You are on page 1of 16

TIEMPO LIBRE Y

EDUCACION
INTEGRAL
Por David Roca Basadre

Pero vosotros, dueños fáciles de la vida,


presidisteis mi juventud primera.
Un muchacho desnudo, cubierto de vegetal alegría,
huía por las arenas vívidas del amor
hacia el mar extenso,
hacia la vasta inmensidad derramada
que melodiosamente pide un amor consumado.

Vicente Aleixandre

Los que, arbitraria y simplísticamente, reducen el progreso


peruano a un problema de capital áureo, razonan y discurren
como si no existiese, con derecho a prioridad en el debate,
un problema de capital humano. Ignoran y olvidan que, en la
historia, el hombre es anterior al dinero.

José Carlos Mariátegui

1989-1998

1
TIEMPO LIBRE Y EDUCACION INTEGRAL
Por David Roca Basadre

Previo

Tiempo Libre: es allí donde deben poder desplegarse las mayores


posibilidades de nuestras libertades diversas. Libertades realmente
existentes, en el verbo ampuloso de unos. Relativas, sin embargo, según
nuestras posibilidades de elegir, de optar.
Si no se puede optar, la libertad es una quimera de intelectuales
románticos. Y es que, mientras menos alternativas, la libertad será
siempre una cifra mínima en el juego de probabilidades de la vida.
En el uso del Tiempo Libre, en las posibilidades del ocio se juega un
inmenso porcentaje de nuestro destino como comunidad. Verdad
absoluta, matemática, que no es apreciada por casi todos los educadores
profesionales, enfrascados en la problemática de la educación formal
vista, a su vez, únicamente como dinámica de enseñanza o -más
exactamente- de transmisión de cierta información.
Sin embargo, la reivindicación que, de pronto, hoy se hace con más
insistencia -al menos teóricamente- del aprendizaje como elemento
fundamental y nodal del proceso formativo de los niños, adolescentes y
jóvenes, abre una esperanza y es el momento propicio para reconocer el
valor formativo -positivo o negativo- del Tiempo Libre.
Es el momento de hablar fuerte, de expresarse sin compasión contra la
dictadura de lo evidente, contra la norma que -en nombre del trabajo
necesario- condena a cadena perpetua a los mismos olvidados de la vida,
generación tras generación, porque no hay posibilidad -no hay tiempo-
para ellos de desarrollar todo el potencial que trajeron al mundo consigo.
No decimos nada nuevo hasta aquí. Pero sí decimos algo que la mayoría
pasa por alto o no quiere saber o acaso obvia en su real dimensión. Y es
urgente hacerlo para subrayar su abrumadora importancia.
Para ello, para reivindicar el valor trascendente del ocio y su influencia
decisiva en la construcción del futuro, debemos adentrarnos en los
inescrupulosos meandros de la vida humana cuando transcurre en los
límites de sus posibilidades. Comprender cómo es que se construyen los
seres humanos integralmente, y la brutalidad de los desencuentros entre
las mejores esperanzas, los sueños más generosos e idealistas y las
buenas voluntades, con la absurda realidad de un país pobre, injusto,
corrompido e indiferente, como el nuestro. Y agregar -¡como si faltaran

2
más argumentos!- un ángulo olvidado a las afrentas tenaces de la
pobreza.
Pero no para criar rebeldías sin destino, sino para inventar futuros
mejores. Para “reencontrarnos con la dimensión utópica”, como pedía
Alberto Flores Galindo en su texto admirable de despedida, dándonos
instrumentos que permitan intervenir en esa cotidiana muralla de
imposibles y abrir, así, la gran ventana que permita el paso de aire fresco,
pleno de oxígeno, que alcance para todos desde el principio de cada
existencia.
Pues, si en algo espero estemos de acuerdo quienes valoramos
integralmente la libertad -desde cualquiera de las trincheras por la que
trajinemos- es en que es posible “cambiar la vida”, como pedía el gran
poeta adolescente.

