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GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

estuviera lleno lo subiría a la montaña y se lo


CUENTOS Y ofrecería a Dios.
Finalmente, con su precioso jarrón hasta los
PARÁBOLAS bordes, se puso en camino hacia la montaña. A
cada paso se repetía lo que debía decir a Dios:
Los cuentos y parábolas no son cosa de “Mira, Señor, ¿te gusta mi precioso jarrón? Es-
niños. Con mucha sencillez nos hacen pero que sí y que quedarás encantado con
descubrir grandes tesoros de lo cotidia- todas las oraciones y buenas obras que he
no. No es raro que fuese el estilo que ahorrado durante este tiempo para ofrecértelas.
utilizase habitualmente Jesús. Por favor, abrázame ahora”.
Lo que sí hace falta es espíritu de niños, Al llegar a la montaña, oyó una voz que descen-
de maravillarse ante cosas simples que día retumbado de las nubes: “¿Quién está ahí
abajo? ¿Por qué te escondes de mí? ¿Qué has
nos enseñan realidades bien profundas.
puesto entre nosotros?”
818. CUENTOS “Soy yo. Tu santo hombre. Te he traído este
Yo no sé muchas cosas, es verdad. precioso jarrón. Mi vida entera está en él. Lo he
Digo tan sólo lo que he visto. traído para Ti”.
Y he visto: que la cuna del hombre “Pero no te veo. ¿Por qué has de esconderte
la mecen con cuentos, los ahogan con cuentos, detrás de ese enorme jarrón? No nos veremos
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, de ese modo. Deseo abrazarte; por tanto, arró-
que los huesos del hombre jalo lejos. Quítalo de mi vista”.
los entierran con cuentos, No podía creer lo que estaba oyendo. ¿Romper
y que el miedo del hombre... su precioso jarrón y tirar lejos todas sus piedre-
ha inventado todos los cuentos. citas? “No, Señor. Mi hermoso jarrón, no. Lo he
Yo sé muy pocas cosas, es verdad, traído especialmente para Ti. Lo he llenado de
pero me han dormido con todos los cuentos... mis...”
y sé todos los cuentos.
“Tíralo. Dáselo a otro si quieres, pero líbrate de
Ahora estoy de regreso, he llegado hace poco, él. Deseo abrazarte a ti. Te quiero a ti”.
Soy nuevo en la ciudad... Y esto quiero decir:
Me durmieron con un cuento... Pedro Ribes. “Parábolas y fábulas...”, p. 31
y me he despertado con un sueño.
Es un sueño sin lazos, Sin espejos, sin anillos,
820. {TC “”} ACCIÓN DESINTERE-
sin redes, sin trampas y sin miedo. SADA
León Felipe “Lo que más me deprime es la absoluta vulgari-
dad de mi existencia. Jamás en la vida he hecho
819. {TC “”} EL ABRAZO DE DIOS nada tan importante como para merecer la aten-
Un hombre santo, orgulloso de serlo, ansiaba ción del mundo”.
con todas sus fuerzas ver a Dios. Un día Dios le “Te equivocas si piensas que es la atención del
habló en un sueño: “¿Quieres verme? En la mundo lo que hace que una acción sea impor-
montaña, lejos de todos y de todo, te abrazaré”. tante”, dijo el Maestro.
Al despertar al día siguiente comenzó a pensar Siguió una larga pausa.
qué podría ofrecerle a Dios. Pero ¿qué podía
“Bueno, pero es que tampoco he hecho nada
encontrar digno de Dios?
que haya influido en alguien, ni para bien ni para
“Ya lo sé”, pensó. “Le llevaré mi hermoso jarrón mal...”
nuevo. Es valioso y le encantará... Pero no
“Te equivocas si piensas que es el influir en los
puedo llevarlo vacío. Debo llenarlo de algo”.
demás lo que hace que una acción sea impor-
Estuvo pensando mucho en lo que metería en el tante”, volvió a decir el Maestro.
precioso jarrón. ¿Oro? ¿Plata? Después de
“Pero, entonces, ¿qué es lo que hace que una
todo, Dios mismo había hecho todas aquellas
acción sea importante?”
cosas, por lo que se merecía un presente mu-
cho más valioso. “El realizarla por sí misma y poniendo en ello
todo el propio ser. Entonces resulta ser una
“Sí”, pensó al final, “le daré a Dios mis oracio-
acción desinteresada, semejante a la actividad
nes. Esto es lo que esperará de un hombre
de Dios”.
santo como yo. Mis oraciones, mi ayuda y servi-
cio a los demás, mi limosna, sufrimientos, sacri- Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
ficios, buenas obras...”. Sal Terrae.
Estaba contento de haber descubierto justamen- 821. {TC “”} ACTITUDES
te lo que Dios esperaría y decidió aumentar sus
oraciones y buenas obras, consiguiendo un Dice una antigua leyenda que, cuando Dios
verdadero récord. Durante las pocas semanas estaba creando el mundo, se le acercaron cua-
siguientes anotó cada oración y buena obra tro ángeles, y uno de ellos le preguntó: “Qué
colocando una piedrecita en su jarrón. Cuando estás haciendo?”; el segundo le preguntó: “¿Por

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qué lo haces?”; el tercero: “¿Puedo ayudarte?”; 824. ADORAR AL VERDADERO


y el cuarto: “¿Cuánto vale todo esto?”
DIOS
El primero era un científico, el segundo un filó-
sofo, el tercero un altruista, el cuarto un agente El maestro preguntó al discípulo:
inmobiliario. - ¿Por qué no adoras a los ídolos?
El discípulo respondió:
Un quinto ángel se dedicaba a observar y a - Porque el fuego los quema.
aplaudir con entusiasmo. Era un místico. - Entonces adora al fuego.
Antohny de Mello. “La oración de la rana. 2” - En todo caso adoraría al agua, capaz de apa-
gar al fuego.
822. ACTUAR DE DIOS - Adora entonces al agua.
- En todo caso adoraría las nubes, capaces de
Un hombre se hallaba en el tejado de su casa apagar el fuego.
durante unas inundaciones y el agua le llegaba - Adora las nubes.
a los pies. - No, porque el viento es más fuerte que ellas.
Poco después, pasó un individuo remando en - Entonces adora el viento que sopla.
una canoa y le gritó: - Si debiera adorar al viento, adoraría al hombre
- “¡Oiga! ¿Quiere que le lleve a un sitio más que tiene poder de soplar.
alto?”. - Adora entonces al hombre.
- No, porque muere.
- “No, gracias - replicó el hombre -. Tengo fe en - Adora la muerte.
el Señor y Él me salvará”. - Lo único digno de adorarse es el Dueño de la
Pasó el tiempo, y el agua le llegaba al hombre vida y de la muerte.
hasta la cintura. Entonces pasó por allí una El maestro alabó la sabiduría del discípulo.
lancha de motor. Anónimo judío
- “¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?” -
825. {TC “”} LA ALFORJA
gritó el que la llevaba.
- “No, gracias - respondió el hombre -. Tengo fe Un día Júpiter bajó a la tierra, convocó a todos
en el Señor y Él me salvará”. los animales, incluido el hombre, y les dijo:
Más tarde, cuando el nivel del agua le llegaba - Quiero que viváis en armonía y contentos. Así
hasta al cuello del individuo, llegó un helicópte- que, si alguien tiene alguna queja, que la diga
ro. sin temor y enseguida le pondré el remedio.
- “¡Cójase a la cuerda - gritó el piloto -. Yo le - Nadie expuso nada. Júpiter entonces se dirigió
subiré”. al mono
- “No, gracias - dijo el hombre por tercera vez -. - ¿Qué? ¿Tú estás contento?
Tengo fe en el Señor y Él me salvará”. - Claro, - respondió el mono - tengo cuatro pati-
Desconcertado, el piloto dejó a aquel hombre en tas que son un tesoro y tengo un tipo que todos
el tejado, casi cubierto por las aguas. Después me envidian. Yo no tengo motivos para envidiar
de haber pasado horas allí, el pobre hombre no a nadie... Comparado con el oso, tan feo, soy
pudo resistir más, se ahogó y fue a recibir su una maravilla. Él sí tendrá de qué quejarse.
recompensa. Los otros animales pensaban como el mono y
Mientras aguardaba en las puertas del Paraíso, esperaban la queja del oso. No hubo tal queja.
se halló frente al Creador y se quejó de lo ocu- Al contrario, con tono de orgullo dijo:
rrido: - Yo me veo fuerte, bien proporcionado, con
- “Señor - le dijo -, yo tenía total fe en que Tú me cierto aire señorial. Comparado con el elefante,
salvarías y me abandonaste. ¿Por qué?” que es un monstruo, una masa de carne que
parece que se cae a trozos, soy un encanto. No
A lo cual le replicó el Señor: me quejo de nada.
- “¿Qué más quieres? ¡Te mandé dos lanchas y El elefante tomó la palabra y dijo:
un helicóptero”.
- ¡Ah!, pues yo no me quejo absolutamente de
823. {TC “”} ACUMULAR nada, me siento fuerte, sólido, como un rey con
mucho poder. Mucho peor es la ballena que
Cuando el gorrión hace su nido en bosque, no parece una masa informe.
ocupa más que una rama. Cuando el ciervo
apaga su sed en el río, no bebe más que lo que La ballena no se quejó; se veía mejor que la
le cabe en la panza. jirafa, larguirucha y desgarbada. La jirafa se
sentía esbelta, fina, señorial, no como la hormi-
Nosotros acumulamos cosas porque tenemos el ga, insignificante y rastrera. La hormiga se veía
corazón vacío. como una reina comparada con el mosquito. Y
Anthony de Mello. “La oración de la rana (2º el mosquito se vio ágil, se defendía muy bien...
tomo)”, p. 83 Así todos hasta que llegó el hombre. Éste se
entretuvo en contar todas sus cualidades y

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encantos. Luego siguió hablando sobre los Mas su destino era encontrarse, y había llegado
defectos de los otros. Y se reía de ellos. la hora.
Júpiter, que había estado en silencio, se dirigió El pájaro libre cantaba: “Amor, volemos al bos-
a todos de nuevo y les dijo: Bien, veo que cada que”.
uno lleva dos bolsas: en la de atrás metéis vues- El pájaro preso decía bajito: “Ven tú aquí, viva-
tras faltas y en la de delante las faltas de los mos los dos en la jaula”.
otros.
Decía el pájaro libre: “Entre rejas no pueden
Alfonso Francia. “Educar con fábulas”, p. 35 abrirse las alas”.
826. {TC “”} AMANTE Y ACTIVISTA - Ay, decía el pájaro preso, ¿sabré yo posarme
en el cielo?
Un activista regresó al monasterio para averi-
guar de qué clase de luz tenía aún necesidad. El pájaro libre cantaba: “Amor mío, pía cancio-
nes del campo”.
“La luz que todavía necesitas - le dijo el Maestro
- es la que te permita conocer la diferencia entre El pájaro preso decía: “Estáte a mi lado, te
un amante y un activista. El amante toma parte enseñaré la canción de los sabios”.
en una sinfonía”. El pájaro libre cantaba: “No, no, nadie puede
“¿Y el activista?” enseñar las canciones”.
“El activista sólo oye el sonido de su propio El pájaro preso decía: “Ay, yo no sé las cancio-
tambor”, dijo el Maestro. nes del campo”.
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. Su amor es un anhelo infinito, mas no pueden
volar ala con ala. Se miran y se miran a través
827. {TC “”} AMAR LO QUE SO- de los hierros de la jaula, pero es en vano su
MOS deseo. Y aletean nostálgicos y cantan: “Acérca-
te más, acércate más”.
Los animales del bosque se dieron un cuenta un El pájaro libre grita: “¡No puedo! ¡No puedo!
día de que ninguno de ellos era el animal per- ¡Qué miedo me da tu jaula cerrada!”
fecto: los pájaros volaban muy bien, pero no
nadaban ni escarbaban; la liebre era una estu- El pájaro preso canta bajito: “¡Ay!, no puedo.
penda corredora, pero no podía volar ni sabía ¡Mis alas se han muerto!”
nadar... Y así todos los demás.
829. ANTE UN ELEFANTE
¿No habría una manera de establecer una aca-
demia para mejorar la raza animal? Dicho y Un príncipe oriental, para dar una lección a sus
hecho. En la primera clase de carrera, el conejo súbditos sobre la búsqueda de Dios, hizo reunir
fue una maravilla, y todos le dieron sobresalien- un día a muchos ciegos. Después ordenó que
te; pero en la clase de vuelo subieron al conejo se les mostrase el mayor de sus elefantes sin
a la rama de un árbol y le dijeron: “¡Vuela, cone- decirles qué animal tenían delante. Cada ciego
jo!”. El animal saltó y se estrelló contra el suelo, se acercó al elefante y le tocaron en diversas
con tan mala suerte que se rompió dos patas y partes de su cuerpo. Al final el príncipe preguntó
fracasó también en el examen final de carrera. qué había palpado cada uno.
El pájaro fue fantástico volando, pero le pidieron El que había tocado las piernas dijo que un
que excavara como el topo. Al hacerlo se lasti- tronco arrugado de un árbol.
mó las alas y el pico y, en adelante, tampoco
pudo volar; con lo que ni aprobó la prueba de El que había tocado la trompa, una gruesa rama
excavación ni llegó al aprobadillo en la de vuelo. nudosa. El que había tocado la cola, una ser-
piente desconocida. Un muro, dijo el que había
Convenzámonos: un pez debe ser pez, un estu- tocado el vientre. Una pequeña colina, el que
pendo pez, un magnífico pez, pero no tiene por había tocado el lomo.
qué ser pájaro. Un hombre inteligente debe
sacarle punta a su inteligencia y no empeñarse Como no se ponían de acuerdo entre ellos,
en triunfar en deportes, en mecánica y en arte a comenzaron a discutir. El príncipe interrumpió la
la vez. Una mucha fea difícilmente llegará a ser discusión:
bonita, pero puede ser simpática, buena y una - Esta pequeña muestra os hacer ver cómo de
mujer maravillosa... porque sólo cuando apren- las grandes cosas conocemos muy poco, y de
damos a amar en serio lo que somos, seremos Dios casi nada.
capaces de convertir lo que somos en una ma- Parábola hindú
ravilla.
Anthony de Mello 830. {TC “”} ANTICREACIÓN
Al fin, el hombre destruyó el cielo y la tierra.
828. {TC “”} AMOR ENTRE PÁJA- La tierra era bella y fértil,
ROS la luz brillaba en las montañas y los mares,
El pájaro manso vivía en la jaula y el pájaro libre y el espíritu de Dios llenaba el universo.
en el bosque. Y el hombre dijo:
“Posea yo todo el poder
en el cielo y en la tierra”.

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Y vio que el poder era bueno Así fue el día antes del fin.
y llamó “grandes jefes” De pronto se produjo un gran terremoto
a quienes detentaban el poder, en toda la superficie de la tierra,
y dio el nombre de débiles y el hombre
a los que buscaban la reconciliación. y todo lo que había hecho dejaron de existir.
Así fue el sexto día antes del fin. Así acabó el hombre
con el cielo y con la tierra.
Y el hombre dijo:
La tierra volvió a ser
“Haya una gran división entre los pueblos:
un mundo vacío y sin orden;
y póngase a un lado
toda la superficie del océano
las naciones que están por mí
se cubrió de oscuridad
y al otro lado las que están contra mí”.
y el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas.
Y hubo buenos y malos.
Así fue el día quinto antes del fin. 831. {TC “”} EL ÁRBOL GENERO-
Y el hombre dijo: SO
“Juntemos nuestras fortunas en un lugar
y creemos instrumentos para defendernos: Érase un árbol copudo, denso, fuerte; sobre
la radio y la televisión todo fuerte frente a la lluvia y los vientos hura-
para controlar los espíritus de los hombres, canados que desmelenaban salvajes su frondo-
la movilización y el registro sa cabellera verde.
para controlar los cuerpos de los hombres, Pero el árbol tenía una debilidad: un niño, a
los uniformes para dominar quien amaba más allá de sí mismo. Lo amaba
las almas de los hombres”. desde que la madre del recién nacido venía,
Y así fue. El mundo quedó dividido casi todos los días, con el bebé en brazos, lo
en dos bloques, en guerra. mecía y lo dormía contándole nanas entraña-
El hombre vio que tenía que ser así. bles, apoyada en su tronco rugoso, sentada
Así fue el cuarto día antes del fin. sobre sus raíces vegetales. El corazón del árbol
creció, casi sin sentirlo, al aire de aquellas deli-
Y el hombre dijo: “Haya censura
cadas nanas, haciéndose a la medida del cora-
para distinguir
zón inmenso de aquella mujer.
nuestra verdad de la de los demás”.
Y fue así: Un día, la madre murió; el niño tenía cuatro
el hombre creó dos grandes instituciones: años. Y fue precisamente entonces cuando el
una para ocultar la verdad en el extranjero. corazón de madera del árbol sintió que le madu-
Y otra, raban por dentro las entrañas de la madre muer-
para defenderse de la verdad dentro de casa. ta. Amar es tener algo hermoso y querer com-
El hombre lo vio y lo encontró normal. partirlo.
Así fue el tercer día antes del fin. Tomó cariño al niño, tanto que cuando le veía
Y el hombre dijo: venir, agotaba jubiloso sus ramas y le gritaba:
“Fabriquemos armas que puedan destruir - Ven, ¿quieres jugar? Vas a ser el rey de la
a distancia ingentes multitudes”. selva. Toma mis flores y mis hojas, trenza una
De este modo perfeccionó corona, colócala en tu cabeza.
la guerra bacteriológica,
perfeccionó los arsenales Y el niño pasea por los senderos del bosque.
de muerte submarinos, ¡Y el árbol fue feliz con la ofrenda de su fronda!
los proyectiles teledirigidos. Nadie puede detener la vida. El niño creció,
El hombre lo vio y se enorgulleció. otras instancias llenaron su corazón. Ya no
Entonces los bendijo, diciéndoles: quería jugar a ser el rey de la selva; su corazón
“Sed numerosos y grandes sobre la tierra, quería cosas, cosas, cosas... pero no las tenía,
llenad las aguas del mar y su rostro languidecía de tristeza.
y los espacios celestes, multiplicaos”.
Así fue el día segundo antes del fin. - ¿Por qué estás triste? - le preguntó el árbol.
Y el hombre dijo: “Hagamos a Dios - Porque necesito cosas y no tengo dinero para
a nuestra imagen y semejanza, comprarlas.
digamos que Dios
obra como nosotros obramos, - No sufras por eso. Ven: súbete en mis brazos,
que piensa como nosotros pensamos, están cargados de manzanas, toma las que
que quiere lo que nosotros queremos, quieras, llévalas al mercado, véndelas y tendrás
que mata como nosotros matamos”. el dinero que necesitas.
El hombre creó un Dios a su medida. ¡Y el árbol fue feliz con la ofrenda de sus frutos
Y lo bendijo diciendo: en sazón!
“Muéstrate a nosotros Pasó el tiempo, tiempo de soledad para el árbol;
y pon la tierra a nuestros pies: pero una mañana su corazón volvió a estreme-
no te faltará nada, si haces nuestra voluntad” cerse de alegría. El niño de otros tiempos, hom-
Y así fue: bre ahora, volvió junto a él, eso sí, serio, pensa-
el hombre vio todo lo que había hecho tivo:
y estaba muy satisfecho de todo ello.

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- ¿Qué te pasa? - le preguntó el árbol -. ¿Por “¡Pues yo nunca te he oído hablar del dolor por
qué estás triste? los pecados!”
- Porque quiero hacerme una casa y no tengo “El arrepentimiento no consiste en afligirse por
madera. el pasado. El pasado ha muerto y no merece un
- No sufras por eso: toma tu hacha y corta mis solo momento de aflicción. Arrepentirse es cam-
ramas más robustas, hazte una casa y sé feliz. biar de mente; es ver la realidad de un modo
radicalmente distinto”.
El niño de otros tiempos, hombre ahora, tomó el
hacha y fue segando los brazos henchidos de Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
savia del árbol. Y se hizo una casa al borde del 833. {TC “”} AZRAEL, EL ÁNGEL
bosque.
DE LA MUERTE
¡Y el árbol fue feliz con la ofrenda de su madera!
Cuentan que en la ciudad de Bagdad, cierto día
Pero el corazón del hombre no se llena con
un joven charlaba en el jardín de su suntuoso
cosas. Hastiado de vivir en su casita de madera
palacio con dos ancianos mercaderes. Éstos se
al borde del bosque, el niño de otros tiempos,
quejaban de su incierta vida, siempre viajando
hombre maduro ahora, volvió a internarse en la
entre peligros y fatigas. El joven, en cambio, se
maraña de la selva. Cuando el árbol lo divisó a
siente feliz, porque llegará a la vejez gozando
lo lejos, se estremeció de gozo y le preguntó:
de su palacio. De repente aparece Azrael, el
- Te veo de nuevo triste, ¿qué te pasa, no te ha ángel de la muerte, que mira con extrañeza al
llegado la madera? joven: desaparece después.
- Sí, pero estoy aburrido de ver siempre el mis- El joven, espantado, monta en su mejor caballo
mo paisaje, de oír siempre el eco de mis pasos y huye; al cabo de unas horas de loca carrera,
resonando sobre la madera. Me han dicho que sufre, cerca de Damasco, una caída y en ella
lejos, muy lejos, hay mares bellísimos, paisajes encuentra la muerte.
de ensueño, gentes extrañas, y quiero conocer-
Pasado algún tiempo uno de los ancianos ve a
las... pero no tengo barca.
Azrael y le pregunta por qué mostró aquella
- No sufras por eso. Empuña de nuevo el hacha, extrañeza ante el joven; el ángel de la muerte
tala mi tronco a raíz del suelo y hazte una barca. respondió: porque estaba gozoso en Bagdad y
Luego, con las pocas ramas que me quedan, yo debía llevármelo poco después en Damasco.
lábrate unos remos y vete a navegar: conocerás
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como dar-
esos mares bellísimos, paisajes de ensueño y
dos”, p. 112
gentes extrañas.
¡Y el árbol fue feliz con la ofrenda de su tronco! 834. EL BANQUETE DEL PRIMER
Pasó mucho tiempo, tanto que el viejo árbol MUNDO
generoso apenas respiraba ya por algunos
Érase una vez un grupo de personas. Estaban
retoños verdes. Hasta que un día, empinándose
invitados a un banquete en un castillo medieval.
sobre la hierba, vio que llegaba su antiguo ami-
Era una fiesta espléndida. Los mejores manja-
go. Casi no le reconoció: volvía encanecido,
res. Los vinos más costosos. No faltaba la or-
vacilante el paso, envejecido.
questa. Los invitados tenían buen apetito. Y una
- Ven, viejo amigo - invitó el árbol -. Y ahora, vez saciados, en lugar de ir a casa, continuaban
¿qué necesitas? degustando alimentos.
- Nada, no necesito nada. Estoy cansado de Eran tan voraces que se acabó la comida. El
tanto viajar. Ahora no busco más que un lugar dueño de la casa envió a sus criados, apoyados
tranquilo donde sentarme, volver la vista atrás y por los guardias de seguridad, a buscar más
reposar. alimentos entre los pobres campesinos del en-
- Acércate a mí, - replicó el viejo árbol agotado -. torno. También el gas empezó a escasear, y los
Ven, siéntate en el tronco que cortaste a ras de cocineros ordenaron a algunos criados que
tierra: es lo único que puedo ofrecerte... Des- cortaran madera de las columnas y del tejado
cansa. para hacer fuego y continuar cocinando. Pasado
un buen rato las columnas cedían y aparecían
Y el niño de otros tiempos, anciano ahora, se grietas en el techo. Pero los siervos y los co-
sentó y descansó. mensales estaban tan absorbidos en lo suyo
¡Las raíces del árbol morían alegres con la últi- que no se daban cuenta de las consecuencias
ma ofrenda de su viejo muñón! de sus acciones.
LÓPEZ ARRÓNIZ, Prudencio. “Más allá...” Misión Abierta, nº 8 de octubre de 1996

832. {TC “”} ARREPENTIMIENTO 835. LA BOLSA DE SEMILLAS


“¿Por qué no aconsejas nunca el arrepentimien- En una tienda de flores hay una bolsa de semi-
to?”, preguntó el predicador. llas. Mientras esperan que alguien las compre,
hablan entre sí. Una de las semillas quisiera que
“¡Pero si no enseño otra cosa...!”, replicó el
la comprara un campesino y que, después de
Maestro.
ser plantada, el viento la arrancara y así poder

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viajar por todo el mundo. Otra desearía ser obcecación y la cabezonería y tanto su egoís-
plantada en un jardín para que los niños jue- mo, que se agotaron sin probar bocado. A punto
guen entre las flores. Una tercera quisiera estar estuvieron, cada uno por su lado, de tocar con
en una maceta, en el balcón de una abuelita su hocico la hierba de enfrente pero no lo logra-
para alegrarla. La cuarta dice que ella prefiere ron. Eso aumentó más su sufrimiento, su angus-
quedarse dentro de la bolsa y así no sufrir mo- tia y su esfuerzo inútil.
lestias. La última en hablar, finalmente, quiere Pasaron así una hora, hasta que, extenuados
ser plantada y dar como fruto muchas flores que por el hambre, el trabajo y la rabia, cayeron al
a su vez produzcan nuevas semillas. suelo a dos dedos (¡a dos dedos tan sólo!) de la
836. {TC “”} BUENA NOTICIA alfalfa.
Dos vacas que pasaban por allí, en maravillosa
El Reino de los cielos es semejante a dos her- camaradería, se pararon y, con parsimonia
manos que vivían felices y contentos, hasta que inteligente, liquidaron uno de los montones y,
recibieron la llamada de Dios a hacerse discípu- después, con idéntico entendimiento, acabaron
los. con el segundo.
El de más edad respondió con generosidad a la Alfonso Francia. “Historias de la vida”.
llamada, aunque tuvo que ver cómo se desga-
rraba su corazón al separarse de su familia y de 838. {TC “”} BUSCAR A DIOS
la muchacha a la que amaba y con la que soña- DONDE SE ENCUENTRA
ba casarse. Pero, al fin, se marchó a un país
lejano, donde gastó su propia vida al servicio de El ermitaño, en oración oyó claramente la voz
los más pobres. Se desató en aquel país una de Dios. Le invitaba a acudir a un encuentro
persecución de resultas de la cual fue detenido, especial con Él. La cita era para el atardecer del
falsamente acusado, torturado y condenado a día siguiente, en la cima de una montaña lejana.
muerte. Temprano se puso de camino; necesitaba toda
Y el Señor le dijo: “Muy bien, siervo fiel y cum- la jornada para llegar al monte y escalarlo. Ante
plidor. Me has servido por el valor de mil talen- todo, quería llegar puntual a la importante entre-
tos. Voy a recompensarte con mil millones de vista.
talentos. ¡Entra en el gozo de tu Señor!” Atravesando un valle, se encontró a varios cam-
La generosidad del más joven fue menor. Deci- pesinos ocupados en intentar controlar y apagar
dió ignorar la llamada, seguir su camino y ca- un incendio declarado en el bosque cercano,
sarse con la muchacha a la que amaba. Disfrutó que amenazaba las cosechas y hasta las pro-
de un feliz matrimonio, le fueron bien los nego- pias casas de los habitantes. Reclamaron su
cios y llegó a ser rico y próspero. De vez en ayuda porque todos los brazos eran pocos.
cuando daba una limosna a algún mendigo o se Sintió la angustia de la situación y el no poder
mostraba bondadoso con su mujer y sus hijos. detenerse a ayudarles. No debía llegar tarde a
También de vez en cuando mandaba alguna la cita y, menos aún, faltar a ella. Así que con
pequeña suma de dinero a su hermano mayor una oración que el Señor les socorriera, apresu-
que se encontraba en un remoto país, adjuntán- ró el paso, ya que había que dar un rodeo a
dole una nota que decía: “Tal vez con esto pue- causa del fuego.
das ayudar mejor a aquellos pobres diablos”. Tras ardua ascensión, llegó a la cima de la mon-
Cuando le llegó la hora, el Señor le dijo: “Muy taña, jadeante por la fatiga y la emoción. El sol
bien, siervo fiel y cumplidor. Me has servido con comenzaba su ocaso; llegaba puntual, por lo
valor de diez talentos. Voy a recompensarte con que dio gracias al cielo en su corazón.
mil millones de talentos. ¡Entra en el gozo de tu Anhelante esperó, mirando en todas las direc-
Señor!” ciones. El Señor no aparecía por ninguna parte.
El hermano mayor se sorprendió al oír que su Por fin descubrió, visible sobre una roca, algo
hermano iba a recibir la misma recompensa que escrito. Leyó: “Dispénsame, estoy ocupado
él. Pero le agradó sobremanera. Y dijo: “Señor, ayudando a los que sofocan el incendio”.
aun sabiendo esto, si tuviera que nacer de nue- Entonces comprendió dónde debía encontrarse
vo y volver a vivir, haría por Ti exactamente lo con Dios.
mismo que he hecho”.
Vidal Ayala. “La voz del bosque”. PS.
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 151
839. {TC “”} BUSCAR EN LUGAR
837. BURROS, MÁS QUE BURROS
EQUIVOCADO
Dos burros estaban atados entre sí. A uno y otro
lado, a cinco metros aproximadamente, su due- Un vecino encontró a Nasrudim cuando éste
ño había puesto dos montones de verde y rica andaba buscando algo de rodillas.
alfalfa. Torpes, como burros que eran, acucia- “¿Qué andas buscando?
dos por el hambre, se empeñaron en comer “Mi llave. La he perdido”.
cada uno del montón que tenían más cerca.
Tantas eran las ansias por comer, tanto el es- Y arrodillados los dos, se pusieron a buscar la
fuerzo al tirar cada uno por su lado, tanta la llave perdida. Al cabo de un rato dijo el vecino:

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“¿Dónde la perdiste?” la flor ya se había deshojado.


“En casa” La felicidad era un rayo de sol.
Levantó sus ojos para calentar su cara
“¡Santo Dios! Y entonces, ¿por qué la buscas y en seguida una nube lo apagó.
aquí?” La felicidad era una guitarra.
“Porque hay más luz”. La acarició con sus dedos,
las cuerdas desafinaron.
¿De qué vale a buscar a Dios en lo lugares
Cuando al atardecer volvía a casa,
santos si donde lo has perdido ha sido en tu
el hombre seguía llorando.
corazón?
A la mañana siguiente
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 42 seguí buscando la felicidad.
A la vera del camino
840. {TC “”} EL CABALLO QUE NO había un niño que lloriqueaba.
TENÍA SED Para tranquilizarlo
cogió una flor y se la dio.
¿Qué hay que hacer para que beba un caballo La fragancia de la flor
que no tiene sed? Salvando las distancias, ¿qué perfumó a los dos.
hacer para devolver la sed y el gusto de Dios a Una pobre mujer temblaba de frío,
los hombres que lo han perdido? ¿Y a los que cubierta con sus harapos.
se contentan sólo con licores, la tele o el auto? La llevó hasta el sol y también se calentó.
¿A bastonazos? El caballo es más testarudo Un grupo de niños cantaba.
que nuestro bastón. Además ese antiguo méto- Él les acompañó con su guitarra.
do ha sido declarado demasiado directivo por También él se deleitó con la melodía.
los educadores modernos. Al volver a casa de noche,
¿Hacerle tragar sal? Aún peor por lo que tiene el buen hombre sonreía de verdad.
de tortura psiquiátrica. Había encontrado la felicidad.

