You are on page 1of 39

revistateína

poemas
Martín López–Vega 36 estrategias

Edición electrónica
Distribución libre y gratuita
revista teína | www.revistateina.com
Diseño: Raimundo DG | www.rmddg.com.ar
© 2004
Martín López–Vega 36 estrategias

Antología poética realizada por el autor (incluye poemas inéditos)


Edición electrónica
Distribución libre y gratuita
revista teína | www.revistateina.com
Diseño: Raimundo DG | www.rmddg.com.ar
© 2004
Cogiendo moras en Poo de Llanes

Era todo un ritual


la recogida de moras;
escoger las más maduras
—un negro presagio.
Y había siempre una voz
que avisaba a las manos infantiles:
No cojáis las que crecen
al lado de la carretera.

Los rostros más dulces del amor


me han recordado siempre
a la misma niña que busca la forma de las nubes
con la boca sucia de moras.
Esas moras son para mí la cifra de la infancia,
que es el verano inconsciente de la vida.
Cuando no hemos salido apenas al mundo
cada color es nuevo y ningún dolor es indeleble.

Hace tiempo que no cojo moras


en los caminos ni al lado de la carretera.
Han desaparecido las frutas,
y cuanto nos rodea no son sino secos arbustos.

“ 3 6 E ST R AT E G I AS ” M A RT I N L O P E Z – V E G A | R E V IS TA T E I NA 1
En brazos del sueño
Canción de los indios norteamericanos

Quién fuese la cinta que te ciñe la frente,


para estar cerca de tus pensamientos.
Quién fuese el maíz
que anda libremente por tu boca.
Quién fuese en tu cuello el viento
caluroso, o en la tempestad de tu sangre.
Quién fuese la lana colorida del telar
que se enreda dulcemente entre tus dedos.
Quién fuese la túnica leve
sobre el leve latido de tu corazón.
Quién fuese la arena de tu calzad o
que osa acariciar los dedos de tus pies.
Quién fuese parte de tus pensamientos nocturnos
cuando, en brazos del sueño, gimes.

“ 3 6 E S T R AT E G IA S ” M A RT I N L O P E Z– V E GA | R E V IS TA T E I NA 2
Las bañistas

Me pregunto si alguna vez duerme el deseo, Contemplar la escena


si es posible, por ejemplo, contemplar en sí misma,
a esas bañistas del río que componen la canción salvaje de sus cuerpos al sol,
un cuadro de extraña belleza sin pensar en mi hipotética presencia en ella,
y escuchar tan sólo la secreta música del instante, que habría de romper esa armonía,
el arrullo del río, la perfecta composición sin pensar en acariciar esos muslos y esos pechos,
de los tres cuerpos y ese árbol solitario ni en besar los labios que apenas se adivinan
de la orilla. en la escondida distancia.
Admirar por sí misma
la curva fluvial de sus pechos, de sus nalgas , Me pregunto si alguna vez duerme el deseo,
la canción de su juventud y la de la risa y si duerme alguna vez la memoria:
que comparten si sería posible también
tras algo que ha dicho una de ellas. contemplar esa escena
Observar y no reconocer un río recordado,
quieto el lunar estratégico de otro cuerpo amado,
cómo otra se suelta los negros cabellos la risa que una vez provocamos en ciertos labios.
salpicando a las demás,
que vuelven a reír, ¿Duerme el deseo? ¿Duerme la memoria?
conscientes de haber alcanzado No duerme la pregunta.
alguna secreta armonía con el mundo.

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 3
Metamorfosis

Me acercaré a ti cantando y mi canto


será tan dulce que me acogerás con caricias
y se obrará la metamorfosis:
estaremos
a orillas del río de Lacedemonia,
tú tendrás otro nombre y yo, otra piel.
Un cisne seré entre tus muslos aprisionado
mientras tú te reclinas con un gemido
sin saber aún lo que va a ocurrir
y ya mi cabeza y mi cuello están dentro de ti,
y mi pico mojado en el agua de la fuente
que mana de tu vientre blando abierto
como una flor demasiado hermosa.
Sé que me esperabas. Muy suavemente
picoteo tus pezones –cerezas de amor-
tu nuca -nervio exaltado del placer-
tus axilas tus dedos cada parte de ti.
Aprietas aún más tus muslos
te rodeo con mi cuello
entro más dentro de ti
y te abrazo con mis alas
que son para volar tú
hasta el océano de la satisfacción plena.

“ 3 6 E ST RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R E V I S TA T EI N A 4
Crudeza

Lo más delicado es la crudeza.


Crudeza
de la carne desnuda y exhausta,
del cerebro abierto sin anestesia.
Acaricia mi carne viva,
no mi piel abonada de células muertas.
Dirígete a quien soy en lo oscuro.
Arráncame la piel muerta,
quítame las espinas, sufre las heridas
de la limpieza, hazme daño para sanarme
y yo haré lo mismo. No es la piel
lo dulce del fruto.

