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Aunque los lectores de este libro que ya han completado un curso sobre la fisiología renal normal,
haremos una breve reseña de los principios básicos para comprender los mecanismos que
generan la enfermedad. Las funciones tubulares serán discutidas, con importante énfasis en la
reabsorción de sodio y agua. La tasa de filtración glomerular y su regulación, y la forma en que se
estima en el cuadro clínico se verán.
1.- Participa en el mantenimiento constante del LEC, que es necesario para la funcionamiento
normal de las células (y organismos) . Esto se consigue mediante la excreción de algunos
productos de desecho del metabolismo
(como la urea, creatinina y ácido úrico) ,de agua y electrolitos que se derivan principalmente de la
ingesta alimentaría. La Homeostasis es un principio clave en la comprensión de las funciones
renales. La Homeostasis se mantiene por el mantenimiento de la tasa de excreción igual a la suma
de los ingresos netos además de la ingesta de la producción endógena.
Como se verá, el riñón es capaz de regular la excreción individual de agua y solutos (como el
sodio, el potasio, y el hidrógeno) a través de cambios en la secreción tubular o reabsorción. Si, por
ejemplo, aumenta la ingesta de sodio, el exceso de sodio puede ser excretado sin necesidad de
alteraciones en la excreción de agua o electrolitos. Las hormonas que participan en la regulación
de la hemodinámica renal y sistémica son (renina, angiotensina II, y prostaglandinas), en la
producción célular (eritropoyetina), y el metabolismo mineral (calcitriol, el mayor metabolito activo
de la vitamina D).
Para prevenir la pérdida excesiva de sodio por vía urinaria es esencial mantener el volumen
extracelular y el plasma (véase el capítulo 2). La Figura 1.1 muestra la organización del nefron, y
en la Tabla 1.1 enumera como contribuye cada uno de los diferentes segmentos dela nefron al
filtrado y reabsorción de sodio y factores hormonales que intervienen en la regulación del
transporte en ese sitio. La mayor parte del sodio filtrado es reabsorbido en el túbulo proximal y Asa
de Henle, sin embargo, existe una regulación diaria en los túbulos colectores, donde se determina
la composición final de la orina.
Este sistema de regulación de la excreción de soluto es altamente eficiente. Por ejemplo, la tasa de
filtracion de sodio en un paciente con una TFG de 180 (L/día) y una concentración plasmática de
agua y sodio de 140 (mEq/L) es 25.200 mEq. La dieta normal de ingesta de sodio es de 80 a 250
(mEq/día). Por lo tanto, más del 99% del filtrado de sodio debe ser reabsorbido para mantener el
equilibrio. Además, el aumento de la ingesta de sodio en 25 (mEq/día) requiere un ajuste en la tasa
reabsorción de sodio de menos de 0,1% (25 + 25.200 = 0,1%).
En la siguiente discusión haremos hincapié en los mecanismos por los que el sodio es reabsorbido
en el nefrón a través de sus diferentes segmentos. La regulación de agua, hidrógeno, potasio,
calcio, fosfato y la conducción en el riñón
se revisarán en los siguientes capítulos.
La Reabsorción del sodio (filtrado) a partir del lumen tubular en el capilar peritubular se produce en
dos etapas:
1.- El sodio debe pasar desde el lúmen tubular a la célula a través de la membrana apical.
2.- Luego salir de la célula y llegar al capilar peritubular pasando por el intersticio pasando a través
de la membrana basolateral.
Al igual que con cualquier partícula cargada, el sodio no es capaz de difundir libremente a través
de la bicapa de lípidos de las membranas celulares. Por lo tanto, los transportadores de
transmembrana o canales son necesarios para proceder a la reabsorción de sodio. Por ejemplo, el
transporte activo de sodio fuera de la célula está mediado por la bomba de Na-K- ATPasa ubicada
en mb. Basolateral, que bombea 3 iones de sodio fuera de la célula e incorpora 2 iones de potasio
en la célula.
