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EDUCACION
INTEGRAL
Por David Roca Basadre
Vicente Aleixandre
1989-1998
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TIEMPO LIBRE Y EDUCACION INTEGRAL
Por David Roca Basadre
Previo
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más argumentos!- un ángulo olvidado a las afrentas tenaces de la
pobreza.
Pero no para criar rebeldías sin destino, sino para inventar futuros
mejores. Para “reencontrarnos con la dimensión utópica”, como pedía
Alberto Flores Galindo en su texto admirable de despedida, dándonos
instrumentos que permitan intervenir en esa cotidiana muralla de
imposibles y abrir, así, la gran ventana que permita el paso de aire fresco,
pleno de oxígeno, que alcance para todos desde el principio de cada
existencia.
Pues, si en algo espero estemos de acuerdo quienes valoramos
integralmente la libertad -desde cualquiera de las trincheras por la que
trajinemos- es en que es posible “cambiar la vida”, como pedía el gran
poeta adolescente.
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falta de atención que se le dispensa a la escuela desde el Estado, con
bajos salarios y poca consideración social hacia los maestros, escasa
capacitación, currículos desfasados, etc. Pero, asimismo, la alienación
que existe con respecto a un concepto más amplio de la educación, en
términos oficiales, formales. Estrechez mental, anteojeras que limitan
considerablemente cualquier proyección a futuro de algún proyecto
educativo nacional viable, integral y abarcador de todas las dimensiones
de la vida.
Modernamente -razonablemente- podría aceptarse como definición de
Tiempo Libre a la suma de los tiempos y espacios de libre disponibilidad
objetiva y subjetiva con que cuenta cada persona para el ejercicio de su
ocio, fuera de aquella suma de tiempos y espacios dentro de los que las
exigencias de la supervivencia y la vida social nos encierran.
Sin embargo, esta definición peca por su falta de concreción en una
realidad específica. Y arroja, implícitamente, el ocio al costal del tiempo
perdido, inútil. Ignorando el potencial formativo que tiene cada instante
de la vida.
Ya diversos autores han tratado de definir lo que se ha dado en llamar
“educación informal”, tratando de encontrar una fórmula que permita
comprender la permanente influencia de los medios de comunicación de
masa -por ejemplo- y su incidencia en la formación de cada individuo, así
como la interactividad permanente entre las personas, con las
experiencias vividas, etc. y las consecuencias que estas relaciones
conllevan, o el efecto de tales experiencias.
Podemos retener el siguiente esquema para entender dicho proceso:
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HECHO
HECHO EDUCATIVO
EDUCATIVO
elelque
querecibe
recibeeducación
educación elelque
queeduca
educa
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Delimitaremos gruesamente tres tipos de Tiempo Libre, entre nosotros,
como referentes para comprender las diferencias que existen a este
respecto entre los individuos:
a. Una persona de nivel socioeconómico alto y medio alto puede
fácilmente asumir su Tiempo Libre como aquel que le permite la
relajación necesaria para retomar fuerzas, pero asimismo, para planificar
tranquilamente el futuro, enriquecerse física e intelectualmente, si lo
desea y, en suma, diversificar el campo habitual de actividades. El
desarrollo de aficiones, de nuevas inquietudes, encuentra aquí el medio
adecuado y -definitivamente- recomendable.
Este es el Tiempo Libre habitual y más extendido en los países
desarrollados, por lo demás. Y entre minorías sociales en nuestro país.
b. Una persona de nivel socioeconómico medio o medio bajo debe
asumir su Tiempo Libre como aquel mínimo y escaso, útil apenas para la
recuperación de energías que le permitan volver a las ocupaciones
habituales de supervivencia. Tal ocio se resuelve frente a la televisión, la
radio, la práctica deportiva o en general las relaciones familiares y
sociales cercanas. Ráramente, acudiendo a las ofertas de la industria del
ocio, porque hay gastos prioritarios.
c. Una persona de nivel socioeconómico bajo o en extrema pobreza debe
asumir su Tiempo Libre como un tiempo objetivo avasallado por un
tiempo subjetivo marcadamente ansioso, ante la permanente inseguridad
para sobrevivir; con todas las consecuencias que una situación de
constante inestabilidad emocional arrastra inevitablemente. Por lo demás,
muchas veces la lucha por la sobrevivencia al límite de las posibilidades
obliga al desgaste de todo resquicio de tiempo existente, mientras que lo
objetivamente libre se vacía de sentido por falta de alternativas; el acceso
a las ofertas de la industria del ocio está totalmente negado por falta de
recursos, lo que es un causal suplementario de frustración, sobre todo
entre los más jóvenes, sugestionados por la publicidad al respecto en los
medios de comunicación masiva.