Definiendo al Tiempo Libre

Skhole, en griego antiguo, significa literalmente “tiempo libre”; es decir,


el tiempo dedicado a un ocio pleno de posibilidades abiertas. De allí
proviene el término escuela, que en nuestros tiempos se ha consagrado
para designar algo diametralmente diferente, aunque como resultado de
una evolución que buscaba institucionalizar lo que era el natural proceso
de aprendizaje en los tiempos antiguos. Esta referencia nos permite
mostrar el vínculo estrecho que existía entre la vida cotidiana y el
proceso de aprendizaje y desarrollo en niños y jóvenes, en el seno de una
de nuestras culturas matrices. No ha sido diferente el proceso en la mayor
parte de las distintas culturas. Aunque el hecho de sistematizar el
conocimiento, codificarlo y luego enclaustrarlo entre cuatro paredes para
llamar a aquello oficialmente “educación” -con exclusividad- es un
fenómeno reciente. Y la escuela, tal y como la conocemos hoy en día, es
más un invento de occidente, y una imposición violenta para aquellos
peruanos del Ande que no supieron jamás de Aristóteles, o Marco
Aurelio, y deben ser cartesianos por obligación.
Entre nosotros, sin embargo, se trató de un privilegio de pocos, primero.
Luego, de una necesidad, la forma más requerida por las comunidades
campesinas indígenas -quechua hablantes, aymaras, etc.- para integrarse
a la cultura dominante, al aprendizaje del castellano y a los recursos de
dominación de los mistis. (1) Y para los pobres de toda laya, el
mecanismo más comúnmente reconocido y aceptado para la movilidad
social.
La realidad, sin embargo, es fuente de decepciones. La escuela no
cumple ni tan siquiera mínimamente su misión. Hace tiempo que muchos
saben que es falso que “el que estudia, triunfa”. Conspira contra ello la

3
falta de atención que se le dispensa a la escuela desde el Estado, con
bajos salarios y poca consideración social hacia los maestros, escasa
capacitación, currículos desfasados, etc. Pero, asimismo, la alienación
que existe con respecto a un concepto más amplio de la educación, en
términos oficiales, formales. Estrechez mental, anteojeras que limitan
considerablemente cualquier proyección a futuro de algún proyecto
educativo nacional viable, integral y abarcador de todas las dimensiones
de la vida.
Modernamente -razonablemente- podría aceptarse como definición de
Tiempo Libre a la suma de los tiempos y espacios de libre disponibilidad
objetiva y subjetiva con que cuenta cada persona para el ejercicio de su
ocio, fuera de aquella suma de tiempos y espacios dentro de los que las
exigencias de la supervivencia y la vida social nos encierran.
Sin embargo, esta definición peca por su falta de concreción en una
realidad específica. Y arroja, implícitamente, el ocio al costal del tiempo
perdido, inútil. Ignorando el potencial formativo que tiene cada instante
de la vida.
Ya diversos autores han tratado de definir lo que se ha dado en llamar
“educación informal”, tratando de encontrar una fórmula que permita
comprender la permanente influencia de los medios de comunicación de
masa -por ejemplo- y su incidencia en la formación de cada individuo, así
como la interactividad permanente entre las personas, con las
experiencias vividas, etc. y las consecuencias que estas relaciones
conllevan, o el efecto de tales experiencias.
Podemos retener el siguiente esquema para entender dicho proceso:

4
HECHO
HECHO EDUCATIVO
EDUCATIVO

elelque
querecibe
recibeeducación
educación elelque
queeduca
educa

Puede ser Puede


puedenonoser
ser Puede educar
puede educar Puede
puede educar
educar
puede ser
consciente consciente
conscientedede intencionalmente
intencionalmente sin intención
intención
consciente de
de que es que es
que es educa- (c)
(c) (d)
(d)
que es educado
educado (a) educado
(a) do (b) (b)

El campo de la educación informal estaría determinado por las relaciones


d/b; d/a; y c/b, fundamentalmente. (2)
Habiendo ubicado con más claridad la forma en que actúan las diversas
influencias formativas falta, sin embargo, ir más al fondo y reconocer y
situar dichas influencias en diversos contextos. Ello porque las distintas
realidades, las diferentes trayectorias vitales conllevan, asimismo,
diferentes respuestas ante los mismos estímulos.
Es por eso que se hace necesario distinguir diversos tiempos libres y
varias formas de ejercicio del ocio. Distinción imprescindible, sobre
todo, para los habitantes de los países más pobres, pues ha de permitir el
desarrollo de estrategias de formación y capacitación masiva, de
condicionamiento social amplio y de generación de situaciones
favorables para la recepción activa de formas conductuales, y
maduración de criterios, que posibiliten los procesos naturales de
maduración personal y el consiguiente desarrollo de valores y
capacidades, allí donde la falta de oportunidades ha sembrado la
desesperanza.