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R E V I S TA T E I N A 5
La piedra de Mi Fu

Contemplo el paisaje de la tarde.


Un caracol avanza por un muro,
un árbol tararea la canción del verano.
Más deprisa o más despacio,
todo esto cambiará.
Yo pido: algo que no cambie.
Todos moriremos, los árboles también.
Quién se sorprenderá por ello.

Una vez, en Wuwei,


Mi Fu vio un peñasco gigantesco
de una extravagante fealdad.
Vistió su traje de ceremonia
y se postró ante el peñasco
llamándolo "querido hermano mayor".

Las rocas perderán su forma,


todo será parecido y nada permanecerá.
Yo pido: algo que no cambie.
El rocío del amanecer me ha invadido
colándose por los poros de mi piel.
Soy parte de todo. Por fin entiendo.

“ 3 6 E ST RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R E V I S TA T EI N A 6
Carta a un arqueólogo

Dividirás el suelo en parcelas, numerarás Y si encontraras, entre piedra


cada metro de tierra pacientemente removida, y barro y agua estancada
cada centímetro, seleccionarás los restos: un acento dubitativo
fragmentos para reconstruir una edad al hablar una lengua extraña; una mirada de amor
de la que nada sabes, un tiempo que erró el disparo –flecha lanzada por un tirador poco experto;
en el que te mueves a tientas, que en el fondo el tacto de nuestros dedos al acariciar
poco te importa –aunque crees, vanamente, las primeras briznas de la primavera,
que reconstruir ese puzzle, que hallar un significado esas cosas, déjalas;
para esos pedazos puede revelarte algo del sentido no te ayudarán a reconstruir el cuerpo
de tu propio tiempo, de tu propia vi da: del Tiempo –ese dinosaurio robusto e implacable.
un espejo roto. Colecciona piedras, amontona huesos, divide el suelo
Excava cuanto quieras, en secciones simétricas: no encontrarás nada que importe.
recoge trozos de barro, imagina el dibujo Cuanto importa desaparece. No está bajo tierra.
de los muros entre los que anduvimos, evoca También tú buscas en vano, como nosotros buscamos.
si quieres
una noche en que el sueño no tenga caminos
cómo fueron nuestras vidas, qué buscamos.
Recoge si así lo deseas nuestros huesos, busca
al limpiarlos con el pincel, al acariciarlos,
las caricias que nosotros sentimos en la piel –pero esa
no podrás verla, tocarla.

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 7
Susana ve pasar los barcos
A Susana Reisz, en Roosevelt Island

Susana ve pasar los barcos cada noche Cicatrices que ya no se recuerda de qué golpe fueron
Ella está sentada frente a su ventana Cicatrices que tal vez ni siquiera fueran nuestras
escuchando a los héroes de Haendel Cicatrices memoriales Cicatrices que son fuentes
en la voz de Andreas Scholl
mientras su memoria le dicta insomne Susana ve pasar los barcos cada noche
No estamos hechos de las cosas que recordamos No les hace ningún gesto Pero a su modo los despide
Estamos hechos de cuanto no conseguimos olvidar Les dice Ah salúdenme a aquel que ya no conoceré
Y ve pasar los barcos Cada noche ve pasar los barcos Denle recuerdos a aquella que fui

Barcos que no sabe a dónde irán Susana sabe que los barcos no la escuchan
Barcos que tal vez sean los mismos cada noch e Pero se llevan sus saludos que no llegarán a su destin o
Barcos insomnes Barcos centinelas Que acabarán en algún lugar del que todo lo ignora

Susana ve pasar los barcos como preguntas Susana ve pasar los barcos Cada noche ve pasar los barcos
No dejan estelas Dejan signos de interrogación
Susana ve pasar los barcos como días
No dejan cicatrices Pero sí el dolor de las cicatrices

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R E V I S TA T EI N A 8
Café Luxembourg

El parque ya ha agotado las escasas


monedas que dejó el otoño. Pronto
la hojarasca será sólo un recuerdo,
el día un breve descanso
entre una noche y otra noche.
Ya se ha desvanecido la ebriedad de palabras
con que recibimos la tarde,
aquí mismo, con un café
y el recuerdo de otras ciudades.
Tan sólo queda la melancolía.
Sé que será inútil intentar
no entristecerse ahora,
pero también que será breve,
que, como todo, la tristeza es pasajera.
Contemplo cómo pasa la gente
del otro lado del cristal,
invento sus historias, juego —sintiéndome
por un momento dios—
con sus inútiles vidas.

Un hombre barre las hojas.


