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MATERIAL CURSO DERECHO CIVIL II.


GUIA UNIDAD I, PRIMERA PARTE (De dos)
EN BASE A LIBRO “LOS BIENES” DEL PROF. DANIEL PEÑAILILLO
ARÉVALO.

LOS BIENES

I.-CONCEPTO Y CLASIFICACION DE LOS BIENES

PRECISIÓN TERMINOLÓGICA:
En doctrina se considera necesario distinguir las cosas de los bienes. En este
sentido, se señala que cosa en primer lugar es todo lo que ocupa un lugar en el espacio,
lo cual atribuye al concepto de cosa una identidad corporal o sensible, pero también se
consideran dentro de esta expresión a las entidades no corporales o intelectuales y las
energías. En este entendido, Alessandri señala que cosa es todo lo que, fuera del
hombre, tiene existencia, corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracta. Es
decir, en concepto de este autor, es cosa todo lo que no es persona.
Por su parte, en relación a los bienes, algunos postulan una suerte de relación de género
a especie entre las expresiones “cosas” y “bienes”. Así, definen a los bienes como cosas
que, prestando una utilidad para el hombre, son susceptibles de apropiación.

SITUACIÓN EN EL CODIGO CIVIL:


Nuestro codificador no se preocupó de entregar definiciones ni de pronunciarse respecto
de esta distinción o relación entre ambas expresiones, debiendo destacarse que las
emplea indistintamente (artículos 565 y siguientes). Lo mismo ocurre en nuestro medio
jurídico.
De hecho, nuestro Código Civil en su art.565 entiende precisamente que las cosas
pueden tener este doble carácter. Incluso, se ha sostenido que existiría una tercera
categoría de cosas, que no se encuadra en ninguna de las anteriores, que es la energía.

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REGULACIÓN:
Esta materia está regulada en nuestro Código en el Libro II “De los bienes, y de su
dominio, posesión, uso y goce”. Sin perjuicio de ello, existen una serie de otras normas
aplicables repartidas por todo el Código y en leyes especiales.

CLASIFICACIONES:
Sólo se consideran las de mayor interés.

1.-BIENES CORPORALES O INCORPORALES:


El el art.565 que: “Los bienes consisten en cosas corporales o incorporales.
“Corporales son las que tienen un ser real y pueden ser percibidas por los sentidos,
como una casa, un libro. “Incorporales las que consisten en meros derechos, como
los créditos, y las servidumbres activas.”
Esta disposición hay que vincularla con otros artículos del Código Civil: artículos 576
y 583. Así, el artículo 575 precisa que las cosas incorporales son derechos reales o
personales. Por su parte, el artículo 583 señala que sobre las cosas incorporales hay
también una especie de propiedad. Así, el usufructuario tiene la propiedad de su derecho
de usufructo.
De ello resulta que en nuestro sistema jurídico los bienes son cosas corporales o
incorporales (artículo 565); las cosas incorporales son los derechos (artículo 576); los
que pueden ser reales (definidos en el artículo 577) o personales (definidos en el
artículo 578) y sobre las cosas incorporales, es decir, sobre los derechos, existe una
especie de propiedad, que a la sazón es un derecho (artículo 583). De esta forma, los
derechos son cosas; y sobre ellos existe una especie de propiedad
En todo caso, no todos los autores están de acuerdo con esta calificación de los derechos
como cosas. En efecto, son muchos los que son contrarios a lo que denominan
“cosificación de los derechos”, pero lo concreto es que esta distinción está recogida en
nuestro ordenamiento, siguiendo la distinción que al efecto formuló el jurista romano
Gayo. En todo caso, dicho jurista no consideraba al dominio como una cosa incorporal,
evitando de esta forma la posibilidad de sostener que existencia de un derecho de
propiedad sobre el derecho de propiedad.

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En Chile, sin embargo, al menos teóricamente, no se excluyó al derecho real de dominio


de entre las cosas incorporales, pero existen algunas normas que se explican recordando
la confusión u opción gayana (artículos 583, 890 y 891).

ASPECTO RELEVANTE:
El profesor Peñailillo destaca que la anudación de estas dos decisiones: que los derechos
son cosas y que sobre esas cosas hay también una especie de propiedad, ha orientado su
aplicación en el sentido de ganar protección de los derechos de los particulares, sea de
origen contractual o de cualquiera otra fuente, lo que se traduce, por ciento, en un
fortalecimiento de ellos, en especial a través del Recurso de Protección de Garantías
Constitucionales, consagrado en el art.20 de la Constitución.
En efecto, el art.19 Nro.24 garantiza el derecho de propiedad en sus diversas especies
sobre toda clase de bienes incorporales o incorporales. De forma tal que cuando se
priva, perturba o amenaza un derecho, de cualquier naturaleza que este sea, se está
afectando el derecho de propiedad que el afectado tiene sobre el derecho amagado, y
por ende procede a su respecto el Recurso de Protección (en caso de agresiones por
parte de alguna autoridad o por particulares.
También ha adquirido relevancia en la protección de los derechos frente a “agresiones”
legislativas, que se cometen a través de la retroactividad. En efecto, si se determina que
dicha la aplicación retroactiva de una ley afecta o vulnera un derecho de un particular,
ya adquirido, se alega la existencia sobre ese derecho de una “especie de propiedad”
(artículo 583), la que tiene rango de garantía constitucional y que sólo podría se privada
por la vía de la expropiación. En estos casos, la vía que se ha propuesto es la de
inaplicabilidad de la ley por ser contraria a la Constitución.
En todo caso, hasta el día de hoy se discute respecto de las siguientes situaciones:
a)distinguir entre lo que constituye privación de un derecho, por una parte, y
limitaciones a su ejercicio, por otra.
b)distinguir un derecho de una mera expectativa o de simples facultades, prerrogativas,
opciones, etc.

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PRECISIONES EN RELACION A LOS BIENES INCORPORALES:


Las cosas incorporales o derechos pueden ser, a su vez, de dos tipos: derechos reales o
personales (artículo 576).

Derechos reales.
Conforme al artículo 577 inciso 1º “Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin
respecto a determinada persona”.
Tradicionalmente se ha dicho que el Derecho Real implica una relación directa,
inmediata entre una persona y una cosa. Es el poder máximo que se puede tener sobre
una cosa, es un señorío absoluto.
Sin embargo, esta concepción tradicional ha sido fuente de discusión. Así, se critica la
impropiedad que conlleva concebir una relación entre una persona y una cosa, puesto
que las relaciones jurídicas tienen lugar entre sujetos de Derecho.
Esto ha generado una serie de teorías, siendo la más difundida la que tiende a explicar el
derecho real como aquél que genera una obligación pasivamente universal. Conforme a
ella, el derecho real genera una obligación que el titular del derecho puede exigir
respecto de todas las demás personas consistente en obligar a que se respete el ejercicio
de sus facultades sobre una determinada cosa; a diferencia de lo que sucede en los
derechos personales donde la relación jurídica se forma entre dos sujetos de derecho en
virtud del cual el acreedor puede obligar a una prestación (objeto de la relación) sólo a
su contraparte.
Clasificación de los derechos reales:
a.2)En cuanto al contenido de los derechos reales permiten clasificarlos entre
derechos reales de goce y derechos reales de garantía.
Los primeros permiten el empleo directo de la cosa (usarla, percibir sus frutos y
disponer de la misma). Entre éstos tenemos al dominio como el cúmulo más completo
de facultades que se pueden ejercer sobre una cosa. Pero también encontramos el
usufructo o la servidumbre.
Los de garantía no otorgan facultades directas sobre la cosa, sino solo un derecho para
perseguir la cosa de manos de quien se encuentre, enajenarla por el ministerio de la
justicia y con su producto hacerse pago de un crédito. Entre éstas tenemos a la hipoteca
y la prenda como los ejemplos más típicos.

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Taxatividad:
En doctrina se discute si son sólo derechos reales aquellos que la ley crea como tales
(números clausus) o si es posible que pueda ser creados por los particulares en sus
convenciones (números apertus).
En Chile la cuestión se encuentra zanjada por la propia ley, la que no deja lugar a que
los particulares puedan crear derechos reales, correspondiendo esta naturaleza sólo a
aquellos creados por el legislador y que en el Código Civil corresponde a los
enumerados en el artículo 577 inciso 2º, y el indicado en el artículo 579. En todo caso,
no son los únicos y en leyes especiales podemos encontrar otros ejemplos (ej. derecho
de aprovechamiento de aguas (Código de Aguas).
En todo caso, si bien la voluntad de las partes no puede crear nuevos derechos reales, se
entrega en general amplia libertad para que los particulares determinen el nacimiento,
modificación, transferencia y extinción de los derechos reales en concreto.

Derechos personales.
Según el artículo 578 “Derechos personales o créditos son los que sólo pueden
reclamarse de ciertas personas, que, por un hecho suyo o la sola disposición de la ley,
han contraído las obligaciones correlativas; como el que tiene el prestamista contra su
deudor por el dinero prestado, o el hijo contra el padre por alimentos”.
El derecho personal o crédito del acreedor es la contrapartida de la obligación del
deudor.
Taxatividad: Los derechos personales son ilimitados, vale decir, son tantos cuanto los
particulares acuerden, con las modalidades que impriman sus convenciones.

Acciones:
De los derechos reales y personales emanan respectivamente las acciones reales y
personales, lo que importa especialmente para fines procesales (artículo 577 y 578)

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2.-BIENES MUEBLES Y BIENES INMUEBLES.


La clasificación tradicionalmente más importante de los bienes distingue entre bienes
muebles e inmuebles según si las cosas pueden ser transportadas de un lugar a otro sin
destruirse. El criterio mira a la movilidad o inmovilidad de los bienes.
En principio esta clasificación se aplica tanto a las cosas corporales como a las
incorporales, pero en general las normas del Código Civil se refieren fundamentalmente
a las corporales. Así, el artículo 566 señala que las cosas corporales se dividen en
muebles e inmuebles.
Pero esta clasificación, concebida originalmente para las cosas incorporales,
posteriormente se extendió a las cosas incorporales. Así, el artículo 580 precisa que
los derechos y acciones se reputan bienes muebles o inmuebles, según lo sea la cosa
en que han de ejercerse, o que se debe. Finalmente, el artículo 581 señala que los
hechos que se deben se reputan muebles.

Precisiones:
Muebles: El artículo 567 señala que son muebles las que pueden transportarse de
un lugar a otro, sea moviéndose ellas a sí mismas, como los animales (que por eso
se llaman semovientes), sea que sólo se muevan por una fuerza externa, como las
cosas inanimadas”.
Inmuebles: El artículo 568 precisa que inmuebles o fincas o bienes raíces son las
cosas que no pueden transportarse de un lugar a otro.

Importancia:
Esta clasificación, ya reconocida en el Derecho romano, fue paulatinamente adquiriendo
relevancia , hasta transformarse en una de las fundamentales. En todo caso atendida la
importancia que han adquirido los títulos representativos de participación en capitales
accionarios, ella ha ido perdiendo importancia, pero no por ello ha desaparecido y en
nuestro medio mantiene su importancia que conlleva respecto de los inmuebles una
regulación especial.
En todo caso, tratándose de ciertos bienes muebles el legislador ha creído necesario
dotar a ciertas categorías de los mismos de una regulación especial o como las naves, las
acciones de sociedades anónimas, disponiendo solemnidades a su respecto con fines de
protección.

Aplicación de la clasificación:
1. La venta de bienes raíces está sujeto a solemnidades que no se exigen respecto de
los bienes muebles. Artículo 1801;
2. La tradición de los bienes raíces se efectúa mediante la inscripción del título en
el conservador (artículo 686); en cambio, la tradición de los muebles se efectúa por la
simple entrega, real o ficta, de la cosa (artículo 684). Es decir, los bienes raíces están
sometidos a registro (Conservatorio de Bienes Raíces) a diferencia de los bienes
muebles, que no están afectos a registro alguno, salvo algunas excepciones, como en el
caso de los vehículos motorizados o de las naves y aeronaves, que cuentan con registros
especiales;
3. Para adquirir por prescripción ordinaria el dominio de los bienes inmuebles
requiere de un plazo de posesión mayor (5 años) que el exigido respecto de los
bienes muebles (2 años). Artículo 2508.

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4. Para que los herederos puedan disponer de los bienes raíces se requiere cumplir
mayores formalidades que tratándose de bienes muebles. Artículo 688.
5.En las reglas de la sociedad conyugal: Los bienes muebles aportados al matrimonio
o adquiridos durante el mismo por cualquiera de los cónyuges siempre ingresan al haber
de la sociedad conyugal; en cambio los bienes raíces a veces no ingresan a dicha
sociedad, como por ejemplo los que se adquieren antes del matrimonio o durante el
mismo a título gratuito por uno de los cónyuges. Artículos.1725 y siguientes.
6. La acción rescisoria por lesión enorme en caso de venta o permuta sólo procede
respecto de bienes raíces. Artículo 1891.
7. La enajenación de los bienes raíces del pupilo requiere de más formalidades que
la de los bienes muebles, como en el caso de los artículos .393 y 394.
8. Los inmuebles están protegidos por las acciones posesorias contenidas en los
artículos .916 y siguientes, amparo de que no gozan los muebles.
9. Desde el punto de vista de las garantías, existen derechos reales diferentes: la
hipoteca (artículos.2407 y siguientes.) respecto de los inmuebles y prenda respecto
de los muebles (artículos 2384 y siguientes).

10. Los delitos de hurto y robo sólo tienen lugar respecto de bienes muebles; para
los bienes raíces se reserva el delito de usurpación.
11. En materia de competencia de los Tribunales de Justicia, y salvas las
excepciones legales, cuando se ejerce una acción inmueble será competente el Juez del
lugar en que esté ubicado el inmueble sobre el cual la acción recae; tratándose de
muebles será competente el Juez del lugar en que debe cumplirse la obligación.