Un modelo general para el transporte de sodio por transporte de tipo transcellular se muestra en la
Figura 1.2. El Na entra en la célula a través de un transportador tipo transmembrana (que puede
transportar otros solutos como la glucosa) o través de un canal de Na por ligando. La eliminación
de Na de la célula por la Bomba de Na-K-ATPasa, tiene 2 efectos importantes adicionales.
Los principales segmentos del Nefrón donde se reabsorbe el Na (Figura 1.1) por mecanismos
similares al modelo general de la Figura 1.2. Sin embargo, el canal de la mb. apical responsable de
la entrada de Na (sodio) a la célula es diferente en cada uno de los segmentos (Figs. 1,2 a 1,5). La
comprensión de estos diferentes
mecanismos de entrada, en parte, explica algunas de las funciones desempeñadas por cada uno
de los segmentos, y también asume importancia clínica con el uso de diuréticos, que inhiben la
reabsorción tubular de sodio y reducen el volumen de líquido extracelular en los casos de edema o
en la hipertensión (véase el Capítulo 4). Los factores fisiológicos que regulan el transporte de sodio
por segmentos se encuentran en la tabla 1.1, y la forma en que interactúan para mantener el
equilibrio de sodio será discutido en el
Capítulo 2.
Túbulo Proximal
El Túbulo proximal, posee dos grandes funciones de reabsorción: Reabsorve el 50% al 55% del
sodio y agua filtrados, y reabsorve casi toda la glucosa, fosfato, aminoácidos, y otros solutos
orgánicos filtrados, ligando su transporte al sodio.
El sodio filtrado entra a las células del túbulo proximal por medio de una serie de transportadores,
que también transporta otros solutos. Estos, son cotrasportadores específicos para sodio-glucosa,
sodio-potasio, sodio-citrato y muchos diferentes cotransportadores de sodio-aminoácidos. La unión
delsoluto al cotrasportador, parece realizar un cambio conformacional en la proteína transportadora
que resulta en la apertura de la puerta para el movimento transmembranal del sodio.
La reabsorción a través de estos transportadores representa una forma de transporte activo
secundario. Aunque el proceso de cotransporte en si mismo es pasivo, la energía es
indirectamente suplida por la bomba sodio-potasio-ATPasa, la cual, como se descibrió
anteriormente, crea el gradiente electroquímico favorable que permite la difusión pasiva del sodio al
interior de la célula.
Desde un punto de vista cuantitativo, sin embargo, el intercambio entre sodio-hidrógeniones, es el
de mayor importancia. este transporte resultan la reabsorción de sodio y la secreción de
hidrógeniones, la mayoría de los hidrogeniones son secretados combinados con bicarbonato
filtrado, dejando la reabsorción en aproximadamente un 90% del bicarbonato filtrado. (Ver el
capítulo 5 para detalles del rol del riñon en la mantención de la homeostasis ácido-base).
La remoción de solutos desde el lumen inicialmente baja la osmoralidad del fluido tubular, así crea
un gradiente osmótico que promueve un grado equivalente de reabsorción de agua. El transporte
osmótico del agua puede ocurrir porque las membranas apical y basolateral son altamente
permeables al agua, debido a la presencia de canales transmembranales de agua (aquaporinas).
La reabsorción de agua también puede ocurrir por entre las células, a través de la fuga de esta por
entre las uniones celulares presentes en el túbulo proximal.
El efecto neto de este epitelio permeable, es que la concentración o el gradiente osmótico no
puede ser mantenido en este segmento. Como resultado la concentración de sodio y la
osmoralidad del fluido que esta saliendo del túbulo proximal es la misma que en el plasma. Esto
también es válido para la concentración de aquellos solutos que son reabsorvidos pasivamente
ligados al sodio, como la urea, potasio, y calcio. La reabsorción de agua inducida por sodio, eleva
la concentración en los fluidos tubulares de estos solutos, lo que permite
la reabsorción pasiva a favor de la gradiente de concentración.
