o fe. Mas que creer en las palabras de Dios, Abram creyó en Dios
mismo, lo que originó una relación especial con Dios mas que con sus promesas.

Ahora, dice Pablo en Romanos que: en el evangelio la justicia de Dios se revela

por fe” ¿De qué manera, mediante el evangelio, la justicia de Dios le fue revelada
a Abram?

¿Cómo, siendo Dios santo, santo, santo, inmutable, recto, justo y que debe
mantener la coherencia con su propio carácter, con su santidad y por lo tanto
debe juzgar y condenar lo que es opuesto a El, el pecado, pudo tener por justo a
Abram?

Porque como dice Gn.12:4 Abram se fue, como Dios le dijo. Abram se fue porque
le creyó a Dios, porque tuvo fe en la promesa, que es Cristo, así lo explica el
erudito William Hendriksen:

“El Señor “estimó” o “consideró” o “contó” a éste “impío”, si, a

este pecador, a saber, Abraham, como algo que en sí mismo y por
sí mismo el no era, a saber, justo. Dios pudo hacer esto sin llegar
a ser de ninguna manera injusto, debido a la certeza que el
Mesías venidero obtendría por medio de su sacrificio voluntario
esta gran bendición para Abraham y para todos aquellos que
comparten la fe de Abraham”3

Es decir, en el momento mismo en que Abram creyó, le fue imputada, acreditada

la justicia de Cristo.

Abram era un pagano idólatra, él ni era justo, ni tenía justicia pero dice Pablo en
Romanos 1:16-17 : en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe, es decir, en
“las buenas nuevas del Reino de Dios y de la salvación a través de Cristo, que
deben ser recibidas por la fe, sobre la base de su muerte expiatoria, su sepultura,
resurrección y ascensión”, la justicia de Dios se revela por fe. En el evangelio Dios
descubre, quita, descorre el velo, declara la verdad en dos sentidos: primero: Dios
muestra su carácter de rectitud, Dios es justo y por tanto él no es indiferente ante
el pecado ni lo considera de manera ligera. Al contrario, demuestra aquella

3
Hendriksen William - Comentario al Nuevo Testamento, Romanos; Ed. Libros Desafío, E.U.; 2001,
pag. 166.
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cualidad de santidad en Él que tiene que hallar su expresión en su condena del

pecado y en un segundo sentido, mas relevante, muestra que su justicia es:

“el don de gracia de Dios a los hombres por el cual todos

los que creen en el Señor Jesucristo son introducidos a la
correcta relación con Dios. Esta justicia es inalcanzable por
obediencia a ley alguna o por cualquier mérito propio del
hombre, o por cualquier otra condición que no sea la de la
fe en Cristo … El que confía en Cristo viene a ser «justicia de
Dios en Él» (2Co_5:214); esto es, viene a ser en Cristo todo
aquello que Dios demanda que sea un hombre. Debido a que
Abraham aceptó la Palabra de Dios, haciéndola suya mediante
aquel acto de la mente y del espíritu que recibe el nombre de fe,
y, como demuestra lo que sucedió posteriormente, sometiéndose
a su control, por ello Dios lo aceptó como uno que cumplió todas
sus demandas ».

De ahí que la Palabra de Dios dice en Ro.4:3 “Porque ¿qué dice la Escritura?
Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia”.

Dios no pidió nada a cambio, no exigió nada, fue incondicional, de manera

soberana Dios le ordenó a Abram apartarse de su entorno de pecado, dejar los
ídolos e ir a una cierta tierra, sin que en Abram hubiera algo bueno, sin un solo
mérito en Abram, Abram creyó en la promesa que apuntaba y señalaba a Cristo, a
su obra redentora en la cruz, tuvo fe, reconoció su condición de pagano idólatra
que vivía de manera injusta y se apartó de su pecado, se fue.

El ejemplo de Abraham, no es el ejemplo del comportamiento de Abraham, sino el

ejemplo de la gracia de Dios en Abraham y de todo hombre que haya sido
predestinado para ser salvo.

Todo aquel hombre que es injusto, todo aquel ser humano que no puede
presentarse ante Dios conforme a su carácter y cualidad de ser recto, justo,
conforme a la propia naturaleza y promesas de Dios, - y eso nos incluye a todos
los seres humanos, de todas las épocas pasadas y futuras-, todo aquel ser
humano que no puede ser coherente con el carácter de Dios y que necesariamente
debe ser juzgado y condenado por su pecado, una vez que es “expuesto al poder
de Dios para salvación”5, que es el evangelio, si y solo si, por fe, -fe que es dada
por Dios-, cree en Jesucristo como su Salvador, es salvo, es decir la justicia de
Dios le ha sido revelada por fe y le ha sido revelada para que viva por fe, para que
a partir de ese momento viva conforme a. . . , de acuerdo a. . . esa fe, lo que se

4
2Co.5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia (δικαιοσύνη) de Dios en él.
5
Romanos y las Escrituras en general enseñan que solamente quienes desde antes de la fundación
del mundo fueron predestinados para ser salvos, recibirán el evangelio por fe y para fe.
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traduce en una vida santa y de permanente santificación y en frutos dignos de

arrepentimiento, por cuanto ahora esta persona se rinde y somete al señorío de
Jesucristo.

Dice el Espíritu Santo por pluma de Pablo: "Porque en el evangelio la justicia de

Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá".

A Abram le fue revelada la justicia de Dios, por fe, por eso fue salvo, conocemos
esa doctrina, como la doctrina de la justificación, pero también la justicia de Dios
le fue revelada “para fe”, conocemos esa doctrina como la santificación.