Como el de nuestras vidas,
su oficio es un vano intento
de borrar el pasado;
el resultado, tan sólo
haber facilitado el camino al invierno.
“ 3 6 E S T R AT EG IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 9
El invierno en Llanes
Dangerous pavements
but this year I face the ice with grandfather's stick
Seamus Heaney

Mi abuelo me había hablado de estas cosas: el invierno Hoy que los caminos se abren ante mí
no es la nieve, tan extraña en los pueblos de la costa; más resbaladizos que de costumbre,
el invierno no es sentir cómo la lluvi a helados por las dudas antiguas,
te cala los huesos, es sentirla salgo de igual modo a la calle,
penetrar por las mil cicatrices del alma, resignado, pero libre de temores,
muy despacio, inevitablemente. Es sentir afrontando el hielo con el bastón de mi abuelo.
el frío no en las piernas al volver a casa,
sino en las yemas de los dedos
por cada tacto no recordado. En realidad
mi abuelo nunca me dijo estas cosas; o al menos
no me las dijo claramente, me las dejó leer
en el cansancio de sus ojos, o tal vez
las leí a escondidas mientras él las releía
escritas con letra indeleble, punzante, con letras de sal
en la carne viva de su propio corazón. Aquel dolor
me resultaba entonces incomprensible, de tan antiguo.
Hoy que el invierno llama a mi puerta, no muy fuerte,
porque no es necesario, porque sé que no me qued a
otro remedio que dejarlo entrar, he recordado
aquellos ojos; su forma de caminar, tan rápida,
no por llegar antes, ni por huir, a sabiendas
de que aceptar tarde la derrota no la atenúa.

“3 6 E S T R AT EG IA S ” M AR T I N L OP E Z– V E GA | R E V IS TA T E I NA 10
Los cerezos y el río

Una tarde de hace muchos años


en una casa de la infancia
sentado en el porche
me acunó el sueño.

Cuando desperté
habían florecido los cerezos.
Herido de hermosura
salí corriendo hacia el río.

El río traía
de lejos un olor extraño.
Y también un símbolo:
animales muertos.

Desperté de nuevo.
Todo había sido un sueño.
Los cerezos no habían florecido.
Bajé al río: sus aguas bajaban claras,

pero se llevaban lejos un negro reflejo.

“ 3 6 E S T RAT E G IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 11
Miss Constable

Aquellos a quienes añoramos,


¿por qué vuelven a entrar en nuestra vi da?
¿Por qué no habitan para siempre
en el país sin noche de los sueños?
Aparecen,
dicen breves palabras de amor
y con la voz de un extraño
hacen que se rompa
nuestro corazón sin ruido...

“3 6 E S T R AT EG IA S ” M AR T I N L OP E Z– V E GA | R E V IS TA T E I NA 12
Las islas perdidas

Entrevistas entre la niebla, las ignoramos. Y ahora vuelve el aroma de aquellas islas,
de aquellas playas en las que no quisimos desembarcar,
La mayoría; porque hubo otras también de todas las veces en las que dijimos no por aguardar
que avistamos claramente en días soleados, un sí más intenso que no llegó nunca.
llegó hasta nosotros el olor de sus frutos,
oímos los cantos y las danzas en la orilla de sus playas. Y ahora pensamos que tal vez hayamos dejado
pasar la vida por buscar la vida.
Y, sin embargo, pasamos de largo. Y ahora pensamos que tal vez
no haya más islas que aquellas a las que ya
Pensamos que era mejor el destino que nos aguardaba, no podremos nunca regresar.
que no valía la pena demorar la llegada
en aquellos oasis imprevistos. Islas de paz. Islas que nos aguardaban
y que partieron, sin decir a dón de,
Y hoy son el símbolo de algo aquellas islas en busca de sus propias islas
que ignoramos deliberadamente, azules al sur de los días.
las canciones llenas de dulzura
a las que cerramos los oídos,
los labios que rechazamos.

Pues no alcanzamos nunca aquel destino último


que era la cifra del viaje y del camino,
aquel por el que merecía la pena decir no a todo lo demás,
aquel que fue la vida y acabó la travesía
y el destino y la travesía no fueron nada.

“ 3 6 E S T R AT EG IA S ” M AR T I N L O P E Z– V E GA | R E V IS TA T E I N A 13
Brindis

Brindo por el temblor y la incerteza.


No conozco otro amor más que la Duda.
La copa que sostengo la abraza la hiedra
y es de fría roca –y aún así
es la Vida el licor con el que me embriago.
Me miraste y supe que te alejarías.
¿Qué puede dar quien no tiene más que ansia
a quien sufre de su mismo mal?
Brindo por el dolor y por la pérdida.
Rebosa mi copa el agua de la Estigia.
Mi flor es la zarza y mi alegría la pena.
A mi forma de felicidad la llaman Melancolía.

