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TTP GUION – Prof.

Paula La Battaglia
PRIMERA APROXIMACIÓN AL GUIÓN

¿Qué es el guión ?
La definición exacta de Guión se antoja compleja y con variaciones según los autores. En cierta manera se establece en un punto de
equilibrio entre la fuerza creativa de literatura y la del cine. De igual modo que hay guiones que se convirtieron en novelas como 2001,
una Odisea del Espacio de Arthur C. Clarke son multitud los ejemplos de novelas que se transforman en guiones y luego en películas
o series televisivas (desde El Quijote hasta Harry Potter o El señor de los anillos). El resumen más simple podría indicar que un guión
es un texto escrito concebido desde su origen para transformarse en imágenes.
Ya hemos indicado en otros epígrafes que la narrativa fílmica es causal. Es decir que los guiones comienzan o parten de un punto
(con frecuencia sin dar ninguna información sobre los procesos acaecidos con anterioridad) y se constituyen como trayecto que
avanza por medio de acciones y conflictos de los personajes para llegar a otro punto que se determina como final (y deja
conscientemente al margen la evolución futura).
Como se sabe, la progresión lineal de incidentes, episodios y acontecimientos relacionados entre sí que conducen a una resolución
dramática se han definido ancestralmente como planteamiento o principio, nudo o medio y desenlace o final

La estructura
A pesar de que a lo largo de la historia del cine existen ejemplos de autores y pensamientos que han organizado el pensamiento
artístico cinematográfico desde una perspectiva liberada de ataduras, resulta innegable que en todo los procesos de la creación
fílmica predominan una serie de normas técnicas que establecen un sistema unificado que limita las alternativas. Ya conocemos que
la elaboración de las historias fílmicas está muy condicionada por esas reglas de causalidad narrativa, motivaciones psicológicas de
los personajes de cara a la superación de los obstáculos y la consecución de los objetivos. Paralelamente, el material narrativo de una
película está representado con una determinada estructura del guión en tres actos.
Primer acto o planteamiento. situar al espectador: hacerle entender de QUÉ trata la historia, QUIÉN la protagoniza y CÚAL es su
premisa dramática. En la primera fase hay que enganchar a la; como cualquier espectador conoce, con mucha frecuencia los iniciales
minutos de una película suelen determinar si nos gusta o no o, al menos, si nos interesa o no.
Los métodos de inicio de un relato audiovisual varían. Podemos encontrar emocionantes secuencias iniciales repletas de acción,
presentaciones peculiares de los personajes, o simplemente la exposición de la situación y los personajes a un ritmo cadencioso.
Cineastas como Howard Hawks o Billy Wilder (que se inició como guionista y lo siguió siendo de todas sus películas) insistían en
comparar un film con una montaña rusa, donde el inicio debía ser dinámico y emocionante y luego durante todo el relato ir
intercalando descansos y ascensos en el clímax hasta su resolución.
El final del primer acto viene determinado por el primer nudo de la trama, un hecho que hace avanzar la historia mediante un
giro, una situación que relacionada directamente con la historia la dota de una nueva perspectiva y obliga al protagonista a seguir
adelante. Ejemplaricemos con una historia: Un policía desmantela una operación de tráfico de estupefacientes y descubre que sólo ha
requisado un pequeño alijo que servía de señuelo a una operación de mayor envergadura, la redada en el muelle comandada por el
protagonista que, tras un tiroteo, descubre el alijo. Luego para mostrar su entorno, su gloria y finalmente, primer nudo de la trama, la
certeza de ha sido objeto de un engaño. QUIÉN; el policía, QUÉ; su lucha por destruir un conglomerado de narcotraficantes y obtener
un gran triunfo personal, CÚAL; descubrir el motivo del engaño y la posible restitución de su reputación.
Segundo acto o confrontación; se basa en el conflicto personal o psicológico y los obstáculos que lo producen. No hay historia si no
hay impedimentos que interrumpan al protagonista alcanzar su meta. Estas dificultades componen la acción dramática de la historia.
Lo que se denomina en inglés plot, trama o desarrollo. El personaje tiene definido su objetivo , el espectador le acompañará en su
trayecto para alcanzarlo.
Este proceso se inicia con la complicación del problema; en nuestro ejemplo: el policía se ve implicado con el descubrimiento en su
casa de una partida de droga. La situación puede empeorar. El guionista quizá recurra a un intento de normalización por medio de la
acción; aún suspendido en sus funciones, nuestro policía sigue con la investigación haciendo nuevos descubrimientos, recurriendo a
sus amigos y contactos en los bajos fondos. Finalmente se alcanza un estado de crisis que corresponde con el final del segundo acto
en forma de segundo nudo de la trama, un nuevo giro o descubrimiento que conduce a la historia a su resolución; el protagonista
descubre que su compañero de patrulla está involucrado en sus desgracias y, además, ha secuestrado a su madre.
Tercer acto o resolución; el final debe completar y explicar la historia para dotarla de unidad. Si el guión es un trayecto, el guionista
debe saber cuál es la estación de destino. Si se sabe a dónde se va, se puede elegir el modo. En caso contrario el escritor puede
terminar deambulando sin rumbo y no llegar a puerto. El final ha de estar relacionado con el inicio pero dotándolo de otra perspectiva.
En nuestro ejemplo, el policía salva a su madre viéndose obligado a matar a su (ex)amigo, salva su reputación, pero ya no le interesa
la gloria de su profesión, o su oficio mismo.
La mejor opción es el final cerrado, es la más habitual porque satisface mejor las expectativas creadas. La narración audiovisual es,
ante todo, un negocio y para mantenerlo hay que complacer al público, no ofenderle o decepcionarle. Sin embargo, cada vez son más
frecuentes los finales abiertos que dejan al espectador completar la propia historia