En comparación, las uniones estrechas son relativamente impermeables en los segmentos
distales. Como resultado, la concentración y gradientes osmóticos que pueden exceder 50:1 para
el sodio (concentración de sodio en la orina es ?3mEq/L. en comparación) y casi 1000:1 para los
hidrogeniones (pH en la orina es <5.0 con ácido incluído)puede ser creado y mantenido.
Asa de Henle
Del 35% a 40% del sodio y cloruro filtrado, es reabsorvido en la porción ascendente del asa de
henle. La reabsorción del sodio en el Asa de Henle es superior a la del agua, ya que la membrana
apical de la porción ascendente es impermeable al agua, debido a la falta de aquaporinas (canales
de agua), presente en el túbulo proximal. Esta separación entre el movimiento del sodio y del agua,
es una parte esencial del mecanismo de contracorriente.
El mayor mecanismo activo de transporte de cloruro de sodio en la porción gruesa ascendente del
Asa de Henle se muestra en la figura 1.3. El sodio y el cloruro filtrado, entran a la célula via
cotransporte electronatural de Na-K-2Cl en la membrana apical. La energía para el cotransportador
de Na-K-2Cl es nuevamente derivado por el gradiente de sodio favorable hacia el interior de la
célula. sin embargo., la concentración de potasio en el lumen y en el fliuedo extracelular, es mucho
menos que el sodio y el cloruro. Así, la continua reabsorción de cloruro sódico, requiere que el
potasio entre en la célula llevado hacia el lumen tubular a través de canales selctivos de potasio en
la membrana apical. Este movimiento de potasio es electrogénico, haciéndo el lumen
electropositivo. El cloro sale de la célula, a través de un canal selectivo de la membrana
basolateral. La afinidad del cotransportador de Na-K-2Cl por el sodio y el potasio es muy alta,
mientras que el cloruro, es el limitador de la actividad del cotransportador. Los diuréticos del Asa de
Henle (furosemida) inhiben la reabsorción del cloruro de sodio, al competir con el cloruro por el sitio
en el transportador.
La positividad del lumen es capaz de conducir una reabsorción pasiva de cationes (sodio, calcio y
magnesio) entre las células, a través de las uniones estrechas. De hecho, en este aspecto de la
porción gruesa ascendente, es el sitio más importante de la nefrona en que el magnesio es
reabsorbido.
Fig. 1.3 Modelo esquemático del transporte de iones en la porción gruesa ascendente del asa de
Henle. El potencial positivo del Lumen, generado por el reciclado de potasio promocionado por la
reabsorción de sodio, calcio y magnesio entre las células a través de las uniones estrechas.
Note que el transporte en el Asa de Henle es muy diferente al del túbulo proximal. La reabsorción
de sodio, no está ligada a solutos orgánicos, ya que la mayoría sino toda la glucosa y aminoácidos
ya han sido removidos. Además, la reabsorción del sodio sin agua, disminuye progresivamente en
le fluido tubular, con una concentración de un mínimo de 50 a 75mEq/L al final de la porción gruesa
ascendente (frente a 140mEq/L del filtrado).
Túbulo Distal
El túbulo dsital normalmente reabsorve entre 5% a 8% del cloruro de sodio filtrado, con
cotrasportadores de Na-Cl como el principal mecanismo de entrada de sodio (Figura 1.4). Esta
reabsorción de cloruro de sodio, se asocia con una reducción de este en el fluido tubular, con una
concentración de 40mEq/L., ya que, como parte de las porciones ascendentes, el túbulo distal es
relativamente impermeable al agua.
Es esta caída en la concentración de cloruro, en lugar de la presencia o ausencia de hormonas, la
que limita la reabsorción de cloruro de sodio en el Asa de Henle y en el túbulo Distal. La caída en la
concentración de cloruro en el lumen, tiene dos efectos que limitan el transporte continuo:
1) La actividad de los cotransportadores de Na-K-2Cl y de Na-Cl, es primeramente determinada por
la concentración de cloruro en el lumen, así, una reducción de la concentración de cloruro, reducirá
la tasa de entrada de cloruro de sodio en la célula. a pesar de que es el gradiente de sodio hacia el
interior de la célula el que parece proporcinar la energía para estos procesos de transporte, la
fijación del cloruro luminar en su sitio en el transportador, es de primordial importancia, para inducir
el cambio conformacional en el transportador, necesario para el movimiento de solutos en la célula.
