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Propósito:
Demostrar la relación intima de la fe y las obras
Desafiar a todos los discípulos a vivir nuestra fe a través de las obras
Introducción:
Una noche se prendió de fuego una casa y el joven fue forzado a subir al techo.
Su padre estuvo parado afuera con sus brazos extendidos gritando al joven,
"¡brinca hijo y yo te agarro!" Él supo que, para salvar su vida, el joven tenía que
saltar. Pero la única cosa que el joven podía ver era las llamas del fuego, humo y
oscuridad. Como se puede imaginar, el joven tenía miedo saltar desde el techo.
Su padre continuo gritando, "¡Brinca hijo! ¡Yo te agarro!" Pero el joven protestó
diciendo, "Pero papá…..es que no te veo." El padre respondió, "Pero hijo, la
única cosa que importa aquí es que yo sí te puedo ver."
Estudio Bíblico:
1. Si no pongo por obra mi fe, mi fe es vana.
(14) Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y
no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? (15) Y si un hermano o una
hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada
día, (16) y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos,
pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué
aprovecha?
a. Soy el único responsable de activar mi fe.
Cuando el gran misionero Hudson Taylor fue a China, viajó en un barco de velas.
Mientras que se acercaban a la Península de Malay y la isla de Sumatra, el
misionero escuchó a alguien tocando la puerta de su cabina. Al abrir la puerta,
encontró al capitán diciendo, "Señor Taylor, no hay viento. Estamos
acercándonos a una isla donde temo se encuentra puros caníbales.""¿Qué puedo
yo hacer?", preguntó el señor Taylor. El capitán respondió, "Yo entiendo que tú
eres un cristiano y que crees en Dios. Necesito que ores a Dios para que nos
mande viento." "Está bien, capitán, yo lo haré. Pero primero tú necesitas
levantar y abrir las velas". "Pero eso sería una locura", dijo el capitán. "No hay
nada de viento. Además, los marineros creerán que soy loco." Pero después de
mucha insistencia de parte del misionero, se sometió a lo que le exigía. Después
de cuarenta y cinco minutos, el capitán regresó para encontrar al misionero
Taylor todavía sobre sus rodillas orando. "Puedes dejar de orar ahora", dijo el
capitán. "No sabemos ni qué hacer con todo el viento que tenemos."
Conclusiones: