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En el milenio II antes de Cristo, los pueblos indoeuropeos (de los que descienden los
actuales latinos, germanos, eslavos, celtas, griegos,...), llegaron a Europa occidental
procedentes de su nucleo original en las estepas del norte de Ucrania y Rusia, siendo
motores de la expansión la adopción del caballo como animal de montura, o como
algunos historiadores apuntan hoy, la subida del nivel del Mar Negro, cuando el
Mediterráneo lo invadió y pasó de ser lago a mar. Una teoría más reciente considera que
su nucleo original se encontraba en la península de Anatolia (la actual Turkia). Su
asentamiento generalizado en Europa, dio lugar a que las lenguas y pueblos hermanos al
vasco que existían a lo largo de todo el continente desaparecieran, conservándose
unicamente de este antiguo grupo de lenguas el euskara y las lenguas caucásicas. Se
sabe que a lo largo de Europa se hablaban lenguas hermanas al euskara, ya que hay
topónimos muy arcáicos en zonas aisladas de los Alpes y otras zonas europeas que son
muy conservadoras lingüísticamente, cuyo significado original se puede desentrañar
utilizando la lengua vasca.
El euskara está emparentado lejanamente con las lenguas caucásicas, en concreto con el
georgiano, sobre todo desde un punto de vista gramatical. Esta relación no se encuentra
totalmente demostrada, porque en la actualidad, carecemos de la lengua protocaucásica
origen de las actuales lenguas del Cáucaso, para poder realizar una comparación
exhaustiva con el euskara. Este origen común entre la lengua vasca y los idiomas
caucásicos es muy remoto, tenemos que remontarnos a más de 10.000 años atrás y
según las últimas investigaciones a más de 20.000 años. Se considera como correcta la
hipótesis de que los protovascos en el magdaleniense, hace más de 13.000 años ya
habitaban la zona pirenaica, una hipótesis basada en los restos arqueológicos
encontrados en esta zona. Unos habitantes de los Pirineos cuya lengua era el euskara o
mejor dicho, el protoeuskara, que dio lugar posteriormente a la familia de lenguas
éuscaras, habladas por las siguientes tribus:
Autrigones: el idioma autrigón se habló desde el río Asón de Cantabria hasta el río
Nervión en Bilbao y al sur hasta parte de Alava, La Rioja y Burgos.
Caristios: del río Nervión al oeste, hasta el río Deba en Gipuzkoa y al sur hasta parte de
Alava. Se sabe que la lengua autrigona era muy similar a la lengua caristia. También se
puede deducir por sus notables arcaísmos que eran los idiomas de tronco éuscaro que
mayor afinidad poseían con el protoeuskara hablado más allá del magdaleniense. Unos
arcaísmos que incluso hoy en día son patentes en el dialecto vizcaíno del euskara que
surgió del mestizaje del autrigón y principalmente, del caristio medianamente romanizado
con el euskara de los vascones de Navarra.
• Iacetanos: su lengua era hablada en la región habitada por esta etnia, su capital era
Iaka (latín > Iaca; castellano > Jaca).
• Oscetanos: su idioma era hablado en la región habitada por esta tribu, su capital se
encontraba en Oska (latín > Osca; castellano > Huesca). Tanto Iaka como Oska
poseían el sufijo -ka muy común en la toponimia vasca (Gerni-ka, Munda-ka, Sondi-
ka,...), sufijo que significa poblado en euskara.
• Várdulos: al oeste desde el río Deba en Gipuzkoa, hasta parte de Navarra y al sur
hasta parte de Alava. Del mestizaje de várdulos y vascones surgiría el dialecto
guipuzcoano del euskara.
• Vascones: Fue la tribu en la que surgió el euskara. Los vascones ocupaban toda
Navarra, Iparralde y parte de Alava, Gipuzkoa y la Rioja. Las ciudades de Kalagorri
(latín > Calagurris; castellano > Calahorra; localidad riojana), Tutera (latín > tutela;
castellano > Tudela; localidad de la ribera navarra) e Hiriona (latín > Pompaelo;
euskara moderno > Iruñea; castellano > Pamplona; capital de Navarra) eran vasconas.
Unas lenguas de tronco éuscaro habladas por estas tribus que se convirtieron en una
única lengua fruto de la conquista de los vascones de estas tribus:
• Iacetanos y Oscetanos: fueron conquistados por los vascones del siglo III a.C al II a.C.
Si bien el núcleo original del euskara se encuentra en lo que fue denominado por los
romanos, Saltus Vasconum (la zona pirenaica de Navarra). A partir del siglo III a.C. fruto
de las expansiones y conquistas vasconas a lo largo de diferentes siglos, nos
encontramos con la situación lingüística del siglo XI d.C., en la cual el euskara es hablado
desde parte de Cantabria al oeste, hasta parte de la provincia catalana de Lleida al este,
mientras que al norte es hablado en parte de Aquitania y al sur, hasta gran parte de la
Rioja, Burgos y Soria. Siendo el actual dialecto navarro y el euskara estándar o batua
(unificado), dado que este último es basicamente dialecto navarro, los que mayor afinidad
poseen con el euskara original de los vascones. Hoy en día la extensión de cada uno de
los dialectos vascos, coincide exactamente con la extensión de las tribus vascas descrita
por los geógrafos griegos hace más de dos mil años. Para más información sobre la
expansión vascona y de su idioma, visitar la página Historia del País Vasco.
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El euskara, aunque nunca ha estado en contacto con los dialectos del bereber que se
hablan en el Magreb, posee palabras similares a las de éstos, introducidas en el euskara
a través del íbero o posiblemente, a través de pueblos nómadas de origen camítico que
se hubiesen asentado en nuestra tierra en la época neolítica. Unos pueblos que con el
paso del tiempo se hubiesen fundido con los de habla éuscara, quedando como
testimonio de su existencia los vocablos que nos legaron. De esta forma se podría
explicar la existencia de palabras bereberes, guanches (Canarias), somalíes, etíopes o
del egipcio antiguo (son lenguas camíticas) en el euskara. Durante muchos años debido a
este parecido entre palabras camíticas y éuscaras, existió la teoria vasco-bereber que
consideraba al euskara emparentado con el bereber. Una teoría que fue desechada hace
años dado que los parecidos entre los dos idiomas son unicamente de léxico o
lexicográficos, mientras que sintáctica y gramaticalmente no tienen parecido alguno,
aunque si se observan sobre todo en la articulación verbal, la utilización de algunas
partículas muy similares, por lo que se considera más plausible, la teoría de una
emigración en tiempos pretéritos de pueblos nómadas de origen camítico a zonas
éuscaras, los cuales posteriormente, se fundirían con la población de habla éuscara que
allí se encontraba.
Nekk Ni-Nik Yo
El euskara posee préstamos poco numerosos de otros idiomas como el árabe, germano o
celta. Estuvo en contacto con el celta desde el siglo VIII a.C. hasta los siglos II - V d.C.
Son topónimos celtas las localidades de Lezama, Ultzama, Deba,... Estos son unos
ejemplos de términos en lengua celta, germana y árabe que se han conservado hasta
nuestros días en el euskara:
El dialecto vasco que tiene más influencia latina es el vizcaíno, debido a que las tribus
caristia y autrigona que habitaban la zona en la que actualmente se habla este dialecto,
fueron medianamente romanizadas. Esta romanización de estas tribus fue atenuada
posteriormente a través de la conquista de los vascones de Navarra (a partir del siglo V
d.C.), que poseían una escasa o nula romanización. Del mestizaje del autrigón y
principalmente, del caristio medianamente romanizado y de la lengua de los vascones, el
euskara, surgiría el actual dialecto vizcaíno.
"(...) Si uero, quod Deus non patiatur [non quieti] et mala opera exercimus [nos
sificieremus] et plus pro carnis luxuria quam pro salute anime laboramus, timeo ne quando
boni christiani cum angelis acceperint uitam eternam nos, quod absit, precipitemur [guec
ajutuezdugu]* [nos non kaigamus] jngeenna (...)"
El segundo factor que debilitó al euskara fue la división del Reino de Navarra por parte de
este mismo rey, yendo en contra de la ley vascona de sucesión, surgiendo de esta
manera los reinos de Castilla y Aragón, que anteriormente habían sido condados. Si bien
en sus orígenes, en el siglo XI, la mayor parte de la población castellana y aragonesa, así
como sus primeros reyes fueron euskaldunes. Al avanzar hacia el sur la reconquista, más
y más población mozárabe y por lo tanto latina, fue añadiéndose. Quedando el euskara
desplazado gradualmente como vehículo de comunicación cotidiano en esos reinos.
Considerándose a partir de los siglos XIV y XV, tanto en Castilla, como en Aragón, como
una lengua propia del Reino de Navarra, como algo que había quedado de la dominación
navarra de esas tierras. A parte que en aquellas épocas, el euskara, fue considerado por
el cristianismo, como una lengua bárbara y pagana. Lengua y cultura latinas eran
sinónimos de cristiandad, dado que la mayor parte de la población euskaldun era pagana.
A medida que avanzaban las lenguas y culturas latinas, avanzaba el cristianismo. Todo
estaba en contra del euskara. Es muy significativo que en la Edad Media a partir del siglo
XIV, tanto en Castilla como en Aragón se prohibiera lo judío, lo árabe y lo éuscaro, ya que
representaban la religión hebrea, la islámica y la antigua religión pagana de Mari (1), que
era la que procesaban mayoritariamente los euskaldunes. Para más información sobre los
decretos de prohibición del euskara a partir del siglo XIV visitar la página Historia del País
Vasco
(1) Mari, Maia o Ama-Lur (madre tierra) era la diosa suprema de la antigua religión vasca,
su símbolo cósmico era el sol, y su representación gráfica, el disco solar llamado lauburu
(laubúru, tetracéfalo, éste símbolo lo puede observar al comienzo de la página web en la
que usted se encuentra, a la izquierda y a la derecha del título). Los discos solares con
alguna que otra modificación, pueden encontrarse en todas las culturas euroasiáticas
antiguas, desde la península ibérica hasta Alaska. Es común ver en las lápidas de los
cementerios del País Vasco, que en lugar de utilizarse cruces cristianas, se siga con la
costumbre de esculpir en las lápidas la cruz vasca, el lauburu, siguiendo de esta forma el
rito antiguo de la religión de Mari.
Esta religión, contaba con una trinidad integrada por Mari y sus dos hijos Atarrabi (la
representación del bien) y Mikelats (la representación del mal), de los que surgían el resto
de númenes y espíritus tanto benébolos como malébolos.
La cosmogonía vasca estaba dividida entre dos mundos, el mundo de los del día
(egunekoak) o el de los vivos y el mundo de los de la noche (gauekoak) o el de los
muertos. Para los antiguos vascos el significado de la muerte no era tan lúgubre como
puede resultar viéndolo desde la perspectiva occidental actual. Al morirse una persona,
simplemente, pasaba a formar parte de un estado existencial diferente. Se decía en
aquellos tiempos que, "Eguna egunekoentzat [ el día para los del día (los vivos) ] eta gaua
gauekoentzat [ y la noche para los de la noche (los muertos) ] ". El espíritu Gaueko
[ (espíritu guardián) de la noche] era el encargado de velar por esta norma aceptada por
los antiguos vascos, ya que si algún vasco merodeaba por la noche, era arrebatado de los
vivos por este espíritu y pasaba a formar parte del mundo de los de la noche (los
muertos).
La religión vasca poseía unas normas de conducta sobre lo que es el bien y el mal, que
debían ser cumplidas estrictamente por los vascos. También existía en esta religión un
cielo y un infierno, aunque era diferente a la concepción del cielo y del infierno de las
religiones judeo-cristianas. Cuando una persona fallecía, pasaba a formar parte de los de
la noche. En la oscuridad, era guiado por la luna, que en euskara se dice ilargi (significa
luz de los muertos), por un sendero que le llevaría hasta la gruta o cueva de Mari, donde
viviría con ella y con todos sus antepasados eternamente, en paz, felicidad y abundancia.
Este era el concepto del cielo para los antiguos vascos. Pero aquella persona que no
hubiese obrado en el mundo de los vivos, según las enseñanzas de Mari y hubiese hecho
el mal al prójimo. Aunque la luna le iluminase en su camino, estaría vagando y vagando
eternamente, en la oscuridad, hasta poder encontrar el sendero que le llevase hasta la
cueva de Mari. Este era el concepto de purgatorio (estar vagando durante un tiempo
buscando el sendero correcto) y el infierno (vagar eternamente en la noche sin encontrar
el camino). Como se puede observar, es una religión de claro origen prehistórico, dado
que considera a la cueva como zona de paz, acogedora y protectora, el mejor sitio en
donde vivir eternamente. Una creencia que proviene de un pasado remoto, en el que los
protovascos en las glaciaciones, tuvieron que guarecerse en las cuevas para evitar las
frías temperaturas y de esta forma poder sobrevivir. Un miedo a vagar en la oscuridad (el
infierno y el purgatorio) que tiene su origen en las frías noches glaciales, ya que todo
aquel que no encontrase en el anochecer el sendero hacia la cueva en donde moraba la
tribu, moriría de frío. Una lucha por la supervivencia que quedó plasmada en la religión
vasca, aunque los vascos hacía miles de años que ya no necesitaban guarecerse en las
cuevas para poder sobrevivir del frío glacial.
Esta religión poseía unas normas de actuar en la vida muy similares a las cristianas, por
lo que fue muy fácil dar el paso de la religión vasca al cristianismo. Sólo se tuvo que
adaptar la trinidad, dioses y espíritus vascos a la trinidad y santos cristianos. Hoy es el día
que a la Virgen María en euskara se le llama Andra Mari (Señora Mari) que era el nombre
con el que era llamada la diosa Mari. Gracias al parecido entre los nombres, el culto a la
diosa Mari pasó a ser también, un culto a la Virgen María. Todas las vírgenes que existen
en el País Vasco, así como sus iglesias, eran antiguas zonas de culto a esa divinidad. Lo
mismo ocurrió con los santos cristianos, por ejemplo, el culto a Argia (la luz) pasó a ser un
culto a Santa Clara, llamada en euskara Deun Argia (Santa Luz). A medida que
avanzaban las lenguas y culturas latinas, iba desapareciendo la religión de Mari e iba
extendiéndose el cristianismo. Esta religión se perdió definitivamente en el siglo XVII,
cuando las sorginas (sortu -> nacer + gina -> hacedora; hacedora de nacimientos,
matrona) que eran similares a los druidas celtas y eran las encargadas de las zonas de
culto, de hacer las ceremonias, de sanar a la gente a través de hierbas y de traer al
mundo a los niños, fueron acusadas de brujería por la Inquisición. Vascos que procesaban
la religión de Mari y no la cristiana, así como cientos de sorginas, fueron acusados de
brujería, siendo posteriormente quemados. A partir de entonces la palabra sorgina que
significaba en euskara antiguo matrona, pasó a significar bruja. La existencia de la antigua
religión, se ha conservado hasta nuestros días, a través de la transmisión oral, de
generación en generación, a través de parábolas y cuentos imbuidos en las antiguas
creencias que los abuelos contaban a sus hijos y sus nietos.