Justificación y santificación son diferentes, pero van unidas, la justificación

necesariamente conduce a la santificación, somos pecadores arrepentidos, aun
hay pecado remanente en nosotros, pero es nuestra responsabilidad vivir una vida
santa, de lo contrario es evidencia de que no hemos sido justificados, sino que
nuestra fe, es una fe intelectual, pero no salvadora.

Abram, creyó y de ahí en adelante vivió conforme a lo que creyó, la justicia de

Dios le fue revelada por fe y para fe, por eso, vivió conforme a la fe, por ejemplo:

Abram obedeció el mandato, partió de Ur con su esposa, caminó durante casi un

año para llegar a Canaán y en Siquem edificó un altar a Jehová.

Pasó después a Bet-el, donde erigió otro altar, invocando el nombre de Jehová,
Gn. 12:6-86.

Abram rehusó tomar ni un hilo del despojo que le ofrecía el rey de Sodoma; no
quería enriquecerse de tal procedencia, Gn.14:22-237; pero recibió la bendición de
Melquisedec, a él le dio diezmos de todo.

Para probar su fe, Dios le ordenó ofrecer en holocausto a Isaac, Abraham

obedeció, y si no hubiera intervenido la mano de Dios, hubiera dado muerte a su
hijo, creyendo «que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos»

Abram por fe, vivió como un peregrino, a la muerte de Sara tuvo que comprar un
terreno para tener un sepulcro en la tierra (Gn. 23).

6
Gn.12:6-8 Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y
el cananeo estaba entonces en la tierra. Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia
daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. Luego se pasó de allí a
un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente;
y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová.
7
Gn.14:22-23 Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo,
creador de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de
todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram.
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Fiel a su fe, Abram cuidó que Isaac no contrajera matrimonio con las hijas de los
cananeos, así que envió a su siervo a su propia familia para conseguir una esposa
para Isaac.

En un contexto religioso tan degenerado como el de la época en

que vivió, lleno de fetichismo, animismo, totemismo, divinidades
astrales, dioses de la naturaleza, y los dioses nacionales que
incluía magia, astrología y adivinación Abraham se mantuvo en su
fe, creía en un Dios todopoderoso, Gn.17:18, eterno, Gn.21:339 y
Altísimo, Gn.14:2210; Señor y Creador de los cielos y de la tierra,
dueño real y legítimo de toda la creación, Gn.24:311, Juez justo,
administrador del mundo, Gn. 18:2512. Abraham creyó a Jehová,
al Dios único que le había llamado, Gn.15:613; cp. Ro. 4:3; Gá.
3:6); y lleno de fe en El, obedeció, adoró y mantuvo la honra a su
Dios14.

Así que en el versículo 17 de Romanos 1 Pablo dice: “Porque en el evangelio la

justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la
fe vivirá” sintetizando de una manera extraordinaria las doctrinas de la
justificación y de la santificación, la una no puede ir sin la otra, por eso finaliza el
versículo afirmando: “Mas el justo por la fe vivirá” para enseñarnos que quien por
la gracia de Dios ya ha sido justificado, es decir, “el justo” vivirá conforme a esa fe
en Cristo que le ha salvado.

Ahora, toda la obra de la justificación fue llevada a cabo por nuestro Señor
Jesucristo, El es el fundamento, el cimiento; la justificación tan solo es posible por
fe en Jesucristo, fue el quien murió en la cruz.
Rom 3:21-25 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la
justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la
justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los
que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo

8
Gn.17:1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo
soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.
9
Gn.21:33 Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová
Dios eterno.
10
Gn.14:22 Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo,
creador de los cielos y de la tierra.
11
Gn.24:3 y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás
para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito.
12
Gn.18:25 Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo
tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es
justo?
13
Gn.15:6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
14
Tomado y adaptado del Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, Vila-Escuain, Ed. Clie, España, 1985,
pag.12
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justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención

que es en Cristo Jesús.

Ro.5:6-8 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo

murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un
justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el
bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Hermano en Cristo,

¿estás viviendo una vida de santidad? ¿te estás esforzando cada día por agradar a
tu Dios? . . . . le creyó a Dios y le fue contado por justicia

Incrédulos

Este es un amoroso llamado a quienes no han creído en Jesucristo como su único

y suficiente Salvador y Señor.

Hoy ustedes están muertos en delitos y pecados, viviendo dentro del mismo
contexto de paganismo e idolatría, como vivía Abram al momento de ser llamado
por Dios, eso es gravísimo, porque en este mismo momento ustedes son objeto de
la ira de Dios, si no se arrepienten y si mueren sin arrepentirse de sus pecados y
creyendo en Jesucristo y solo en Jesucristo como su Señor y Salvador, irán por los
siglos de los siglos al horroroso infierno.

Pero hoy mismo, la misericordia y la gracia de Dios está disponible para ustedes,
el Dios santo, santo, santo que llamó y salvó a Abraham hace 4000 años es
inmutable, Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos y así como tiene
las mismas exigencias de arrepentimiento y santidad, tiene las mismas promesas
de redención y salvación.

Hoy Dios te está exigiendo abandonar tu pecado, abandonar tus ídolos,

arrepentirte, pero al tiempo te ofrece la mayor de las bendiciones, no importa que
tantos, ni que tan graves sean tus pecados, incondicionalmente hay salvación en
Cristo, vida eterna, créele a Dios, se salvo.