Clasificación:
1) Bienes muebles: se subclasifican en:
1.1) Muebles por naturaleza: son los que pueden transportarse de un lugar a otro,
sea moviéndose ellos a sí mismos, como lo animales, que por eso se llaman
semovientes; sea que se muevan por una fuerza externa, como las cosas inanimadas
(artículo 567),
Es necesario destacar que la distinción entre semovientes e inanimadas carece de
interés práctico, ya que ambas están sujetas a unas mismas normas.
1.2) Muebles por anticipación: se trata de bienes inmuebles por naturaleza, por
adherencia o por destinación que, para el solo efecto de constituir un derecho sobre
ellos en favor de otra persona que el dueño, se reputan muebles antes de su
separación del inmueble a que pertenecen. (artículo 571).
El artículo 571 entrega ejemplos: las yerbas de un campo, la madera y fruto de los
árboles, los animales de un vivar, la tierra o arena del suelo, los metales de una mina y
las piedras de una cantera.
En concreto, se trata de bienes inmuebles que para el sólo efecto de constituir derechos
en favor de terceros distintos del dueño, se reputan o consideran muebles, y por ende se
regirán por las reglas aplicables a este tipo de bienes, lo que es la consecuencia más
relevante de esta distinción.
En este sentido, se explica lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 1801, que
exceptúa la solemnidad de otorgarse por escritura pública la venta de bienes inmuebles
que, por constituirse con dicha venta derechos en favor de terceros, se convierten en
bienes muebles por anticipación..

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2) Bienes inmuebles: se subclasifican en:


2.1) Bienes inmuebles por naturaleza: Son los que corresponden al concepto antes
señalado.
El art.568 en su primera parte se refiere propiamente a éstos: “Inmuebles o fincas o
bienes raíces son las cosas que no pueden transportarse de un lugar a otro; como las
tierras y minas...”. Completa la idea el inciso segundo que señala: “Las casas y
heredades se llaman predios o fundos”.
Las tierras comprenden el suelo y el subsuelo, constituyendo un elemento natural
fijo.
Las minas son los depósitos de sustancias minerales formadas en forma natural y
existentes en el subsuelo. El yacimiento mismo es inmueble, pero las sustancias
minerales, una vez separadas de la mina pasan a ser muebles.

2.2) Bienes inmuebles por adherencia: son bienes muebles por su naturaleza pero
que se reputan inmuebles por estar adheridos permanentemente a un bien raíz,
parte final del inciso primero del artículo 568.
De esta forma, para encontrarnos ante un bien inmueble por adherencia es necesario:
a)que se trate de un bien mueble que se encuentre adherido a un inmueble, y
b) que la adhesión sea permanente, y por tanto, mantienen esta calidad no obstante
separárselos transitoriamente, como lo señala el art.573.
En este sentido, se señala que los edificios son bienes inmuebles por adherencia,
expresión que debe tomarse en un sentido amplio, esto es, toda construcción efectuada
por el hombre, mediante unión de materiales adherida al suelo, a fin de servir de
habitación sea con fines de morada, con fines comerciales, de servicio, profesionales,
industriales, etc.
Los árboles, plantas y todos los vegetales, en general, serán asimismo bienes inmuebles
por adherencia mientras estén fijados al suelo por sus raíces, conforme el artículo 569.
Esta disposición excluye de los inmuebles por adherencia las plantas emplazadas en
macetas o cajones, pues ello las hace perfectamente movibles.
Los productos o frutos de los inmuebles mantienen la calidad de inmuebles hasta la
cosecha de los mismos, momento en el cual, a raíz de su separación, dejan de ser
inmuebles y se transforman en muebles por naturaleza.

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2.3) Bienes inmuebles por destinación: son los bienes muebles por naturaleza que,
por estar permanentemente destinadas al uso, cultivo o beneficio de un inmueble,
se reputan inmuebles por destinación, no obstante no perder su capacidad de
moverse de un lugar a otro. Artículo 570.
Se trataría de una ficción que no corresponde a la naturaleza real de las cosas, pero
que se justifica por razones de orden práctico, pues se trata de bienes que se
destinan al mejor aprovechamiento de un inmueble, con prescindencia de quien es
el dueño del mismo. Esto justifica las normas de los artículos.1118, 1121, 1830 y 2420,
todas normas que consideran que este tipo de inmuebles se transfieren o se consideran
conjuntamente con la finca a la que benefician, en especial cuando nada se dice respecto
de ellos en el contrato respectivo.

Requisitos:
a)que se trate de un bien mueble destinado al uso, cultivo o beneficio de un
inmueble y
b) que la destinación sea permanente.

El art.570 en los incisos 2º a 6º contiene ejemplos de bienes muebles por destinación,


pero que, además de tratarse de una enumeración no taxativa sino sólo a modo de
ejemplo, algunos (los casos enumerados en los incisos 2º y 3º) no corresponden
propiamente a inmuebles por destinación sino que a inmuebles por adherencia.
Complementa esta numeración lo dispuesto en el art.572 respecto de los bienes
suntuarios o de ornamentación.
Se ha dicho que la calificación de un bien inmueble por destinación implica
valoraciones de hecho y de Derecho. Así, establecer que un determinado bien está
destinado al uso, cultivo o beneficio de un inmueble corresponde a una calificación de
hecho; mas determinar si ese bien destinado al uso, cultivo o beneficio debe calificarse
de inmueble por destinación corresponde una valoración de Derecho.

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2.4)Inmuebles (predios) rústicos y no rústicos; urbanos y rurales:


Estas calificaciones han adquirido notoria importancia en la actualidad ya que se han
dictado estatutos diferenciados para cada categoría. Por ejemplo, en materia de bienes
rústicos cabe destacar las normas elaboradas a propósito de la denominada Reforma
Agraria (Ley 16.640); por su parte, en materia de predios urbanos, existe variada
normativa como la Ley General de Urbanismo y Construcciones y su Ordenanza.
Si bien a veces se las confunde, es necesario aclarar que se trata de categorías
diferentes.
Así, conforme el artíxulo1º letra a) de la Ley 16.640 predio rústico corresponde a
todo inmueble susceptible de uso agrícola, ganadero o forestal, esté situado en
sectores urbanos o rurales. De esta forma, si no admiten tales usos, los inmuebles
serán no rústicos.
Por su lado, predio urbano es el que está situado dentro del radio urbano de las
ciudades, y rural será el que esté ubicado fuera de dichos límites.
De esta forma, la primera clasificación atiende a criterios funcionales, la segunda a
criterios geográficos o territoriales.

Interés práctico:
Son tan relevantes las regulaciones de los inmuebles según sean urbanos o rurales, o
rústicos y no rústicos, que puede hablarse perfectamente de estatutos especiales para
cada especie de inmuebles. Los bienes inmuebles urbanos no rústicos son los que
presentan una mayor regulación.
Nuestro Código hace referencia a estas categorías en los artículos.407, 1749 y 1756,
aunque pareciera que la referencia a predio rústico corresponde más bien a fines
geográficos que funcionales.

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3.-MEDIOS DE PRODUCCIÓN Y BIENES DE CONSUMO.


Bienes o medios de producción: son los que están destinados a producir otros
bienes;

Bienes de consumo a los que están directamente destinados a la satisfacción de


necesidades personales. Estos pueden ser esenciales y no esenciales, según su
carácter de imprescindibles o no para la normal subsistencia y desenvolvimiento
de las personas.

Se trata de una clasificación funcional, un determinado bien podrá ser en una


determinada situación un bien de consumo y para otros un medio de producción, pero
que no tiene consagración legal expresa en nuestro ordenamiento jurídico, sin perjuicio
de algunas manifestaciones indirectas (ej: impositivas)

4.-BIENES CONSUMIBLES Y NO CONSUMIBLES.


Esta clasificación sólo se aplica a los bienes muebles y en nuestro ordenamiento
aparece recogida en el artículo 575 aunque en dicha disposición el legislador,
erradamente, se refiere a bienes fungibles o no fungibles, confundiendo la fungibilidad
con la consumibilidad. En efecto, si bien el artículo 575 hace referencia a los bienes
fungibles y no fungibles, en realidad se está refiriendo a los consumibles y no
consumibles.

Precisiones:
Es posible distinguir entre la consumibilidad objetiva y subjetiva.
Un bien es consumible objetivamente cuando se destruye (consume) natural o
civilmente por el primer uso. Así, un bien es naturalmente consumible cuando
desaparece o sufre una alteración substancial con el primer uso que se hace del
mismo, como por ejemplo, un alimento. Es civilmente consumible un bien cuando su
primer uso importa enajenación, como por ejemplo, el dinero. De esta forma,
serán no consumibles, natural o civilmente, los bienes que no se destruyen con el
primer uso, lo que no implica que no lleguen a deteriorarse en algún momento por
su uso constante y repetitivo.
Por su parte, son subjetivamente consumibles los bienes que, conforme al destino
que tienen para su actual titular, pueden destruirse o enajenarse con el primer uso.
Así, un libro que objetivamente es un bien no consumible, puede serlo subjetivamente
para el dueño de una librería. Y son subjetivamente no consumibles los bienes que,
atendido al destino que tienen para su actual titular, no importan su destrucción o
enajenación al primer uso. Así, un alimento o moneda podrá ser subjetivamente no
consumible cuando se los emplea para fines artísticos u ornamentales.

No hay que confundir estas categorías con la característica de ser un bien de fácil
corruptibilidad, es decir, de bienes que deben consumirse en breve tiempo en razón de
la rapidez con que pierden sus condiciones para el consumo. Respecto de estos bienes
se contemplan normas especiales como la del artículo 488 del Código Civil y la del
artículo 483 del Código de Procedimiento Civil.

5.-BIENES FUNGIBLES Y NO FUNGIBLES.

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Bienes fungibles: serían aquellos que por presentar una cierta igualdad de hecho,
se les otorga un mismo poder liberatorio. También se consideran fungibles los bienes
que pertenecen a un mismo género y se encuentran en el mismo estado.
Bienes no fungibles: serían aquellos que no son susceptibles de ser sustituidos por
otros, vale decir, que no son iguales y no tienen el mismo poder liberatorio.

Esta clasificación se ha extendido a los servicios, considerándose fungibles aquellos


que por su naturaleza no requiere de destrezas o aptitudes especiales, siendo no
fungibles los que si requieren de tales destrezas o aptitudes.
Esta clasificación ha tenido cada vez más importancia debido al incremento de la
producción en cadena, que genera gran cantidad de bienes de iguales características.
En Chile, por el tenor del art.575 inc.1º impide hacer esta extensión.

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Relación entre consumibilidad y fungibilidad:


Se trata de cualidades diferentes. En efecto, la consumibilidad hace referencia a la
destrucción de un bien por el primer uso. En cambio, la fungibilidad dice relación con
la posibilidad de reemplazar un bien por otro del mismo género y características. Sin
perjuicio de ello, suelen confundirse, lo que se explica en razón de ser las cosas
consumibles generalmente fungibles. Así, el dinero, un determinado alimento, etc. Sin
embargo, existen cosas no consumibles que son fungibles, como un libro y todas las
demás cosas que se producen en serie. Y, asimismo, existen cosas consumibles que no
son fungibles, como un banquete especialmente preparado.
Pero esta cercanía de conceptos ha provocado algunas confusiones en el uso de estos
términos, incluso por el legislador, en el art.575 que emplea la expresión fungible, no
obstante referirse a las cosas consumibles.

6.-BIENES PRINCIPALES Y ACCESORIOS.


Bienes principales: son los que tienen existencia independiente, sin necesidad de
otros.
Bienes accesorios son los que requieren de otros para poder subsistir (éstas pueden
ser: integrantes (componentes), pertenencias (por destinación) y accesorias en
sentido estricto)
El suelo es ejemplo de bien principal; las plantas y los árboles, de los segundos.
Esta clasificación también afecta a los bienes incorporales; así, la servidumbre es
accesoria del dominio.
Si bien nuestro Código no formula explícitamente esta clasificación, variadas normas se
refieren a ella, como los artículos.587, 1122, 1127 y 1830.

Importancia práctica:
Todo cuanto sea accesorio seguirá la suerte del bien principal al que se encuentre
ligado. Así, respecto de los bienes corporales, los inmuebles por adherencia o por
destinación siguen la suerte del inmueble por naturaleza, de manera que si este último se
transfiere, en la transferencia se entenderán incorporados los primeros.
Por su parte, tratándose de bienes incorporales, la prenda y la hipoteca son a su vez
accesorios del crédito principal (artículo 46).

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7.-BIENES DIVISIBLES E INDIVISIBLES.


Bien divisible: es que el admite división física o intelectual sin perder por ello su
individualidad.
Bien Indivisible: es el que no admite tal división.

Esta clasificación se realiza desde un punto de vista jurídico y no desde la


perspectiva de la física, pues para ella, todos los bienes son divisibles.
Desde un punto de vista jurídico un bien es material o físicamente divisible cuando
puede separarse desde el punto de vista físico sin detrimento, como por ejemplo un
kilo de azúcar o un litro de agua; pero un animal será indivisible.
Son intelectualmente divisibles las cosas que pueden fraccionarse en partes ideales,
imaginarias, aunque no admitan división física, como el dominio. Desde este punto
de vista en general todos los bienes corporales e incorporales son susceptibles de
división. Pero los bienes incorporales sólo admiten división intelectual ya que, al
carecer de consistencia material son físicamente imposibles de dividir.
No obstante lo anterior, existen algunos derechos no susceptibles de división, ya
que sólo pueden ejercerse sobre el todo, como la servidumbre, que aunque sean
titulares de ella varias persona, cada una ejerce su derecho independientemente y sobre
toda la finca sirviente (en realidad existen tantos derechos de servidumbre como
titulares, artículo 827 inc.1º).
En este sentido, los derechos personales son divisibles o indivisibles según lo sea la
obligación que es su contrapartida. Por su parte, los derechos reales pueden ser
divisibles, como el dominio, o indivisibles, como la servidumbre, la prenda y la
hipoteca.