¿Cómo hacer beber, pues, a ese caballo respe- 843. EL CAMPO DE MINAS
tando su libertad?
Un ex combatiente del Vietnam se hizo querido
Sólo hay una contestación: encontrar otro caba- y apreciado entre sus vecinos, después de vol-
llo que tenga sed... y que beba mucho delante ver de la guerra y asentarse en oficio y familia,
de su congénere, con alegría y voluptuosidad. Y por su consideración con todos y su prontitud en
esto, no para darle buen ejemplo, sino ante todo ayudar en cualquier momento. No parecía enca-
porque tenga sed, porque de verdad tenga sed, jar tanta delicadeza con la imagen de un solda-
simplemente sed. do de vuelta de la guerra, y de tal guerra. Pero
Un día, quizás su hermano, lleno de envidia, se él tenía su explicación, que sus amigos íntimos
pregunte si no haría mejor metiendo también él sabían.
su hocico en el cubo de agua fresca. Su misión en la guerra había sido limpiar cam-
Hacen falta hombres con sed de Dios, que son pos de minas. Todo aquel terreno de bosques y
más eficaces que todas las necedades dichas maleza, de escaramuzas y emboscadas, estaba
sobre Él. sembrado de minas traidoras que al menor
contacto con una rama, un alambre, una piedra
Jacques Loew. “Fábulas y parábolas”, p. 30. en el camino podían explotar y llevarse la vida
de un hombre. Y el mayor peligro era para quie-
841. {TC “”} CAMBIAR LA PERS- nes se adelantaban a detectar, adivinar, desac-
PECTIVA tivar la muerte disfrazada en el terreno.
“Según cuál sea tu percepción, así será tu ac- Había que medir cada paso, calcular cada ges-
ción. Lo que hay que cambiar no es la acción, to, arriesgar cada tirón. Varios de sus compañe-
sino la perspectiva”. ros de equipo habían muerto así, y él sabía que
“¿Y qué debo hacer para cambiarla?” lo mismo le podía ocurrir a él en cualquier mo-
mento. Y eso le hizo sentir el valor de la vida.
“Sencillamente, comprender que tu perspectiva Cada paso valía una eternidad. La vida entera
actual es defectuosa”. había de ser vivida entre el levantar un pie y
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. volver a posarlo sobre el terreno incierto. Cada
instante estaba lleno de vida porque el siguiente
842. EL CAMINO DE LA podía estar lleno de muerte. Todos los sentidos
FELICIDAD alerta a flor de piel, todo el corazón vivido en
cada latido, toda mirada abierta a la pincelada
Es la historia de un hombre de colores que descubre el paisaje, todo sonido
que estaba harto de llorar. analizado en el espectro que va de la mina a la
Miró a su alrededor y vio muerte. Vida intensa en el campo de minas.
que tenía delante de sus ojos la felicidad.
Estiró la mano y quería cogerla. Ése era su secreto. Vivir al día, vivir el minuto,
La felicidad era una flor. vivir al instante. Vivir el presente. La vida es un
La cogió. campo de minas.
Y nada más tenerla en su mano, Carlos G. Vallés -Vida Nueva nº 2008, sept. 95

Mil textos para orar y reflexionar 257


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844. {TC “”} EL CANTO DEL se conocían entre sí, e incluso algunas de ellas
mantenían estrechas relaciones.
JILGUERO
De pronto, Dios reparó en dos hermosas virtu-
Leyenda guaraní. Un indio oyó en la selva el des que no parecían conocerse entre sí en
canto de un jilguero. Nunca había oído una absoluto y daba la sensación de encontrarse
melodía igual. Quedó enamorado de su belleza incómodas la una junto a la otra. De modo que
y salió en la búsqueda del pájaro cantor. Encon- tomó a una de ellas y se la presentó formalmen-
tró a un gorrión. Le preguntó: “¿Eres tú el que te a la otra: “Te presento a Gratitud”, dijo Dios.
canta tan bien?”. El gorrión contestó: “Claro que “Ésta es Caridad”.
sí”. “A ver, que te oiga yo”. El gorrión cantó, y el
Pero, en cuanto Dios se dio la vuelta para aten-
indio se marchó. No era ese el canto que había
der a otros invitados, ellas se separaron. Así es
oído.
como ha circulado la historia de que ni siquiera
El indio siguió buscando. Preguntó a una perdiz, Dios puede hacer que haya Gratitud donde hay
a un loro, a un águila, a un pavo real. Todos le Caridad.
dijeron que sí, que eran ellos, pero no era su
Anthony de Mello. “La oración de la rana (2º
voz lo que él había oído. Y siguió buscando. En
tomo)”, p. 180
sus oídos resonaba aquel canto único, distinto,
ensoñador, y no podía confundirse con ningún 847. CARTA A LOS MISIONEROS
otro. Siguió buscando, y un día a lo lejos volvió
a escuchar la melodía que había escuchado una Hace unas semanas, el Ministerio de Asuntos
vez y que desde entonces llevaba en el alma. Exteriores pidió a los misioneros españoles que
Se paró silencioso. Sintió la dirección y midió la abandonaran Burundi ante el peligro que corren
distancia con sus sentidos alerta. Se acercó sus vidas. En estos momentos hay ocho sacer-
sigiloso como un indio sabe andar en la selva dotes y seis religiosas compatriotas nuestros en
sin que sus pies se enteren. Y allí lo vio. No este país de los Grandes Lagos.
necesitó preguntarle. Lo supo desde la primera “Queridos compañeros:
nota, sació su mirada con la silueta del pájaro
cantor, y volvió feliz a su aldea. Ya sabía cuál Si podéis... quedaos allí. Lo entiendo desde su
era el pájaro de sus sueños. punto de vista. Creen que su deber es poner a
salvo la vida los españoles. La vida de los afri-
La voz del Espíritu es inconfundible en el alma. canos no es su problema. No cae en su jurisdic-
Nos quedó grabada desde que nuestro cuerpo ción. Lo suyo es “sacar a las monjitas de la
fue cuerpo y nuestra alma fue alma. Y vamos selva” y a todos los españoles del polvorín de
por el mundo preguntando ignorantes: “¿Eres Ruanda y Burundi.
tú?”. Mientras preguntamos no sabemos. Cuan-
do se oye, ya no se pregunta. Dios se revela por Pero vosotros estáis en la jurisdicción del amor.
sí mismo, y sabemos que está ahí con fe incon- En otra onda. Lo vuestro es estar al lado de los
fundible. Que no se nos borre nunca el canto del que sufren, tratando de curarles con el bálsamo
jilguero. de la ternura y con la sal de la comprensión y el
perdón que cicatriza todas las heridas.
Carlos G. Vallés
Trato de comprender vuestros miedos, los odios
845. {TC “”} CANTO DEL PÁJARO ciegos que nada respetan, las sospechas injus-
tas, los egoísmos sin límites y toda la mentira.
Los discípulos tenían multitud de preguntas que Esa que tergiversa vuestras palabras y vuestras
hacer acerca de Dios. Les dijo el Maestro: “Dios más puras intenciones. La verdad es que sois
es el Desconocido y el Incognoscible. Cualquier un estorbo para las desmesuradas ambiciones
afirmación acerca de Él, cualquier respuesta a políticas de algunos. Más aún, creo y sé que
vuestras preguntas, no será más que una dis- vuestra huida o muerte está calculada para
torsión de la verdad”. algunos egoístas como un triunfo para “su cau-
Los discípulos quedaron perplejos: “Entonces, sa”... Tú lo sabes también.
¿por qué hablas sobre Él? El miedo es humano. La prudencia también. Si
“¿Y por qué canta el pájaro?”, respondió el las tensiones de una situación tan dura te han
Maestro. perder tu paz interior y que tus nervios estén a
flote... no lo dudes... vuelve a tu patria a des-
El pájaro no canta porque tenga una afirmación
cansar. Nada debe perturbar tu ilusión de amar
que hacer. Canta porque tiene un canto que
y de luchar.
expresar.
Pero si puedes, si la paz está contigo, con el
Anthony de Mello
corazón en la mano, sigue sembrando estrellas
846. {TC “”} CARIDAD Y GRATI- de amor y de amistad. Seguro, la victoria está
de tu lado. Y si te derriban, sólo habrán alum-
TUD brado una luz más que seguirá irradiando amor
Hace mucho tiempo ofreció Dios una fiesta a misionero.
todas las virtudes, grandes y pequeñas, humil- Chicho Morales. Vida Nueva nº 2029, de febrero
des y heroicas. Todas ellas se reunieron en una de 1996
sala del cielo espléndidamente decorada, y no
tardaron en disfrutar de la fiesta, porque todas

Mil textos para orar y reflexionar 258


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

848. {TC “”} LA CASA EN LLAMAS “Casi nada”, le contestó la paloma.


Entonces el pájaro le contó esta historia: “Esta-
No hace mucho tiempo vi una casa que ardía. ba en la rama de un pino cuando empezó a
Su techo era ya pasto de las llamas. Al acer- nevar. No era una ventisca, sino una de esas
carme, advertí que aún había gente en su inter- nevadas suaves. Caían los copos lentos, balan-
ior. Fui a la puerta y les grité que el techo estaba ceándose graciosamente. Como no tenía otra
ardiendo, incitándoles a que salieran rápidamen- cosa que hacer, me puse a contar los copos que
te. Pero aquella gente no parecía tener prisa. caían sobre la rama donde me encontraba.
Uno preguntó, mientras el fuego chamuscaba Cayeron 3.751.952 copos.
sus cejas, qué tiempo hacía fuera; si llovía, si no
hacía viento y otras cosas parecidas. Sin res- Cuando muy lentamente cayó el copo
ponder, volví a salir. Esta gente, pensé, tiene 3.751.953, casi nada como acabas de decir, la
que arder antes que acabe con sus preguntas. rama se rompió...”. Y dicho esto, el pájaro se
Verdaderamente, amigos, a quien el suelo no le marchó volando.
queme en los pies hasta el punto de desear La paloma, toda una autoridad experta en mate-
gustosamente cambiar de sitio, nada tengo que ria de la paz desde tiempos de Noé, se quedó
decirle. pensativa y luego dijo: “A lo mejor sólo falta una
Bertolt Brecht persona para que la paz sobrevenga al mundo”.
Quizá sólo faltas tú.
849. {TC “”} CASA ORIGINAL
Bruno Ferrero. “El canto del grillo”, p. 29
Nuestro Padre,
no todos los hermanos 851. {TC “”} CAZAR MONOS
le profesábamos el mismo cariño,
nos dejó en herencia Los cazadores de monos han inventado un
una original casa redonda. método genial e infalible para capturarlos. Una
No la rodeaban muros, vez descubierto el lugar donde suelen juntarse,
ni rejas la aprisionaban. entierran en el suelo unas vasijas de cuello largo
De color azul cambiante y estrecho. Recubren las vasijas con tierra,
tenía pintados sus techos dejando sólo la embocadura a ras de la hierba.
y en las habitaciones Luego meten en las vasijas unos puñados de
abundaba el color verde. arroz y otras bayas que les gustan mucho a los
Era grande. monos.
También los hermanos éramos muchos. Cuando se retiran los cazadores, los monos
La luz entraba a raudales durante el día vuelven. Como son curiosos por naturaleza,
y múltiples lamparitas examinan las vasijas y cuando se dan cuenta de
daban misterio a sus noches. las golosinas que encierran, introducen sus
Era una buena casa redonda para vivir. manos y agarran un buen puñado de arroz y de
La calefacción funcionaba bayas, cuanto más grande mejor. Pero el cuello
potentemente en verano de las vasijas es muy estrecho. La mano vacía
y el aire acondicionado penetra fácilmente, pero cuando está llena no
nos hacía tiritar en invierno, puede salir.
pero era la mejor casa para vivir
En ese momento salen los cazadores y los cap-
pues, en ella, podía aspirarse
turan fácilmente, porque, aunque se resisten
el perfume de las plantas,
mucho, no les viene la más mínima idea de abrir
no era difícil adivinar
la mano y abandonar lo que aprietan en el puño.
la silenciosa huella de los animales
y convivían pacíficamente Bruno Ferrero. “El canto del grillo”, p. 57
el frescor de cumbres y mares
con la sedosa tibieza 852. LA CEBOLLA
de la vida palpitante. “Había una vez una vieja muy mala y murió. La
Era una casa amplia y redonda mujer no había realizado en su vida ni una sola
con capacidad de acogida para todos acción buena y la echaron en el lago de fuego.
aunque, entre los hermanos, Pero el ángel de la guarda que estaba allí pen-
surgieron envidias, recelos y luchas só: “¿Qué buena acción podría recordar para
que hicieron temblar sus paredes. decírselo a Dios?” Entonces recordó algo y se lo
Era la herencia de nuestro padre. manifestó:
Más que redonda era esférica
y nunca acertamos a comprender - Una vez arrancó de su huertecillo una cebolla
cuáles eran sus cimientos. y se la dio a un pobre.
Marina Cuervo y Jesús Diéguez. Y Dios le respondió complacido: “Toma tú mis-
“Al calor de las parábolas”, PPC, 1989, p. 34 mo esa cebolla y échasela al lago de forma que
pueda agarrarse a ella. Si puedes lograr sacarla
850. {TC “”} CASI NADA del fuego, irá al paraíso, pero si la cebolla se
rompe tendrá que quedarse donde está”.
Un pájaro preguntó a una paloma: “¿Cuánto
pesa un copo de nieve?

Mil textos para orar y reflexionar 259


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

El ángel corrió hasta donde estaba la mujer y le an conseguido arrancarla unas pocas espuertas
alargó la cebolla: “Toma, mujer, agárrate fuerte, de tierra...
vamos a ver si te puedo sacar”. Pero el chino tenaz se dirigió a sus vecinos:
Y comenzó a tirar con cuidado. Cuando ya casi - “Ya sé que las montañas son muy grandes.
la había sacado del todo, los demás pecadores Pero... ¡no crecerán más! Cada paletada que les
que estaban en el lago de fuego se dieron cuen- arranquemos, no la repondrán jamás. Yo me
ta y empezaron todos a agarrarse a ella para moriré, es cierto, sin ver desaparecer la monta-
poder también salir de allí. Pero la mujer era ña; pero mis hijos continuarán la tarea; y, cuan-
mala, muy mala, y les daba patadas diciendo: do ellos mueran, la continuarán mis nietos... Y
“Me van a sacar sólo a mí, no a vosotros: es mi algún día, no sé cuando, la montaña habrá
cebolla, no la vuestra”. desaparecido y el sol podrá entrar en nuestra
Pero apenas había pronunciado estas palabras, casita. ¿No es mejor hacer algo, aunque sea
cuando la cebolla se rompió en dos y la mujer poco cada día, que lamentarse todos los días
volvió a caer en el lago de fuego. Allí arde hasta sin hacer nada?”
el día de hoy.
854. {TC “”} CIELO E INFIERNO
El ángel se echó a llorar y se fue”.
F. Dostoievski Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a
mucha gente sentada en torno a una mesa
853. {TC “”} CHINO LOCO ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a
cuál más apetitoso y exquisito. Sin embargo,
Érase que se era un chino, padre honrado de todos los comensales tenían cara de hambrien-
familia y trabajador de un pequeño campo por tos y el gesto demacrado. Tenían que comer
las regiones del norte del país. con palillos; pero no podían, porque eran tan
Su casita estaba situada en un paraje maravillo- largos como un remo. Por eso, por más que
so entre verdes praderas y arroyos de agua estiraban su brazo, nada conseguían llevarse a
limpísima. Pero, ¡oh desgracia!, la enorme mole la boca.
de una montaña hacía sombra continuamente a Impresionado, el sabio salió del infierno y subió
la casa, de manera que, ni en verano ni en in- al cielo. Con gran asombro, vio que también allí
vierno, podía entrar por las ventanas ni un rayo había una mesa llena de comensales y con
de sol... iguales manjares. En este caso, sin embargo,
- ¡Qué casa más oscura! - decían las personas nadie tenía la cara desencajada; todos los pre-
que venían a visitar al buen chino. sentes lucían un semblante alegre; respiraban
salud y bienestar por los cuatro costados. Y es
- ¡Qué casa más triste! - repetía cada día el
que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba
chino cuando, al levantarse y abrir la ventana,
de alimentar con los largos palillos al que tenía
se encontraba ante las narices aquella monta-
enfrente.
ñona inmensa que le ocultaba el sol...
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como dar-
Pero, ¿qué hacer? Una de dos: o cambiar la
dos”, p. 79
casa de sitio, o cambiar de sitio la montaña...
El chino lo pensó bien y se decidió por esto 855. {TC “”} CINCO ALPINISTAS
último. ¡Sí! trasladaría aquella gigantesca mole
Un grupo de cinco montañeros amigos estaban
de piedra a otro lugar...
escalando un pico alto y remoto después de una
Pero... ¿cómo? larga preparación. Para la ascensión se habían
Paletada a paletada. Espuerta a espuerta... atado los cinco en una cordada, como es de
rigor, ya que así, si uno de los cinco resbalaba,
Así se lo comunicó a sus hijos. podrían izarlo y salvarlo, como tenían bien en-
- “Hijos míos - les dijo -, esta casa, que yo here- sayado. Todo hizo falta en la ardua ascensión,
dé de mi padre y él de mi abuelo, es muy triste. pues la cumbre era escarpada y cualquier caída
Yo quiero dejaros a vosotros una casa más sobre el valle, lejano desde tanta altura, había
alegre. Por eso he decidido que, desde mañana, de resultar necesariamente fatal. Paso a paso
saldremos al campo con pico y pala e iremos avanzaban hacia el vértice blanco, con firme
demoliendo lentamente la montaña y trasladan- voluntad de conquista segura.
do su tierra a otra parte...” Todo fue bien hasta que uno de los cinco resba-
Los hijos no se asustaron del trabajo que el ló y cayó con fuerza hacia el vacío. En su caída
padre les presentaba y dijeron que sí. Y al día arrastró al compañero más cercano, que nada
siguiente, comenzaron su trabajo. pudo hacer por detenerlo, y éste a su vez arras-
Pero los habitantes de las fincas vecinas, al tra al siguiente, hasta que los cinco amigos,
enterarse, se echaron a reír: atados aún por la firme cuerda, comenzaron su
descenso vertiginoso hacia una muerte segura.
- “¡Están locos! - decían - ¿Quién puede contra La roca no tuvo piedad y, tras la larga y solidaria
la montaña? ¡No conseguirán nada...!” caída, los cinco amigos perecieron en su aven-
Y todos los días venían a comprobar si la mon- tura.
taña desaparecía. Pero la montaña seguía im-
pasible en el mismo sitio, pues solamente habí-

Mil textos para orar y reflexionar 260


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

Allá en el cielo, san Pedro se aprestó a recibirlos llegó el fin”. San Pedro le puso la mano en el
y, como había presenciado con mucho interés hombro y le dijo: “Adelante, hijo mío. Este reino
su arriesgado alpinismo, decidió hacerles una es para ti”. Entraron los dos juntos en el cielo y
sola pregunta, la misma a todos, para decidir si se cerró la puerta.
podía admitirlos en el cielo o no. Llegó el prime- Al cerrar la puerta del cielo, murmuró san Pedro
ro de la cordada, y san Pedro le preguntó: “He para sus adentros: “Pero ¿cómo voy a dejar
visto que has caído desde una gran altura a una entrar en el cielo a quien no ha sabido disfrutar
soledad de piedra, y la caída ha sido larga, ya en la tierra? ¿Cuándo se enterarán lo de ahí
que estabais a punto de alcanzar la cumbre abajo?”
cuando caísteis. Dime, pues, y dime con since-
ridad, pues de tu respuesta dependerá tu suerte, Carlos García Valles. “Salió el sembrador...”.
¿en qué pensabas mientras caías por el aire
desde la cumbre hasta el valle en que encon- 856. {TC “”} CINCO MADEJAS
traste la muerte? ¿Qué pensamientos pasaron El rey, en su avaricia, había apresado y encar-
por tu mente? celado a Háyarat Isa, a quien todo pueblo vene-
El primer alpinista contestó: “En cuanto me raba y reverenciaba como a hombre de Dios y
desprendí de la roca, caí en la cuenta de que profeta de su pueblo, e hizo saber que no lo
aquello era el fin, y todo lo que pensé fue lo pondría en libertad hasta que el pueblo pagase
tonto que había sido al embarcarme en una una muy elevada cantidad de dinero por su
locura que bien sabía yo que habría de acabar rescate. Una manera un poco primitiva y salvaje
mal. Pero me dejé convencer, y tenía que pagar de cobrar impuestos. El rey sabía que el pueblo
las consecuencias. Me dio mucha rabia, y con veneraba al santo, y pagaría.
esa rabia me estrellé”. San Pedro le dijo: “Lo Pagaron mucho, en efecto, pero la cantidad
siento, pero no puedes entrar”. recaudada no llegaba aún a lo estipulado. Una
El segundo contestó: “Yo me vi caer y, aunque viejecita de un pueblo muy lejano se enteró
comprendí que la situación era desesperada, no también de lo que sucedía y quiso contribuir en
perdí toda esperanza y traté, según caía, de ver su pobreza. Era hilandera, y todo su capital en
si había algún saliente que pudiera agarrar con aquel momento eran cinco madejas recién hila-
las manos o con la cuerda para quedar engan- das. Las tomó y se encaminó a palacio a entre-
chado allí y salvar mi vida y las de mis compa- garlas para el rescate.
ñeros. Pero ya ves que no lo conseguí, y aquí La gente, al verla pasar, se contaban unos a
estoy”. San Pedro reflexionó un momento y otros su caso, y no podían menos de sonreírse
sentenció: “Tampoco tú puedes entrar aquí”. ante la ingenuidad de su gesto y la inutilidad de
El tercero contestó: “Yo no pensé en mí mismo, su esfuerzo. ¿Qué valían cinco madejas de hilo
sino en mi mujer y mis hijos. Me dio gran pena en un rescate de millones? Algunos incluso se lo
pensar que con mi muerte mi mujer quedaría decían a la cara y la disuadían de su empeño.
viuda, y mis niños huérfanos. Con esa pena en Pero ella seguía su camino y contestaba: “No sé
el alma morí”. San Pedro lo miró con cariño y si pondrán en libertad a Háyarat Saheb o no. Lo
comprensión, pero luego le dijo suavemente: único que pretendo es que cuando Dios en su
“Está bien, pero no puedes entrar”. juicio me pregunte qué hice yo cuando Háyarat
El cuarto contestó: “Desde el primer momento Saheb estaba en la cárcel, no tenga yo que
de la caída, yo pensé en Dios. Le encomendé bajar los ojos avergonzada”. Y presentó su
mi alma, le pedí perdón por todos mis pecados ofrenda.
con contrición sincera y, aunque no tenía mucho El rey, a cuyos oídos había llegado ya su histo-
sentido hacer propósitos de enmienda y prome- ria, liberó al hombre de Dios.
ter no pecar más cuando sabía que ya no había
de tener ocasión, sí expresé mi dolor por haber Sabemos que el alma de la humanidad está en
ofendido a Dios y me entregué a su misericor- la cárcel. ¿Cuándo nos pondremos en camino
dia”. San Pedro se rascó la cabeza pensativo y, con nuestras cinco madejas?
por fin, dijo: “En eso hiciste bien, pero fue un Carlos G. Vallés
poco tarde. Tampoco tú puedes entrar”.
857. {TC “”} LA CITA DE UNA
El quinto contestó: “Yo vi desde el primer mo-
mento que me quedaban sólo unos instantes de ESTRELLA
vida. Abrí los ojos y vi a mi alrededor la vida Juntos vivían los dos monjes en lo alto de la
más bella que el hombre puede imaginar. Mien- montaña: entrado en años uno, joven el otro. La
tras escalábamos la cumbre, estaba demasiado figura del viejo ermitaño más parecía una gavilla
preocupado con la ascensión y agotado por el de sarmientos: alto, seco, comida parca, sueño
esfuerzo para fijarme en la belleza del paisaje; corto, duro consigo mismo. Antes de rayar el
pero, una vez libre de toda preocupación en alba, ya estaba en oración. Cómo resplandecía
aquella soberbia caída, pude dedicarme a dis- su rostro de gozo cuando cada mañana ilumina-
frutar con toda el alma del espectáculo único de ba el sol la cumbre del monte y él, desde su alto
las montañas, la nieve, el valle y las nubes, todo coro de piedra, cantaba sobre el valle, todavía
visto desde la perspectiva privilegiada del vuelo denso en brumas:
del pájaro que por unos instantes fue mío. Con
esos felices sentimientos estaba cuando me

Mil textos para orar y reflexionar 261


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

- Montes y cumbres, manantiales y ríos, cuanto ner. Sus ojos asombrados no veían una estrella:
germina en la tierra, bendiga al Señor. veían dos.
El monje joven, en cambio, era todo ojos para Su viejo corazón de ermitaño se desbordaba:
ver, todo oídos para escuchar cuanto hacía y - Gracias por la lección.... ¡Gracias, Señor!
decía el Maestro. Sentía verdadera veneración
por él, porque más que un hombre, evocaba LÓPEZ ARRÓNIZ, Prudencio. “Más allá...”
otra Presencia: la de Dios.
858. {TC “”} CLUB DEL REFUGIO
Aquella cumbre era el lugar adecuado para su
empeño contemplativo: lejanía del barullo de la Era una costa peligrosa. Golpeada por el oleaje
ciudad, silencio creador, aire puro. y los grandes huracanes. La costa había sido
testigo d innumerables naufragios. La fama de la
Cierto, era el lugar más adecuado. Sólo tenía un
zona era reconocida por todo el mundo. Los
pequeño inconveniente: periódicamente debían
capitanes de los grandes barcos procuraban no
descender al valle, avituallarse de provisiones y
pasar cerca de esa costa por el peligro de nau-
emprender de nuevo la marcha, pendiente arri-
fragio. Sin embargo, cada año, varios barcos se
ba, cargados de alimentos.
hundían en las rocas y arrecifes por esos luga-
A mitad del repecho bullía una fuente. Eso sí, res.
cada vez que el viejo monje asceta en su fatigo-
Los que vivían en esa parte, siendo misericor-
sa ascensión se acercaba a la fuente, ofrecía su
diosos, decidieron establecer un pequeño ran-
sed a Dios... y pasaba de largo. Y Dios, que no
cho sencillo en la costa, con un equipo de sal-
se deja vencer en generosidad, se lo agradecía
vavidas. Hicieron campañas, año tras año, para
cada noche, haciendo aparecer una estrella. Era
recoger fondos y así poder sostener el humilde
como la sonrisa de Dios, aceptando la renuncia
refugio. El equipo de salvavidas se volvió exper-
de su fiel servidor.
to con mucha práctica y el número de personas
Pero aquel día, el venerable anciano dudaba. perdidas iba disminuyendo.
No es que a él le importara mucho beber: toda
La fama del pequeño refugio creció y varios
su vida había sido una larga cadena de renun-
ricos de buena voluntad dejaron en herencia
cias; pero aquel novicio... Lo miraba y veía su-
dinero para mantenerlo. Al final, se notó que los
doroso, fatigado, los labios resecos, cargado
fondos del refugio eran muchos. Fue necesario
con el pesado saco de alimentos. Dudaba...
nombrar un tesorero y comité para controlar
- ¿Qué hago? ¿Bebo... o no bebo? Si bebo, bien el dinero. Así lo hicieron...
Dios no me sonreirá esta noche tras la estrella;
Un día, un barco de primera categoría - con
pero si no bebo, tampoco beberá él. ¿Y llegará
pasajeros ricos - se hundió cerca del refugio.
a la cumbre? ¿No desfallecerá por el camino?
Los salvavidas salieron con sus lanchas para
Era mediodía: quemaban las piedras del monte. salvar a los pasajeros. Cuando los llevaron al
- Pues beberé, se decidió al fin el viejo monje refugio, tenían vergüenza de las condiciones tan
asceta: antes es el amor. Dios mismo lo ha pobres del lugar. En la próxima reunión del
dicho. comité pro mantenimiento, decidieron mejorar
las condiciones del refugio para poder servir
Inmediatamente el joven novicio se deshizo de mejor a los pobres náufragos. A la vez, tomaron
su fardo pesado de alimentos, se arrodilló y la decisión de dar sueldos a los salvavidas (an-
bebió largamente. Cuando hubo saciado su sed, tes eran voluntarios) para poder servir mejor a
refrescó rostro y muñecas con el agua fría, se esos mismos náufragos. Se creó un “comité pro
volvió sonriente al Maestro y le dijo: mejoramiento del refugio”. Ellos resolvieron
- Gracias... ya no podía más: me estaba mu- conseguir un decorado interior para hacer el
riendo de sed. De verdad, se lo agradezco. refugio más presentable y poder recibir mejor a
los pobres náufragos. El decorador hizo bien su
Reemprendieron la marcha. Pero ahora, la que
trabajo y el edificio resultó muy bello.
repentinamente se nubló fue el alma del viejo
asceta: La fama del refugio iba creciendo. Mientras
tanto, muchas personas pidieron ser miembros
- No debía haber bebido... Treinta años pasando
del equipo salvavidas aunque fuera como
junto a la fuente, privándome de beber... Tantas
miembros honorarios. Contribuyeron ellos con
y tantas sonrisas de Dios... Hice mal. ¡Esta
fondos propios para mantener el lugar. Uno de
noche no se me aparecerá Dios tras la estrella
ellos hizo una bandera especial para el refugio y
amiga!
otro - con mucha iniciativa creadora - sugirió un
Llegaron tarde a la cumbre. Anochecía. Turbado lema y un cambio de nombre del refugio, así
como estaba, el monje anciano apenas probó como un reglamento específico. Así, la institu-
bocado. Se retiró pronto a orar. Sus ojos no se ción pasó a llamarse “El Club del Refugio”.
atrevían a mirar al horizonte. Seguro, aquella
El comité hizo un libro especial, reuniendo todos
noche no acudiría Dios a la cita de la estrella
los reglamentos y las tradiciones más importan-
amiga.
tes para los miembros. Fue igualmente organi-
Entrada ya la noche, a hurtadillas, como de zado un rito de iniciación para admisión de los
reojo, miró. Sí, miró y gritó. No se pudo conte- nuevos miembros del Club.

Mil textos para orar y reflexionar 262


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

La fama de “El Club del Refugio” creció aún 861. {TC “”} COMPETITIVIDAD
más. En el sitio se ubicó un gran restaurante
para atender a los socios. Progresivamente El Maestro deploraba los males que acarreaba
aparecieron canchas de tenis, salones de fies- la competitividad.
tas, etc. “¿Acaso el competidor no hace aflorar lo mejor
Un día, durante la reunión almuerzo de los que hay en nosotros?”, le preguntaron.
miembros, ocurrió un naufragio. El equipo de “Todo lo contrario: hace aflorar lo peor, porque
salvavidas salió para salvar a las víctimas. te enseña a odiar”.
Cuando llegaron, estaban mojados, sucios.
Entre los náufragos había blancos, negros, “¿Odiar... qué?”
amarillos - gente de toda clase - porque la nave “Odiarte a ti mismo, por permitir que tu actividad
que se había hundido era un barco que llevaba venga determinada por tu competidor, no por tus
trabajadores pobres que buscaban trabajo en propias necesidades y limitaciones; y odiar a los
otra parte. Al ver a las víctimas, la dirección del demás, porque lo que buscas es triunfar a su
Club del Refugio se reunió en asamblea de costa”.
urgencia y proporcionó el garaje para alojamien-
“¡Pero eso suena a una especie de réquiem por
to de los náufragos, por un corto período, ya que
el cambio y el progreso!”, protestó alguien.
el sitio sería pronto usado para recibir a los
invitados a las fiestas nocturnas del Club. “El único progreso que hay - dijo el Maestro - es
el progreso del amor y el único cambio digno de
Esa noche, en una sesión extraordinaria, se
producirse es el cambio del corazón”.
decidió que si algunos miembros querían hacer
entrar tales tipos en el refugio, sería mejor cons- Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
truir un pequeño rancho sencillo más allá de la
costa, para salvar náufragos nocturnos. 862. {TC “”} COMPRAR A UN HIJO
José DAVID. “Juegos y trabajo social”. Una joven pareja entró en el mejor comercio de
juguetes de la ciudad. Ambos se entretuvieron
859. {TC “”} EL COMERCIO mirando los juguetes alineados en las estanterí-
as. Había de todo tipo. No llegaban a decidirse.
Un joven soñó que entraba en un comercio. El
Se les acercó una dependienta muy simpática.
dependiente era un ángel.
- Mira, - le explicó la mujer - tenemos una niña
- ¿Qué es lo que se vende aquí? - preguntó el
muy pequeña, pero estamos casi todo el día
joven.
fuera de casa y, a veces, hasta de noche.
- Todo lo que desees - respondió el ángel.
- Es una cría que apenas sonríe - continuó el
- Quiero el fin de todas las guerras del mundo, hombre -. Quisiéramos comprarle algo que la
más justicia para los explotados, tolerancia y hiciera feliz, algo que le diera alegría aun cuan-
generosidad para los extranjeros, trabajo para do estuviera sola...
los parados y...
- Lo siento - sonrió la dependienta con gentileza
- Lo siento - le interrumpió el ángel -. Usted no -. Pero aquí no vendemos padres.
me ha entendido. Aquí no vendemos frutos, sino
Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p. 42
sólo semillas.
Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p. 19 863. {TC “”} CON TODAS TUS
FUERZAS
860. {TC “”} COMPARTIR EL ME-
JOR MAÍZ Un padre estaba observando a su hijo pequeño
que trataba de mover una maceta con flores
Un agricultor, cuyo maíz siempre había obtenido muy pesada. El pequeño se esforzaba, sudaba,
el primer premio en la Feria del estado, tenía la pero no conseguía desplazar la maceta ni un
costumbre de compartir sus mejores semillas de milímetro.
maíz con todos los demás agricultores de los
“¿Has empleado todas tus fuerzas”, le preguntó
contornos.
el padre.
Cuando le preguntaron por qué lo hacía, dijo:
“Sí”, respondió el niño.
“En realidad, es por puro interés. El viento tiene
la virtud de trasladar el polen de unos campos a “No”, replicó el padre, “aún no me has pedido
otros. Por eso, si mis vecinos cultivaran un maíz que te ayude”.
de clase inferior, la polinización rebajaría la Bruno Ferrero. “Historias para acortar el cami-
calidad de mi propio maíz. Ésta es la razón por no”, p. 23
la que me interesa enormemente que sólo plan-
ten el mejor maíz”. 864. CONOCERSE Y CONOCER LA
Todo lo que das a otros te lo estás dando a ti REALIDAD
mismo.
Un gallo estaba convencido de que era la po-
Anthony de Mello. “La oración de la rana (2º tencia y belleza de su canto quien hacía desper-
tomo)”, p. 167 tar al sol cada mañana. Y que si, por desgracia,
un día dejase de cantar, el sol y ano saldría.

Mil textos para orar y reflexionar 263


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Pero la realidad era muy diferente de aquella - Se hará lo que se pueda, respondió la lámpara
que el gallo suponía. Porque un día, agotado, se de aceite
quedó dormido y descubrió que eran los rayos R. Tagore
del sol quienes hacían posible el amanecer y no
su canto. 868. {TC “”} CONTEMPLAR UN
Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva evan- AGUJERO
gelización”, p. 141
Un avaro enterró su oro al pie de un árbol que
865. {TC “”} LOS CONSTRUCTO- se alzaba en su jardín. Todas las semanas lo
RES desenterraba y lo contemplaba durante horas.
Pero, un buen día, llegó un ladrón, desenterró el
En Antioquía, donde el río Assi corre a encon- oro y se lo llevó. Cuando el avaro fue a contem-
trarse con el mar, se construyó un puente para plar su tesoro, todo lo que encontró fue un agu-
acercar una mitad de la ciudad a la otra mitad. jero vacío.
Fue construido con enormes piedras cargadas El hombre comenzó a dar alaridos de dolor, al
desde lo alto de las colinas sobre el lomo de las punto que sus vecinos acudieron corriendo a
mulas. averiguar lo que ocurría. Y, cuando lo averigua-
Cuando el puente fue terminado se grabó sobre ron, uno de ellos preguntó: “¿Empleaba usted
el pilar en griego y en arameo: “Este puente fue su oro en algo?”
construido por el Rey Antíoco II”. “No”, respondió el avaro. “Lo único que hacía
Una tarde, un joven, tenido por algunos como un era contemplarlo todas las semanas”.
loco, descendió hasta el pilar donde se habían “Bueno, entonces”, dijo el vecino, “por el mismo
grabado las palabras, y las cubrió con carbón y precio puede usted seguir viniendo todas las
escribió por encima: “Las piedras del puente semanas y contemplar el agujero”.
fueron traídas desde las montañas por las mu-
las. Al pasar de ida o de vuelta sobre el puente No es nuestro dinero, sino nuestra capacidad de
están cabalgando sobre los lomos de las mulas disfrutar, lo que nos hacen ricos o pobres.
de Antioquía, constructoras de este puente”. Antohny de Mello. “La oración de la rana. 2”
Y cuando la gente leyó lo que el joven había
escrito, algunos se rieron y otros se maravilla- 869. {TC “”} CORAZÓN DE CEBO-
ron. Pero una mula dijo a otra: “¿No recuerdas, LLA
acaso, que verdaderamente nosotras acarrea-
Había una vez un huerto lleno de hortalizas,
mos esas piedras? Y, sin embargo, hasta ahora
árboles frutales y toda clase de plantas.
se decía que el puente lo había construido el
Rey Antíoco. Como todos los huertos, tenía mucha frescura y
agrado. Por eso daba gusto sentarse a la som-
Kahlil Gibrán. “Obras completas (tomo 2)”
bra de cualquier árbol a contemplar todo aquel
866. {TC “”} CONSTRUYENDO verdor y a escuchar el canto de los pájaros.
UNA CATEDRAL Pero de pronto, un buen día, empezaron a nacer
unas cebollas especiales. Cada una tenía un
Un transeúnte se detuvo un día ante una cante- color diferente: rojo, amarillo, naranja, morado...
ra en la que trabajaban tres compañeros.
El caso es que los colores eran irisados, des-
Preguntó al primero: “¿Qué haces, amigo?” lumbradores, centelleantes, como el color de
Y éste respondió sin alzar la cabeza: “Me gano una mirada o el color de una sonrisa o el color
el pan”. de un bonito recuerdo.
Preguntó al segundo: “¿Qué haces, amigo?” Después de sesudas investigaciones sobre la
causa de aquel misterioso resplandor, resultó
Y el obrero, acariciando el objeto de su tarea, que cada cebolla tenía dentro, en el mismo
explicó: “Ya lo ves, estoy tallando una hermosa corazón (porque también las cebollas tienen su
piedra”. propio corazón), una piedra preciosa. Ésta tenía
Preguntó al tercero: “¿Qué haces, amigo?” un topacio, la otra un aguamarina, aquella un
Y el hombre, alzando hacia él unos ojos llenos lapislázuli, la de más allá una esmeralda... ¡Una
de alegría, exclamó: “Estamos edificando una verdadera maravilla!
catedral”. Pero por alguna incomprensible razón se empe-
Y el caso es que los tres estaban realizando la zó a decir que aquello era peligroso, intolerable,
misma tarea. inadecuado y hasta vergonzoso.
Total, que las bellísima cebollas tuvieron que
867. CONTAMOS CONTIGO empezar a esconder su piedra preciosa e íntima
con capas y más capas, cada vez más oscuras
Cuando el sol se escondía detrás de las monta-
y feas, para disimular cómo eran por dentro.
ñas, preguntó:
Hasta que empezaron a convertirse en unas
- ¿Hay alguien que quiera sustituirme? cebollas de lo más vulgar.