De la idea a la historia
En el principio siempre hay una idea que provoca la necesidad de narrar en imágenes y de comunicarla. Provendrá de la memoria de
nuestra experiencia personal, de lo que captamos en el entorno, de lo que leemos, vemos u oímos. Se enumera en pocas palabras y
contiene la razón de ser de la historia. Por ejemplo, idea núcleo: un policia abate a tiros a su compañero de patrulla que utilizaba a su
madre como escudo y rehén.
El segundo paso del proceso es crear el síntesis de la historia. Abarca unas pocas líneas. Es equivalente a los resúmenes de las
películas en los periódicos o revistas especializadas y en muchos casos es lo único que leen los productores antes de implicarse en
un proyecto. Por ejemplo; Un policía se ve desprestigiado por un engaño llevándole a arriesgar todo, empleo, familia, amigos, para
limpiar su nombre, y cuya resolución, la traición de su compañero de patrulla, le hará replantearse sus antiguos valores.
La tercera etapa es argumento describe la historia completa de los hechos y personajes principales en tiempo presente.
Luego se escribe la sinopsis, un breve resumen en dos o tres páginas donde ya se especifican los personajes, las acciones
principales y las intenciones. No contiene diálogos, pero ya empieza a ser un texto que quiere ser trasladado a la pantalla en
imágenes. Es una mirada general, primera forma textual del guión, que los guionistas utilizan en sus primeras entrevistas ante el
productor, quien quizás se sirva de ella para conseguir dinero o coproducción. Sólo llega a manos de directores o productores por lo
que su forma ha de ser clara y concisa.
Puede pasarse entonces al guión literario. Contiene las acciones y los diálogos y es el instrumento de trabajo de todo el equipo de
rodaje, tanto técnicos como actores.
La última fase no pertenece ya a la labor del guionista sino al equipo de dirección y recibe el nombre de guión técnico donde se
determinarán cuestiones concretas de producción y sobre todo la visión técnica (tamaño de los planos, movimientos de cámara, etc. )
que el director tiene del texto.
Un ejercicio estimulante y entretenido sería llevar a cabo todas estas fases con una idea propia o con una noticia aparecida en los
diarios que reclame nuestra atención. ¿Hasta qué etapa eres capaz de llegar? No escatimes esfuerzos, la creación y el desarrollo
de la imaginación es un ejercicio tan ameno como productivo.

El guión literario
El guión literario consiste en la presentación narrativa y ordenada de las acciones y diálogos, todo ello estructurado en secuencias y
dispuesto ya a ser llevado a la pantalla. Contiene la historia que el director con sus colaboradores técnicos y artísticos trasladará a la
pantalla mostrando su punto de vista (y no el del guionista), y eso hasta el punto que con frecuencia en los rodajes es el texto que se
utiliza para el desarrollo del trabajo dejando para el último momento la planificación exacta. Es lo que habitualmente se publica
editorialmente (en realidad lo que se publica se prepara una vez que la película se ha terminado).
El guión literario ante todo ha de ser lingüísticamente sencillo y formalmente directo; debe huir de los detalles y situaciones
secundarias que recargan la acción y retardan la culminación del relato. Un buen guionista no hace indicaciones de cámara, a lo sumo
sugiere alguna pues como hemos dicho más arriba la labor de determinar el punto de vista pertenece al director.
Veamos un ejemplo de la forma de escribir un guion:

3. EXTERIOR/NOCHE. MUELLES DE NUEVA YORK. (Se indica el número de orden de la secuencia en el guión; y el tiempo y lugar
en que se desarrolla la acción; tampoco es infrecuente verlo al revés: MUELLES DE NUEVA YORK, EXT/NOCHE).
TOM DOYLE SE LIMPIA EL SUDOR DE LA FRENTE. SU COMPAÑERO ADRIAN DUNBAR LE PRESTA UN PAÑUELO. LA NOCHE
ES FRÍA Y TODOS LOS POLICÍAS APOSTADOS VAN ABRIGADOS. CONTEMPLAN EL BARCO BELLASEAMUS. (Se procede a una
escueta y clara descripción de los personajes, el lugar y las acciones. Los personajes se escriben en mayúsculas)
TOM (susurrando)
El alcalde me tendrá... nos tendrá que dar la llave de la ciudad
ADRIAN
Me conformo con evitar otra medalla de plomo
(El personaje que habla se escribe con mayúscula en el centro de la página; las acotaciones en minúscula y entre paréntesis; el
diálogo en el centro de la página para distinguirlo claramente de las acciones)
Tom dibuja una leve sonrisa y resopla. (Las acotaciones pueden indicar las reacciones y los silencios de los personajes en el caso de
que sean relevantes)
TOM
Nunca entenderé tu maldita manía...
UN CHIRRIDO METÁLICO INTERRUMPE A TOM. (LOS EFECTOS DE SONIDO O MUSICALES SE ESCRIBEN EN MAYÚSCULA
PARA FACILITAR LA LABOR DE LOS TÉCNICOS DE POSTPRODUCCIÓN)
CORTE A; (Puede indicarse el cambio de secuencia con términos como CORTE A, cuando el cambio se produce por corte directo
entre planos; ENCADENADO, cuando la transición se produce superponiendo el desvanecimiento de un plano con la aparición de otro
o FUNDE A NEGRO. Lo idóneo es utilizar la primera formula para no incomodar al director con excesivas propuestas)
¿Sabías que ningún guión rodado ha tenido menos de cuatro o cinco versiones hasta llegar a la definitiva?

El guión técnico
Si al guión literario se le incluye la planificación a realizar y los movimientos de cámara, nos encontramos con lo que en la industria se
denomina el guión técnico.
El director redacta el guión técnico señalizando los momentos concretos en los que ha decidido utilizar las distintas herramientas del
lenguaje audiovisual: el emplazamiento de la cámara y los tamaños de plano (general, medio, primer plano...), ángulos de la toma
(picado, a ras de suelo...), los movimientos de cámara (panorámica, steadycam, travelling...), las transiciones entre planos (fundidos,
encadenados, desenfoques...), efectos dramáticos (juegos de luces o sonidos,...) y en ocasiones, si su preparación se lo permite, las
focales (objetivos, enfoques de términos,...).
El storyboard es una presentación en dibujos o fotografías del guión técnico. A modo de cómic se presentan cada uno de los planos
tratando de aproximarse al máximo a la concepción que el director tiene. Posee su propia nomenclatura de signos (flechas para
indicar que tres dibujos consecutivos serán el mismo plano rodado en movimiento...) y abreviaturas. Su uso se ha generalizado tanto
que ya existe como profesión específica como puede apreciarse en los créditos finales de las películas. La aplicación de las nuevas
tecnologías ha llevado en algunos casos a hacer storyboards digitales, tridimensionales y en movimiento de determinadas secuencias
para prever problemas o sencillamente para realizar una visualización previa.