2)La concentración de cloruro de sodio en el intersticio peritubular es similar a la del plasma. Por lo
tanto, la disminución de concentración en el lumen, crea un gradiente de concentración favorable
para el reflujo de sodio y cloro hacia el lumen a través de las uniones estrechas.
La reabsorción cesa cuando la tasa de entrada de sodio en la célula es igual a la tasa de reflujo. El
efecto neto es que el trasnporte en el asa de Henle, y en el túbulo distal, es dependiente del flujo.
Si, por ejemplo, un mayor fluido es aportado al túbulo distal, debido a la administración de un
diurético del Asa de Henle, y luego más cloruro de sodio puede ser reabsorvido sin llegar a limitar
el gradiente de concentración. Esta respuesta distal, reduce el grado en que un diurético de Asa de
Henle, puede aumentar la excreción de sodio.
El Túbulo Distal y segmentos adyacentes, son los principales sitios en los que la excreción urinaria
de calcio está regulada bajo la influencia de la hormona paratiroídea, y quizás el calcitriol (1,25
dihidroxivitamina D, metabolito activo de la vitamina D). Un modelo para la reabsorción distal del
calcio, se muestra en la Figura 1.4. El calcio es capaz de entrar en la célula bajo un gradiente
electroquí por mico favorable a través de canales de calcio, y proteínas movilizadoras de calcio
dependientes de vitamina D. La célula posee una baja concentración de calcio, y el interior de esta
es electronegativo, proporcionando un gradiente electroquímico favorable para la reabsorción de
calcio. Una vez dentro de la célula, el calcio puede ser obligado a unirse a una proteína ligadora de
calcio dependiente de calcitriol. La extrusión de calcio a través de la membrana basolateral, ocurre
predominantemente como un intercambiador de 3Na-1Ca, en el que el gradientem para la entrada
de sodio (favorable tanto en la membrana basolateral, como en la membrana apical) se utiliza para
conducir la salida de calcio. Algunos de estos calcios, también pueden salir a través de una Ca-
ATPasa en la membrana basolateral.
Túbulos Colectores
Los Túbulos colectores contiene una gran variesas de tipos celulares. Las células principales en la
corteza del túbulo colector y las células en el interior de la médula del t{ubulo colector, juegan un
papel importante en la reabsorción de sodio y agua, y en la secreción de potasio. En comparación,
las células intercaladas en la corteza y las células de la médula externa, estan principalmente
implicadas en la regulación del equilibrio ácido-base (véase Capítulo 5).
Le antrada de sodio en los túbulos colectores se produce a partir de canales selectivos en la
membrana apical (Fig. 1.5). Ete movimiento de sodio es elctrogénico, creando un gradiente en el
lumen negativo, que promueve la reabsorción de cloruro entre las células y la secreción de potasio
a través de canales selctivos de potasio.
El número de canales de sodio abiertos se encuentra bajo control hormonal, siendo afectados por
la aldosterona y el péptido natriurético atrial (PNA). La aldosterona aumenta la reabsorción de
sodio en cada célula de menos de 100 a más de 3000 con estimulación máxima. El efecto neto es
que, cuando el VOLUMEN DE AGOTAMIENTO activa el sistema
renina-angiotensina-aldosterona , la concentración de sodio en la orina puede ser reducida a
menos de 1mEq/L, mediante la reabsorción del túbulo colector.
La PNA, por otro lado, actúa principalmente en el centro de la médula, disminuyendo la reabsorción
de sodio, al reducir el número de canales de sodio. (La interacción de estas dos hormonas
opuestas, la aldosterona y la PNA, en la regulación del equilibrio del sodio, se examina en el
Capítulo 2).