Mil textos para orar y reflexionar 264


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Pasó entonces por allí un sabio, a quien gustaba 872. {TC “”} EL CRISTO DE LOS
sentarse a la sombra del huerto y que sabía
tanto que entendía el lenguaje de las cebollas, y
FAVORES
empezó a preguntarles una por una: El viejo Haakón cuidaba una cierta ermita. En
- ¿Por qué no eres como eres por dentro? ella conservaba un Cristo muy venerado que
recibía el significativo nombre de “Cristo de los
Y ellas le iban respondiendo:
Favores”. Todos acudían a él para pedirle ayu-
- Me obligaron a ser así... da. Un día también el ermitaño Haakón decidió
- Me fueron poniendo capas... incluso yo me solicitar un favor y, arrodillado ante la imagen,
puse alguna para que no dijeran... dijo:
Algunas cebollas tenían hasta diez capas, y ya - Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu
ni se acordaban de por qué se pusieron las puesto. Quiero reemplazarte en la cruz.
primeras. Y se quedó quieto, con los ojos puestos en la
Y al final el sabio se echó a llorar. imagen, esperando una respuesta. De repente
vio que el Crucificado empezaba a mover los
Y cuando la gente lo vio llorando, pensó que labios y le dijo:
llorar ante las cebollas era propio de personas
muy inteligentes. Por eso todo el mundo sigue - Amigo mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser
llorando cuando una cebolla nos abre su cora- con una condición: que, suceda lo que suceda y
zón. Y así será hasta el fin del mundo. veas lo que veas, has de guardar silencio.
Imágenes de la fe, 34 - Te lo prometo, Señor.
Y se efectuó el cambio. Nadie se dio cuenta de
870. {TC “”} CORAZÓN DE RATÓN que era Haakón quien estaba en la cruz, soste-
Había un ratón que estaba siempre angustiado, nido por los cuatro clavos, y que el Señor ocu-
porque tenía miedo al gato. Un mago se com- paba el puesto del ermitaño. Los devotos seguí-
padeció del él y lo convirtió... en un gato. an desfilando pidiendo favores, y Haakón, fiel a
su promesa, callaba. Hasta que un día...
Pero entonces empezó a sentir miedo del perro.
De modo que el mago lo convirtió en perro. Llegó un ricachón y, después de haber orado,
Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el dejó allí olvidada su bolsa. Haakón lo vio, pero
mago lo convirtió en pantera. Con lo cual empe- guardó silencio. Tampoco dijo nada cuando un
zó a temer al cazador. pobre, que vinos dos horas más tarde, se apro-
pió de la bolsa del rico. Y tampoco dijo nada
Llegado a este punto, el mago se dio por venci- cuando un muchacho se postró ante él, poco
do y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: después, para pedir su protección antes de
“Nada de lo que haga por ti va a servirte de emprender un viaje. Pero no pudo contenerse
ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un cuando vio regresar al hombre rico, quien, cre-
ratón”. yendo que era ese muchacho el que se había
Antohny de Mello. “La oración de la rana. 2” apoderado de la bolsa, insistía en denunciarlo.
Se oyó entonces una voz fuerte:
871. {TC “”} CREENCIAS - ¡Detente!
“Una creencia religiosa - dijo el Maestro - no es Ambos miraron hacia arriba y vieron que era la
una afirmación de la Realidad, sino un indicio, imagen la que había gritado. Haakón aclaró
una pista de algo que es un Misterio y que que- cómo había ocurrido realmente las cosas. El rico
da fuera del alcance del pensamiento humano. quedó anonadado y salió de la ermita. El joven
En suma, una creencia religiosa no es más que salió también porque tenía prisa para emprender
un dedo apuntando a la luna. su viaje. Cuando por fin la ermita quedó sola,
Algunas personas religiosas nunca van más allá Cristo se dirigió a Haakón y le dijo:
del estudio del dedo. - Baja de la cruz. No vales para ocupar mi pues-
Otras se dedican a chuparlo. to. No has sabido guardar silencio.
Y otras usan el dedo para sacarse los ojos. - Señor - dijo Haakón confundido -, ¿cómo iba a
Éstos son los fanáticos a quienes la religión ha permitir esa injusticia?
dejado ciegos. Y Cristo le contestó:
En realidad, son poquísimas las personas reli- - Tú no sabías que al rico le convenía perder la
giosas lo bastante objetivas como para ver lo bolsa, pues llevaba en ella el precio de la virgi-
que el dedo está señalando. Y a estas perso- nidad de una mujer. El pobre, en cambio, tenía
nas, que han superado la creencia, se las con- necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárse-
sidera blasfemas”. lo. En cuanto al muchacho último, si hubiera
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. quedado retenido en la ermita no habría llegado
a tiempo a embarcar y habría salvado la vida,
porque has de saber que en estos momentos su
barco está hundiéndose en alta mar.

Mil textos para orar y reflexionar 265


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Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como dar- 875. {TC “”} DEJAR PASAR LA
dos”, p. 202
LUZ
873. {TC “”} CREENCIAS También por allí, como fiera en celo, había pa-
“Una creencia religiosa - dijo el Maestro - no es sado la guerra. Las casas color de tierra, el
una afirmación de la Realidad, sino un indicio, cementerio vecino, la iglesia parroquial, todo
una pista de algo que es un Misterio y que que- mostraba el zarpazo salvaje de la furia fratricida.
da fuera del alcance del pensamiento humano. Una mañana, acompañando a su madre, tras-
En suma, una creencia religiosa no es más que puso el niño el recinto sagrado. Aquello era una
un dedo apuntando a la luna. pura desolación: altares calcinados, imágenes
Algunas personas religiosas nunca van más allá mutiladas, sagrario desportillado, paredes rene-
del estudio del dedo. gridas, montones de escombros por doquier.
Otras se dedican a chuparlo. Algo, sin embargo, se había salvado: una vidrie-
ra. Una vidriera que, herida por el sol, abría el
Y otras usan el dedo para sacarse los ojos. abanico mágico de sus mil colores. El niño pre-
Éstos son los fanáticos a quienes la religión ha guntó:
dejado ciegos.
- Mamá, y aquel hombre que está arriba vestido
En realidad, son poquísimas las personas reli- de colores, ¿quién es?
giosas lo bastante objetivas como para ver lo
que el dedo está señalando. Y a estas perso- - Un santo.- Respondió la madre.
nas, que han superado la creencia, se las con- Pasaron los años. En una tertulia de amigos, no
sidera blasfemas”. sé dónde, no sé quién, lanzó esta pregunta:
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. - ¿Qué es un santo?
874. DE OÍDO El niño de otros tiempos, hombre ya maduro,
revolviendo en el arcón de sus recuerdos, defi-
Dos amigos andan juntos por una calle de una nió:
gran ciudad. Los envuelve el ruido multiforme de - Un santo es el hombre que está muy alto y que
la ciudad moderna. deja pasar la luz.
Los dos amigos son diferentes y se nota en su Bellísima definición del cristiano. “Brille vuestra
andar. Uno es alemán, hijo de la ciudad, criatura luz ante los hombres, de tal manera que vean
del asfalto, ciudadano del marco. El otro es un vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro
yogui hindú. Está de visita. Lleva ropas anaran- Padre del Cielo”.
jadas y mirada inocente. Anda con pies descal-
zos que se apresuran para seguir a su amigo. El hombre de hoy cree más a los testigos que a
los maestros, a no ser que los testigos sean
De repente el yogui se para, toma del brazo a su maestros. Mejor, busca maestros que sean
amigo y le dice: “Escucha, está cantando un testigos... Y dejar pasar la luz.
pájaro”. El amigo alemán le contesta: “No digas
tonterías. Aquí no hay pájaros. No te detengas”. LÓPEZ ARRÓNIZ, Prudencio. “Más allá...”
Y sigue adelante.
876. {TC “”} ¿DESEAS A DIOS DE
Al cabo de un rato el yogui disimuladamente
VERDAD?
deja caer una moneda sobre el pavimento. El
amigo se detiene y le dice: “Espera. Se ha caído Un día fue un discípulo en busca de su maestro
algo”. Sí, claro. Allí estaba la moneda sobre el y e dijo: “Maestro, yo quiero encontrar a Dios”.
adoquín. El maestro miró al muchacho, sonriéndole.
El yogui sonríe. Tus oídos están afinados al El muchacho volvía cada día, repitiendo que
dinero, y eso es lo que oyen. Basta el sonido quería dedicarse a la religión. Pero el maestro
mínimo de una moneda sobre el asfalto para sabía muy bien a qué atenerse.
que se llene tus oídos y se paren los pies. Estás
Un día que hacía mucho calor, le dijo al mucha-
a tono con el dinero, y eso es lo que oyen tus
cho que lo acompañara hasta el río para bañar-
oídos, lo que ven tus ojos y lo que desea tu
se. El muchacho se zambulló en el agua. El
corazón. Oímos lo que queremos. En cambio
maestro lo siguió y, agarrándolo por la cabeza,
estás desafinando ante los sonidos de la natura-
se la metió en el agua un buen rato, hasta que
leza. Tienes muy buen oído, pero estás sordo. Y
el muchacho comenzó a forcejear para sacarla a
no sólo de oído, sino de todo. Estás cerrado a la
flote. El maestro lo soltó y le preguntó qué era lo
belleza y a la alegría y a los colores del día y a
que más deseaba cuando se encontraba sin
los sonidos del aire. Andas desafinado.
respiración dentro dl agua.
El pájaro sí había cantado.
- Aire - respondió el discípulo.
Carlos G. Vallés
Vida Nueva nº 2081 de marzo del 97 - ¿Deseas a Dios de la misma manera? - le
preguntó el maestro -. Si lo deseas así, lo en-
contrarás inmediatamente. Pero si no tienes ese
deseo, esa sed, por más que luches con tu
inteligencia, con tus labios y tu fuerza, no podrás

Mil textos para orar y reflexionar 266


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encontrar esa religión que deseas. Mientras no 879. {TC “”} DIENTES DE LEÓN
se despierte esa sed en ti, no vales más que un
ateo. Incluso a veces el ateo es sincero, y tú no Un hombre que se sentía muy orgulloso del
lo eres. césped de su jardín se encontró un buen día
con que en dicho césped crecía una gran canti-
877. DESEOS TORCIDOS dad de “dientes de león”. Y aunque trató por
todos los medios de librarse de ellos, no pudo
Un santo asceta hindú llevaba años haciendo
impedir que se convirtieran en una auténtica
penitencia. Sabía que cuando alcanzase cierta
plaga.
cuota certificada de penitencias oficiales, tendría
derecho a pedirle a Dios una gracia concreta y Al fin escribió al ministerio de Agricultura, refi-
Éste habría de concedérsela. Él le había dicho: riendo todos los intentos que había hecho, y
“Deseo el don de la levitación, quedar suspendi- concluía la carta preguntando: “¿Qué puedo
do del aire como hacían los santos. No lo pido hacer?”
por mí, sino por Vos. Cuando la gente me vea Al poco tiempo llegó la respuesta: “Le sugerimos
suspendido en el aire, vendrán a mí, y yo apro- que aprenda a amarlos”.
vecharé para enseñarles el camino del cielo y el
culto a Vos. Por su bien y el Vuestro lo hago”. Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 90
Dios no las tenía todas consigo, pues temía que 880. {TC “”} EL DINERO
lo que el asceta quería era presumir ante la
gente de acrobacias místicas. Pero no tuvo más “Maestro, ¿qué piensa del dinero?”, preguntó el
remedio. Cuando el asceta llenó la cuota, Dios discípulo.
accedió a regañadientes y le dijo: “Pide lo que “Mira a la ventana”, le dijo el maestro, ¿qué
quieras, pero una sola gracia”. ves?”
Hubo un silencio. Cuando abrió su boca, el “Veo una mujer con un niño, una carroza tirada
asceta dijo: “Os pido que nunca más vuelva yo a por dos caballos y una persona que va al mer-
desear la gracia de la levitación”. cado”.
Dios sonrió. La penitencia había surtido su ver- “Bien. Ahora mira al espejo. ¿Qué ves?”
dadero efecto. Había liberado al penitente de
“¿Qué quiere que vea? Me veo a mí mismo,
todo deseo aun aparentemente bueno. Le con-
naturalmente.
cedió la gracia de no tener ya el deseo. Y luego
sí, le concedió la gracia de la levitación. “Ahora piensa: la ventana está hecha de vidrio,
lo mismo que el espejo. Basta una pequeñísima
Carlos G. Vallés. Vida Nueva nº 2.077
capa de plata por detrás del vidrio para que el
878. {TC “”} EL DIAMANTE hombre sólo se vea a sí mismo”.
Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p.57
El sannyasi había llegado a las afueras de la
aldea y acampó bajo un árbol para pasar la 881. {TC “”} DIOS EN EL CORA-
noche. De pronto llegó corriendo hasta él un
habitante de la aldea y le dijo: “¡La piedra! ¡Da-
ZÓN
me la piedra preciosa!” El maestro se hizo famoso mientras aún vivía.
“¿Qué piedra?”, preguntó el sannyasi. Contaban que Dios mismo había ido un día a
pedirle consejo: “Quiero jugar al escondite con
“La otra noche se me apreció en sueños el Se- los hombres. He preguntado a mis ángeles cuál
ñor Shiva”, dijo el aldeano, “y me aseguró que si sería el mejor sitio para esconderse. Unos dicen
venía al anochecer a las afueras de la aldea, que en lo profundo del océano. Otros, que en la
encontraría a un sannyasi que me daría una cima de la montaña más alta. Otros que en la
piedra preciosa que me haría rico para siempre”. cara escondida de la luna o en una estrella
El sannyasi rebuscó en su bolsa y extrajo una lejana. Tú, ¿qué me aconsejas?
piedra. “Probablemente se refería a ésta”, dijo Respondió el maestro: “Escóndete en el corazón
mientras entregaba la piedra al aldeano. “La humano. Es el último sitio en que se les ocurrirá
encontré en un sendero del bosque hace unos ir a buscarte”
seis días. Por supuesto que puedes quedarte
con ella.” Bruno Ferrero. “El canto del grillo”, p. 49
El hombre se quedó mirando la piedra con 882. {TC “”} DIOS ES UN ZAPATE-
asombro. ¡Era un diamante! Tal vez el mayor RO
diamante del mundo, pues era tan grande como
la mano de un hombre. El viejo zapatero remendón, detrás de los crista-
Tomó el diamante y se marchó. Pasó la noche les de la tienda, estaba siempre trabajando,
dando vueltas en la cama, totalmente incapaz absorto, concentrado, encorvado sobre aquellos
de dormir. Al día siguiente, al amanecer, fue a zapatos destrozados, gastados, sucios, anticua-
despertar al sannyasi y le dijo: “Dame la riqueza dos, como si fuera un cirujano, que rebaja, cor-
que te permite desprenderte con tanta facilidad taba y recosía, curando las huellas del cansan-
de este diamante”. cio y las heridas de nuestro caminar a rastras
por la vida.
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 182

Mil textos para orar y reflexionar 267


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Yo le llevaba alguna vez mis zapatos, mis botas “Cuando miras un árbol a distancia y puedes
para arreglar. Le compraba plantillas. Y siempre distinguir si es un mango o un anacardo”.
me admiraba su labor de esperanza, de humil- “Tampoco”, dijo el gurú.
dad, de realismo y paciencia. Hay quienes todo
lo arreglan comprando cosas nuevas y tirando lo “Está bien”, dijeron los discípulos, “dinos cuándo
viejo, como si no tuviera ya arreglo. Tú, Padre, es”.
te arreglas con lo viejo. Solamente una vez “Cuando miras a un hombre al rostro y recono-
empezaste de nuevo. Después, siempre has ces en él a tu hermano; cuando miras a la cara
tomado a los hombres como son, con nuestros a una mujer y reconoces en ella a tu hermana.
rotos, miserias y pecados. En vez de tirarnos a Si no eres capaz de esto, entonces, sea la hora
la basura como algo inservible y estrenar otros que sea, aún es de noche”.
nuevos, prefieres arreglarnos.
Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º
Desde el comienzo de la historia, trabajas sin tomo)”, p. 227
descanso, remendando, cosiendo, abrillantando
la vieja piel del hombre. Ante cada remesa que 885. {TC “”} DOCTRINA
llega hasta tu tienda, recomienzas de nuevo,
Había un hombre que tenía una doctrina.
lleno de confianza, la paciente tarea de recons-
Una doctrina que llevaba en el pecho
trucción, hasta que, al fin, un día nos colocas
(junto al pecho, no dentro del pecho),
flamantes en la vitrina de tu tienda, en el esca-
una doctrina escrita que guardaba
parate brillante de tu Reino. Cada vez que pa-
en el bolsillo interno del chaleco.
saba junto a la tienda de aquel humilde tauma-
La doctrina creció.
turgo, recordaba a tu Hijo, trabajando en la
Y tuvo que meterla en un arca,
Iglesia, recibiendo incansable toda clase de
en un arca como la del Viejo Testamento.
encargos, recogiendo amoroso imposibles tra-
Y el arca creció.
bajos, transformando lo viejo con sus divinas
Y tuvo que llevarla a una casa muy grande.
manos.
Entonces nació el templo.
La Iglesia nunca dice: “Esto hay que tirarlo”. Y el templo creció.
Acepta con amor cada par de zapatos que lle- Y se comió al arca, al hombre
van a la tienda, y recoge el encargo. Sabe que y a la doctrina escrita que guardaba
el Zapatero verá cómo arreglarlo. en el bolsillo interno del chaleco.
Revista Catequética de enero - marzo 1995 Luego vino otro hombre que dijo:
“El que tenga una doctrina que se la coma,
883. {TC “”} DIOS PERSONAL antes de que se la coma el templo;
que la vierta, que la disuelva en su sangre,
A algunos discípulos les inquietaba el hecho de que la haga carne de su cuerpo...
que al Maestro no pareciera preocuparle dema- y que su cuerpo sea
siado si la gente creía o no en un Dios personal. bolsillo, arca y templo.
En cierta ocasión, el Maestro les citó un pensa- León Felipe. “Ganarás la luz”. Cátedra, p. 225
miento que le gustaba muchísimo y que lo había
tomado del Diario del antiguo Secretario Gene- 886. {TC “”} DOS RANAS
ral de la ONU, Dag Hammarskjold:
Dos ranas, jóvenes y amantes de la aventura,
“Dios no muere fueron una tarde a dar un paseo. En el camino
el día en que dejamos de creer hallaron una casa de campo. Como la ventana
en una divinidad personal, estaba abierta, una de ellas dijo: “¿Qué te pare-
sino que morimos nosotros ce? ¿Echamos un vistazo al interior?”. La otra,
el día en que nuestras vidas naturalmente, estaba de acuerdo. Dieron un
dejan de estar iluminadas salto y se encontraron en un gran balde de
por el continuo resplandor, leche en la habitación campestre.
renovado día a día,
de un prodigio cuya fuente Aquello no era una tragedia para las ranas.
excede todo razonamiento”. Después de todo, saben nadar. Pero pronto se
dieron cuenta de que la leche es más espesa
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
que el agua y, sobre todo, que no podían salir
884. {TC “”} DISTINGUIR EL DÍA del balde, porque sus paredes estaban llenas de
grasa. Resbalaban y se iban al fondo una y otra
DE LA NOCHE vez.
Preguntó un gurú a sus discípulos si sabrían Una de las ranas era pesimista. Después de
decir cuándo acababa la noche y empezaba el unos veinte intentos inútiles, se rindió, estiró las
día. patas, se fue al fondo y se ahogó.
Uno de ellos dijo: “Cuando ves a un animal a La otra, en cambio, era optimista. No se rindió.
distancia y puedes distinguir si es vaca o un Braceó y braceó toda la noche y, cuando al
caballo”. amanecer entraron los primeros rayos del sol,
“No”, dijo el gurú. estaba sobre algo sólido: la leche se había vuel-
to mantequilla.

Mil textos para orar y reflexionar 268


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Moraleja: no hay que desesperar ni siquiera en do su poder, y había visto a hombres y mujeres
las situaciones aparentemente sin vías de sali- temerlo, admirarlo, venerarlo, suplicarle, pero
da. De algún modo o en cualquier momento se nunca se había sentido amado, cuidad, mimado.
presenta siempre una solución que ayuda a Aquello era una nueva experiencia para él. No
superar las dificultades en que nos movemos. quería dejarla.

887. {TC “”} DRAGÓN INVULNE- También un Dragón tiene sus obligaciones que
no debe descuidar, y el Gran Dragón, que hacía
RABLE mucho faltaba de su despacho, lo sabía. Había
Los dragones en China tienen el poder de trans- peticiones que atender, necesitados a quienes
formarse en cualquier animal que deseen para socorrer, fiestas a que asistir, y ya no podía
acercarse o alejarse de hombres y mujeres, retrasarse más. La familia que o había protegi-
según el caso. Sucedió una vez que un Gran do, al asegurarse de que la paloma se había
Dragón, a quien le gustaba mucho la compañía recuperado del todo, decidió devolverle la liber-
de los seres humanos, se transformó en una tad, la llevaron al aire libre, lejos de muchachos
paloma blanca para estar cerca de ellos. Disfru- agresivos, y la echaron a volar, La ploma voló
tó mucho en un principio revoloteando en sus en círculos cada vez más altos, mirando a sus
plazas, posándose en sus tejados, anidando en bienhechores con cariño hasta perderse de vista
las torres de sus pagodas y comiendo lo que la en el cielo. Una vez allí, recobró su forma de
gente compasiva le echaba con cariño. Dragón y volvió a sus actividades normales.
Todo iba bien hasta que un día el Dragón hecho Pero todos los años, en ese mismo tiempo, el
paloma se acercó inocentemente a una pandilla Dragón vuelve a convertirse en paloma para
de chiquillos traviesos y agresivos que empeza- recordar los días en que disfrutó del cariño de
ron a tirarle piedras a ver si le daban. La pobre una familia. Si aciertas a ver una paloma con
paloma no podía creerse aquello, le pareció que una pluma roja en el ala derecha, ése es el Gran
debía ser una equivocación, y para cuando se Dragón que se acerca a nosotros. Si le saludas,
dio cuenta de que los chiquillos iban de veras y te bendecirá.
tiraban a dar, y quiso elevar el vuelo y huir rápi- Carlos García Valles. “Salió el sembrador...”
damente, una piedra la alcanzó en el ala y se la
rompió. Sobre sus blancas plumas se dibujó un 888. {TC “”} EL ELEFANTE
trazo de sangre, y al verla supo el Dragón que
Todos los habitantes de aquella ciudad eran
tenía un serio problema. Sabía que, mientras no
ciegos. Un rey con su cortejo llegó cerca de
se restañara la sangre y curara la herida, no
aquel lugar, trajo su ejército y acampó en el
podría volver a su forma original de Dragón, ya
desierto. Tenía un poderoso elefante que usaba
que para ello su cuerpo había de estar libre de
para atacar e incrementar el temor de la gente.
todo defecto. Una herida en el ala de la paloma
se traduciría en un defecto en las patas del La población estaba ansiosa por ver al elefante,
Dragón, y eso no podía ser así, porque el Dra- y algunos ciegos de esa comunidad se precipita-
gón había de ser perfecto. Él lo sabía muy bien, ron como locos para encontrarlo.
y tuvo miedo. Como no conocían ni siquiera la forma y aspec-
Intentó volar, pero no podía remontar el vuelo. to del elefante tantearon ciegamente, para reunir
Con ayuda del ala sana corrió rauda para alejar- información, palpando alguna parte de su cuer-
se de los muchachos, pero las piedras que po.
éstos lanzaban eran más veloces que su carre- Cada una pensó que sabía algo, porque pudo
ra. Varias lo alcanzaron, y los gritos salvajes de tocar una parte de él.
muerte de los agresores le hicieron perder toda
esperanza. En aquel momento, un hombre de la Cuando volvieron con sus conciudadanos, im-
vecindad que había oído el griterío se acercó, pacientes grupos se apiñaron a su alrededor.
comprendió al instante lo que pasaba, tuvo Todos estaban ansiosos, buscando equivoca-
compasión de la paloma, la recogió cuidadosa- damente la verdad de boca de aquellos que se
mente en sus manos y obligó a dispersarse a hallaban errados.
los muchachos. Una vez en su casa, cuidó a la Preguntaron por la forma y aspecto del elefante,
paloma, le limpió la herida, le dio de comer y le y escucharon todo lo que aquellos dijeron.
preparó un rincón mullido para descansar. La
Al hombre que había tocado la oreja le pregun-
paloma durmió agradecida.
taron acerca de la naturaleza del elefante. Él
Día a día, siguió cuidando el buen hombre a la dijo: “Es una cosa grande, rugosa, ancha y
paloma, acariciándola con cariño y asegurándo- gruesa como un felpudo”.
se de que iba recobrando sus fuerzas y no le
Y el que había palpado la trompa dijo: “Yo co-
faltaba nada. Pronto se le curaron las heridas,
nozco los hechos reales, es como un tubo recto
se le fortalecieron las alas y recobró el ánimo.
y hueco, horrible y destructivo”.
Ya era otra vez el Gran Dragón y podía volver a
su forma original cuando quisiera. Pero él tam- El que había palpado sus patas dijo: “Es pode-
bién le había cogido cariño a aquella familia, al roso y firme como un pilar”.
hombre que lo cuidaba, a su mujer y a sus hijos Cada uno había palpado una sola parte de las
e hijas, que rivalizaban en colmarle de atencio- muchas. Cada uno lo había percibido errónea-
nes. Muchas veces el Gran Dragón había senti- mente. Ninguno conocía la totalidad: el conoci-

Mil textos para orar y reflexionar 269


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

miento no es compañero de los ciegos. Todos - Había una vez un hombre al que le fue dado
imaginaron algo, algo equivocado. un huerto para alimentarse y pasaban los días
La criatura humana no está informada acerca de sin que fuera a cultivarlo, y pasaban semanas
la divinidad. No existe camino en esta ciencia sin que se preocupase de labrarlo, ni abonarlo,
por medio del intelecto ordinario. no cortarle las malas hierbas. Llegó el tiempo de
la cosecha y no recogió nada, entonces miró al
Idries Shah. “Cuentos de los derviches”. Paidós, Cielo y enfrentándose con Él se violentó dicien-
do: “¿Qué mal he hecho, ¡oh Dios!, para que me
889. {TC “”} EN TODAS PARTES trates así? ¿Qué mal he hecho para me mandes
Un experto en arte pronunciaba una conferencia esta desgracia? ¡Mira los campos de mi vecino
en el monasterio. qué frondosos están y mira el mío mustio y
seco!
“El arte - decía - se encuentra en los museos,
pero la belleza se halla por doquier: en el aire, Mirad pues y meditad y no pidáis al Cielo lo que
en la tierra, en todas partes, a disposición de no os pedís a vosotros mismos.
todos... y sin nombre de ninguna clase”. ¿Y cuántas veces veis a un hermano y lo envi-
“Exactamente igual que la espiritualidad - dijo el diáis porque creéis que tiene lo que vosotros
Maestro al día siguiente, cuando estuvo a solas desearíais tener? Más yo os digo que si entra-
con sus discípulos -. Sus símbolos se encuen- rais en su vida, veríais que está vacío de otras
tran en ese “museo” que llamamos templo, pero cosas y sufre por no tenerlas tanto como voso-
su substancia se halla en todas partes, a dispo- tros.
sición de todos, sin que nadie la reconozca y sin No juzguéis por los ojos, ni deseéis por los ojos.
nombre de ninguna clase”. Pensad que cada uno trae su carga. Y ayuda-
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. dos unos a otros a llevarla.
Cayetano Arroyo. “Diálogos con Abul-Beka”
890. ENCONTRARSE CON DIOS
El ermitaño en la oración oyó claramente la voz
892. {TC “”} EL ESPANTAPÁJA-
de Dios. Le invitaba a acudir a un encuentro ROS
especial con Él. La cita era para el atardecer del En un lejano pueblo vivía un labrador muy ava-
día siguiente, en la cima de una montaña lejana. ro. Era tanta su avaricia que cuando un pajarito
Temprano se puso en camino, se encontró a comía un grano de trigo encontrado en el suelo,
varios campesinos ocupados en intentar contro- se ponía furioso y pasaba los días vigilando
lar y apagar un incendio declarado en el bosque para que nadie tocara su huerto.
cercano, que amenazaba las cosechas y hasta Un día tuvo una idea: “Ya sé, construiré un
las propias casas de los habitantes. Reclamaron espantapájaros. Así alejaré a los animales de mi
su ayuda porque todos los brazos eran pocos. huerto”.
Sintió la angustia de la situación y el no poder
detenerse a ayudarles. No debía llegar tarde a Cogió tres cañas y con ellas hizo los brazos y
la cita y, menos aún, faltar a ella. Así que con las piernas, luego con paja dio forma al cuerpo.
una oración que el Señor les socorriera, apresu- Una calabaza le sirvió de cabeza, dos granos de
ró el paso ya que había que dar un rodeo a maíz de ojos, por nariz puso una zanahoria y la
causa del fuego. boca a una hilera de granos de trigo.
Tras ardua ascensión, llegó a la cima de la mon- Cuando terminó el espantapájaros le colocó
taña, jadeante por la fatiga y la emoción. El sol unas ropas rotas y feas y de un golpe seco lo
comenzaba su ocaso ; llegaba puntual por lo hincó en tierra. Pero se percató de que le faltaba
que dio gracias al cielo en su corazón. un corazón y cogió el mejor fruto del peral, lo
metió entre paja y se fue a casa.
Anhelante esperó, mirando en todas las direc-
ciones. El Señor no aparecía por ninguna parte. Allí quedó el espantapájaros moviéndose al
Por fin descubrió, visible sobre una roca, algo ritmo del viento. Más tarde un gorrión voló des-
escrito: “Dispénsame, estoy ocupado ayudando pacio sobre el huerto buscando dónde podía
a los que sofocan el incendio”. encontrar trigo. El espantapájaros al verle quiso
ahuyentarle dando gritos, pero el pájaro se posó
Entonces comprendió dónde debía encontrarse en un árbol y dijo:
con Dios.
- Déjame coger trigo para mis hijitos.
891. {TC “”} LA ENVIDIA - No puedo. - contestó el espantapájaros. Pero
Cuidaos de la envidia, porque ante el Cielo a tanto le dolía ver el pobre gorrión pidiendo co-
cada uno se os dio según vuestra necesidad. mida que le dijo - Puedes coger mis dientes que
son granos de trigo.
Y muchos diréis: “A mí no me dio el Cielo según
mi necesidad porque paso hambre. Ni me dio El gorrión los cogió y de alegría besó su frente
según mi necesidad porque paso falta de amor. de calabaza. El espantapájaros quedó sin boca,
Ni me dio según mi necesidad porque parece pero muy satisfecho de su acción.
que mi cuerpo atrajera todas las enfermedades”. Una mañana un conejo entró en el huerto.
Mas yo os diría: Cuando se dirigía hacia las zanahorias, el mu-

Mil textos para orar y reflexionar 270


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

ñeco lo vio y quiso darle miedo, pero el conejo le 893. {TC “”} LOS ESPEJOS
miró y le dijo:
- Quiero una zanahoria, tengo hambre. Un día descubrió Satanás un modo de divertir-
se. Inventó un espejo diabólico con una propie-
Tanto le dolía al espantapájaros ver un conejito dad mágica: en él se veía feo y mezquino todo
hambriento que le ofreció su nariz de zanahoria. cuanto era bueno y hermoso y, en cambio, se
Cuando el conejo se marchó, quiso cantar de veía grande y detallado todo lo que era feo y
alegría, pero no tenía boca, ni nariz para oler el malo.
perfume de las flores, pero estaba contento. Satanás iba por todas partes con su terrible
Más tarde apareció el gallo cantando junto a él. espejo. Y todos cuantos se miraban en él se
horrorizaban: todo aparecía deforme y mons-
- Voy a decirle a mi gallina que no le ponga más
truoso.
huevos al dueño de esta huerta, pues nos mata
de hambre. El Maligno se divertía de lo lindo con su espejo.
Cuanto más repugnantes eran las cosas más le
- Eso no está bien, dijo el espantapájaros. Yo te
gustaban. Un día le pareció tan delicioso el
daré comida, pero tú no digas nada a tu mujer.
espectáculo que se desternilló de risa. Se rió
¿De acuerdo? Coge mis ojos que son de maíz.
tanto que el espejo se le fue de las manos y se
- Bien, contestó el gallo, y se fue muy agradeci- hizo trizas, partiéndose en millones de pedazos.
do. Un huracán, potente y perverso, desperdigó por
Poco más tarde alguien se acercó a él y dijo: todo el mundo los trozos del espejo.
- Espantapájaros, ¿podrías darme una limosna, Algunos trozos eran más pequeños que un
tú que eres tan bueno? El labrador me ha echa- granito de arena y penetraron en los ojos de
do de su casa. muchas personas. Estas personas comenzaron
a verlo todo al revés: sólo percibían lo que era
- ¿Quién eres?, le preguntó el espantapájaros. malo de manera que sólo veían la maldad por
Yo no puedo verte. todas partes.
- Soy un vagabundo que pido limosna. ¿No os habéis encontrado, acaso, con hombres
- Coge mi vestido, es lo único que puedo ofre- de ese tipo?
certe. Cuando Dios se dio cuenta de lo que había
El vagabundo, tomando las ropas viejas del pasado se entristeció. Y decidió ayudar a los
espantapájaros, se marchó muy contento. Más hombres. Se dijo: “Enviaré al mundo a mi Hijo.
tarde el espantapájaros notó que alguien lloraba El es mi imagen, mi espejo. Es el reflejo de mi
junto a él. Era un niño que buscaba comida para bondad, de mi justicia y de mi amor. Refleja al
su madre. El dueño de la huerta no había queri- hombre como Yo lo he pensado y querido”.
do ayudarle. Y Jesús vino como un espejo para los hombres.
- Toma, le dijo el espantapájaros, te doy mi Quien se miraba en él descubría la bondad y la
cabeza que es una gran calabaza... hermosura y aprendía a distinguirlas del egoís-
mo y de la mentira, de la injusticia y del despre-
Cuando el labrador fue al huerto y vio su espan-
cio.
tapájaros en aquel estado, se enfadó muchísimo
y le prendió fuego. Muchos amaban el espejo de Dios y siguieron a
Jesús. Otros, en cambio, rechinaban de rabia y
Sus amigos, al ver cómo ardía, se acercaron y
decidieron romper este espejo de Dios. Y lo
amenazaron al labrador, pero en aquel momen-
asesinaron.
to cayó al suelo algo que pertenecía a aquel
monigote: su corazón de pera. El labrador, rién- Pero bien pronto se levantó un nuevo y potente
dose, se lo comió diciendo: huracán: el Espíritu Santo. Arrastró los millones
de fragmentos por todo el mundo. El que recibe
- ¿Decís que todo os lo ha dado? Pues esto me
una mínima centella de este espejo empezará a
lo como yo.
ver al mundo y las personas como las veía Je-
Pero sólo al morderla, notó un cambio en él. El sús: lo primero que se refleja en ellas son las
espantapájaros le había comunicado su bondad. cosas buenas y hermosas, la justicia y la gene-
Entonces el labrador dijo: rosidad, la alegría y la esperanza. En cambio, la
- Perdonadme, desde ahora os acogeré siem- maldad y la injusticia aparecen como vencibles y
pre. cambiables.
Mientras tanto, el espantapájaros se había con- Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p. 17
vertido en cenizas y el humo llegaba hasta el sol
transformándose en el más brillante de sus 894. {TC “”} LA ESTATUA
rayos. Cierta vez, entre las colinas, vivía un hombre
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como dar- poseedor de una estatua cincelada por un an-
dos”, p. 73 ciano maestro. Descansaba contra la puerta de
cara al suelo. Y él nunca le prestaba atención.