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8.-BIENES SINGULARES Y UNIVERSALES.


Bienes singulares: son los que constituyen una unidad, sea natural o artificial, con
existencia real en la naturaleza. Por ejemplo un caballo, un libro, un automóvil, un
edificio.
Bienes universales: son universalidades las agrupaciones de bienes singulares que,
no obstante no tener una conexión física entre sí, se encuentran ligadas unas a
otras por existir entre ellas determinados vínculos que las hace formar un todo.

Las universalidades:

Aproximación conceptual:
Para precisar el concepto de universalidad es necesario distinguir entre
universalidades de hecho y de Derecho.

Universalidades de hecho o universitas facti: Es el conjunto de bienes muebles que,


no obstante conservar su individualidad, forman un solo todo al encontrarse
ligados por un destino común, generalmente económico. Ej. típico: el
establecimiento de comercio.

Características distintivas:
1)Los bienes que componen la universalidad pueden ser de igual o diferente naturaleza;
2)Los bienes que componen la universalidad mantienen su individualidad, función y
valor.
3)El vínculo o factor de conexión de los bienes es una misma destinación, generalmente
económica.
4)La universalidad de hecho solo comprende bienes, es decir activos, y nunca pasivos.
5) Dentro de las universalidades de hecho se han llegado a distinguir las colecciones
(constituidas por bienes singulares de naturaleza homogénea, como una biblioteca) y las
explotaciones (formada por bienes de diversa naturaleza, incluyendo incluso bienes
incorporales, unidos sólo por una destinación común, como un establecimiento de
comercio).

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Universalidades de Derecho o universitas iuris: Es el conjunto de bienes y


relaciones jurídicas activas y pasivas consideradas como un todo por la ley.

Características distintivas:
1)Está compuesta de activo y pasivo, los que se relacionan funcionalmente, es decir,
el activo debe responder del pasivo.
2)Estas universalidades existen por disposición legal , a diferencia de las
universalidades de hecho, que sólo existen por la voluntad de los particulares.
3)Están compuesta de todo tipo de bienes, corporales e incorporales. Sin embargo,
no obstante que cada bien mantiene en los hechos una individualidad, función y
valor propio, jurídicamente pertenecen a un todo común.

En Chile la universalidad más típica es la herencia. Sin embargo, y con bastantes


detractores, se señalan como tales la sociedad conyugal, el patrimonio del fallido, el
patrimonio reservado de la mujer casada, e incluso, el patrimonio de toda persona.

Nuestra legislación, como es la regla general en el Derecho Comparado, no contiene


una regulación sobre las universalidades. Sin embargo, hay ciertas normas que se
refieren a ambos tipos de universalidades, de hecho y de derecho, en los artículos.1317
y 2304 (que distinguen entre bienes singulares y universales), el artículo 951 (que
señala que la herencia es una universalidad de Derecho) y el artículo.788 (que contiene
un caso de universalidad de hecho).

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9.-BIENES ESPECÍFICOS Y GENÉRICOS.


Esta clasificación está relacionada con la determinación de las cosas.
Bienes específicos: son aquellos que por sus características propias o especiales se
les distingue de todas las demás de su mismo género o especie. Se las denomina
cuerpos ciertos.
Bienes genéricos: son aquellos que se encuentran determinados por los caracteres
comunes a su género o especie. Ej: Un caballo. Incluso se puede ser aun más
específico sin llegar a perder el carácter genérico: un auto marca Chevrolet, año 2005,
color azul.
Esta clasificación no aparece consagrada explícitamente en el Código, pero existen
varias disposiciones que se refieren a este tipo de cosas, como los artículos.951, 1508,
1509 y 1590.

Importancia práctica de la clasificación:


1)en relación a la prueba de la identidad de la cosa, que en materia de especies o
cuerpos ciertos deberá ser mucho más precisa, de manera que permita identificar la
especie respectiva;
2) en relación a la conservación de la cosa, ya que el deudor de cuerpo cierto está
obligado a conservar la cosa hasta entregarla al acreedor, por lo que tiene deberes de
custodia (artículos 1548 y 1549); en cambio el deudor de género no tiene esta
obligación ya que cumplirá su obligación entregando cualquier miembro del respectivo
género, y por tanto mientras la cosa esté en poder del deudor podrá enajenarlas o
destruirlas sin que el acreedor pueda oponerse (artículo 1510).
3)en relación a la pérdida de la cosa, pues cuando la pérdida de una especie o
cuerpo cierto es fortuita, la obligación se extingue; lo cual no siempre ocurre en las
obligaciones de género, pues el género no perece (artículo 1510), salvo situaciones
muy extremas, cuando perecen todos los individuos de un determinado género.

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10.- BIENES SIMPLES Y COMPUESTOS.


Bienes simples: son los que presentan una estructura uniforme y no admiten
divisiones en partes que adquieran una propia individualidad. Forman un todo
orgánico. Ejemplo: una planta, un animal, un roca, etc.
Bienes compuestos o complejos: son los formados por dos o más cosas simples
unidas, fusionadas o mezcladas, que pierden por ello su individualidad. Forman un
todo mecánico. En general, son bienes compuestos, los creados por la mano del
hombre, como un automóvil, una escultura, un banquete, etc.
En los bienes compuestos, eventualmente se podrá separar en forma temporal uno de
sus componentes, el que sigue formando parte del bien compuesto, y por ende la
relación jurídica que se forme sobre dicho bien afectará a la parte separada
temporalmente, salvo que la separación sea definitiva, caso en el cual la parte separada
habrá alcanzado independencia, como por ejemplo, una rueda de un auto.
Esta clasificación a veces se analiza a propósito de los bienes accesorios, ya que su
importancia estriba en que en los bienes compuestos la relación jurídica alcanza a todo
el conjunto, no obstante que haya algunas de sus partes separadas transitoriamente.

11.-BIENES PRESENTES Y FUTUROS.


Esta clasificación atiende a si los bienes existen al momento de formarse una relación
jurídica.
Bienes presentes: son los que al momento de establecerse la relación jurídica
tienen una existencia real;
Bienes futuros: son los que no existen al momento de crearse la relación jurídica
pero se espera que existan.
Se trata, pues, de una clasificación jurídica puesto que sólo son bienes los presentes.
La clasificación no tiene consagración legal precisa, pero existen varias disposiciones
que se refieren a este tipo de bienes, como nuestros conocidos artículos 1461 y
1813.

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Es interesante destacar que la futureidad puede mirarse desde un punto de vista


objetivo, es decir, de cosas que realmente no existen pero que se espera que existan.
Pero también puede mirarse desde el punto de vista de las partes, des decir, de
cosas que al momento de establecerse la relación jurídica no existen en poder de
una de las partes, pero se espera que en el futuro lo adquiera (artículo 1811).

Finalmente, en materia de bienes futuros, éstos pueden tener una existencia


esperada con un alto grado de certeza; o bien, si la existencia del bien futuro no es
cierta, tendrá existencia aleatoria (artículo 1813).

12.-BIENES COMERCIABLES E INCOMERCIABLES.


Los bienes se clasifican en comerciables o incomerciables según puedan ser o no objeto
de relaciones jurídicas privadas.

Bienes comerciables: son los que pueden ser objeto de relaciones jurídicas
privadas, son bienes que están en el comercio y por ende puede recaer sobre ellos un
derecho real o bien puede constituirse a su respecto un derecho personal. Se
refieren a estos bienes los artículos.1461 y 2498.

Bienes incomerciables: son los que no admiten relación jurídica ninguna, y por
ende no pueden existir a su respecto ni derechos reales ni personales.

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Clases de bienes incomerciables:


Entre los bienes incomerciables pueden distinguirse ciertas categorías:
1)los bienes que la naturaleza ha hecho incomerciables, como la alta mar, el aire, la
luz del sol, etc., son las únicas que son propiamente incomerciables.
Pero no sólo estas cosas están fuera del comercio humano sino que ellas tampoco
merecerán calificarse de “bienes” (artículo.585).
2)los bienes incomerciables en razón de su destino, como las plazas, calles y demás
bienes nacionales de uso público (artículo.589).
Estas cosas se han sustraído del comercio humano en razón de su destino, de manera
que mantendrán tal calidad mientras mantengan su destinación. Sin embargo, algunas de
estas cosas eventualmente se permite constituir ciertas relaciones jurídicas, como sucede
con las concesiones que otorga la autoridad.

Cabe destacar que no debe confundirse la incomerciabilidad con la inalienabilidad,


conceptos revisados al analizarse los números.1 y 2 del artículo 1464, que habrá de
tenerse presente en esta materia.

13.-BIENES APROPIABLES E INAPROPIABLES.


Esta clasificación se relaciona con la anterior pero se centra exclusivamente en el
dominio, clasificando los bienes según sean o no susceptibles de dominio, en bienes
apropiables e inapropiables.
Entre las cosas absolutamente inapropiables encontramos aquellos bienes que la
naturaleza ha hecho común a todos los hombres.
Entre los bienes apropiables podemos distinguir entre los bienes apropiados e
inapropiados; y los bienes susceptibles de apropiación por los particulares, y los
bienes que no son susceptibles de tal apropiación.

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1)Bienes apropiados e inapropiados:


Bienes Apropiados: son los que se encuentran en el dominio de algún sujeto.
Bienes Inapropiados: son los que, siendo susceptibles de apropiación, carecen
actualmente de dueño. (Un bien podrá carecer de dueño porque nunca han tenido
propietario (res nullius) o, porque habiéndolo tenido, su dueño los ha abandonado
con la intención de desprenderse del dominio sobre los mismos (res derelictaes).

En Chile esto sólo es posible que suceda con los bienes muebles (mostrencos), ya
que los inmuebles (vacantes) tendrán, a falta de otro titular, como dueño al Estado
(artículo 590).

2)Bienes susceptibles de apropiación por los particulares y bienes no susceptibles


de tal apropiación por éstos.
Son bienes susceptibles de apropiación todos aquellos que pueden formar parte del
patrimonio de los particulares.
Sin embargo, existen bienes que, por su naturaleza o actual destinación, deben
pertenecer a toda la comunidad, como los denominados bienes nacionales de uso
público.
Sin embargo, muchos de los bienes inapropiables dependen de decisiones políticas y
económicas, como por ejemplo la decisión de a quienes deben pertenecer los
medios de producción, o los medios de producción más importantes: al Estado o a
los particulares.
Muchas veces determinados bienes se reservan al Estado, por su importancia
económica, por su relevancia estratégica o por otras razones.
Nuestro país ha transitado en uno y otro sentido en los últimos 40 años, siendo la
tendencia actual a desprenderse de los medios de producción que aun conserva: las
empresas energéticas, las empresas sanitarias, las empresas portuarias, la gran minería
del cobre, etc. A veces la legislación ha reservado bienes al dominio estatal, como
sucede con las aguas y las minas, pero la propia legislación establece un régimen de
concesiones para aprovecharse dichos bienes por los particulares, aunque a veces
califica a algunos de estos como no concesibles, por ejemplo los hidrocarburos líquidos
o gaseosos y el litio, o bien los yacimientos mineros emplazados en determinadas zonas
estratégicas, como las zonas fronterizas; o tienen regímenes especiales intermedios,
como el uranio.

14.-BIENES PRIVADOS Y BIENES NACIONALES.


En Chile se denomina bienes privados o bienes particulares a los susceptibles de
apropiación por los particulares; y bienes nacionales a los bienes de la nación
Esta clasificación distingue los bienes según el patrimonio al cual pertenezcan.
Especial atención nos merecen los bienes nacionales, que estarán regidos por
disposiciones de Derecho Público y respecto de los cuales sólo haremos algunas
precisiones conceptuales en base a las pocas normas que sobre ellos encontramos en
nuestro Código Civil (principalmente el Libro II, Título III, artículos.589 a 605).

Clasificación de los bienes nacionales: (artículo 589)


1)Bienes nacionales de uso público:

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También llamados bienes públicos, son aquellos cuyo dominio pertenece a la nación
toda y su uso a todos los habitantes de la nación, como el de calles, plazas, puentes y
caminos, el mar adyacente y sus playas (art.589 incs.1º y 2º).
Su tuición se encarga a diversas autoridades, como las Municipalidades, el Ministerio de
Obras Públicas, el Servicio de Vivienda y Urbanización, las Fuerzas Armadas o el
Ministerio de Bienes Nacionales.
Características distintivas:
1)Su uso pertenece a todos los habitantes del país;
2)Son incomerciables, por su propio destino. De esta forma, no son susceptibles de
posesión exclusiva ni dominio privado;
3)Sobre algunos de estos bienes la autoridad puede otorgar “permisos” o
“concesiones” en favor de los particulares sobre parte determinadas de estos
bienes, para destinarlos a fines específicos que benefician, en último término, a
toda la comunidad. Los artículos.599 y 602 se refieren a estas autorizaciones.

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En todo caso, mucho se ha discutido sobre la naturaleza jurídica de estos permisos


o concesiones, y se han postulado soluciones como por ejemplo que se tratarían de
un derecho real civil a favor del concesionario, de un derecho real administrativo o
de un simple permiso de ocupación.
Estos bienes adquieren y pierden la calidad de tales por su afectación o
desafectación a un destino de uso público.