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Para estos sectores generacionales, el Tiempo Libre se trata de un vasto
tiempo gris, monótono y sin perspectivas, donde la desatención obligada
de los padres, impuesta por las presiones de la lucha por la
supervivencia, sumerge en la búsqueda solitaria de sus múltiples
interrogantes naturales.
El grupo, la mancha o collera, se vuelven -en situación de carencia- más
útiles e importantes que en las circunstancias normales, como mecanismo
de afirmación personal. (4) Las mal llamadas “pandillas” -o su versión
denominada “barras bravas”-, por ejemplo, son tan sólo una versión más
violenta del grupo de barrio, de grupos de adolescentes provenientes de
barrios urbano marginales incapaces de resolver sus conflictos naturales,
y que asumen formas violentas de expresión de sus demandas propias. Se
convierten, así, en portavoces de todos los demás mediante el ejercicio
agresivo de la impulsividad característica de esa etapa de la vida. Su
reacción nos parece, en todo caso, saludable, si se la mira en el contexto
de una sociedad enferma.
La escuela, por su lado, se convierte por ello, y ante el fracaso evidente
de sus objetivos explícitos, en un espacio importante de relaciones
sociales, de hallazgo de nuevos arquetipos o modelos, de descubrimiento
de otras actividades que surgen espontáneamente, pero que son
persistentemente desdeñadas por los agentes educativos.
El ocio
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inestabilidad, que se genera un tipo de ocio pernicioso. La búsqueda
permanente de lo más elemental se convierte en fuente de inestabilidad
emocional y el avasallamiento del Tiempo Libre objetivo por la presión
de las situaciones límite, promueve circunstancias de alto riesgo. Es que
el ocio, sin posibilidades materiales variadas para encausarlo
positivamente y en medio de tensiones emocionales, por toda la trama de
carencias y frustraciones que acarrea la pobreza, tiende a canalizarse,
muy naturalmente, hacia lo que encuentra más a la mano como vehículo
de evasión. Y la realidad nos muestra que ello se concreta,
fundamentalmente, en la búsqueda y desarrollo de actividades que tratan
de desahogar frustraciones a través de mecanismos compensatorios no
siempre positivos. Como la violencia, la delincuencia, el consumo de
alcohol y otras sustancias psicoactivas, o la resignación ante la propia
circunstancia.
El aprendizaje
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Aprendizaje que se da en forma contradictoria, desordenada y expuesta a
todo tipo de interpretaciones, dados los niveles de incomunicación con el
mundo adulto más cercano o acaso, trágicamente, de la absoluta
incapacidad de responder adecuadamente a las interrogantes que se
presentan, por parte de éste.
En ese contexto, la escuela cumple un rol mínimo y apenas como punto
obligatorio de confluencia para el desarrollo de intereses muy distantes
de las matemáticas, la biología, la literatura o la historia. Y claro, lugar
obligatorio para paporretear cosas indiferentes por la necesidad de pasar
de año. Es que en la escuela, los profesores cumplen el programa y los
alumnos pasan de año.
El aprendizaje -espontáneo, de lo que fuere- se da en otro lado y de otra
manera. Y escapa a cualquier control, vigilancia e incluso conciencia de
parte de todos los agentes -padres, maestros, etc.- que debieran -
teóricamente- orientar y supervigilar el desarrollo formativo integral de
niños, adolescentes y jóvenes.