Mil textos para orar y reflexionar 271


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

Un día pasó frente a su casa un hombre de la peligro de las fieras o cuando conducía su ca-
ciudad, un hombre de ciencia. Y advirtiendo la noa por las inciertas aguas del río?
estatua preguntó al dueño si la vendería. Y les dijo: “Id y descubridlo vosotros mismos.
Riéndose, el dueño respondió: “¿Y quién desea- Nada puede sustituir al riesgo y a la experien-
ría comprar esa horrible y sucia estatua? cias personales”. Pero, para orientarles, les hizo
El hombre de la ciudad dijo: “Te daré esta pieza un mapa del Amazonas.
de plata por ella”. Ellos tomaron el mapa y lo colocaron en el
El otro quedó atónito, pero agradado. Ayuntamiento. E hicieron copias de él para cada
uno. Y todo el que tenía una copia se conside-
La estatua fue trasladada a la ciudad al lomo de raba experto en el Amazonas, pues ¿no conocía
un elefante. Y, luego de varias lunas el hombre acaso cada vuelta y cada recodo del río, y cuán
de las colinas visitó la ciudad y, mientras cami- ancho y profundo era, y dónde había rápidos y
naba por las calles, vio una multitud ante un dónde se hallaban las cascadas?
negocio y a un hombre que a voz en cuello
gritaba: “Acercaos y contemplad la más maravi- El explorador se lamentó toda su vida de haber
llosa estatua del mundo entero. Solamente dos hecho aquel mapa. Habría sido preferible no
piezas de plata para admirar la más extraordina- haberlo hecho.
ria obra maestra”. Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 47
Al instante, el hombre de las colinas pagó dos
898. {TC “”} FLEXIBILIDAD
piezas de plata y entró en el negocio para ver la
estatua que él mismo había vendido por una El discípulo fue a visitar al maestro en el lecho
sola pieza de ese mismo metal. de muerte.
Kahlil Gibrán. “Obras completas (tomo 2)” - Déjame en herencia un poco de tu sabiduría -
le pidió.
895. {TC “”} ¿EXISTE DIOS?
El sabio abrió la boca y pidió al joven que se la
Alguien le preguntó si existía un Dios. Contestó: mirara por dentro: “¿Tengo lengua?”
- Te aconsejo que medites si tu comportamiento - Seguro - respondió el discípulo.
variaría según la respuesta que se diese a esa - ¿Y los dientes, tengo aún dientes?
pregunta. Si permaneciese inalterable, la pre-
gunta sería ociosa. Si, por el contrario, tu con- - No - replicó el discípulo -. No veo los dientes.
ducta variase, en tal caso puedo ayudarte di- - ¿Y sabes por qué la lengua dura más que los
ciendo que tú mismo habrías zanjado la cues- dientes? Porque es flexible. Los dientes, en
tión: efectivamente, necesitarías ese Dios. cambio, se caen antes porque son duros e in-
Bertolt Brecht. “Historias de almanaque”. flexibles. Así que acabas de aprender lo único
que vale la pena aprender.
896. {TC “”} EXPECTATIVAS Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p. 24
Cuando el Maestro oía decir a alguien: “Me
gustaría mucho más mi mujer si fuese de otra
899. {TC “”} LA FÓRMULA
manera”, solía contar lo que le ocurrió a él un El místico regresó del desierto. “Cuéntanos”, le
día mientras contemplaba una puesta de sol en dijeron con avidez, “¿cómo es Dios?”.
el mar.
Pero ¿cómo podría él expresar con palabras lo
- “¿No es precioso?”, le dijo entusiasmado a una que había experimentado en lo más profundo de
pasajera que se encontraba junto a él apoyada su corazón? ¿Acaso se puede expresar la Ver-
en la barandilla. dad con palabras?
- “Sí - dijo de mala gana la mujer -. Pero ¿no Al fin les confió una fórmula (inexacta, eso sí, e
cree usted que estaría mejor con un poco más insuficiente), en la esperanza de que alguno de
de rosa a la izquierda?” ellos pudiera, a través de ella, experimentar por
- “Todo el mundo - dijo el Maestro - te resulta sí mismo lo que él había experimentado.
encantador cuando prescindes de las expectati- Ellos aprendieron la fórmula y la convirtieron en
vas que te habías forjado sobre cómo deberían un texto sagrado. Y se la impusieron a todos
ser”. como si se tratara de un dogma. Incluso se
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. tomaron el esfuerzo de difundirla en países
extranjeros. Y algunos llegaron a dar su vida por
897. {TC “”} EXPLORADOR ella.
El explorador había regresado junto a los suyos, Y el místico quedó triste. Tal vez habría sido
que estaban ansiosos por saberlo todo acerca mejor que no hubiera dicho nada.
del Amazonas. Pero ¿cómo podía él expresar Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 46
con palabras la sensación que había inundado
su corazón cuando contempló aquellas flores de 900. {TC “”} GRAN MIEDO
sobrecogedora belleza y escuchó los sonidos
Caía la noche. El sendero se internaba en el
nocturnos de la selva? ¿Cómo comunicar lo que
bosque más negro que la noche. Yo estaba
sintió en su corazón cuando se dio cuenta del

Mil textos para orar y reflexionar 272


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

sólo, desarmado. Tenía miedo de avanzar, mie- - ¿Por qué sigues predicando? ¿No ves que tu
do de retroceder, miedo del ruido de mis pasos, misión es imposible?
miedo de dormirme en esa doble noche. Y el profeta respondió:
Oí crujidos en el bosque y tuve miedo. Vi brillar - Al principio tenía la esperanza de poder cam-
entre los troncos, ojos de animales y tuve mie- biarlos. Pero si ahora sigo gritando es única-
do, más miedo que nunca. Por fin salió de la mente para que no me cambien ellos a mí.
sombra una sombra que me cerró el paso.
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 82
- “¡Vamos pronto! ¡La bolsa o la vida!”
Y me sentí casi consolado por esa voz humana, 903. HACER SALIR AL SOL
porque al principio había creído encontrar a un
“Por mucho que te esfuerces no lograrás en-
fantasma o a un demonio.
mendar tu vida ni alcanzar la iluminación más
Me dijo: “Si te defiendes para salvar tu vida, que podrías hacer salir al sol por tus propias
primero te quitaré la vida y después la bolsa. fuerzas”, decía el Maestro.
Pero si me das la bolsa solamente para salvar la
“Entonces, ¿para qué me hacéis practicar tantos
vida, primero te quitaré la bolsa y después la
ejercicios de penitencia y devoción y estudio y
vida.”
contemplación?, contestaba el discípulo.
Mi corazón se enloqueció, mi corazón se rebeló.
“Para que estés despierto cuando salga el sol”.
Perdido por perdido, mi corazón se dio la vuelta.
Paradoja eterna del esfuerzo y la gracia. Para-
Caí de rodillas y exclamé: “Señor, toma todo lo doja bella y cierta, atrayente y desesperante,
que tengo y todo lo que soy”. ayuda permanente y prueba irritante. Hay que
De pronto me abandonó el miedo y levanté mis hacer todo sabiendo que no sirve para nada.
ojos. Carlos G. Vallés. Vida Nueva nº 2039, mayo 96
Ante mí todo era luz. En ella el bosque verdecía.
904. ¿HACIA DÓNDE REZAR
901. {TC “”} GRANO DE ORO - Rezo siempre mirando a la Meca, maestro,
Iba yo pidiendo de puerta en puerta por el cami- porque allí me han enseñado a dirigir mis plega-
no de la aldea, cuando tu carro de oro apareció rias.
a lo lejos como un sueño magnífico. Y, yo me - Haces bien, hijo mío. Pero no puedes estar
preguntaba maravillado, quién sería aquel Rey todo el día mirando hacia la Meca, y Dios está
de reyes. en todas partes. Acostúmbrate a rezar también
Mis esperanzas volaron hasta el cielo, y pensé todas las direcciones.
que mis días malos se habían acabado. Y me - Rezo siempre a las horas determinadas cuan-
quedé aguardando limosnas espontáneas, teso- do el muecín llama a la oración desde la mez-
ros derramados por el polvo. quita.
La carroza se paró a mi lado. Me miraste y ba- - Haces bien, hijo mío ; pero acostúmbrate a
jaste sonriendo. Sentí que la felicidad de la vida rezar también cuando no llama nadie, pues Dios
había llegado al fin. Y de pronto, tú me tendiste está dispuesto a escucharte en cualquier mo-
tu diestra diciéndome: “¿puedes darme alguna mento.
cosa?”.
- Yo rezo con mis labios, maestro, cuando recito
¡Qué ocurrencia de tu realeza! ¡Pedirle a un versos sagrados, con mis dedos al pasar las
mendigo! Yo estaba confuso y no sabía qué cuentas benditas de oración, con mis rodillas al
hacer. Luego saqué despacio de mi saco un hincarlas en el suelo en adoración, con mis ojos
granito de trigo y te lo di. cuando derraman lágrimas de emoción.
Pero, qué sorpresa la mía, cuando al vaciar por - Haces bien, hijo mío; pero acostúmbrate a
la tarde mi saco en el suelo encontré un granito rezar también cuando tus labios no se muevan o
de oro en la miseria del montón. ¡Qué amarga- tus rodillas no estén hincadas ; cuando tus ojos
mente lloré por no haber tenido corazón para miren otros objetos y tus dedos se empleen en
dártelo todo! otros menesteres. Dios están en todas las cir-
R. Tagore cunstancias de la vida, en todo movimiento y en
toda palabra, en todo gesto y en toda mirada, y
902. {TC “”} GRITAR PARA QUE- allí hemos de hallarlo si queremos estar siempre
DAR A SALVO en su presencia. Las posturas rituales son sólo
para recordarnos que cualquier postura nos ha
Una vez llegó un profeta a una ciudad con el fin de llevar a pensar en Dios; y las lecturas sagra-
de convertir a sus habitantes. Al principio la das son sólo para recordarnos que toda palabra
gente le escuchaba cuando hablaba, pero poco ha de servirnos para recordar su nombre. La
a poco se fueron apartando, hasta que no hubo mezquita está en su sitio para consagrar todo el
nadie que escuchara las palabras del profeta. espacio. La Meca es una para bendecir a toda la
Cierto día, un viajante le dijo al profeta: tierra.
- Lo acepto, maestro, ya que veo a Dios en vos.

Mil textos para orar y reflexionar 273


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

- Como yo veo a Dios en ti, hijo mío. personas se separaron de la multitud y se fue-
Carlos G. Vallés. Vida Nueva nº 2025 ron llenas de tristeza al infierno.
Lo mismo hizo con el segundo mandamiento,
905. {TC “”} HERMANOS con el tercero, el cuarto, el quinto... Para enton-
ces, la población del cielo había decrecido con-
Dos hermanos, uno soltero y otro casado, po-
siderablemente. Tras ser leído el sexto manda-
seían una granja cuyo fértil suelo producía
miento, todo el mundo se fue al infierno, a ex-
abundante grano, que los dos hermanos se
cepción de un solo individuo gordo, viejo y cal-
repartían a partes iguales.
vo.
Al principio todo iba perfectamente. Pero llegó
Le miró Dios y dijo a Gabriel: “¿Es ésta la única
un momento en que el hermano casado empezó
persona que ha quedado en el cielo?
a despertarse sobresaltado todas las noches,
pensando: “No es justo. Mi hermano no está “Sí”, respondió Gabriel.
casado y se lleva la mitad de la cosecha; pero “¡Vaya!”, dijo Dios, “se ha quedado bastante
yo tengo mujer y cinco hijos, de modo que, en solo, ¿no es verdad? Anda y di a todos que
mi ancianidad, tendré todo cuanto necesite. vuelvan.
¿Quién cuidará de mi pobre hermano cuando
sea viejo? Necesita ahorrar para el futuro mucho Cuando el gordo, viejo y calvo individuo oyó que
más de lo que actualmente ahorra, porque su todos iban a ser perdonados, se indignó y gritó a
necesidad es, evidentemente, mayor que la Dios: “¡Eso es injusto! ¿Por qué no me lo dijiste
mía”. antes?”
Entonces se levantaba de la cama, acudía sigi- ¡Ajá! ¡Otro fariseo a la vista! ¡Otro hijo mayor! ¡El
losamente a donde residía su hermano y vertía hombre que cree en recompensas y castigos y
en el granero de éste un saco de grano. que es un fanático de la más estricta justicia!
También el hermano soltero comenzó a desper- Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 156
tarse por las noches y a decirse a sí mismo:
“Esto es una injusticia. Mi hermano tiene mujer y
907. {TC “”} LA HOJA BLANCA
cinco hijos y se lleva la mitad de la cosecha; Dijo un día una hoja blanca de papel: “Me he
pero yo no tengo que mantener a nadie más que formado blanca, nítida, inmaculada y pura, y así
a mí mismo. ¿Es justo que mi pobre hermano, seré hasta la eternidad. Prefiero quemarme y
cuya necesidad es mayor que la mía, reciba lo volverme ceniza blanca antes de permitir que
mismo que yo? me mancille la negrura y me macule la sucie-
Entonces se levantaba de la cama y llevaba un dad”.
saco al granero de su hermano. Oyó un tintero aquellas razones y se rió en su
Un día se levantaron de la cama al mismo tiem- negro corazón, pero no se atrevió a tocar aque-
po y tropezaron uno con otro, cada cual con un lla hoja blanca de papel.
saco de grano a la espalda. La oyeron también las plumas y tampoco la
Muchos años más tarde, cuando ya había muer- tocaron. Y así permaneció la hoja de papel
to los dos, el hecho se divulgó. Y cuando los blanca, nítida, cual la nieve... pero vacía.
ciudadanos decidieron erigir un templo, escogie- Kahlil Gibrán. “Obras completas (tomo 1)”
ron para ello el lugar en el que ambos hermanos
se habían encontrado, porque no creían que 908. {TC “”} LA HOJA QUE NO
hubiera en toda la ciudad un lugar más santo QUERÍA AGUA
que aquél.
Había una vez una planta muy joven en la que
Anthony de Mello. Alfonso Francia. “Educar con
se ponían grandes esperanzas. Tenía exacta-
parábolas”, p. 52
mente cuatro hojas. Cuatro bonitas hojas, res-
906. {TC “”} EL HIJO MAYOR plandecientes al rocío y al sol.
Un día las cuatro hojas tuvieron (es la moda)
Estaba Dios paseando por el cielo cuando, para una reunión.
su sorpresa, se encontró con que todo el mundo
se hallaba allí. Ni una sola alma había sido Una dijo que su vocación clara consistía en
enviada al infierno. Esto le inquietó, porque permanecer unida al naciente arbolito, pero que
¿acaso no tenía obligación para consigo mismo en lo sucesivo había decidido prescindir del
de ser justo? Además, ¿para qué había sido agua. Cuestión de proyecto personal: “Que sus
creado el infierno, si no se iba a usar? compañeras estudiasen el asunto y una vez
entendido respetaran su libertad”.
De modo que dijo al ángel Gabriel: “Reúne a
todo el mundo ante mi trono y léeles los Diez Las otras tres hojas estaban repletas de buenas
Mandamientos”. disposiciones y decidieron aceptar lo que su
compañera les pedía.
Todo el mundo acudió y leyó Gabriel el primer
mandamiento. Entonces dijo Dios: “Todo el que Se instaló un ingenioso sistema de paraguas:
haya pecado contra este mandamiento deberá con el buen tiempo el paraguas se cerraba y se
trasladarse al infierno inmediatamente”. Algunas abría en cuanto amenazaba lluvia.

Mil textos para orar y reflexionar 274


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

Y he aquí que el arbolito tan prometedor dio necios somos los hombres cuando presumimos
signos de languidez y murió. de lo que hacemos, olvidando que todos somos
Cada hoja fue llevada por el viento a un sitio simples instrumentos de Dios”.
distinto. Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva evan-
¿Qué se podía haber hecho? ¿Pedir a la hoja gelización”, p. 168
que no quería agua que se marchara a otro
912. JESÚS, ADOPTADO
sitio? ¿Llegar a un compromiso?
Hay grupos en que para respetar la libertad de - Anoche tuve un sueño realmente precioso.
uno, no se respeta a los otros. Y, finalmente, - ¿Ah, sí? ¿Qué fue?
termina muerto todo el grupo.
- Soñé que teníamos un hijo.
Jacques Loew
- ¿Otro más? ¡Si van tres...!
909. HUELLAS DE DIOS - Era un hijo especial. Era... ¡Jesús de Nazaret!
Era africano. Y creía en Dios. Alguien se propu- - ¡Por Dios santo! Tú estás loca. Déjate de sue-
so tomarle el pelo y reírse de él. Y le preguntó: ños y vamos a comer.
- ¿Cómo sabes tú que existe Dios? Los cinco se pusieron a la mesa como siempre.
Pero aquel día, ella había puesto una silla de
- ¿Y cómo sabes tú que una persona o un perro más, como si fueran seis. Esa noche, en la
o un burro ha estado alrededor de tu choza? cama, junto a su esposo, soñaba aún despierta.
- Lo descubro por las huellas que deja en la La mañana siguiente era día de fiesta. Ella es-
arena del suelo. taba radiante, como el que lleva dentro el sol de
- También yo descubro a Dios por las huellas una alegre noticia saliendo por los ojos.
que deja. - ¡El sueño era verdad! Esta noche lo he visto
aún más claro. Tendremos otro niño. Será Jesús
910. {TC “”} HUELLAS EN LA de Nazaret.
ARENA - Pero mujer, ¿ya estamos otra vez?
Una noche soñé que iba andando por la playa - No es ninguna locura. Es la pura verdad. Nos
con Dios. Y que se proyectaban en el cielo mu- haremos la cuenta de que él es otro hijo. Cuan-
chas escenas de mi vida. En cada cuadro veía do les regalemos juguetes o les demos propi-
huellas de pisadas en la arena. A veces las de nas, al comprarles los libros, la ropa, comida o
dos personas y otras sólo las de una. medicinas, contaremos con cuatro, y una parte
Observé que durante los períodos más difíciles será para los niños pobres. ¿No nos dio su
de mi existencia se veían huellas de una sola palabra, palabra de hombre y Palabra de Dios?
persona. Y dije: “Conmigo lo hicisteis”. Es como si adoptáramos
al Hijo del Dios y al hijo de María. ¿No es una
- Me prometiste, Señor, que siempre caminarías gran verdad?
a mi lado. ¿Por qué cuando más te necesité no
estabas conmigo? Alberto Iniesta
Él respondió: 913. {TC “”} EL JUICIO DE LA
- Cuando viste las huellas de una sola persona, COLMENA
hijo mío, fue cuando tuve que llevarte en brazos.
“¡Oh, hermanas mías!”, dijo la abeja, “somos
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como dar- chispas del sol; nuestro cuerpo es del mismo
dos” metal. Somos hijas del gran cielo; nuestras alas
son del mismo cristal. La justicia reina en nues-
911. INSTRUMENTOS tras ciudades: la razón nos dirige a la dicha; la
En el escritorio de un famoso poeta había un música acompaña nuestros actos.
tintero que, por la noche, cuando las cosas Nos alimentamos con luz líquida; con un azúcar
cobraban vida, se daba mucha importancia. incorruptible y diáfano. Somos las únicas criatu-
Decía: “Es increíble la de cosas hermosas que ras que saben comer sin matar. Para nosotras,
salen de mí. Con una sola gota de mi tinta se comer es unirnos a la más fina esencia de las
llena toda una página. ¡Y cuántas cosas magní- cosas. Para nosotras, comer no es perseguir
ficas y conmovedoras se pueden leer en ellas!” una presa, abatir a un ser viviente, desgarrar el
Pero sus jactancias provocaron el resentimiento cadáver, arrancar y dañar el fruto; para nosotras
de la pluma: “¿No comprendes, tonto barrigudo, es fecundar la flor, es hacer resurgir la vida.
que tú sólo eres el que pone la materia prima? Mas, ¡oh hermosísimas mías! ¿Por qué no so-
Soy yo la que con tu tinta escribo lo que hay en mos del todo perfectas como los astros son
mí. ¡La que realmente escribe es la pluma!” perfectos? Sólo una cosa nos aparta de la dig-
Volvió el poeta que fue a un concierto y que con nidad de los dioses: el aguijón y el veneno que
la música se había inspirado. Y escribió en la llevamos en el vientre. Y el que emplea el agui-
hoja: “¡Qué necios serían el arco y el violín si jón muere, pero quita la vida del que mata. Si,
pensaran que son ellos los que tocan! Igual de

Mil textos para orar y reflexionar 275


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

pues el amor no os contiene, que por lo menos la belleza, también Dios está en el yo del obser-
el temor os cohiba. vador.
En cuanto a mí, prefiero morir a manos de mis Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º
enemigos que por efecto de mi propia malicia. tomo)”, p. 197
¡Oh, reina!, te devuelvo mi aguijón y de mi pro-
pio veneno haré miel”. 915. LECHE DE LEONA
Las obreras juzgaron y dijeron: “¿Para qué sirve El rey enfermó, y el médico real emitió el dia-
la miel sin el aguijón y el veneno? Cuanta más gnóstico que el rey no curaría a no ser que
miel tengamos, más expuesta al robo quedará tomase la leche de una leona. El rey estaba
nuestra colmena. Devolver el aguijón es hacerse dispuesto a tomar la leche. ¿Pero quién traería
cómplice del enemigo. ¿Quién no descubre el la leona? Se ofreció la real recompensa. ¿Se
aguijón y el veneno de la traición en las melosas atrevería alguien?
palabras de ésta? La acusada merece la muer-
Un campesino que habitaba en la selva se ofre-
te”.
ció y pidió un tiempo. Él conocía la guarida de
Los zánganos juzgaron y dijeron: “Conocemos los leones, se ganó su confianza con graduado
nuestro destino, que es perecer por el aguijón. contacto, ofreció tierna caza a la leona y ordeñó
¿Pero quién sospecha que somos cobardes? El su leche. La llevó derecho al rey y le invitó a
amor y la muerte están ligados. Querer el uno beberla.
sin la otra es contrario a la lógica, a la costum-
En la corte sobran los envidiosos. Alguien gritó:
bre y al honor. La proposición ofende. La acu-
¡No es leche de leona! Otro: ¡Es leche de cabra!
sada merece la muerte”.
Otro: ¡Es leche de camella! La sospecha se
La reina juzgó y dijo: “Si el razonamiento de la adueñó de todas las mentes, y el rey se dispuso
acusada fuese justo, señalaría el fin de la col- a castigar al imprudente que por ganar una
mena; por ende, es falso. Ella merece la muer- recompensa real traía leche falsa. Pero el cam-
te”. pesino supo defenderse. Dijo al rey: “¿Queréis
Todos los aguijones se volvieron, pues, contra la saber si es de verdad leche de leona la que
abeja que había renunciado al suyo. traigo? Bebedla. Si es de leona os curaréis, y si
no, os quedaréis como estáis. ¿No digo ver-
Todas las que picaron murieron con valentía. dad?” Calló la corte. Bebió el rey la leche y se
Toda a colmena murió por miedo a quedarse curó inmediatamente. El campesino recibió la
indefensa. recompensa.
Lanza del Vasto. “Umbral de la vida interior” Mil dudas en la mente. ¿Será, no será? ¿Resul-
tará, no resultará? Oración, petición, práctica
914. {TC “”} LA LECCIÓN DE UD- espiritual, ejercicios del alma, fe en el obrar,
DALAKA esperanza en el preservar. ¿Merece la pena?
¿Dará fruto? ¿Será verdad? Mil dudas nos asal-
El sabio Uddalaka enseñó a su hijo a descubrir tan ante las verdades y las prácticas del espíritu.
al Uno tras la apariencia de lo múltiple. Y lo hizo Y las mil dudas tienen una solución: bebe la
valiéndose de “parábolas” como la siguiente: leche. Ora, reza, lee, medita. Daño no te hará. Y
Un día le ordenó a su hijo: “Pon toda esta sal en si te cura, era leche de leona. En vez de llenar la
agua y vuelve a verme por la mañana”. vida de vacilaciones, tengamos sencillamente la
decisión de hacer lo que sabemos hacer. Beber
El muchacho hizo lo que se le había ordenado, y
de un trago. Y llega la salud.
al día siguiente le dijo su padre: “Por favor,
tráeme la sal que ayer pusiste en el agua”. Carlos G. Vallés
Vida Nueva nº 2004, de 5 agosto del 95
“No la encuentro”, dijo el muchacho. “Se ha
disuelto”. 916. {TC “”} EL LEÓN Y LAS HOR-
“Prueba el agua de esta parte del plato”, le dijo MIGAS
el padre. “¿A qué sabe?” Un día el león hizo que se reunieran todos los
“A sal”. animales de la sabana, del bosque y de la mon-
“Sorbe ahora de la parte del centro. ¿A qué taña. Cuando todos llegaron ante él, el pregone-
sabe? ro se subió a un árbol y gritó la proclama: “Or-
den del rey león. Todos los animales, de todo
“A sal”. género, especie y tamaño, deben reconocer al
“Arroja al suelo el contenido del plato”, dijo el león como rey, rindiéndole obediencia. Quien se
padre. niegue será castigado”.
Así lo hizo el muchacho y observó que, una vez Se escuchó un gran murmullo en la asamblea
evaporada el agua, reaparecía la sal. Entonces de los animales; después una vocecita se alzó
le dijo Uddalaka: “Tú no puedes ver a Dios aquí, protestando. Era el portavoz de las hormigas
hijo mío, pero de hecho está aquí”. guerreras: “Nosotras no aceptamos. En nuestra
tribu, nuestros antepasados nos dieron una
Los que buscan la iluminación no logran encon-
reina y nosotros sólo obedecemos sus órdenes”.
trarla, porque no comprenden que el objeto de
su búsqueda es el propio buscador. Al igual que

Mil textos para orar y reflexionar 276


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

El león, con un rugido desafiante, respondió: un salto en el rellano de la escalera, corre y


“Tendréis vuestro castigo”. alcanza a su hijo. Le entrega su propia llave de
Todos se dispersaron, los hijos del león salieron la casa y le dice: “Toma, cógela. Así, cuando
de caza, cogieron un jabalí, lo escondieron tras vuelvas, no hará falta que llames”.
unas ramas y fueron a llamar al rey. Las hormi-
919. {TC “”} EL LOCO
gas se reunieron desde los cuatro puntos cardi-
nales y en un momento cubrieron la sabana. Se Fue en un jardín de un manicomio donde conocí
preparaban para la gran batalla. a un joven de rostro pálido y hermoso y lleno de
En un momento se comieron el jabalí, dejándole encanto.
sólo los huesos. Mientras tanto el sol había Y sentándome a su lado sobre el banco le pre-
desaparecido tras el horizonte. Llegó el león, gunté: “¿Por qué estás aquí?”
majestuoso, con su familia. Entonces en ejército
Me miró asombrado y respondió: “Es una pre-
de hormigas entró en acción.
gunta inadecuada, pero te contestaré. Mi padre
De la hierba y de las hojas llovieron sobre los quiso hacer de mí una reproducción de sí mis-
leones, treparon por sus patas mordiendo con mo; también mi tío. Mi madre deseaba que
fuerza. Los leones rugían de dolor, se tiraban fuera la imagen de su ilustre padre. Mi herma-
sobre la hierba para frotarse, intentaron esca- na mostraba a su esposo navegante como el
par, pero no podían luchar en la oscuridad co- ejemplo perfecto a seguir. Mi hermano pensaba
ntra el enemigo omnipresente. que debía ser como él un excelente atleta. Y mis
A la mañana siguiente un buitre, pasando en profesores, como el doctor de filosofía, el de
vuelo rasante, vio esparcidos los esqueletos música y el de lógica, ellos también fueron ter-
desnudos de la familia de aquel que había que- minantes y cada uno quiso que fuera el reflejo
rido imponerse como rey absoluto de los anima- de sus propios rostros en un espejo. Por eso
les. Y continuando su camino solitario pensó vine a este lugar. Lo encontré más sano. Al
que los poderosos no deberían nunca despre- menos, puedo ser yo mismo”.
ciar la fuerza de los pequeños cuando se unen. En seguida se volvió hacia mí y dijo: “Pero dime,
Fábula del pueblo bantú. Antena Misionera, ¿te trajeron a este lugar la educación y el buen
marzo 1993 consejo?”
Yo respondí: “No, soy un visitante”.
917. {TC “”} LEYENDA
Y él añadió: “Oh, tú eres uno de los que
Abel y Caín se encontraron después de la muer- viven en el manicomio del otro lado de la pa-
te de Abel. Caminaban por el desierto y se re- red”.
conocieron desde lejos, porque los dos eran Kahlil Gibrán. El vagabundo, p. 49-50
muy altos. Los hermanos se sentaron en la
tierra, hicieron un fuego y comieron. Guardaban 920. {TC “”} LA LUZ EN EL PAÍS
silencio, a la manera de la gente cansada cuan- DE LA NOCHE
do declina el día. En el cielo asomaba alguna
estrella, que aún no había recibido su nombre. A Sucedía en el país de la noche. Una noche que
la luz de las llamas, Caín advirtió en la frente de nunca se acababa: jamás había salido el sol. Le
Abel la marca de la piedra y dejó caer el pan gente en este país era apocada y triste, por
que estaba por llevarse a la boca y pidió que le tanta oscuridad. Ni se daban cuenta de que
fuera perdonado su crimen. estaban tristes: lo veían tan normal. Para ellos,
Abel contestó: la vida era triste, oscura. Las calles y las casas
eran tan oscuras como la misma boca del lobo.
- ¿Tú me has matado o yo te he matado? Ya no No existían las estrellas.
recuerdo; aquí estamos juntos como antes.
Un día en aquel pueblo se presentó un niño que
- Ahora sé que de verdad me has perdonado - tenía una pequeña llama en la palma de la ma-
dijo Caín -, porque olvidar es perdonar. Yo trata- no y se paseaba por las calles. Algunos niños
ré también de perdonar. del país de la noche salieron a los balcones y
Abel dijo despacio: decían a los mayores: “Aquel niño que pasa por
la calle lleva una lucecita en la mano. ¿Qué
- Así es. Mientras dura el remordimiento dura la
es?”. Y la gente mayor les respondía: “Anda,
culpa.
niño, métete en casa y cierra el balcón. Ha veni-
918. {TC “”} LA LLAVE do del país de la luz. Quiere hacernos daño en
los ojos”. Y cogían a los niños y los encerraban
Una tarde, el padre se encuentra a su mujer en casa. Pero ellos, aun estando cerrados,
llorando ante al hijo que acaba de preparar su decían: “Quiero irme al país de la luz, quiero
maleta y se dispone a abandonar la casa. irme con aquel niño al país de la luz”.
Quiere preguntarle, dialogar con él, intentar La gente se dio las buenas noches, se acostó, y
comprenderle. Pero le paralizan las respuestas después se levantó para ir al trabajo. Y mira por
glaciales. Se queda allí, destrozado sin poder dónde, ya de mañana, había niños que pasea-
reaccionar. Segundos más tarde el hijo desapa- ban por el país de la noche con una lucecita en
rece dando un portazo... Entonces, el padre da la mano. Y daban saltos cantando: “Nosotros

