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Ann Davenport
Durante la década de los ochenta en los EE.UU. empezó un fenómeno en la medicina que
ha asustado los negocios de los hospitales y los de los médicos, y que ha causado cambios tan
radicales como si fueran los efectos secundarios de un terremoto. Este fenómeno está recién
comenzando en Chile, un país tan acostumbrado a los terremotos pero no tanto a los cambios en
la forma de practicar la medicina. En los años ochenta, mientras la evidencia científica intentó
tomar importancia en la práctica de la medicina – práctica que antes y por siglos ha estado
estadounidenses fueron confrontados con demandas legales de las usuarias y de sus abogados. La
repente, se inclinó hacia ¡una medicina basada en defenderse contra los abogados! Esta manera
disponible para todo el público vía el Internet, en todos idiomas, y gratis. Así que cualquiera que
supiera leer puede ver las recomendaciones de la OMS y darse cuenta si su médico practica esta
medicina o no.
Fortaleza, Brasil en 1985, y basada en más que 15,000 estudios en un período de 15 años, con
mas de 10,000 mujeres, sobre la episiotomía. La evidencia dice que no debe ser practicada de
rutina, ni siquiera en mujeres dando a luz por la primera vez. Una episiotomía es un corte, con
tijeras, en la parte mas sensible de una mujer, que requiere sutura, y cuya horrible incomodidad
ocurre justamente durante la parte de su maternidad más sensible – dando a luz. La evidencia
científica y la OMS dicen que las únicas razones que son necesarias para cortar el perineo de una
mujer dando a luz es por el nacimiento de gemelos, los bebes prematuros, distocia del hombro,
uso de fórceps, o sufrimiento fetal. La recomendación dice que nunca corte el perineo por la
comodidad del médico o la matrona. Veinte y cinco años después de la Conferencia en Fortaleza,
en Chile actualmente, el 100% de las madres dando a luz por primera vez reciben una
la OMS. Una mujer dando a luz debe estar libre de caminar, tomar líquidos, tener una persona de
confianza con ella durante su trabajo de parto y parto, y elegir la posición en que quiere dar a luz
(o sea, en cuclillas, sentada, semi-sentada, parada, en una silla, en una cama o donde quiera). La
evidencia científica de miles de estudios sobre décadas (además de nuestro sentido común) nos
muestra que cuando una mujer que camina, tome líquidos, y tenga el soporte de una persona de
confianza (su marido, su hermana, su madre, o quien sea) tendrá menos dolor, menos
sangramiento, menos tiempo en trabajo de parto, menos esfuerzo para dar a luz, y más habilidad
de lactar inmediatamente, comparada con una mujer atrapada en la cama, sin nada de tomar y
MINSAL en Chile para todas las mujeres dando a luz) no puede caminar ni tomar líquidos.
Tampoco puede sentir su trabajo de parto. Una mujer con epidural no puede caminar al baño
para vaciar su vejiga libremente (y una vejiga llena bloquea el descenso natural del bebé en la
vagina). Una mujer atrapada en cama, rodeada con extraños, y sin sensación de trabajo de parto
sufrirá más temor y así, por la influencia de la adrenalina, sufrirá más dolor. Más dolor significa
más anestesia. Y más anestesia significa más sufrimiento fetal (las drogas van a pasar a través de
la placenta). Y con sufrimiento fetal, tenemos que obligar a la mujer a tener una cesárea. Este
circulo vicioso es común y corriente en las salas de parto en todos los hospitales y clínicas en
Chile.
Chile tiene el honor de ser el país número uno en todo el mundo de cesáreas, aunque la
evidencia y la OMS nos dicen que el porcentaje no tiene ninguna razón médica de pasar el 15%.
En Chile la tasa de cesárea pasa por 64% en hospitales públicos, alcanzando en el promedio hasta
90% en clínicas privadas. El Ministerio de Salud decidió hace muchos años de re-embolsar a los
hospitales públicos el mismo precio por partos vaginales (cada uno que puede durar hasta 12
horas), como por un parto vía cirugía mayor (la cesárea puede demorar alrededor de una hora),
con la esperanza que los médicos tomaran la iniciativa de promover partos naturales…pero
:¿Qué médico va a esperar a una mujer en trabajo para 12 horas cuando puede programar seis o
siente cesáreas en el mismo tiempo y ganar más dinero para su hospital? Una cesárea es cirugía
intensivo para su recién nacido. Una cesárea, como toda cirugía mayor, corre el riesgo de muerte
para la mujer y su recién nacido. Esto también está ratificado por la evidencia científica.