Se suele distinguir diversos estatutos para diversas categorías de estos bienes. Haremos
una breve referencia a cada una de ellas:
1.1)Dominio público marítimo: Es el que se tiene sobre ciertas porciones del mar. A
ella se refieren fundamentalmente los artículos .593 y 596.
El mar es posible dividirlo en alta mar y mar adyacente.
El alta mar es una cosa común a todos los hombres y su uso regula por el Derecho
Internacional.
El mar adyacente es el que se encuentra próximo a la costa y consta de las
siguientes secciones:
i)mar territorial: es la porción de mar que se extiende hasta la distancia de 12
millas marinas medidas desde la línea de base.- Es un bien nacional de uso público
(artículo 593).
ii)zona contigua: Se extiende hasta la distancia de 24 millas marinas medidas desde
la línea de base (si bien las primeras 12 millas constituyen también el mar
territorial).conforme el artículo 593 la zona contigua no es bien nacional de uso
público, pero sobre ella el Estado ejerce jurisdicción con fines de policía y
seguridad.
En todo caso, la zona contigua se extiende hasta las 200 millas marinas sobre las
cuales el Estado extiende soberanía para los fines de explorar, explotar, conservar y
administrar los recursos naturales vivos y no vivos de las aguas subyacentes al
lecho, del lecho y del subsuelo del mar. Esta zona se denomina “zona económica
exclusiva” establecida por D.S.432 de 1954 que aprobó el Tratado entre Chile, Ecuador
y Perú sobre explotación y conservación de las riquezas del Pacífico Sur (art.596).

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También son bienes nacionales de uso público las playas de mar, definidas en el
artículo 594.
Los artículos.612 a 614 facultan a los pescadores para utilizar las playas de mar y las
tierras contiguas en usos de pesca.
El artículo 604 establece algunas limitaciones para el uso de las playas por naves
nacionales o extranjeras.
Existe una variada normativa que regula el Derecho Público Marítimo como el DL 2222
sobre Ley de Navegación; el DFL 292 sobre Ley Orgánica de la Dirección General del
Territorio Marítimo y de Marina mercante; el DL 3059 sobre Concesiones Marítimas;
Ley General de Pesca y Acuicultura, y una serie de textos legales y reglamentarios
anexos a los anteriores.

1.2) Dominio público fluvial y lacustre. Todas las aguas existentes en el territorio
nacional son bienes nacionales de uso público (artículo 595).
Sin embargo, sobre ellas los particulares pueden constituir “derechos de
aprovechamiento de aguas” regidos por el Código de Aguas y calificados como
derechos reales por el citado Código.

1.3) Dominio público terrestre: Comprende todos los bienes nacionales de uso
público existentes sobre el territorio del Estado: calles, plazas, puentes, caminos,
etc. (artículo 589)
Su uso y goce está entregado a todos los habitantes, reglamentándose en diversos
cuerpos legales, como la Ley Orgánica de Municipalidades, la Ley General de
Urbanismo y Construcciones, y la Ley de Caminos.
Los particulares podrán construir caminos y puentes al interior de sus propiedades, lo
cual no transforma a esos bienes en públicos, ni aun en el evento que permita su uso
general (art.592).

1.4) Dominio público aéreo: En general se afirma que el dueño de un terreno lo es


también del espacio que existe sobre él. La verdad es que el espacio aéreo, entidad
vacía, no es un bien ni una cosa, y habitualmente el aire que existe en él es un bien
común a todos los hombres. Lo que se quiere afirmar que el propietario de un terreno
puede ocupar el espacio que sobre dicho terreno existe, para levantar construcciones,
establecer plantaciones, etc.
A su vez, cuando se habla de que el Estado tiene soberanía sobre el espacio ubicado
sobre su territorio, quiere decirse que él es el facultado para regular la utilización
de dicho espacio.
Sin embargo, actualmente el uso y aun más la propiedad del espacio aéreo es un tema
bastante discutido a nivel mundial, existiendo al efecto diversos tratados de los cuales se
han formado nuevas disciplinas jurídicas, como el Derecho Aéreo y el Derecho Espacial
o Cósmico. En Chile destaca el DFL Nro.221 de 15 de mayo de 1931 sobre Ley de
Navegación Aérea.

2)Bienes fiscales:
Son aquellos bienes nacionales cuyo dominio pertenece a la nación pero su uso no
corresponde generalmente a los habitantes (artículo 589 incs.1º y 3º).
Estos bienes están sustraídos al uso general por diversas razones:

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1)Por su utilización exclusiva en el cumplimiento de alguna función o servicio


público, como un cuartel de policía, la sede de la alcaldía, un hospital público, etc. Los
habitantes pueden utilizarlos en la medida que requieran hacer uso del servicio a cuyo
bien está destinado el bien y su utilización deberá ajustarse a las normas que el
respectivo Servicio disponga.
2)Por su naturaleza, como las minas (artículo 591), que pertenecen al Estado, pero su
uso no pertenece a la nación toda. Sin embargo, los particulares pueden obtener
concesiones para explorar y explotar los yacimientos mineros conforme a una
reglamentación especial que compone el denominado Derecho de Minería
(principalmente la Ley 18.097 Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras y el
Código de Minería).
3)Por su origen o destino, como los bienes raíces que carecen de dueño (artículo
590), las nuevas islas que se forman en el mar territorial (artículo 597), los bienes de
una herencia deferida al Fisco (artículo 995), las especies decomisadas, las especies
que componen una captura bélica (artículo 640), los impuestos y contribuciones, las
multas a beneficio Fiscal, etc.

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Importancia distinción: Teóricamente la regulación de los bienes fiscales es de


Derecho Privado, es decir, respecto de los bienes fiscales el Estado se comporta
como un particular más. Sin embargo, regularmente ha existido una normativa
específica para señalar la forma en que el Estado administrará y dispondrá de
estos bienes, estando actualmente en vigor el DL 1939 de 1º de noviembre de 1977,
y por tanto las normas de Derecho Privado serán sólo supletorias de la anterior.

En la denominación “Fisco” no sólo se comprende el patrimonio del Estado


propiamente tal, sino que también ciertos patrimonios públicos separados, como el
patrimonio municipal, o el de determinados servicios descentralizados o autónomos
(Congreso Nacional, Poder Judicial, Banco Central, Fuerzas Armadas, etc.).

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LA PROPIEDAD

Concepto:
Artículo 582 “El dominio (que se llama también propiedad) es el derecho real en una
cosa corporal, para gozar y disponer de ella arbitrariamente; no siendo contra la
ley o contra derecho ajeno”.
El profesor Peñailillo destaca que esta definición de dominio corresponde a aquellas
llamadas analíticas, es decir, que se dedican a destacar las facultades que confiere el
dominio, con un criterio cuantitativo.
Este tipo de definiciones se oponen a las denominadas sintéticas, que se basan en
criterios cualitativos y por ende no se refieren al dominio como una suma de facultades
sino como un señorío pleno sobre el objeto de propiedad.
La definición del artículo 582 se critica porque destacar el carácter de arbitrario que
tendría el dominio, lo cual coincide con las concepciones extremadamente liberales del
dominio existentes al tiempo de la dictación de nuestro Código; sin embargo, esta crítica
no es justificada, ya que la propia norma se encarga de precisar límites: “no siendo
contra la ley o contra derecho ajeno”, impidiendo de esta forma el arbitrio absoluto.

Evolución del concepto de propiedad.


Para algunos las primeras formas de propiedad se caracterizan por su carácter colectivo,
derivando luego a fórmulas comunitarias o familiares, para desembocar finalmente en
la propiedad individual. Sin embargo, hay otros que sostienen que las propiedad surgió
en diversos lugares y con distintas formas a un mismo tiempo.

Por su parte, en lo que dice relación con los objetos del dominio, hasta los tiempos de la
Revolución industrial la propiedad estuvo centrada fundamentalmente en la tenencia de
la tierra, atendida la importancia del suelo y edificaciones. A partir de la revolución van
apareciendo bienes muebles e inmateriales de apreciable valor, lo que termina
influyendo en la estructuración y caracteres jurídicos del dominio los caracteres que
actualmente tiene.
Sin perjuicio de lo señalado, lo concreto es que la propiedad, con la mayor parte de sus
caracteres actuales, ya había sido concebida por los romanos, que luego dio lugar a un
sistema más complejo, la denominada propiedad feudal, siendo su titular el “señor
feudal”, quien entregaba la tierra en una especie de concesión o arriendo al “vasallo”, de
manera que coexistían dos derechos sobre una misma cosa: el dominio directo del señor
y el dominio útil del vasallo. Esta evolución concluye con la Revolución Francesa,
época en la cual el dominio se había radicado en el vasallo, quedando tan sólo sujeto al
pago de una servidumbre o carga en favor del señor feudal, que desaparece
definitivamente con la Revolución Francesa, consagrando el Código de 1804 una
propiedad única e individual, y de allí pasa a nuestro Código.

Orientaciones actuales.
El contenido o alcance de la propiedad privada en nuestra época actual responde a
una decisión básica de carácter político-filosófica: la del campo de aplicación de la
propiedad privada
En este sentido, atendiendo a la naturaleza de las cosas y las posibilidades racionales de
la vida social, se excluyen los dos extremos absolutos. Vale decir, siempre existirán
bienes de propiedad privada (como los bienes de uso personal) y bienes de

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propiedad pública (como las calles, plazas, puentes y caminos); de esta forma el
problema se reduce a precisar el límite, esto es, que bienes deben pertenecer a la
comunidad y cuáles a los particulares.
En los dos últimos siglos se han manifestado toda clase de concepciones, esto es, desde
concepciones absolutamente liberales, hasta concepciones absolutamente socialistas.

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Actualmente se han impuesto soluciones intermedias, que teniendo su énfasis en la


propiedad individual, sus facultades no son absolutas, sino que encuentran
determinados límites en ciertos principios que son:
a)De justicia: equidad en el reparto (que todos tenga acceso) y equidad en el
aprovechamiento (que se obtenga de los bienes el mayor beneficio, tanto para el
propietario como para la comunidad (función social del derecho de propiedad)).

b) De conservacionismo, referido principalmente a dos ámbitos: el de la


naturaleza, para preservar el medio ambiente de la contaminación (Constitución
Política, artículo 19 ni 8 y 24 inciso segundo) y del patrimonio cultural que la
comunidad acumula con el tiempo y que tiene por finalidad el disfrute y
enriquecimiento del espíritu (ley 17.288 sobre monumentos nacionales y ley 17.929
sobre instrumentos musicales de interés artístico nacional)..
El profesor Peñaillilo destaca que estos dos principios se encuentran habitualmente
presentes en la elaboración, interpretación y aplicación de las actuales normas
sobre la materia, y en base a ellos se ha estructurado lo que se ha dado en llamar
“la función social de la propiedad”, con lo cual se quiere significar que el dominio se
debe ejercer considerando las necesidades de la sociedad y no sólo las exclusivas de su
titular, lo que ha determinado la introducción de limitaciones que atenúan el
carácter absoluto de la propiedad, las que están diseminadas por todo el Código
Civil y en innumerables leyes especiales de variada naturaleza.
En todo caso, destaca que la intensidad de estas limitaciones en algunos casos
genera conflictos en la medida que pueden llegar a constituir, cuando son tantas o
tan intensas, una paralización de la actividad del propietario, él cual podría llegar
a preferir que derechamente le expropiaran, dado que en dicho caso sería
indemnizado.

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Caracteres del dominio:


Se destacan como características del dominio el ser un derecho real, absoluto,
exclusivo y perpetuo.

a) Es un derecho real: es el derecho real por excelencia; se ejerce sobre una cosa sin
respecto a determinada persona (artículos 577 y 582).

b) Es un derecho absoluto: su titular tiene un señorío total sobre la cosa que es objeto
de su dominio, ejerciendo sobre ella las más amplias facultades en forma soberana e
independiente.
Se ha dicho que es en este sentido que se emplea la expresión “arbitrariamente” en el
artículo 582. Sin embargo, ya sabemos que esta potestad no es tan absoluta pues
reconoce sus límites naturales en la ley y el derecho ajeno; o en lo que hoy se denomina
“función social de la propiedad”.

c) Es un derecho exclusivo: Atendidas las facultades que confiere el dominio no se


concibe la posibilidad que puedan coexistir respecto de un mismo objeto dos
propietarios con iguales facultades (el profesor señala como manifestaciones de este
carácter las acciones de demarcación y cerramiento (ver artículos 842, 844, 876,878 y
942, todos del Código Civil).

Por otra parte, se señala que en razón de sus características el dominio supone un
titular único que ejercerá las facultades de usar, gozar y disponer de la cosa; pero
ello no se opone a que sobre una misma cosa existan otros derechos reales junto al
de propiedad, sin que por ello se desnaturalice este último; los demás derechos
reales sólo limitarán la libertad de acción del propietario, pues deberá respetar los
otros derechos reales constituidos sobre la misma cosa (por ejemplo, una servidumbre
de tránsito).

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La copropiedad y el dominio:
Sin perjuicio de las precisiones que se formularán más adelante, es del caso destacar que
para algunos la copropiedad constituye una excepción a la exclusividad la
constituye el condominio o copropiedad, pues en este caso el dominio pertenecerá a
más de una persona la vez. En todo caso, algunos llegan a sugerir que constituiría una
situación jurídica diferente del dominio. En cambio, para otros, el condominio es
plenamente compatible con la exclusividad, pues no se trata de dos o más derechos
independientes sino de uno solo en la cual cada copropietario tiene una parte del
derecho y no la totalidad del mismo.

d) Es un derecho perpetuo: es decir, subsiste mientras la cosa sobre la cual recae


exista, y por ende no se extingue por el mero transcurso del tiempo o por el no ejercicio
del derecho. La única forma de perder el dominio es que un tercero posea la cosa y la
gane por prescripción. En este sentido se puede destacar que la acción reivindicatoria no
se extingue por el solo transcurso del tiempo, teniendo lugar lo dispuesto en el artículo
2517.
El profesor Peñailillo destaca que para algunos autores no sería una característica
esencial del dominio, pudiendo concebirse la existencia de un derecho limitado o
eventualmente limitado, como ocurre en el caso de la propiedad fiduciaria.