“ 3 6 E S T R AT EG IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 14
Árboles de las afueras de Martigues

¡Árboles de las afueras de Martigues!


Retorcidos sobre vosotros mismos,
me recordáis mi corazón dubitativo.
Extraños como el dibujo de un niño o un loco,
reconozco en vosotros mi verdadera imagen.
¿Por qué he tardado tanto en encontraros, hermanos míos?
Celebremos ahora la dicha de reunirnos finalmente.
Reveladme la manera de soportar las horas peores del invierno;
yo os diré de la dicha de vagar y el desconsuelo del regreso.
¿Acaso vuestra savia repite, insomne, un nombre?
De ese nombre será un eco el que no olvido.
Pero enseguida partiré. Que también iguales somos
en soledad, en el deseo de alcanzar un destino más alto,
y en la certeza triste de saber
que encontrar un hermano es siempre un espejismo.
¡Árboles de las afueras de Martigues!,
olvidadme enseguida, y yo haré otro tanto.

“ 3 6 E S T R AT EG IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R E V IS TA T E I N A 15
Carta desde C̆unovo

Estoy junto al Danubio, amor.


Te escribo a media mañana
frente a las colinas de Hungría
mientras alzan el vuelo los gansos salvajes
y un pato se sumerge en el agua erizada.
Cuando estoy sin ti colecciono lugares
en los que me gustaría estar contigo.
Hoy quiero abrazarte y sin embargo
sólo podría acariciar la rugosa piel del río.
Pero es un animal que hoy también me rehuye.
El viento trata de ondearme
como si fuese una bandera
y yo ni siquiera me siento capaz
de ser mi propio símbolo.
A veces, lo sabes, uno piensa
que busca una respuesta y lo cierto
es que aún no ha encontrado siquiera la pregunta.
Una pregunta que hoy podría ser tal vez
cuál es mi sitio, y el tuyo,
esta mañana de fines de septiembre,
y de qué somos bandera.

C̆unovo, 21 septiembre 2004

“ 3 6 E S T R AT EG IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 16
Torre de Wittemberg

Leo la inscripción sobre tu puerta, torre de Wittemberg:


"Bienvenidos los perdidos y los solitarios,
los extraviados, los olvidados, los sin nombre".
¿Dónde están todos, pues, si eran bienvenidos?
¿Acaso no llegó hasta aquí ninguno de ellos?
Solo yo ante tu puerta, torre de Wittemberg,
leo tu bienvenida y me siento acogido.
Bienvenido por perdido, pues tiempo ha que no sé
cuál ha de ser mi camino,
bienvenido por solitario, pues que solo he llegado,
bienvenido por extraviado, que ni volver sabría,
por olvidado, que bien sé que nadie ha de echarme de menos,
por sin nombre, que he olvidado el mío y el de los míos.
He encontrado mi casa. Pero ¿y el resto de perdidos,
de solitarios, de extraviados, de olvidados, de sin nombre?
Sé que hubieron de pasar por aquí: ésta es la encrucijada
que buscaban. ¿Se han vuelto invisibles por evitar
la compañía de sus semejantes? ¿O comprendieron
que no hay hogar para quien acogerse a tal bienvenida pueda?
Oigo el gemir del viento: tal vez sea un largo monólogo suyo.
Acaricio las hierbas: quizás sean sus manos, que saben al fin del cariño.
¿Dónde están todos? ¿A dónde habría de seguirlos, de seguir?
Torre de Wittemberg, a todos acoges, nadie te habita.

“ 3 6 E S T R AT EG IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 17
Godric

Una lápida del norte de Inglaterra Con la espada rota iría yo hacia el enemigo
representa un grupo de guerreros nortumbríos. esta noche, por acompañar a mi señor
Uno blande una espada rota; a lo oscuro, si no fuera
todos han arrojado sus escudos; porque no tengo señor ninguno,
su señor ha muerto en la batalla porque sólo me queda huir, como Godric,
y ellos avanzan para hacerse matar, porque estoy solo en esta noche sola
obligados por el honor a acompañarle. sin señor ni enseña ni nada
Cuanta menos sea nuestra fuerza, por lo que merezca la pena blandir la espada.
más animoso debe ser nuestro corazón.
Aquí yace nuestro señor, el que más valía,
hecho pedazos, en el polvo.
Quien se rinda lo lamentará para siempre.
Mis años son ya muchos
y quiero quedarme a descansar
junto a mi señor, a quien tanto he admirado.
Así dice uno de los sajones
en un pasaje de la Balada de Maldon
y eso parece decir un hombre con la espada rota
en la lápida del norte de Inglaterra.

“ 3 6 E ST RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E G A | R E V I S TA T EI N A 18
Como si Chagall nos hubiera pintado

Como la niña que en la fiesta


siente que el globo
tira de ella hacia el cielo
así cuando te abandonas
sé que mi amor te eleva.
Sé también que viene a veces
una negra sombra,
el temor del espejismo.
Pero todo es real.
Incluso el vuelo es real.
Pisotea tus preocupaciones
como si fueran cucarachas
y deja que tus pies alcen el vuelo.
Yo te prometo que no perderás
tu centro de gravedad

y como si Chagall nos hubiera pintado


volaremos sobre las ciudades.

“ 3 6 E ST R AT E G I A S ” M A RT IN L O P E Z– V E G A | R E V I S TA T EI NA 19
La cortina de Parrasio

Con una cuchilla de afeitar No había voz No era necesario decir nada
hice una hendidura en el aire de la tar de No había río El agua era alma
No existía filosofía
Una ciudad apareció ante mí Sin cuerpo no hay preguntas
Tan real como las uvas de Zeuxis
Con una cuchilla de afeitar
Este poema es la cortina de Parrasio hice una hendidura en el aire de la tarde

Una ciudad de altas torres transparentes que eran música Ni sangre Ni un aire nuevo
Una ciudad sobre una colina que me atraía con furor magnético Sólo hendidura sin ser herida

No había cementerio en aquella ciudad Miré del otro lado No había ciudad
Sus habitantes eran invisibles a la vista
Formas perfectas de energía Seguí mi camino
Sentí su corazón que no sufría La herida conmigo
El sufrimiento del corazón es sufrimiento del cuerpo

Una caricia sentí en mi piel que era de otra piel


Pero no había piel Sólo caricia

Este poema es la cortina de Parrasio

“ 3 6 E ST R AT E G I A S ” M A RT I N L O P E Z – V E G A | R E V IS TA T E I NA 20
Preguntas al Gusano

¿Ya estás aquí, Gusano? ¿Tan pronto te presentas?


Iluso fui al creer que me aguardabas, al acecho,
en el pedazo de tierra que me esté reservado,
que no sabría de ti hasta el día en que asomarás la cabeza
por el hueco de un ojo en mi calavera.
Pero no, tu especie no conoce la paciencia:
ya estás en mí, excavando un túnel en mi sueño negro,
dejando tus babas en los recuerdos que aún no tengo.
Avanzas en silencio, cuidando de no ser descubierto.
Pero ¿a qué ese temor? ¿No sabes tú, como sé yo,
que nada podría hacer contra tu victoria?
Gusano, tú no eres tú, sino tu destino,
y tu destino es el mío: no somos, pues, tan distintos.
Creí que tuyo, de mi tiempo,
sería sólo el que nunca tendré por mío.
Pero también del que atesoro es tuya una parte.
¿Cuál es esa parte? ¿Qué monedas reclamas?
No contestas. Avanzas en silencio.
Sé que no es a mí a quien temes despertar:
¿Cuál será tu gusano, Gusano?

“ 3 6 E ST RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E G A | R E V I S TA T EI N A 21
Ítaca

Existe Ítaca. El nombre. La isla. Existe Ítaca. La hemos intuido tantas veces.
Alcanzamos a verla en esos días Pero ignoramos qué barco, qué camino, qué ala
en que el aire es como una música podría conducirnos hasta ella.
y las horas guirnaldas en los cabellos Una voz me dice: No desesperes.
del tiempo, que no duerme. Existe Ítaca. En cualquier momento puedes regresar a Ítaca.
Sólo debes esperar preparado. Un día
Ítaca es esa isla entrevista entre el borroso calor volverá a aparecer en el horizonte.
de los días mejores. (Arribamos a sus playas, Verás de nuevo sus playas. Volverás a acariciar sus arenas.
disfrutamos de sus frutos y sus sombras , Y sus racimos volverán a ser un fruto eterno
por una vez acogedoras, y de pronto entre tus labios inmortales.
una mano invisible de sus arenas nos arranca).

Ítaca es un instante único que no se acaba,


no esta rápida sucesión de abisales vacíos.
Ítaca es un cielo sin mácula,
ese segundo que no pasa.

Ítaca no es la vida, pero es su sentido.


Sólo vivimos para llegar a ella. La adivinamos,
lejos. Cuando pensamos encontrar el rumbo,
volvemos a perderlo. Y los más débiles
acaban por creerla un espejismo.

“3 6 E S T R AT E G IA S ” M A RT I N L OP E Z– V E GA | R E V IS TA T E I NA 22
La hija del árbol

Llueve, llueve en Mozambique


y todos trepan a los árboles
para no morir ahogados
Llueve, llueve en Mozambique
y las serpientes se enroscan a los árboles
para no morir ahogadas
Y las madres
para que los niños no se tiren del árbol
al ver a las serpientes
los atan al tronco

En los árboles crece la semilla negra

Llueve, llueve en Mozambique


y todos trepan a los árboles
y en ellos se come
y en ellos se ama
y en ellos se pare
María dio luz a una niña
la llamó Rosa

En los árboles crecen rosas

¿Y dónde crece la semilla maligna?