Clases de Tiempo Libre

El Tiempo Libre disponible varía en función de cada persona


individualmente. Esto a partir de la actividad de supervivencia o de
capacitación para la supervivencia, que cada uno desarrolla y de los
recursos socioeconómicos generados de que dispone. (3)

5
Delimitaremos gruesamente tres tipos de Tiempo Libre, entre nosotros,
como referentes para comprender las diferencias que existen a este
respecto entre los individuos:
a. Una persona de nivel socioeconómico alto y medio alto puede
fácilmente asumir su Tiempo Libre como aquel que le permite la
relajación necesaria para retomar fuerzas, pero asimismo, para planificar
tranquilamente el futuro, enriquecerse física e intelectualmente, si lo
desea y, en suma, diversificar el campo habitual de actividades. El
desarrollo de aficiones, de nuevas inquietudes, encuentra aquí el medio
adecuado y -definitivamente- recomendable.
Este es el Tiempo Libre habitual y más extendido en los países
desarrollados, por lo demás. Y entre minorías sociales en nuestro país.
b. Una persona de nivel socioeconómico medio o medio bajo debe
asumir su Tiempo Libre como aquel mínimo y escaso, útil apenas para la
recuperación de energías que le permitan volver a las ocupaciones
habituales de supervivencia. Tal ocio se resuelve frente a la televisión, la
radio, la práctica deportiva o en general las relaciones familiares y
sociales cercanas. Ráramente, acudiendo a las ofertas de la industria del
ocio, porque hay gastos prioritarios.
c. Una persona de nivel socioeconómico bajo o en extrema pobreza debe
asumir su Tiempo Libre como un tiempo objetivo avasallado por un
tiempo subjetivo marcadamente ansioso, ante la permanente inseguridad
para sobrevivir; con todas las consecuencias que una situación de
constante inestabilidad emocional arrastra inevitablemente. Por lo demás,
muchas veces la lucha por la sobrevivencia al límite de las posibilidades
obliga al desgaste de todo resquicio de tiempo existente, mientras que lo
objetivamente libre se vacía de sentido por falta de alternativas; el acceso
a las ofertas de la industria del ocio está totalmente negado por falta de
recursos, lo que es un causal suplementario de frustración, sobre todo
entre los más jóvenes, sugestionados por la publicidad al respecto en los
medios de comunicación masiva.

Niños, adolescentes y jóvenes

Tales definiciones de Tiempo Libre, dispares en todo sentido, encuentran


maneras de manifestarse según las generaciones, edades y coyunturas.
Por lo que respecta a niños, adolescentes y jóvenes de los sectores medio
bajo y bajo -mayoritarios en nuestro país- resulta un ámbito disponible
para la intervención educativo-formativa que tanto el Estado como las
preocupaciones privadas -salvo honrosísimas excepciones- suelen
olvidar.

6
Para estos sectores generacionales, el Tiempo Libre se trata de un vasto
tiempo gris, monótono y sin perspectivas, donde la desatención obligada
de los padres, impuesta por las presiones de la lucha por la
supervivencia, sumerge en la búsqueda solitaria de sus múltiples
interrogantes naturales.
El grupo, la mancha o collera, se vuelven -en situación de carencia- más
útiles e importantes que en las circunstancias normales, como mecanismo
de afirmación personal. (4) Las mal llamadas “pandillas” -o su versión
denominada “barras bravas”-, por ejemplo, son tan sólo una versión más
violenta del grupo de barrio, de grupos de adolescentes provenientes de
barrios urbano marginales incapaces de resolver sus conflictos naturales,
y que asumen formas violentas de expresión de sus demandas propias. Se
convierten, así, en portavoces de todos los demás mediante el ejercicio
agresivo de la impulsividad característica de esa etapa de la vida. Su
reacción nos parece, en todo caso, saludable, si se la mira en el contexto
de una sociedad enferma.
La escuela, por su lado, se convierte por ello, y ante el fracaso evidente
de sus objetivos explícitos, en un espacio importante de relaciones
sociales, de hallazgo de nuevos arquetipos o modelos, de descubrimiento
de otras actividades que surgen espontáneamente, pero que son
persistentemente desdeñadas por los agentes educativos.