La aldosterona, induce la entrada de sodio en la célula, también promueve la secreción de potasio
de la célula al lumen. dos factores contribuyen a esta respuesta: la creciente electronegatividad del
lumen, y la elevación del tamaño de las piscinas de potasio, desde la extrusión del sodio desde las
células a través de la bomba Na-K-ATPasa, incrementa la entrada de potasio a la célula por la
membrana basolateral (Fig. 1.5).
FIGURE 1.5. Modelo esquemático de las vías de transporte y factores hormonales –
aldosterona, péptido natriurético atrial (PNA) y hormona antidiurética (ADH) — involucrados
en el sodio, potasio y agua en los túbulos colectores (células principales).
Diferentes células, como las células intercaladas del túbulo colector cortical están involucradas en
la regulación del balance acido-base.
Transporte de Agua
Bajo condiciones basales los túbulos colectores son relativamente poco permeables al agua debido
a la baja cantidad de acuaporinas en la membrana apical. Este proceso está regulado por la
hormona antidiurética (ADH).
Cuando la ADH incrementa su liberación, unas secuencia de eventos es iniciado, que incluye la
fijación a los receptores V2 de Vasopresina en la membrana basolateral, activación de la
adenilatociclasa por proteína G, Gs y la inserción de vesículas de acuaporina 2 en la membrana
apical.
El agua entra fácilmente a la circulación a través de los canales basolaterales de acuaporina 3 y 4.
(fig. 1.5)
Mecanismos de Contracorriente
El fluido que abandona la médula en la rama ascendente tiene una osmolaridad de 200mOsm/kg
(menor que el plasma debido a la activación del transporte de NaCl). En presencia de ADH es agua
es reabsorbida en el túbulo colector cortical por equilibrio osmótico con el intersticio cortical, por lo
que tiene una osmolaridad similar al plasma (285 mOsm/kg). El fluido que regresa a la medula en
el túbulo colector medular es isosmótico al plasma. Sin embargo, la osmolaridad de la orina se
eleva gradualmente en el túbulo colector (en presencia de ADH), como el fluido tubular se
equilibra con el incremento de la hiperosmolaridad del intersticio medular.
El proceso se inicia con la eliminación activa de NaCl de la orina y
en el intersticio. El gradiente de sodio que el cotransportador de Na + K +-2CL puede mantener es
cerca de 200 mOsm / kg. Por lo tanto, el intersticio llega a ser hiperosmolar, produciendo una
difusión de agua en la rama descendente. Este proceso concentra la orina en la rama
descendente y la consiguiente eliminación de agua tiende a disminuir la osmolaridad intersticial.
Sin embargo, el continuo transporte de sodio en la rama ascendente reestablece
los 200 mOsm / kg de gradiente, y como la orina fluye bajando la rama descendente
llega a ser más concentrada. Este proceso se resume en Figura 1.6.
Si solo se consideran eran los procesos donde el cloruro de sodio se reabsorbe sin agua en la
medula de la rama ascendente y la reabsorción de agua sin cloruro de sodio en la medula del
túbulo colector, la orina excretada podría ser esencialmente isosmótica al plasma. Esto no ocurre
porque la mayor parte del agua se elimina en la corteza.
Esta notable reducción en la distribución de agua de la médula del túbulo colector permite la
reabsorción de agua por osmosis, lo que tiene lugar en la medula sin desmedro del gradiente
omótico intersticial.
En ausencia de ADH el túbulo colector no es permeable al agua, permitiendo la excreción de orina
diluida, sin afectar la osmolaridad medular. Luego de una máxima carga de agua, por ejemplo, la
osmolaridad urinaria en sujetos normales puede ser reducida a 30 a 60 mOsm/kg (en comparación
al plasma con osmolaridad de 280 a 290 mOsm/kg).