El tercer factor, las grandes hambrunas de los siglos XVIII - XIX que obligó a gran parte de
la población euskaldun (la más pobre de la sociedad), a emigrar hacia las Américas. Lo
que ocasionó que por el ejemplo, el euskara que seguía siendo la lengua mayoritaria en
Navarra, perdiese terreno a marchas forzadas.
El cuarto factor que debilitó al euskara, es la baja estima que tenía la sociedad en general
y el euskaldun en particular, de la lengua vasca. Considerándola rural, inculta, bárbara
con respecto a las lenguas y culturas latinas. El euskara era considerado por todos como
"rudem et barbaram linguam, cultum abhorrentem" (lengua tosca y bárbara, incapaz de
cultivo). Algo que empujaba al euskaldun a renegar de la lengua y cultura vascas. Dado
que siempre se utilizaron las diferentes lenguas latinas que rodeaban a los euskaldunes
para escribir (navarro románico, gascón, castellano y francés). Se utilizaron todas, menos
el euskara. El euskara era vehículo de cultura tradicional y rural vasca, mientras que el
castellano o el francés eran vehículos de cultura occidental, de la cultura de las ciencias y
de las artes. No es extraño ver que por ejemplo el insigne Unamuno que era euskaldun,
dijera la frase: "Lo mejor que podría aportar el vascuence a la humanidad es
desaparecer". La burguesía euskaldun siempre se avergonzó y rechazó el euskara,
considerándolo una lengua del "vulgo", abrazando el castellano como lengua culta. Lo que
le quitó más prestigio y agudizó a partir del siglo pasado la pérdida del euskara. Al
contrario que en Catalunya que la burguesía catalana, nunca renegó del catalán y siguió
hablándolo.
A finales del siglo XIX y sobre todo a partir de la década de los cincuenta del siglo pasado,
comenzaron a llegar masivamente miles de personas de habla castellana desde
diferentes partes de España, en busca de un trabajo en la industria vasca. Lo que hizo
que la situación socio-lingüística cambiara. El castellano ya no era propio sólo de gente de
abolengo, burguesa, de gente instruida y culta, sino también, de gente humilde que venía
al País Vasco en busca de un sustento. Esto hizo que el castellano, gradualmente,
perdiera prestigio en la sociedad vasca y que el euskara, otrora lengua relegada al
ostracismo, recobrase su prestigio social.
Se abren ikastolas a lo largo de toda la geografía euskaldun, en las que se imparten las
clases en euskara. Surgen las primeras generaciones de vascos que saben leer y escribir
en euskara después de 40 años de prohibición de la lengua y cultura vascas. Una
prohibición de todo lo vasco, que si para algo sirvió, fue para hacer consciente a la
población euskaldun de la importancia de la pervivencia de su idioma y de su cultura, algo
de lo que anteriormente pocos euskaldunes se percataban. El euskara, se va extendiendo
al sistema educativo vasco gratuito, ya era posible realizar los estudios desde pre-escolar
hasta el curso de preparación a la universidad en euskara. Cada año aumenta la
publicación de libros de todo tipo en lengua vasca.
Surge la radio pública Euskadi Irratia y la televisión pública Euskal Telebista (ETB1), cuya
programación es integramente en lengua vasca. Una programación emitida diariamente a
las siete regiones de la vascofonía y vía satélite a todo el mundo. Poseemos ya diarios y
revistas integramente en euskara.
El euskara ha recuperado el prestigio perdido antaño frente a las lenguas latinas, lo que
ha hecho que gran parte de los padres elijan libremente para la educación de sus hijos, de
entre los tres modelos existentes en el sistema educativo vasco, principalmente, el
modelo D (todo en euskara con la asignatura de lengua y literatura españolas), así como
en menor medida el modelo B (unas materias en euskara y otras en castellano). Mientras
que el modelo A (todo en castellano en el que el euskara se estudia como asignatura) va
perdiendo puestos en la aceptación de la población vasca, debido a que este modelo no
garantiza el conocimiento del euskara ni el bilingüismo de los alumnos, ya que se estudia
euskara como si fuera inglés. Siendo el euskara más complejo que el inglés, los
conocimientos de euskara de los alumnos que estudian en este modelo cuando llegan a la
universidad, son basicamente nulos. En Navarra existe un modelo más que es el modelo
G, integramente en castellano, en el que no existe ninguna asignatura en euskara.
Con la oficialidad de la lengua vasca en estos veinte años, se ha conseguido que no haya
un sólo municipio de la Comunidad Autónoma Vasca donde no haya un vascoparlante. El
número de vascoparlantes ha aumentado en más de 100.000. Teniendo en cuenta la
complejidad del aprendizaje del euskara, así como el número de habitantes de la
comunidad, es una cifra muy satisfactoria.
Por fin el euskara, no es sólo vehículo de cultura tradicional vasca, sino también, vehículo
de la cultura de las artes y de las ciencias. Augurándose para nuestro idioma en el milenio
que acaba de comenzar un futuro esperanzador. Como bien dijo el primer escritor en
lengua vasca Bernard Etxepare:
En este contexto de luchas religiosas llegó a ser posible que se dieran las
circunstancias favorables para que se produjera el venturoso hecho de la creación ex
novo de la prosa vasca, al traducirse el Nuevo Testamento en toda su integridad. El
personaje encargado por el sínodo calvinista de Pabe (Pau) en 1565 para llevar a
cabo la traducción al vasco del Nuevo Testamento fue Joannes de Leizarraga (1506-
1601), nacido en Beraskoitze (Lapurdi). Su traducción se llamaría Jesus Christ gure
Jaunaren Testamentu Berria (Nuevo Testamento de nuestro Señor Jesucristo). Los
datos sobre su juventud son escasos, si bien sabemos que fue ordenado sacerdote,
pero que en 1559 se convierte al evangelio lo cual le acarrea persecución y
encarcelamiento y, como muchos otros protestantes, encuentra asilo al amparo de
Joanna III de Albret. La traducción de Leizarraga está concienzuda y
escrupulosamente hecha, de acuerdo con el espíritu que animaba las traducciones
protestantes de su época de estricta fidelidad al texto original griego. Para su
traducción utilizó el texto griego del Nuevo Testamento preparado por Erasmo de
Rotterdam, el mismo que usara Lutero para su traducción al alemán. Otras obras
suyas fueron Kalendrera (Calendario) y Abc edo Christinoen instructionea (Abc o la
instrucción de los Cristianos). Leizarraga se caracteriza por ser un escritor que utiliza
en su literatura muchos términos cultos de origen grecolatino.
• Silvain Pouvreau nació en Bourges. Sin ser vasco aprendió euskara siendo secretario
del jansenista abad de Saint-Cyran. Ordenado sacerdote, fue párroco de Bidarte
(Bidart; 1640-44) y más tarde en París. Tradujo la Instrucción del Cristianismo
(Guiristinoen Dotrina) de Richelieu, la Introducción a la vida devota (Philotea) de San
Francisco de Sales y el Combate espiritual (Gudu espirituala) de Lorenzo Scupoli.
• Arnaud Oihenart u Oihenart (1592-1667) nació en la capital de Zuberoa, Maule
(Mauleón), fue abogado. Es, pues, uno de los pocos no eclesiásticos que escriben en
euskara en estos primeros tiempos. En latín escribió Notitia utriusque Vasconiæ, tum
ibericæ tum aquitanicæ, en la que narra la historia de los vascos hasta la Edad Media
desde una perspectiva vasca. Es más conocido por su colección de 706 refranes
vascos con traducción francesa y sus poesías en euskara. Oihenart es un hombre que
ama el euskara, lo trabaja incluso inventando neologismos pero al mismo tiempo, se
mantiene alejado de los ditirambos y de las confusiones históricas de algunos
contemporáneos, por lo que ha sido a veces mal interpretado como poco vascófilo.
• Entre los primeros frutos del árbol larramendiano hay que citar a los padres Agustín de
Kardaberaz y Sebastián de Mendiburu.
• José María Iparragirre Balerdi nació en Urretxu (Gipuzkoa) un día de verano de 1820.
Sus 61 años de vida se inscriben en un período trascendental en la conformación
política y social de nuestro país, que va desde la crisis del Antiguo Régimen que
desembocará en la guerra carlista, hasta la primera industrialización de Vasconia que
arranca al final del tercer y último conflicto dinástico cuyo corolario fue la abolición foral
de 1876. En el terreno de las artes, la vida de Iparragirre coincide con los años de
apogeo del Romanticismo, un movimiento tan influyente y fértil como escurridizo a
toda definición. "Una manera de sentir", lo llamó su coetáneo Charles Baudelaire,
manera de sentir que se manifiesta en un decidido afán de Libertad como medio para
la realización personal pero también la colectiva, puesto que el individuo se identifica
con su pueblo al que considera dotado de un espíritu propio. El ansia de Libertad,
como sentimiento más que como pensamiento, como desvelo vital, motor existencial y
hálito creativo antes que como ambición de concretos perfiles, recorre toda la
trayectoria de José María Iparragirre y explica sus grandezas y también sus miserias.
Y es que en el viejo bardo tenemos a una de las más acabadas figuras del
Romanticismo artístico en Vasconia, y en su himno Guernicaco Arbola (Arbol de
Gernika) al exponente máximo de la afirmación identitaria de los vascos alrededor de
los Fueros y de su símbolo secular. Con todos los matices, de Iparragirre podemos
decir que jugó entre nosotros papel idéntico al de Adam Mickiewicz en Polonia o
Alessandro Manzoni en Italia. Pero a diferencia de estos poetas nacionales, el de
Urretxu cultivó no sólo la rima (que también) sino sobre todo la música, disciplina que
durante el Romanticismo cobró renovada importancia como vehículo idóneo para la
nueva estética expresivista.
• Jean Martin Hiribarren (1810-1866) nació en Askaine (Lapurdi) fue el autor del poema
Euscaldunac (vascos). Hiribarren no es amigo de ditirambos, reconoce la pobreza del
esfuerzo espiritual de los euskaldunes y la necesidad de emprender algo. Todo pueblo
debe hallar guías entre los suyos. Por eso él llama a todos:
Euscaldun gucia da egun gombidatcen
has dadin içpirituç cerbeiten moldatcen
Iaquin deçaten arren gure ondocoec
nolaco gaiac çuçten hequin arbasoec
(Hoy invitamos a todos los vascos a que emprendan un quehacer espiritual
para que nuestros descendientes sepan qué hazañas acometieron sus
antepasados)
Vicenta Moguel (1782-1854), es la primera mujer escritora vasca. Pertenece a una familia
de escritores (Juan Antonio y Juan José) pero su estancia en Azpeitia (Gipuzkoa) ha
guipuzcoanizado su euskara. Sus Ipui onak (Cuentos buenos) están escritos en forma
sencilla pero en un lenguaje depurado. La entrada de la mujer en la Literatura vasca se
hace por la puerta grande.
• Resurrección María de Azkue (1864-1951) dio cima a una obra ingente casi increíble si
no la tuviéramos delante. Sacerdote, hijo de Lekeitio (Bizkaia), dedicó su vida entera al
euskara ya que no ejerció cargo sacerdotal alguno y la música, a la que sentía una
gran inclinación, le sirvió para comprender mejor la cultura popular. La obra de Azkue
sigue teniendo validez hoy. Su gran Diccionario trilingüe (Euskera-Castellano-Francés)
nos sirve de libro de consulta. Euskalerriaren Jakintza (La sabiduría del País Vasco) es
una colección de poesías, leyendas, canciones, etc., del pueblo vasco y constituye hoy
un tesoro valiosísimo. Además publicó Morfología Vasca donde estudia el sufijo vasco
y las partes de la oración.
• La cima de la poesía vasca la representa Jose Mari Agirre Egaña (Xabier Lizardi).
Nació en Zarautz (Gipuzkoa) en 1896. Aunque pasó su infancia allí, casi toda su vida
transcurrió en Tolosa (Gipuzkoa). Debido a un traslado laboral de su padre, toda la
familia tuvo que trasladarse a dicha localidad, cuando él tenía alrededor de diez años.
Finalizó los estudios de bachillerato en el colegio de los Escolapios de esa localidad.
En 1913, cuando tenía diecisiete años, falleció su padre, y por ello debió empezar a
trabajar, al ser el mayor de seis hermanos. Sin embargo, no por ello abandonó su
deseo, manifestado desde la infancia, de estudiar abogacía, y cursó estudios de
Derecho, como alumno libre, en la Universidad Central de Madrid, consiguiendo el
título en 1917. Su primer trabajo lo consiguió en el Banco de Tolosa, como auxiliar,
pero en 1923 le propusieron el cargo de gerente en Perot, una empresa de Tolosa, y
hasta su muerte desempeñó esas labores en esa empresa de redes metálicas. En
1923, gracias a la seguridad proporcionada por el nuevo puesto de trabajo, se casó
con Pakita Izagirre, a la que había conocido en sus visitas a Zarautz, y tuvieron cuatro
hijos. Falleció joven, en 1933, cuando tenía 36 años, víctima de una enfermedad
incurable en aquel entonces.
Lo mejor de esa obra poética está recogido en Biotz-begietan (Con corazón en los
ojos; 1932) y, tras su muerte, la sociedad Euskaltzaleak publicó Umezurtz Olerkiak
(Poemas de Orfandad), en el que se recogían los poemas escritos tras la publicación
del libro anterior.
La temática de los poemas de Lizardi gira en torno al ser, la vida y la muerte, la patria,
el euskara y la tradición vasca. En lo que se refiere al estilo, está caracterizado por
una expresión compacta y elegante, su modernidad y originalidad destacaban
claramente entre sus coetáneos. Entre su producción teatral, se conocen tres obras
publicadas: Laño ta izar (Nubes y Estrellas), escenificación poética de un cuento
infantil. Segundo, Bi aizpak (Las dos hermanas), la adaptación al euskara de una
comedia francesa. La tercera, Ezkondu ezin zitekeen mutilla (El chico que no podía
casarse), es una comedia costumbrista, en la que critica tradiciones sociales,
basándose en anécdotas de su propia vida. Fue periodista, de hecho, fue el género
que hizo famoso su nombre literario; sus numerosos artículos periodísticos fueron la
expresión más directa de su incansable actividad en temas culturales, literarios o
políticos. De entre sus más de cien artículos de los años 1927 al 1933 se hizo una
selección que la sociedad Euskaltzaleak publicó en 1934 bajo el título de Itz-Lauz (Con
palabras llanas). Gracias a este libro, y a la recopilación completa más recientemente
editada, se puede conocer la amplia temática de sus artículos en euskara y castellano:
euskal egunkaria, ikastolak, cultura y literatura vascas, polémicas y críticas literarias.
Son destacables la elegancia, corrección e ironía del estílo de sus obras periodísticas.
Se pueden apreciar los registros bien perfilados de la prosa de Lizardi. Sabía
ajustarlos a sus deseos, a veces con una prosa culta, elegante, elaborada, otras
veces, en cambio, con el lenguaje sencillo, directo y vigoroso del lenguaje hablado de
todos los días.