Mil textos para orar y reflexionar 277


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

nos hemos pasado al país de la luz”. Y estaban presencia de Dios, no vuelvas nunca a ti. El que
locos porque el pequeño de la lucecita en la renuncia a su yo, encuentra a Dios”.
mano les había dado la llama. Y de esta manera Carlos G. Vallés
se paseaban por los callejones del país de la Vida Nueva nº 2055 de 7/9/96
noche.
922. {TC “”} MAL QUE PRODUCE
Los hombres del país de la noche no querían la
luz. Decían: “Eso hace daño en los ojos”. Y BIEN
murmuraban entre ellos y se enfurecían contra Dijo un día el Maestro: “No estaréis preparados
los niños del país de la luz porque llevaban la para combatir el mal mientras no seáis capaces
pequeña lucecita en la mano. Y ahora ya no de ver el bien que produce”.
eran cinco o diez; eran cientos y cientos, y entre
todos llenaban de alegría y luz el país de la Aquello supuso para los discípulos una enorme
noche. confusión que el Maestro no intentó siquiera
disipar.
En la casa grande del país de la noche se re-
unieron los hombres para discutir lo que harían Al día siguiente les enseñó una oración que
a los niños del país de la luz. Y decidieron lla- había aparecido garabateada en un trozo de
marles, no a todos, pero sí a los cabecillas. Y papel de estraza hallado en el campo de con-
les dijeron: “Ahora mismo, ante nosotros, apaga- centración de Ravensburg:
réis vuestra luz; tener esa luz encendida va “Acuérdate, Señor, no sólo
contra nuestras costumbres sagradas de nues- de los hombres y mujeres de buena voluntad,
tro país”. Y mandaron a los guardianes apagar sino también de los de mala voluntad.
todas las luces de todos los niños y a los prime- No recuerdes tan sólo el sufrimiento
ros les mandaron al calabozo más oscuro del que nos han causado;
país de la noche. Muchos de los niños que recuerda también los frutos
habían paseado su pequeña lucecita se pusie- que hemos dado gracias a ese sufrimiento:
ron a llorar. Y unos hombres del país de la no- la camaradería, la lealtad,
che entraron en el calabozo para apagarles el la humildad, el valor,
resplandor, pero no podían de ninguna manera; la generosidad y la grandeza de ánimo
soplaban con toda su rabia, pero la luz no se que todo ello ha conseguido inspirar.
apagaba nunca; les metían las manos en los Y cuando los llames a juicio,
cubos de agua, pero era imposible: la pequeña haz que todos esos frutos que hemos dado
lucecita no se rendía nunca. Al final, los dejaron sirvan para su recompensa y su perdón”.
estar... Hicieron poner en los periódicos que Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
todo había concluido, cerraron la puerta con Sal Terrae.
siete candados, pusieron vigilantes en la entra-
da y se fueron. 923. MANIFIESTO DE LAS INDIAS
Dentro quedaron solos los niños del país de la E INDIOS JÓVENES
luz. Pero todo el país de la noche, desde el Nosotros, la gran mayoría de las indias y de los
calabozo hasta la casa del zapatero, todos vie- indios jóvenes de la tribu de aquí, no tener tra-
ron cómo en el país de la noche empezaba a bajo y por eso no tener mondas para comprar
clarear. ¡Quién sabe si habían descubierto que choza, ni para comida, ni para taparrabos, ni
la pequeña llama había dejado en todos los para plumas de colores que alegrar vida y fies-
corazones un poco de resplandor! tas de vez en cuando.
921. MAESTRO DEL MAESTRO Así que tener que aguantar en choza de padre y
madre mientras nuestras caras envejecer y gran
Al maestro le preguntaron: “¿Y quién fu vuestro mala leche nos invadir.
maestro?” Él respondió: “Un perro. Lo vi al bor-
de de un estanque que agua clara; jadeaba de Cuando trabajar, tener que ser el trabajo de
sed y no se atrevía a beber. Al acercarse a la pocas lunas o debajo de agua y, aunque trabajo
superficie del agua veía su imagen reflejada, ser igual o más que trabajo de indios mayores,
creía que era otro perro que le amenazaba y monedas ser muchas menos.
huía sin beber. Al final, la sed pudo más que el Nosotros decir que aunque no nos dejar mover
miedo, se arrojó al agua, con lo que desapareció manos para trabajar, necesitar mover boca para
el otro perro y bebió a gusto”. comer, y tener derecho a monedas como todos
“¿Y de qué le sirvió a usted ese incidente?”, los indios y las indias de la tribu.
insistieron los discípulos. El maestro explicó: Además, cuando crecer, tener que ir a la mili a
“Entendía en aquel momento que el obstáculo perder el tiempo y hacer gilipollas y aprender a
que impedía al perro saciar su sed era su propio usar palo de fuego y tener que ir en canoa lejos
yo, es decir, la falsa imagen de la ilusión del yo. a hacer guerra a indios pobres que no habernos
Una vez que ésta desapareció, el perro alcanzó hecho nada. Si decir no, o mili caca, encerrar en
su objetivo. Ésa es la suprema lección. El obs- cárcel.
táculo que te impide avanzar es tu yo. Hazlo
Culpa de todo tener gran jefe morro gordo y su
desaparecer. Bórrate tú delante de tus ojos. El
clan, que sólo ayudar a rostros pálidos pasta
más mínimo apego a tu yo es una pesada cade-
na que traba tus pies. Si sientes la sed de la

Mil textos para orar y reflexionar 278


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

gansa de afuera a amontonar muchas monedas, - Si un labrador intenta buscar la belleza de una
mientras nosotros morir de asco. puesta de sol, lo único que descubrirá será el
Nosotros saber que situación chunga de ahora sol, las nubes, el cielo y el horizonte de la tie-
no tener por qué ser situación chunga siempre, rra... mientras no comprenda que la belleza no
sino que poder y tener que cambiar. es una “cosa”, sino una forma especial de mirar.
Buscarás a Dios en vano mientras no compren-
Nosotros empezar por denunciar, ¿y tú? das que a Dios no se le puede ver como una
“cosa”, sino que requiere una forma especial de
924. LAS MARIPOSAS mirar... semejante a la del niño, cuya visión no
Tres mariposas amigas vieron cierto día una está deformada por doctrinas y creencias prefa-
lámpara de luz en una vivienda. La curiosidad bricadas.
por saber qué era aquello que brillaba como el Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”.
sol, pero que no era el astro, les hizo entrar en
aquella habitación. La primera, intrépida, se 927. {TC “”} LA MISMA DIREC-
acercó a la bombilla. Enseguida regresó dicien- CIÓN
do: “No he podido saber muy bien qué era por-
que aquello me cegaba”. Una pareja de novios preguntó al maestro:
“¿Qué debemos hacer para que nuestro amor
La segunda, más atrevida, se acercó más y casi
dure para siempre?”
se quema las alas; “Es horrible, casi me destro-
za las alas”. “Amar juntos otras cosas”, respondió el maestro.
La tercera mariposa se acercó más y más, hasta Los amigos no se miran a los ojos, sino que
quedar atrapada por el calor de la bombilla y miran los dos en la misma dirección.
arder con ella. La luz en aquel momento se Bruno Ferrero. “El canto del grillo”, p. 54
volvió más intensa durante algunos segundos...
Sólo la tercera supo realmente qué era la bom- 928. {TC “”} LA MONA
billa.
Había una vez una mona que andaba saltando
Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva evan- de árbol en árbol. Mientras saltaba vio un bello
gelización”, p. 37 nogal. Cogió una nuez y la mordió. Como la
cáscara estaba amarga, la mona la tiró y se
925. {TC “”} MILAGRO quedó sin probar el rico bocado que tenía de-
- ¿Para qué orar? Dios no me ha concedido lo ntro.
que le he pedido. He buscado a Dios, lo he En la vida sucede lo mismo. Existen personas
buscado sinceramente, con todo el ardor... pero que comienzan a realizar una actividad: apren-
Dios no acudió a la cita. der un oficio, tocar un instrumento, comenzar
- Perdón... ¿De qué Dios me hablas? ¡Es tan una escultura, etc. Estas personas, cuando
fácil buscar un dios a la medida de nuestros tropiezan con las primeras dificultades, abando-
sueños y deseos! En tu país se considera mila- nan la tarea iniciada y, de ese modo, se quedan
gro el que Dios haga tu voluntad. Entre nosotros sin saborear las satisfacciones que les hubiera
se considera un milagro el que alguien haga la deparado el trabajo iniciado, una vez que hubie-
voluntad de Dios. ran superado las dificultades del comienzo.
El Dios cristiano nos sorprende, nos desborda y Alfonso Francia. “Educar con fábulas”, p. 20
descascarilla nuestros falsos sueños, nuestros
facilones mesianismos. ¡Y nos deja en la Ver- 929. {TC “”} LA MUÑECA DE SAL
dad! Una muñeca de sal recorrió miles de kilómetros
Prudencio López Arróniz. “Más allá..! PS Ed. de tierra firme hasta que, por fin, llegó al mar.
Quedó fascinada por aquella móvil y extraña
926. {TC “”} MIRAR A DIOS masa, totalmente distinta de cuanto había visto
El Maestro impartía su enseñanza: “El genio de hasta entonces.
un compositor se halla en las notas de su músi- “¿Quién eres tú?”, le preguntó al mar la muñeca
ca; pero analizar las notas no sirve para revelar de sal. Con una sonrisa, el mar respondió: “En-
su genio. La grandeza del poeta se encierra en tra y compruébalo tú misma”.
sus palabras; pero el estudio de éstas no revela
su inspiración. Dios se revela en la creación; Y la muñeca se metió en el mar. Pero, a medida
pero, por mucho que escudriñes la creación, no que se adentraba en él, iba disolviéndose, hasta
encontrarás a Dios, del mismo modo que no que apenas quedó nada de ella. Antes de que
descubrirás el alma por mucho que examines el se disolviera el último pedazo, la muñeca ex-
cuerpo”. clamó asombrada: “¡Ahora ya sé quién soy!”.

Llegado el momento del diálogo, alguien pre- Alfonso Francia. “Educar con fábulas”, p. 53
guntó: “Entonces, ¿cómo podemos encontrar a 930. LA MURMURACIÓN
Dios?
- Mirando la creación, no analizándola. Un día, una mujer dada fácilmente a sacar de-
fectos de los demás se fue a confesar con al-
- ¿Y cómo hay que mirarla? guien que tenía fama de santo. Aquel confesor

Mil textos para orar y reflexionar 279


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

escuchó pacientemente a la penitente; después Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 92
le dijo: “Como penitencia, coge una gallina y
recorre las calles más importantes de tu pueblo 933. {TC “”} NO CUENTAN LOS
arrancando lentamente las plumas que soltarás MÉRITOS
al viento. Después. regresa otra vez a mí”.
El joven está confuso. Su idea de la justicia no
Aquella señora obedeció. Cuando retornó al parece avenirse con lo leído en el Evangelio.
confesor, éste le dijo: “La penitencia no ha con- Pregunta:
cluido. Ahora debes volver a andar por las calles
y recoger todas las plumas que has sembrado”. - ¿Por qué Dios paga igual jornal a quien trabajó
de sol a sol y a quien sólo trabajó una hora?
“Es imposible”, contestó la mujer.
El maestro pondera el valor de la justicia de
“Así es la murmuración”, respondió el confesor. Dios, cuya acción está explicada por dos nuevos
Pequeños juicios sobre otras personas pueden elementos: el amor y la gratuidad. Y prosigue:
crear situaciones irreparables.
- Un padre tiene tres hijos. Uno es fuerte y sano,
P. Righetto constituye un ejemplo de laboriosidad y entrega
al trabajo familiar. El segundo es débil y de
931. {TC “”} NI SIQUIERA TÚ ERES salud quebradiza, trabaja regularmente, pero no
TUYO puede con los trabajos más duros y a veces ha
Y dijo Buda: “Esta tierra es mía, éstos son mis de guardar cama. El tercero tiene parálisis des-
hijos”... son las palabras que dice el loco que no de la infancia, es una carga en casa, ya que no
comprende que ni siquiera él mismo es suyo. puede valerse por sí mismo. Vive gracias a los
cuidados de los demás. ¿A quién de los tres
En realidad, nunca posees cosas. Tan sólo las hijos habrá de amar más el padre?
retienes durante un tiempo. Si eres incapaz de
desprenderte de ellas, serás agarrado por ellas. El joven, tras breves reflexión, responde en tono
seguro:
Todo cuanto atesores debes tenerlo en el hueco
de tu mano como si fuera agua. - Los tres tienen igual derecho al amor del pa-
dre, y en todo caso recibirá más amor aquel que
Trata de apresarla y desaparecerá. Intenta tenga mayor necesidad de ser amado. El padre
apropiártela y te manchará. ama sin más, no por los méritos que tenga cada
Déjala en libertad y será tuya para siempre. uno.
Antohny de Mello. “La oración de la rana. 2 Vidal Ayala. “La voz del bosque”. PS.

932. {TC “”} NO CAMBIES 934. {TC “”} NO PESA... ES MI


Durante años fui un neurótico. Era un ser angus-
HERMANO
tiado, deprimido y egoísta. Y todo el mundo El grupo estaba de excursión cuando aparece a
insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban lo lejos un niño de unos ocho años que trae
de recordarme lo neurótico que era. sobre sus hombros a otro más pequeñito, como
Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con de tres. Su rostro era ardiente, tostadito como el
ellos, y deseaba cambiar, pero no me convencía de todos los campesinos del lugar. Más expresi-
de la necesidad de hacerlo, por mucho que lo vo quizás al pasar a nuestro lado, pero incapaz
intentara. de ocultar un cierto cansancio, producido sin
duda por la distancia, lo difícil del camino y el
Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba peso del niño.
de recordarme lo neurótico que estaba. Y tam-
bién insistía en la necesidad de que yo cambia- Para dar calor humano y aliento al pobre niño,
ra. pregunté con tono de cariñosa cercanía: “Amigo,
¿pesa mucho?”. Y él, con inefable expresión de
Y también con él estaba de acuerdo, aunque cara y encogimiento de hombros, que encerra-
tampoco podía impedir ofenderme con él. De ban una gran carga de amor, de valor y de re-
manera que me sentía impotente y como atra- signación, dice con fuerza y decisión: “No pesa,
pado. es mi hermano”, y agarrando más fuertemente
Pero un día me dijo: “No cambies. Sigue siendo al pequeño, que sonríe y saluda con su manita
tal como eres. En realidad no importa que cam- derecha, echa una corta y lenta carrera hacien-
bies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como do saltar con gracia a su hermanito que aún
eres y no puedo dejar de quererte”. mira una vez atrás para sonreír.
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como
935. NO SE PUEDE ENSEÑAR
música: “No cambies. No cambies... Te quiero”.
Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡oh Un rey envió a su hijo al maestro para que lo
maravilla!, cambié. formase en ciencia y en verdad. Cuando volvió,
su padre le preguntó: “¿Has aprendido aquello
Ahora sé que en realidad no podía cambiar que no se puede enseñar?”. “No”. “Pues vuelve
hasta encontrar alguien que me quisiera, pres- al maestro”.
cindiendo de que cambiara o dejara de cambiar.
¿Me quieres Tú de esa manera, Dios mío? El maestro le dijo: “No te lo enseñé porque no
me lo pediste y porque no se puede enseñar.

Mil textos para orar y reflexionar 280


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

Sólo se puede indicar. Mira, toma esas cuatro- volaba vio a una oruga que subía trabajosamen-
cientas cabezas de ganado, vacas, bueyes, te por un tronco y posándose delante de ella le
ovejas, cabras, llévalas al bosque profundo dijo: “Hola, hermana del pasado. ¿Por casuali-
donde nadie llega, cuídalas en silencio, y cuan- dad sabes tú que vendrán en el futuro días...?”
do las cuatrocientas sean mil, vuelve a mí”. Cayetano Arroyo. “Diálogos con Abul-Beka”
El muchacho partió, escogió el lugar y quedó en
solitario apacentando el ganado. Se aburrió. Se 937. {TC “”} OJOS CERRADOS;
desesperó. Se calmó. Se encontró. El silencio OJOS ABIERTOS
apagó las palabras y acalló el pensamiento. Su
ser entero se sintió uno con la naturaleza y los La madre de Krishna, la encarnación del dios
árboles y los prados y el ganado y la vida. más popular, cuidó de él mientras era niño,
Aprendió lo que no se podía enseñar. Vio lo que adolescente y joven con todo el cariño de madre
no se podía leer. Sintió lo que no se podía ex- y la sumisión de la fe. Creció Krishna y le llegó
presar. Se olvidó de contar el ganado, de perse- el momento de dejar su casa, su pueblo y a su
guir un fin, de por qué estaba allí. Alcanzó la madre para predicar, ayudar y redimir a su pue-
iluminación. blo. Al despedirse, su madre le pidió una gracia:
“Que siempre que cierre yo los ojos, te vea”.
Un día los mugidos del ganado le hicieron caer Krishna le contestó: “Te concedo una gracia
en la cuenta de que ya no cabían en el valle. mejor: que siempre que abras los ojos, me ve-
Eran ya más de mil. Sonrió al recordar la misión as”.
que le había llevado allí. Recogió el ganado y lo
pastoreó sin prisas hacia la morada del maestro. Ver a Dios en todo. En las personas, en las
Al ver al maestro, el discípulo se inclinó profun- cosas, en la vida. Ver a Dios con los ojos abier-
damente ante él. Y el maestro, con la misma tos. El andar se hace fe y el mirar se hace con-
elegante generosidad, se inclinó profundamente templación. Allí está Él. En cada sonido está el
ante el discípulo. Por fin había aprendido lo que eco de su voz, en cada color está un destello de
no se puede enseñar. su mirada. Allí se esconde, o mejor dicho, allí se
revela. Todo lo ha hecho Él y Él vive en todo lo
Nada que merezca la pena puede ser enseña- que ha hecho. Todo son huellas para quien bien
do. Sólo pueden crearse situaciones en uno conoce el pisar del Amado.
aprenda consigo mismo y con Dios. Ésa es la
labor del maestro. Los ojos bien abiertos. Los hizo Él para que
viéramos todos, y en todo a Él. Rostros y movi-
Carlos G. Vallés. Vida Nueva nº 2027, de febre- mientos, encuentros y sucesos, naturaleza y
ro del 96 asfalto. No hay diferencia en cuanto a su pre-
sencia, porque Él está en todo. Basta con abrir
936. {TC “”}NUEVAS DIMENSIO- los ojos y verlo. Ver claro, ver de frente, ver del
NES todo. Saber reconocer rasgos eternos en paisa-
Una vez iba una oruga paseando por la rugosa jes diarios. Saber sentir la presencia divina en
superficie de un tronco. La vio una mariposa y un apretón de manos. Saber contemplar la pre-
posándose ante ella le dijo: “Hola, hermana del sencia divina en un apretón de manos. Saber
pasado. ¿Por casualidad sabes tú que vendrán contemplar la visión infinita en el horizonte del
en el futuro días en que abandonando esa en- entorno constante. Saber ver.
voltura terrena te hagas voladora como yo y ¿Por qué la gente, cuando proponemos unos
asciendas hacia el cielo?” minutos de oración, siempre cierra los ojos?
Y la oruga le dijo: “Sí. Eso es lo que me enseña- Carlos G. Vallés. Vida Nueva, 18/3/95
ron mis padres y a ellos les enseñaron mis
abuelos. Decían que después de ésta hay otra 938. ORACIÓN “ESCUCHADA”
vida donde podemos liberarnos de las cadenas
Un piadoso musulmán rezaba todos los días
de la tierra y ascender alados a nuevas dimen-
ante Dios, y todos los días le suplicaba una
siones. Mas yo no lo creo, y aunque en mis días
gracia que deseaba le concediese. Se colocaba
y en mis noches pienso que camino hacia algo,
siempre para su oración en el mismo rincón de
mi imaginación se para en este plano donde
la mezquita, y tantos años pasaron y tantas
adoro el latido de la savia y el palpitar de las
veces repitió su oración que cuentan que las
hojas cuando me acarician los pies”.
señales de sus rodillas y sus pies quedaron
Entonces la mariposa se fue hacia arriba y des- marcadas sobre el mármol del suelo sagrado.
apareció. Pasaron varios días, que fueron años
Pero Dios parecía no oír su oración, parecía no
para la oruga, y ésta notó que se le venía el
enterarse siquiera de que alguien le invocaba.
final. Se fue hacia una rama saliente de pino y
cuando se ponía el sol hizo su tumba de seda, Un día por fin se le apareció al devoto musul-
acostándose para esperar la venida de la muer- mán en su oración un ángel de Dios, y le dijo:
te. “Dios ha decidido no concederte lo que le pi-
des”. Al oír el mensaje del ángel, el buen hom-
Y con el tiempo llegó la primavera de su naci-
bre comenzó a dar voces de alegría, a saltar de
miento como mariposa, extendió sus alas y
gozo, a contarles, a todos los que se reunieron
rauda se ensimismó en el aire y dio sus prime-
al verlo, lo que le había sucedido. La gente
ros aleteos hacia el sol de la mañana. Y cuando
preguntó, sorprendida: “¿Y de qué te alegras, si

Mil textos para orar y reflexionar 281


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

Dios no te ha concedido lo que le pedías?” A lo 941. {TC “”}PARÁBOLA DEL ME-


que él contestó, rebosándole el gozo sincero en
cada palabra: “Es verdad que me lo ha negado,
LOCOTÓN DE SECANO
pero al menos así sé que mi oración llegó hasta El Reino de los Cielos se parece a esos meloco-
Dios. ¡Qué más puedo desear!” Y siguió repar- tones de secano, que son más pequeños, más
tiendo alegría. feos y menos presentables que los aguados
Oración es saber que mi voz llegó a Dios. No es melocotones del mercado. Por todas esas razo-
la petición, la concesión, la respuesta. O sí es nes no pueden competir con ellos en precio y se
todo eso, pero por dentro y por encima de todo venden por una nonada. Pero ¡qué sabrosos
es la fe de saber que el mensaje llegó, que mis son!, ¡qué delicadamente dulces!, ¡qué insospe-
palabras sonaron en oídos divinos, que la tierra chadamente gratificantes cuando se los muerde,
tocó el cielo. ¿Qué importa el “resultado” de la no sin cierto cuidado, porque si el bocado es
oración cuando tenemos el “contacto”? Yo es- muy ávido, le entra a uno miedo de tropezar con
cribí la carta, y ahora sé que la carta llegó y fue el hueso!
leída. Eso es lo que me interesa. El reino del capital se parece a uno de esos
El buen musulmán continuó yendo todos los melocotones de cada día de cada verano, que
días a la mezquita, al rincón marcado por sus son una maravilla de la técnica. Son preciosos,
rodillas, para dar gracias porque su oración descomunales, tientan a los ojos con sus colo-
había llegado a Dios. res de lienzo de Sorolla, que sugieren la prome-
sa de un nuevo festín de Babette. Su sola vista
Carlos G. Vallés
parece justificar aquel eslogan antiguo y cazatu-
939. {TC “”}LA OVEJA PERDIDA... ristas de que “España ofrece calidad”. Y, sobre
todo, parece justificar cualquier precio que se
Parábola para educadores religiosos: pague por ellos. ¡Ellos sí que son un buen ne-
Una oveja descubrió un agujero en la cerca y se gocio!
escabulló a través de él. Estaba feliz de haber Pero con ellos el festín se acaba a la hora de
escapado. Anduvo errante mucho tiempo y hincarles el diente: tienen figura y color suave y
acabó desorientándose. sugerencia, pero carecen de lo único decisivo: el
Entonces se dio cuenta de que estaba siendo buen sabor. El exceso de agua que los ha hen-
seguida por un lobo. Echó a correr y a correr..., chido y los ha lavado, e invita a pagarlos sin
pero el lobo seguía persiguiéndola. Hasta que temor y a morderlos sin miedo, debe ser el mis-
llegó el pastor, la salvó y la condujo de nuevo, mo que los ha vuelto insípidos. Están diciendo:
con todo cariño, al redil. “Págame y muérdeme”, pero luego no saben a
nada.
Y a pesar de que todo el mundo le instaba a lo
contrario, el pastor se negó a reparar el agujero No saben a nada, claro; pero ¡éstos sí que son
de la cerca. rentables! Mientras que lo del sabor es simple-
mente cuestión de tiempo: dentro de pocos
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 198 años, las generaciones que suben ya se habrán
acostumbrado, y ya no conocerán el sabor del
940. {TC “”}LOS PADRES Y LOS melocotón de secano, ni siquiera del melocotón
HIJOS en general. No podrán comparar. Y donde no
puede haber comparación tampoco puede haber
Un cabrero paseando por el campo vio un árbol.
sospecha, ni queja, ni protesta. ¡Ya veis qué
En el árbol había un nido de pajarillos. Estaban
sencillo resulta todo!
solos, pues los padres habían ido a buscar el
alimento. El cabrero cogió los pajarillos y los Quien tenga oídos para oír, que oiga.
metió en una fría jaula de metal.
942. {TC “”}EL PARAÍSO
Cuando llegaron los padres, viendo que no
estaban sus hijos, afligidos los buscaron. Encon- En un sueño un ferviente discípulo del Talmud
traron la jaula donde la había puesto el cabrero fue autorizado a acercarse al templo del Paraí-
y allí estaban los pajarillos revoloteando en su so, donde los grandes sabios del Talmud pasa-
interior. ban su vida eterna. Vio que estaban sencilla-
Al verlos el cabrero se dijo: “Si los padres vienen mente sentados alrededor de varias mesas
a cuidar a sus hijos con tanto esmero, quiero ver estudiando el Talmud. El discípulo se preguntó:
cómo los hijos agradecidos de tanto amor a sus ¿Estoy de verdad en el Paraíso? De pronto oyó
padres, los cuidan a ellos”. una voz: “Te equivocas. Los sabios no están en
el Paraíso. El Paraíso está en ellos”.
Cogió una red y la echó sobre la pareja aprisio-
nándolos. Inmediatamente abrió la puerta de la Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como dar-
jaula y, dejando libres a los hijos, metió en ella a dos”, p. 59
los padres. Los hijuelos salieron volando y en 943. PASARÁ
vano los padres esperaron su regreso.
Al cabo de un tiempo murió la pareja de hambre Un rey convocó a la corte a todos los magos del
y dolor. reino y les dijo: “Querría ser siempre un buen
ejemplo para mis súbditos. Presentarme siem-
Alfonso Francia. “Educar con fábulas”, p. 24 pre como un hombre fuerte y seguro, sereno e

Mil textos para orar y reflexionar 282


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

impasible frente a las vicisitudes de la vida. Me callará para siempre. Pero a los poco días re-
ocurre a veces que me encuentro triste o depri- gresó la beata. “¿Hablaste con Dios”. “Sí”. “¿Y
mido por una mala noticia. Otras veces una te dijo mis pecados?”. “Me dijo que no me los
alegría imprevista o un gran éxito me ponen en podía decir porque los ha olvidado”. Con lo que
un estado de sobreexcitación anormal. Todo eso el cura no supo si las apariciones aquellas eran
no me gusta. Me hace sentirme como una briz- verdaderas. Pero supo que la teología de aque-
na que lleva el viento de la suerte. Fabricadme lla mujer era buena y profunda: porque la verdad
un amuleto que me proteja de esos estados de es que Dios no sólo perdona los pecados de los
ánimo y estos cambios de humor”. hombres, sino que una vez perdonados, los
Uno tras otro, los magos se echaron atrás. Sa- olvida. Es decir, los perdona del todo.
bían hacer amuletos de todas las clases para Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como dar-
los incautos que se acercaban a pedirles ayuda, dos”, p. 107
pero no era fácil engatusar a un rey. Y a un rey
que, además, pretendía un amuleto de efecto 946. {TC “”}LA PERLA
tan difícil.
Dijo una ostra a otra: “Siento un gran dolor de-
El rey estaba a punto de estallar de ira, cuando ntro de mí. Es pesado y redondo y me lastima”.
se adelantó un viejo sabio que dijo: “Majestad,
Y la otra ostra replicó con arrogante complacen-
mañana te traeré el anillo que buscas. Cada vez
cia: “Alabados sean los cielos y el mar. Yo no
que lo mires, si estás triste te pondrás alegre y
siento dolor dentro de mí. Me siento bien por
si te encuentras nervioso, podrás calmarte.
dentro y por fuera”.
Simplemente bastará que leas la frase mágica
grabada en el anillo”. En ese momento, un cangrejo que por allí pasa-
ba escuchó a las dos ostras, y dijo a la que
Al día siguiente, el sabio volvió y, en medio de
estaba bien por dentro y por fuera: “Sí, te sien-
un silencio general, ya que todos tenían curiosi-
tes bien e intacta; mas el dolor que soporta tu
dad por conocer la frase mágica, alargó el anillo
vecina es una perla de inigualable belleza”.
al rey.
Kahlil Gibrán. “Obras completas (tomo 2)”
El rey lo miró y leyó la frase grabada sobre el
aro de plata: “También esto pasará”. 947. {TC “”}EL PESCADOR SATIS-
José Joaquín Gómez Palacios. “Buenos días / FECHO
2”. CCS. 1995”
El rico industrial se horrorizó cuando vio a un
944. {TC “”}EL PEQUEÑO PEZ pescador del Sur tranquilamente recostado
contra su barca y fumando su pipa.
“Usted perdone”, le dijo un pez a otro, “es usted
más viejo y con más experiencia que yo y pro- “¿Por qué no has salido a pescar?”, le preguntó
bablemente podrá ayudarme. Dígame: ¿dónde el industrial.
puedo encontrar eso que llaman Océano? He “Porque ya he pescado bastante por hoy”, res-
estado buscándolo por todas partes sin resulta- pondió el pescador.
do”.
“¿Y por qué no pescas más de lo que necesi-
“El Océano - respondió el viejo pez - es donde tas?”, insistió.
estás ahora mismo”.
“¿Y qué iba a hacer con ello?”, preguntó a su
“¿Esto? Pero si esto no es más que agua... Lo vez el pescador.
que yo busco es el Océano”, replicó el joven
“Ganarías más dinero”, fue la respuesta. “De
pez, totalmente decepcionado, mientras se
ese modo podrías poner un motor a tu barca.
marchaba nadando a buscar en otra parte.
Entonces podrías ir a aguas más profundas y
Deja de buscar, pequeño pez. No hay nada que pescar más peces. Entonces ganarías lo sufi-
buscar. Sólo tienes que estar tranquilo, abrir tus ciente para comprarte unas redes con las que
ojos y mirar. No puedes dejar de verlo. obtendrías más peces y más dinero. Pronto
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 26 ganarías para tener dos barcas... y hasta una
verdadera flota. Entonces serías rico, como yo?”
945. {TC “”}PERDÓN Y OLVIDO “¿Y qué haría entonces?”, preguntó de nuevo el
Un cura estaba harto de una beata que todos pescador.
los días le venía a contarle revelaciones que “Podrías sentarte y disfrutar de la vida”.
Dios personalmente le hacía. Semana tras se- “¿Y qué crees que estoy haciendo en este pre-
mana, la buena señora entraba en comunica- ciso momento”, respondió el satisfecho pesca-
ción directa con el cielo y recibía mensaje tras dor.
mensaje. Y el cura, queriendo desenmascarar
de una vez lo que de superchería había en tales Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 171
comunicaciones, dijo a la mujer: “Mira, la próxi-
ma vez que veas a Dios dile que, para que yo
me convezca de que es Él quien te habla, te
diga cuáles son mis pecados, esos que yo sólo
conozco”. Con esto, pensó el cura, la mujer se

Mil textos para orar y reflexionar 283


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

948. {TC “”}PIDE LO QUE QUIE- Lamentablemente, los embaladores confundie-


ron las etiquetas, por lo cual los precios y las
RAS calidades estaban mal indicados. Cuando los
Kapil Muni era pobre y desconocido antes de importadores abrieron las cajas y probaron las
alcanzar la santidad que lo hizo querido y vene- de “calidad excelente”, lo que probaron fue en
rado en toda la India. realidad la calidad ínfima.
Su mujer le dijo un día: “Me he enterado de que Sin inmutarse, sin embargo, declararon que
el rey da una moneda de oro al brahmán que es eran deliciosamente dulces, a pesar de lo ele-
el primero en bendecirle”. vado del precio, que ellos estimaron excelente
para aquella calidad. Decididamente harían un
Kapil fue a dormir a la puerta de palacio para ser pedido grande.
el primero en cuanto amaneciera el día. A media
noche le despertó la luna llena, creyó que era el Al probar la siguiente clase, que realmente eran
sol, y se precipitó a la puerta. Los guardas lo bastante mejores, pusieron gesto de desagrado
apresaron como ladrón. El rey, sin embargo, al por lo ácido y convinieron en que la inferioridad
juzgarlo, creyó su historia y le dijo que pidiese lo estaba reflejada en el precio, mucho menor.
que quisiera. El resto, que contenía lo mejor, ni lo abrieron y
Kapil pensó: “Pediré la moneda de oro que me lo arrojaron a un montón de basura.
corresponde. O, ya que el rey me ofrece más, Algunos pájaros, que observaban de lejos, baja-
pediré cinco. No, diez. Mejor veinte para cubrir ron enseguida y se dieron un festín: “¡Qué estú-
todo el año. O cien. Más seguro mil. Digamos pidos son los humanos! ¿Es que no pueden
cien mil para asegurar el porvenir de los hijos. probar por sí mismos la calidad en lugar de
Mejor aún un millón para vivir de los intereses. confiar en las etiquetas?”
Pero el dinero solo no da seguridad. Ya que el
Pedro Ribes. “Parábolas y fábulas...”, p. 81
rey no ha puesto límite a lo que puedo pedirle, le
pediré la mitad de su reino. ¿Y por qué la mitad 951. PROGRESO
tan sólo? Le pediré el reino entero. Aunque eso
no sería justo para con el rey que tan bien se El maestro estaba escuchando a un afamado
porta conmigo. Mejor conformarme con la mitad economista cómo explicaba sus ideas acerca
del reino. Ahora que eso de la administración del desarrollo. El economista defendía que lo
conllevaría muchas preocupaciones. Más vale más importante era el crecimiento económico y
dejarlo en dinero. Volvamos al millón de mone- el bienestar. Porque todo crecimiento es bueno
das de oro. Demasiado. La verdad es que con en sí mismo.
cien mil me basta y me sobra para mí y toda mi El maestro tomó la palabra: “Si su teoría fuese
familia. Y también con mil. Para ser sincero voy cierta, habría que admitir que es lo mismo que
a pedir sólo cien. O veinte. O diez. O cinco. Lo piensa la célula cancerosa: lo único importante
mejor será pedir honradamente una moneda de es crecer, sin discernir el bien o el mal que se
oro que es lo que me corresponde. ¿Y para qué pudiera estar haciendo”.
necesito yo una moneda de oro? Mejor estoy
como estoy”. Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva evan-
gelización”, p. 192
Cesó el deseo. Y Kapil alcanzó la iluminación.
Carlos G. Vallés 952. {TC “”}LOS PUERCOESPINES
949. {TC “”}EL PRESO Y EL REY Es de noche y hace frío. Y en una gran exten-
sión están unos puercoespines. Como hace frío,
En la cárcel se decía: “Un hombre está preso, se acercan, y como se acercan, se pinchan. Y al
pero todas y cada una de las noches sueña que hacerse daño, se separan. Y así sucesivamente.
es rey y vive con todas las comodidades de un Todo el juego de la vida consiste en encontrar la
rey; en cambio, muy lejos de la prisión, un rey distancia que nos permite al mismo tiempo ayu-
tiene cada noche el sueño opuesto, es decir, darnos los unos a los otros y no hacernos daño
que está preso y vive penado en la cárcel. los unos a los otros. Aceptar que el otro no sea
¿Quién será más feliz de los dos?” Y la respues- yo, que posea caminos propios y, al mismo
ta: “En invierno el preso, en verano el rey”. tiempo, no aceptar la separación: intentar vivir a
Bernardo Atxaga. “El hombre solo”. Ediciones B. dos.