Además de estos pasos básicos, la configuración en horquilla de los capilares de la vasa recta
juegan un papel importante contribuyendo a minimizar la eliminación del exceso de solutos del
intersticio medular. El vasa recta descendente entra en la médula en el cruce corticomedular
y fluye hacia abajo a la punta de la papila, que luego se da la vuelta y llega a la rama ascendente,
la que vuelve la corteza. Si la vasa recta continúa recto a través de la médula, entonces se produce
equilibrio omótico con la medula hiperosmotica – por osmosis el agua se mueve fuera del capilar
en el intersticio y por el intersticio entra el soluto al capilar-podría disiparse el gradiente
contracorriente y disminuir la capacidad de concentración
Aunque esto ocurre en la rama descendente de los vasa recta, estos procesos son invertidos, por
que la dirección el flujo se invierte en la rama ascendente. El efecto neto es que el líquido que deja
la médula es sólo ligeramente hyperosmotic al plasma, y la tonicidad medular se mantiene.
Al igual que con otros capilares, el movimiento del fluido a través del glomérulo se rige
por la ley de Starling, está determinado por la permeabilidad
pared del capilar glomerular y de los gradientes de presión oncótica e hidrostática:
Una reducción de GFR en enfermedades con mayor frecuencia debido a una disminución
de la permeabilidad neta, resultado de una pérdida de superficie de filtración inducida
de algún tipo de lesión glomerular.
En sujetos normales, sin embargo, la TFG está regulado principalmente por alteraciones en el Pgc
que están mediados por los cambios en la resistencia de la arteriolar glomerular. El Pgc también
desempeña un papel en la enfermedad renal. Por ejemplo, la caída inicial en la permeabilidad
glomerular de enfermedad glomerular no conduce necesariamente a la reducción de la TFG. En
esta configuración, los cambios
en la resistencia arteriolar pueden aumentar la TFG, con lo que el aumento del graciente,
favorece la filtración y, por lo menos en parte, superar el efecto de la disminución de
permeabilidad.
Los capilares glomerulares están interpuestas entre dos arteriolas: la arteriola aferente o precapilar
y la arteriola eferente o postcapilar.
Como resultado de ello, el Pgc se rige por la interacción entre tres factores: la presión aórtica que
perfunde el riñón; la resistencia aferente, que determina
el grado en que la presión arterial renal se transmite al glomérulo, y la resistencia eferentes (Fig.
1.7). Si, por ejemplo, el
Pgc deben aumentar para contrarrestar una reducción en la permeabilidad glomerular, esto
puede lograrse mediante la dilatación aferente y o constricción eferente.
La resistencia arteriolar está parcialmente bajo control miógeno intrínseco, pero también puede ser
influenciada por otros factores, incluyendo retroalimentacion tubuloglomerular, la angiotensina II,
norepinefrina, y otras hormonas (capítulo 2).
Figura 1.7- Relación entre la resistencia glomerular arteriolar, la tasa de filtración glomerular
(GFR), y el flujo plasmático renal (RPF). La constricción de la arteriola aferente aumenta la
resistencia renal vascular (así reduciendo RPF) y disminuye la presion intra glomerular y GFR, ya
que hay una menor presión arterial transmitida al glomerulo (A).
La constricción de la arteriola eferente también baja RPF, pero tiende a elevar la presión
intraglomerular y GFR (B). La dilatación arteriolar tiene los efectos contrarios.
Pregunta 3
Estrechamiento de las arteria renales( estenosis de la arteria renal) es relativamente causa común
de hipertensión severa o refractaria, y se genera debido a lesiones ateroscleróticas en los
pacientes de mayor edad.¿Qué debe pasar a TFG en un riñon estenotico cuando la presion de
sangre es bajada con agentes antihipertensivos que actuan independientemente de la angiotesina
II ¿Podria la respuesta ser diferente si una enzima inhibidora de la angiotesina-convertidora, lo cual
disminuye la formación de angiotesina II, que fueron dadas?
Retroalimentacion Tobuloglumerular
TFG es en parte autoregulada por la tasa de entrega de fluidos a las celulas especializadas en la
mácula densa, la cual comienza al final de la parte cortical gruesa ascendente del bucle de Henle.