• Bernardo Atxaga, cuyo verdadero nombre es José Irazu Garmendia, nace en Asteasu,
provincia de Gipuzkoa, el 27 de Julio de 1951. Es licenciado en Ciencias Económicas
y en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona. Escribe sus primeras obras en
vasco bajo el pseudónimo de Bernado Atxaga. Es autor de poemas, cuentos y
novelas, así como de una veintena de libros para niños. En 1983 recibe el premio
"Xavier Lizardi" por su libro Sugeak begiratzen dionean (Cuando la culebra le mira). En
1989, Bernardo Atxaga es galardonado con el Premio Nacional de Literatura por su
obra Obabakoak traducida a más de diez lenguas.
EUSKAL HERRIA - EUSKALDUN - ERDALDUN:
• Euskal Herria. Etimología y origen del nombre con el que denominan los
vascoparlantes a su tierra.
• Euskaldun. Etimología del término.
• Erdaldun. Etimología de la forma en la que designan los vascoparlantes, a toda
persona que desconoce la lengua vasca.
EUSKAL HERRIA
Del mismo modo, vasco se decía euskaldun (euskáldun), que procede de, heuskara
ahaldun (jeuskára ajáldun, el poseedor de la capacidad de hablar euskara). Aunque
actualmente, euskaldun, se utiliza para designar el concepto de vascoparlante, dado que
hay muchos vascos que no saben hablar euskara.
Para decir vasco se utiliza el neologismo, euskal herritar (éuskal errítar) que engloba tanto
a euskaldunes (vascoparlantes) así como a erdaldunes [erdaldun (erdáldun), procede de,
herdara ahaldun (jerdára ajáldun, poseedor de la capacidad de hablar la lengua
extranjera) significaba antiguamente extranjero, ya que la noción de pertenencia a lo
vasco, no venía dada por haber nacido en Euskal Herria, sino por saber hablar euskara.
Actualmente, significa castellanoparlante o francófono, según en qué parte de la
vascofonía se utilice].
La historia de los vascos comenzó hace miles de años atrás en lo que hoy conocemos
con el nombre de Navarra. La tierra de los navarros fue llamada por los romanos con el
nombre de Vasconia. Cuna de la linguæ navarrorum (lengua de los navarros) o euskara, y
de la cultura que surge alrededor de ella. Los vascones de Navarra, como tribu vasca más
importante dio a las demás tribus, el apelativo de vascas (el término vasco es una
contracción medieval de la palabra vascón).
Según los últimos hallazgos arqueológicos y las investigaciones antropogenéticas
llevadas a cabo en la zona cantábrica oriental y en los Pirineos, tanto la tribu de los
vascones como el resto de las tribus éuscaras (aquitanos, autrigones, caristios, iacetanos,
oscetanos y várdulos), pertenecían a lo que los antropológos denominan grupo pirenaico-
occidental, un subgrupo dentro del caucásico surgido de la evolución en la zona pirenaica
del hombre de Cro-Magnon. Un grupo humano que se extendió ya en el magdaleniense,
hace más de 13.000 años, a un lado y a otro de los Pirineos y cuya lengua era el
protoeuskara. Esta etnia se dividió con el paso del tiempo, en diferentes tribus, cada una
de las cuales poseía su propio idioma surgido de la evolución del protoeuskara, siendo la
lengua de los vascones, el euskara, la única lengua que ha sobrevivido hasta la
actualidad de este grupo lingüístico éuscaro. Hoy en día se pueden encontrar individuos
del grupo pirenaico-occidental, aunque viéndose atenuados sus caracteres debido al
mestizaje, en Burgos, La Rioja, norte de Aragón, norte de Catalunya y Aquitania. Zonas en
las que antiguamente se habló euskara. Siendo en el País Vasco continental y peninsular,
así como en Navarra, donde se ha conservado mejor este subgrupo caucásico, fruto de la
endogamia y por lo tanto, menor mestizaje, surgidos del aislamiento en el que han vivido
los individuos de esta zona, durante milenios, del resto de sus vecinos peninsulares y
continentales. Gracias a la antropogenética, nueva disciplina de gran auge dentro de la
Arqueología y la Antropología en general, se ha podido dilucidar que la tribu de los
berones que habitaba en la época preromana en la parte oeste de La Rioja (el resto
estaba habitado por los vascones) y que era considerada por algunos historiadores como
una tribu éuscara, geneticamente, no era afín a estas tribus, dado que los estudios
antropogenéticos han manifestado, que era una tribu íbera con un aporte genético
indoeuropeo de origen celta.
El culto de los bosques, las montañas, los ríos, el fuego, etc... (de origen celtibérico).
El gobierno por un Consejo de Ancianos (quizá derivado de los íberos aunque el sistema
es propio de muchas culturas).
Los magos (seguramente de origen ibérico) y augures (quizá de origen celta). Los
augures vascones interpretaban el futuro mediante el examen de víctimas, a menudo
humanas (probablemente prisioneros de guerra).
La elección de un jefe de guerra de las diversas tribus o grupos, sistema copiado de los
celtíberos. Al parecer el jefe de guerra debía ser un notable (en los celtíberos el jefe de
guerra surgía de alguna de las castas superiores de cada tribu).
Desde hacía siglos una parte de los barskunes (antecesores inmediatos de los vascones)
habitaba en las zonas montañosas del país, donde se dedicaban a la ganadería y a una
economía de subsistencia basada en la caza y la recolección. Incluso aquellos que vivían
en zonas menos agrestes tenían la caza y la ganadería como actividad principal. La
agricultura sólo era practicada en las zonas llanas de la región entre Pamplona y el Ebro,
por los antiguos barskunes celtizados, después celtiberizados, y posteriormente,
barskunizados o rebarskunizados. Los indoeuropeos habían introducido diversos cultivos,
pero no se practicaban a gran escala.
En las zonas del sur existía una aristocracia local, descendiente de los elementos
dominantes celtas llegados con las oleadas indoeuropeas, que hacía que la región se
asemejase más, socialmente, a otros puntos de la península Ibérica. Pero no obstante,
también en estas regiones la caza y la ganadería son ocupaciones habituales, situación
que no se modificará hasta el siglo II d.C.
Durante los siglos III a.C. al II a.C. hacia el este, hasta parte de Catalunya, vasconizando
las tribus iacetana, oscetana y parte de la ilergete. Lo que acarreará la pérdida de sus
idiomas que eran de la misma familia lingüística que el euskara de los vascones (en el
caso de los iacetanos y oscetanos), y por otro lado, la desaparición de la lengua íbera
hablado por los ilergetes, ya vasconizados después de esta expansión.
Entre los siglos V d.C y VI d.C., en dirección noroeste, por el Cantábrico, hasta el río Asón
de Cantabria, conquistando las tribus várdula, caristia y finalmente la tribu autrigona. Unas
etnias que no hablaban euskara, sino unas lenguas hermanas a ésta, dado que el
euskara solamente era la lengua de los vascones y no de los autrigones, caristios y
várdulos, que poseían su propia lengua procedente del mismo tronco protoéuscaro que la
lengua de los vascones. Por esta razón, a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se les llama
provincias vascongadas, ya que se les llamó a las tribus que las habitaron, vasconicatas,
que significaba en latín hechas vasconas, dado que se vasquizaron o vasconizaron
debido a la conquista de los vascones procedentes de Navarra, Aragón y Catalunya.
Pero la presencia de topónimos se puede encontrar también, muy al este y al sur, fruto de
emigraciones muy antiguas de pequeños grupos humanos de lengua éuscara a estos
lugares:
En el Pirineo catalán, por ejemplo, en el Valle de Arán [ haran, áran; significa valle en
euskara ]. La lengua vasca se habló en pueblos pirenaicos de LLeida hasta los siglos XIII
- XIV.
Se habló también en la riojana Nájera (Naiara, nai-ára; antigua capital estival del Reino de
Navarra) así como en diferentes pueblos de La Rioja hasta el siglo XVI.
En el año 196 a.C. llegaron los romanos a tierras del País Vasco, con los que los antiguos
vascos vivieron en paz y en cooperación. Tanto los romanos como las tribus vascas
poseían los mismos enemigos comunes, lo que daría lugar a un buen entendimiento.
Mientras los romanos colaboraron con las tribus vascas en expulsar a los celtas (llegados
a tierras pirenaicas a partir del siglo VIII a.C.), las tribus vascas colaboraron con los
romanos en sus guerras contra los cántabros y astures de origen celta. Como aliadas
imperiales que eran las tribus éuscaras, las zonas que eran conquistadas por los romanos
a los celtas, eran posteriormente repobladas por población de estas tribus vascas, lo que
conllevó una extensión de las lenguas de la familia éuscara hacia el sur. Fue tal el grado
de sintonía debido al respeto de los romanos a las diferentes tribus vascas y sus
territorios, que incluso, hubo autrigones, vascones, caristios, várdulos y aquitanos
enrolados en las legiones romanas en sus guerras contra los britanos. Unas guerras
acaecidas en lo que hoy en día es conocido con el nombre de Gran Bretaña. Habiendo
sido encontradas lápidas mortuorias de la época romana, con nombres e inscripciones
eusquéricas, cerca de Londres, antigua Londinum romana.
A través de esta buena relación, se asentarían colonos romanos al sur de las tierras de
estas tribus y en zonas mineras como las de Somorrostro en Autrigonia (Bizkaia) o en las
llanadas de Aquitania, lo que daría lugar a la colonias romanas de la Novempopulania
(nueve pueblos), Aquitania Prima y Aquitania Secunda, en lo que hoy en día se conoce
como Aquitania o Gascuña. Unos asentamientos que darían lugar siglos después al
surgimiento de las lenguas y culturas pirenaicas de origen latino fruto del mestizaje de
vascos y latinos (castellana, navarra, aragonesa, dialecto occidental del catalán y dialecto
gascón del provenzal u occitano).
En la decadencia del Imperio Romano, surge el vacío de poder y las razzias de los
pueblos germanos. En el 481 d.C. los visigodos ocupan Pamplona y otras ciudades
vasconas y de la provincia Tarraconense. En las ciudades vasconas dominan
esencialmente la política los vasco-romanos más o menos romanizados.
Las relaciones entre las diferentes tribus vascas y los visigodos no fueron buenas, las
guerras se sucedieron ininterrumpidamente. Los visigodos dieron tanta importancia a
dominar a las diferentes tribus vascas que sus reyes se daban el título de Vascones
Domuit (dominó a los vascones), algo que nunca consiguieron.
En esta época encontramos en las zonas montañosas de Navarra y al oeste hasta parte
de Catalunya, a vascones de estructura tribal y carácter primitivo, que viven del saqueo, y
que en buena parte se están desplazando hacia las zonas más occidentales, ocupadas
por los pueblos várdulo, caristio y autrigón, medianamente romanizados. Estos vascones
eran paganos en su totalidad y toda la zona que poblaban vivía, además del saqueo, de la
pequeña ganadería y de una agricultura de subsistencia.
Por otro lado, en la zona central de Navarra, una población de mayoría vascona,
medianamente romanizada, donde el carácter y la lengua vascona gana terreno, pero
donde persisten instituciones políticas propias del Imperio Romano. El cristianismo
apenas ha penetrado. La economía de la zona se basa en las explotaciones ganaderas,
algunas de ellas importantes, con una actividad agrícola complementaria.
Finalmente, en la zona del valle del Ebro, la población ha ido perdiendo sus
características vasconas, tanto en costumbres como en lengua, y donde el cristianismo es
mayoritario. Los habitantes de la zona, que hablan el dialecto romance navarro, están casi
plenamente romanizados, y sus características étnicas vasconas, aunque persisten
(atenuadas por una mayor aportación étnica foránea), no son muy perceptibles.
Economicamente la zona se dedica basicamente a la agricultura, a menudo en grandes y
medianas explotaciones.
Las aldeas, valles y caseríos vascones disponían de un jefe de guerra (en algunos casos
debían gobernarse por medio de Consejos de Ancianos). Los visigodos tratarían
individualmente con los diversos dirigentes su sumisión. Puesto que los visigodos no
pensaban establecerse en las tierras del norte, esta sumisión debía implicar solamente
una alianza militar y una vinculación jurídica al dominio real visigodo, y evidentemente, un
convenio de no agresión. Naturalmente, los jefes de aldeas y valles olvidarían pronto sus
convenios cuando el ejercito visigodo abandonara el lugar, salvo que les reportaran algún
beneficio. En cambio las ciudades respetaron sus compromisos, éstas (Pamplona y
algunas ciudades del valle del Ebro) disponían de una administración que en sus
aspectos principales era continuadora de la administración romana y consideraban a los
visigodos (en proceso de romanización) como aliados imperiales, tal como habían
actuado durante años. Los dirigentes vascones de las ciudades, generalmente
propietarios más o menos ricos, no se opondrían a una dominación diferente a la imperial,
pero que garantizara su tranquilidad y sus propiedades.
Debió ser en esta época (hacia el 482) que en el valle del Ebro y probablemente también
en la zona de Pamplona se establecieron los primeros propietarios visigodos, los cuales
irían acompañados de sus familias, de sus esclavos y de sus servidores. Esta afluencia
hacía imposible la supervivencia normal en las montañas, y esta presión demográfica
forzó el desplazamiento de los nuevos llegados, o de vascones asentados de antiguo en
las montañas, hacia Vascongadas (desde el 456 hasta el 481), donde, a causa de los
saqueos que ya duraban varios años, se había producido un despoblamiento acusado de
sus poblaciones autóctonas, y donde ya se habían asentado algunos vascones y
vasconizados.
Este desplazamiento supuso una catástrofe para Vardulia (Gipuzkoa y parte de Alava) y
Caristia (Bizkaia y parte de Alava), cuya reducida población no pudo hacer frente a los
nuevos llegados, quienes ahora no solo saqueaban y se retiraban, sino que ocupaban las
posesiones de los que morían en la lucha o de los que escapaban hacia zonas más
seguras. Várdulos y caristios huyeron hacia los territorios de los autrigones, cántabros,
berones y turmogos. Los que no huyeron fueron asesinados, esclavizados o acabaron
fundiéndose entre los invasores. Hacia el oeste los vascones de las montañas habían
practicamente concluido en el año 507 la conquista de Vardulia y Caristia. Miles de
vascones montañeses se habían asentado en las nuevas zonas conquistadas. La
población local que había sobrevivido a los ataques y saqueos, se había mezclado con los
grupos de recién llegados, y se iniciaba un proceso rápido de vasconización, seguramente
favorecido por la tendencia a nuevas llegadas de vascones, a la emigración de los
indígenas, y a que la población que permaneció en la zona estaba formada en mayoría
por mujeres, mientras que buena parte de los hombres que siguieron sobre el terreno no
eran etnicamente várdulos o caristios: parte de ellos eran esclavos o colonos de diversos
orígenes (incluso algunos vascones).
El ataque se reprodujo más tarde hacia Autrigonia (oeste de Bizkaia, parte de Alava y
Burgos, desde el 481 hasta el 507), especialmente en la zona costera. Sobre todo a las
tierras de berones y autrigones, pueblos con un grado medio de romanización, llegaron
las gentes procedentes de Vardulia y Caristia, no muy numerosos, que acabaron
fundiéndose pacificamente con ellos, y cuyas tierras parece que se llamaron Autrigonia. A
su vez el pueblo resultante se fundiría también pacificamente con los berones y turmogos
y quizás algunas tribus cántabras, formándose un conjunto territorial, que en el Siglo VI
fue conocido por el topónimo regional de Vardulia. Aproximadamente unos veinte mil
vascones se establecerían sobre todo en Vardulia y Caristia y más tarde unos miles más
en Autrigonia. La población total de las tres regiones ocupadas era probablemente inferior
a los cincuenta mil habitantes, y seguramente quedó reducida a la mitad o menos, que en
situación de inferioridad, acabaron absorbidos en el conjunto de los invasores, y se
vasconizaron, o bien emigraron.
