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SEPTIEMBRE; CALENDARIO NATURAL

Es el mes de septiembre época de transición, lugar de


desasosiego y de esperanzas puestas en las nubes. Mes de idas y
despedidas, de frutos golosos que de los árboles cuelgan.
Mes que nos endulza con higos (Chumbos y de higuera), de Moras (de
zarza o de moral), y de otros frutos suculentos que endulzan nuestras copas.
Viñedos y pomadas ofrecerán a lo largo del mes su fruta para que podamos
este invierno degustarla en la intimidad.
Y como no, maduran los racimos de lúpulo, que tanto aroma rezuman a
cerveza.
Aun no han caído las primeras lluvias otoñales cuando se escribe este texto
por estas tierras resecas ya de un largo verano. Y esperándolas estamos que
pintaron buenas las cabañuelas este mes de agosto.

Frutos de zarzamora (Robus ulmifolius) Higos (Ficus Carica)

Granada (Punica granatum) Niscalo (lactarius deliciosus)


Agosto para el que sabe escucharlo, habló. En su tono, como no.
Dibujando un periodo de bonanza climática para el año 2010.
Y es que este año no se han vaciado las cabañuelas, ni las de ida ni las de
retorno, siendo estas más fiables.

Sin embargo, esto no es del todo bueno. Yo que tengo cierto escepticismo
sobre estas predicciones climáticas a tan largo espacio de tiempo, si se que
no se pinta año bueno para los hongos. Sabido es que las tormentas
estivales propician su salida en otoño y este año tormentas no tuvimos en la
zona, ni grandes ni pequeñas.

Tiemblan las abejas y avispas en estas fechas cuando oyen la llamada al


grupo de los carnavaleros abejarucos, que diezman colmenas en estos días
en su regreso a África, y es que son estos, inmigrantes sin papeles, ni falta
que les hacen, que sus fronteras las marca el frío del otoño, y son ellos de
corazón caliente.

Abejaruco en vuelo (Merops apiaster) Avión común en nido (Delichon urbica)

Tórtola común (Streptopelia turtur) Alcaudón común (Lanius senator)


Parten abejarucos y tambien golondrinas, vencejos y aviones y nuestros
pueblos y ciudades se quedan algo más tristes, que en sus algarabías
pusieron voces a las plazas y tejados.
Que sabido es “que son aves del señor” o al menos eso se “decía” cuando
de pequeño a mi me lo “decían”.

Partirán otras muchas aves en busca posibilidades en otras tierras que las
recibirán como un premonio de esperanza.
Las águilas culebreras y las calzadas, los milanos, aguiluchos y alcotanes.
Las tórtolas y los cucos, los críalos y chotacabras. Los alcaudones comunes
y las collalbas. Y la más festiva de todas las aves, la oropéndola con su
flauta dulce. Y los campos se quedan mas solos de aves, que pronto las
escopetas llenaran de otra música los rincones de nuestros sufridos y
xéricos montes.
Esperamos el madurar de la granada, que es el corazón de todos los árboles
y tambien nuestro símbolo.
Y hay quien por estas épocas macera las endrinas en su anís.

Pareja de Ischnura elegans en copula Macho de Crocothemis erythrae

Macho de lestes viridis Larva de libélula


Las libelulas acaban su ciclo de vida y sucumben poco a poco, con alas
rotas de tanto combate por su trozo de charco.
Algunas nacieron el año pasado pero otras estuvieron con nosotros desde
que sus padres depositaron los huevos varios años atrás, pero bajo agua casi
todo el tiempo, que solo unas semanas pudieron lucir sus colores y
maravillarnos a quienes de cerca pudimos ver. Ya que son estos odonatos
joyas con vida, broches que escaparon de la imaginación de algún orfebre
sabio.

Acaba el verano y el despertar del otoño se hace notar en nuestras abatidas


espaldas, que como bisagras nos avisan del montón de otoños que vimos.

Pero para el que cada estación ofrece nuevos frutos, esperamos otros
nuevos de la estación que entra. Y anhelamos cada contacto con la
naturaleza de nuestras sierras, y aprender siempre algo de ella.

Roquedos y canchales dan asiento a encinas y pinares en Parapanda.

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