El ocio

Reivindicar el valor formativo del ocio, cuando transcurre en un Tiempo


Libre integralmente adecuado es una tarea pendiente. El ocio es fuente de
creatividad y de desarrollo personal, cuando están dadas todas las
condiciones para su despliegue sin tensiones ni limitantes materiales o
espirituales. Es claro que este ocio creativo es privilegio de muy pocos.
Y corresponde a quienes pueden acceder a las diversas posibilidades de
la vida sin limitaciones excesivas, materiales o particulares.
Por otro lado, el ocio que transcurre en un mínimo de Tiempo Libre,
apenas reparador de energías, es un ocio regenerador que no permita ya
ninguna posibilidad, o acaso alguna mínima, para el desarrollo de otras
potencialidades de la persona. Es un ocio apenas de reposo, pasivo y que
sólo tiene como objetivo la supervivencia y la preservación del nivel de
vida o acaso, excepcionalmente, un mínimo progreso del status
socioeconómico. Se caracteriza por la limitación en la selección de
recursos para quienes, sin embargo, son capaces de dotarse de una
mínima cantidad de ellos, a diferencia de los más pobres.
Es en este último caso -el de los más pobres-, cuando el objetivo vital es
únicamente la lucha por la supervivencia en condiciones de permanente

7
inestabilidad, que se genera un tipo de ocio pernicioso. La búsqueda
permanente de lo más elemental se convierte en fuente de inestabilidad
emocional y el avasallamiento del Tiempo Libre objetivo por la presión
de las situaciones límite, promueve circunstancias de alto riesgo. Es que
el ocio, sin posibilidades materiales variadas para encausarlo
positivamente y en medio de tensiones emocionales, por toda la trama de
carencias y frustraciones que acarrea la pobreza, tiende a canalizarse,
muy naturalmente, hacia lo que encuentra más a la mano como vehículo
de evasión. Y la realidad nos muestra que ello se concreta,
fundamentalmente, en la búsqueda y desarrollo de actividades que tratan
de desahogar frustraciones a través de mecanismos compensatorios no
siempre positivos. Como la violencia, la delincuencia, el consumo de
alcohol y otras sustancias psicoactivas, o la resignación ante la propia
circunstancia.

El aprendizaje

La educación formal, hasta ahora, está sustancialmente orientada a la


implementación de diversas técnicas de enseñanza en el mejor de los
casos y -en la práctica real- sobre todo a la implementación de
mecanismos de transmisión de información apenas sistematizada. Y
aunque es parte del currículo en las normales, olvida permanentemente la
importancia prioritaria de las formas y etapas del aprendizaje entre los
niños, adolescentes y jóvenes, al tiempo que desatiende la individualidad
de cada sujeto. Ello se encuentra en el origen de múltiples fallas del
sistema educativo formal.
Sin embargo, tal descripción se ajusta incluso a una forma ideal que
apenas se da en la verdadera realidad. Lo auténtico es la presencia de
alumnos en un aula frente a una persona que se limita, tal y como lo
testimoniarán sin rubor la mayor parte de los maestros, a cumplir con los
objetivos del programa. Y nada más.
Así, la formación real de los niños, adolescentes y jóvenes de los sectores
mayoritarios en nuestro país, se da a través de la interacción entre los
pares -los amigos, la collera, la mancha-, en la relación extracurricular
con los mismos maestros y, en general, a través de la asimilación de la
multiplicidad de influencias que perciben cotidianamente por los medios
de comunicación, las relaciones que establecen espontáneamente en la
calle, en su mismo hogar -por negación, en muchos casos- y todo cuanto
rodea sus vidas en el ancho o angosto mundo que le toca experimentar a
cada uno, con los valores y las formas que se transmiten y priorizan en el
vasto tramado social.

8
Aprendizaje que se da en forma contradictoria, desordenada y expuesta a
todo tipo de interpretaciones, dados los niveles de incomunicación con el
mundo adulto más cercano o acaso, trágicamente, de la absoluta
incapacidad de responder adecuadamente a las interrogantes que se
presentan, por parte de éste.
En ese contexto, la escuela cumple un rol mínimo y apenas como punto
obligatorio de confluencia para el desarrollo de intereses muy distantes
de las matemáticas, la biología, la literatura o la historia. Y claro, lugar
obligatorio para paporretear cosas indiferentes por la necesidad de pasar
de año. Es que en la escuela, los profesores cumplen el programa y los
alumnos pasan de año.
El aprendizaje -espontáneo, de lo que fuere- se da en otro lado y de otra
manera. Y escapa a cualquier control, vigilancia e incluso conciencia de
parte de todos los agentes -padres, maestros, etc.- que debieran -
teóricamente- orientar y supervigilar el desarrollo formativo integral de
niños, adolescentes y jóvenes.