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Facultades que confiere el dominio.


Siguiendo las concepciones del derecho romano clásico las facultades que el dominio
confiere a su titular son el uso, el goce y la libre disposición.
Hay autores que hacen, empero, una clasificación previa, distinguiendo entre facultades
materiales (uso, goce y abuso) y jurídicas (representada, básicamente, por la
disposición).

a)Facultad de uso (jus utendi):


Consiste en la facultad de utilizar o servirse de la cosa; excluyendo los frutos que
pueda proporcionar, constituyendo sus únicas limitaciones al uso serán la ley y el
derecho ajeno (artículo 582).
Como ocurre en otras legislaciones, como por ejemplo la francesa, esta facultad se
presenta muchas veces en los preceptos legales confundida con la facultad de goce, pues
ambas facultades suelen tener un mismo titular. Así por ejemplo, en el propio artículo
582 que define el dominio desde una óptica analítica, no se indica separadamente esta
facultad sino que incorporada a la de goce, y otro tanto sucede en los artículos.764, 811
y 1915.
A veces, eso sí, se la presenta aisladamente, como en los artículos.575, 1916, 1946,
2174 y 2220.
Finalmente, hay normas que se refieren a ambas, como los artículos.592, 595, 598 y
602.
Como facultad del dominio, y aunque habitualmente se presente conjuntamente al goce,
es perfectamente posible que por sí sola constituya el objeto del derecho, como en el
derecho real de uso (artículo 811) donde su titular goza únicamente de esta facultad y
está privado de goce y disposición.

b) Facultad de goce (jus fruendi):


Consiste en la facultad de apropiarse de los frutos y productos que la cosa es capaz de
dar, sean estos naturales o civiles.
Se suele hacer la distinción por los autores entre los frutos y los productos: los frutos
son los que una cosa da periódicamente, con o sin intervención del hombre, y no
importan deterioro de la cosa, como sucede con los frutos de un árbol, la renta del
arrendamiento, etc.; por su parte los productos carecen de periodicidad y la deterioran o
disminuyen, como la tala de un árbol que no se regenera o replanta. Esta distinción se
hace no obstante lo dispuesto en el artículo 643-

El alcance que habitualmente merece esta facultad dice relación con el modo de adquirir
accesión, ya que para muchos autores la accesión no es sino el resultado de la facultad
de goce y por ende no se trata de un modo de adquirir independiente.
Otros prefieren limitar la identidad entre accesión y facultad de goce sólo a la
denominada accesión discreta, en virtud de la cual se dice que se presenta cuando una
cosa nueva adquiere existencia destacándose de aquella de que formaba parte; es decir,
no es más que el ejercicio de la facultad de goce por la cual el dueño de un predio se
hace dueño de los frutos que se extraen de sus árboles.
El tipo de accesión que mantendría su calidad de modo de adquirir será, para estos
autores, la denominada accesión continua, conforme a la cual una cosa pierde su
existencia propia identificándose con otra.

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c) Facultad de libre disposición o abuso (jus abutendi):


Consiste en la facultad que se otorga al titular para disponer de la cosa, lo cual
presenta un doble carácter, uno material y otro jurídico.

Materialmente el dominio entrega su titular la facultad de destruir la cosa,


transformarla o degradarla. Hay que destacar que existen casos en que la ley limita
estas facultades como sucede con determinadas obras de arte, monumentos o
edificios.

Jurídicamente implica que su titular podrá enajenar la cosa o desmembrar el


dominio, constituyendo otros derechos reales sobre él, como servidumbres,
usufructos, hipotecas, etc.

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Estipulaciones limitativas de la facultad de disposición:

Ha constituido un punto de controversia y estudio la eficacia de las cláusulas por las


cuales un titular limita su facultad de disposición, toda vez que se ha entendido que
la facultad de disposición es de orden público, y garantiza, en último término, la libertad
de comercio y la libre circulación de la riqueza, de allí que imponer trabas a la
disposición conlleva una alteración sustancial al sistema económico. Esta controversia
se traduce básicamente en determinar la validez o nulidad de las estipulaciones
acordadas por voluntad de los particulares, destinadas a limitar esta facultad.

El punto ha generado dos posiciones claramente marcadas: los que aceptan la


validez de estas cláusulas y los que le niegan validez y por tanto postulan la nulidad
de estas cláusulas.

El Código parece estar ajeno a esta discusión y sugiere soluciones contradictorias,


ya que por un lado diversas disposiciones prohiben las cláusulas de no enajenar
como en sus artículos .1126, 1964, 2031 y 2415; y en otros casos las acepta, como en
los artículos.751, 793 y 1432.

Los argumentos en favor de una y otra tesis se resumen en los siguientes:

1.-Doctrina que sostiene la validez de esta clase de cláusulas:

Argumentos:
1.1 En el derecho privado el principio es que puede hacerse todo lo que no está
prohibido, y por ende, si no existe una prohibición genérica al respecto, es claro que
son válidas estas cláusulas;
1.2 Si la ley prohíbe las cláusulas de no enajenar en casos específicos es
demostración de que la regla general es la contraria;
1.3 Si el dueño puede desprenderse de todas las facultades que entrega el dominio,
podrá entonces desprenderse de una de ellas, atendido al aforismo de que “quien
puede lo más, puede lo menos”; y

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1.4 La legislación chilena reconoce implícitamente la validez de estas cláusulas


puesto que en el artículo 53 n|°.3 del Reglamento del Registro Conservatorio de
Bienes Raíces, puesto que allí se señala expresamente entre los títulos que podrán
inscribirse las prohibiciones convencionales, con lo cual se está aceptando que este tipo
de prohibiciones existen.

Sanción en caso de infracción:


Los partidarios de esta doctrina están divididos en relación a los efectos que se derivan
de estas cláusulas convencionales de no enajenar.
Para algunos este tipo de cláusulas tiene los mismos efectos que un embargo
judicial, por lo que en caso de contravención a la prohibición su sanción será la
nulidad absoluta por objeto ilícito del acto que se celebre en infracción de esta
prohibición;
Para otros estas cláusulas son sólo obligaciones de no hacer y por ende en caso de
trasgresión se aplican las sanciones estipuladas para este tipo de obligaciones,
especialmente el artículo 1555 y eventualmente el artículo 1489.

2.-Doctrina contraria a la validez de estas cláusulas:

Argumentos:

2.1 El Mensaje del Código Civil unido a diversas otras normas consagran como
principio de orden público la libre circulación de los bienes y por ende siendo un
principio de orden público es irrenunciable por las partes. Sólo el legislador puede
establecer excepciones;
2.2 Si el legislador permitiera libremente la cláusula de no enajenar no habría
tenido que autorizarla en determinados casos;
2.3 Las cláusulas de no enajenar se oponen a diversas disposiciones del Código,
como el artículo 582 que señala como únicas limitaciones al dominio la ley y el
derecho ajeno, y el artículo 1810 que señala que es posible vender todo tipo de
cosas salvo aquellas cuya enajenación esté prohibida por ley;

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2.4 El artículo 53 n° 3 del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces


sólo se limita a “permitir” la inscripción de prohibiciones convencionales, sin
especificar la sanción. En todo caso, una disposición Reglamentaria no puede
prevalecer sobre normas legales y sobre el espíritu de ella manifestado en su
historia fidedigna.

Sanción en caso de infracción:


Los partidarios de esta doctrina consideran que en caso de convenirse estas cláusulas
ellas tendrán como sanción la nulidad absoluta por razón de tener objeto ilícito,
pues impedir la libre circulación de los bienes está prohibido por ley (artículos 10,
1461, 1466 y 1682).

Situación en la jurisprudencia:
La jurisprudencia se ha inclinado por aceptar la validez de estas cláusulas por un
tiempo limitado, justificado y prudente cuyo uso es hoy, por lo demás, bastante
común, las que en caso de infracción constituyen una contravención a una
obligación contractual de no hacer.
De esta forma, cuando las cláusulas prohíben la enajenación en forma absoluta y
perpetua, la jurisprudencia se ha inclinado más bien por negar eficacia a estas
cláusulas.

Estas consideraciones han generado una tercera posición, que acepta la validez de
la cláusula de no enajenar en términos relativos, es decir, cuando esta limitación se
funda en criterios razonables, prudentes y justificados, con lo que no se estaría
afectando el principio de la libre circulación de los bienes. Su principal fundamento es
el artículo 1126 a contrario sensu, disposición que tendría el carácter de principio o
norma general en la materia.

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Diversas clases de propiedad: Es posible advertir diversas clases de dominio a


saber:

a)Conforme a la titularidad, la propiedad puede ser individual(exclusiva) cuando el


propietario una sola persona; o colectiva, asociativa o proindiviso, cuando la
propiedad pertenece en común o cuotativamente a varias personas, lo que
constituye un cuasi contrato regulado en los artículoss.2304 y siguientes.

b)Conforme la extensión o integridad de las facultades que se confieren a su


titular: el dominio puede ser pleno, cuando el titular tiene todas las facultades
inherentes al dominio; o nudo cuando su titular se ha desprendido de las facultades
de uso y goce ( como cuando constituye usufructo en favor de un tercero) y sólo guarda
para sí la facultad de libre disposición. Artículo 582 inc.2º.

c)Conforme su duración: el dominio puede ser absoluto cuando no está sujeto a


condición ninguna; y fiduciario, cuando el dominio está sujeto a una condición,
cumplida la cual el dominio se extingue para su titular para pasar a otra persona.
En este caso la propiedad toma el nombre de fiduciaria y su constitución se denomina
fideicomiso. Artículos.732 y 733. El primer titular cuyo dominio está sujeto a condición
se denomina fiduciario y el titular en quien se radicará la propiedad cumplida que sea la
condición se denomina fideicomisario.

d)Conforme a la naturaleza de su objeto: la propiedad podrá ser civil, minera, de


aguas, intelectual e industrial.

d.1)La propiedad civil:


Es la regulada en nuestra legislación civil y es objeto de nuestro actual estudio,la
que como señalamos puede recaer sobre cosas corporales (artículo 582) e
incorporales (artículo 583).

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d.2)La propiedad minera:


Está establecida con matices propios ya en el art.19 Nro.24 de nuestra
Constitución, en la Ley 18.097 Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras
y especialmente en el Código de Minería.
Las minas son bienes fiscales, según ya dijimos. Sobre ellas el Estado tiene el dominio
absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible.
Sin embargo, los particulares pueden constituir concesiones sobre todas las sustancias
concesibles existentes en una determinada porción de tierra, siendo, en general,
concesibles todas las sustancias minerales, salvo los hidrocarburos líquidos o gaseosos y
el litio. No son concesibles los minerales existentes en zonas limítrofes y en el subsuelo
del mar.
La concesión minera se constituye en un procedimiento judicial, en el cual se prefiere a
quien la ley califica de “descubridor” del yacimiento mineral, presumiéndose que lo es
quien hace primero su petición a la justicia.
Las concesiones son de dos tipos: de exploración y de explotación o pertenencia. Ambas
se inician con una petición del interesado, denominada pedimento en el caso de las
concesiones de exploración y manifestación en el caso de los pedimentos. El proceso
concluye con una sentencia denominada constitutiva que se inscribe en el Registro de
Minas.
La concesión de exploración es temporal, dura dos años, y en determinadas condiciones
se puede extender por dos años más; además, puede transformarse en pertenencia
minera. Esta concesión otorga a su titular amplio derecho para explorar la existencia de
yacimientos minerales así como una preferencia para constituir pertenencia. La
concesión de explotación es indefinida y da derecho a su titular para apropiarse de todas
las sustancias minerales existentes dentro de los límites de ella. Sin embargo, ambos
concesionarios deben cumplir con una obligación anual: pagar una patente minera. En
caso de no pago de la patente, caduca la concesión.
Las concesiones mineras inscritas son Derechos Reales Inmuebles.
Ellas dan derecho sobre todas las sustancias concesibles existentes en el subsuelo de la
corteza terrestre, y la ley establece un sistema para evitar la existencia de
superposiciones parciales y/o totales.
Finalmente, cabe destacar que en caso de conflictos entre el propietario superficial y el
minero, salvas ciertas excepciones, la ley favorece la actividad de este último en la
medida que se indemnice al primero, en base a la institución de la servidumbre.

d.3)La propiedad de aguas:


Está regulada particular en el Código de Aguas, aunque el artículo 19 n°.24 de la
Constitución en su inciso final contiene un reconocimiento a esta especie de
dominio.
Las aguas son bienes nacionales de uso público (artículo 595). Sin embargo, los
particulares pueden constituir Derechos de Aprovechamiento sobre las Aguas.
Este Derecho se constituye previa tramitación de la solicitud respectiva ante una
autoridad administrativa: la Dirección de Aguas, quien debe llevar, además, un catastro
nacional de las aguas.
El derecho de aprovechamiento se otorga previa comprobación que el caudal del cual se
obtendrá el recurso es capaz de satisfacer los requerimientos de su titular en la época de
mayor escasez. En todo caso, siempre deberá mantenerse un caudal mínimo.

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El Derecho de Aprovechamiento de Aguas se califica de como derecho real inmueble.


Además, puede revestir las ciertas particularidades entre las que destacan: ser
consuntivo (es decir, permite el uso y consumo de las aguas, como el riego o el uso
doméstico) o no consuntivo (permite el uso, por ejemplo para energía, pero no su
consumo por lo que se obliga a su titular a restituir las aguas a su caudal original); ser
continuo (es decir, durante las 24 horas del día, los 365 días del año) o discontinuo
(durante determinadas horas o días en un cierto periodo); y permanente (sin
interferencias) o eventual (cuando el caudal supere cierto volumen).
El Derecho de Aprovechamiento de Aguas es independiente a la propiedad del suelo,
por lo que es perfectamente posible concebir un titular de este derecho sin terreno. Por
ello, para transferir un predio conjuntamente con las aguas que le aprovechan debe
señalarse expresamente esta circunstancia en el contrato respectivo.