Diagnóstico sucinto
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Las variables principales que podemos identificar, para ser eficaces en la
intervención que permita modificar el Tiempo Libre en que se incuba el
ocio pernicioso, son las que siguen:
a. Bajo nivel socioeconómico;
b. Discriminación racial/cultural;
c. Expectativas personales paralizadas (bloqueos reales y subjetivos): por
falta de recursos para mayor capacitación, falta de estímulos en el hogar,
ausencia de motivación, resignación ante la propia suerte, también falta
de orientación, trabajo temprano y de escaso nivel remunerativo, factores
emocionales particulares;
d. Baja autoestima, muy ligado a los puntos anteriores (a,b y c);
e. Influencia de los medios de comunicación (Un ej.: la publicidad -y su
incitación al consumo y el status elevado inherente a muchos productos
que promociona- está dirigida a un determinado sector social,
principalmente, porque su intención es ganar a ese mercado potencial de
mayores recursos. Pero, la reciben todos). Además, la soledad -la
ausencia de los padres o tutores- en la que suelen espectar la televisión
niños, adolescentes y jóvenes, los hace más vulnerables ante los valores
que transmite.(5)
f. Valores tradicionales en crisis (véase: permanente bombardeo de
dobles mensajes, tanto en el hogar, la calle, los medios de comunicación,
los personajes públicos, etc.); este punto confluye con el anterior (e). Tal
crisis se da sin que exista alternativa sólida, estable y validada por el
consenso social;
g. Ausencia de alternativas de actividades posibles, por falta de recursos
materiales o de formación. Es punto importante: las horas vacías se
llenan de lo que está a la mano, por necesidad;
h. Tensiones emocionales permanentes, desde los hogares. Las
necesidades económicas y las frustraciones generan tensiones intra
familiares;
i. Nivel formativo escolar muy bajo y lo que es peor, con desarrollo de
malos hábitos y actitudes negativas y de rechazo hacia el aprendizaje;
j. Desarrollo cognitivo intelectual, por lo general, menor al indispensable
para ser competitivo;
k. Limitaciones de acceso a un mundo más amplio y variado;
l. Tugurización, y condiciones sanitarias y de salubridad mayormente
deficientes.
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elaborar, asimismo, una estrategia de intervención integral que -
reconociendo la variedad de los elementos presentes- pueda promover
dinámicas con características de influencia igualmente espontáneas.
Ello implica el reconocimiento de los agentes formativos y la necesidad
de influir sobre ellos, o la generación de agentes alternativos que sirvan
como polos de atracción más interesantes o más llamativos. Implica
también una acción sobre el medio ambiente de desarrollo, lo que incluye
a la familia, la vivienda, el barrio, la escuela y -a un nivel macro-
indicaciones para una acción política mayor.
El esquema que sigue no es más que una de las alternativas posibles, en
uno de los marcos comunitarios probables. Valga como indicador de
algunos elementos que, sin embargo, juzgamos indispensables.
Utilizamos, para nuestro ejemplo, el espacio de una zona urbano
marginal en la capital, compuesta mayoritariamente por población
provinciana de extracción campesina y que tiene al castellano como
segunda lengua. Sus hijos(as) son limeños de primera generación y
dentro del cuadro general de un pueblo joven limeño, ambiente que ya ha
sido ampliamente descrito en múltiples trabajos consagrados al tema, por
lo que sintetizaremos únicamente lo más importante para los fines de este
ensayo.
Se trata de describir brevemente una experiencia llevada a cabo entre los
años 1988 y 1992, en un pequeño asentamiento humano del distrito de
Chorrillos. Experiencia que fue planteada en un principio como
propuesta de educación no formal en la zona de vivienda de niños,
adolescentes y jóvenes de ambos sexos.
Se implementó un sistema de talleres diversos y una biblioteca que
pretendían irse afirmando autogestionariamente a partir de una
asociación formada por los mismos beneficiarios. La idea original
buscaba que la dinámica misma de las actividades colaborara en la
formación de los participantes, tanto por lo que se refiere a la formación
de valores como la incitación al descubrimiento de nuevas realidades,
apertura al mundo y afirmación de la autoestima. Punto de partida que
juzgamos ahora como validado, pero insuficiente.