El guión original y el guión adaptado


Más de la mitad de las películas que se hacen en el mundo provienen de textos previos: novelas, obras teatrales, canciones, cómics,
noticias; incluso en las formas fílmicas no narrativas es frecuente la visualización de poemas o composiciones musicales.
No hay diferencia sustancial entre el método para escribir una obra original o los procesos de adaptación de obras previas. Adaptar es
transformar las peculiaridades de un medio a otro, es la capacidad de adecuar dos lenguajes por medio de cambios o ajustes.
Obviamente, en toda adaptación se trata de valorar en cada caso las zonas compartidas por ambos medios (el punto de vista, los
estilos narrativos...) y también las zonas de conflicto (el cine y la literatura son modos de representar la realidad que utilizan procesos
distintos).
El guionista no sólo tiene que realizar una condensación, puesto que no se trata tan sólo de resumir, sino que en muchas ocasiones
hay que eliminar personajes, tramas, subtramas, reducir su importancia o, en algunos casos, inclusive crear nuevos personajes y
situaciones. Algo que inevitablemente afectará al ritmo narrativo y a los mecanismos de envolvimiento psicológico del espectador.

Escenas, secuencias y planos


Un guión no tiene como objeto sino ser una película y, como tal, toda su estructura está concebida para facilitar el trabajo. De esta
manera, un guión se divide en partes, básicamente porque cada una de ellas constituye un módulo a partir del cual puede organizar la
producción. La clasificación más operativa es la que distingue entre una serie de escenas, divididas en secuencias que, a su vez, se
dividen en planos.
Una secuencia es un bloque de acción dramática asentado en una idea que las más de las veces sirve para dar coherencia al relato y
para avanzar en el trayecto de la historia hacia el desenlace. El lenguaje común nos da ejemplos útiles; nos es necesario ser un
cinéfilo para hablar de la escena del robo, la escena de la boda, etc. No existe un número limitado de escenas en un guión, cada
historia tiene sus necesidades. En Náufragos (1944) de Alfred Hitchcock toda la acción transcurre en un bote en medio del mar y
consta de menos escenas que, por ejemplo, cualquiera de las secuencias que se nos ocurran de la serie de James Bond. Baste tan
sólo apuntar que la unidad dramática que establece la escena debe respetar la tríada característica de planteamiento, nudo y
desenlace. Y, excusado es decirlo, debe ayudar a la construcción o resolución del tema.
Si las secuencias son el contexto general, las escenas son el contenido.
La secuencia es la unidad dramática de espacio y tiempo. La secuencia nos indica siempre un espacio, si sucede en un interior (casa,
estación, coche...) o un exterior (campo, calle, mar...), y un tiempo, si sucede de día o de noche. Cada vez que se cambian estas
variables se produce un cambio de secuencia.
Tan sólo se puede decir que las secuencias no deben reiterar lo previamente establecido o separar al espectador del desenlace que
tenga el guionista establecido.
Por último, el plano es la unidad narrativa mínima. Viene determinado por la posición y el movimiento de la cámara. No suele
indicarse, pero en ocasiones en el pasado venía indicado en el guión técnico con una clasificación basada en el orden del abecedario,
por lo que es un instrumento más propio del director que del guionista.
Cierto es que pueden plantearse escenas de transición con el fin de ambientar el tema o enlazar sus periodos: en un viaje los planos
de ruedas de locomotoras, humos, raíles, etc. Asimismo, pueden ser considerados como escenas los planos desligados de
secuencias que contribuyen a crear el carácter del personaje o del ambiente como los llamados planos de recurso; piénsese que un
plano buen plano de recurso puede ser descriptivo y más útil para el relato que un minuto de diálogo.