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d.4)La propiedad intelectual:


Es la que recae sobre las obras del intelecto o las artísticas; y se le conoce más
propiamente como Derecho de Autor. Se encuentra regulada en la Ley 17.336 y está
amparada en el artículo .19 n°.25 incisos.1º, 2º y 4º de la Constitución. Además, han
sido incorporadas como Ley de la República en esta materia la “Convención
Interamericana sobre Derechos de Autor en Obras Literarias, Científicas y
Artísticas” y la “Convención Universal sobre Derecho de Autor”. El Código Civil
contempla a su respecto la norma del artículo 584.
Este derecho de autor dura toda la vida del autor de la obra artística o del intelecto y
hasta por 50 años más después de su muerte, salvo que todavía subsista su cónyuge,
hijas solteras u otros familiares, caso en el cual la protección se mantiene hasta el
fallecimiento de éstas. Al término de la protección la obra pasa al patrimonio cultural
común, lo que permite a todos utilizarlas siempre que se respete la paternidad y la
integridad de la obra.
El derecho de autor se clasifica en moral y patrimonial.
El derecho de autor moral otorga a su titular el derecho de reivindicar la autoría de la
obra y oponerse a las modificaciones de la misma, entre otras.
El derecho de autor patrimonial otorga a su titular el derecho de utilizar directa y
personalmente la obra, transferirla total o parcialmente, y autorizar su utilización por
terceros. En especial el titular del derecho de autor patrimonial podrá publicarla por
cualquier medio, reproducirla o ejecutarla públicamente, entre otros.
Finalmente, cabe destacar que existe un Registro de Propiedad Intelectual donde
deberán inscribirse los derechos de autor y sus derechos conexos.
d.5)El derecho de propiedad industrial:
También se concibe como un tipo especial de propiedad, encontrando reconocimiento
constitucional en el artículo 19 n°.25 incisos.3º y 4º.
Este tipo de propiedad se encuentra regulada en la Ley 19.039, en su Reglamento (D.S.
Nro.177 de 1991 del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción) y en el
“Convenio de París para protección de la Propiedad Industrial” que ha sido elevado
en nuestro país al rango de Ley de la República. El artículo .584 también se estima que
alude a este tipo de propiedad.
Este tipo de propiedad otorga protección a los denominados privilegios industriales y a
los derechos de propiedad industrial. Los privilegios industriales comprenden las
marcas comerciales, las patentes de invención, los modelos de utilidad, los diseños
industriales, los procesos tecnológicos y otras creaciones análogas.
Esta propiedad se registra en el Departamento de Propiedad Industrial dependiente del
Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción. Estos derechos transmisibles y
pueden ser objeto de toda clase de actos jurídicos los que deberán constar por escritura
pública y anotarse al margen de su respectiva inscripción.
Se contemplan normas especiales para cada tipo de privilegios.

d.6)La propiedad familiar:


Sin perjuicio de la existencia de leyes especiales que consideran la existencia de una
suerte de propiedad familiar, la figura más reciente es la de la afectación de un
inmueble como bien familiar, en atención a lo dispuesto en los artículos 141 y
siguientes del Código Civil, figura introducida por la ley 19.335 del año 1994.

d.7.Propiedad sobre tierra indígena:

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En relación a ella podemos destacar la existencia de la llamada Ley Indígena, esto


es, la ley número 19.253 que establece normas sobre protección, fomento y desarrollo
de los indígenas y crea La Corporación Nacional De Desarrollo Indígena.
Esta ley, en su artículo 1°, precisa a quienes el Estado reconoce como indígenas de
Chile: los descendientes de las agrupaciones humanas que existen en el territorio
nacional desde los tiempos precolombinos, que conservan manifestaciones étnicas y
culturales propias siendo para ellos la tierra el fundamento principal de su existencia y
cultura. En todo caso, en el mismo artículo se destaca como principales etnias
indígenas de Chile: la Mapuche, la Aimara, la Rapa Nui o Pascuenses, la de las
comunidades Atacameñas, Quechuas y Collas del norte del país, las comunidades
Kawashkar o Alacalufe y Yámana o Yagán de los canales australes.
Lo importante, para los efectos de la materia que nos interesa, es que en dicha norma
se señala como deber de la sociedad en general y del Estado en particular, a través
de sus instituciones respetar, proteger y promover el desarrollo de los indígenas, sus
culturas, familias y comunidades, adoptando las medidas adecuadas para tales fines y

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proteger las tierras indígenas, velar por su adecuada explotación, por su


equilibrio ecológico y propender a su ampliación.

Por su parte, en el artículo 2° precisa a quienes, para los efectos de esta ley,
considera indígenas las personas de nacionalidad chilena que se encuentren los
casos que señala (a)Los que sean hijos de padre o madre indígena, cualquiera que sea a
naturaleza de su filiación, inclusive la adoptiva: Se entenderá por hijos de padre o madre
indígena a quienes desciendan de habitantes originarios de las tierras identificadas en el
artículo 12, números 1 y 2; b)Los descendientes de las etnias indígenas que habitan el
territorio nacional, siempre que posean a lo menos un apellido indígena: Un apellido no
indígena será considerado indígena, para los efectos de esta ley, si se acredita su
procedencia indígena por tres generaciones, y c)Los que mantengan los rasgos
culturales de alguna etnia indígena, entendiéndose por tales la práctica de formas de
vida, costumbres o religión de estas etnias de un modo habitual cuyo cónyuge sea
indígena. En estos casos, será necesario, además, que se autoidentifiquen como
indígenas.

En todo caso, en el artículo 3º se precisa como se acredita dicha calidad: mediante


un certificado que otorgara la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena. Si
esta deniega el certificado, el interesado, sus herederos o cesionarios podrán recurrir
ante el Juez de Letras respectivo quien resolverá, sin forma de juicio, previo informe de
la Corporación. Todo aquel que tenga interés en ello, mediante el mismo procedimiento
y ante el Juez de Letras respectivo, podrá impugnar la calidad de indígena qué invoque
otra persona, aunque tenga certificado.
En este sentido, es conveniente destacar que en artículo 5º se establece que todo aquel
que, atribuyéndose la calidad de indígena sin serlo, obtenga algún beneficio
económico que esta ley consagra sólo para los indígenas, será castigado con las
penas establecidas en el artículo 467 del Código Penal.

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Breve referencia a la Protección de las Tierras Indígenas:

El artículo 12 de la ley 19253 precisa que tierras tienen dicha condición:

1º.- Aquellas que las porronas o comunidades indígenas actualmente ocupan en


propiedad o posesión provenientes de los siguientes títulos:
a)Títulos de comisario de acuerdo a la ley de 10 de junio de 1823.
b)Títulos de merced de conformidad a las leyes de 4 de diciembre de 1866; de 4 de
agosto de 1874, y de 20 enero 1883.
c)Cesiones gratuitas de dominio efectuadas conforme a la ley Nº 4.169, de 1927; ley Nº
4.802, de 1930; decreto supremo Nº 4.l11, de 1931; ley Nº 14.511, de 1961, y ley Nº
17.729, de 1972, y sus modificaciones posteriores.
d)Otras formas que el Estado ha usado para ceder, regularizar, entregar o asignar tierras
a indígenas, tales come, la ley Nº 16.436, de 1966; decreto ley Nº 1.939, de 1977, y
decreto ley Nº 2.695, de 1979, y
e)Aquellas que los beneficiarios indígenas de las leyes Nº 15.020, de 1962, y Nº 16.640,
de 1967, ubicadas en las Regiones VIII , IX y X, inscriban en el Registro de Tierras
indígenas, y que constituyan agrupaciones indígenas homogéneas lo que será calificado
por la Corporación.
2º.-Aquéllas que históricamente han ocupado y poseen las personas o comunidades
mapuches, aimara, rapa nui o pascuenses, atacameños, quechuas, collas, kawashkar y
yámanas, siempre que sus derechos sean inscritos en el Registro de Tierras Indígenas
que crea esta Ley, a solicitud de las respectivas comunidades o indígenas titulares de la
propiedad.
3º.-Aquellas que, proviniendo de los títulos y modos referidos en los números
precedentes, se declaren a futuro pertenecientes en propiedad a personas o comunidades
indígenas por los Tribunales de Justicia.
4º Aquellas que indígenas o sus comunidades reciban a titulo gratuito de Estado. La
propiedad de las tierras indígenas a que se refiere este artículo, tendrá como titulares a
las persona naturales indígenas o a la comunidad indígena definida por esta Ley.

Titularidad: Esta misma disposición señala que la propiedad de las tierras indígenas
a que se refiere este artículo, tendrá como titulares a las personas naturales
indígenas o a la comunidad indígena definida por esta Ley y que estas tierras
estarán exentas del pago de contribuciones territoriales.

Limitaciones que resultan de esta condición:


El artículo 13 precisa que las tierras indígenas gozarán de la protección de esta Ley y
no podrán:
a)ser enajenadas, embargadas, grabadas, ni adquiridas por prescripción, salvo
entre comunidades o personas indígenas de una misma etnia. No obstante se
permitirá gravarlas, previa autorización de la Corporación. Este gravamen no podrá
comprender la casa habitación de la familia indígena y el terreno necesario para su
subsistencia.
b)Igualmente las tierras cuyos titulares sean Comunidades Indígenas no podrán ser
arrendadas, dadas en comodato ni cedidas a terceros en uso, goce o
administración.

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Las de personas naturales indígenas podrán serlo por un plazo no superior a cinco
años.

Regulación de la permuta:
Con la autorización de la Corporación, se podrán permutar por tierras de no
indígenas, de similar valor comercial debidamente acreditado, las que se
consideran tierras indígenas, desafectándose las primeras. Los actos y contratos
celebrados en contravención a este artículo adolecerán de nulidad absoluta.
Autorización de la cónyuge o concubina:
En el artículo 14 se dispone que en las enajenaciones entre indígenas como en los
gravámenes a que se refiere el artículo anterior el titular de la propiedad deberá
contar con la autorización establecida en el artículo 1.749 del Código Civil a menos
que se haya pactado separación total de bienes y, en caso de no existir matrimonio
civil, deberá contar con la autorización de la mujer con la cual a constituido
familia.
La omisión de este requisito acarreará la nulidad del acto.

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Registro Público de Tierras Indígenas:


Conforme lo dispone el artículo 15 de la ley 19253, la Corporación abrirá y mantendrá
un Registró Público de Tierras Indígenas.
En este Registro se inscribirán todas las tierras a que alude el artículo 12 de esta
Ley. Su inscripción acreditará la calidad de tierra indígena.
La Corporación podrá denegar esta inscripción por resolución fundada.

Los Conservadores de Bienes Raíces deberán enviar al citado Registro, en un plazo


de treinta días, copia de las inscripciones que realicé y que recaigan sobre los actos
o contratos a que alude el artículo 13 de esta ley.
El Archivo General de Asuntos Indígenas, a que Se refiere el artículo 30, otorgará copia
gratuita de los títulos de merced y comisarios para su inscripción en este Registro
público.

División de tierras indígenas provenientes de títulos de merced:


El artículo 16 determina que ella deberá ser solicitada formalmente a Juez
competente por la mayoría absoluta de los titulares de derechos hereditarios
residentes en ella. Frente a esta solicitud el Juez, sin forma de juicio y previo informe
de a Corporación, procederá a dividir el titulo común, entregando a cada indígena lo que
le corresponda aplicando el derecho consuetudinario de conformidad al artículo 54 de
esta ley y, en subsidio, la ley común,
Sin perjuicio de lo anterior, en casos calificados, un titular de derechos hereditarios
residente podrá solicitar al Juez la adjudicación de su porción o goce, sin que ello
signifique la división del resto del titulo común. Dicha adjudicación importara la
extinción de sus derechos hereditarios en el titulo común restante. Asimismo, se
extinguirán los derechos de la comunidad hereditaria respecto de la porción o goce
adjudicado.
Las controversias que se originen con ocasión de la división de un titulo común serán
resueltas de conformidad al procedimiento establecido en el artículo 56 de esta Ley.

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Los indígenas ausentes y los que Sean titulares de derechos hereditarios sobre tierras
indígenas provenientes de títulos de merced en que se constituya una comunidad
indígena o propiedad individual, de acuerdo a esta ley y no desearen libre y
voluntariamente pertenecer a ella o no sean adjudicatarios de hijuelas podrán solicitar al
Juez con informe de la Corporación, el reconocimiento de sus derechos, los que una vez
determinados se pagaran en dinero siguiendo el procedimiento señalado en el artículo 1º
transitorio de esta ley.
En todo caso, según resulta de lo dispuesto en el artículo 17, las tierras resultantes de
la división de las reservas y liquidación de las comunidades de conformidad al
decreto ley Nº 2.568, de 1979, y aquellas subdivisiones de comunidades de hecho
que se practiquen de acuerdo a la presente ley serán indivisibles aun en el caso
sucesión por causa de muerte. No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, se podrán
dividir y enajenar para la construcción de locales religiosos, comunitarios, sociales o
deportivos, debiendo contar para ello con la autorización del Director Nacional de la
Corporación.
Existiendo motivos calificados y siempre que de ella no resulten lotes inferiores a
tres hectáreas, el Juez previo informe favorable de la Corporación, podrá
autorizar la subdivisión por resolución fundada. De la resolución que deniegue la
subdivisión podrá apelarse ante el tribunal superior aplicando el procedimiento del
artículo 56 de esta ley.