En la batalla de Vouillé, en el 507 los visigodos fueron derrotados por los francos, la
consecuencia inevitable fue la perdida de Aquitania y la Novempopulania hasta la barrera
de los Pirineos. A partir del 507 (507-581) se da una organización de bandas de vascones
montañeses, vasconizados y vascones de diverso origen para saquear Cantabria,
Aquitania y el valle del Ebro. Si bien tradicionalmente se sitúa la fecha de la conquista de
Aquitania por los vascones en el 587, los asentamientos vascones probablemente se
dieron con anterioridad aprovechando el vacío de poder generado por el escaso control
de Aquitania que tenían los francos. El salto cualitativo de las incursiones debió darse
después del 582 cuando los visigodos dominaron parte de las tierras vasconas al sur de
los Pirineos. Aunque inicialmente los atacantes de Aquitania eran vascones de Navarra,
Aragón y Catalunya, desde el 574 también formaron parte de las incursiones los
autrigones, caristios y várdulos ya vasconizados, y a partir del 582 se unieron muchos
vascones de las tierras rurales de Navarra. Después del 587, tras el fracaso del duque
Astrovaldo, que trató de combatirles sin conseguirlo, se llegaría a un acuerdo para el
establecimiento pacifico de los vascones en las tierras llanas de Aquitania. Los vascones
pagarían los tributos pero los territorios en los que habitaban se constituían en un ducado,
donde de hecho, podrían gobernarse según sus propias leyes. Surgiendo el Ducado de
Vasconia [de Wasconia derivaron Guasconia, Gasconia, Gaskonia (en euskara),
Gasconha (en gascón), Gascoigne (en francés) y Gascuña (en castellano) ], un ducado
virtualmente independiente, pero bajo la dirección de un duque (con sus correspondientes
colaboradores y séquito) designado por la Corte Merovingia. Una vez realizado el
establecimiento, los vascones conservarán sus costumbres y su lengua, y al estar
establecidos en una zona geograficamente homogénea, constituyeron un Estado dentro
de otro Estado. Parece que durante estos años se produjo una intensa vasconización de
las capas humildes de la población aquitana, singularmente la menos romanizada,
mientras que las capas más romanizadas dieron origen al pueblo gascón, de habla
románica. Posteriormente al surgimiento del Ducado de Vasconia sería gobernado por la
dinastía de los Otsoa (también conocida como Ochoa, Lupus o Lobo). Una dinastía que
era oriunda de Iaka, la actual Jaca aragonesa, en aquel tiempo habitada por
vascoparlantes. Este ducado paulatinamente fue extendiéndose por todo el territorio
francés que actualmente es conocido con el nombre de Gascuña (desde la costa
occidental pirenaica, al norte hasta Burdeos y al suroeste hasta el valle de Aran en la
provincia de LLeida). El término actual Gascuña o Gasconha (gascóña) en provenzal u
occitano, no es más que una adaptación fonética provenzal del término latino Vasconia.
Con el devenir de los tiempos el euskara poco a poco fue perdiendo peso en la zona, lo
que daría lugar a una pérdida gradual del euskara y sustitución de éste, por el gascón (2).
Este ducado se diluiría finalmente en lo que sería el Reino de Navarra.
(2) Gascón (adaptación fonética provenzal del término vascón), dialecto provenzal que
surgió del mestizaje entre vascones y aquitanos latinizados. Algunos lingüistas consideran
el gascón como lengua independiente, por las notables diferencias que posee con el resto
de los dialectos de la lengua provenzal, fruto de la influencia del euskara en su evolución
lingüística. A lo largo de la Edad Media, el gascón, por la estrecha relación que tuvo el
Reino de Navarra con Gascuña (aunque no formó parte del reino completamente, si
estuvo dentro de su zona de influencia, las últimas dinastías navarras eran gasconas);
hubo muchos hablantes de este idioma que se asentaron en Gipuzkoa y en Navarra, de lo
que da cuenta, la abundante toponimia de origen gascón en estas regiones: el monte
Urgull (orgullo en gascón) y la playa de Gros (grande) de San Sebastián, Mondragón
(monte del dragon), Pasajes (Passatges), Segura, Villafranca (Vilafranca), Villabona
(Vilabona),... La misma forma Donostia, es una adaptación fonética vasca de la forma de
designar San Sebastián en gascón. Fue el idioma que sustituyó tardiamente (antes de la
desaparición del Reino de Navarra), a la lengua navarra romance, en la redacción de los
documentos oficiales de dicho reino. El gascón, se dejó de hablar en el País Vasco
peninsular a principios del siglo XX, concretamente en San Sebastián, que fue la última
localidad peninsular vasca con hablantes de este idioma. En Iparralde, el gascón, se
puede escuchar en la zona costera y en pueblos de Zuberoa fronterizos con el Bearn. En
la península ibérica se habla en el Valle de Arán donde se puede escuchar la variante
aranesa de dicho idioma. El gascón fue la lengua que fue sustituyendo al euskara en el
Valle de Arán a partir de los siglos XII - XIII.
En el 711 los árabes del califa Musa al mando de Tarik desembarcaron en Hispania,
derrotando al ejército del visigodo Roderik o Rodrigo (en la historia es conocido como Don
Rodrigo). La relación entre los vascones y los árabes fluctuó entre la amistad y la guerra.
Antes del 714 Musa había llegado ya a Zaragoza. El conde Casius, que dominaba en
algún lugar en el valle del Ebro, dándose cuenta de la difícil situación militar, seguramente
con la esperanza de conservar sus tierras, pasó el 714 al servicio del Califa, dando lugar
posteriormente a la familia mozárabe de los Banu-Qasi. Una familia que tendría vital
importancia en el surgimiento del futuro Reino de Pamplona. Un reino que surgió de la
cooperación entre los vascones liderados por Eneko Aritza y los Banu-Qasi mozárabes de
la ribera del Ebro.
En el año 778 el ejército franco de Carlo Magno, al mando del gran paladín Roland, no
puede conquistar la ciudad de Zaragoza ocupado por los árabes, y a la vuelta arrasa
Pamplona. El día 15 de Agosto de 778, cuando las tropas francas se disponían a cruzar
los Pirineos para retornar a Francia; las huestes vasconas organizadas para vengar la
destrucción de Pamplona, estaban esperando en el paso de Orreaga (Roncesvalles,
Navarra) para llevar a cabo una emboscada. Mediante rocas lanzadas desde los montes
circundantes, hacia el sendero en el que se encontraba el ejército franco, acabaron con él.
La muerte de Roland en esta batalla, así como la derrota del ejército imperial carolingio (el
ejército más poderoso de Europa en aquella época) a manos de los vascones, inspiró en
el año 1090 "La Chanson de Roland" (la canción de Roland), obra cumbre de la literatura
épica francesa.
El Reino de Pamplona
En el año 824, un nieto de un duque de Vasconia, sería primer rey de Pamplona o Iruñea
(irúñe-á, proviene del euskara arcáico Hiri Ona, Villabona en euskara), se llamaba Eneko
Aritza (enéko Arítsa), Enecco o Iñigo Arista, en castellano. Dando lugar a la primera
dinastía navarra, la dinastía de los Aritzas. En el año 892, San León, que vino a
evangelizar a los vascos, es decapitado en Baiona, ocupada entonces por los normandos.
Guillermo Sancho, duque de los vascones, hace retroceder definitivamente a los
normandos.
Bizkaia consiguió su independencia del Reino de León, en un día de San Andrés del año
870 en la batalla de Padura, en la cual los vizcaínos derrotaron a las huestes del rey
leonés Ordoño, anticipándose así Bizkaia a Castilla en la búsqueda de una independencia
más de acuerdo con las tradiciones peninsulares que con la monarquía leonesa, que
trataba de resucitar el reinado visigótico con sus costumbres germánicas. Su primer jaun
o señor sería Jaun Zuria (señor blanco).
En lucha constante con francos y árabes, el Reino de Pamplona fue extendiéndose hacia
los antiguos dominios de los vascones. Al avanzar la reconquista hacia las tierras llanas
del sur, el Reino de Iruñea, pasó a llamarse Nafarroa, la tierra llana. El mestizaje de
vascos y mozárabes en la ribera del Ebro y en el romanzado (mitad este de Navarra), dio
lugar al surgimiento de una nueva lengua latina, la lengua navarra (muy similar a la actual
fabla o lengua aragonesa). Si bien el 80% de la población navarra era vascoparlante, el
euskara nunca se utilizó para redactar documentos en la corte navarra. Siguiendo los
usos de la época, los escritos oficiales se realizaban en latín o en lengua latina autóctona,
y por lo tanto se realizaron mayoritariamente en navarro romance. En esta misma época,
los ingleses, utilizaron el latín o el romance normando del norte de Francia, mientras que
entidades políticas alemanas utilizaron la lengua latina o romances italianos para redactar
sus documentos. Los primeros escritos en lengua navarra románica y en euskara, los
encontramos en los Códices Emilianenses de San Millán de la Cogolla (para más
información sobre estos códices visitar la página Historia del Euskara). Tristemente, la
lengua navarra, poco a poco, fue absorbida por el castellano, al igual que su lengua
hermana del este, la aragonesa (aunque la fabla o lengua aragonesa, afortunadamente,
sigue hablándose en Huesca), fundiéndose las dos, en un único dialecto, el navarro-
aragonés, perteneciente a partir de entonces a la lengua castellana. Este dialecto es
hablado actualmente, en el sur de Alava y de Navarra, Aragón, y en parte de las
comunidades autónomas de La Rioja, Castilla y León, Castilla-La Mancha, y País
Valenciano.
En el año 1004, bajo el reinado de Sancho Garcés III el Mayor, Navarra, siguiendo la
política de unidad vascona impulsada por sus reyes y en el empeño de recuperar el
territorio perdido por los vascones, frente a francos y visigodos; había aglutinado ya,
dentro de su corona, a todos los territorios de habla vasca de la época (el euskara se
extendía desde parte de Cantabria hasta parte de Catalunya), tanto peninsulares como
continentales, extendiéndose por toda la zona pirenaica hasta parte de Catalunya y
siendo el Condado de Toulouse y Gascuña parte integrante del reino. Consiguiéndose de
esta manera, la unidad política de toda la población vascoparlante dentro del Reino de
Navarra, con capital en Pamplona, y acogiendo dentro de su seno, a los todavía condados
de Castilla y Aragón, donde en aquella época, la mayor parte de sus pobladores eran
vascoparlantes.
Sancho Garcés III el Mayor consiguió que Navarra fuese considerada como uno de los
estados más importantes de Europa, extendiéndose por gran parte de la península, lo que
le llevó a ser conocido en las crónicas europeas de la época como rey de "Wasconum
Gens, Wasconum Nationem" (tribu vascona, nación vascona), ya que si bien el reino
estaba habitado por hablantes de los romances astur-leonés, castellano, navarro,
aragonés y gascón, el nucleo humano sobre el que se sustentaba el Reino de Navarra era
mayoritariamente de origen vasco. También fue denominado por el abad Oliba de Ripoll
como "Rex Ibericus" (Rey de Iberia). Al unir el Reino de León a la corona navarra (año
1034) tomó el título de "Imperator" (Emperador). Fue un monarca que se abrió a Europa y
a la modernidad, después de siglos de aislamiento peninsular y permitió la irrupción en la
península de la orden de Cluny. En sus expansiones y relaciones políticas siempre tendió
más hacia Europa y en política doméstica, hacia las zonas vascoparlantes como Gascuña
(por los lazos de parentesco cultural y étnico con los gascones) y la Navarra Marítima
(Vascongadas), o Castilla, Aragón y noroeste de Catalunya vascoparlantes. De esta
forma, Sancho Garcés III el Mayor, consiguió la unidad política de toda la población
vascoparlante y unir todos los territorios vascones previsigóticos dentro del Reino de
Navarra.
En el año 1023, crea el Vizcondado de Lapurdi para su primo Lobo Sancho, quien se
instala en Baiona, y otorga la región de Zuberoa al vizconde Guillermo Fuerte; estos actos
que se inscriben dentro del sistema feudal, traerán consecuencias muy pesadas para la
unidad política de la población vascoparlante.
La repartición del reino tras la muerte de Sancho Garcés III el Mayor entre sus cuatro
hijos, yendo en contra de la ley vascona de sucesión, dio lugar al surgimiento de los
reinos de Castilla y Aragón. Comenzando con ello la decadencia del Reino de Navarra y
fin de la unidad política de la población vascoparlante. Estos reinos al seguir su expansión
hacia el sur en la reconquista, fueron aumentando más y más su población latina. Debido
a ello, poco a poco el euskara, que era la lengua mayoritaría en esos reinos y lengua
materna de los primeros reyes de Castilla y Aragón, fue perdiendo peso y
desapareciendo. Por otro lado, en aquellas épocas, el euskara, fue considerado por el
cristianismo, como una lengua bárbara y pagana. Lengua y cultura latinas eran sinónimos
de cristiandad, dado que la mayor parte de la población euskaldun era pagana. A medida
que avanzaba las lenguas y culturas latinas, avanzaba el cristianismo. Hasta que ya en el
siglo XIV, el euskara, fue considerado como algo exógeno y propio solamente, del Reino
de Navarra. Dando lugar a los primeros decretos de prohibición del euskara, tanto en
Castilla como en Aragón. Uno de ellos lo podemos encontrar en las ordenanzas
municipales de la ciudad de Huesca de 1349, en el que se señala lo siguiente:
"Item nuyl corredor nonsia usado que faga mercaderia ninguna que compre nin venda
entre ningunas personas, faulando en algaravia nin en abraych nin en basquenç: et qui lo
fara pague por coto XXX sol"
Prohibiéndose de esta manera el uso del árabe (algaravia), del hebreo (abraych) y del
euskara (basquenç) en el mercado de Huesca bajo multa de 30 soles (moneda de oro
aragonesa) y obligándo por tanto a las comunidades árabe, hebrea y vasca de la ciudad,
a hablar unicamente en romance. Es muy significativo que en la Edad Media a partir del
siglo XIV, tanto en Castilla como en Aragón se prohibiera lo judío, lo árabe y lo éuscaro,
ya que representaban la religión hebrea, la islámica y la antigua religión pagana de Mari,
que era la que procesaban mayoritariamente los euskaldunes. Para más información
sobre la antigua religión vasca visitar Historia del Euskara. Hay que decir también, que en
las juderías, tanto en Tudela como en Huesca, celebraban actos culturales en los que se
utilizaba el hebreo. Los comerciantes hebreos entre ellos, para no ser entendidos, tenían
la costumbre de intercambiar palabras en este idioma que hacía incomprensible su
entendimiento por personas que no fueran de dicha etnia. Los vascoparlantes de la
ciudad de Huesca, eran aldeanos de los pueblos circundantes que iban a nucleos urbanos
a comerciar con sus viandas o gente vascófona establecida en las ciudades en las que el
romance era mayoritario, mientras que la comunidad árabe descendía de los árabes
asentados en Huesca durante la pertenencia de esta ciudad al Islam.