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R E V I S TA T EI N A 23
Tormentes nocturnes

Dalguién acordábanos siempre


cuando llegaben les primeres
lluvies de cada iviernu.
Sentíemos venir
l’agua dende lloñe,
quedándose pasín ente pasu
pa tola estación
nos nuesos oyíos.

Aquelles nueches
-con cadún
de los rellumos-
cuántes veces alborecía.

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 24
Los años
Anna Margolin

Mujeres muy amadas, siempre inconformes,


que atravesaron la vida con ira y con risas ,
de ojos brillantes como hogueras o ágatas:
así fueron los años.

Y fueron actores representando Hamlet,


murmurando desdeñosamente con media boca;
arrogantes tiranos de un estado rebelde
ejecutando a los sublevados.

Y ahora míralos, desorientados,


mudos como un piano hecho pedazos,
se estremecen con cada aplauso y con cada abucheo,
buscándote entre el público, a ti
que ya no crees en ellos.

“3 6 E S T R AT E G IA S ” M AR T I N L OP E Z– V E GA | R E V IS TA T E I NA 25
Luz de invierno en el Gianicolo

Estropeó todas las fotografías, aquella luz de invierno


sobre los árboles del Gianicolo: demasiado intensa
como para quedar bien fijada.
Lo mismo ocurre con los momentos
en exceso felices: la memoria no consigue después
interpretarlos adecuadamente,
otorgarles la luminosidad precisa.
Quedan en la fotografía cosas que no están en ella:
los racimos de muchachas americanas
camino del bar Gianicolo,
el cañonazo de las doce en homenaje a Garibaldi,
mis manos, dos partes de mi cuerpo que no me agradan
—sus dedos como ramas de un árbol demasiado cansado
de buscar en vano la ternura.
Queda esa luz que acaricia el lomo de los días
y que niega al recuerdo de aquella colina
esa intuición misteriosa:
allí es imposible
prever el olor que rodeará nuestras sepulturas.

“3 6 E S T R AT E G IA S ” M A RT I N L OP E Z– V E GA | R E V IS TA T E I NA 26
Carta escrita atravesando el Pajares

Te escribo, amor, desde un tren


que suena como una tormenta
mientras cruza las montañas.
He dejado a un lado las Metamorfosis
y ahora escucho en el hilo musical
un madrigal renacentista
mezclado con una interferencia de fondo
—una mujer que canta,
seguramente, a los males del corazón.
Pienso en ti y en las interferencias
que se colarán también en mi pensamiento:
¿en qué otras cosas pienso sin pensarlas
cuando pienso en ti? La vida
es escribir línea sobre línea
el mismo palimpsesto
hasta que el papel se rompe.
Te escribo, amor, y tras la ventana
sólo hay túneles, y al salir de ellos
sólo niebla. Te escribo, amor, porque eres
tú mi luz entre los túneles y la niebla,
toda mi luz.

2-10-2004, atravesando el Pajares

“ 3 6 E ST RAT E G I A S ” M A RT IN L O P E Z– V E G A | R E V I S TA T EI NA 27
Dos versos de un poema chino
Claude Roy

El aroma de unos cabellos muy negros y muy finos


en el peine Un perfume de ámbar y de tarde de tormenta
La risa de una sirviente El ruido muy dulce de pies desnudos
sobre la arena
Fuera en el jardín un rumor de aguas vivas
y de pájaros que se bañan en el pilón de piedra

Por qué en febrero gris Cuando se derrite la nieve sucia


la joven que se peinaba en Xian una mañana de verano
en el tiempo del último emperador de los Tang del Sur
Por qué viene ella de repente a mezclar con la bruma de invier-
no
el murmullo del peine en sus cabellos sueltos
Un perfume de cabellos negros y finos
El ruido apenas ruido de los sirvientes pies desnudos
Caminando por las losas y por la arena del jardín
y el canto de una oropéndola muerta desde hace doce siglos
mezclado con el rumor de aguas que no se agotan jamás

Todo porque un poeta chino enamorado de la joven


acaricia en dos versos sus cabellos sueltos
su lejano perfume de ámbar y de tarde de tormenta

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 28
La higuera

Sola, en medio del prado, está la higuera.

No importa que llueva, que nieve,


que la acechen súbitos insectos borrachos
o los vientos del Otoño o del Sur.

Está sola, nada espera, nada la turba.

En la tarde calurosa del verano


me acerco a ella para cobijarme en su sombra,
para meditar mientras el día termina.