Se creó una asociación propia, se enseñó a manejar dinámicas de
reuniones, se programaban actividades, se atendía en la biblioteca no
sólo mediante el préstamo de material, sino que asistiendo con nivelación
escolar y apoyo para la realización de las tareas escolares; se realizaban
actividades deportivas con los niños, adolescentes y jóvenes, pero
asimismo con los padres de familia.
Estas dinámicas duraban días enteros, pero poco a poco nos fuimos
dando cuenta que lo más importante de todo cuanto estábamos haciendo
era que estábamos permitiendo cubrir un enorme espacio de tiempo libre
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con actividades que llenaban la vida de los chicos participantes, al
tiempo que se lograba la internalización de pautas positivas de
comportamiento estables. Pudimos apreciar asimismo un elemento que
hasta ese momento nos había parecido simplemente necesario, pero que
resultaba más bien el eje y el fundamento de todo: la presencia y la
influencia del promotor. Este era el agente de mayor poder y capacidad
en todas las dinámicas que se desarrollaban. Incluso, su sola presencia
era ya una demanda permanente y persistente, tanto por parte de los
niños, adolescentes y jóvenes participantes, como de sus propios padres.
El promotor terminó siendo modelo -tal como lo entiende la teoría social
del aprendizaje- y una especie de consejero, amigo, asesor cercano y -
sobre todo entre los adolescentes- fuente de apoyo y orientación en un
momento en el cual la figura de los propios padres aparecía fuertemente
devaluada: por doble motivo, el naturalmente generacional, en efecto,
pero duplicado por la distancia que ellos, limeños y citadinos, sentían
hacia la cultura campesina y andina de sus progenitores.
Es verdad que el promotor aparecía también dotado de atributos de
poder: recursos para las actividades que a ellos/ellas más les interesaban,
relaciones personales de apariencia prestigiosa, facilidad para alcanzar
objetivos aparentemente inalcanzables en circunstancias para ellos/ellas
normales.
El promotor era fortaleza y debilidad, al mismo tiempo, de toda la
dinámica. Pues, tan importante era su figura que, cuando debió
abandonar el proyecto -por enfermedad- el mismo fue decayendo
paulatinamente. Un robo casi total a la biblioteca por parte de jóvenes
adictos de una zona vecina, terminó por asestar un golpe mortal al
empeño de varios años.
Cabe anotar, sin embargo, que esto coincidió con el paso a una edad
adulta/joven de la mayoría de los adolescentes que componían el grueso
del grupo de mayor iniciativa.
Balance de la experiencia
El trabajo duró entre cinco y siete años, si contamos tres años previos de
integración a la comunidad por parte del promotor mientras realizaba
otras actividades. Suficiente para sopesar un resultado en el núcleo
mayor de participantes.
Entre estos, fue posible eliminar en la totalidad la tentación al consumo
de drogas fuertes y mitigar la afición al consumo excesivo de alcohol.
Esto último es muy difícil de extirpar, puesto que forma parte de un
sentido común socialmente extendido, y la influencia negativa proviene
de que dicho sentido común está muy arraigado en el mismo entorno
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familiar. La experiencia, al frustrarse en un momento por razones de
índole económica que se agregaron, impidió confirmar lo que se había
avanzado en este último aspecto.
Se logró impedir, mediante la razón y el ejemplo, la concreción de varias
relaciones de pareja estables demasiado tempranas; lo que es un dato
importante pues, como es obvio, las parejas tempranas bloquean las
posibilidades de desarrollo personal individual, al verse los jóvenes
obligados a asumir otro tipo de responsabilidades.
Se encauzó la elección y proyección de actividades profesionales (en
cuatro casos) y de oficios, en la totalidad.
Nuestra zona de trabajo estaba libre de la formación de grupos de
adolescentes con actitudes belicosas, aunque sí era parte de la vida del
grupo la reacción de autodefensa ante la incursión de los adolescentes de
los barrios vecinos. Donde cabe destacar la importancia que cupo a la
tarea de apaciguamiento constante de parte del promotor frente a las
provocaciones, en ocasiones graves.