Pérdida del Reino de Navarra de las Vascongadas e Iparralde
En 1193, el vizconde de Lapurdi Guillermo Raimundo cede sus derechos señoriales al rey
de Inglaterra, Enrique Plantagenet, convertido ya en duque de Aquitania gracias a su
matrimonio con Leonor de Aquitania.
En el siglo XIII, el Reino de Castilla, en aras a poseer los puertos vascos del Cantábrico
para poder dar salida a los productos de la meseta y poder comerciar de esta forma con
Brujas (Flandes), aprovechó la debilidad política y económica del Reino de Navarra. Un
reino, que no pudo seguir expandiéndonse hacia el sur en la reconquista, al haber
quedado encorsetado entre los reinos de Castilla y Aragón, y que del mismo modo, era
incapaz de poner fin, a las guerras civiles entre fracciones banderizas que se disputaban
el control de las tres regiones vascongadas y de Navarra durante gran parte de la Edad
Media. El Reino de Navarra, en su decadencia política y económica, era incapaz de poner
orden en sus territorios, Castilla, viendo esta decadencia, se aprovechó de estas
rivalidades apoyando según en qué región a uno u otro bando. Con unas contrapartidas
políticas que conllevaban la separación de estas regiones del Reino de Navarra y
posterior pertenencia de éstas a Castilla. La unidad de Bizkaia y de Gipuzkoa al Reino de
Castilla se debió más a los intereses de las fracciones imperantes en cada uno de los
territorios, que al interés general de la población de cada una de las regiones
vascongadas.
También hay que tener en cuenta que no existía una conciencia nacional navarra o vasca
que conllevase un sentimiento de unidad a Navarra. Existía por el contrario, un fuerte
arraigo del Señorío como entidad política de cada una de las regiones y una fuerte
identidad alavesa, guipuzcoana y vizcaína.
Por otro lado la unión a Castilla no resultaba nada traumática desde el punto de vista
lingüístico, cultural y social, dado que en la parte norte de Castilla se hablaba euskara [en
el año 1200 los reyes de Castilla daban fuero a los ciudadanos de Ojacastro (La Rioja)
para poder utilizar el euskara en las diferentes instituciones castellanas, todos los juicios
se realizaban en euskara].
El señor de Bizkaia en 1379, Juan de Haro, se convierte en rey de Castilla. Bizkaia unida
a título personal, conserva su soberanía, como lo demuestra el juramento ritualmente
prestado en Gernika por los reyes de Castilla y de Bizkaia.
Todas las regiones vascongadas obtuvieron unos fueros sin los cuales hubiese sido
imposible su pertenencia a Castilla. Este reino supo entender (frente al centralismo
navarro) el fuerte arraigo de la identidad alavesa, guipuzcoana y vizcaína, dotándoles de
unos fueros para que se pudiesen autogobernar dentro del Reino de Castilla.
En 1234, las dinastías vasconas de Navarra mueren con Sancho el Fuerte, la corona pasa
a manos de Thibault de la familia Champagne.
En 1307, el vizconde Auger cede sus derechos de Zuberoa al rey de Inglaterra y se retira
a Navarra.
En 1449, Gaston de Foix, a las órdenes de Francia, ocupa Zuberoa que se encontraba
bajo la autoridad inglesa. En 1450, por el tratado de Aiherre, Lapurdi se pone bajo la
autoridad del rey de Francia a cambio del respeto a sus instituciones forales. En 1451,
Francia conquista Baiona. Se celebra una entrevista entre Luis XI de Francia y Enrique IV
de Castilla en 1463, quienes proyectan el reparto de Navarra. En 1483, Catalina de Foix,
de la familia Béarn, hereda el reino de Navarra.
Tras la muerte de Carlos III en el año 1425, Navarra se vio sumida en una profunda crisis
institucional ocasionada también por el enfrentamiento entre las facciones en litigio que se
disputaban el control del reino. En el siglo XVI, sólo quedaba del Reino de Navarra, la Alta
Navarra (perteneciente actualmente a España) y la Baja Navarra (hoy en día
perteneciente a Francia). Navarra estaba en estado de preguerra civil entre
Beaumonteses, en el norte y mitad de Navarra (vascoparlantes) y Agramonteses en el sur,
en la ribera del Ebro (hablantes de dialecto navarro-aragonés del castellano).
(3) "Linguæ Vasconum Linguæ Navarrorum est", la lengua vascona es la lengua de los
navarros, Sancho el Sabio, rey de Navarra (año 1167).
(4) Si bien, en el caso de los hablantes de lengua navarra romance, su lengua se utilizo
en los documentos oficiales del reino. Los hablantes de lengua latina, que en general,
habitaron Navarra, no se les daba la posibilidad de formar parte de las instituciones más
relevantes, en parte, porque según la antigua costumbre vascona, todo aquel que no
hablase en euskara no era navarro, sino erdaldun (extranjero). Como se puede comprobar
en los escritos medievales del Reino de Navarra, las palabras vasco o vascón y navarro
se utilizaban indistintamente. Para los antiguos navarros significaban lo mismo,
obviamente, porque el reino navarro fue construido por los vascones, origen de la lengua
y cultura vascas. Entendiéndose la palabra navarro al igual que la palabra vasco o
vascón, como la capacidad de una persona de hablar en euskara. Por otro lado, se
llevaba esta política con los hablantes de lengua latina, en represalia por los intentos de
borrar todo pasado navarro en tierras de Castilla y Aragón (5) y por el afan de unos y otros
de fagocitar lo que quedaba del Reino de Navarra.
(5) En referencia, a las políticas de prohibiciones del euskara llevadas a cabo por
castellanos y aragoneses, con el objeto de hacer desaparecer todo vestigio navarro en
sus reinos. Aunque contra viento y marea, en el siglo XVI, todavía había pueblos de La
Rioja donde se seguía hablando en euskara. Por otro lado en Aragon, en el siglo XVIII, en
las provincias de Huesca y de Zaragoza, en algunos pueblos se continuaba hablando la
linguæ navarrorum. Aunque actualmente, tanto en La Rioja como en Aragón está
completamente desaparecida.
El rey de Navarra en 1530, vuelve a ocupar la Baja Navarra, abandonada por Carlos I de
España. En 1589, Enrique III de Navarra se convierte en « Rey de Navarra y de Francia »
bajo el nombre de Enrique IV.
Por un edicto de unión en 1620, Luis XIII, rey de Navarra y de Francia, une Navarra a la
corona francesa, aunque el acto no es reconocido por los navarros quienes tienen sus
mandatarios en Pabe (Pau). En 1631, Bizkaia aprovechando el levantamiento de
catalanes y portugueses por su independencia de España, intenta también
independizarse; aunque la rebelión es sofocada por el ejército español, tanto en
Catalunya como en Bizkaia, si bien Portugal, consigue independizarse. Por el tratado de
los Pirineos en 1659, Luis XIV renuncia a sus derechos legítimos sobre la Navarra
meridional, todavía ocupada por los españoles. En 1661, se ejecuta a Bernard de
Goihenetxe, llamado Matalaz, jefe de la rebuelta de Zuberoa en contra de la autoridad
francesa.
Por el Tratado de Elizondo en 1765, los reyes de España y de Francia fijan la frontera de
sus reinos en territorio pirenaico navarro, el tratado no se aplicará, a causa de la protesta
de navarros del norte y del sur. En 1789, la revolución francesa, suprime las instituciones
forales de Zuberoa y de Lapurdi, y se anexiona la Baja Navarra, quien no ha querido
participar en las reuniones parlamentarias en Versalles. En 1790, se crea el departamento
de Bajos-Pirineos (Pirineos atlánticos) que niega identidad propia a los vascos
continentales.
Segunda guerra carlista (1872 - 1876), en la que las aspiraciones vascas de recuperar la
soberanía se ven truncadas por la derrota de las tropas carlistas, lo que ocasiona el
reforzamiento del centralismo español y pérdida definitiva de los regímenes forales.
Fruto de la humillación que supuso para ciertos sectores foralistas la pérdida de unas
instituciones seculares, a través de las cuales se había conseguido con mayor o peor
fortuna integrar la realidad vasca en Castilla y posteriormente en España. Comenzó a
surgir entre estos sectores, en gran medida de Bizkaia, el independentismo vizcaíno, con
Sabino Arana a la cabeza. Sabino Arana, era al comienzo un independentista vizcaíno (6),
ya que según él, al abolirse los fueros después de perder las guerras carlistas, la corona
española había roto el pacto de integración de los vizcaínos en Castilla y posteriormente
en España, por lo que los vizcaínos dejaban de ser españoles. Por eso a los militantes del
Partido Nacionalista Vasco se les sigue llamando todavía bizkaitarras (vizcaínos). Aunque
rapidamente, esta ideología independentista vizcaína, se mezcló con las corrientes
románticas de finales del siglo pasado: una lengua, un pueblo, una nación. Dando lugar al
nacionalismo vasco y posterior fundación por parte de Sabino Arana del Partido
Nacionalista Vasco en 1895. LLamando a la nación en la que viven los vascos Euzkadi
(7).
(6) La ikurriña o bandera vasca, al comienzo, fue diseñada por Sabino Arana como
bandera independentista de Bizkaia. El fondo rojo de la bandera corresponde con el color
rojo de la bandera vizcaína (la sangre de los vizcaínos). La cruz blanca simboliza la
cristiandad de los vizcaínos y el aspa verde (la cruz de San Andrés) simboliza la
independencia de Bizkaia, dado que en un día de San Andres del año 870, Bizkaia se
independizó del Reino de León. Aunque al evolucionar el independentismo vizcaíno al
vasco del PNV, se tomó la ikurriña como bandera independentista de la Euzkadi de las
seis regiones forales de Euskal Herria soñada por Sabino Arana.
(7) Euzkadi, neologismo inventado por Sabino Arana que consideraba, que la forma
Euskal Herria (pueblo capaz de hablar euskara, que es la manera en la que han llamado
los vascoparlantes a su tierra desde la época visigótica, independientemente, del territorio
al que pertenezcan), no era apropiada para designar a la nación vasca y entonces inventó
la palabra Euzkadi que significa: tierra de los vascos. El hecho de escribirlo con z, viene
de que Sabino Arana consideraba que la raíz eusk- (vasco) se debía escribir con z (euzk-)
por que era una contracción de la palabra e(g)uzk(iko) [del sol] y basaba esta etimología,
en que los antiguos vascos adoraban a la diosa Mari tambien conocida como Maia o Ama-
Lur (madre tierra), cuyo símbolo cósmico era el sol, y su representación gráfica, el disco
solar llamado lauburu (laubúru, tetracéfalo, éste símbolo lo puede observar al comienzo
de la página web en la que usted se encuentra, a la izquierda y a la derecha del título).
Y como eguzki (egúski, sol) se pronuncia con z, pues Euzkadi, según él, también debía de
escribirse con z. Pero como actualmente, en todos los dialectos, la raíz eusk- que da lugar
a términos como euskara, Euskal Herria, euskaldun, se pronuncia con ese, la Real
Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia, considera que la forma correcta de escribir
todos los derivados de eusk- es con ese y no con zeta. Por lo que Euskadi se debe
escribir con s. Aunque algunos peneuvistas por seguir la tradición de su fundador en
ocasiones lo siguen escribiendo con zeta. Para conocer cómo era la antigua religión
vasca visitar la página Historia del Euskara
El Régimen Franquista
Después de varios intentos a lo largo del siglo XX, de configurar un estatuto de autonomía
en principio para las cuatro regiones vascoparlantes del sur y después para las tres
regiones vascongadas. Esta cristalizó por fin en las tierras no conquistadas por el ejército
de Franco (principalmente Bizkaia, con Bilbao como capital de Euskadi). En 1936, José
Antonio Agirre, forma el primer Gobierno Vasco y es primer Lehendakari de Euskadi en
plena guerra civil española. El lunes, 26 de Abril de 1937, se lleva a cabo el bombardeo
de Gernika por la aviación nazi a petición de Franco. Más, como ataque a un sentimiento
(el árbol de Gernika es símbolo de las libertades vascas), que por ser Gernika un enclave
estratégico. El lehendakari Agirre declara unilateralmente el estado vasco independiente.
Días después, finaliza el Estado de Euskadi por la victoria militar del Franquismo. Franco
declara a Bizkaia y Gipuzkoa provincias traidoras. Hay más de 50.000 muertos y 200.000
exiliados vascos. Dando comienzo a una etapa en la que la población vascoparlante
durante cuarenta años vive sometida a la prohibición de su lengua, de su cultura, y de la
enseñanza en lengua vasca en las ikastolas (escuelas en las que se imparten las
materias en euskara), condenando al analfabetismo en su lengua materna a toda la
población euskaldun, que deberá aprender y vivir rapidamente, en una lengua y una
cultura castellanas, que solamente habían existido en las ciudades vascas, sur de Alava y
sur de Navarra, pero que en el resto se desconocían completamente. Todos los libros
escritos en euskara y las ikastolas (escuelas) fueron quemados, y se dio castigos
ejemplarizantes a parte de la población vascoparlante para que el aprendizaje del
castellano fuera más rápido. Quedando libres de esta represión cultural, los vascos de las
ciudades, sur de Alava y los navarros sureños para los cuales el franquismo al ser
castellanoparlantes, fue similar al del resto de los españoles. El régimen franquista
acarreó la pérdida del sentimiento de españolidad de gran parte de la población vasca, lo
que hizo arraigar el nacionalismo vasco y el independentismo, unos sentimientos que eran
minoritarios antes de la llegada de Franco.
En las décadas de los setenta y ochenta se genera la guerra sucia para luchar al margen
de la democracia y del estado de derecho contra ETA. Estas organizaciones fueron
principalmente el Batallón Vasco-Español (creado en los gobiernos de la UCD) y los
Grupos Antiterroristas de Liberación, GAL (creados en los gobiernos del PSOE). Unas
organizaciones que asesinaban a miembros de Herri Batasuna (brazo político de ETA) y
activistas o refugiados de ETA que se encontraban en el País Vasco-Francés o Iparralde.
Unas organizaciones armadas integradas por mercenarios y miembros de las Fuerzas de
Seguridad del Estado español [Guardia Civil, Policía Nacional y Servicio de Inteligencia
español (CSID)], que se financiaban a través de los fondos reservados del Ministerio del
Interior. Miembros de las fuerzas de seguridad francesas colaboraron activamente en la
guerra sucia contra ETA, con el objetivo de que la violencia independentista no se
extendiera al territorio vasco perteneciente a Francia (Iparralde).
NAFARROA – NAVARRA
La tierra de los navarros fue llamada por los romanos con el nombre de Vasconia. Cuna
de la linguæ navarrorum (lengua de los navarros) o euskara, y de la cultura que surge
alrededor de ella. Los vascones de Navarra, como tribu vasca más importante dio a las
demás tribus, el apelativo de vascas (el término vasco es una contracción medieval de la
palabra vascón).
El culto de los bosques, las montañas, los ríos, el fuego, etc... (de origen celtibérico).
El gobierno por un Consejo de Ancianos (quizá derivado de los íberos aunque el sistema
es propio de muchas culturas).