Estas celulas siensen cambios en la entrega y la subsecuente reabsorción del cloruro, un proceso
mediante la Na+-K+-2Cl− cotranportador en la membrana apical( Figs. 1.3 y 1.9). Si, por ejemplo,
una reduccion inicialmente de la presión de persufión renal baja la TFG, menos cloruro es
entregado a la mácula densa; este iniciara una respuesta local( via mecanismos que talve´s
involucren adenosina y/o producción local de óxido nítrico [NO]), iniciando secuencialmente la
dilatación arteriolar aferente y un aumento de la Pgc , y volviendo hacia TFG normal. Esto restaura el
flujo de la mácula densa( de ahí el nombre comentario tobuloglomerular). Por el contrario, la
arteriola aferente se restringirá en presencia de un aumento de la perfusión renal que incrementa
TFG.
FIGURA 1.9. Aparato yuxtaglomerular y mácula densa en la retroalimentación túbuloglomerular.El
aparato juxtaglomerular y la mácula densa en el comienzo del túbulo distal están muy cerca. La
entrega de cloro (cloruro) es detectada por el cotransportador Na/K/ 2CL en la parte ascendente y
la retroalimentación regula TFG. La liberación de renina es también regulada en este sitio (véase el
capítulo 2).
Es importante reconocer que las células de la mácula densa tener por lo menos
dos funciones diferentes: la mediación de la retroalimentación y la regulación tubuloglomerular la
liberación de renina por las células juxtaglomerular en la arteriola aferente (véase el capítulo 2).
Una caída en distal cloruro hará entrega aferente
tubuloglomerular por la dilatación y el aumento de la retroalimentación de la secreción de renina,
conduce a la constricción eferente. Ambos de estos cambios tienden a aumentar GFR,
aumentando así el flujo hacia la mácula densa normal.
Estos fármacos inhiben la producción de prostaglandinas y pueden producir una aguda disminución
de la GFR (insuficiencia renal aguda), en sujetos susceptibles quienes tienen el volumen agotado,
tienen por lo tanto, relativamente altos los niveles de angiotensina II y norepinefrina. Por otra parte,
en sujetos normales son de poco riesgo ya que, en ausencia de los altos niveles de
vasoconstrictores, la tasa de insuficiencia renal y la producción de prostaglandinas son
relativamente bajas.
Aclaramiento de creatinina
A pesar de ser preciso, la ejecución de la inulina o de aclaramientos radioisotópicos es demasiado
engorroso y costoso para el uso clínico de rutina. La mayoría de método común utilizado para
estimar la TFG es el aclaramiento endógeno de creatinina:
Aclaramiento de creatinina =
PREGUNTA 5: Una mujer de 43 años que pesa 65 kilogramos está siendo evaluada para una
posible enfermedad renal. La concentración de creatinina plasmática es 1.2 mg/dL, el volumen de
orina en la colección de orina de 24 horas es 1080 mL, y la creatinina en la urina es 72 mg/dL.
Calcule el clearance de creatinina en mL/min. ¿La tarifa de excreción creatinine sugiere que esto
sea una colección de orina completa?
En adultos, la gama para la concentración normal de creatinina plasmática es 0.8 a 1.3 mg/dL en
hombres y 0.6 a 1.0 mg/dL en mujeres (mujeres tienen una masa de músculo más pequeña y por
lo tanto una tarifa inferior de producción de creatinina). La producción de creatinina también puede
ser inflluenciada por la entrada de la carne, que contiene creatina, el precursor de creatinina. Por
ejemplo, la concentración plasmatica de creatinina puede caer tanto como el 15 % mediante el
cambio a una dieta sin carne, sin ningún cambio de GFR.
