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Graciela Castillo Romero

Radio II
28 -08- 2009

Producción radiofónica

El realizar una producción radiofónica implica un proceso creativo, en el que


se interrelacionen acciones técnicas y creativas; muy importante es el conocer y
manejar la materia prima del proceso de producción: el sonido. Esté se nos
presenta en sonido voz, sonido música y sonido ruido o efecto, los cuales
representan el lenguaje radiofónico.
La voz es importante, ya que con ella se pueden crear particularidades a
través de la intención de quién la emite; la música de igual manera, es parte
importante en un programa de radio, y aquí hay que tomar en cuenta los
elementos que la componen: ritmo, melodía, armonía y timbre. Una vez
comprendido estos aspectos, se puede decidir qué funciones darle a la música, ya
que puede ser gramaticales, es decir, para separar ideas, conceptos, párrafos,
etc.; para expresar, porque puede provocar emociones en quienes la escuchan;
descriptiva, decora y describe lugares; permitirnos reflexionar y por último su
función de ambientar o acompañar las actividades de las personas en lugares o
situaciones reales, como en las fiestas.
Estas funciones de la música se presentan en un programa de radio cuando
se inserta una cortina, al separar los bloques informativos, o con un puente,
cuando se quiere unir dos ideas o escenas; la ráfaga es otra opción, pero debe ser
breve, movida y ágil, para ubicar paso de tiempo o acentuar actos, hechos o
actitudes; y también se tiene el golpe, que se trata por lo regular de una percusión.
Sin embargo, estas inserciones musicales deben ubicarse siempre en función del
tiempo-ritmo del programa, es decir, debe lograrse una continuidad rítmica, y
sobre todo, tomar en cuenta la duración del programa.
Si se quiere poner efectos al programa, los sonidos ruidos son una opción y
pueden ser naturales, es decir, que provenga del entorno y de la realidad social, o
creados. Pero si se quieren ruidos extraídos del ambiente, hay que tomar en
cuenta que están muy relacionados a la vista y cuando los pasemos a la radio,
pueden perder su significación primaria y tener radiofónicamente otros
significados.

Hay que recordar que la radio sólo recrea la realidad, no la copia, por lo que
esa recreación debe ser total en el proceso de producción, la cual requiere una
labor en equipo, en donde los aspectos técnicos y creativos, vayan de la mano.
Ahora, después de conocer y manejar los aspecto del sonido y del equipo
técnico, se prosigue con la generación de nuestra idea, ¿De qué va a tratar
nuestro programa? ¿Qué temas vamos a abordar?
Después de tener la idea y de ver con cuanta información se cuenta, se
debe jerarquizar, ordenando las ideas más importantes y hacer una sinopsis sobre
lo que se desea decir. A partir de aquí, hay que tomar en cuenta el objetivo del
programa, a quién va dirigido y así descubrir el genero de la producción.
Una vez que se tengan estos aspectos, ahora si, se prosigue a la
realización del guión. En nuestra región, las producciones radiofónicas carecen de
un guión y se basan primordialmente en la improvisación, esto no significa que sea
malo, ya que el saber improvisar es un recurso con el que debe contar el locutor
para intervenir en cualquier momento en que algo se salga de los límites del
guión.
En el guión se toma en cuenta la información previa y los objetivos del
programa, a quién va dirigido, de qué se va a hablar, con qué material se cuenta y
también el tipo de lenguaje a usar, tono y estilo. El guión es una estructura, el cual
al momento de redactarse debe tener un inicio con el que se llame la atención del
público; un desarrollo del tema hasta llegar al clímax, el punto culminante del
programa, más no el final.

Una vez hecho el guión, viene la preproducción, en la cual entran los


elementos técnicos-creativos. Aquí se debe manejar el equipo de grabación, para
lograr simultaneidad y concanetación. Los niveles y los planos, permiten dar
profundidad a las escenas y actos y se ubican en la realidad física del sonido.
Para esto se tienen distintos planos que ayudan a ubicar a los personajes,
situaciones, sonidos y ruidos. Por su parte, las disolvencias son formas de salida o
entrada de la música y los efectos, y pueden ser altas, media y bajas.
En esta etapa de preproducción se organizan los elementos del lenguaje
radiofónico de modo que se puedan leer correctamente y que el programa puede
correr fluidamente, a esto se le conoce como guión técnico.
Algo muy importante que hay que considerar en el momento de escribir el
guión literario, son los manejos rítmicos de la voz, en pocas palabras, tener una
buena dicción y articulación para lograr una buena pronunciación; saber entonar y
matizar. Por su parte, el guión técnico se estructura en dos partes: la cabeza,
donde se ponen los datos del programa y el cuerpo, es decir, el desarrollo del
programa.
Ahora, para poder realizar un programa de radio se debe contar con
recursos humanos para que la producción salga a flote. El operador es él que nos
va a ayudar a manejar los aparatos de sonido, a mantener en ritmo la realización.
El efectista se encarga de hacer los efectos o ruidos necesarios para el programa.
El locutor es quién da la presentación, despedida, créditos, da información etc.,
pero eso si, debe responder a las necesidades del programa.
Si se tienen dramatizaciones en el programa, hay que tener quien haga las
voces. El guionista por su parte se encarga de llevar a cabo la labor de estructura.
El musicalizador selecciona la música que se va a poner, dependiendo el tipo de
música que se va a utilizar para el show, y el director es el responsable creativo
del programa. En esta etapa hay que seleccionar adecuadamente el lenguaje
radiofónico.
Ahora si, listo todo esto se prosigue a la realización del programa, la parte
más importante de todo el proceso, porque aquí se verán realizadas todas las
expectativas. Para la grabación del programa se tienen dos opciones: una,
grabarse en caliente, es decir que todos los elementos se integren al mismo
tiempo y dos, la grabación en frío, en la que se graban por separado las voces de
la música y efectos para después integrarlos. ¿Ventajas? En frió se puede corregir
inmediatamente sin necesidad de regresarse hasta donde la música o los efectos
lo permitan, dando menos tiempo invertido en la grabación, y, por su parte, la
grabación en caliente permite una mayor compenetración del contexto del
programa de todos los participantes, aunque si ocurre un error, hay que repetir y
repetir hasta que todo salga bien.
Pero aquí no acaba todo, después viene la posproducción, en donde se
pueden corregir los errores que tenga el programa por última vez, dado que es la
oportunidad para escucharlo completo. Ahora si, el programa esta listo para
llevarlo a ser programado en una emisora, en donde le darán el horario adecuado
para su transmisión.

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