responden con excusas como las siguientes destacados abajo. Estos ejemplares dado por
gineco-obstetras de los EE.UU. están explicados por la holandesa Henci Goer en su artículo para
matronas estadounidenses.i [A propósito, en Holanda las tasas de cesáreas son menos de 10% en
Dejando al lado las consideraciones éticas y las obligaciones morales de un médico a ayudar
a sus pacientes tomar decisiones buenas para su propio bienestar, las mujeres no deciden
espontáneamente que quieren cirugía abdominal mayor. Alguien tiene que convencerlas que
es una buena idea. Este “alguien” podría ser un médico, creando una demanda en el mercado
y luego decir que él solamente esta respondiendo a las demandas de las mujeres. Los estudios
confirman que las mujeres no quieren cesáreas, pero pueden ser manipuladas fácilmente a
• El trabajo de parto es tan doloroso que las mujeres tienen el derecho de tener una
epidural cuando quieran, aunque al recibir la anestesia epidural en la primera etapa del
parto esté más avanzado? ¿Las mujeres insistirían en una epidural si supieran que ésta iba a
aumentar la probabilidad de una cesárea? Esta justificación de que “las epidurales son un
(ACOG) en 2001, donde declararon “El ACOG apoyamos el uso de los epidurales solicitadas por
la cliente”. En la misma conferencia, se lamentaban que las pobres mujeres no deben esperar
hasta que cumplieron 4 o 5 cm. de dilatación antes que pudiera recibir una epidural. La evidencia
científica dice que una epidural antes de cumplir 5 cm. de dilatación aumenta la llegada a la sala
Las declaraciones del ACOG han permitido a los Gineco-obstetras en los EE.UU. un
acceso fluido a los medios de comunicación: las jornadas de los médicos dar a conocer a la
prensa pública las opiniones “expertas” por citaciones “expertas”. Los periodistas y editores
toman lo que los obstetras les dicen como “la autoridad” y no solamente porque son médicos.
Los periodistas, editores, y el público en general han sido criados en un medio ambiente en
donde la mayoría de las mujeres conocidas han recibido una cesárea – o en un medio donde ellos
mismos habían nacidos por cesárea. De sus hermanas, tías, amigas, profesoras, colegas o
amigas… alguien es conocida que haber tenido una cesárea. Así, se siente normal para todo el
vista distinto, ¿Dónde van a los periodistas para evaluar los meritos de los críticos? Sí…a los
título de “Doctor” va a ganar lejos por sobre lo que dice una mera lectora de la evidencia.
Las buenas noticias y las malas noticias sobre el modelo de atención de parto en Chile
Universidades. Las malas noticias son las que promueven “el derecho de cada mujer obtener un
parto ‘sin dolor’ con el acceso al epidural” según el nuevo AUGE (Acceso Universal a Garantías
Explícitas), sin mencionar todos los riesgos (probados científicamente) para la mujer ni para su
recién nacido. Las otras malas noticias tienen que ver con la formación de médicos y matronas
en Chile. Ninguno de estos profesionales de salud ha aprendido, en sus cinco años de formación
universitaria, como atender a una mujer en forma humanizada. Ninguno. Si una mujer opta por
tener su bebé en la manera más humanizada posible, hay muy pocos recursos humanos o físicos
Las buenas noticias sobre el parto en Chile vienen del propio Ministerio de Salud y de la
promover las recomendaciones de la OMS a sus colegas y al Colegio de las Matronas como
normativas a promover los partos humanizados. De hecho, hoy día en Chile, existen hospitales
públicos que no solamente promueve partos humanizados sino también han disminuido las tasas
Es cierto que estos hospitales tienen más usuarias indígenas, o son los que no cuentan con
anestesiólogos las 24 horas, o son los que están ubicados en áreas rurales de Chile, o son los que
tienen médicos y matronas que ponen a la mujer y sus deseos sobre todo, entonces también es
cierto que estos hospitales son ejemplos para los demás en Chile, en cuanto a su alto nivel de
médicos y matronas que trabajan en Punta Arenas, Copiapó, Iquique, Santa Bárbara, o donde sea
fuera de Santiago, han aprendido empíricamente y han dedicado sus labores a la humanización
del parto, a pesar de su formación medicalizada y a pesar de la presión de sus pares a mantener
La humanización del parto es nada más que respeto: respetar a la mujer como fuente de
su acto de nacer tanto a si misma como al nuevo ser, y respetar el nacimiento de una nueva
unidad familiar que consiste en la madre, el padre, y el nuevo ser humano. El parto humanizado
es tan respetuoso y fácil, que es difícil justificar las intervenciones médicas – particularmente
cuando toda la evidencia científica nos muestra que entre 85 y 95% de todos los partos
(especialmente en una población tan buen nutrida como la de Chile), son normales y no