Los magos (seguramente de origen ibérico) y augures (quizá de origen celta). Los
augures vascones interpretaban el futuro mediante el examen de víctimas, a menudo
humanas (probablemente prisioneros de guerra).
La elección de un jefe de guerra de las diversas tribus o grupos, sistema copiado de los
celtíberos. Al parecer el jefe de guerra debía ser un notable (en los celtíberos el jefe de
guerra surgía de alguna de las castas superiores de cada tribu).
Desde hacía siglos una parte de los barskunes (antecesores inmediatos de los vascones)
habitaba en las zonas montañosas del país, donde se dedicaban a la ganadería y a una
economía de subsistencia basada en la caza y la recolección. Incluso aquellos que vivían
en zonas menos agrestes tenían la caza y la ganadería como actividad principal. La
agricultura sólo era practicada en las zonas llanas de la región entre Pamplona y el Ebro,
por los antiguos barskunes celtizados, después celtiberizados, y posteriormente,
barskunizados o rebarskunizados. Los indoeuropeos habían introducido diversos cultivos,
pero no se practicaban a gran escala.
En las zonas del sur existía una aristocracia local, descendiente de los elementos
dominantes celtas llegados con las oleadas indoeuropeas, que hacía que la región se
asemejase más, socialmente, a otros puntos de la península Ibérica. Pero no obstante,
también en estas regiones la caza y la ganadería son ocupaciones habituales, situación
que no se modificará hasta el siglo II d.C.
Durante los siglos III a.C. al II a.C. hacia el este, hasta parte de Catalunya, vasconizando
las tribus iacetana, oscetana y parte de la ilergete. Lo que acarreará la pérdida de sus
idiomas que eran de la misma familia lingüística que el euskara de los vascones (en el
caso de los iacetanos y oscetanos), y por otro lado, la desaparición de la lengua íbera
hablado por los ilergetes, ya vasconizados después de esta expansión.
Entre los siglos V d.C y VI d.C., en dirección noroeste, por el Cantábrico, hasta el río Asón
de Cantabria, conquistando las tribus várdula, caristia y finalmente la tribu autrigona. Unas
etnias que no hablaban euskara, sino unas lenguas hermanas a ésta, dado que el
euskara solamente era la lengua de los vascones y no de los autrigones, caristios y
várdulos, que poseían su propia lengua procedente del mismo tronco protoéuscaro que la
lengua de los vascones. Por esta razón, a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se les llama
provincias vascongadas, ya que se les llamó a las tribus que las habitaron, vasconicatas,
que significaba en latín hechas vasconas, dado que se vasquizaron o vasconizaron
debido a la conquista de los vascones procedentes de Navarra, Aragón y Catalunya.
Pero la presencia de topónimos se puede encontrar también, muy al este y al sur, fruto de
emigraciones muy antiguas de pequeños grupos humanos de lengua éuscara a estos
lugares:
Al sudoeste por los montes de Oca (Oka mendiak, óka mendí-ak), La Bureba (Bureba,
buréba), Valle de Mena (Mena Harana, ména arána) en Burgos, La Rioja (Errioxa, errí-
oshá) y Soria (Oria, oría). El límite de topónimos éuscaros lo pone el monte Amaya de
1.362 m en la provincia de Burgos, muy cerca de Palencia (Amaia en euskara significa, el
fin, en este caso simbolizaba el final de las poblaciones éuscaras). Todas estas tierras
fueron posteriormente revasquizadas en los primeros años de la reconquista, lo que hizo
que Castilla en sus comienzos fuese mayoritariamente vascoparlante. Aunque zonas
como La Rioja o Burgos fueron hablantes de lengua éuscara ininterrumpidamente, desde
tiempos muy remotos hasta los siglos XV - XVI de nuestra era, en los que el castellano (1)
sustituyó al euskara en el habla de los lugareños.
En el Pirineo catalán, por ejemplo, en el Valle de Arán [ haran, áran; significa valle en
euskara ]. La lengua vasca se habló en pueblos pirenaicos de LLeida hasta los siglos XIII
- XIV.
Se habló también en la riojana Nájera (Naiara, nai-ára; antigua capital estival del Reino de
Navarra) así como en diferentes pueblos de La Rioja hasta el siglo XVI.
Los Romanos
En el año 196 a.C. llegaron los romanos a tierras del País Vasco, con los que los antiguos
vascos vivieron en paz y en cooperación. Tanto los romanos como las tribus vascas
poseían los mismos enemigos comunes, lo que daría lugar a un buen entendimiento.
Mientras los romanos colaboraron con las tribus vascas en expulsar a los celtas (llegados
a tierras pirenaicas a partir del siglo VIII a.C.), las tribus vascas colaboraron con los
romanos en sus guerras contra los cántabros y astures de origen celta. Como aliadas
imperiales que eran las tribus éuscaras, las zonas que eran conquistadas por los romanos
a los celtas, eran posteriormente repobladas por población de estas tribus vascas, lo que
conllevó una extensión de las lenguas de la familia éuscara hacia el sur. Fue tal el grado
de sintonía debido al respeto de los romanos a las diferentes tribus vascas y sus
territorios, que incluso, hubo autrigones, vascones, caristios, várdulos y aquitanos
enrolados en las legiones romanas en sus guerras contra los britanos. Unas guerras
acaecidas en lo que hoy en día es conocido con el nombre de Gran Bretaña. Habiendo
sido encontradas lápidas mortuorias de la época romana, con nombres e inscripciones
eusquéricas, cerca de Londres, antigua Londinum romana.
A través de esta buena relación, se asentarían colonos romanos al sur de las tierras de
estas tribus y en zonas mineras como las de Somorrostro en Autrigonia (Bizkaia) o en las
llanadas de Aquitania, lo que daría lugar a la colonias romanas de la Novempopulania
(nueve pueblos), Aquitania Prima y Aquitania Secunda, en lo que hoy en día se conoce
como Aquitania o Gascuña. Unos asentamientos que darían lugar siglos después al
surgimiento de las lenguas y culturas pirenaicas de origen latino fruto del mestizaje de
vascos y latinos (castellana, navarra, aragonesa, dialecto occidental del catalán y dialecto
gascón del provenzal u occitano).
Los Visigodos
En la decadencia del Imperio Romano, surge el vacío de poder y las razzias de los
pueblos germanos. En el 481 d.C. los visigodos ocupan Pamplona y otras ciudades
vasconas y de la provincia Tarraconense. En las ciudades vasconas dominan
esencialmente la política los vasco-romanos más o menos romanizados.
Las relaciones entre las diferentes tribus vascas y los visigodos no fueron buenas, las
guerras se sucedieron ininterrumpidamente. Los visigodos dieron tanta importancia a
dominar a las diferentes tribus vascas que sus reyes se daban el título de Vascones
Domuit (dominó a los vascones), algo que nunca consiguieron.
En esta época encontramos en las zonas montañosas de Navarra y al oeste hasta parte
de Catalunya, a vascones de estructura tribal y carácter primitivo, que viven del saqueo, y
que en buena parte se están desplazando hacia las zonas más occidentales, ocupadas
por los pueblos várdulo, caristio y autrigón, medianamente romanizados. Estos vascones
eran paganos en su totalidad y toda la zona que poblaban vivía, además del saqueo, de la
pequeña ganadería y de una agricultura de subsistencia.
Por otro lado, en la zona central de Navarra, una población de mayoría vascona,
medianamente romanizada, donde el carácter y la lengua vascona gana terreno, pero
donde persisten instituciones políticas propias del Imperio Romano. El cristianismo
apenas ha penetrado. La economía de la zona se basa en las explotaciones ganaderas,
algunas de ellas importantes, con una actividad agrícola complementaria.
Finalmente, en la zona del valle del Ebro, la población ha ido perdiendo sus
características vasconas, tanto en costumbres como en lengua, y donde el cristianismo es
mayoritario. Los habitantes de la zona, que hablan el dialecto romance navarro, están casi
plenamente romanizados, y sus características étnicas vasconas, aunque persisten
(atenuadas por una mayor aportación étnica foránea), no son muy perceptibles.
Economicamente la zona se dedica basicamente a la agricultura, a menudo en grandes y
medianas explotaciones.
Las aldeas, valles y caseríos vascones disponían de un jefe de guerra (en algunos casos
debían gobernarse por medio de Consejos de Ancianos). Los visigodos tratarían
individualmente con los diversos dirigentes su sumisión. Puesto que los visigodos no
pensaban establecerse en las tierras del norte, esta sumisión debía implicar solamente
una alianza militar y una vinculación jurídica al dominio real visigodo, y evidentemente, un
convenio de no agresión. Naturalmente, los jefes de aldeas y valles olvidarían pronto sus
convenios cuando el ejercito visigodo abandonara el lugar, salvo que les reportaran algún
beneficio. En cambio las ciudades respetaron sus compromisos, éstas (Pamplona y
algunas ciudades del valle del Ebro) disponían de una administración que en sus
aspectos principales era continuadora de la administración romana y consideraban a los
visigodos (en proceso de romanización) como aliados imperiales, tal como habían
actuado durante años. Los dirigentes vascones de las ciudades, generalmente
propietarios más o menos ricos, no se opondrían a una dominación diferente a la imperial,
pero que garantizara su tranquilidad y sus propiedades.
Debió ser en esta época (hacia el 482) que en el valle del Ebro y probablemente también
en la zona de Pamplona se establecieron los primeros propietarios visigodos, los cuales
irían acompañados de sus familias, de sus esclavos y de sus servidores. Esta afluencia
hacía imposible la supervivencia normal en las montañas, y esta presión demográfica
forzó el desplazamiento de los nuevos llegados, o de vascones asentados de antiguo en
las montañas, hacia Vascongadas (desde el 456 hasta el 481), donde, a causa de los
saqueos que ya duraban varios años, se había producido un despoblamiento acusado de
sus poblaciones autóctonas, y donde ya se habían asentado algunos vascones y
vasconizados.
Este desplazamiento supuso una catástrofe para Vardulia (Gipuzkoa y parte de Alava) y
Caristia (Bizkaia y parte de Alava), cuya reducida población no pudo hacer frente a los
nuevos llegados, quienes ahora no solo saqueaban y se retiraban, sino que ocupaban las
posesiones de los que morían en la lucha o de los que escapaban hacia zonas más
seguras. Várdulos y caristios huyeron hacia los territorios de los autrigones, cántabros,
berones y turmogos. Los que no huyeron fueron asesinados, esclavizados o acabaron
fundiéndose entre los invasores. Hacia el oeste los vascones de las montañas habían
practicamente concluido en el año 507 la conquista de Vardulia y Caristia. Miles de
vascones montañeses se habían asentado en las nuevas zonas conquistadas. La
población local que había sobrevivido a los ataques y saqueos, se había mezclado con los
grupos de recién llegados, y se iniciaba un proceso rápido de vasconización, seguramente
favorecido por la tendencia a nuevas llegadas de vascones, a la emigración de los
indígenas, y a que la población que permaneció en la zona estaba formada en mayoría
por mujeres, mientras que buena parte de los hombres que siguieron sobre el terreno no
eran etnicamente várdulos o caristios: parte de ellos eran esclavos o colonos de diversos
orígenes (incluso algunos vascones).
El ataque se reprodujo más tarde hacia Autrigonia (oeste de Bizkaia, parte de Alava y
Burgos, desde el 481 hasta el 507), especialmente en la zona costera. Sobre todo a las
tierras de berones y autrigones, pueblos con un grado medio de romanización, llegaron
las gentes procedentes de Vardulia y Caristia, no muy numerosos, que acabaron
fundiéndose pacificamente con ellos, y cuyas tierras parece que se llamaron Autrigonia. A
su vez el pueblo resultante se fundiría también pacificamente con los berones y turmogos
y quizás algunas tribus cántabras, formándose un conjunto territorial, que en el Siglo VI
fue conocido por el topónimo regional de Vardulia. Aproximadamente unos veinte mil
vascones se establecerían sobre todo en Vardulia y Caristia y más tarde unos miles más
en Autrigonia. La población total de las tres regiones ocupadas era probablemente inferior
a los cincuenta mil habitantes, y seguramente quedó reducida a la mitad o menos, que en
situación de inferioridad, acabaron absorbidos en el conjunto de los invasores, y se
vasconizaron, o bien emigraron.
(2) Gascón (adaptación fonética provenzal del término vascón), dialecto provenzal que
surgió del mestizaje entre vascones y aquitanos latinizados. Algunos lingüistas consideran
el gascón como lengua independiente, por las notables diferencias que posee con el resto
de los dialectos de la lengua provenzal, fruto de la influencia del euskara en su evolución
lingüística. A lo largo de la Edad Media, el gascón, por la estrecha relación que tuvo el
Reino de Navarra con Gascuña (aunque no formó parte del reino completamente, si
estuvo dentro de su zona de influencia, las últimas dinastías navarras eran gasconas);
hubo muchos hablantes de este idioma que se asentaron en Gipuzkoa y en Navarra, de lo
que da cuenta, la abundante toponimia de origen gascón en estas regiones: el monte
Urgull (orgullo en gascón) y la playa de Gros (grande) de San Sebastián, Mondragón
(monte del dragon), Pasajes (Passatges), Segura, Villafranca (Vilafranca), Villabona
(Vilabona),... La misma forma Donostia, es una adaptación fonética vasca de la forma de
designar San Sebastián en gascón. Fue el idioma que sustituyó tardiamente (antes de la
desaparición del Reino de Navarra), a la lengua navarra romance, en la redacción de los
documentos oficiales de dicho reino. El gascón, se dejó de hablar en el País Vasco
peninsular a principios del siglo XX, concretamente en San Sebastián, que fue la última
localidad peninsular vasca con hablantes de este idioma. En Iparralde, el gascón, se
puede escuchar en la zona costera y en pueblos de Zuberoa fronterizos con el Bearn. En
la península ibérica se habla en el Valle de Arán donde se puede escuchar la variante
aranesa de dicho idioma. El gascón fue la lengua que fue sustituyendo al euskara en el
Valle de Arán a partir de los siglos XII - XIII.
En el 711 los árabes del califa Musa al mando de Tarik desembarcaron en Hispania,
derrotando al ejército del visigodo Roderik o Rodrigo (en la historia es conocido como Don
Rodrigo). La relación entre los vascones y los árabes fluctuó entre la amistad y la guerra.
Antes del 714 Musa había llegado ya a Zaragoza. El conde Casius, que dominaba en
algún lugar en el valle del Ebro, dándose cuenta de la difícil situación militar, seguramente
con la esperanza de conservar sus tierras, pasó el 714 al servicio del Califa, dando lugar
posteriormente a la familia mozárabe de los Banu-Qasi. Una familia que tendría vital
importancia en el surgimiento del futuro Reino de Pamplona. Un reino que surgió de la
cooperación entre los vascones liderados por Eneko Aritza y los Banu-Qasi mozárabes de
la ribera del Ebro.
En el año 778 el ejército franco de Carlo Magno, al mando del gran paladín Roland, no
puede conquistar la ciudad de Zaragoza ocupado por los árabes, y a la vuelta arrasa
Pamplona. El día 15 de Agosto de 778, cuando las tropas francas se disponían a cruzar
los Pirineos para retornar a Francia; las huestes vasconas organizadas para vengar la
destrucción de Pamplona, estaban esperando en el paso de Orreaga (Roncesvalles,
Navarra) para llevar a cabo una emboscada. Mediante rocas lanzadas desde los montes
circundantes, hacia el sendero en el que se encontraba el ejército franco, acabaron con él.
