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© ART+DG By Andrés Gustavo Fernández 2009 / adncreadores@gmail.com
EL CUERPO 2
ILUSTRADO
REALIDAD E IMAGINACION
EN RAY BRADBURY
VII
s el tiempo de la invasión. Marte Los marcianos son agasajados con frutillas,
conquistará la Tierra presuntuosa. Entre los perfumes, jabones, cervezas, copos de maíz o
marcianos, el fervor bélico es casi absoluto. Casi. pescado. Etil es la conciencia lúcida que advierte el
Porque Etil Vrye es la excepción. Es lector asiduo de inicio de la estrategia contraofensiva terrestre:
la literatura terrestre. Leyó cuantiosos volúmenes conquistar a los invasores no por las armas sino por
fantásticos. Sabe que los terrestres han imaginado una oferta de comodidades y halagos. Lentamente,
muchas invasiones marcianas. Pero todas fracasan. los marcianos se tornan «desmemoriados y
Etil cree que la literatura prefigura la realidad. Desde perezosos». La ilusión de placeres y aventuras en los
esta predeterminación textual, la invasión está cines, fiestas continuas, el frenesí por los
destinada al fracaso. Además, la guerra es el automóviles, inoculan en los antes fieros guerreros
cercenamiento absurdo de los cuerpos saludables. una desorientada fragilidad de sonámbulos. En su
Bajo la amenaza de una muerte ignominiosa frente a carta a Tylla, su esposa marciana, Etil desnuda con
su hijo, Etil acepta lo fatal: ser uno más en el estúpido claridad la meticulosa sangría de la libertad: «Y
ataque. Llega a la Tierra donde no lo esperan hemos sido arrojados en esta civilización como un
cañones rugientes, activos fuegos de metralla o puñado de semillas, en una mezcladora de cemento.
misiles. Los terrestres reciben a los invasores con Ninguno de nosotros podrá sobrevivir. Nos matarán a
aplausos, hurras y fanfarrias. todos pero no con balas, sino con un amable apretón
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siguiente noche. Pero hoy será la última noche del espacio. Dentro del tubo de fuego y movimiento, un
mundo. El hombre, el esposo, anuncia la novedad a astronauta fuma nervioso. Cerca, otro viajero no
su esposa. Luego del cercano réquiem de oscuridad y fuma. Escucha los extraños comentarios de
antorchas estelares, no habrá una nueva sonrisa Hitchcock envuelto por una retahíla de humeantes
Matinal. La causa, quiere saber la mujer. ¿La causa cigarrillos. El fumador compulsivo recuerda por un
será una guerra bacteriológica, la detonación de una instante la Tierra, el supuesto lugar de su anterior
bomba atómica o de hidrogeno? No. El fin no será vida, el planeta que es, que debería ser, en alguna
una destrucción nítida, rugiente. El final será «un parte. Pero todo lo que desaparece de las más directa
libro que se cierra». Todo simplemente terminará. percepción desaparece también. «No creo en nada
que no puedo ver o tocar».
El conocimiento de la extinción no es individual. Es
una revelación colectiva que se anuncia en un sueño Sólo existe lo que está frente a los ojos. Si un hombre 5
común, compartido. Todos soñaron el final. Y quizá abandona nuestro campo perceptivo, deja de existir.
hoy, «por primera vez en la historia del mundo, todos Pero si Hitchcock se reencuentra con ese sujeto en la
saben qué van a hacer de noche» [41]. Nada le dirán calle, es «como una resurrección». El recuerdo podría
a sus hijos. corregir el drástico proceso de las desapariciones y
ausencias. Alguien ya no está, pero si lo recordamos
Nada se alterará. Ninguna acción especial surgirá su existencia no se interrumpe. Mas para Hitchcock
para recibir la última noche. Ninguna imploración los recuerdos son «como puercoespines». Recordar
terminal. El libreto de la existencia no sumará o lastima, fuerza la desconcentración, inhibe la
borrará renglones. El hombre y la mujer, al acercarse eficacia en el trabajo. Y sólo existe lo inmediatamente
la noche definitiva, lavan platos, leen, se distraen con visible, en el vuelo por el espacio la Tierra ya no es. La
periódicos, escuchan música. Quizá sea inevitable única realidad es el espacio que abraza a la nave. Sólo
un temblor de despedida. «¿Tienes ganas de llorar?», es verdadera la conciencia que piensa ese espacio. O,
pregunta el hombre. «Creo que no», contesta la en último término, el espacio al que arriba esa
mujer que, luego, extiende su cuerpo en la cama de conciencia.
