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MELODÍA TEMPRANA

“Si me dejas por un nuevo amor


te dejo también”

La insensatez suena
temprano
y las lombrices dormidas
siguen feliz su camino
tragando cielitos con heces
(Pisotearse los intestinos
y aumentar el cebo
en la panza del señor)
Señor?
cuál señor? ah!
“no me importa que a mí
me desprecies
y quieras a otro”;
el río tendrás que ponerlo
en tu espalda
y si en un escalón
se rompe a tus pies,
tendrás que arrojar
tu alarido, eso sí,
afilarlo en todas
las puntas, será necesario
“y que te vaya bien”.
PESCADO FRITO

-Pescado frito señor?


No soy señor, señora:

Soy hambre y sueño;


sirva pescado.

En el aceite negro.
espumoso,
chirria el pescado
con el destino de mitigar
su hambre apurado.

Pero señora
sirva pescado.

-Un momentito:
cayó una mosca.

No me importa
sino la cobra.

-Tengo café,
está caliente
le hará bien.

Pronto carajo!
Sirva pescado.

-Aquí está;
creí que era
un caballero.

No soy aquello;
soy hambre y sueño
y le agradezco
por el pescado.
COSAS DE DIOS

Son cosas de dios


(pulpero del cielo).
Envuelve las vidas
que por el ombligo
le sacó a la tierra.
El dios que se recrea
todas las mañanas
entre carcajadas
de sus pelos rubios
para que sus hijos
sean
más piadosos,
que no estornuden
y escondan su hipo.
El que da licencia
para que el gusano
con patas de rata
trepe por los hombros,
escarbe y destripe
a los postes fríos.
El mismo
que
con latigazos
formó las estrellas.

Son cosas de dios


y en él
todo es posible;
que uno de estos días
se marche a Vietnam
o a otra guerra,
pueda que su mano
cambie de destino
que resulte herido
o
tal vez
que muera.
VISITA
En las angustiadas
falangetas, desollando
la elasticidad
de los minutos, se apisonan
rencores ávidos
por encontrar
una cisura.

Y en el coloreado
cemento de los días
yo sigo visitando
a los amigos,
para atender
encargos o
trabajos
-algunos con charoles
y cristales.
para pintar
las flores
del pasado; disimular
arrugas a una
anciana. Imitar
paisajes europeos o
tal vez, cualquier
cojudez
que esté de moda.
Por eso
tengo que hundir
la angustiada falangeta
-y sus rencores-
en el timbre
malogrado, en el minuto
que me niega entrar
-por la salida-
a la cisura.
Eso,
por eso,
casi siempre, me voy
satisfecho,
de los pies a la cabeza
cuando me dan
con la puerta en las narices.
LLEGADA DEL SOL

Y aquí nuevamente los caminos


mirando por donde bajará el sol
convirtiendo en mártires a la diestra
y la siniestra,
a colocar una frazada en cada rincón
donde haga falta
y un puñado de blancura en el
(cacharro
de barriadas viejas
de necesidades.

Bajará la luz y su caudal


será lavandería
y el ojo de la aguja
por donde apresuradamente
han de pasar
sin boleto de retorno.

Será la sonrisa igual en todos


los rostros de los niños
y la vista y los oídos limpios
ante la avalancha de luz
sin antifaces
desde el día en que los metales
ya no signifiquen colgajos en las
(mangas

Sino un aroma navegable


de paz entre los hombres
cuyo oleaje siempre y haga germinar
la blanca flor del amor
que fue tomada
por asalto.

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