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Sea cual sea el tipo de niño de la calle mencionados acá son niños
que no tienen futuro, están en este mundo sin ningún objetivo ni
destino, nadie los quiere y a nadie les importa.
¿QUÉ ES EL ABANDONO INFANTIL?
Los niños de la calle no solo vagan por las calles sin nada qué hacer. Para sobrevivir,
la mayoría trabaja más de diez horas al día. Distribuyen periódicos, limpian taxis,
recogen chatarra, empujan carros, vigilan coches aparcados, venden caramelos,
llevan el equipaje o mendigan. Algunos trabajan en la prostitución, o como servicio
doméstico, como chulos, camellos, carteristas o para contratistas de edificios y
dueños de garajes, o también en la agricultura.
1. Sociedad:
Los niños de la calle ven a los demás, especialmente a los
adultos, con una mezcla de desconfianza y oportunismo. Los
turistas son un buen objetivo porque son impactados por lo que
ven, lo contrario que muchas de las personas que viven allí,
quienes tratan de quitar importancia a estos jóvenes.
2. Comida:
5. Enfermedades:
Familias desmembradas.
• Hijo de mendigos.
Los niños de la calle toman cualquier droga que sea más fácil de
conseguir y más barata. Por ejemplo, el pegamento en zonas donde
se fabrican zapatos, disolventes en zonas industriales, la pasta de
coca y cocaína en regiones de producción de las mismas, opio y
heroína en las zonas donde se produce el opio.
CONCLUSIÓN
Concluyendo, se podría pensar que así como la caridad no resuelve la
injusticia económica y social, tampoco lo hacen las instituciones
tutelares, aún con su sofisticado marco legal, puesto que a través de
ellas se sigue negando, ocultando(es decir: es un claro síntoma),
aislando las causas que producen el desamparo el maltrato y el
abandono, lanzando a los niños a la calle, culpabilizando a los padres
y a los niños mismos, de esta situación(siempre se siente más alivio
al no admitir que todos tenemos responsabilidad en ello)
Por lo cual estás son las formas, los recursos y las instituciones que
tenemos para abordar la problemática de los chicos pobres y de la
calle. (Esto implicaría cambios estructurales)
Lo que nos compete hoy, es ver como todas estas estructuras nos
permitan elaborar intervenciones con los niños, más humanizadas,
que no olviden que el niño es sujeto de derechos y sobre todo un ser
humano como cualquier otro (aunque más vulnerable por su
condición de niño).
Sin olvidar rescatar la historia de los niños que estos tienen un origen
que merece ser contado por más que provenga de condiciones
extremas de miseria, tratando de establecer vínculos con su familia,
comunidad, por que en cierta manera son parte de él y no penalizarlo
y encerrarlo por un destino que seguramente él no eligió.