Intervenir en el Tiempo Libre

Se le llama intervenir para educar en el Tiempo Libre a la acción


consciente de agentes que son capaces de insertarse en la dinámica
espontánea de los acontecimientos para influir sobre ellos y, de esa
manera, alterar los condicionantes generales que influyen sobre la
formación integral de las personas. Tal tarea es compleja y amplia, tanto
como lo son los cientos de elementos del medio ambiente y las múltiples
circunstancias que permanentemente confluyen sobre cada uno. Más aún,
tomando en cuenta las variantes constantes a las que nos somete la
modernidad.
Sin embargo, nos interesa aquí y con cargo a una mayor profundización
del tema, por considerarlo prioritario, ocuparnos de niños, adolescentes y
jóvenes de los sectores mayoritarios en nuestro país, provenientes de las
clases media baja y baja, de la ciudad y del campo.
Donde, por lo demás, es siempre posible delinear acciones concretas,
tanto a nivel macro -con la indispensable intervención del Gobierno
(central y local)- como a nivel de acciones de iniciativa particular (vía
instituciones, ONGs, organizaciones, etc.)

Diagnóstico sucinto

9
Las variables principales que podemos identificar, para ser eficaces en la
intervención que permita modificar el Tiempo Libre en que se incuba el
ocio pernicioso, son las que siguen:
a. Bajo nivel socioeconómico;
b. Discriminación racial/cultural;
c. Expectativas personales paralizadas (bloqueos reales y subjetivos): por
falta de recursos para mayor capacitación, falta de estímulos en el hogar,
ausencia de motivación, resignación ante la propia suerte, también falta
de orientación, trabajo temprano y de escaso nivel remunerativo, factores
emocionales particulares;
d. Baja autoestima, muy ligado a los puntos anteriores (a,b y c);
e. Influencia de los medios de comunicación (Un ej.: la publicidad -y su
incitación al consumo y el status elevado inherente a muchos productos
que promociona- está dirigida a un determinado sector social,
principalmente, porque su intención es ganar a ese mercado potencial de
mayores recursos. Pero, la reciben todos). Además, la soledad -la
ausencia de los padres o tutores- en la que suelen espectar la televisión
niños, adolescentes y jóvenes, los hace más vulnerables ante los valores
que transmite.(5)
f. Valores tradicionales en crisis (véase: permanente bombardeo de
dobles mensajes, tanto en el hogar, la calle, los medios de comunicación,
los personajes públicos, etc.); este punto confluye con el anterior (e). Tal
crisis se da sin que exista alternativa sólida, estable y validada por el
consenso social;
g. Ausencia de alternativas de actividades posibles, por falta de recursos
materiales o de formación. Es punto importante: las horas vacías se
llenan de lo que está a la mano, por necesidad;
h. Tensiones emocionales permanentes, desde los hogares. Las
necesidades económicas y las frustraciones generan tensiones intra
familiares;
i. Nivel formativo escolar muy bajo y lo que es peor, con desarrollo de
malos hábitos y actitudes negativas y de rechazo hacia el aprendizaje;
j. Desarrollo cognitivo intelectual, por lo general, menor al indispensable
para ser competitivo;
k. Limitaciones de acceso a un mundo más amplio y variado;
l. Tugurización, y condiciones sanitarias y de salubridad mayormente
deficientes.

Un caso de intervención directa

Debemos distinguir los elementos más importantes que influyen en el


desarrollo de los niños, adolescentes y jóvenes, para luego tratar de

10
elaborar, asimismo, una estrategia de intervención integral que -
reconociendo la variedad de los elementos presentes- pueda promover
dinámicas con características de influencia igualmente espontáneas.
Ello implica el reconocimiento de los agentes formativos y la necesidad
de influir sobre ellos, o la generación de agentes alternativos que sirvan
como polos de atracción más interesantes o más llamativos. Implica
también una acción sobre el medio ambiente de desarrollo, lo que incluye
a la familia, la vivienda, el barrio, la escuela y -a un nivel macro-
indicaciones para una acción política mayor.
El esquema que sigue no es más que una de las alternativas posibles, en
uno de los marcos comunitarios probables. Valga como indicador de
algunos elementos que, sin embargo, juzgamos indispensables.
Utilizamos, para nuestro ejemplo, el espacio de una zona urbano
marginal en la capital, compuesta mayoritariamente por población
provinciana de extracción campesina y que tiene al castellano como
segunda lengua. Sus hijos(as) son limeños de primera generación y
dentro del cuadro general de un pueblo joven limeño, ambiente que ya ha
sido ampliamente descrito en múltiples trabajos consagrados al tema, por
lo que sintetizaremos únicamente lo más importante para los fines de este
ensayo.
Se trata de describir brevemente una experiencia llevada a cabo entre los
años 1988 y 1992, en un pequeño asentamiento humano del distrito de
Chorrillos. Experiencia que fue planteada en un principio como
propuesta de educación no formal en la zona de vivienda de niños,
adolescentes y jóvenes de ambos sexos.
Se implementó un sistema de talleres diversos y una biblioteca que
pretendían irse afirmando autogestionariamente a partir de una
asociación formada por los mismos beneficiarios. La idea original
buscaba que la dinámica misma de las actividades colaborara en la
formación de los participantes, tanto por lo que se refiere a la formación
de valores como la incitación al descubrimiento de nuevas realidades,
apertura al mundo y afirmación de la autoestima. Punto de partida que
juzgamos ahora como validado, pero insuficiente.
Se creó una asociación propia, se enseñó a manejar dinámicas de
reuniones, se programaban actividades, se atendía en la biblioteca no
sólo mediante el préstamo de material, sino que asistiendo con nivelación
escolar y apoyo para la realización de las tareas escolares; se realizaban
actividades deportivas con los niños, adolescentes y jóvenes, pero
asimismo con los padres de familia.
Estas dinámicas duraban días enteros, pero poco a poco nos fuimos
dando cuenta que lo más importante de todo cuanto estábamos haciendo
era que estábamos permitiendo cubrir un enorme espacio de tiempo libre