El resultado final fue la creación, en la zona, de una especie de oasis
liberado de guerrilla entre barrios.(6)
Propuestas generales
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La Educación para Educar es, por ello, un elemento central de toda
estrategia de intervención.
Lo que implica, en términos generales y mínimamente, lo siguiente:
I. A nivel macro:
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g. Creación del Vice-Ministerio de Educación Informal y del Vice-
Ministerio de Educación Formal, como instancias normativas y
fiscalizadoras del mismo nivel, al interior de un Ministerio de Educación
Pública General.
h. Rol promotor principal -en todos los ámbitos arriba indicados- de los
gobiernos municipales, tanto provinciales como distritales.
Conclusión
Todo esto aparece como un dicho a medias sobre asuntos que no son
percibidos normalmente como relevantes. Sin embargo, son el bosquejo
de un trabajo necesario de investigación, entre nosotros, que requeriría de
medios, tiempo y voluntad consciente de su importancia.
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Es que apuntamos a la reflexión y al esfuerzo de comprensión de la
realidad cotidiana de un otro que siempre ha sido perdido de vista por
quién no vive tales realidades. A pesar de las mejores intenciones.
Desde allí, desde un antiguo tema nuevo, apuntamos a la creación de otra
realidad. Un asunto de mucha ambición, entonces, que engloba todo. Que
nos embarca en riesgosa travesía a contra corriente, donde es posible que,
al principio, nadie entienda nada y la brújula de la autoridad establecida
gire sin rumbo fijo.
Nuestra obligación es indicar la ruta, y abrir esta nueva trocha.
NOTAS
(1) Véase “La escuela en la comunidad campesina”, de Juan Ansión.
(2) Según Sanvisens, citado en “La escolarización. Historia de la enseñanza”, de Claudio Lozano –
Edit. Montesinos, Barcelona.
(3) Hay aspectos de índole emocional que pueden actuar como perturbadores del desarrollo de
cualquier persona -sin importar el entorno socio económico- e impedir un despliegue adecuado de las
posibilidades de un ocio creativo, por hallarse el Tiempo Libre abrumado por la necesidad de superar
ese tipo de carencias. No nos referimos a ello en este trabajo, pero no queremos de ninguna manera
dejar de resaltar su importancia; ni dejar de señalar la necesidad de que los educadores reconozcan
estos casos particulares y muchas veces complejos.
(4) Ello, cuando la sobreprotección de los padres no interviene para controlar -faltos de otra forma-
mediante el aislamiento total de los pares y la obligación del trabajo de subsistencia o el
encadenamiento a las tareas domésticas; circunstancia esta donde lo lúdico es despreciado como
inservible. Véase sobre el tema, con interés: “¿Y ahora, qué hice?”, de Luis Guerrero Ortiz – Edit.
Ayni-Rädda Barnen, Lima.
(5) Reflexión importante de Constantino Carvallo Rey, durante conversatorio denominado “Medios de
Comunicación, Medios de Educación” en la Universidad de Lima, en junio de 1997.
(6) Importante es saber que las "pandillas" -en realidad actitudes provisionales de grupos de
adolescentes, mezcla de diversión desorientada y ansia de llenar el Tiempo Libre sin limitaciones y en
desahogo- son de siempre, y sólo se han extendido y agudizado recientemente, en parte gracias a la
promoción equivocada que se les ha hecho a través de los medios de comunicación.
(7) “Pareja estable” se refiere a que es mejor si se trata de personas que tienen un respaldo afectivo y
emocional que permita sobrellevar dificultades y evite la creación de problemas y conflictos con los
niños y adolescentes. La expresión “pareja estable” es perfectamente neutra, sin embargo, pues lo
importante, lo realmente fundamental, es garantizar la estabilidad emocional de los promotores.
Esta última precisión es importante y no gratuita: nuestra experiencia nos ha enseñado a abrir los ojos
a la realidad de una inmensa ambigüedad en cuanto a la sexualidad -y la moral en general-, al interior
de una crisis extendida de los valores tradicionales, sin alternativa a la vista y con un doble mensaje
extendido en torno al tema que obliga a que -en algún momento- éste deba enfrentarse con absoluta
franqueza.
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