La muerte de Roland en esta batalla, así como la derrota del ejército imperial carolingio (el
ejército más poderoso de Europa en aquella época) a manos de los vascones, inspiró en
el año 1090 "La Chanson de Roland" (la canción de Roland), obra cumbre de la literatura
épica francesa.
El Reino de Pamplona
En el año 824, un nieto de un duque de Vasconia, sería primer rey de Pamplona o Iruñea
(irúñe-á, proviene del euskara arcáico Hiri Ona, Villabona en euskara), se llamaba Eneko
Aritza (enéko Arítsa), Enecco o Iñigo Arista, en castellano. Dando lugar a la primera
dinastía navarra, la dinastía de los Aritzas. En el año 892, San León, que vino a
evangelizar a los vascos, es decapitado en Baiona, ocupada entonces por los normandos.
Guillermo Sancho, duque de los vascones, hace retroceder definitivamente a los
normandos.
Bizkaia consiguió su independencia del Reino de León, en un día de San Andrés del año
870 en la batalla de Padura, en la cual los vizcaínos derrotaron a las huestes del rey
leonés Ordoño, anticipándose así Bizkaia a Castilla en la búsqueda de una independencia
más de acuerdo con las tradiciones peninsulares que con la monarquía leonesa, que
trataba de resucitar el reinado visigótico con sus costumbres germánicas. Su primer jaun
o señor sería Jaun Zuria (señor blanco).
En lucha constante con francos y árabes, el Reino de Pamplona fue extendiéndose hacia
los antiguos dominios de los vascones. Al avanzar la reconquista hacia las tierras llanas
del sur, el Reino de Iruñea, pasó a llamarse Nafarroa, la tierra llana. El mestizaje de
vascos y mozárabes en la ribera del Ebro y en el romanzado (mitad este de Navarra), dio
lugar al surgimiento de una nueva lengua latina, la lengua navarra (muy similar a la actual
fabla o lengua aragonesa). Si bien el 80% de la población navarra era vascoparlante, el
euskara nunca se utilizó para redactar documentos en la corte navarra. Siguiendo los
usos de la época, los escritos oficiales se realizaban en latín o en lengua latina autóctona,
y por lo tanto se realizaron mayoritariamente en navarro romance. En esta misma época,
los ingleses, utilizaron el latín o el romance normando del norte de Francia, mientras que
entidades políticas alemanas utilizaron la lengua latina o romances italianos para redactar
sus documentos. Los primeros escritos en lengua navarra románica y en euskara, los
encontramos en los Códices Emilianenses de San Millán de la Cogolla (para más
información sobre estos códices visitar la página Historia del Euskara). Tristemente, la
lengua navarra, poco a poco, fue absorbida por el castellano, al igual que su lengua
hermana del este, la aragonesa (aunque la fabla o lengua aragonesa, afortunadamente,
sigue hablándose en Huesca), fundiéndose las dos, en un único dialecto, el navarro-
aragonés, perteneciente a partir de entonces a la lengua castellana. Este dialecto es
hablado actualmente, en el sur de Alava y de Navarra, Aragón, y en parte de las
comunidades autónomas de La Rioja, Castilla y León, Castilla-La Mancha, y País
Valenciano.
En el año 1004, bajo el reinado de Sancho Garcés III el Mayor, Navarra, siguiendo la
política de unidad vascona impulsada por sus reyes y en el empeño de recuperar el
territorio perdido por los vascones, frente a francos y visigodos; había aglutinado ya,
dentro de su corona, a todos los territorios de habla vasca de la época (el euskara se
extendía desde parte de Cantabria hasta parte de Catalunya), tanto peninsulares como
continentales, extendiéndose por toda la zona pirenaica hasta parte de Catalunya y
siendo el Condado de Toulouse y Gascuña parte integrante del reino. Consiguiéndose de
esta manera, la unidad política de toda la población vascoparlante dentro del Reino de
Navarra, con capital en Pamplona, y acogiendo dentro de su seno, a los todavía condados
de Castilla y Aragón, donde en aquella época, la mayor parte de sus pobladores eran
vascoparlantes.
Sancho Garcés III el Mayor consiguió que Navarra fuese considerada como uno de los
estados más importantes de Europa, extendiéndose por gran parte de la península, lo que
le llevó a ser conocido en las crónicas europeas de la época como rey de "Wasconum
Gens, Wasconum Nationem" (tribu vascona, nación vascona), ya que si bien el reino
estaba habitado por hablantes de los romances astur-leonés, castellano, navarro,
aragonés y gascón, el nucleo humano sobre el que se sustentaba el Reino de Navarra era
mayoritariamente de origen vasco. También fue denominado por el abad Oliba de Ripoll
como "Rex Ibericus" (Rey de Iberia). Al unir el Reino de León a la corona navarra (año
1034) tomó el título de "Imperator" (Emperador). Fue un monarca que se abrió a Europa y
a la modernidad, después de siglos de aislamiento peninsular y permitió la irrupción en la
península de la orden de Cluny. En sus expansiones y relaciones políticas siempre tendió
más hacia Europa y en política doméstica, hacia las zonas vascoparlantes como Gascuña
(por los lazos de parentesco cultural y étnico con los gascones) y la Navarra Marítima
(Vascongadas), o Castilla, Aragón y noroeste de Catalunya vascoparlantes. De esta
forma, Sancho Garcés III el Mayor, consiguió la unidad política de toda la población
vascoparlante y unir todos los territorios vascones previsigóticos dentro del Reino de
Navarra.
En el año 1023, crea el Vizcondado de Lapurdi para su primo Lobo Sancho, quien se
instala en Baiona, y otorga la región de Zuberoa al vizconde Guillermo Fuerte; estos actos
que se inscriben dentro del sistema feudal, traerán consecuencias muy pesadas para la
unidad política de la población vascoparlante.
La repartición del reino tras la muerte de Sancho Garcés III el Mayor entre sus cuatro
hijos, yendo en contra de la ley vascona de sucesión, dio lugar al surgimiento de los
reinos de Castilla y Aragón. Comenzando con ello la decadencia del Reino de Navarra y
fin de la unidad política de la población vascoparlante. Estos reinos al seguir su expansión
hacia el sur en la reconquista, fueron aumentando más y más su población latina. Debido
a ello, poco a poco el euskara, que era la lengua mayoritaría en esos reinos y lengua
materna de los primeros reyes de Castilla y Aragón, fue perdiendo peso y
desapareciendo. Por otro lado, en aquellas épocas, el euskara, fue considerado por el
cristianismo, como una lengua bárbara y pagana. Lengua y cultura latinas eran sinónimos
de cristiandad, dado que la mayor parte de la población euskaldun era pagana. A medida
que avanzaba las lenguas y culturas latinas, avanzaba el cristianismo. Hasta que ya en el
siglo XIV, el euskara, fue considerado como algo exógeno y propio solamente, del Reino
de Navarra. Dando lugar a los primeros decretos de prohibición del euskara, tanto en
Castilla como en Aragón. Uno de ellos lo podemos encontrar en las ordenanzas
municipales de la ciudad de Huesca de 1349, en el que se señala lo siguiente:
"Item nuyl corredor nonsia usado que faga mercaderia ninguna que compre nin venda
entre ningunas personas, faulando en algaravia nin en abraych nin en basquenç: et qui lo
fara pague por coto XXX sol"
Prohibiéndose de esta manera el uso del árabe (algaravia), del hebreo (abraych) y del
euskara (basquenç) en el mercado de Huesca bajo multa de 30 soles (moneda de oro
aragonesa) y obligándo por tanto a las comunidades árabe, hebrea y vasca de la ciudad,
a hablar unicamente en romance. Es muy significativo que en la Edad Media a partir del
siglo XIV, tanto en Castilla como en Aragón se prohibiera lo judío, lo árabe y lo éuscaro,
ya que representaban la religión hebrea, la islámica y la antigua religión pagana de Mari,
que era la que procesaban mayoritariamente los euskaldunes. Para más información
sobre la antigua religión vasca visitar Historia del Euskara. Hay que decir también, que en
las juderías, tanto en Tudela como en Huesca, celebraban actos culturales en los que se
utilizaba el hebreo. Los comerciantes hebreos entre ellos, para no ser entendidos, tenían
la costumbre de intercambiar palabras en este idioma que hacía incomprensible su
entendimiento por personas que no fueran de dicha etnia. Los vascoparlantes de la
ciudad de Huesca, eran aldeanos de los pueblos circundantes que iban a nucleos urbanos
a comerciar con sus viandas o gente vascófona establecida en las ciudades en las que el
romance era mayoritario, mientras que la comunidad árabe descendía de los árabes
asentados en Huesca durante la pertenencia de esta ciudad al Islam.
En 1193, el vizconde de Lapurdi Guillermo Raimundo cede sus derechos señoriales al rey
de Inglaterra, Enrique Plantagenet, convertido ya en duque de Aquitania gracias a su
matrimonio con Leonor de Aquitania.
En el siglo XIII, el Reino de Castilla, en aras a poseer los puertos vascos del Cantábrico
para poder dar salida a los productos de la meseta y poder comerciar de esta forma con
Brujas (Flandes), aprovechó la debilidad política y económica del Reino de Navarra. Un
reino, que no pudo seguir expandiéndonse hacia el sur en la reconquista, al haber
quedado encorsetado entre los reinos de Castilla y Aragón, y que del mismo modo, era
incapaz de poner fin, a las guerras civiles entre fracciones banderizas que se disputaban
el control de las tres regiones vascongadas y de Navarra durante gran parte de la Edad
Media. El Reino de Navarra, en su decadencia política y económica, era incapaz de poner
orden en sus territorios, Castilla, viendo esta decadencia, se aprovechó de estas
rivalidades apoyando según en qué región a uno u otro bando. Con unas contrapartidas
políticas que conllevaban la separación de estas regiones del Reino de Navarra y
posterior pertenencia de éstas a Castilla. La unidad de Bizkaia y de Gipuzkoa al Reino de
Castilla se debió más a los intereses de las fracciones imperantes en cada uno de los
territorios, que al interés general de la población de cada una de las regiones
vascongadas.
Región Fracción Sede de la Fracción
Oñacinos Mendiotza
Araba
Gamboínos Gebara
Oñacinos Muxika-Butroe
Bizkaia
Gamboínos Abendaño
Oñacinos Lazkao
Gipuzkoa
Gamboínos Olaso
Viana
Beaumonteses
Lerin
Nafarroa
Peralta
Agramonteses
Tudela
También hay que tener en cuenta que no existía una conciencia nacional navarra o vasca
que conllevase un sentimiento de unidad a Navarra. Existía por el contrario, un fuerte
arraigo del Señorío como entidad política de cada una de las regiones y una fuerte
identidad alavesa, guipuzcoana y vizcaína.
Por otro lado la unión a Castilla no resultaba nada traumática desde el punto de vista
lingüístico, cultural y social, dado que en la parte norte de Castilla se hablaba euskara [en
el año 1200 los reyes de Castilla daban fuero a los ciudadanos de Ojacastro (La Rioja)
para poder utilizar el euskara en las diferentes instituciones castellanas, todos los juicios
se realizaban en euskara].
El caso de Alava fue diferente ya que fue conquistada por Castilla en el 1200. Como
Gipuzkoa pertenecía ya a dicho reino, era necesario que Alava también formase parte,
sino no hubiese habido forma alguna de llegar desde Castilla hasta Gipuzkoa por vía
terrestre. Después de diferentes vicisitudes, en 1332, Alava se ve forzada a aceptar como
señor al rey de Castilla después de 132 años de ocupación castellana.
El señor de Bizkaia en 1379, Juan de Haro, se convierte en rey de Castilla. Bizkaia unida
a título personal, conserva su soberanía, como lo demuestra el juramento ritualmente
prestado en Gernika por los reyes de Castilla y de Bizkaia.
Todas las regiones vascongadas obtuvieron unos fueros sin los cuales hubiese sido
imposible su pertenencia a Castilla. Este reino supo entender (frente al centralismo
navarro) el fuerte arraigo de la identidad alavesa, guipuzcoana y vizcaína, dotándoles de
unos fueros para que se pudiesen autogobernar dentro del Reino de Castilla.
En 1234, las dinastías vasconas de Navarra mueren con Sancho el Fuerte, la corona pasa
a manos de Thibault de la familia Champagne.
En 1307, el vizconde Auger cede sus derechos de Zuberoa al rey de Inglaterra y se retira
a Navarra.
En 1449, Gaston de Foix, a las órdenes de Francia, ocupa Zuberoa que se encontraba
bajo la autoridad inglesa. En 1450, por el tratado de Aiherre, Lapurdi se pone bajo la
autoridad del rey de Francia a cambio del respeto a sus instituciones forales. En 1451,
Francia conquista Baiona. Se celebra una entrevista entre Luis XI de Francia y Enrique IV
de Castilla en 1463, quienes proyectan el reparto de Navarra. En 1483, Catalina de Foix,
de la familia Béarn, hereda el reino de Navarra.
(3) "Linguæ Vasconum Linguæ Navarrorum est", la lengua vascona es la lengua de los
navarros, Sancho el Sabio, rey de Navarra (año 1167).
(4) Si bien, en el caso de los hablantes de lengua navarra romance, su lengua se utilizo
en los documentos oficiales del reino. Los hablantes de lengua latina, que en general,
habitaron Navarra, no se les daba la posibilidad de formar parte de las instituciones más
relevantes, en parte, porque según la antigua costumbre vascona, todo aquel que no
hablase en euskara no era navarro, sino erdaldun (extranjero). Como se puede comprobar
en los escritos medievales del Reino de Navarra, las palabras vasco o vascón y navarro
se utilizaban indistintamente. Para los antiguos navarros significaban lo mismo,
obviamente, porque el reino navarro fue construido por los vascones, origen de la lengua
y cultura vascas. Entendiéndose la palabra navarro al igual que la palabra vasco o
vascón, como la capacidad de una persona de hablar en euskara. Por otro lado, se
llevaba esta política con los hablantes de lengua latina, en represalia por los intentos de
borrar todo pasado navarro en tierras de Castilla y Aragón (5) y por el afan de unos y otros
de fagocitar lo que quedaba del Reino de Navarra.
(5) En referencia, a las políticas de prohibiciones del euskara llevadas a cabo por
castellanos y aragoneses, con el objeto de hacer desaparecer todo vestigio navarro en
sus reinos. Aunque contra viento y marea, en el siglo XVI, todavía había pueblos de La
Rioja donde se seguía hablando en euskara. Por otro lado en Aragon, en el siglo XVIII, en
las provincias de Huesca y de Zaragoza, en algunos pueblos se continuaba hablando la
linguæ navarrorum. Aunque actualmente, tanto en La Rioja como en Aragón está
completamente desaparecida.
El rey de Navarra en 1530, vuelve a ocupar la Baja Navarra, abandonada por Carlos I de
España. En 1589, Enrique III de Navarra se convierte en « Rey de Navarra y de Francia »
bajo el nombre de Enrique IV.
