Luis Zaldivar

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Citas de Hegel en La Filosofia de la Historia (1937)

En esta primera, Hegel expone cortamente lo que pudiese ser llamada la paradoja del Estado,
donde su mera existencia se ve contrariada por la fundamental idea de la libertad, en la que el Estado se
funda. La tarea dialéctica es pues encontrar la necesaria síntesis a la paradoja.

“El Estado es una abstracción, teniendo su existencia genérica en sus ciudadanos; pero es una
realidad, y su simple existencia genérica debe embarcarse así misma en actividad y voluntad. El deseo
por el gobierno y administración política en general se puede sentir; lo cual necesita la selección y
separación de los políticos del resto para poder decidir y discernir para dar leyes a otros ciudadanos, con
la intención que estos ejecuten sus planes. Por ejemplo, si la gente en una democracia resuelve ir a la
guerra, un general debe encabezar el ejército. Es solo con una Constitución que la abstracción –el
Estado- adquiere vida y realidad; pero esto envuelve una distinción sobre los que comandan y los que
obedecen. Sin embargo, la obediencia parece ser inconsistente con la libertad, y todos los que comandan
parecen hacer precisamente lo contrario de lo cual la idea del Estado fundamentalmente requiere:
liberación… (entonces) la constitución debe por lo menos ser enmarcada para que los ciudadanos
puedan obedecer lo menos posible, y que las dosis de voluntad propia sea sentida por los superiores ”

En la segunda, Hegel se refiere a la importancia de la acción en la “dialéctica de los principios

nacionales”, que recordemos estaban íntimamente relacionadas a la acción del espíritu en la su filosofía
idealista. No hay dialéctica sin acción, pes.

“La mera esencia del espíritu es la acción. Esto es lo que lo hace esencialmente lo que es; su
propio producto, su propio labor. Entonces este –el espíritu- se convierte en sí mismo, y se auto
representa como una existencia externa. De la misma manera es con el espíritu de un pueblo: es un
espíritu definido que se construye a si mismo hacia un mundo objetivo. Su mundo entonces continúa y
permanece en su religión, en su culto, sus costumbres, su constitución y leyes políticas, todas sus otras
instituciones, sus eventos y sus hazañas. Este es su afán: este pueblo! Pueblos son lo que sus hazañas
hacen. Cualquier Ingles dirá: “nosotros somos los que navegamos el océano y dominamos el comercio
mundial, los que controlan India Este y sus riquezas, los que tienen parlamento, jurado, y más. La función
del individuo es apropiarse del ser substancial y hacerlo parte de su carácter y capacidad para poder
convertirse en parte de este mundo. Porque el encuentra en la existencia de un pueblo su mundo
estable y ducho en el que debe caber. Entonces, el espíritu del pueblo disfruta y se satisface en su faena,
en su mundo.”