Personajes
La causalidad centrada en los personajes es la base de la narrativa cinematográfica.
De esta manera, todo relato ha de tener un personaje, o varios. El personaje es el eje motriz de la acción causal, deberá contar
obligatoriamente con una serie de rasgos psicológicos. En otras palabras, el guionista debe dar una vida interior y otra exterior al
personaje que ayude a comprender sus acciones.
La vida interior sería la biografía, la vida del personaje hasta el momento en que se inicia la historia que se ha decidido contar. Es su
período de formación que el espectador no conoce directamente pero que condiciona al personaje. Su sexo, contexto histórico,
procedencia, entorno, clase… cuantos más datos se desarrollen, más completo es y más posibilidades ofrece al escritor para el guión.
Puede resultar útil, por las contaminaciones que vienen de los procesos publicitarios, que el guionista parta de unas fichas en las que
se establezca la vida interior del protagonista.
La vida exterior es la que se narra en la película; todo personaje ha de enfrentarse a conflictos para alcanzar su objetivo, se relaciona
con otros personajes e interactúa consigo mismo. Un buen ejercicio consiste en parcelar la vida del personaje en tres ámbitos; el
social, con quién se relaciona, cuál es su estado civil; el profesional, en qué trabaja, a qué se dedica; y el privado, qué piensa, en qué
cree. La tensión dramática provendrá de los obstáculos que ha de superar para lograrlo y de sus acciones. Un personaje es lo que
hace más que lo que dice.
Al igual que las escenas y las secuencias, los personajes necesitan de un contexto y un contenido. El contexto es un punto de vista, la
manera de ver el mundo que tiene el guionista. También es una actitud, un modo de comportarse y de reaccionar. También, según
indica Syd Field, la construcción del personaje es revelación; y por ello a lo largo de la película iremos descubriendo datos sobre su
personalidad: siente la tensión del momento o le gusta la pizza con atún. El contenido de los personajes será el actuar que surge de
todos estos contextos especificados.
A la hora de escribir una idea original pueden darse dos situaciones: que se tenga una idea núcleo inicial y haya que encajar en ella a
los personajes o que al ir desarrollando las peculiaridades de aquéllos se vaya cristalizando la trama de la historia. El proceso de
escritura y creación da lugar a descubrimientos sorprendentes que conducen al guionista por caminos inesperados.
A modo de consejo: es interesante conservar como propios todos los datos físicos que conforman el personaje y sean inherentes al
relato, pero salvo que sus características condicionen la propia historia, no es conveniente resaltarlo en el guión para que las
posibilidades de encontrar actores sea más amplia. Especificar en exceso puede producir rechazo por parte de un interprete.

Los diálogos
Desde los lejanos tiempos del cine mudo se ha considerado, como decíamos arriba, que un personaje es lo que hace, que lo
eminentemente cinematográfico es la acción. Sin embargo, no puede dudarse que también hay parte de él y su psicología que sólo
conoceremos a través de los diálogos. La mejor manera de considerar lo adecuado de unos parlamentos será preguntarse si a través
de ellos el espectador resuelve situaciones o aclara caracteres de los personajes. En suma, los diálogos poseen el mismo objetivo
que la acción: acercar el tema a su desenlace. A través de lo dicho y confrontándolo con los hechos sabremos qué piensa un
personaje y cómo se relaciona con el resto de los personajes.
El habla es la vía más eficaz que posee el personaje para transmitir sus pensamientos. La palabra es un mecanismo a través del que
podemos tener una mejor definición de su contexto, según su acento podremos saber su procedencia y otros datos sociales.
El diálogo es un texto dramático que ha de ser recitado por un actor y se presenta en diferentes formas, además de los diálogos
propiamente dichos:
Soliloquio; cuando el personaje habla sólo
Monólogo interior; cuando se refleja el pensamiento del personaje como si estuviera hablando consigo mismo
Narración; relato de los acontecimientos, acciones o paso de tiempo. El narrador puede estar presente en las imágenes o en off.
Los diálogos son el centro de las comunicaciones verbales del guión; caracterizan a los personajes, informan sobre la historia siendo
fundamento del tiempo dramático. Puede ser realista o naturalista, el que habitualmente identificamos como lenguaje fresco y de la
calle, o más apegado a los placeres del lenguaje literario .
Un buen diálogo muestra los sentimientos de los personajes, no cuenta la historia. Un error usual entre los malos y novatos guionistas
es el de resolver las tramas y los conflictos a través del diálogo (cuando esto debe realizarse a través de las acciones). Por supuesto
que toda regla tiene sus excepciones y que la creación posee un componente de libertad que permite a cada uno utilizar los recursos
a su gusto, pero en los más de los casos ello no implicará calidad ni efectividad en el trabajo realizado (recuérdese las comedias
españolas zafias de los años setenta).
Escribe una escena y rescribe varias veces los diálogos. Irás descubriendo cómo a cada revisión los reduces y los pulís más.