950. {TC “”}PROBAR POR UNO Schopenhauer


MISMO 953. {TC “”}¡QUÉ DIFÍCIL ES EL
Una compañía internacional pidió a un comer- PERDÓN!
ciante indio que le proporcionara muestras de Érase un rey que tenía tres hijos. Poseía ade-
frutas, incluyendo variedades para elegir a dife- más muchas riquezas. Sobre todo un brillante
rentes precios. Siguiendo sus indicaciones, de valor extraordinario, admirado en el mundo
preparó cinco cajas separadas, indicando el entero. ¿Para quién sería aquel brillante al re-
comerciante a sus obreros que les colocaran las partir la herencia? Su padre les sometió a una
etiquetas. prueba. Sería para el que realizase la mayor
hazaña el día señalado... Al llegar la noche,

Mil textos para orar y reflexionar 284


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

cada uno relató los acontecimientos de la jorna- Había destacada, en estas tareas, un anciano
da. monje cuya larga vida de entrega a Dios y de
El mayor había dado muerte a un dragón que atención a los demás era objeto de admiración
sembraba el pánico por todo el reino. El segun- común. Retirado de la actividad directa por su
do venció a diez hombres bien armados con una avanzada edad, aún era buscado por su don del
pequeña daga. El tercero dijo: “Salí esta maña- consejo.
na y encontré a mi mayor enemigo durmiendo al Hasta el venerado monje llegó un joven, atraído
borde de un acantilado... y le dejé seguir dur- por la fama de su ciencia y virtud. Cuando estu-
miendo”. vo ante él, le expuso:
Entonces el rey se levantó de su trono, abrazó a - Deseo que me digas, con brevedad y sin pala-
su hijo menor y le entregó el brillante. bras rebuscadas, qué es lo que Dios pide a
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como dar- cada uno; necesito saber qué quiere Dios de mí.
dos”, p. 116 Responde el monje:
- Es muy sencillo. Jesús nos vino a mostrar, con
954. {TC “”}¡QUÉ MÁS QUIERES!
su vida, y a decirnos lo que Dios quiere de noso-
Un hombre se hallaba en el tejado de su casa tros: simplemente lo quiere todo.
durante unas inundaciones y el agua le llegaba Vidal Ayala. “La voz del bosque”. PS.
ya a los pies. Poco después, pasó un individuo
remando en una canoa, y le gritó: “¡Oiga! ¿Quie- 956. {TC “”}RAÍCES
re que le lleve a un sitio más alto?”.
Un niño que jugaba con otros niños lo vio pasar
“No, gracias”, replicó el hombre. “Tengo fe en el y dejándolo todo se fue tras Él para escucharle.
Señor y Él me salvará. Y el Maestro señalándolo decía:
Pasó el tiempo, y el agua le llegaba al hombre - Mirad que para él, aquello que deja es tan
hasta la cintura. Entonces pasó por allí una valioso como si vosotros dejarais vuestras casas
lancha de motor. “¿Quiere que le lleve a un sitio y vuestras familias y todas vuestras posesiones.
más alto?”, gritó el que la llevaba.
Bienaventurados vosotros que podéis dejar
“No, gracias”, respondió el hombre. “Tengo fe en porque tenéis y más bienaventurados aquellos
el Señor, y Él me salvará”. que más tienen porque más pueden dejar.
Más tarde, cuando el nivel del agua llegaba ya Envidia os tiene la montaña, que no puede dejar
al cuello del individuo, llegó un helicóptero. de ser montaña para hacerse nube. Envidia os
“¡Cójase a la cuerda!”, gritó el piloto. “Yo le sub- tiene el hermano árbol, que no puede ni por un
iré”. instante dejar de ser árbol para hacerse águila.
“No, gracias”, respondió el hombre por tercera Y la hermana rosa, ¡cuánto daría por volar como
vez. “Tengo fe en el Señor, y Él me salvará”. una mariposa! Vosotros podéis dejar todo cuan-
Desconcertado, el piloto dejó a aquel hombre en to se os dio, para probaros.
el tejado, casi cubierto por las aguas. Después Y cuando guardáis, no hacéis sino alargar las
de haber pasado horas allí, el pobre hombre no pruebas, hasta atrofiaros, como se atrofian los
pudo resistir más, se ahogó, y fue a recibir su árboles viejos y echan raíces cada vez más
recompensa. profundas.
Mientras aguardaba ante las puertas del Paraí- Cayetano Arroyo. “Diálogos con Abul-Beka”,
so, se halló frente al Creador, y se quejó de lo
ocurrido: “Señor, yo tenía total fe en que Tú me 957. {TC “”}RANA DEL POZO
salvarías, y me abandonaste. ¿Por qué?”.
En un pozo profundo vivía una colonia de ranas.
A lo cual replicó el Señor: “¿Qué mas quieres? Llevaban su vida, tenían sus costumbres, en-
¡Te mandé dos lanchas y un helicóptero”. contraban su alimento y croaban a gusto ha-
Johnny Hart ciendo resonar las paredes del pozo en toda su
profundidad. Protegidas por su mismo aisla-
955. {TC “”}¿QUÉ PIDE DIOS DE miento, vivían en paz, y sólo tenían que guar-
MÍ? darse del pozal que, de vez en cuando, alguien
echaba desde arriba para sacar agua del pozo.
El viejo monasterio había sobrevivido a las di- Daban la alarma en cuanto oían el ruido de la
versas vicisitudes y pruebas de su ya larga polea, se sumergían bajo el agua o se apreta-
historia. La fundación se remontaba a los tiem- ban contra la pared, y allí esperaban, conte-
pos en que la comarca estaba deshabitada, por niendo la respiración, hasta que el pozal lleno
tratarse de un terreno abrupto de difícil acceso. de agua era izado otra vez y pasaba el peligro.
El núcleo de la población actual nació a la som- Fue a una rana joven a quien se le ocurrió pen-
bra del monasterio y se mantenía vinculado a él. sar que el pozal podría ser una oportunidad en
Existía una mutua dependencia y complementa- lugar de un peligro. Allá arriba se veía algo así
ción. En todo tiempo hubo jóvenes del pueblo como una claraboya abierta, que cambiaba de
que abrazaban la vida monacal. Los monjes, a aspecto según fuera de día o de noche, y en la
su vez, dedicaban generosos esfuerzos a culti- que aparecían sombras y luces y formas y colo-
var el espíritu del pueblo.

Mil textos para orar y reflexionar 285


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

res que hacían presentir que allí había algo 958. {TC “”}REGALO, NADA MÁS
nuevo digno de conocerse. Y, sobre todo, esta-
ba el rostro con trenzas de aquella figura bella y Ayer me encontraba en la cocina preparando la
fugaz que aparecía por un momento sobre el cena. Entró mi hija mayor. Me dio un papel es-
brocal del pozo a arrojar el cubo y recobrarlo crito. Apartando la comida del fuego y tomando
todos los días en su cita sagrada y temida. Ha- el papel entre mis manos comencé a leer:
bía que conocer aquello. “Por haberme lavado los dientes
La rana joven habló, y todas las demás se le toda la semana: 7 pesetas.
echaron encima: “Eso nunca se ha hecho. Sería Por ir a comprar el pan: 3 pesetas.
la destrucción de nuestra raza. El cielo nos Por traer el pan y la gaseosa: 4 pesetas.
castigará. Te perderás para siempre. Nosotras Por cuidar el hermanito
hemos sido hechas para estar aquí, y aquí es cuando saliste con papá al cine: 15 pesetas.
donde nos va bien y podemos ser felices. Fuera Por ir a buscar las quinielas: 7 pesetas.
del pozo no hay más que destrucción absoluta. Por tomarme
Que nadie se atreva a violar las sabias leyes de las asquerosas medicinas: 14 pesetas.
nuestros antepasados. ¿Es que una rana joven- Total: 50 pesetas.
zuela de hoy puede saber más que ellos? Había terminado de leer. Ella estaba tan tranqui-
La rana esperó pacientemente la próxima baja- la moviendo su bolígrafo entre los dientes. Mien-
da del pozal. Se colocó estratégicamente, dio un tras la miraba, algo me hizo sentir una profunda
salto en el momento en que el pozal iba a ser pena. Y al mismo tiempo una serie de recuerdos
izado y subió en él ante al asombro y el horror se agolparon en mi mente. Tomando el bolígra-
de la comunidad batracia. El consejo de ancia- fo, di la vuelta al papel y comencé a escribir:
nos excomulgó a la rana prófuga y prohibió que Por nueve meses
se hablara de ella. Había que salvaguardar la que duró tu gestación: REGALO.
seguridad del pozo. Por ese parto
que ahora dicen sin dolor: REGALO.
Pasaron los meses sin que nadie hablara de ella Por las lágrimas
y nadie se olvidara de ella, cuando un buen día que pude derramar: REGALO.
se oyó un croar familiar sobre el brocal del pozo, Por mis horas
se agruparon abajo las curiosas y vieron recor- de desvelo e inquietud: REGALO.
tada contra el cielo la silueta conocida de la rana Por los gastos
aventurera. A su lado apareció la silueta de otra de colegio y de profesor: REGALO.
rana, y a su alrededor se agruparon siete pe- Por los objetos
queños renacuajos. que rompiste de valor: REGALO.
Todas miraban sin atreverse a decir nada, Por la ropa
cuando la rana habló: “Aquí arriba se está ma- que te compro sin cesar: REGALO.
ravillosamente. Hay agua que se mueve, no Por los chicles,
como allá abajo, y unas fibras verdes y suaves golosinas y demás: REGALO.
que salen del suelo y entre las que da gusto Después de leer mi mensaje, tenía lagrimas en
moverse, y donde hay muchos bichos pequeños los ojos. Me abrazó muy fuerte y me dijo: “Ma-
muy sabrosos y variados, y cada día se puede má, te quiero mucho”. Tomó el papel en mis
comer algo diferente. Y luego hay muchas ranas manos y en grandes letras escribió: REGALO.
de muchos tipos distintos, y son muy buenas, y
yo me he casado con ésta que está aquí a mi Regalo, regalo nada más, hija mía. Mi suma de
lado, y tenemos siete hijos y somos muy felices. amor te quiero regalar. Yo nunca me fijo en la
Y aquí hay sitio para todas, porque esto es muy suma. ¡Qué más da!
grande y nunca se acaba de ver lo que hay allá 959. {TC “”}REGATEAR POR LA
lejos”.
VIDA
De abajo, las fuerzas del orden advirtieron a la
rana que, si bajaba, sería ejecutada por alta En sus años jóvenes, el Maestro había viajado
traición; y ella dijo que no pensaba bajar, y que por todo el mundo. Hallándose una vez en el
les deseaba a todas que lo pasaran bien, y se puerto de Sanghai, oyó un griterío cerca de su
marchó con su compañera y los siete renacua- barco. Al mirar hacia allá, vio cómo un hombre,
jos. inclinado sobre la borda de un junco cercano,
sujetaba por la coleta a otro hombre que se
Abajo en el pozo hubo mucho revuelo, y hubo
debatía frenéticamente en el agua.
algunas ranas que quisieron comentar la pro-
puesta, pero las autoridades las acallaron en El del junco sumergía al otro de vez en cuando
seguida, y la vida volvió a la normalidad de en el agua y lo volvía a sacar. Luego discutían
siempre en el fondo del pozo. ambos durante un minuto, o algo así, hasta la
siguiente zambullida.
Al día siguiente, por la mañana, la niña de las
trenzas rubias se quedó asombrada cuando, al El Maestro llamó entonces al grumete y le pre-
sacar el cubo con agua del pozo, vio que estaba guntó de qué discutían. El muchacho sonrió y
lleno de ranas dijo: “No discuten, señor. El del junco le pide al
otro sesenta yuans por no ahogarle, y éste sólo
Carlos García Valles. “Salió el sembrador...”
le ofrece cuarenta”.

Mil textos para orar y reflexionar 286


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

Tras las lógicas risas de los discípulos, el Maes- La niña se convirtió en mujer y nadie en todo el
tro dijo: “¿Hay uno solo de vosotros que no ande país era más feliz que ella. Cuando le pregunta-
regateando con la única Vida que hay?”. Y todos ban el secreto de su alegría, se limitaba a sonre-
guardaron silencio. ír y decía: “He seguido el consejo de una buena
Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”. hada”.
Pasaron los años y la niña se hizo vieja, pero
960. {TC “”}SALVAR A UNO era siempre la más dulce y feliz viejecita del
país. Sus vecinos, y también sus nietos, temían
- Con lograr salvar a un solo muchacho en esta
que pudiese morir con ella el secreto de su
institución ya habrán quedado justificados los
felicidad. Le pidieron: “Revélanos qué te dijo el
gastos y esfuerzos que se invierten en una
hada”.
institución de este tipo - dijo un experto educa-
dor en el momento de inaugurar un reformatorio. La deliciosa viejecita les respondió: “Me reveló
que, incluso los que aparentan seguridad, todos
Posteriormente, un miembro de la junta directiva
tienen necesidad de mí”.
le dijo:
Herminio Otero
- ¿No ha estado usted ligeramente exagerado? Narraciones para la catequesis
¿Cree de veras que el salvar a un solo mucha-
cho justificaría todos los gastos y esfuerzos? 963. {TC “”}EL SECRETO DEL PA-
- ¡Si se tratara de mi hijo, sí! - fue la respuesta. RAÍSO
Antohny Mello. “La oración de la rana. 2”, p. 30 Un samurai fuerte y corpulento fue a visitar a un
pequeño monje: “Enséñame en qué consiste el
961. {TC “”}SANTO Y PECADOR cielo y el infierno”.
El maestro le pide al discípulo: “Encuéntrame un El monje alzó los ojos para contemplar al impo-
santo. recorre toda la tierra y sus continentes, nente guerrero y le respondió con enorme des-
busca en rincones y cuevas si es necesario; precio: “¿Enseñarte a ti en qué consiste el cielo
tómate todo el tiempo que haga falta, pero al y el infierno? En verdad que no me sería posible
final trae a un verdadero santo a mi presencia”. enseñarte nada. Eres puerco y hediondo, eres
El discípulo parte, busca, tarda en volver y, al una vergüenza, un flagelo para la casta los
fin, regresa solo. Y explica: “No lo encontré. Vi a samurais. Apártate de mi vista, no puedo sopor-
grandes ascetas, pero me parecían cerrados en tarte”.
sí mismos; observé a quienes servían heroica- El samurai montó en cólera. Comenzó a tem-
mente al prójimo, pero percibí una sombra de blar, el rostro encendido de rabia. no lograba
vanidad en sus acciones; admiré oraciones decir una palabra. Desenvainó la espada y la
encendidas, pero noté que e fervor no duraba puso en alto, dispuesto a acabar con la vida del
en su firmeza. Ninguno me satisfizo del todo”. monje.
El Maestro cambia su mandato: “Búscame un - Eso es el infierno - murmuró el monje.
pecador y tráelo a mi presencia”. El samurai estaba confundido. ¡Cuánta compa-
El discípulo parte... y regresa nuevamente solo: sión y rendimiento en este hombrecillo que ha-
“No encontré a un verdadero pecador. Unos bía ofrecido la propia vida para darle esa ense-
hacían el mal, pero era por debilidad, no por ñanza, para demostrarle lo que es el infierno!
maldad; otros no sabían lo que hacían; y otros Lentamente bajó la espada, lleno de gratitud y
hacían el mal creyendo que hacían el bien”. de una paz inesperada.
El Maestro concluye: “Y tú, ¿qué eres?” - Y eso es el cielo - murmuró el monje.
Hay tanto de bueno en el peor y tanto de malo Bruno Ferrero. “La silla vacía...”, p. 34
en el mejor que es absurdo condenar a nadie.
964. {TC “”}SENDA ESTRECHA
Carlos García Vallés
En cierta ocasión previno Dios al pueblo de un
962. EL SECRETO DE LA FELICI- terremoto que habría de tragarse las aguas de
DAD toda la tierra. Y las aguas que reemplazarían a
las desaparecidas habrían de enloquecer a todo
Una niña caminaba por el bosque cuando vio el mundo.
una mariposa atrapada entre las zarzas. Con
sumo cuidado para no romperle las alas, la Tan sólo el profeta se tomó en serio a Dios.
liberó. Transportó hasta la cueva de su montaña enor-
mes recipientes de agua, de modo que no hu-
La mariposa, después de volar un rato, regresó biera de faltarle el líquido elemento en los días
y, de improviso, se transformó en una preciosa de su vida.
hada que le dijo: “Para agradecer tu bondad,
escucharé tu mayor deseo”. Y efectivamente, se produjo el terremoto, des-
aparecieron las aguas y una nueva agua llenó
La niña reflexionó un instante y después res- los arroyos y los lagos y los ríos y los estan-
pondió: “Quiero ser feliz”. ques. Algunos meses más tarde bajó el profeta
Entonces el hada se inclinó sobre ella, le susu- de su montaña a ver lo que había ocurrido. Y
rró algo al oído y desapareció. era verdad: todo el mundo se había vuelto loco y

Mil textos para orar y reflexionar 287


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

le atacaba a él y no quería tener nada que ver otra buena, pueden sacar la buena miel, es
con él. Y hasta se convenció de que era él el decir lo bueno del libro, y la mala el veneno.
que estaba loco. De lo que se deduce que todo depende de las
Así pues, el profeta regresó a su cueva de la buenas o las malas intenciones con que se
montaña, contento por haber tenido la precau- miran y hacen las cosas. O dicho de otro modo:
ción de guardar agua. Pero, a medida que el malo lo malo ve, y el bueno ve lo bueno.
transcurría el tiempo, la soledad se le hacía Alfonso Francia. “Educar con fábulas”, p. 86
insoportable. Anhelaba tener compañía humana.
De modo que descendió de nuevo a la llanura. 967. {TC “”}SÍSIFO
Pero nuevamente fue rechazado por la gente,
tan diferente de él. Los dioses habían condenado a Sísifo a ha-
cer rodar una roca hasta la cima de una monta-
Entonces el profeta tomó su decisión: Tiró el
ña, llegada a la cual, la piedra volvía a caer
agua que había guardado, bebió del agua nueva
por su propio peso. Pensaron, y con razón, que
y se unió a sus semejantes en la locura.
no existe castigo más doloroso que el trabajo
Cuando buscas la Verdad, vas solo. La senda inútil y sin esperanza ninguna... Ver todo el
es demasiado estrecha para llevar compañía. esfuerzo en tensión para elevar la enorme
Pero, ¿quién puede soportar semejante sole- piedra, hacerla rodar y ayudarla a vencer la
dad? fuerza de gravedad de una pendiente, cien
Anthony de Mello. “El canto del pájaro”, p. 120 veces bajada y subida; ver el rostro crispado
con la mejilla pegada contra la piedra...
965. {TC “”}LOS SENDEROS DE Y al final de cada largo esfuerzo, medido por
LA LUZ el cielo y el tiempo sin profundidad, tener la
esperanza de lograr la meta. Una vez allí,
Un día, al atardecer, un campesino se sentó a la Sísifo ve la piedra descender de nuevo, rápida-
puerta de su casa a tomar el fresco, Por ahí mente, en unos instantes, hacia ese mundo
pasaba el camino en dirección al cercano pue- inferior de donde es necesario elevarla otra vez
blo. hacia las cimas. Vuelta a descender a las llanu-
Pasó un hombre, que al divisar al campesino ras. Esa misma lucha hacia las cumbres basta
sentado, pensó para sí: “Este hombre es un para llenar un corazón de hombre. Pensemos
perezoso. No trabaja y se pasa el día sin hacer que Sísifo era dichoso.
nada sentado a su puerta”. Y siguió de largo. Nota.- La acción tiene valor en sí. Es lo que
Luego pasó otro caminante en dirección al pue- exalta el mito. Permite al hombre la satisfacción
blo, y al ver al campesino sentado, pensó para de desarrollarse. Pero le falta algo muy humano:
sí: “Ese hombre es un mujeriego. Está todo el saber por qué lucha.
día sentado junto al camino para ver pasar a las
muchachas y alternar con ellas”. Y siguió de 968. SOLIDARIDAD
largo.
Estaba un día Diógenes plantado en la esquina
Pasó otro viajero en dirección al pueblo, y al ver de una calle riendo como un loco.
al campesino sentado a su puerta, pensó para
“¿De qué te ríes?”, preguntó un transeúnte.
sí: “Este hombre es muy trabajador. Ha trabaja-
do duro todo el día, y ahora, al caer la tarde, se “De lo necio que es el comportamiento humano”,
toma un merecido descanso”. Y siguió su cami- respondió.
no. “¿Ves esa piedra que hay en medio de la calle?
Enseñanza de la parábola: en realidad no po- Desde que llegué esta mañana diez personas
demos decir mucho del carácter y costumbres han tropezado con ella y la han maldecido, pero
del campesino que se sentó a la puerta de su ninguna de ellas se ha tomado lo molestia de
casa. Pero sí podemos decir algo de los tres retirarla para que no tropezaran otros con ella”.
hombres que pasaron por el camino: del primero Raúl Berzosa, “Parábolas para una nueva evan-
podemos decir que era un perezoso, del segun- gelización”, p. 109
do que era un mujeriego y del tercero que era
un hombre muy trabajador. 969. EL SUFRIMIENTO
De un apotegma de los Padres Un discípulo preguntó al maestro:
966. {TC “”}LA SERPIENTE Y LA - ¿Por qué los buenos sufren más que los
ABEJA malos?.
El maestro respondió:
Iba una abeja volando por un campo lleno de
flores y arbustos, se paró en uno de ellos y - Una vez un ciudadano tenía dos vacas, una
extrajo miel. Pasaba por allí una serpiente y se robusta y otra débil. ¿A cuál puso el yugo?
acercó al mismo arbusto, mordió el tronco y - Ciertamente a la fuerte, respondió el discípulo.
sacó veneno.
Concluyó el maestro:
Esto me hizo pensar que, de un libro lleno de
ciencia leído por dos personas, una mala y la - Así hace el Misericordioso: para que el mundo
siga adelante, pone el yugo a los buenos.

Mil textos para orar y reflexionar 288


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Anónimo judío. “Parábolas para una nueva terreno que hay junto a la cabaña”, pensó en-
evangelización”, p. 73 tonces. Pero también aquello demostró tener
sus inconvenientes, porque le dejaba poco
970. EL TALISMÁN tiempo para la meditación. De modo que empleó
a unos peones que cultivaran la tierra por él.
En premio a sus servicios al maestro, el joven
Pero entonces se le presentó la necesidad de
recibió un talismán con el que podría lograr todo
vigilar a los peones, por lo que decidió casarse
lo que desease. Sólo tenía que tener cuidado de
con una mujer que hiciera esa tarea. Natural-
cumplir con las condiciones que imponía su uso.
mente, antes de que pasara mucho tiempo se
Podía usarse sólo para algo importante, algo
había convertido en uno de los hombres más
que no hiciera daño a nadie sino bien a todos, y
ricos de la aldea.
algo que él no pudiera obtener por sus propias
fuerzas. Con esas condiciones quedaba garanti- Años más tarde, acertó a pasar por allí el gurú,
zada la fuerza del talismán y el efecto inmediato. que se sorprendió al ver una suntuosa mansión
donde antes se alzaba la cabaña. Entonces le
El joven lo guardó celosamente y esperó la
preguntó a uno de los sirvientes: “¿No vivía aquí
ocasión de usarlo. Pensó en dinero, pero eso lo
un discípulo mío?”
podía ir consiguiendo él mismo poco a poco;
pensó en el amor de una joven, pero compren- Y antes de que obtuviera respuesta, salió de la
dió que era mucho más noble ganarle el cora- casa el propio discípulo. “¿Qué significa todo
zón con su propia bondad y cariño; pensó en esto, hijo mío?”, preguntó el gurú.
viajar por todo el mundo, pero supo que también “No va usted a creerlo, señor”, respondió éste,
eso entraba dentro de sus propias fuerzas si “pero no encontré otro modo de conservar mi
realmente lo deseaba. taparrabos”.
Al fin cayó descubrió el verdadero mensaje del Así crecen las organizaciones espirituales.
talismán. Hacerle caer en la cuenta de lo que
verdaderamente deseaba y hacerle extremar Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º
sus esfuerzos pues, bien pensado, siempre tomo)”, p. 110
estaba a su alcance lo que realmente deseaba,
y era mucho más satisfactorio lograrlo con su
972. {TC “”}EL TAPIZ MARAVI-
propio esfuerzo que no con la magia de un ta- LLOSO
lismán extraño. El talismán tenía su fuerza en no Un buen hombre recibió una carta de un amigo.
ser usado. En hacer reflexionar ante cada crisis. Le comunicaba que le iba a regalar un hermoso
En sacar a flote las fuerzas ocultas que siempre tapiz. Era precioso, le decía, y hacía los mayo-
son más de las que creemos tener. En entre- res elogios del tapiz precioso que iba a recibir
garnos al máximo y hacer todo lo que está en todo él bordado en oro, representaba primoro-
nuestra mano antes de pedir ayuda ajena. En samente unas escenas bellísimas de cacería,
descubrirnos a nosotros mismos. los colores estaban perfectamente conseguidos.
Por eso se trata de un talismán que todos he- Su valor, en una palabra, era incalculable.
mos recibido. Ahora nos toca usarlo... sin usarlo. A los pocos días llamaron a su puerta para en-
Carlos G. Vallés tregarle el tapiz.
Vida Nueva nº 2051 de julio 1996
Lo desembaló a toda prisa, y al verlo, no pudo
971. {TC “”}EL TAPARRABOS menos de sentirse defraudado. Aquello no era
sino un montón de hilos mal distribuidos sin
Un gurú quedó tan impresionado por el progreso formar dibujo alguno inteligible. Aquí y allá se
espiritual de su discípulo que, pensando que ya veían nudos empalmados de cualquier manera.
no necesitaba ser guiado, le permitió independi- Por ningún sitio veía aquellas maravillosas es-
zarse y ocupar una pequeña cabaña a la orilla cenas de cacería de que le había hablado. ¿No
del río. será fruto de la imaginación de mi amigo?, llegó
Cada mañana, después de efectuar sus ablu- a pensar. ¡Tantos elogios para tan poca cosa!
ciones, el discípulo ponía a secar su taparrabos, De repente, y casi sin advertirlo, dio la vuelta al
que era su única posesión. Pero un día quedó regalo y respiró aliviado. Desgraciadamente lo
consternado al comprobar que las ratas lo habí- había estado mirando del revés. Ahora sí pudo
an hecho trizas. De manera que tuvo que men- admirar los riquísimos matices de los colores,
digar entre los habitantes de la aldea para con- las bellas escenas representadas... En fin, le
seguir otro. Cuando las ratas también destroza- pareció que su amigo se había quedado corto
ron éste, decidió hacerse con un gato, con lo en las alabanzas.
cual dejó de tener problemas con las ratas,
pero, además de mendigar para su propio sus- Así nos ocurre a nosotros con el dolor. Depende
tento, tuvo que hacerlo para conseguir leche de por dónde lo miremos. Mirado del lado de
para el gato. acá nos parece un sinsentido, un absurdo. Visto
desde los ojos de Dios puede convertirse en una
“Eso de mendigar es demasiado molesto”, pen- ocasión maravillosa para encontrarnos con lo
só, “y demasiado oneroso para los habitantes de mejor de nosotros mismos, con los demás y con
la aldea. Tendré que hacerme con una vaca”. Y el mismo Dios.
cuando consiguió la vaca, tuvo que mendigar
para conseguir forraje. “Será mejor que cultive el

Mil textos para orar y reflexionar 289


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como dar- Durante un rato, Dios guardó silencio. Pero
dos”, p. 217 aquella noche, de improviso, le respondió:

973. {TC “”}TE AYUDARÉ SIEM- - Ciertamente que he hecho algo. Te he hecho a
ti.
PRE ASÍ
Manuel Sánchez Monge. “Parábolas como dar-
En el patio de recreo de un centro de recupera- dos”, p. 191
ción para poliomelíticos, un niño de siete años
acaba de caer al suelo y lucha por levantarse. 975. {TC “”}TODO ES RELIGIÓN
Los músculos de sus piernas están atrofiados y
Un predicador norteamericano preguntó al ca-
agarrotados por la terrible enfermedad y se
marero de un restaurante de Pekín qué era la
retuerce en el suelo buscando una posición que
religión para los chinos.
le permita utilizar las fuerzas intactas de sus
brazos, para poder incorporarse. El camarero le hizo salir a la terraza y le pregun-
tó: “¿Qué es lo que usted ve desde aquí, se-
El educador pasa en esos momentos por allí y el
ñor?”
niño, al verlo, abandona el esfuerzo y le tiende
la mano gritándole: “Levántame”. Pero el edu- “Veo una calle y unas casas, gente que pasea y
cador se le aproxima sonriendo y le responde: autobuses y taxis que circulan”.
“No, Juanito, levántate tú”. El niño tiene un arre- “¿Y qué más?”
bato de cólera, golpea el suelo con los puños,
pero el educador no cede. Entonces, calmado “Árboles”.
ya, reanuda su esfuerzo. Poco a poco, encuen- “¿Qué más”
tra una forma de equilibrio irguiéndose por atrás
“Está soplando el viento...”
y apoyándose en los brazos muy despacio, se
levanta y se mantiene de pie. Su cara se dilata El chino extendió sus brazos y exclamó: “¡Eso
en una inmensa alegría y arrojándose en brazos es la religión, señor!”
del educador le grita: “Tú no me has ayudado, ¡Lo buscas como quien busca la visión con los
¿eh? Tienes que decírselo a los demás... que tú ojos abiertos! Es tan evidente que es difícil bus-
no me has ayudado, que lo he hecho yo solo”. carlo.
Pero después, un poquito después reflexiona un
poco y añade: “Sí, a pesar de todo, tú me has Anthony de Mello. “La oración de la rana (2º
ayudado...”. El otro le responde: “Te ayudaré tomo)”, p. 102
siempre así”.
976. {TC “”}TONELADA DE ARROZ
Jean Le Du
“Una mujer que deseaba vivamente encontrar la
974. {TC “”}TE HICE A TI paz en medio de sus quehaceres domésticos de
esposa y madre, acudió al sabio Yang Zhu y le
Un hombre que paseaba por el bosque vio a un rogó le instruyera lo más rápidamente posible
zorro que había perdido sus patas, por lo que el para alcanzar la iluminación enseguida y poder
hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir. volver a su hogar con el ánimo ecuánime, ya
Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una que tenía plena fe en que, una vez liberada su
presa en su boca. El tigre ya se había hartado y mente de la ilusión que es la vida, podría dedi-
dejó el resto de la carne para el zorro. carse plenamente a sus deberes sin que éstos
Al día siguiente, Dios volvió a alimentar al zorro turbaran en manera alguna su espíritu. Sabía
por medio del mismo tigre. que esto era así, y estaba dispuesta a hacer
todo lo que se le dijera para llegar a la liberación
En hombre comenzó a maravillarse de la gran
interior en el breve tiempo de que disponía.
bondad de Dios y se dijo:
El sabio respondió: “Genuino es tu deseo, y ésa
- Voy también yo a quedarme en un rincón,
es la primera gran condición para alcanzar el
confiando en el Señor, y Éste me dará cuanto
fruto del espíritu. Pero también hace falta cierta
necesito.
instrucción y ciertas prácticas que puedo ir en-
Así lo hizo durante muchos días. Pero no suce- señándote poco a poco en ratos breves, según
día nada. El pobre hombre estaba casi a las tengas tiempo para venir a verme. Junto con el
puertas de la muerte cuando oyó una voz que le gran deseo, la gran paciencia es también requi-
decía: sito indispensable para la iluminación. Me has
- Oh tú, que te hallas en la senda del error, abre dicho que tienes un hijo. En toda su vida tu hijo
los ojos a la verdad. Sigue el ejemplo del tigre y llegará a comerse una tonelada de arroz. Pero
deja de imitar al pobre zorro mutilado. ¿qué pasaría si le haces comerse todo ese
arroz de una vez? No le haría bien, sino daño.
Luego, el hombre vio a una niña aterida y tiri- Aprende a tener gran deseo y ninguna prisa.
tando de frío dentro de un ligero vestido y con Vuelve aquí cuando lo desees”.
pocas perspectivas de conseguir una comida
decente. Se encolerizó y le dijo a Dios: Carlos García Valles. “Salió el sembrador...”
- ¿Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no
haces nada para solucionarlo?