La curva sólida en la figura 1.10 muestra la relación idealizada recíproca entre GFR y la
concentración plasmática de creatinina. Hay tres puntos para notar sobre esta relación:
FIGURA 1.10
Relación entre tarifa de filtración glomerular verdadera (GFR; como medido por clearance de
inulina) y concentración plasmatica de creatinina en 171 pacientes con enfermedad glomerular. Los
círculos rojos unidos por la línea sólida representan la relación que existiría si creatinina fuera
excretada únicamente por la filtración glomerular; la línea de puntos representa el límite superior de
la concentración plasmática normal de creatinina de 1.4 mg/dL. En los pacientes (círculos oscuros),
sin embargo, las variaciones en GFR entre 120 y 60 mL/min a menudo eran asociadas con la
concentración plasmática de creatinina que permaneció bien dentro de la gama normal debido a la
secreción aumentada creatinina El éste se hace saturado a una concentración plasmática de
creatinina encima de 1.5 a 2 mg/dL; como resultado, la concentración plasmática de creatinina se
eleva como esperado con remotas reducciones de GFR.
Este valor debería ser multiplicado por 0.85 en mujeres en quienes una menor fracción del peso
corporal está compuesta por músculo.
Usando esta fórmula, la cual se correlaciona de manera muy cercana con una simultánea
depuración simultánea de creatinina, podemos ver que una aparentemente normal concentración
de creatinina en plasma de sólo 36 mL/min en una mujer de 50 Kg y 80 años. Similares
descubrimientos pueden ser demostrados en pacientes desnutridos, como en aquellos con
avanzada cirrosis hepática.
En resumen, la concentración de creatinina en plasma varía inversamente al GFR en el estado de
equilibrio. Como resultado, mediciones en serie de la concentración de creatinina en plasma, son
usadas clínicamente para monitorear pacientes con enfermedades renales. Un aumento en la
concentración de creatinina en plasma indica progresión de la enfermedad, mientras que una caída
sugiere una recuperación de la función renal (asumiendo que la masa muscular no ha declinado).
También se presume que un valor estable refleja enfermedad estable, aunque esto pueda no ser
una suposición certera.
Pregunta 6: Un hombre de 76 años que pesa 70 Kg ha sido incapaz de orinar por varios días
debido a la obstrucción de la uretra por una próstata alargada (inflamada). La presión trasera sobre
el nefrón incrementará la presión intratubular y causar que el GFR caiga a niveles muy bajos. Un
catéter es ubicado en la vejiga para aliviar la obstrucción. Durante las siguientes 24 hrs, la
concentración de creatinina en plasma disminuye desde 6 mg/dL a la línea basal previa de 1.3
mg/dL. ¿Qué explica esta reducción en la concentración plasmática de creatinina?
El potencial efecto del aumento de la secreción de creatinina está ilustrado en la figura 1.8. aunque
una caída del GFR desde 120 a 60 mL/min debería idealmente inducir a duplicar la concentración
de creatinina en plasma, muchos pacientes tienen sólo un pequeño aumento (tan pequeño como
0.1 a 0.2 mg/dL) en la concentración plasmática de creatinina, que a menudo permanece dentro
del rango normal. De este modo, un valor estable dentro de lo normal o un rango normal-alto no
necesariamente refleja una enfermedad estable. Sin embargo, la concentración de creatinina en
plasma se eleva como es esperado con reducciones en el GFR en enfermedades más avanzadas
(concentración plasmática de creatinina mayor a 1.5 a 2 mg/dL) presumiblemente debido a la
saturación del mecanismo de secreción.
Cambios en el GFR sólo pueden ser detectados por alteraciones en la concentración de úrea en la
sangre, moderado como nitrógeno urea en sangre (BUN). Como la concentración plasmática de
sangre, el BUN es excretado por filtración glomerular y tiende a variar inversamente al GFR.
Sin embargo esta relación es menos predecible, en cuanto afectar el BUN sin cambios en el GFR
(o concentración de creatinina en plasma). Primero, la producción de úrea no es constante. La úrea
es formada del metabolismo hepático de los aminoácidos que no son utilizados para la síntesis
proteica. La desaminación de los aminoácidos conlleva a la amonio (NH3).