Vacío la mente de las cosas del día,


la preparo para la noche, para el día que llegará.

Solo, en completa calma, hecho isla


a la sombra de la higuera,
queriendo fundirme con ella en un solo ser
que nada sienta ni recuerde ni espere.

Pero nunca estaré tan solo como ella,


tan indiferente a mi llegada y a mi marcha
como a las demás cosas del mundo.

“ 3 6 E S T R AT EG IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R E V IS TA T E I N A 29
Caffè Gotico
Via della Stelletta

Soy un animal propenso a la elegía. Debe de existir


alguna taxonomía que me clasifique. He aquí
el mantra silencioso del Pantheon desde hace siglos,
he aquí las palmeras felices del Gianicolo,
he aquí el oro del otoño romano. Tengo en el cuerpo
aún la mirada de la mujer de ayer en el Caffè Gotico
como una invitación a intercambiar
las generalidades animales. El tiempo es una cuchilla
y rasga el aire del día, trae otra ciu dad:
tú y yo en el mismo lugar. La elegía comienza.
Veníamos de la Via dei Portoghesi,
el corazón abierto sin anestesia.
Tantas cosas han cambiado desde entonces.
Se congeló el agua en las fuentes,
se descongeló y volvió a manar, sucia.
Ahora tengo todo cuanto deseo. Pero también
algo que no quiero y me persigue:
me tengo a mí, todo cuando ya no tengo.
Sólo soy los que ya nunca seré.

“ 3 6 E S T RAT E G IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 30
Ecuación
11-M

Nos enseñan a resolver


pequeños problemas matemáticos:
el corazón dividido por dos,
la melancolía que tiende a infinito,
las permutaciones de la tristeza y la alegría,
la raíz cuadrada del desasosiego.

También algún teorema


de apariencia extraña
pero fácilmente demostrable:
la felicidad = lo único
que al compartirse se multiplica.

Pero ¿cuál es la fórmula del sentido?


¿Cuál es el resultado de la operación
que incluye la vida perdida,
el viaje roto por la dinamita?

El Gran Calculador calla.

Y una pregunta más:


si digo que el mundo sigue siendo,
a pesar de todo, hermoso,
¿es que he hecho mal las cuentas?

“ 3 6 E S T R AT EG IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 31
El tercer sonido

Sentado a la manera de los antiguos egipcios Mezcla de la exaltación que permite saborear las cosas
cierro los ojos para ver mejor las rutas del alma. y de la calma inquieta que permite compren derlas
Abandono los sentidos y la consciencia, en soledad y completa calma
que se van juntos, sin dejarse estorbar regreso a un mundo nuevo. Cuando la noche llega
por el río revuelto de sensaciones e ideas en medio del sueño me roba de mí mismo.
que aparecen entonces. Las preocupaciones Y en medio del sueño me veo
diarias revelan los anzuelos con que pren den el espíritu. caminando por un largo sendero
Sumergido en el océano de la calma y limpio como el alma de un sufí.
encuentro en su fondo los cadáveres del día,
momentos que la memoria ya no guardaba
y que pesaban toneladas de angustia.
Todo aparece claro
y cuando vuelvan la consciencia y los sentidos
lo harán a un territorio nuevo, limpio de maleza.
Lentamente recupera la respiración un ritmo más animado,
abro los ojos, deshago la posición, doy vida de nuevo
-más viva- a las piernas y los brazos.
Giuseppe Tartini escribió en su Trattato di musica
secondo la vera scienza dell’armonia que el tercer sonido
es el resultante de la ejecución de dos sonidos
y está generado por la diferencia
entre las dos vibraciones,
pensando más en su alma que en su violín.

“ 3 6 E S T R AT EG IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R E V IS TA T E I N A 32
Árbol desconocido

Dónde estás, árbol desconocido,


dónde tu sombra que habrá de cobijarme
un día lejano que aún no entreveo,
en qué hora, a la orilla de qué camino
que mi esperanza no alcanza a imaginar.

Habrá un segundo que resumirá todos los días,


un intervalo de luz en medio de las sombras,
un arroyo que cruce la noche
y no será el río que atraviesa el sueño
llevándose lejos los cadáveres de las horas.

Hay un árbol que me espera para darme su sombra,


un segundo de paz al que llegaré para refrescarme,
una corteza en la que estará grabado mi nombre y ninguna fecha.

¿Quién conoce el camino que lleva a esa instante único?


¿Quién la única sombra que nos cobija, y no amedrenta?
¿Dónde está ese camino? ¿Dónde esa sombra?

Hay un árbol que busco y un árbol que me espera.


Incierto me dirijo hacia ese árbol y esa hora.
Ignoro el destino exacto y el camino.
Pero un día llegaré. Y ese anhelo me salva.