Mil textos para orar y reflexionar 290


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

977. {TC “”}UNO DE VOSOTROS ¿De qué sirve tener ojos si el corazón está cie-
go?
ES EL MESÍAS
Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º
El gurú, que se hallaba meditando en su cueva tomo)”, p. 58
del Himalaya, abrió los ojos y descubrió, senta-
do frente a él, a un inesperado visitante: el abad 978. {TC “”}LA VANIDAD
de un célebre monasterio.
Érase una vez un científico que descubrió el arte
“¿Qué deseas?”, le preguntó el gurú. de reproducirse a sí mismo tan perfectamente
El abad le contó una triste historia. En otro tiem- que resultaba imposible distinguir al original de
po, su monasterio había sido famoso en todo el la reproducción. Un día se enteró de que anda-
mundo occidental, sus celdas estaban llenas de ba buscándole el Ángel de la Muerte, y entonces
jóvenes novicios, y en su iglesia resonaba el hizo doce copias de sí mismo. El ángel no sabía
armonioso canto de sus monjes. Pero habían cómo averiguar cuál de los trece ejemplares que
llegado malos tiempos: la gente ya no acudía al tenía ante sí era el científico, de modo que los
monasterio a alimentar su espíritu, la avalancha dejó a todos en paz y regresó al cielo.
de jóvenes candidatos había cesado y la iglesia Pero no por mucho tiempo, porque, como era un
se hallaba silenciosa. Sólo quedaban unos po- experto en la naturaleza humana, se le ocurrió
cos monjes que cumplían triste y rutinariamente una ingeniosa estratagema. Regresó de nuevo y
sus obligaciones. Lo que el abad quería saber dijo: “Debe ser usted un genio, señor, para ha-
era lo siguiente: “¿Hemos cometido algún peca- ber logrado tan perfectas reproducciones de sí
do para que el monasterio se vea en esta situa- mismo. Sin embargo, he descubierto que su
ción?” obra tiene un defecto, un único y minúsculo
“Sí”, respondió el gurú, “un pecado de ignoran- defecto”.
cia”. El científico pegó un salto y gritó: “¡Imposible!
“¿Y qué pecado puede ser éste?” ¿Dónde está el defecto?”
“Uno de vosotros es el Mesías disfrazado, y “Justamente aquí”, respondió el ángel mientras
vosotros no lo sabéis”. Y dicho esto, el gurú tomaba al científico de entre sus reproducciones
cerró sus ojos y volvió a su meditación. y se lo llevaba consigo.
Durante el penoso viaje de regreso a su monas- Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º
terio, el abad sentía cómo su corazón se desbo- tomo)”, p. 185
caba al pensar que el Mesías había vuelto a la
tierra y había ido a parar justamente a su mo- 979. {TC “”}LA VECINA DESALI-
nasterio. ¿Cómo no había sido él capaz de ÑADA
reconocerle? ¿Y quién podría ser? ¿Acaso el
hermano cocinero? ¿El hermano sacristán? ¿El Una mujer se quejaba ante una amiga que ha-
hermano administrador? ¿O sería él, el hermano bía ido a verla de lo desaliñada y poco cuidado-
prior? ¡No, él no! Por desgracia, él tenía dema- sa que era una vecina suya. “¡Tendrías que ver
siados defectos... cómo lleva de sucios a los niños... y cómo tiene
la casa! Es una auténtica desgracia tener que
Pero resulta que el gurú había hablado de un vivir con semejante vecindario... Echa una mira-
Mesías “disfrazado”... ¿No serían aquellos de- da a la ropa que tiene tendida en el patio: fíjate
fectos parte de su disfraz? Bien mirado, todos en las manchas negras que tienen esas sába-
en el monasterio tenían defectos... ¡y uno de nas y esas toallas...”
ellos tenía que ser el Mesías!
La amiga se acercó a la ventana, miró hacia
Cuando llegó al monasterio, reunió a los monjes afuera y dijo: “A mí me parece que esa ropa
y les contó lo que había averiguado. Los monjes está perfectamente limpia, querida. Lo que tiene
se miraban incrédulos unos a otros: ¿el Mesí- manchas son tus cristales”.
as... aquí? ¡Increíble! Claro, que si estaba dis-
frazado... entonces, tal vez... ¿Podría ser éste... Anthony de Mello. “La oración de la rana (2º
o aquél? tomo)”, p. 154

Una cosa era cierta: si el Mesías estaba allí 980. {TC “”}EL VENDEDOR DE
disfrazado, no era probable que pudieran reco- GLOBOS
nocerle. De modo que empezaron todos a tra-
tarse con respeto y consideración. “Nunca se Un niño negro contemplaba extasiado al vende-
sabe”, pensaba cada cual para sí cuando trata- dor de globos en la feria, el cual era, evidente-
ba con otro monje, “tal vez sea éste...” mente un excelente vendedor: en un determina-
do momento soltó un globo rojo, que se elevó
El resultado fue que el monasterio recobró su
por los aires, atrayendo a una multitud de posi-
antiguo ambiente de gozo desbordante. Pronto
bles clientes. Luego soltó un globo azul, des-
volvieron a acudir docenas de candidatos pi-
pués uno amarillo, a continuación un globo
diendo ser admitidos en la Orden, y en la iglesia
blanco. Todos ellos remontaron el vuelo hacia el
volvió a escucharse el jubiloso canto de los
cielo hasta que desaparecieron.
monjes, radiante del espíritu de Amor.
El niño negro, sin embargo, no dejaba de mirar
un globo negro que el vendedor no soltaba en

Mil textos para orar y reflexionar 291


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

ningún momento. Finalmente le preguntó: “Se- que se debía enseñar. El conejo insistía en que
ñor, si soltara usted el globo negro, ¿subiría tan la carrera debía figurar como asignatura. Lo
alto como los demás?” mismo hizo el pájaro con el vuelo, el pez con la
El vendedor sonrió compasivamente al niño, natación y la ardilla con la trepa de árboles.
soltó el cordel que tenía sujeto el globo negro y, Todos los demás animales querían también que
mientras éste se elevaba hacia lo alto, dijo: “No sus respectivas especialidades constasen en el
es el color lo que hace subir, hijo. Es lo que hay repertorio de disciplinas. Hecho de este modo,
dentro”. cometieron el error garrafal de que todos los
animales habían de seguir todos los cursos.
981. VER AL CREADOR El conejo se comportó magníficamente en la
carrera; ningún otro podía correr como él. Pero
Un filósofo dijo a un anacoreta:
se dijeron que enseñar a volar era algo positivo,
- Hazme ver tu Dios. intelectual y emocionalmente. Por tanto, se
El anacoreta respondió: empeñaron en que el conejo aprendiese a volar.
Le pusieron sobre una rama y exclamaron:
- Alza los ojos y mira al cielo: Dios está allí. “Vuela, conejo”. Y el pobre animal saltó al vacío
El filósofo alzó los ojos y resultó deslumbrado y se rompió la pata. Como consecuencia de la
por la luz del sol. caída ni siquiera pudo ya correr bien. En vez de
Entonces el anacoreta contestó: sobresaliente en carrera, sólo obtuvo un apro-
bado, y en vuelo le suspendieron. El comité de
Tú me pides ver a Dios y no eres capaz siquiera estudios seguía entusiasmado.
de soportar el resplandor de una criatura suya.
Con el pájaro ocurrió algo parecido: volaba a su
Anónimo judío. antojo, por lo que era candidato seguro al so-
bresaliente. Pero quisieron que el pájaro exca-
982. LA VERDAD OS HARÁ LI- vara agujeros como el topo. Naturalmente se
BRES quebró las alas y el pico, por lo que no pudo ya
volar satisfactoriamente.
Un joven se lanzó en busca de la Verdad. De-
seaba encontrarla costase lo que costase y F. Basaglia. “Vivir, amar y aprender”.
estuviese donde estuviese. Donde preguntaba,
siempre le decían que más allá, que más arriba, 984. {TC “”}VERÉIS LO QUE SOIS
que más lejos. Atravesó desiertos, cruzó ríos, Un pajarillo me dijo un día: “He volado y volado
escaló montañas. Y por fin, en un pico del Hima- buscando las alas que me hacen volar y la fuer-
laya, en una cueva escondida, entre hielos y za que me mueve, y no la encuentro”.
nieves, encontró a la Verdad. Era una anciana
decrépita con un solo diente en la boca, rostro Y yo respondí: “Hermano mío, también el hom-
con más arrugas que piel, y lacios cabellos bre anda buscando su camino y la fuerza que lo
blancos sobre sus hombros. Pero era la Verdad, hace andar y no se da cuenta que es “él mis-
y su voz clara y firme daba testimonio a su sa- mo”.
ber de todo lo que había sucedido desde el Y una palmera que nos escuchaba dijo: “Dejaos
principio del mundo. de filosofar y tomad mi ejemplo. Cada ser es lo
El joven comenzó a preguntarle sobre todas las que da. Mirad lo que dais y veréis lo que sois”.
dudas que tenía, que eran muchas; y a todas Y después miré hacia arriba y vi que muchos
contestó la Verdad con certeza indudable. Le pajarillos dormían en su seno.
preguntó si los gobernantes decían la verdad.
Cayetano Arroyo. “Diálogos con Abul-Beka”
(No). Si su mujer le engañaba. (Lo mismo que él
a ella). Si el pelo de su vecino era postizo. (Sí). 985. {TC “”}LA ZANAHORIA ES
Si los quitamanchas quitan las manchas de
verdad. (No). Y así siguió preguntando sobre MÍA
todo lo que se le ocurrió preguntar, y recibió Una anciana falleció y fue llevada por lo ángeles
siempre la respuesta definitiva y clara a cada ante el Tribunal. Pero, al examinar su historial,
pregunta. Durante un año y medio estuvo pre- el Juez descubrió que aquella mujer no había
guntando, hasta que se le acabaron las pregun- realizado un solo acto de caridad, a excepción
tas y se dispuso a despedirse. Preguntó a la de cierta ocasión en que había dado una zana-
dama: “¿Y deseáis que les diga de vos a los horia a un mendigo famélico.
hombres y mujeres de allá abajo?” A lo cual ella
sonrió con viveza: “Decidles que soy joven y Sin embargo, es tan grande el valor de un sim-
hermosa”. Y sonrió con su único diente. ¡La ple acto de amor que se decretó que la mujer
Verdad miente! ¡Oh liberación de liberaciones! fuera llevada al cielo por el poder de aquella
zanahoria. Se llevó la zanahoria al tribunal y le
Carlos G. Vallés fue entregada a la mujer. En el momento en que
Vida Nueva nº 2.083 de marzo del 97 ella tomó en su mano la zanahoria, ésta empezó
983. VERDADERA ESCUELA a subir como si una cuerda invisible tirara de
ella. llevándose consigo a la mujer hacia el cielo.
Un conejo, un pájaro, un pez, una ardilla, un
Entonces apareció un mendigo, el cual se aga-
pato y otros animales, decidieron fundar una
rró a la orla del vestido de la mujer y fue elevado
escuela. Todos se pusieron a discutir qué es lo

Mil textos para orar y reflexionar 292


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

junto con ella; una tercera persona se agarró al lanzarse al camino. La meta era salir. Ya hemos
pie del mendigo y también se vio transportado. salido. Ahora cada paso será otra meta, cada
Pronto se formó una larga hilera de personas encrucijada será un comienzo, cada principio
que eran llevadas al cielo por aquella zanahoria. será un fin. Salir es llegar.
Y, por extraño que pueda parecer, la mujer no El diálogo insistente retrasa al viajero. ¿A dónde
sentía el peso de todas aquellas personas que vas? ¿Cuál es la meta? ¿Cuándo llegarás?
ascendían con ella; y además, como ella no ¿Cuándo volverás? Quien se para a responder
dejaba de mirar al cielo, ni siquiera las veía. estas preguntas se envuelve en la duda y se le
Siguieron subiendo y subiendo, hasta llegar paraliza el caballo. Es decir, se le paraliza la
prácticamente a las puertas del cielo. Entonces mente. Por tener que detallar a dónde llegar le
la mujer miró para abajo, para echar una última resulta por fin imposible el partir. Las garantías
ojeada a la tierra, y vio toda aquella hilera de matan la aventura. La seguridad ahoga el entu-
personas detrás de ella. siasmo. La necesidad de la certeza no permite
Aquello la indignó y, haciendo un imperioso desplegar las alas de la posibilidad. La tiranía
ademán con su mano, gritó: “¡Fuera! ¡Fuera del fin anula los medios.
todos de aquí! ¡Esta zanahoria es mía! El criado del establo no había oído la trompeta.
Pero, al hacer aquel imperioso gesto, soltó la Carlos G. Vallés. Vida nueva nº 2103 de sep-
zanahoria por un momento... y se precipitó con tiembre 97
todos hacia abajo.
988. ESTAR UNIDOS
Hay un solo motivo de todos los males de la
tierra: “¡Esto me pertenece!”. Los hijos de un labrador estaban peleados.
Anthony de Mello. “La oración de la rana (1º Éste, a pesar de sus muchas recomendaciones,
tomo)”, p. 187 no conseguía con sus argumentos hacerles
cambiar de actitud. Decidió que había que con-
986. LA ENCINA INÚTIL seguirlo con la práctica. Les exhortó a que le
trajeran un haz de varas. Cuando hicieron lo
Érase una vez un carpintero que caminaba por ordenado, les entregó primero las varas juntas y
el monte con uno de sus aprendices. Les llamó mandó que las partieran. Aunque se esforzaron
la atención una gran encina, rugosa, enorme, no pudieron; a continuación, desató el haz y les
añosa, espléndida. Y el carpintero preguntó al dio las varas una a una. Al poderlas romper así
aprendiz: fácilmente dijo: “Pues bien, hijos, también voso-
- ¿Sabes por qué este árbol es grande, tan tros, si conseguís tener armonía seréis invenci-
rugoso, tan añoso y espléndido? bles ante vuestros enemigos, pero si os peleáis,
seréis una presa fácil”.
- No lo sé. ¿Por qué?
Esopo
- Porque es inútil, respondió el carpintero. Si la
encina hubiese sido útil ya hace tiempo que la 989. SOLIDARIDAD CON EL FU-
hubieran cortado para hacer mesas y sillas. Por
el hecho de ser inutilizable ha podido ser tan
TURO
grande y hermosa que uno puede sentarse y El sultán sale una mañana rodeado de su fas-
descansar a su sombra. tuosa corte. Al poco de salir encuentran a un
Misión Abierta nº 6 de junio del 97 campesino que planta afanoso una palmera. El
sultán se detiene al verlo y le pregunta asom-
987. PARTIR ES LLEGAR brado:
Un cuento de Frank Kafka: - Anciano, plantas esta palmera y no sabes
quién comerá su fruto... Muchos años necesita
“Ordené que trajeran mi caballo del establo. El para que madure y tu vida se acerca a su térmi-
criado no me entendió, así que fui yo mismo. no.
Ensillé el caballo y lo monté. A la distancia oí el
sonido de una trompeta y pregunté al mozo su El anciano lo mira bondadosamente y luego le
significado. Él no sabía nada; no había oído contesta:
sonido alguno. En el portón me detuvo y me - ¡Oh, sultán! Plantaron y comimos; plantemos
preguntó: “¿Hacia dónde cabalga, señor?” – “No para que coman.
lo sé”, respondí, “sólo quiero partir”. – “¿Enton-
El sultán se admira de tan grande generosidad y
ces conoce usted la meta?”, preguntó él. – “Sí”,
le entrega cien monedas de plata, que el ancia-
contesté, “ya te lo he dicho. Partir es mi meta”.
no toma haciendo una reverencia, y luego dice:
Partir es la meta. El futuro es el presente. El
- ¿Has visto, oh rey, cuán pronto ha dado fruto
sonido de la trompeta ha llegado al oído, y en
la palmera?
eso no está todo. La esencia es partir. Dar el
primer paso. Abrir el establo. Montar en el caba- Más asombrado, el sultán, al ver cómo tiene
llo. Si nos paramos a preguntar, no saldremos sabia salida para todo un hombre del campo, le
nunca. Y si nunca salimos, nunca llegaremos. entrega otras cien monedas.
No hace falta mapas, ni itinerarios, ni brújulas. El ingenioso anciano las besa y luego contesta
Hace falta fe para salir de casa y alegría para prontamente:

Mil textos para orar y reflexionar 293


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- ¡Oh, sultán!, lo más extraordinario de todo es El marido llamó a su hijo, que todavía era un
que generalmente una palmera sólo da fruto una niño: “Baja al establo y dale a tu abuelo una
vez al año y la mía me ha dado dos en menos manta de los caballos para que tenga con qué
de una hora. abrigarse”.
Maravillado está el sultán con esta nueva salida, El niño bajó al establo con su abuelo, escogió la
ríe y exclama dirigiéndose a sus acompañantes: mejor manta, la dobló por la mitad y, haciendo el
- Vamos pronto. Si estamos aquí un poco más abuelo sostuviera uno de los extremos, comen-
de tiempo este buen hombre se quedará con mi zó a cortarla sin hacer caso a lo que el anciano
bolsa a fuerza de ingenio. tristemente le decía: “¿Qué haces, niño? Tu
padre te ha mandado que me la dieses entera.
Carolina Toval Voy a quejarme a él”.
990. EL CUERVO Y LA ZORRA “Haz como quieras”, contestó el muchacho.
El abuelo salió del establo y, buscando a su hijo,
Un cuervo que había robado un trozo de carne
le dijo: “Mi nieto no ha cumplido tu orden: no me
se posó en un árbol. Y una zorra, que lo vio,
ha dado más que la mitad de una manta”.
quiso adueñarse de la carne, se detuvo y co-
menzó a exaltar sus proporciones y belleza, le El padre ordenó al muchacho: “Dásela por ente-
dijo además que le sobraban méritos para ser el ro”.
rey de las aves y, sin duda, podría serlo si tuvie- “No, por cierto”, contestó el rapaz. “La otra mitad
ra voz. Pero al querer demostrar la a la zorra la guardo para dárosla a vosotros cuando yo
que tenía voz, dejó caer la carne y se puso a dar sea mayor y os arroje de mi casa”.
grandes graznidos. Aquélla se lanzó a arrebatar
la carne y dijo: “Cuervo, si también tuvieras El padre, al oír esto, llamó al abuelo que ya se
juicio, nada te faltaría para ser el rey de las marchaba: “¡Volved, padre mío! Os hago dueño
aves”. y señor de mi casa. No comeré un pedazo de
carne si que vos hayáis comido otro. Tendréis
Esopo un buen aposento, un buen fuego, vestidos
como los que yo llevo...”.
991. EL PASTOR BROMISTA
Y el buen anciano lloró sobre la cabeza de su
Un pastor que llevaba su rebaño bastante lejos hijo arrepentido.
de la aldea, se dedicaba a hacer la siguiente
broma: se ponía a gritar a los aldeanos diciendo Carolina Toval
que unos lobos atacaban a sus ovejas. Dos o 993. LA RESPONSABILIDAD ES
tres veces los de la aldea se asustaron y acudie-
ron corriendo, volviéndose después burlados; DE TODOS
pero al final ocurrió que los lobos se presentaron Éste es un cuento sobre Gente llamada Todos,
de verdad. Y mientras su rebaño era saqueado, Alguien, Cualquiera y Nadie. Había que hacer
gritaba pidiendo auxilio, pero los de la aldea, un trabajo importante y Todos estaban seguros
sospechando que bromeaba según tenía como de que Alguien lo iba a hacer. Cualquiera lo
costumbre, no se preocuparon. Y así ocurrió podría haber hecho, pero Nadie lo hizo. Alguien
que se quedó sin ovejas. se enojó por esto, porque era el trabajo de To-
La fábula muestra que los mentirosos sólo ga- dos. Cada uno pensó que Cualquiera lo podría
nan una cosa: no tener crédito aun cuando hacer, pero Nadie se enteró de que Todos no lo
digan la verdad. iban a hacer. Todos culparon a Alguien, cuando
Nadie hizo lo que Cualquiera podía haber he-
Esopo
cho.
992. LA MANTA 994. EL QUÉ DIRÁN
Un padre casó a su hijo y le donó toda su fortu-
Érase una vez un viejo que tenía un burro al que
na. Se quedó a vivir el padre con los recién
quería vender. Un día él y su hijo, y el burro por
casados y así pasaron dos años al cabo de los
supuesto, fueron al mercado.
cuales nació un hijo del matrimonio.
Alguien les increpó por el camino: “Qué tontos
Fueron luego sucediéndose los años. El abuelo
sois, puesto que vais andando teniendo un
no podía ya andar sino apoyándose en su bas-
burro”.
tón y se sentía sucumbir bajo la aversión de la
nuera. Ésta decía constantemente a su marido: El padre dijo: “Es verdad, ya que tenemos un
“Me voy a morir pronto si tu padre continúa burro, usémoslo mientras podamos”. Se subió
viviendo con nosotros”. en él y el hijo agarró el ramal para seguir el
camino.
El marido fue donde su padre y le dijo: “Tienes
que irte. Ya te hemos mantenido durante mu- “¿No te da vergüenza, viejo?”, le dijo alguien.
chos años”. “Tú en burro mientras tu hijo tiene que caminar”.
La respuesta del padre fue: “¡Que Dios te ben- El anciano se sonrojó, se bajó del burro y dijo a
diga, hijo mío! Me voy, pero al menos dame una su hijo: “Móntate un rato y yo sujetaré el ramal”.
manta para abrigarme pues estoy muerto de
frío”.

Mil textos para orar y reflexionar 294


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

A continuación se encontraron con unas seño- descuidó el ponerse en carrera, se tiró al borde
ras que venían del mercado: “¿No te da ver- del camino y se durmió. Pero la tortuga, cons-
güenza? Un joven como tú montando en burro ciente de su propia lentitud, no cesó de correr, y
mientras tu anciano padre va andado. de este modo tomó la delantera de la liebre
La cara del joven se puso tan roja como la de su dormida y se llevó el premio del triunfo.
padre momentos antes. “Las señoras tienen La fábula muestra que muchas veces el esfuer-
razón, padre. Yo no debería ir descansando zo vence a la naturaleza descuidada.
mientras tú caminas”. Esopo
“¿Por qué no nos montamos los dos?”, dijo el
viejo. El burro siguió con los dos hombres sobre 997. MEJOR HACER ALGO QUE
él. LAMENTARSE
“¿No os da vergüenza?”, gritaron unos hombres Un anciano vivía en el norte de China. Su casa
que recogían heno en un campo cercano. “Dos miraba al sur, pero ante su puerta se alzaban
adultos encima de un pobre burro. ¿Cómo po- dos enormes montañas. Le cerraban el camino.
déis ser tan crueles?” El anciano y sus hijos se pusieron manos a la
El viejo y su hijo se bajaron rápidamente. “Ya sé obra: con pico y pala comenzaron a allanar las
lo que podemos hacer”, dijo el joven. “En lugar montañas.
de que el burro nos lleve, nosotros llevaremos al El vecino del anciano, moviendo la cabeza, dijo:
burro”. "¡Qué locos estáis! Es imposible allanar estas
Los hombres fueron recibidos a carcajadas de montañas".
burla mientras se esforzaban en llegar al mer- El anciano sonrió y luego dijo: "Cuando yo mue-
cado llevando al burro sobre sus hombros. ra, mis hijos continuarán. Cuando mueran mis
“Fíjate, dos hombres llevando un burro, cuando hijos continuarán mis nietos. Las montañas son
el burro está hecho para llevarlos a ellos”, grita- altas, pero ya no crecen. Nuestras fuerzas pue-
ba la gente a coro. den crecer. Con cada palada de tierra que qui-
tamos nos vamos acercando a la meta. Es me-
“Por intentar dar gusto a todos, dijo el viejo, no
jor hacer algo que lamentarse de que las mon-
hemos agradado a nadie. En el futuro seremos
tañas no nos dejan ver el sol".
nosotros los primeros en agradarnos”.
Y el anciano siguió cavando con ánimo inque-
365 cuentos para dormir
brantable.
995. LA NAVAJA Esto conmovió al mismo Dios. Y mandó a sus
mensajeros a la tierra para allanar las monta-
Un día la navaja, saliendo del mango que le
ñas.
servía de funda, se puso al sol y vio el sol refle-
jado en ella. Misión Abierta nº 9 de noviembre de 1997
Entonces se enorgulleció, dio vueltas a su pen- 998. HISTORIA UNIVERSAL
samiento y se dijo: “¿Volveré a la tienda de la
que acabo de salir? De ninguna manera. Los Al principio, la Tierra estaba totalmente desor-
dioses no pueden querer que tanta belleza de- ganizada. Hacerla habitable constituyó una
genere en usos tan bajos. Sería una locura hermosa tarea. Para atravesar ríos nos había
dedicarme a afeitar las enjabonadas barbas de puentes, no había caminos para subir montes.
los labriegos. ¡Qué bajo servicio! ¿Estoy desti- ¿Te querías sentar? Ni siquiera un banquito a la
nada para un servicio así? Sin duda alguna que sombra. ¿Te caías de sueño? No existían las
no. Me ocultaré en un sitio retirado y allí pasaré camas; para no pincharse los pies, ni zapatos ni
mi vida tranquila”. botas. Si veías poco, no encontrabas unas ga-
fas. Para jugar un partido no había balones.
Después de vivir este estilo de vida durante
Faltaban la olla y el fuego para cocer macarro-
algunos meses, salió fuera de su funda al aire
nes y, pensándolo bien, hasta faltaban los ma-
libre, se dio cuenta de que había adquirido el
carrones. No había nada. Cero más cero, y
aspecto de una sierra oxidada y que su superfi-
basta. Sólo existían los hombres, con dos bra-
cie no podía reflejar ya el resplandor del sol.
zos para trabajar y así los errores más grandes
Arrepentida, lloró en vano su irreparable des-
se pudieron remediar. No obstante, quedan aún
gracia y se dijo: “¡Cuánto mejor hubiera sido
muchos por corregir: ¡Remangaos, hay trabajo
gastarme en manos del barbero que tuvo que
para todos!
privarse de mi exquisita habilidad para cortar!
¿Dónde está ya mi rostro reluciente? El óxido lo Gianni Rodari
ha consumido”.
999. LA OSTRA
Leornardo da Vinci
Es una gracia especial la de la ostra.
996. LA TORTUGA Y LA LIEBRE Cuando entras en su seno un grano
de arena, una chinita que le hace daño,
Una tortuga y una liebre discutían sobre quién no se echa a llorar; no se queja,
era más rápida. Así, fijaron una fecha y un lugar ni desespera. Día a día va cambiando
y se separaron. La liebre, por su natural rapidez, su dolor por una perla: una obra

Mil textos para orar y reflexionar 295


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maestra de la naturaleza. perro es la felicidad, y resulta que esa felicidad


Bruno Forte está en mi rabo. Por eso trato de atraparlo; en
cuanto lo atrape, la tendré”.
1000. EL TOQUE DEL MAESTRO
El viejo perro le replicó: “También yo pienso que
Estaba maltrecho y desportillado, la felicidad es algo bueno para un perro y que
y el subastador pensó que no merecía la pena esa felicidad está en mi rabo. Pero me he dado
perder mucho tiempo con el viejo violín. cuenta de que, cuando voy detrás de él, se
Pero lo alzó en sus manos con una sonrisa: aparta de mí; pero cuando marcho a cumplir mi
"¿Qué ofrecéis por él, buena gente? - exclamó - deber, él viene detrás de mí”
¡Mil pesetas, mil...! Van dos mil pesetas.
¿No hay quien dé más? 1003. CORRESPONSABLES
Dos mil, dos mil... ¿Quién ofrece tres mil?
Van tres mil a la una, tres mil a las dos, En un crudo invierno, un anciano tembloroso fue
Y tres mil a las... ¡pero no!" llevado ante los tribunales. Se le acusaba de
Desde el fondo de la sala haber robado pan. Al ser interrogado, el hombre
un hombre de cabellos grises explicó al juez que lo había hecho porque su
se adelanta y toma el arco, familia estaba muriéndose de hambre.
limpia el polvo del viejo violín, - La ley exige que sea usted castigado – declaró
tensa las flojas cuerdas el juez -. Tengo que ponerle una multa de qui-
y toca una melodía pura y celestial, nientas pesetas.
celestial como el canto de los ángeles.
Al mismo tiempo metió la mano en el bolsillo y
dijo: “Aquí tiene usted el dinero para pagar la
Cesa la música, y el subastador,
multa. Y además, pongo una multa de cien
Con voz grave, dice:
pesetas a cada uno de los presentes en la sala
"¿Qué dais por el viejo violín?
por vivir en una ciudad donde un hombre nece-
- mientras lo mantiene en alto -
sita robar pan para poder sobrevivir”.
¡Cien mil pesetas! ¿Quién da doscientas mil?
¡Doscientas mil! ¿Quién ofrece trescientas mil? Pasaron una bandeja por el público y el pobre
Trescientas mil a la una, hombre, totalmente asombrado, abandonó la
trescientas mil a las dos, sala con cinco mil pesetas en su bolsillo.
¡y trescientas mil a las tres!"
La gente aplaudía, pero algunos lloraban. 1004. EL CAMINO DE LA FELICI-
"No acabamos de entenderlo. DAD
¿Quién ha cambiado su valor?"
Pronto llegó la respuesta: El sabio está sentado bajo el árbol de siempre.
"El toque de la mano del maestro". La gente viene y le consulta y le pregunta y le
cuenta cuitas y le pide bendiciones. Y él escu-
¡Cuántos seres humanos hay, cha y bendice y responde a cada uno según lo
de vida desafinada, necesita.
maltrechos y destrozados por el pecado, En esto se acerca un joven y le pregunta sobre
que son subastados a precios irrisorios la felicidad. Hemos nacido para ser felices. No lo
ante una turba inconsciente! somos. ¿Cómo serlo? El joven pregunta y el
¡Lo mismo que el viejo violín! sabio escucha. Después le dice: "Vuelve maña-
na. Te espero aquí".
Un plato de lentejas, un vaso de vino, El joven vuelve al día siguiente, pero no hay
Una apuesta y, luego, sigue tu camino... nadie bajo el árbol. Se cerciora de que es el
A la una, a las dos... casi a las tres... mismo árbol, el mismo sitio. Sí, lo es, pero no
Pero llega el Maestro... hay ni rastro del sabio. Espera, pero no viene.
y la turba insensata nunca puede comprender Sigue esperando, pero sin resultado.
el valor de un alma y el cambio que produce
el toque de la mano del Maestro. Entonces al joven se le ocurre sentarse bajo el
árbol. El árbol es de todos, y allí descansará. Lo
1001. MI DIOS Y YO hace con paz.
El petirrojo le dijo al gorrión: “Me gustaría, de Al cabo de un rato alguien se acerca. La gente
veras, saber, por qué estos afanosos seres sabe que bajo ese árbol se sienta el sabio, y
humanos se apresuran y se preocupan tanto”. vienen a consultarle, y hoy llega un hombre,
toma a nuestro joven por el sabio, pues nada
Y el gorrión le contestó: “Amigo, estoy seguro de
hay de extraño en el mundo de la sabiduría, y se
que tiene que ser porque ellos no tienen un
pone a hacerle preguntas. El joven cae en la
Padre Celestial que se cuide de ellos como se
cuenta de la equivocación, pero decide seguir la
cuida de ti y de mí”.
broma. Así por lo menos pasará el tiempo. Lue-
1002. LA FELICIDAD VIENE DE- go ya se lo dirá y se reirán los dos.
TRÁS El hombre pregunta sobre la felicidad. Hemos
nacido para ser felices. No lo somos. ¿Cómo
Un perrito le dijo a un viejo perro: “Durante un serlo? Y el joven se encuentra con que va res-
curso de filosofía, aprendí que lo mejor para un

Mil textos para orar y reflexionar 296


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

pondiendo, va diciendo cosas, y el visitante En ese momento los ojos de Adán y Eba empe-
asiente, entiende, se siente satisfecho. zaron a derramar lágrimas. Y esas lágrimas
El joven sospecha y se fija en las facciones del rodaban y caían por tierra. Estas lágrimas eran
visitante. Sonríe. El visitante es el sabio disfra- las primeras de mundo que humedecían la su-
zado. Le ha enseñado a que se responda a sí perficie del suelo. Adán y Eva les dieron estas
mismo. Nadie puede decirnos el camino de lágrimas en herencia a sus hijos y a los hijos de
nuestra felicidad sino nosotros mismos. sus hijos hasta la eternidad. Pero fuera de la
descendencia de Adán, nada en el mundo forma
Carlos G. Vallés. Vida Nueva nº 2121 de enero algo semejante para llorar con lágrimas. Desde
del 98 entonces y hasta el día de hoy, las personas
vierten una lágrima en los momentos de angus-
1005. EL DILUVIO tia y de desgracia y ella aligera su carga y con-
Todo el pueblo de Israel conoce el Midrash suela su corazón.
sobre los motivos del diluvio: una situación repe- Marie Vidal. “Un judío llamado Jesús”
titiva consentida por todos aquellos que no la
consideraban grave, si bien se aprovechaban 1007. LOS SEIS ABSURDOS
ampliamente de ella. Si un pobre tenía sólo un
cesto de habichuelas para poder subsistir, cada El Maestro dijo: "¿Has oído hablar alguna vez
uno le robaba una habichuela. Para él represen- de los seis absurdos y sus consecuencias?"
taba el fin de habichuelas. Pero ellos no venían El discípulo respondió: "Nunca he oído hablar de
dónde estaba el mal. ¿Qué pasa? Quitarle a uno eso".
una habichuela, ¿a eso le llamáis robar? ¡Vaya Entonces el Maestro se lo explicó: "El primer
tontería! Y de todos modos ¿creéis que nos absurdo consiste en pretender alcanzar el bien
pondrán pleito por una habichuela? No, no po- prescindiendo del estudio y su consecuencia es
dría poneros un pleito por tan poca cosa. Pero la decepción; el segundo consiste en intentar
Dios califica esta actitud de violencia. Y decidió alcanzar la ciencia sin entregarse al estudio, lo
mandar el diluvio. que conduce a la incertidumbre; el tercero con-
La sentencia puede parecer muy dura e impro- siste en el deseo de ser sincero prescindiendo
pia de la misericordia de Dios. Pero este vere- del estudio, lo cual provoca el engaño; el cuarto
dicto se hace mucho menos rígido cuando se consiste en pretender obrar rectamente sin
entiende la pedagogía puesta en acción para haber recibido la instrucción adecuada, con lo
evitar el diluvio. Los contemporáneos de Noé que se cae en la temeridad; el quinto consiste
fueron advertidos durante 120 años largos para en querer compaginar el valor con la incultura, lo
que se arrepintieran de su falsa conducta y de que da lugar a la insubordinación; finalmente, si
sus técnicas de desnaturalización de la verdad. se desea alcanzar la perseverancia prescin-
¿Por qué Dios le manda construir el arca? Para diendo del estudio, se cae en la testadurez y
que sus contemporáneos observaran e hicieran obcecación".
penitencia. Dios le manda plantar cedros, regar- Carlos Díaz
los, esperar a que crezcan, ir haciendo el arca... Diez palabras clave para educar en valores
y la gente cuando le veía hacer aquellos le pre-
1008. LIBRE HASTA EL FIN
guntaban y Noé respondía que si dejaban de
robar habichuelas, Dios evitaría el diluvio. Se cuenta que una vez un ejército rebelde
Pero ellos... no prestaron atención. irrumpió en una ciudad coreana y todos los
monjes del templo budista de la localidad huye-
Marie Vidal. “Un judío llamado Jesús” ron. Todos, excepto el abad. Entonces el gene-
ral rebelde que se pavoneaba por el templo se
1006. ADÁN Y EVA quedó atónito al ver que el abad no caía de
El Señor escuchó la penitencia de Adán y le hinojos inmediatamente ante él:
respondió: “Te perdono según tu palabra”. Y - ¿No sabes - rugió - que estás viendo a un
cuando el Señor vio que Adán y Eva se arrepen- hombre que puede traspasarte con su espada
tían de su pecado se llenó de compasión hacia sin un parpadeo?
ellos y los tranquilizó para que no se sintieran
desgraciados por haber sido expulsados del - ¿Y tú - replicó el abad - estás viendo a un
Paraíso donde todo era bueno. No les abando- hombre que puede ser traspasado por una es-
nó, sino que los amó para siempre. El Señor pada sin un parpadeo!
llamó al hombre y a la mujer y les dijo: “Sé que El general quedó desconcertado. Pasado un
vendrán sobre vosotros días duros, días de momento, se inclinó reverencialmente y se mar-
angustias y males que quebrantarán vuestro chó.
espíritu. Pero sabed que Yo os amo y que nada Carlos Díaz
os ha de faltar. Por eso voy a sacar de mi tesoro Diez palabras clave para educar en valores
una perla para vosotros. Héla aquí: ¡es una
lágrima! Y cuando os encontréis con una catás- 1009. LA SILLA VACÍA
trofe, derramaréis esa lágrima de vuestros ojos
Un enfermo tenía una silla vacía junto a su ca-
y os sentiréis aliviados de vuestra tristeza”.
ma. Cuando llegó un sacerdote de visita, le
comentó: “He colocado a Jesús en esa silla y

Mil textos para orar y reflexionar 297


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

estaba hablando con él hasta que llegó usted”. el funcionamiento de la llave, cómo hay que
Algunos días más tarde, cuando falleció, la hija introducirla en el agujero que tiene la puerta,
del enfermo fue a visitar al cura y le dijo: “Lo darle la vuelta a la derecha, empujar la puerta y
dejé solo un par de horas. ¡Parecía tan lleno de salir. El recluso escucha, lo intenta, lo consigue
paz! Cuando volví de nuevo a la habitación lo y queda libre.
encontré muerto. Pero noté algo raro: su cabeza La llave, dice el Maestro, son los convenciona-
no reposaba sobre la almohada de su cama, lismos religiosos. De nada sirve la llave si no se
sino sobre una silla colocada junto a la cama. usa. La llave no va a hacerlo por nosotros. Y de
Antonny de Mello nada vale el incienso y las postraciones y las
Sadhana, un camino de oración adoraciones. La llave es para abrir la puerta, no
1010. ¿HE SIDO BUENO? para venerarla en sí misma. Es para practicarla.
Hay quienes, sigue el Maestro, no quieren tener
Una pareja iba paseando por la calle con su hijo nada que ver con prácticas religiosas. Tiran la
de unos cinco años. Al ver a un pobre mendi- llave porque puede convertirse en objeto de
gando en la calle dieron una moneda al niño culto, y señalan que de hecho hay gente religio-
para que se la entregara al necesitado. sa que hace eso precisamente y convierte las
Cuando éste lo hizo, volvió sonriente diciendo: enseñanzas en culto, las instrucciones en recita-
¡Qué bueno he sido! les y las llaves en ídolos. Quizá. Pero, concluye
el Maestro, si aún te encuentras dentro de la
¿No nos pasa a nosotros que nos creemos
cárcel, la llave puede ayudarte.
buenos porque damos lo que únicamente he-
mos recibido para los demás? ¿E incluso que, Carlos G. Vallés
en lugar de darlo todo, nos reservamos una Vida Nueva 2.135 de mayo del 98
parte de ello para nosotros mismos? ¿Somos 1013. UNIÓN CON DIOS
buenos porque lo damos todo o sólo hacemos lo
que tenemos que hacer? ¿Y nos damos cuenta Érase una vez un asceta. El solitario estaba
que estamos en ese mismo momento ante meditando en un rincón, en el campo. De pronto
nuestros padres? se le presentó un ratoncillo y comenzó a oler
sus viejas sandalias. El asceta abrió sus ojos. Y
1011. ALFABETO se enfadó mucho:
Un pobre campesino que regresaba del merca- - ¿Por qué me molestas en mi meditación?,
do a altas horas de la noche descubrió de pron- gritó.
to que no llevaba consigo su libro de oraciones. - Tengo hambre, dijo el ratón.
Se hallaba en medio del bosque y se le había
salido una rueda de la carreta y el pobre hombre - Vete de aquí, estúpido ratón, añadió el asceta,
estaba muy afligido pensando que aquel día no estoy buscando la unión con Dios. No me mo-
iba a poder recitar sus oraciones. lestes.
Entonces se le ocurrió orar del siguiente modo: - ¿Cómo quieres entrar en unión con Dios, si ni
“He cometido una verdadera estupidez, Señor: siquiera estás en unión conmigo?, preguntó el
he salido de casa esta mañana sin mi libro de ratón.
oraciones y tengo tan poca memoria que no soy Misión Abierta nº 7 de septiembre de 1998
capaz de recitar sin él ni una sola oración. De
manera que voy a hacer una cosa: voy a recitar 1014. ¿DÓNDE NO ESTÁ DIOS?
cinco veces el alfabeto muy despacio, y Tú, que
Érase una vez un místico que iba se peregrina-
conoces todas las oraciones, puedes juntar las
ción a la Meca. Hacía mucho calor y las jorna-
letras y formar esas oraciones que yo soy inca-
das eran largas. Se detuvo a la sombra de un
paz de recordar”.
árbol y se durmió.
Y el Señor dijo a sus ángeles: “De todas las
Otro peregrino, que llevaba la misma ruta, vio el
oraciones que he escuchado hoy, ésta ha sido,
místico dormido; le despertó y comenzó a hacer-
sin duda alguna, la mejor, porque ha brotado de
le grandes reproches: ¡eres un desalmado, un
un corazón sencillo y sincero”.
impío, no tienes respeto a Dios, te has dormido
1012. LA LLAVE DEL CALABOZO con los pies hacia la Meca! ¡Deberías sentirte
avergonzado!
El preso está encerrado en la cárcel cuando
El sufí levantó la cabeza y pidió amablemente
Dios se le aparece, le da la llave de la prisión y
perdón. Y añadió: “¡Colócame los pies en la
le dice que la use para salir fuera y liberarse. El
dirección donde no esté Dios!
recluso queda fuera de sí por la emoción, cuelga
la llave de la pared y le reza todos los días y le Misión Abierta nº 8 de octubre de 1998
ofrece incienso y se postra ante ella. Pero sigue
en la cárcel. 1015. EL PAYASO SERIO
Desilusionado por el fracaso, pierde la fe en Sucedió una vez que se declaró un incendio
llave, en Dios, en la religión y continúa mise- entre bastidores de un teatro. El payaso salió al
rable en su calabozo. Un día un compañero escenario a informar al público. Creyeron que
escucha su historia y le abre los ojos. Le explica era una broma y aplaudieron. Repitió el aviso, y

Mil textos para orar y reflexionar 298


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

aplaudieron más fuerte. Por eso creo que el quiero al camello, le quiero.
mundo se acabará en medio de los aplausos de Le quiero, repitió el Niño.
todos los graciosos que se creerán que es una A pie vuelven los tres reyes,
broma. cabizbajos y afligidos.
Nos dicen cristianos serios que la iglesia está Mientras tanto el camello echado
perdiendo credibilidad. Y nos reímos. Nos dicen le hace cosquillas al Niño.
que en grandes regiones no hay apenas jóvenes Gloria Fuertes
que aspiren al sacerdocio y a la vida religiosa. Y 1017. VENIR SIN NADA
no le damos importancia.
Un día un monje fue a visitar a un maestro y le
Nos dicen que los jóvenes de hoy "pasan" de la
dijo: "He venido sin nada".
iglesia. Y no nos afecta, porque sabemos que la
iglesia durará para siempre. El maestro le contestó: “Entonces, déjalo por
ahí”. Si tenía la sensación de venir sin nada,
Nos dicen que impera el "cristianismo a la car-
implica que echaba en falta algo.
ta", donde cada cual toma lo que quiere de
dogmas y mandamientos y creencias y conduc- El monje no entendió nada y se enfadó. Enton-
tas, con la consiguiente confusión y anarquía y ces, tranquilamente, el maestro le dijo: “Te lo
debilitamiento de fe y costumbres. Y seguimos ruego, recógelo y vuelve a casa”.
tan tranquilos. Catherine Clément. “El viaje de Teo”
Nos están dando los avisos más serios que
pueden darse, y que son verdad porque el fuego 1018. LA PAJARITA DE PAPEL
se ha declarado ya entre bastidores. Y segui- "Tato tenía seis años y un caballo de madera.
mos riendo y aplaudiendo. Siento en el rostro
del payaso responsable su agonía en el escena- Un día su padre le dijo:
rio. A veces sueño que soy yo ese payaso. - ¿Qué regalo quieres? Dentro de poco es tu
Carlos G. Vallés. Vida Nueva 2161 de noviem- cumpleaños.
bre de 1998 Tato se quedó callado. No sabía qué pedir.
Entonces vio un pisapapeles sobre la mesa de
1016. EL CAMELLO su padre. Era una pajarita de plata sobre un
El camello se pinchó pedazo de madera. Y sobre la madera estaba
con un cardo del camino escrito:
y el mecánico Melchor PARA LOS QUE NO TIENEN TIEMPO DE HA-
le dio vino. CER PAJARITAS.
Baltasar fue a reportar,
más allá del quinto pino... Al leer aquello, sin saber por qué, el niño sintió
e intranquilo el gran Melchor tristeza por su padre y dijo:
consultaba su Longinos. - Quiero que me hagas una pajarita de papel.
- ¡No llegamos, no llegamos, El padre sonrió:
y el Santo Parto ha venido!
- Son las doce y tres minutos, - Bueno, te haré una pajarita de papel.
y tres reyes se han perdido. El padre de Tato comenzó a hacer una pajarita
El camello cojeando, de papel, pero ya no se acordaba. Fue a una
más medio muerto que vivo, librería y compró un libro. Con él aprendió a
va especulando su felpa, hacer pajaritas de papel. Al principio le salían
entre los troncos de olivos. mal, pero después de una horas hizo una pajari-
Acercándose a Gaspar, ta de papel maravillosa.
Melchor le dio al oído:
"Vaya birria de camello, - Ya he terminado, ¿te gusta?
que en Oriente te han vendido". El niño miró la pajarita de papel y dijo:
A la entrada de Belén - Está muy bien hecha, pero no me gusta. La
al camello le dio el hipo. pajarita está muy triste.
¡Ay qué tristeza tan grande
en su belfo y en su tipo! El padre fue a casa de un sabio y le dijo:
Se iba cayendo la mirra - Esta pajarita de papel está triste; inventa algo
a lo largo del camino, para que esté alegre. El sabio hizo un aparato,
Baltasar lleva los cofres, se lo colocó a la pajarita debajo de las alas y la
Melchor empujaba al bicho. pajarita comenzó a volar. El padre llevó la pajari-
Y a las tantas ya del alba, ta de papel a Tato y la pajarita voló por toda la
ya cantan los pajarillos, habitación.
los tres reyes se quedaron
- ¿Te gusta ahora?, le preguntó. Y el niño dijo:
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre - Vuela muy bien pero sigue triste. Yo no quiero
a un Niño recién nacido. una pajarita triste.
- No quiero oro ni incienso, El padre fue a casa de otro sabio. El otro sabio
ni esos tesoros tan fríos, hizo un aparato y con él la pajarita podía cantar.

Mil textos para orar y reflexionar 299


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

La pajarita de papel voló por toda la habitación de la mañana. Mis clientes son personas pobres
de Tato, y, mientras volaba cantaba una hermo- que no tienen más que un par de zapatos. Yo se
sa canción. los recojo a última hora del día y me paso la
Tato dijo: noche trabajando; al amanecer aún queda tra-
bajo por hacer si quiero que todos ellos los
- Papá, la pajarita de papel está triste; por eso tengan listos para ir a trabajar. Y mi pregunta es:
canta una triste canción. !Quiero que mi pajarita ¿qué debo hacer con mi oración de la maña-
sea feliz¡ na?".
El padre fue a casa de un pintor famoso. Y el "¿Qué has venido haciendo hasta ahora?",
pintor famoso pintó hermosos colores en las preguntó el Maestro judío.
alas, en la cola y en la cabeza de la pajarita de
papel. El niño miró la pajarita de papel pintada "Unas veces hago la oración a todo correr y
de hermosos colores. vuelvo enseguida a mi trabajo; pero eso me
hace sentirme mal. Otras veces dejo que se me
- Papá, la pajarita de papel sigue estando triste. pase la hora de la oración, y también entonces
El padre de Tato hizo un largo viaje. Fue a casa tengo la sensación de haber faltado; y de vez en
del sabio más sabio de todos los sabios. Y el cuando, al levantar el martillo para golpear un
sabio más sabio de todos los sabios, después zapato, casi puedo escuchar como mi corazón
de examinar la pajarita, le dijo: suspira: ¡qué desgraciado soy, pues no soy
capaz de hacer mi oración de la mañana...!".
- Esta pajarita de papel no necesita volar, no
necesita cantar, no necesita hermosos colores Le respondió el Maestro judío: "Si yo fuera Dios
para ser feliz. apreciaría más ese suspiro que la oración".
Y el padre de Tato preguntó: 1021. DIOS NO SE OCUPA DE LO
- Entonces, ¿por qué está triste? QUE PUEDES HACER TÚ
Y el sabio más sabio de todos los sabios le Un discípulo llegó a lomos de su camello ante la
contestó: tienda de su maestro sufí. Desmontó, entró a la
- Cuando una pajarita de papel está sola, es una tienda, hizo una profunda reverencia y dijo:
pajarita de papel triste. "Tengo tan gran confianza en Dios que he deja-
El padre regresó a casa. Fue al cuarto de Tato y do suelto a mi camello ahí fuera, porque estoy
le dijo: convencido de que Dios protege los intereses de
los que le aman".
- Ya sé lo que necesita nuestra pajarita para ser
feliz. "¡Pues sal afuera y ata a tu camello, estúpido!",
le dijo el maestro. "Dios no puede ocuparse de
Y se puso a hacer muchas pajaritas de papel. Y hacer en tu lugar lo que eres perfectamente
cuando la habitación estuvo llena de pajaritas, capaz de hacer por ti mismo".
Tato gritó:
- ¡Mira, papá!¡ Nuestra pajarita de papel ya es 1022. MEDIACIONES DE DIOS
muy feliz! Es el mejor regalo que me has hecho Un hombre se perdió en el desierto. Y más tar-
en toda mi vida. de, refiriendo su experiencia a sus amigos, les
Entonces todas las pajaritas de papel, sin nece- contó cómo, absolutamente desesperado, se
sidad de ningún aparato, volaron y cantaron por había puesto de rodillas y había implorado la
toda la habitación. ayuda de Dios.
"¿Y respondió Dios a tu plegaria?", le pregunta-
1019. TRANSFORMARSE EN FUE- ron.
GO
"¡Oh, no! Antes de que pudiera hacerlo, apare-
El sacerdote Lot fue a ver a otro sacerdote (Jo- ció un explorador y me indicó el camino.
sé) y le dijo: "Padre, de acuerdo con mis posibi-
lidades, he guardado mi pequeña regla y he 1023. ACTUAR COMO DIOS
observado mi humilde ayuno, mi oración, mi
Un día, Abraham invitó a un mendigo a comer
meditación y mi silencio contemplativo; y en la
en su tienda. Cuando Abraham estaba dando
medida de lo posible, mantengo mi corazón
gracias, el otro empezó a maldecir a Dios y a
limpio de malos pensamientos. ¿Qué más debo
decir que no soportaba oír su Santo Nombre.
hacer?
Presa de indignación, Abraham echó al blasfe-
En respuesta, el anciano se puso en pie, elevó
mo de su tienda.
hacia el cielo sus manos y apuntó hacia unas
antorchas encendidas y le dijo: "Te falta trans- Aquella noche, cuando estaba haciendo sus
formarte en eso, totalmente en fuego". oraciones, le dijo Dios a Abraham: "Ese hombre
ha blasfemado de mí y me ha injuriado durante
1020. UN SUSPIRO COMO ORA- cincuenta años, y sin embargo, yo le he dado de
CIÓN comer todos los días. ¿No podías haberlo so-
portado tú durante un sólo almuerzo?".
Un zapatero remendón acudió a un Maestro
judío, y le dijo: "No sé que hacer con mi oración

Mil textos para orar y reflexionar 300


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

1024. ANDAR PRIMERO CON EL dad hay tiempo, volvió a ascender al cielo y
volvió a llamar, con más timidez, a la puerta.
CORAZÓN
- ¿Quién es? – preguntó de nuevo la voz.
Un anciano peregrino recorría su camino hacia
- ¡Soy yo! – contestó don Enrique omitiendo
las montañas del Himalaya en lo más crudo del
esta vez sus apellidos insignes.
invierno. De pronto se puso a llover.
- ¡Vete, aquí no hay sitio para los dos! – le
Un posadero le preguntó: "¿Cómo has conse-
volvió a responder la voz.
guido llegar hasta aquí con este tiempo de pe-
rros, buen hombre?". Y de nuevo don Enrique tuvo que volver al pur-
gatorio, y de nuevo la misma historia se repitió
Y el anciano respondió alegremente: "Mi cora-
una, dos, tres, cuatro, cien veces, hasta que un
zón llegó primero, y el resto de mí le ha sido
día al preguntarle la voz, don Enrique respondió:
fácil seguirle".
- ¡Soy Tú!
1025. VIVIR ES MÁS IMPORTANTE Sólo entonces hubo sitio para él en el cielo.
QUE TEORIZAR
Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a
Un niño le preguntó a un electricista: "¿Qué es Dios”
exactamente la electricidad?".
1029. LA TENTACIÓN
"La verdad es que no lo sé, pequeño. Pero pue-
do hacer que te dé luz?". - Después de vencer una serie de terribles
(La verdad no es teórica. Fundamentalmente se tentaciones en mi cueva del desierto – ex-
le vive). plicaba el maestro a sus discípulos – exte-
nuado, desfallecido, le pregunté al Señor:
1026. CARIDAD Y NO BENEFICEN- - ¿Dónde estabas, Dios mío, mientras me
CIA atacaba la tentación?
Una enjoyada duquesa salió, a latas horas de la - Estaba en medio de tu corazón, orgulloso,
noche, de un elegante hotel de Londres donde viéndote combatir y vencer – me respondió
había cenado y asistido a un "baile de caridad" a el Señor.
beneficio de los niños abandonados. Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a
Estaba a punto de subir a su Rolls Royce cuan- Dios”
do un andrajoso pilluelo se le acercó suplicante:
"Por caridad, señora, déme seis peniques. Llevo 1030. LA FE
dos días sin comer..." Le preguntaron al maestro por qué partían tan-
La duquesa le rechazó con un gesto y le dijo: tos barcos a la mar y por qué regresaban tan
"¡Desgraciado! No te has dado cuenta de que he pocos, a lo cual él contestó:
estado bailando para ti toda la noche?" - La vela del barco de la existencia humana
es la fe. Mientras la vela existe y está izada,
1027. OCUPARSE DEL MUNDO EN- el viento conduce el barco hacia puerto.
TERO Cuando la vela no está izada o no existe,
Érase una vez un hombre que estaba constru- las palabras de los sabios son sólo viento.
yéndose una casa. Y quería que fuera la casa Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a
mas hermosa, más acogedora y más conforta- Dios”
ble del mundo.
1031. LA ORACIÓN Y LA FE
Entonces llegó alguien a pedirle ayuda, porque
el mundo estaba ardiendo. Pero lo que a él le - ¿Hay algo más importante que la oración?
interesaba era su casa, no el mundo. – le preguntó el discípulo al maestro.
Cuando, al fin, tuvo construida su casa, descu- - Ciertamente – respondió éste -. La fe es
brió que no tenía de un planeta donde colocarlo. más importante. La oración entre los mu-
sulmanes es obligatoria cinco veces al día.
1028. NO HAY LUGAR La fe, para todos los hombres realmente re-
Cuando don Enrique falleció, fue directamente al ligiosos, es necesaria en todo momento.
cielo. Nada más llegar, llamó con fuerza y de- Puedes dejar de orar por fuerza de causa
terminación a la puerta de san Pedro, que en- mayor, sin embargo en los momentos difíci-
treabrió. les tu fe ha de ser todavía más fuerte.
Además, sin la fe la oración carece total-
- ¿Quién es? – preguntó una voz. mente de valor y de eficacia: es pura hipo-
- ¡Soy yo, don Enrique Fernández del Valdi- cresía mientras que la fe sin la oración no
vieso! –contestó orgulloso. carece de valor. Las oraciones son diver-
sas, varían según los lugares, las épocas y
- ¡Vete, aquí no hay sitio para los dos! las religiones, pero la fe es siempre la mis-
Y don Enrique tuvo que instalarse en el purgato- ma.
rio. Al cabo de un tiempo, si es que en la eterni-

Mil textos para orar y reflexionar 301


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a de la verdad le ofrezcáis un espejo puro en el
Dios” que poder contemplarse.
Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a
1032. LA ÚNICA COSA
Dios”
Después que hubieran realizado todos los traba-
jos que el maestro les había encomendado, y 1035. EL HOMBRE QUE LLORÓ
que no eran pocos, éste se acercó a ellos y les Era un hombre que había nacido en la tierra de
dijo: Yen, pero que creció y se educó lejos de allí. En
- Todo lo que habéis hecho no sirve para su ancianidad le entró nostalgia de su tierra
nada. natal y decidió volver a ella.
Sorprendidos, le preguntaron por qué, y les En su viaje, sus compañeros de viaje decidieron
relató la siguiente historia: gastarle una broma. Uno le dijo al llegar a un
- Una vez un rey envió a uno de sus servido- poblado: “Este es tu pueblo”. Y él quedó muy
res a hacer un pequeño recado. Dado que serio. Otro señaló un edificio y le dijo: “Este es el
estaba muy lejos y suponía muchos días de templo al que te llevaban de pequeño”. Él suspi-
viajes y un gasto elevado, el criado decidió ró profundamente. Otro le llevó a una casa
comunicar a sus parientes y amigos su par- abandonada y le dijo: “Esta es la casa de tus
tida para ver si alguien la confiaba más re- antepasados, donde tú naciste”. El hombre se
cados y así aprovechaba más el viaje. No emocionó visiblemente. Por fin, otro compañero
se equivocó: mucha gente tenía asuntos de viaje le llevó a un cementerio, le mostró unas
que resolver y la distancia hacía que se re- tumbas antiguas y le dijo: “Éstas son las tumbas
trasaran. Por eso se los confiaron al criado. de tus antepasados”. Ante ellas el hombre se
Y aún más, todos ellos eran aparentemente postró y se deshizo en sollozos y lágrimas.
de mayor envergadura e importancia que el Viéndolo tan apesadumbrado decidieron que ya
recado que le había encomendado el rey. Y era bastante y le dijeron que todo era una bro-
así el criado partió hacia su destino, carga- ma. El hombre pidió perdón por sus emociones,
do de encargos más urgentes y rentables y no habló más por el camino.
que el que había motivado el viaje. Cuando Llegaron por fin a su verdadero pueblo y allí vio
le tocó regresar, éstos habían tomado tanto su verdadera casa donde nació y las tumbas de
tiempo que volvió sin haber podido realizar sus antepasados. Pero no se sintió mal ni lloró.
el encargo del rey.
El hombre había entendido que nuestras emo-
Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a ciones no son el resultado de lo que realmente
Dios” es, sino de lo que nosotros creemos que es.
Nuestros sentimientos no vienen de las cosas
1033. UNO MISMO
en sí, sino de nuestras creencias acerca de
El maestro les decía: “Diez mil hombres que ellas. Quien entiende eso, encuentra la paz.
vienen de fuera no pueden abrir la puerta de la Carlos G. Vallés
ciudad si dentro no tienen un cómplice. Diez mil
palabras que vienen de fuera son totalmente Vida Nueva nº2183, de mayo del 99
inútiles si no son confirmadas por el interior. Si
un árbol no tiene humedad en sus raíces, de
1036. LA CARAVANA EN EL DE-
nada la servirán diez mil torrentes”. SIERTO
Julio Peradejordi “56 cuentos para buscar a Un poderoso sultán viajaba por el desierto se-
Dios” guido de una larga comitiva que transportaba su
tesoro favorito de oro y piedras preciosas.
1034. EL ESPEJO
A mitad de camino, un camello de la caravana,
La mujer de Abdul era la más bella de la ciudad. agotado por el ardiente reverbero de la arena,
En cierta ocasión en que Abdul regresaba de un se desplomó agonizante y no volvió a levantar-
largo viaje, ésta le preguntó: se.
- ¿Qué me has traído? El cofre que transportaba rodó por la falda de la
duna, reventó y derramó todo su contenido de
- Nada más bello que tu semblante. ¿Qué
perlas y piedras preciosas, entre la arena.
iba, pues, a traerte? Sólo puedo ofrecerte
este espejo para en todo momento puedas El sultán, no quería aflojar la marcha; tampoco
contemplarte en él. tenía otros cofres de repuesto y los camellos
iban con más carga de la que podían soportar.
Así pues, prosiguió el maestro después de rela-
Con un gesto, entre molesto y generoso, invitó a
tar la historia, ¿qué creéis que le podéis ofrecer
sus pajes y escuderos a recoger las piedras
a Dios?, ¿vuestros méritos?, ¿vuestros sacrifi-
preciosas que pudieran y a quedarse con ellas.
cios?, ¿vuestras ofrendas?, ¿vuestros conoci-
mientos? ¡Él es todo conocimiento, todo mérito y Mientras los jóvenes se lanzaban con avaricia
toda belleza, más que todos vosotros juntos! sobre el rico botín y escarbaban afanosamente
Sólo desea una cosa de vosotros: que en el día en la arena, el sultán continuó su viaje por el
desierto. Se dio cuenta de que alguien seguía

Mil textos para orar y reflexionar 302


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

caminando detrás de él. Se volvió y vio que era hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió
uno de sus pajes que lo seguía, sudoroso y esconderse entre sus flores.
jadeante. -¡Un millón!- contó la LOCURA y comenzó a
- ¿Y tú - le preguntó el sultán - no te has parado buscar.
a recoger nada? La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a
El joven le respondió con dignidad y orgullo: tres pasos de la piedra. Después se escuchó a
- ¡ Yo sigo a mi rey ! la FE discutiendo con Dios en el cielo sobre
Zoología. Y a la PASIÓN y al DESEO los sintió
1037. LAS VIRTUDES en el vibrar de los volcanes.
En un descuido encontró a la ENVIDIA y, claro,
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar
pudo deducir dónde estaba el TRIUNFO. Al
de la tierra todos los sentimientos y cualidades
EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo; el solito
de los hombres. Cuando el ABURRIMIENTO
salió disparado de su escondite, que había
había bostezado por tercera vez, la LOCURA,
resultado un nido de avispas.
como siempre tan loca, les propuso:
De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al
- ¿Jugamos al escondite?
lago, descubrió a la BELLEZA. Y con la DUDA
La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CU- resultó más fácil todavía, pues la encontró sen-
RIOSIDAD, sin poder contenerse, preguntó: "¿Al tada sobre una cerca sin decidir aún de qué lado
escondite?, ¿y cómo es eso?" esconderse.
- Es un juego - explicó la LOCURA- en que yo Así fue encontrando a todos: el TALENTO entre
me tapo la cara y comienzo a contar desde uno la hierba fresca, la ANGUSTIA en una oscura
hasta un millón mientras ustedes se esconden y cueva, la MENTIRA detrás del arco iris y hasta
cuando yo haya terminado de contar, el primero el OLVIDO, al que ya se le había olvidado que
de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar estaba jugando a los escondidos.
para continuar el juego.
Pero sólo el AMOR no aparecía por ningún sitio.
El ENTUSIASMO bailó secundado por la EU-
La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo
FORIA. La ALEGRIA dio tantos saltos que ter-
cada arroyo del planeta, en la cima de las mon-
mino por convencer a la DUDA, e incluso a la
tañas y, cuando estaba por darse por vencida,
APATÍA, a la que nunca le interesaba nada.
divisó un rosal y las rosas... Y tomó una horqui-
Pero no todos quisieron participar. La VERDAD
lla y comenzó a mover las ramos, cuando de
prefirió no esconderse (¿para qué?), si al final
pronto un doloroso grito se escuchó. Las espi-
siempre la hallaban, y la SOBERBIA opinó que
nas habían herido en los ojos al AMOR. La
era un juego muy tonto (en el fondo lo que le
LOCURA no sabía qué hacer para disculparse;
molestaba era que la idea no hubiese sido su-
lloró, rogó, imploró y hasta prometió ser su laza-
ya), y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse...
rillo.
- Uno, dos, tres...- comenzó a contar la LOCU-
Desde entonces, desde que por primera vez se
RA.
jugó al escondite en la tierra,
La primera en esconderse fue la PEREZA que,
EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA LO
como siempre, se dejó caer tras la primera pie-
ACOMPAÑA SIEMPRE.
dra del camino. La FE subió al cielo, y la ENVI-
DIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, 1038. EL CIEMPIÉS
que con su propio esfuerzo había logrado subir
a la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD - Qué complicación (exclamó el Abad viendo
casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que caminar a un ciempiés) y qué maravilla: lo hace
hallaba le parecía maravilloso para alguno de tan bien que parece fácil.
sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para De pronto, le vino a la memoria una historieta
la BELLEZA; que si el bajo de un árbol, perfecto que había escuchado no sabía dónde: "El pe-
para la TIMIDEZ; que si el vuelo de la mariposa, queño ciempiés sintió que debía lanzarse a
lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD; que si una caminar, y preguntó inquieto a su madre:
ráfaga de viento, magnífico para la LIBERTAD.
Así que terminó por ocultarse en un rayito de - Para andar, ¿qué pies debo mover primero: los
sol. El EGOÍSMO, en cambio, encontró un sitio pares o los impares, los de la derecha o los de
muy bueno desde el principio, ventilado, cómo- la izquierda, los de delante o lo de detrás? ¿O
do... pero sólo para él. los del centro? ¿Y cómo? ¿Y por qué?
La MENTIRA se escondió en el fondo de los - Cuando quieras andar, hijo mío - le respondió
océanos (¡mentira!, en realidad se escondió la madre- deja de cavilar y... anda".
detrás del arco iris), y la PASIÓN y el DESEO
en el centro de los volcanes. El OLVIDO... ¡se 1039. LA SED
me olvidó dónde se escondió!... pero es no es lo Un joven inquieto se presentó a un sacerdote y
importante. le dijo:
Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR - 'Busco a Dios'.
todavía no había encontrado un sitio para es-
conderse, pues todo se encontraba ocupado,

Mil textos para orar y reflexionar 303


GOIZALDE CUENTOS Y PARÁBOLAS

El reverendo le echó un sermón, que el joven confiado al verse protegido, impenitente en


escuchó con paciencia. Acabado el sermón, el busca de la próxima ocasión para practicar
joven marchó triste en busca del obispo. impunemente sus artes. Pero, ante la bondad
- 'Busco a Dios', le dijo llorando al obispo. del Maestro, se le deshizo el orgullo, se le abrie-
ron los ojos, se le enterneció el corazón. Y vio lo
Monseñor le leyó una pastoral que acababa de que nunca había visto y entendió lo que ninguna
publicar en el boletín de la diócesis y el joven lección le podría haber hecho aprender.
oyó la pastoral con gran cortesía, pero al acabar
la lectura se fue angustiado al papa a pedirle: El ladrón no fue el único que lloró. Hubo también
lágrimas escondidas en ojos de muchachos que
- 'Busco a Dios'. se sabían culpables de faltas encubiertas que al
Su santidad se dispuso a resumirle su última no ser vistas iban quedando en su conciencia
encíclica, pero el joven rompió en sollozos sin apagada como no cometidas.
poder contener la angustia. La compasión del Maestro es la gran virtud que
- '¿Por qué lloras?', le preguntó el papa total- inspira la mejor conducta en el discípulo. Ya no
mente desconcertado. hubo más robos.
- 'Busco a Dios y me dan palabras' dijo el joven Carlos G. Vallés
apenas pudo recuperarse. Vida Nueva 2189 del 12 de junio de 1999
Aquella noche, el sacerdote, el obispo y el papa
tuvieron un mismo sueño. Soñaron que morían
de sed y que alguien trataba de aliviarles con un
largo discurso sobre el agua.

1040. DAR
Aquella tarde, la comunidad monástica hacía, en
su oratorio, una plegaria de intercesión. Una tras
otra, se escuchaban las oraciones de los mon-
jes: "Señor, te pido", "Señor, te pido", "Señor, te
pido". También el Abad hacía su plegaria: "Se-
ñor, te pido...". Por fin, todos callaron largamen-
te.
Hasta que de nuevo se dejó oír la voz del Abad:
"Ahora, Señor, dinos en qué podemos ayudarte;
te escuchamos en silencio".
Al cabo de un rato concluyó: "Gracias, Padre,
porque quieres contar con nosotros". Y todos los
monjes respondieron al unísono: "Amén".
(Porque habían comprendido que la oración,
como el amor, tiene dos tiempos: dar y recibir, y
que si falta uno de ellos, se muere.)

1041. COMPASIÓN
Uno de los discípulos fue sorprendido en el acto
de robar. Lo apresaron, denunciaron, acusaron
y esperaron el castigo ejemplar del Maestro.
Pero el Maestro no hizo nada. El descontento se
intensificó entre los demás discípulos que mur-
muraron, protestaron, amenazaron. Por fin, al
ver que no se castigaba al culpable, todos los
demás discípulos se reunieron y declararon ante
el Maestro que, si el ladrón no era expulsado, se
irían todos ellos.
El Maestro contestó: "Podéis iros. Vosotros
tenéis ya buenas costumbres y buen juicio.
Sabéis discernir el bien y el mal y actuar según
el dictamen de vuestra conciencia. Pero este
pobre hermano no distingue el bien del mal.
¿Quién le va a enseñar si yo no lo hago? Yo
seguiré enseñándole a él, aunque todos los
demás os marchéis".
El ladrón se echó a llorar. Sintió que todo deseo
de robar había desaparecido de sus entrañas.
Hasta entonces se había mostrado arrogante,

Mil textos para orar y reflexionar 304

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