XXV Aniversario
1977-2002
INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES
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Dibujo original de Josef Ximénez. 1783. Archivo Histérico Provincial de Albacete.LA FERIA DE ALBACETE.
El dibujo de 1783 y las estampas de 1784 y 1866
Para Albacete, su feria constituye una referencia de especial importancia e
identidad. Hoy es un acontecimiento que ha perdido su caracter econémico y en
donde prima, exclusivamente lo festivo. No obstante, la feria de septiembre sigue
siendo la cita al recuerdo de un pasado, no lejano, de lo ganadero, lo agricola y lo
comercial, que en buena medida han sido las bases del desarrollo de la antigua villa
de Albacete y de la nueva ciudad que, por su situacion geogréfica, entre Levante y
Andalucia, el centro peninsular y el SE mediterraneo, siempre fue centro y nudo de
comunicacién y cabeza de una amplia comarca eminentemente agricola, todo ello
justificaria la importancia adquirida por una feria cuyos origenes se remontan al
propio momento del establecimiento de Albacete como villa en el siglo XIV, cuando
habia transcurrido ya mas de un siglo de su conquista al mundo islamico y el caracter
estratégico del lugar y de la cercana Chinchilla, habian perdido protagonismo.
EI origen remoto de esta feria hay que buscarlo, como deciamos, en el
momento en el que el hasta entonces Lugar de Albacete se segrega de Chinchilla,
en 1375, y se convierte en villa; en aquel privilegio, otorgado por el Marqués de
Villena, se concedia al nuevo municipio los mismos derechos que a los de su
poblacién matriz, entre ella el de una feria anual, como ya lo planted, Fuster Ruiz;
de tal modo que aquel certamen inicié su actividad en la Edad Media, dentro de la
propia localidad, para continuar en los siglos XVI y XVII, si bien es posible que en
esta ultima centuria sufriera un importante cambio, ya que a principios de la misma,
coincidiendo con la decadencia y crisis del momento, la feria practicamente dejaria
de celebrarse, pero en 1672 al establecerse la orden franciscana, con convento
propio, en la vieja ermita de la Virgen en el paraje de Los Llanos, a una legua del
casco urbano, se reavivaria de nuevo el comercio en el lugar, aprovechando el
trasiego de gentes en la festividad de la patrona, el 8 de septiembre, lo que,
evidentemente, beneficiaba al convento; de ahi, incluso que la comunidad religiosa
solicitara del rey Carlos II, en 1683, un privilegio al respecto, por los roces entre la
municipalidad y los franciscanos. No obstante sera ya en el siglo XVIII cuando la
feria adquiere todavia mayor importancia y significacion; asi, en 1710, Felipe V
concederia el Privilegio de feria franca, quizd por el apoyo recibido de la villa en la
Guerra de Sucesi6n, esto supuso un mayor enfrentamiento entre el concejo y la
orden religiosa, argumentando el primero lo inadecuado del lugar, alejado del centro
urbano, asi como la falta de infraestructura, dirfamos hoy, de aquel paraje para los
feriantes.
Todas estas circunstancias harian que el municipio de Albacete planteara la
necesidad de la construccién de un edificio permanente para la feria, en principio.
en las inmediaciones de Los Llanos, y asi en 1772, el arquitecto, vecino de Lorca,
Lucas de los Corrales haria un proyecto, que consistiria en un espacio de planta
cuadrada, con cuatro puertas; el interior presentaria veinticinco ediculos exentos
divididos, cada uno, en cuatro tiendas, con estancias para vivienda de los feriantes
en la parte alta; asimismo, otras tiendas se situarfan en el interior del perimetro del
cuadrado hasta un total de cuarenta, asi como una hospederia para alojamiento.
En realidad era una construccion muy racional y simple con un evidente sentido
funcional, el precedente de lo que once afios después se realizaria ya en Albacete.