Fín
Las historias que se establecen en las películas van creciendo hacia un punto culminante. Según avanza el trayecto del relato la
causalidad que enlaza todas las escenas y secuencias se va encauzando hacia una única resolución. Lo cerrado de las estructuras
fílmicas hace que los espectadores avezados intuyan la previsibilidad en el desarrollo y en el final de las historias cinematográficas.
Los cánones indican que un guión ha de tener un momento cumbre en el que culminen los trayectos causales de la película y donde
se resuelvan los problemas planteados en su curso; tras el desarrollo dramático de ese momento, el film ha de concluir rápidamente.
La situación es tan visible que durante décadas las películas finalizaron con un letrero categórico: The End, Fin. Cierto es que en el
cine contemporáneo se parte de que no existe un punto final concreto, sino la interrupción de una historia en un momento dado y que
nosotros como espectadores podemos prolongarla hasta el infinito. De ahí que como generalidad haya desaparecido el último cartel.
Sin embargo, esas dudas no pueden existir en el guionista. De hecho, una buena práctica es considerar que el final de una historia es
lo primero que ha de conocer el guionista. Todo girará alrededor de ese final, pues desde ese punto se podrá trazar la evolución del
personaje y podrán establecerse los obstáculos para llegar a esa conclusión. Es el método básico del suspense y de la causalidad
fílmica: conocer la resolución para ir ocultando al espectador los detalles que desvelen demasiado pronto la intriga, permitiendo al
mismo tiempo ir dándole claves y pistas que le permitan llegar a la solución del enigma al unísono que el protagonista. En otras
palabras, si se desconoce el destino del protagonista es imposible trazarle el camino.
Desde el punto de vista del guión, el fin de una película es la combinación de tres momentos que pueden darse juntos o levemente
separados: culminación del climax, desenlace y final propiamente dicho. Son muchos los que opinan que el final acaba siendo casi lo
más importante de la película; y que aunque los personajes sean buenos, los diálogos excelentes y la trama entretenida, si el final es
descendente o simplemente vulgar y decepcionante, toda la película habrá perdido su peso.
No es fácil establecer un final aunque a priori parezca basarse en una simple lógica, la consecución del objetivo. Retomando nuestro
repetido ejemplo podíamos optar por un final que hace que ambos policías resuelvan el engaño realizado por terceros; por otro en el
que Tom Doyle (recuerden el ejemplo que dimos en “le guión literario”) resuelva el enigma añadiéndole una porción de venganza por
la muerte de su colega; y hasta un tercero en que la traición de su compañero resulte ser la solución al caso. Cualquiera de estas tres
opciones variará completamente el relato y sin embargo el concepto general es el mismo: la consecución del objetivo.
Siempre será mejor un final cerrado que uno ambiguo. Siempre será mejor un final feliz que uno triste. Pero nada es una verdad
absoluta y existen grandes películas en la Historia del cine que contradicen estas posturas base del cine industrial y comercial.

Este apunte tiene como objetivo brindarte aspectos generales para la escritura de un guión. Pero hay algo que
tenés que saber: el secreto para escribir el guión es leer, leer y leer otros guiones y otros textos narrativos y,
recién después de leer mucho, podes escribir y re escribir una y otra vez tu propio guión. Esa es la clave.

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