Constitución de derechos de uso:


Excepcionalmente los titulares de dominio de tierras indígenas podrán constituir
derechos reales de uso, sobre determinadas porciones de su propiedad, en beneficio
de sus ascendientes y descendientes por consanguinidad o afinidad, legitima o
ilegitima, y de los colaterales por consanguinidad hasta el segundo grado inclusive,
para los exclusivos efectos de permitir a estos su acceso a los programas
habitacionales destinados al sector rural.
Igual derecho tendrán las personas que, teniendo la calidad de indígena detenten un
goce en tierras indígenas indivisas de las reconocidas en el artículo 12 de esta ley.

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El Director o Subdirector de la Corporación, según corresponda, previo informe


favorable de la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo, determinará la
superficie de la propiedad o goce sobre la cual se autorice constituir el respectivo
derecho de uso.

El derecho real de uso así constituido será transmisible solo a cónyuge o a quien
hubiere constituido posesión notoria de estado civil de tal. En lo demás, se regirá por
las normas del Código Civil. Si Se constituye a titulo gratuito estará exento del trámite
de insinuación.
Si el dominio de una propiedad o goce estuviera inscrito a favor de una sucesión, los
herederos podrán constituir los derechos de uso conforme a esta norma, a favor del
cónyuge sobreviviente o uno más de los herederos.

Sucesión de las tierras indígenas:


El artículo 18 dispone que la sucesión de las tierras Indígenas individuales se
sujetará a las normas del derecho común, con las limitaciones establecidas de esta
ley, y la de las tierras indígenas comunitarias a la costumbre de cada etnia tenga en
materia de herencia, y en subsidio por la ley común.

El Fondo para tierra y aguas indígenas:


El artículo 20 de la ley 19.253 crea un Fondo para Tierras y Aguas Indígenas
administrado por la Corporación A través de este Fondo la Corporación para los efectos
de otorgar subsidios para la adquisición de tierras por personas, Comunidades
Indígenas o una parte de éstas cuando la superficie de las tierras de la respectiva
comunidad sea insuficiente, con aprobación de la Corporación.

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Limitación respecto de tierras y derechos de agua adquiridos con recursos


obtenido de este fondo:
El artículo 21 precisa que las tierras no indígenas y los derechos de aguas para
beneficio de tierras indígenas adquiridas con recursos de este Fondo, no podrán ser
enajenados durante veinticinco años, contados desde el día de su inscripción. Para
ello, los Conservadores de Bienes Raíces, conjuntamente con la inscripción de las
tierras o Derechos de aguas, procederán a inscribir esta prohibición por el solo
ministerio de la ley. En todo caso será aplicable el artículo 13.

No obstante la Corporación, por resolución del Director que deberá insertarse en


el instrumento respectivo, podrá autorizar la enajenación de estas tierras o
derechos de aguas previo reintegro a Fondo del valor del subsidio, crédito o
beneficio recibido, actualizado conforme al Índice de Precios al Consumidor.

La contravención de esta obligación producirá la nulidad absoluta del acto o


contrato.

Breve referencia a la CONADI:


Conforme lo dispone el artículo 39 de la ley 19.253, la Corporación Nacional de
Desarrollo Indígena es el organismo encargado de promover, coordinar y ejecutar,
en su caso, la acción del Estado en favor de desarrollo integral de las personas y
comunidades indígenas, espacialmente en lo económico, social y cultural y de
impulsar su participación en la vida nacional, correspondiéndole, entre otras
funciones:
Asumir, cuando así se le solicite, la defensa jurídica de los indígenas y sus
comunidades en conflictos sobre tierras y aguas y, ejercer las funciones de
conciliación y arbitraje de acuerdo a lo establecido en esta Ley;
Velar por la protección de las tierras indígenas a través de los mecanismos que
establece esta Ley y posibilitar a los indígenas y sus comunidades el acceso y
ampliación de sus tierras y aguas a través del Fondo respectivo;

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Promover la adecuada explotación de las tierras indígenas, velar por su equilibrio


ecológico por el desarrollo económico y social de sus habitantes a través del Fondo
de Desarrollo Indígena y en casos especiales, solicitar la declaración de Áreas de
Desarrollo Indígena de acuerdo a esta ley;
Mantener un Registro de Comunidades y Asociaciones Indígenas y un Registro
Público de Tierras Indígenas sin perjuicio de la legislación general de Registro de
la Propiedad Raíz.

Algunos aspectos básicos en relación a juicios que pudieran suscitarse:


Conciliación: El artículo 55 de la ley 19.253 establece para prevenir o terminar un
juicio sobre tierras, en la que se encuentre involucrado algún indígena, que los
interesados podrán concurrir voluntariamente a la Corporación a fin de que los
instruya acerca de la naturaleza de la conciliación y da sus derechos y se procure la
solución extrajudicial del asunto controvertido.
La Corporación será representada en esta instancia por un abogado que será
designado a efecto por el Director el que actuará como conciliador y Ministro de Fe
Este levantará acta de lo acordado, la que producirá el efecto de cosa juzgada en
última instancia y tendrá mérito ejecutivo.
De no llegarse a acuerdo podrá intentarse la acción judicial correspondiente o
continuarse el juicio, en su caso.

Juicios: El artículo 56 determina que las cuestiones a que diere lugar el dominio,
posesión, división, administración, explotación, uso y goce de tierras indígenas, y
los actos y contratos que se refieran o incidan en ellas, y en que sean parte o tengan
interés indígenas; serán resueltas por el Juez de Letras competente en la comuna
donde se encuentre ubicado el inmueble, que se tramitará conforme las reglas que
precisa.
Estas normas, según lo dispone el artículo 58 del mismo cuerpo legal se aplicarán
también a los juicios reivindicatorios o de restitución en que los indígenas figuran
como demandantes o demandados.

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Valor de los títulos de merced o de comisario vigente:


En caso de controversia acerca del dominio emanado de un titulo de merced o de
comisario vigente, estos prevalecerán sobre cualquier otro, excepto en los casos
siguientes:
1.-Cuando el ocupante exhiba un titulo definitivo que emane del Estado, posterior al 4
de diciembre da 1866 y de fecha anterior al de merced.
2.-Cuando el ocupante exhiba un titulo de dominio particular de fecha anterior a de
merced aprobado da conformidad con la Ley de Constitución de la Propiedad Austral.

Finalmente, el artículo 59 señala que la ratificación de los errores de hecho existentes en


los títulos de merced y en los títulos gratuitos de dominio a que se refiera esta Ley, se
resolverá sin forma de juicio, por el Juez de Letras competente, a solicitud de la
Corporación Nacional de Desarrollo Indígena o del interesado. En este último caso, el
Juez procederá previo informe de la Corporación.

La extensión del dominio:

Tratándose de cosas corporales es necesario para precisar los límites hasta los que
se extiende físicamente la propiedad, formular ciertas distinciones:

a)tratándose de cosas muebles: sus contornos materiales constituyen su límite


(dificultad: fluidos (agua y gases)).

b)tratándose de inmuebles, es necesario distinguir;


b.1)Plano horizontal: la limitación corresponde a sus deslindes (acción de
demarcación, artículos 842 y 843).
b.2)Plano vertical: hay que volver a distinguir:
b.2.1)extensión del dominio hacia el subsuelo (artículo 943, legislación minera y de
aguas), y
b.2.2)extensión del dominio hacia el espacio aéreo o vuelo (artículo 931 y 942)

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La Copropiedad.

Terminología:

En general se habla indistintamente de comunidad, indivisión, condominio o


copropiedad.
Algunos autores utilizan los dos primeros términos para referirse a casos en que el
objeto es una universalidad jurídica, y los restantes (condominio y copropiedad) a la que
se forma sobre especies o cuerpos ciertos.

En todo caso, el criterio que se impone es aquel que distingue a la comunidad como
el género, y alude a la indivisión que se forma respecto de cualquier derecho que se
ejerce al mismo tiempo por dos o más titulares sobre un mismo objeto. En este
entendido, la expresión copropiedad o condominio dice relación con la indivisión
que se forma respecto del derecho de propiedad o dominio.

Distinción entre comunidad proindiviso y de comunidad prodiviso.

En la primera, el derecho de cada comunero se extiende a la totalidad de la especie


común.

En la comunidad prodiviso el derecho de cada titular se ejerce sobre una parte


determinada de la cosa común en forma exclusiva, existiendo ciertas partes que
requieren ser comunes, para permitir la existencia y aprovechamiento de la cosa en su
totalidad, y sobre estos bienes existe una comunidad proindiviso. Es lo que sucede
con los edificios o condominios, donde existen espacios reservados al dominio
exclusivo, como los interiores de los departamentos o unidades o estacionamientos, y
otros, como el terreno, muros exteriores, techo, escalas, ascensores y pasillos interiores,
sobre los cuales existe una verdadera comunidad.

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Regulación:
Nuestro Código Civil destina un título especial a la comunidad, a propósito de los
cuasicontratos (2304 y siguientes), en el Libro IV sobre Las Obligaciones (artículos
2304 y siguientes). Además, existen normas en otras partes del Código, como
sucede con los artículos.1317 y siguientes, relativos a las particiones de los bienes
hereditarios extensivas a toda partición de bienes comunes (artículo 1776, 2115 y
2313)

Críticas al tratamiento en el Código Civil:


1)Al regularla a propósito de los cuasicontratos pareciera sugerir que ellas nacen
sólo de hechos voluntarios. Sin embargo, muchas comunidades tienen orígenes
contractuales e incluso legales;
2)No consideró ninguna norma relativa a la administración de la cosa común, lo
que dificulta enormemente su funcionamiento, especialmente cuando se generan
problemas entre los comuneros, ya que no encuentran regla legal que solucione el
conflicto, que no pase por la división de la comunidad; y
3)Si bien no está establecido expresamente, rige el denominado ius prohibiendi o
derecho a veto de los comuneros para que los otros realicen actos jurídicos o
materiales sobre la cosa. En efecto, ante la carencia de normas sobre administración,
se ha sostenido que todo lo que se acuerde sobre un bien común requiere de unanimidad
para que se materialice, de manera que basta que uno se oponga o vete el acuerdo para
que éste no pueda llevarse a cabo.

Comentario: Estas críticas se explican atendida la influencia de las concepciones


romanas sobre la copropiedad, que considera este estado indiviso como algo
transitorio y no querido, y es por ello que el art.1317 establece como principio de
orden público la imprescriptibilidad de la acción de partición, y limita los pactos
de indivisión al máximo de 5 años, aunque admite renovación expresa.

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Concepciones sobre la comunidad:


El profesor Peñailillo destaca que son dos las grandes concepciones que existen en
orden a explicar la naturaleza de la comunidad y que han servido de inspiraciones
a las distintas regulaciones.

A.-La doctrina romana:

Lo primero que se destaca es que ella concibe la comunidad como una modalidad
o forma de dominio. Por otra parte, considera que cada comunero tienen una
cuota-parte en la cosa común, y además, tiene derecho a la cosa en su totalidad.

De esta forma, se debe distinguir entre la parte ideal o cuota que pertenece a cada
comunero y la cosa misma. En efecto, cada comunero tiene un derecho exclusivo
sobre la cuota que le permite disponer de ella arbitrariamente; así, por ejemplo,
para enajenar su cuota, el comunero no debe pedir autorización de ningún tipo a los
demás comuneros. En cambio, tratándose de la cosa misma, ninguno de los
comuneros tiene un derecho exclusivo y para usar y gozar de la cosa debe contar con
la autorización de los demás, toda vez que el derecho de cada uno está limitado
necesariamente por el concurso de los demás comuneros.

Es una concepción individualista, de allí que por una parte, se permite a los
comuneros disponer libremente de su cuota y, por otra, entrabar en los demás la
utilización de la cosa, afectando de esta forma el adecuado aprovechamiento de la
cosa común.

En razón de ello, algunas legislaciones que han seguido la doctrina romana han
establecido algunas limitaciones, especialmente respecto de la administración,
estableciendo sistemas que funcionan en base a mayorías y no con unanimidad.

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B.-La doctrina germánica:

Esta teoría abandona la noción de propiedad exclusiva y consagra la colectiva o de


manos juntas (gesammte hand), en la que el objeto se considera perteneciente a
todos los comuneros como si fueran un solo titular, y en consecuencia desaparece el
concepto de cuota.

De acuerdo a esta teoría los comuneros tienen un derecho a usar y gozar de la cosa
en forma parcial ya que se encuentra limitado por el derecho de los demás.

Las decisiones se adoptan por mayorías y en determinados casos se excluye la


posibilidad de pedir la partición.

Es del caso destacar que incluso los juristas alemanes están entera conformes con sus
efectos jurídicos y consecuencias económicas.

Opción del codificador chileno:

Para muchos el Código sigue la doctrina romana, pero no existe acuerdo en orden a si
se adopta completamente o sólo sus elementos básicos.

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Clases de indivisión:
Se pueden considerar distintos criterios de distinción que determinan la existencia
de distintas clases o situaciones de indivisión:

a)Según el objeto sobre el que recae: puede haber comunidad sobre cosa universal
o sobre cosa singular.
Esta es la única clasificación que reconoce nuestra legislación (artículoss.1317 y 2304).
Las comunidades sobre universalidades pueden serlo tanto respecto de
universalidades de hecho como de derecho. Sin embargo, no hay acuerdo en la
doctrina nacional, en especial respecto de las comunidades sobre universalidades
jurídicas, como la herencia (a la que se refiere el artículo 2306), la que queda al
disolverse la sociedad conyugal o cualquiera sociedad comercial o civil, o en general
cuando exista indivisión sobre un patrimonio con activo y pasivo. En este sentido, se
sostiene que no podría existir comunidad sobre universalidades jurídicas, ya que en
nuestro ordenamiento por el solo ministerio de la ley en estos casos el pasivo se
dividido entre los copartícipes, conforme lo disponen los artículos.1354 y 2306, de
lo cual resultaría que no existiría un pasivo común, no concibiéndose la existencia
de una universalidad jurídica sin pasivo.