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R E V I S TA T EI N A 33
Bosque

Algo que no era una voz me ha llamado al bosque,


me ha acogido dentro, como un camino que llega
a un punto y se recoge sobre sí mismo, así estoy aquí.
Siento la energía de la tierra difuminar mis contornos,
acaricio un árbol y vuelvo a ser árbol, respiro el aire
que ya soy de nuevo, veo la espesura que hasta hoy
era por dentro y hoy soy otra vez yo entero.
Siento lo que sintió el primer druida,
el bosque me ofrece un cayado de haya como instrumento
para hacerme zahorí de dentro.
Cae la noche pero me queda un camino,
me detengo ante él y me brotan raíces .

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 34
Egy Vilàg

Caminaba por el campo


fumando, muy calmadamente, un puro,
con un abrigo y un sombrero negro. Y había
flores, flores de esas que soplas y se esparcen
al viento. Y muchachas, había muchachas
hermosísimas vestidas de tul que danzaban
y me ofrecían más flores. Y yo no las veía.
Y había un río culebreando entre los setos.
Y árboles de frutos incendiados,
y mil caminos al sol de agosto,
y moras por recoger,
y más muchachas, desnudas, aguardándome
en un prado vecino. Y yo no las veía.

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R EV I S TA T E I N A 35
Último poema

Habrá quien aún crea que es posible huir; Habrá quien desee enamorarse
cruzar el cabo de Buena Esperanza, del acento de una hermosa mujer extranjera.
si es que el alma tiene uno.
Habrá quien esté dispuesto a hacer
Marchar de esta inhóspita ciudad del norte, promesas terribles que no cumplirá nunca.
donde las únicas estrellas que brillan
son las lámparas de los insomnes. Habrá quien desee despertar en un cuarto extranjero.

Habrá aún quien quiera escuchar Habrá aún quien espere lo imposible.
la música silenciosa de los bosques de Finlandia.
Ahora que los libros han perdido su luz
Habrá todavía quien se enamore de una desconocida lo mismo que los rostros y los caminos.
que responde a otro que la llama: ¡Paloma!
y pasa, y deja su estela en la tarde Ahora que ya nada importa.
como un barco feliz en el que no hemos de embarcar nunca.
¿A dónde pretendes llegar? ¿A un palacio
Habrá quien desee oír el sonido embriagante de las monedas de jade? ¿A una montaña de luz?
cayendo continuamente en las máquinas del casino de Macau.
¿A dónde quieres huir?
Habrá quien quiera sentir en su boca las sílabas El fantasma está en tu corazón.
de la lengua más dulce, la lengua portuguesa.

“ 3 6 E S T RAT E G I A S ” M A R T IN L O P E Z– V E GA | R E V I S TA T EI N A 36
Índice

1. Cogiendo moras en Poo de Llanes 25. Los años (Anna Margolin)


2. En brazos del sueño (Indios norteamericanos) 26. Luz de invierno en el Gianicolo
3. Las bañistas 27. Carta escrita atravesando Pajares*
4. Metamorfosis* 28. Dos versos de un poema chino (Claude Roy)
5. Crudeza* 29. La higuera
6. La piedra de Mi Fu* 30. Caffé Gottico*
7. Carta a un arqueólogo 31. Ecuación*
8. Susana ve pasar los barcos 32. El tercer sonido
9. Café Luxembourg 33. Árbol desconocido
10. El invierno en Llanes 34. Bosque*
11. Los cerezos y el río 35. Egy Világ
12. Miss Constable 36. Último poema
13. Las islas perdidas
14. Brindis* De Travesías: 9, 12, 18.
15. Árboles de las afueras de Martigues De La emboscada: 10, 32, 36.
16. Carta desde C̆unovo* De La visita: 24.
17. Torre de Wittemberg De Equipaje de mano: 2, 25, 28.
18. Godric De Árbol desconocido: 11, 23.
19. Como si Chagall nos hubiera pintado* De Mácula: 1, 3, 7, 8, 13, 15, 17, 22, 29, 33, 35.
20. La cortina de Parrasio* De Elegías romanas: 26.
21. Preguntas al gusano* Publicados en revistas o antologías: 30, 31.
22. Ítaca Del inédito La piedra de la cordura: 5, 6, 14, 20, 21, 34.
23. La hija del árbol Del inédito Poemas de la ninfa de la fuente: 4, 16, 19, 27.
24. Tormentes nocturnes
Antología poética realizada por el autor (incluye poemas inéditos) | martinlopezvega@hotmail.com
Entrevista a Martín López-Vega http://www.revistateina.com/teina/web/Teina3/Literatura%20Lopez%20Vega.htm
“ 3 6 E S T R AT EG IA S ” M A R T I N L O P E Z– V E GA | R E V IS TA T E I N A 37

You might also like