Por un edicto de unión en 1620, Luis XIII, rey de Navarra y de Francia, une Navarra a la
corona francesa, aunque el acto no es reconocido por los navarros quienes tienen sus
mandatarios en Pabe (Pau). En 1631, Bizkaia aprovechando el levantamiento de
catalanes y portugueses por su independencia de España, intenta también
independizarse; aunque la rebelión es sofocada por el ejército español, tanto en
Catalunya como en Bizkaia, si bien Portugal, consigue independizarse. Por el tratado de
los Pirineos en 1659, Luis XIV renuncia a sus derechos legítimos sobre la Navarra
meridional, todavía ocupada por los españoles. En 1661, se ejecuta a Bernard de
Goihenetxe, llamado Matalaz, jefe de la rebuelta de Zuberoa en contra de la autoridad
francesa.
Por el Tratado de Elizondo en 1765, los reyes de España y de Francia fijan la frontera de
sus reinos en territorio pirenaico navarro, el tratado no se aplicará, a causa de la protesta
de navarros del norte y del sur. En 1789, la revolución francesa, suprime las instituciones
forales de Zuberoa y de Lapurdi, y se anexiona la Baja Navarra, quien no ha querido
participar en las reuniones parlamentarias en Versalles. En 1790, se crea el departamento
de Bajos-Pirineos (Pirineos atlánticos) que niega identidad propia a los vascos
continentales.
Primera guerra carlista (1833 - 1839), donde participan parte de los vascos sureños
apoyando a los carlistas, no por causas dinásticas, sino por defender la no desaparición
de las instituciones vascas establecidas en los fueros. En 1839, los carlistas son
derrotados. Se celebra la convención de Bergara, que trae consigo la pérdida de los
regímenes forales de Alava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra. En 1841, se transfiere la
aduana española del Ebro al Bidasoa. Comienza en 1845, el éxodo masivo de vascos a
America del sur, que ya había comenzado el siglo anterior para huir de las hambrunas.
Gran parte de la población vascoparlante de Navarra emigró a América, lo que hizo que el
euskara que seguía siendo la lengua mayoritaria de los navarros, fuese perdiendo terreno
a marchas forzadas, mientras que el castellano, otrora lengua propia solamente de la
ribera del Ebro en el sur de Navarra y de la mitad este (romanzado), se fue extendiendo
hacia la mitad y norte de la región.
Segunda guerra carlista (1872 - 1876), en la que las aspiraciones vascas de recuperar la
soberanía se ven truncadas por la derrota de las tropas carlistas, lo que ocasiona el
reforzamiento del centralismo español y pérdida definitiva de los regímenes forales.
Pérdida de las Instituciones Forales, surgimiento del Nacionalismo e
Independentismo vasco
Fruto de la humillación que supuso para ciertos sectores foralistas la pérdida de unas
instituciones seculares, a través de las cuales se había conseguido con mayor o peor
fortuna integrar la realidad vasca en Castilla y posteriormente en España. Comenzó a
surgir entre estos sectores, en gran medida de Bizkaia, el independentismo vizcaíno, con
Sabino Arana a la cabeza. Sabino Arana, era al comienzo un independentista vizcaíno (6),
ya que según él, al abolirse los fueros después de perder las guerras carlistas, la corona
española había roto el pacto de integración de los vizcaínos en Castilla y posteriormente
en España, por lo que los vizcaínos dejaban de ser españoles. Por eso a los militantes del
Partido Nacionalista Vasco se les sigue llamando todavía bizkaitarras (vizcaínos). Aunque
rapidamente, esta ideología independentista vizcaína, se mezcló con las corrientes
románticas de finales del siglo pasado: una lengua, un pueblo, una nación. Dando lugar al
nacionalismo vasco y posterior fundación por parte de Sabino Arana del Partido
Nacionalista Vasco en 1895. LLamando a la nación en la que viven los vascos Euzkadi
(7).
(6) La ikurriña o bandera vasca, al comienzo, fue diseñada por Sabino Arana como
bandera independentista de Bizkaia. El fondo rojo de la bandera corresponde con el color
rojo de la bandera vizcaína (la sangre de los vizcaínos). La cruz blanca simboliza la
cristiandad de los vizcaínos y el aspa verde (la cruz de San Andrés) simboliza la
independencia de Bizkaia, dado que en un día de San Andres del año 870, Bizkaia se
independizó del Reino de León. Aunque al evolucionar el independentismo vizcaíno al
vasco del PNV, se tomó la ikurriña como bandera independentista de la Euzkadi de las
seis regiones forales de Euskal Herria soñada por Sabino Arana.
(7) Euzkadi, neologismo inventado por Sabino Arana que consideraba, que la forma
Euskal Herria (pueblo capaz de hablar euskara, que es la manera en la que han llamado
los vascoparlantes a su tierra desde la época visigótica, independientemente, del territorio
al que pertenezcan), no era apropiada para designar a la nación vasca y entonces inventó
la palabra Euzkadi que significa: tierra de los vascos. El hecho de escribirlo con z, viene
de que Sabino Arana consideraba que la raíz eusk- (vasco) se debía escribir con z (euzk-)
por que era una contracción de la palabra e(g)uzk(iko) [del sol] y basaba esta etimología,
en que los antiguos vascos adoraban a la diosa Mari tambien conocida como Maia o Ama-
Lur (madre tierra), cuyo símbolo cósmico era el sol, y su representación gráfica, el disco
solar llamado lauburu (laubúru, tetracéfalo, éste símbolo lo puede observar al comienzo
de la página web en la que usted se encuentra, a la izquierda y a la derecha del título).
Y como eguzki (egúski, sol) se pronuncia con z, pues Euzkadi, según él, también debía de
escribirse con z. Pero como actualmente, en todos los dialectos, la raíz eusk- que da lugar
a términos como euskara, Euskal Herria, euskaldun, se pronuncia con ese, la Real
Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia, considera que la forma correcta de escribir
todos los derivados de eusk- es con ese y no con zeta. Por lo que Euskadi se debe
escribir con s. Aunque algunos peneuvistas por seguir la tradición de su fundador en
ocasiones lo siguen escribiendo con zeta. Para conocer cómo era la antigua religión
vasca visitar la página Historia del Euskara
El Régimen Franquista
Después de varios intentos a lo largo del siglo XX, de configurar un estatuto de autonomía
en principio para las cuatro regiones vascoparlantes del sur y después para las tres
regiones vascongadas. Esta cristalizó por fin en las tierras no conquistadas por el ejército
de Franco (principalmente Bizkaia, con Bilbao como capital de Euskadi). En 1936, José
Antonio Agirre, forma el primer Gobierno Vasco y es primer Lehendakari de Euskadi en
plena guerra civil española. El lunes, 26 de Abril de 1937, se lleva a cabo el bombardeo
de Gernika por la aviación nazi a petición de Franco. Más, como ataque a un sentimiento
(el árbol de Gernika es símbolo de las libertades vascas), que por ser Gernika un enclave
estratégico. El lehendakari Agirre declara unilateralmente el estado vasco independiente.
Días después, finaliza el Estado de Euskadi por la victoria militar del Franquismo. Franco
declara a Bizkaia y Gipuzkoa provincias traidoras. Hay más de 50.000 muertos y 200.000
exiliados vascos. Dando comienzo a una etapa en la que la población vascoparlante
durante cuarenta años vive sometida a la prohibición de su lengua, de su cultura, y de la
enseñanza en lengua vasca en las ikastolas (escuelas en las que se imparten las
materias en euskara), condenando al analfabetismo en su lengua materna a toda la
población euskaldun, que deberá aprender y vivir rapidamente, en una lengua y una
cultura castellanas, que solamente habían existido en las ciudades vascas, sur de Alava y
sur de Navarra, pero que en el resto se desconocían completamente. Todos los libros
escritos en euskara y las ikastolas (escuelas) fueron quemados, y se dio castigos
ejemplarizantes a parte de la población vascoparlante para que el aprendizaje del
castellano fuera más rápido. Quedando libres de esta represión cultural, los vascos de las
ciudades, sur de Alava y los navarros sureños para los cuales el franquismo al ser
castellanoparlantes, fue similar al del resto de los españoles. El régimen franquista
acarreó la pérdida del sentimiento de españolidad de gran parte de la población vasca, lo
que hizo arraigar el nacionalismo vasco y el independentismo, unos sentimientos que eran
minoritarios antes de la llegada de Franco.
En las décadas de los setenta y ochenta se genera la guerra sucia para luchar al margen
de la democracia y del estado de derecho contra ETA. Estas organizaciones fueron
principalmente el Batallón Vasco-Español (creado en los gobiernos de la UCD) y los
Grupos Antiterroristas de Liberación, GAL (creados en los gobiernos del PSOE). Unas
organizaciones que asesinaban a miembros de Herri Batasuna (brazo político de ETA) y
activistas o refugiados de ETA que se encontraban en el País Vasco-Francés o Iparralde.
Unas organizaciones armadas integradas por mercenarios y miembros de las Fuerzas de
Seguridad del Estado español [Guardia Civil, Policía Nacional y Servicio de Inteligencia
español (CSID)], que se financiaban a través de los fondos reservados del Ministerio del
Interior. Miembros de las fuerzas de seguridad francesas colaboraron activamente en la
guerra sucia contra ETA, con el objetivo de que la violencia independentista no se
extendiera al territorio vasco perteneciente a Francia (Iparralde).
Comunidad autónoma uniregional que aglutina los habitantes de la Alta Navarra (España),
con capital en Pamplona - Iruñea. En esta ciudad, reside el Presidente del Gobierno Foral
de Navarra, así como el Parlamento de Navarra y todas las instituciones de la comunidad.
Si bien hasta ahora se ha conseguido que la pérdida del euskara en Navarra se estanque,
a través de la nueva ley del vascuence votada por UPN (PP) y PSN (PSOE) en el
parlamento navarro, conllevará una vez más, la pérdida progresiva de este idioma. Dado
que, principalmente, UPN (PP), fuerza mayoritaria en Navarra, no considera importante
para los navarros su uso y su recuperación. Esta nueva ley ha anulado la zona mixta
(zona central de Navarra) que aglutinaba a la mayor parte de la población navarra
(Pamplona y diversos municipios), en la que el euskara era cooficial junto con el
castellano. Ahora en esta zona solamente es oficial el castellano, ya que la zona mixta ha
sido añadida a la zona castellanoparlante del sur de Navarra, donde unicamente es oficial
el castellano. Mientras que el vascuence a partir de ahora, solamente será oficial en la
zona norte de Navarra, donde el número de vascoparlantes es más numeroso. Dando
cumplimiento a este ley se han retirado de la antigua zona mixta los rótulos viarios y de
instituciones públicas que antes estaban escritos en bilingüe (castellano y euskara), para
ponerlos unicamente en castellano y la población vascoparlante de esta zona no tendrá
derecho a ser atendida en vasco en su ayuntamiento o en cualquier institución, ni tendrá a
partir de ahora derecho a la educación gratuita en euskara.
EUSKADI
Cada región foral, que tiene identidad propia desde la Edad Media, posee desde aquella
época (con periplos de prohibición o disminución de autogobierno a lo largo de la historia)
un parlamento o Batzar Nagusiak (batsár nagúsi-ák, Juntas Generales) y un presidente o
Aldun Nagusia (aldún nagúsi-á, Diputado General). Cada regíon foral posee gran
autonomía y poder de decisión. Así como el derecho de separarse o unirse a Euskadi
cuando lo juzgue oportuno. El Gobierno Vasco coordina los tres territorios históricos. El
26.4% de la población de Euskadi es vascoparlante, el 16.2% lo entiende pero no lo habla
y el 57.4% es monolingüe castellanoparlante.
Araba
Araba (arába): Alava. Habitada en el pasado por las tribus autrigona, caristia, várdula y
vascona. Surgió en la Edad Media, del mestizaje de todas ellas, así como de los latinos
que comenzaron a habitarla al sur de ella. Hoy en día solamente se conserva, al norte de
la región alavesa, el habla de dos de las cuatro tribus vascas que la habitaron, el habla de
los autrigones y caristios, denominado actualmente dialecto vizcaíno. En la zona media se
habla castellano, y en la zona sur, concretamente en La Rioja-Alavesa, se habla el
dialecto navarro-aragonés del castellano. El euskara, lo habla el 8.6% de la población, un
16.8% lo entiende pero no lo habla y el 74.6% es monolingüe castellanoparlante. La
capital de Alava es:
Bizkaia
Gipuzkoa
IPARRALDE
Es el País Vasco Continental, también llamado País Vasco-Francés. Está integrado por
tres regiones: Lapurdi, Behe Nafarroa y Zuberoa. Ya en el siglo XVIII, la Revolución
Francesa acabó con los instituciones forales de las regiones vascas continentales y hoy
es el día, que no poseen una entidad política propia.
A finales del siglo XIX, el 80% de la población vascofrancesa hablaba en euskara. Ahora,
la situación es crítica, solamente lo hace el 26.4% (en general, gente mayor y en zonas
rurales), un 9.3% lo entiende, aunque no lo habla y el resto (64.2%) habla gascón o es
monolingüe francés. Si no se consigue la cooficialidad junto con el francés, y no se apoya
la lengua en la enseñanza, se estima que en un plazo de 40-50 años, el euskara habrá
desaparecido completamente de Iparralde.
Lapurdi
Lapurdi (lapúrdi): Labourd. Era tierra de vascones, en ella se encontraba la ciudad romana
de Lapurdum (Baiona), que le dio el nombre a la región. Es la regíon más occidental y da
a la costa atlántica. Son labortanas Miarritze (mi-árritsé, Biarritz), Hendaia y Donibane
Lohitzune (doníbané lo-ítsuné, San Juan de Luz). Es zona turística de importancia a nivel
francés. Población mayoritariamente rural.
Como descendientes de vascones que son, hablaban dialecto navarro. Este, fue
influenciado durante siglos por el gascón, dando lugar en la Edad Media a un nuevo
dialecto, el labortano. La capital de Labourd es:
Nafarroa Beherea
Nafarroa Beherea (nafárro-á beéreá): Baja Navarra (Estado francés), también llamada
Behe Nafarroa (beé nafárroá). Se encuentra entre las regiones de Lapurdi (al oeste) y
Zuberoa (al este). Su población es mayoritariamente rural.
Al igual que en Lapurdi, el dialecto navarro (vascón) hablado en estas tierras, se vio
influenciado foneticamente por el gascón, lo que hizo surgir en la Edad Media, el dialecto
bajo navarro. La capital de la Baja Navarra es:
Zuberoa
Zuberoa (subéro-á): Soule. Es la region más oriental de Iparralde y quizá la que posea
una identidad propia más marcada. Su población es mayoritariamente rural.
Se habla el dialecto suletino, que al igual que en las regiones anteriores, procede del
navarro. Esta también, fue tierra de vascones. Pero además de ser influenciado por el
gascón, como los anteriores, el suletino, fue influenciado en su desarrollo dialectal por la
lengua aragonesa, hablada actualmente en Huesca. Es el dialecto más diferenciado
foneticamente al resto de los dialectos vascos, por su fuerte componente germánica (el
sonido ü y en algunos casos el sonido ö ), introducida en él a través del gascón.
Posiblemente las canciones más bellas hechas en euskara, se encuentren en este
dialecto. La capital suletina es:
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