El problema de la comunicabilidad de la cuota:


Cuando la comunidad recae sobre una universalidad surge una fuerte pugna en
torno a si se produce comunicación o comunicabilidad entre el derecho del
comunero y los bienes que componen la universalidad. En este sentido, un
antecedente a considerar es el hecho de que la concepción romana consideraba la
comunicabilidad.
De esta forma, en gran medida la discusión es en torno a determinar si el legislador
siguió el modelo romano en esta materia o bien se apartó.

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Para algunos, en esta materia el legislador se apartó de su antecedente romano y en


tal sentido dan los siguientes argumentos:
1)Lo dispuesto en el artículo 1909, que establece que el cedente de el derecho real de
herencia no responde sino de su calidad de heredero y no de los bienes que integran la
herencia.
2)Los artículos 718 y 1344, que operan sobre la base de un efecto declarativo de la
partición, contrario a la idea de la comunicabilidad y al efecto atributivo que la
partición tenía en Roma.. En este sentido, debemos recordar que en el sistema clásico
romano, la partición era un modo de adquirir el dominio, rol que hoy en día no tiene.
En este sentido, en el Derecho Romano, el adjudicatario se entendía que adquiría el
dominio al tiempo de adjudicársele. En cambio, en nuestro medio, se entiende que el
comunero adquirió no al tiempo de la adjudicación sino que se considera como si
hubiese adquirido el dominio al tiempo de formarse la comunidad (se recurre a una
ficción).
Esta diferencia tiene importancia en relación a los efectos de las enajenaciones o
gravámenes sobre bienes comprendidos en la comunidad celebrados con terceros por
uno solo de los comuneros, durante la indivisión, pues la suerte de ellas será distinta
según si en definitiva se le adjudica o no a ese comunero el bien que enajenó o gravó.

En todo caso, algunos autores no concuerdan con estos argumentos y sostienen que
el Código chileno sigue los criterios romanos asilándose en lo dispuesto en los
artículos 951 inciso 2º y 580.

Además, hay quienes señalan que respecto de la comunidad hereditaria cabe


distinguir entre el derecho real de herencia que sí recae sobre una universalidad
jurídica, que es la herencia, y la comunidad de dominio, que se forma entre todos
los herederos sobre los bienes del causante.

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Importancia práctica de optar por una u otra posición:


El optar por una u otra posición tiene importancia toda vez que si se niega la
comunicabilidad todo lo que diga relación con la enajenación de la cuota, como
cosa, se sujetará a las reglas de los bienes muebles, por ser las normas generales, y no
la de los bienes inmuebles, que constituye una reglamentación especial.
En consecuencia, la tradición se hará conforme se dispone en el art.684 y cuando el
cedente sea incapaz, no se requerirán las autorizaciones y formalidades especiales
prevenidas en caso de inmuebles.
En cambio, en caso de admitirse la comunicabilidad, habrá que observar que clase
de bienes existen en la comunidad y conforme a la naturaleza de los mismos se
seguirán una u otras normas.

Esta discusión no se plantea cuando la comunidad existe sobre una cosa singular,
ya que en este caso la cuota del comunero se radica en el bien común, y participa
de su carácter, conforme lo dispuesto en el artículo 580.

b)Según el origen o fuente de la comunidad: puede deberse a un hecho voluntario,


como sucede con la herencia (no es la muerte el hecho voluntario, sino la aceptación de
la herencia por parte de los herederos), un contrato (por ejemplo cuando dos o más
compran una cosa en común) o la ley (como en los casos de copropiedad inmobiliaria o
de medianería); y

c)Según la duración de la comunidad: puede ser temporal o perpetua.


Las comunidades temporales son generalmente indeterminadas en el tiempo, desde que
el derecho para pedir la partición es renunciable sólo por periodos determinados de
tiempo (artículo1317).
En cambio, las perpetuas las establece la ley, y están fundamentadas en la naturaleza de
las cosas como, por ejemplo, las copropiedades inmobiliarias (Ley 19.537) o las
antiguas propiedades horizontales (Ley 6.071).

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Extinción de la comunidad.
Se puede producir por distintas causa. En efecto, podría ocurrir que todas las cuotas se
reúnan en una sola persona. También podría destruirse la cosa común. Pero, la situación
típica de extinción lo será por la partición de los bienes comunitarios, sean bienes
singulares o universales.
La partición es el reemplazo de un derecho o cuota sobre un bien común por un
derecho exclusivo en una parte determinada del bien común o sobre uno de ellos, lo
que se produce por medio de la adjudicación de esa parte o bien.
La partición de bienes puede ser convencional o voluntaria y judicial o forzada. En
este último caso se designa un juez árbitro partidor para que realice la partición de los
bienes y asigne a cada comunero su cuota, lo que hará en definitiva mediante una
sentencia denominada laudo y ordenata.
La partición de bienes y la adjudicación encuentran su regulación principalmente
en título X del Libro III del Código Civil y en los títulos VIII y IX del Libro III del
Código de Procedimiento Civil.

La cuota.

Corresponde a una noción básica de la concepción romana de la comunidad y a través


de ella se precisan los derechos y obligaciones de los comuneros.
Concepto: es la porción ideal, determinada o determinable, que tiene cada
comunero en el objeto de la comunidad o cosa común.
Se expresa en fracciones o porcentaje (un medio, un tercio, un cuarto, un diez por
ciento, un cincuenta por ciento, etc.) y si nada se dice, se entienden que todos los
comuneros tienen porciones iguales (artículos 1098 y 2307).
Cada comunero puede disponer libremente de su cuota por acto entre vivos (por
ejemplo, artículos.1320, 1812, 2417) o por causa de muerte (artículo 1110), puede
reivindicarse (artículo.892) y embargarse (artículo 524 del Código de Procedimiento
Civil).

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Todo lo anterior, sin perjuicio de los actos materiales que los comuneros puedan
ejecutar en la cosa común (artículos.2081 y 2305), pudiendo cualquiera de ellos
pedir el cese del goce gratuito que de la cosa común hace otro comunero (artículo
655 del Código de procedimiento Civil).

La coposesión.
Se suele comparar la coposesión a la copropiedad señalándose que corresponde a la
misma concepción referida al hecho de la posesión.
De esta forma, la coposesión es la posesión (es decir, la tenencia de una cosa corporal
con ánimo de señor y dueño) de una misma cosa por dos o más personas conjuntamente.
Esto es admitido expresamente en los artículo .687 y 718.

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La Copropiedad Inmobiliaria.

Por ley 19.537 de 16 de diciembre de 1997 se aprobó y publicó un régimen de


Copropiedad Inmobiliaria. Esta normativa vino a derogar la legislación vigente
constituida por la ley 6.071 sobre Propiedad Horizontal, e incluso se propuso con la
nueva ley regir incluso los inmuebles sujetos a las prescripciones de la Ley anterior, con
algunas salvedades. Este cambio legislativo se explica sobre la base de establecer una
mejor regulación de las relaciones entre las personas que viven en este tipo especial de
copropiedad..
Junto a la Ley 19.537 se dictó su Reglamento por Decreto Supremo Nro.46 del
Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, publicado en el Diario Oficial con fecha 17 de
junio de 1998.

Aspectos relevantes:

Naturaleza jurídica de la Copropiedad Inmobiliaria.


Se han ideado diversas doctrinas para explicar la naturaleza jurídica de este régimen
especial. Las más importantes son:
1)Teoría de la Servidumbre: los copropietarios tienen un derecho de servidumbre
sobre los bienes comunes.
2)Teoría de la Comunidad: en este tipo de propiedades no hay más que una
comunidad de derechos sobre el inmueble en general, lo cual no se condice con el
hecho de que existan derechos individuales y exclusivos sobre las unidades que lo
componen.
3)Teoría del Derecho de Superficie: su titular pueda utilizar temporal o
perpetuamente el suelo del propietario del inmueble para apoyar una determinada
cosa sobre él, como un edificio. 4)Teoría de la Sociedad: supone la existencia entre
los copropietarios es una sociedad.
5)Teoría Sui Géneris o Teoría del Régimen Especial de Propiedad: la copropiedad
inmobiliaria constituye un régimen especial de dominio, en que cada titular goza de
un derecho exclusivo y absoluto sobre su unidad, pero que respecto de los espacios
comunes existe entre ellos una comunidad.
Características de la Copropiedad Inmobiliaria: Presenta las siguientes:
1)Es un derecho especial de copropiedad, y por ende, las disposiciones de esta ley se
aplican con preferencia a las disposiciones de los artículos.2304 y siguientes, por
ser una normativa especial.
2)Establece un derecho de propiedad real, exclusivo, absoluto y perpetuo sobre las
unidades; y un derecho de comunidad forzoso sobre los bienes comunes.
3)El estado de copropiedad es irrenunciable entre los copropietarios.
4)La administración de la cosa común se efectúa por ciertos órganos que funcionan
en base a acuerdos de mayoría, y por ende no existe un derecho de veto.

Definiciones legales:
1)Condominios: son las construcciones o terrenos acogidos al régimen de
copropiedad inmobiliaria regulado por la Ley 19.537.
Se distinguen dos tipos de condominio, que no pueden estar emplazadas a un
tiempo sobre el mismo predio:

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Condominios Tipo A: las construcciones, divididas en unidades, emplazadas en un


terreno de dominio común; y
Condominios Tipo B: los predios con construcciones o con proyectos de
construcción aprobados, en el interior de cuyos deslindes existan simultáneamente
sitios que pertenezcan en dominio exclusivo a cada propietario y terrenos de
dominio común a todos ellos.
2)Unidades: son los inmuebles que forman parte de un condominio y sobre los
cuales es posible constituir dominio exclusivo. Podrán ser viviendas, oficinas,
bodegas, estacionamientos, recintos industriales, sitios u otros.
3) Bienes de dominio común, clasificados en los cinco grupos siguientes:
a) Los que pertenezcan a todos los copropietarios por ser necesarios para la
existencia, seguridad y conservación del condominio, como el terreno de dominio
común, los cimientos, los muros, las techumbres, etc.;
b)Los que permiten el uso y goce de las unidades de dominio exclusivo y diferentes
a los anteriores, como los espacios de circulación común;
c)Los terrenos de dominio común, colindantes a las unidades de dominio exclusivo,
diferentes a los anteriores;
d)Los bienes muebles e inmuebles destinados permanentemente al servicio,
recreación y esparcimiento comunes; y
e)Los que tengan asignados tal carácter en el Reglamento de Copropiedad, que
sean diferentes a los anteriores.

Constitución del Régimen de Copropiedad Inmobiliaria (afectación):


Para constituir un condominio afecto a esta Ley se requiere:
1)Cumplir con la normativa vigente en materia de construcciones, en especial la
Ley General de Urbanismo y Construcciones y su Ordenanza, así como con la
normativa del plan regulador vigente en el terreno en que el condominio se
emplace. Existen normas especiales en dichos cuerpos legales, que regulan las
superficies que deben cederse gratuitamente a las Municipalidades, que establecen el
acceso a espacios de uso público, que establecen el tamaño mínimo del terreno en que
deben estar emplazados estos condominios, la altura máxima de los mismos y el número
mínimo de estacionamientos, entre otras.
2)No podrán emplazarse en un mismo predio condominios Tipo A y Tipo B.
3)Formulación e inscripción de un Reglamento de Copropiedad. Este Reglamento
se otorga por escritura pública y se inscribe en el Registro de Hipotecas y Gravámenes
del Conservador respectivo.
4)Deben confeccionarse planos del condominio, donde se exprese cada una de sus
unidades, con sus respectivas superficies y emplazamiento.
5)Debe otorgarse por la Dirección de Obras Municipales de la I. Municipalidad
respectiva Certificado que declare al Condominio acogido a la Ley 19.537.
6)Finalmente, deben archivarse en una sección especial del Registro de Propiedad
en el Conservatorio respectivo, en estricto orden numérico, los planos del
Condominio y el Certificado Municipal.

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Desafectación: Afectado una propiedad al régimen de Copropiedad Inmobiliaria


sólo puede excluirse de esta normativa por su desafectación en la forma prescrita
en la propia ley.

Administración del Condominio: Tiene lugar por medio de órganos especiales, que
son:
1)Las Asambleas de Copropietarios, ordinarias o extraordinarias, citadas en
conformidad a la ley, y en la cual cada copropietario tiene derecho a voz y a voto
conforme sus derechos en la copropiedad. La ley establece quórums especiales para
sesionar y para adoptar acuerdos. La Asamblea decide los aspectos más relevantes de
la comunidad, como la aprobación de la administración, la reforma del Reglamento de
Copropiedad o la desafectación del condominio.
2)Comité de Administración, que reemplaza a las ”Juntas de Vigilancia” de la Ley
6.071. Tiene carácter resolutivo respecto de todos los aspectos de la administración,
salvo los que sean materia de Asamblea. Pueden dictar normas para el buen orden y
funcionamiento de la comunidad y aplicar sanciones (consistentes en multas) a los
infractores de las normas de la comunidad.
Se designan por la Asamblea, su número es al menos de tres y duran por todo el
plazo que señale la Asamblea, el que no podrá exceder de tres años, aunque pueden
ser reelegidos indefinidamente
3)El Administrador, que tiene a su cargo el cuidado de la comunidad y la ejecución
de los actos de administración y conservación de los bienes comunes. Se nombra
generalmente por la Asamblea, pero puede acordarse su administración por otro medio,
como por ejemplo, en el Reglamento de Copropiedad o por el Comité de
Administración.

Otras normas:
La ley contempla normas especiales sobre la seguridad del condominio, sobre
condominios de viviendas sociales y finalmente un conjunto de normas generales que
disponen la derogación de ciertos cuerpos legales y la aplicación de este nuevo régimen
a los condominios existentes.

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