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EL UTILITARISMO

El utilitarismo, propone la suma de todas las utilidades individuales y


finalmente la ordenación de tales sumas en orden ascendente de
preferencias. La crítica que hace Sen, ante esto es que la información que
utiliza y la manera de utilizarla en el momento de precisar las
consecuencias, excluye ideas esenciales para la noción de justicia en un
estado social.

Harsanyi, por su parte afirma que el único modo de ser igualitarista es en la


manera que el utilitarismo lo es. En su ejemplar, el tratamiento que se
aplica en la definición de una política social toma en cuenta todos los
individuos por igual es decir, que todos reciben el mismo tratamiento en el
proceso de elección. Su modelo tiene como base el argumento hipotético
de que ningún individuo sabe que posición tiene en ninguno de los estados
sociales y además que tiene la misma probabilidad de ocupar cualquier
posición, en dichos estados. El juicio final es la agregación de todos los
juicios individuales, que como se ha dicho anteriormente tiene igual grado
de importancia social.

Harsanyi utiliza funciones de utilidad cardinal, las cuales son comparables


interpersonalmente, con el fin de establecer el grado de bienestar captado
por un individuo con la aplicación de una política. Construye dicho
modelo, teniendo como base: “Los principios de racionalidad bayesiana
para situaciones de incertidumbre, establece también que el único principio
racional para ordenar las alternativas sociales es el principio de la utilidad
media”♥.

El problema matemático del utilitarismo es que al tomar con tanta


relevancia los valores resultantes de la agregación (suma de las utilidades
©
individuales), está dejando de lado los valores distributivos, es decir que le
es indiferente el nivel de igualdad generado en la distribución. El
principio de leximín defendido por Sen, “juzga los estados sociales por el
bienestar del individuo peor situado” ♦. Este principio tiene la ventaja de
no introducir la condición de suma sino que por el contrario, realizar una
evaluación del bienestar introduciendo ponderaciones en favor de los que
están peor en la sociedad, el problema es que allí, es imposible establecer
diferencias entre estos y los que no lo están, es decir que no importa que
tan grande sea la diferencia, ni el número de individuos (pequeño
comparado con el resto o muy grande comparado con el resto) que
implique la toma de una decisión, siempre dominará la preferencia del peor
ubicado sobre la de los demás. Lo que puede producir una clara situación
dictatorial.

Según Sen, para realizar la evaluación de desigualdad del bienestar es


necesario que la utilidad se considere como un estado mental directamente
relacionado con algo que se consigne como valioso, pero teniendo cuidado
en no reducir toda la evaluación del bienestar sólo a aquellos estados
mentales, ya que hay que tomar en cuenta que el modo en que una persona
esté; no sólo depende del partido que le saque a las oportunidades que le
ofrece la vida, sino que también de la evaluación que la misma persona
haga del modo de vida que merece vivir. De esta manera, los estados
mentales son una pista para saber que cosas son las que valoran las
personas, más el valor que da a su vida, no depende de lo feliz que se
sienta, o cuanto desee, o cuanta satisfacción obtenga.

Por está razón, es que Sen hace tanto énfasis en que desear y valorar son
cosas totalmente diferentes, que tienen relación en un sólo sentido, en la
razón de que el individuo valora algo que desea. Lo que argumenta, que el
¨
concepto de: “Utilidad como un valor en sí mismo (como alguna clase de
estado mental), que funda el valor de los restantes objetos y así agota la
idea de valor que tiene un modo de vida, no puede ser una concepción
adecuada”. Además este concepto hace improbable la comparación de los
diferentes estados, a los que se llagaría cuando se pone en práctica esto.
Porque, la interpretación del deseo puede ser un buen indicador para
examinar el modo en que cada individuo se encuentra en cada uno de los
estados, pero su naturaleza de estado mental, puede conducir a resultados
totalmente distorsionados. Lo que Sen objeta ante esto es el grado de
arbitrariedad que tendría un juicio social basado en la intensidad de los
deseos.

Lo que realmente tiene importancia para la evaluación del bienestar no es


la cantidad de bienes que un individuo posea, si no lo que consigue
haciendo uso de éstos. Las diversas cosas que se logran a partir de esto son
lo que Sen a determinado realizaciones y es: “ El conjunto de las

realizaciones que uno logra lo que nos indica el modo en que se está ”.

Las realizaciones establecen relaciones entre posesión de bienes, utilidad,


bienestar, a partir de las cuales cabe el cuestionamiento acerca del nivel de
distribución, ya que permite detectar en qué y por qué una persona no logra
lo mismo que la otra en su sociedad.

Aquí aparece algo esencial en el análisis de Sen, y es el hecho que una


misma cantidad de un bien pueda ser convertida en diversas realizaciones,
dependiendo de la elección de la persona.

De esta manera según un grupo de bienes y modos de utilización las


personas realizan sus elecciones las cuales conforman un conjunto de
realizaciones, donde la comparación de las realizaciones de las distintas
§
personas nos indican que cosas consiguen hacer o ser en la vida, y permite
evaluar sensiblemente el modo en que están.

Las capacidades determinan el valor que la persona da a ese conjunto de


realizaciones, y en la medida que refleje la libertad para llevar a cabo el
tipo de vida que valora, de modo que dependerá de la libertad que ha
tenido la persona para elegirlo. Hay que tener claro, que para emitir un
juicio social sobre realizaciones es necesario tener en cuenta la oportunidad
que ha tenido esa persona de elegir las realizaciones que valora. Sen hace
énfasis en el conjunto de capacidades de elección y lo que se propone es
evaluar sus realizaciones alcanzadas, en términos de su conjunto de
capacidades de realización o su “libertad de bienestar”.

Las razones de esta prioridad de la libertad son que por un lado, cada
persona debe la libertad de elegir el modo de vida que quiere llevar a cabo.
Y por otro lado, cada persona debe tener la libertad de elección que es
importante desde el punto de vista social.

Sen comparte junto con Rawls, el fin de una política social es encontrar
una estructura de libertades iguales para todos que favorezca en mayor
medida a los que peor se encuentran en dicha estructura. Al mismo tiempo
están de acuerdo, en que la importancia radica en la libertad real que tenga
cada persona. Porque en cuanto al tema; de sí la cantidad de bienes
primarios que posea una persona establece que nivel de libertad tiene
disponible, Sen pone en manifiesto bastantes dudas, con el hecho de que el
objetivo de obtener un nivel igual de bienes primarios equivalga a un nivel
de libertad real igual. Ya que cada persona tiene diferentes capacidades de
llevar a cabo realizaciones por medio de los bienes primarios, lo cual
crearía desigualdades injustas en la libertad real.

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