11
con actividades que llenaban la vida de los chicos participantes, al
tiempo que se lograba la internalización de pautas positivas de
comportamiento estables. Pudimos apreciar asimismo un elemento que
hasta ese momento nos había parecido simplemente necesario, pero que
resultaba más bien el eje y el fundamento de todo: la presencia y la
influencia del promotor. Este era el agente de mayor poder y capacidad
en todas las dinámicas que se desarrollaban. Incluso, su sola presencia
era ya una demanda permanente y persistente, tanto por parte de los
niños, adolescentes y jóvenes participantes, como de sus propios padres.
El promotor terminó siendo modelo -tal como lo entiende la teoría social
del aprendizaje- y una especie de consejero, amigo, asesor cercano y -
sobre todo entre los adolescentes- fuente de apoyo y orientación en un
momento en el cual la figura de los propios padres aparecía fuertemente
devaluada: por doble motivo, el naturalmente generacional, en efecto,
pero duplicado por la distancia que ellos, limeños y citadinos, sentían
hacia la cultura campesina y andina de sus progenitores.
Es verdad que el promotor aparecía también dotado de atributos de
poder: recursos para las actividades que a ellos/ellas más les interesaban,
relaciones personales de apariencia prestigiosa, facilidad para alcanzar
objetivos aparentemente inalcanzables en circunstancias para ellos/ellas
normales.
El promotor era fortaleza y debilidad, al mismo tiempo, de toda la
dinámica. Pues, tan importante era su figura que, cuando debió
abandonar el proyecto -por enfermedad- el mismo fue decayendo
paulatinamente. Un robo casi total a la biblioteca por parte de jóvenes
adictos de una zona vecina, terminó por asestar un golpe mortal al
empeño de varios años.
Cabe anotar, sin embargo, que esto coincidió con el paso a una edad
adulta/joven de la mayoría de los adolescentes que componían el grueso
del grupo de mayor iniciativa.

Balance de la experiencia

El trabajo duró entre cinco y siete años, si contamos tres años previos de
integración a la comunidad por parte del promotor mientras realizaba
otras actividades. Suficiente para sopesar un resultado en el núcleo
mayor de participantes.
Entre estos, fue posible eliminar en la totalidad la tentación al consumo
de drogas fuertes y mitigar la afición al consumo excesivo de alcohol.
Esto último es muy difícil de extirpar, puesto que forma parte de un
sentido común socialmente extendido, y la influencia negativa proviene
de que dicho sentido común está muy arraigado en el mismo entorno

12
familiar. La experiencia, al frustrarse en un momento por razones de
índole económica que se agregaron, impidió confirmar lo que se había
avanzado en este último aspecto.
Se logró impedir, mediante la razón y el ejemplo, la concreción de varias
relaciones de pareja estables demasiado tempranas; lo que es un dato
importante pues, como es obvio, las parejas tempranas bloquean las
posibilidades de desarrollo personal individual, al verse los jóvenes
obligados a asumir otro tipo de responsabilidades.
Se encauzó la elección y proyección de actividades profesionales (en
cuatro casos) y de oficios, en la totalidad.
Nuestra zona de trabajo estaba libre de la formación de grupos de
adolescentes con actitudes belicosas, aunque sí era parte de la vida del
grupo la reacción de autodefensa ante la incursión de los adolescentes de
los barrios vecinos. Donde cabe destacar la importancia que cupo a la
tarea de apaciguamiento constante de parte del promotor frente a las
provocaciones, en ocasiones graves.
El resultado final fue la creación, en la zona, de una especie de oasis
liberado de guerrilla entre barrios.(6)

Propuestas generales

La experiencia brevemente descrita y las reflexiones anteriores nos


permiten las siguientes conclusiones y propuestas básicas:
a. Es imprescindible reconocer como una tríada indesligable el conjunto
niño-adolescente-joven, en tanto etapas de un sólo proceso. Por lo que es
absurdo establecer compartimentos separados para cada grupo. Debe
reconocerse la relación entre todas las etapas del desarrollo,
distinguiendo únicamente lo específico de cada momento y destacando la
individualidad en cada sujeto.
b. En ese sentido, debe diseñarse una política general para niños,
adolescentes y jóvenes que tenga en cuenta lo antes dicho. Y no, como
hoy, que a fuerza de marchas y contramarchas, se atiende mejor que
antes, pero aún insuficientemente, a los niños(as), se mantiene en una
especie de limbo a los/las adolescentes y se obvia absolutamente la
especificidad de las necesidades de la juventud.
c. En el marco general de tal política, es imprescindible reconocer la
necesidad de intervenir sobre todos los elementos formativos
espontáneos que influyen en niños adolescentes y jóvenes.
d. La relación del adulto con los niños, adolescentes y jóvenes es uno de
los ejes de reflexión y acción consecuente que requiere atención
permanente por su vital importancia, en todos los momentos de la vida.

13
La Educación para Educar es, por ello, un elemento central de toda
estrategia de intervención.
Lo que implica, en términos generales y mínimamente, lo siguiente:

I. A nivel macro:

a. Se hace indispensable el desarrollo de una política general de atención


a niños, adolescentes y jóvenes en el sentido de sus legítimas y propias
necesidades. Preservando la perspectiva de un sólo proceso que tiene tres
momentos consecutivos interdependientes y con características
específicas. Reconociendo, asimismo, características diferenciadas según
sectores socioeconómicos.
Los ejes de dicha política serán tres: Educación (formal, no formal,
informal, es decir: escolar, superior -tanto profesional como técnica- y
promoción/protección del uso creativo del Tiempo Libre), Salud (de
atención directa y, sobre todo, preventiva), y trabajo (promoción
adecuada del empleo juvenil; protección a niños y adolescentes que
trabajan).
Para ello, desde una instancia superior, se deben desarrollar campañas,
programas y oficinas permanentes dedicadas a este menester.
El Estado dispone, hasta la actualidad, de algunas instancias repartidas en
varios ministerios que dispersan su voluntad de trabajo. Unidas en una
sola instancia pueden ser el núcleo impulsor de todo el esfuerzo.
b. Sustento y ejecución de una campaña nacional permanente de
educación pública que promueva y reconozca el rol protagónico
específico, pero importante, de niños, adolescentes y jóvenes. En ese
sentido es vital la promoción masiva del asociacionismo en todos los
ámbitos y niveles.
c. Reconocimiento oficial del desarrollo urbanístico adecuado y decoroso
como un aspecto importante para la promoción del desarrollo integral de
la persona.
d. Concertación con/de los medios de comunicación social. Este es un
aspecto sumamente importante y que requeriría una enorme dosis de
conciencia y voluntad de parte del Estado y de la empresa privada.
e. Concertación entre todos los agentes educativos, debidamente
identificados, tanto formales como informales, promovida por el Estado.
Tomar conciencia del rol que se asume.
f. Creación, en las Universidades e Institutos, de la especialidad
profesional de Promotor Educativo u otra semejante, para las actividades
de intervención en el Tiempo Libre, como disciplina integrante del
ámbito educativo.

14
g. Creación del Vice-Ministerio de Educación Informal y del Vice-
Ministerio de Educación Formal, como instancias normativas y
fiscalizadoras del mismo nivel, al interior de un Ministerio de Educación
Pública General.
h. Rol promotor principal -en todos los ámbitos arriba indicados- de los
gobiernos municipales, tanto provinciales como distritales.

II. A nivel micro:

a. Los programas de intervención directa requieren de personal


especialmente capacitado para llevar a cabo las diferentes actividades.
Los Promotores Educativos son el eje de dichas actividades que se llevan
a cabo entre las diversas variables de ejecución de propuestas de
intervención en el Tiempo Libre.
b. Las iniciativas que se deben programar son múltiples. Unas tienen
como eje la intervención en la dinámica espontánea de las actividades y
eventos naturales del Tiempo Libre y que influyen sobre las personas,
para enriquecer y abrirle perspectivas a la libre disponibilidad del ocio.
Otras en la apertura del abanico de posibilidades entre las actividades de
capacitación. Finalmente la atención individual -en su espacio de
elección (vivienda, barrio, club, parroquia, centro de formación, etc.) y
en la medida de lo posible- de cada sujeto.
c. Las actividades deben ser estables en el tiempo, permanentes por lo
que a la demanda de cada sujeto se refiera. Tal estabilidad debe tener -
además y desde el principio- toda la garantía de serlo.
d. La amplitud de la convocatoria debe ser la máxima posible y sin
discriminación alguna.
e. La iniciativa de las actividades debe ser compartida. Nadie debe ser
obligado a nada. Toda actividad gira en torno a la espontaneidad
manifiesta. El promotor propone, estimula, facilita, participa; nunca
jamás impone.
f. Los promotores debe ser más de uno y de ambos sexos, en lo posible,
para poder tratar con niños y adolescentes de ambos sexos con facilidad.
Deben ser personas estables emocionalmente y tener, en lo posible, vida
de pareja. (7)

Conclusión

Todo esto aparece como un dicho a medias sobre asuntos que no son
percibidos normalmente como relevantes. Sin embargo, son el bosquejo
de un trabajo necesario de investigación, entre nosotros, que requeriría de
medios, tiempo y voluntad consciente de su importancia.

15
Es que apuntamos a la reflexión y al esfuerzo de comprensión de la
realidad cotidiana de un otro que siempre ha sido perdido de vista por
quién no vive tales realidades. A pesar de las mejores intenciones.
Desde allí, desde un antiguo tema nuevo, apuntamos a la creación de otra
realidad. Un asunto de mucha ambición, entonces, que engloba todo. Que
nos embarca en riesgosa travesía a contra corriente, donde es posible que,
al principio, nadie entienda nada y la brújula de la autoridad establecida
gire sin rumbo fijo.
Nuestra obligación es indicar la ruta, y abrir esta nueva trocha.

NOTAS
(1) Véase “La escuela en la comunidad campesina”, de Juan Ansión.
(2) Según Sanvisens, citado en “La escolarización. Historia de la enseñanza”, de Claudio Lozano –
Edit. Montesinos, Barcelona.
(3) Hay aspectos de índole emocional que pueden actuar como perturbadores del desarrollo de
cualquier persona -sin importar el entorno socio económico- e impedir un despliegue adecuado de las
posibilidades de un ocio creativo, por hallarse el Tiempo Libre abrumado por la necesidad de superar
ese tipo de carencias. No nos referimos a ello en este trabajo, pero no queremos de ninguna manera
dejar de resaltar su importancia; ni dejar de señalar la necesidad de que los educadores reconozcan
estos casos particulares y muchas veces complejos.
(4) Ello, cuando la sobreprotección de los padres no interviene para controlar -faltos de otra forma-
mediante el aislamiento total de los pares y la obligación del trabajo de subsistencia o el
encadenamiento a las tareas domésticas; circunstancia esta donde lo lúdico es despreciado como
inservible. Véase sobre el tema, con interés: “¿Y ahora, qué hice?”, de Luis Guerrero Ortiz – Edit.
Ayni-Rädda Barnen, Lima.
(5) Reflexión importante de Constantino Carvallo Rey, durante conversatorio denominado “Medios de
Comunicación, Medios de Educación” en la Universidad de Lima, en junio de 1997.
(6) Importante es saber que las "pandillas" -en realidad actitudes provisionales de grupos de
adolescentes, mezcla de diversión desorientada y ansia de llenar el Tiempo Libre sin limitaciones y en
desahogo- son de siempre, y sólo se han extendido y agudizado recientemente, en parte gracias a la
promoción equivocada que se les ha hecho a través de los medios de comunicación.
(7) “Pareja estable” se refiere a que es mejor si se trata de personas que tienen un respaldo afectivo y
emocional que permita sobrellevar dificultades y evite la creación de problemas y conflictos con los
niños y adolescentes. La expresión “pareja estable” es perfectamente neutra, sin embargo, pues lo
importante, lo realmente fundamental, es garantizar la estabilidad emocional de los promotores.
Esta última precisión es importante y no gratuita: nuestra experiencia nos ha enseñado a abrir los ojos
a la realidad de una inmensa ambigüedad en cuanto a la sexualidad -y la moral en general-, al interior
de una crisis extendida de los valores tradicionales, sin alternativa a la vista y con un doble mensaje
extendido en torno al tema que obliga a que -en algún momento- éste deba enfrentarse con absoluta
franqueza.

***

16

You might also like