límpidas sábanas. Y un comentario sobre el placer
del reposo es obligado porque «todos estamos Hitchcock come frenético, voraz, como si fuera la
cansados». Y la mujer que se aleja por un momento última vez. A través de la ventanilla del cohete
para cerrar un grifo. Y vuelve luego con una sonrisa columbra las estrellas remotas. Su afligido y perplejo
por ese olvido doméstico. Y los cuerpos cómodos interlocutor, Clemens, le asegura que los fuegos
sobre el lecho «con las cabezas unidas y las cabezas estelares son demasiados distantes: «no vale la pena
rozándose». «Buenas noches», es el sereno saludo ocuparse de cosas tan lejanas». Si Hitchcock alude al
final. Y la llegada del viento letal que detendrá el pecho extenso y vacío del espacio es por la atracción
laberinto de los corazones humanos. del espacio, de la vacuidad espacial donde nada hay
arriba ni abajo, ni nada hay entre esas imprecisables
En su relato, Bradbury ha buscado la imper- posiciones.
sonalidad. El esposo y la esposa carecen de nombres
propios. Son el hombre y la mujer. Sus diálogos Clemens arriesga que pensar en el pasado podría
postreros, su respuesta apacible al final de todo son recuperar los antiguos pensamientos de su
así expresión de lo genérico. No un estado compañero de viaje. Acaso podría ser una meseta
individual. Todos han soñado la noche última, y para expulsar viejos errores o dudas y luego
todos están cansados. El agotamiento por el tedio, la evolucionar hacia un nuevo estado sin
saturación de lo repetido sin creación, roe acaso la desesperación. Pero lo pasado no tiene entidad. Es
voluntad de continuidad. El sueño que reveló la también espectro sin sangre ni sudor. Hitchcock
conclusión de todo, es productiva afloración de insiste: «no creo en nada que no exista y actúe en mi
imágenes de un inconciente colectivo. O más presencia» [42]. Entre la tripulación crece el
exactamente de un deseo común. La decisión de consenso de que la escéptica filosofía compulsiva de
acabar. Un disfrazado consenso para escapar al fin Hitchcock precisa auxilio psiquiátrico, porque éste
de una vida hace tiempo concluida. Estoica es la «ha caído en un pozo sin fondo». Pero la psiquiatría a
serena respuesta ante la inevitable tragedia. Pero la bordo no podrá, con palabras y caricias, suturar las
apacibilidad no promete ahora una nueva sabiduría. grietas.
Es sólo la cansada resignación ante un mundo cuya
única alternativa es una última noche. La Hitchcock sube hasta un piso superior. Duda
indiferencia ante lo que sólo es desierto. nuevamente de su existencia. Acaricia frenético los
mamparos. Los toca. Sólo así sabe que es real.
Clemens le comunica que abajo lo espera el resto de
IX la tripulación. ¿Pero cómo probar su existencia?
Ahora, en este instante, no tiene ninguna evidencia
El cohete se hunde en la longitud interminable del sensorial de su realidad. No es posible llevar consigo
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X
Hitchcock se confunde con su abismo. Aquí no hay
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viajero que bebió el agua, se afiebra. Tiembla su debidos brazos y piernas. Pero un hombre sabio,
cuerpo. Muere. mediante un «método que ha sido olvidado»,
descubrió la vía de liberación de la mente, y fue así
Y el agua del pozo, del pozo del Alma, cada vez que es que «tomamos esta forma de luz y fuego azul y
bebida se apodera de una nueva conciencia. Y comenzamos a vivir, para siempre en el viento, el
trabaja en un submarino secreto para que cada cielo y las colinas, ya nunca orgullosos ni arrogantes,
astronauta, uno por uno, detenga su corazón y ni ricos ni pobres, ni apasionados ni fríos» [53].
regrese al fondo oscuro del pozo.
Los viejos marcianos son ahora inmortales, y viven
En una narración de magnéticas transformaciones, libres de toda ambición de bienes. Se han
la conciencia del agua es vida versátil, metamórfica. emancipado de las pasiones violentas. No les absorbe
El agua es forma sin forma definida. Así puede los antiguos deleites del cuerpo. No los seduce la 11
devenir y mutarse en las distintas conciencias guerra. Están libres del Pecado. «Sus pecados han
individuales de los viajeros recién llegados. El agua ardido como hojas», y no es preciso levantar ningún
es, como advertimos antes al encontrarnos con «La templo para su purificación, porque «cada uno de
lluvia», memoria de un magma primario, que espera nosotros es un templo en sí mismo». Por lo que los
el regreso de lo separado y dividido a su profundo y padres pueden llevar sus templos a las ciudades.
oscuro cuerpo líquido. Y, así, todos los astronautas «Vivimos felices, y en paz». Los evangelizadores
caen al pozo. Vuelven al agua. Que es viva lloran. El Padre Pelgrine comprende: «No podemos
conciencia. De una larga espera. levantar una iglesia para vosotros. Sois la belleza
misma! ¿Qué iglesia puede competir con el fuego de
una alma pura?». Y tal vez los globos de fuego
La solemne resonancia del instrumento sacro crea el El cuerpo que flota sobre la cumbre no es pesadez
ave delicada de la música. La dulzura musical orgánica. Es luz ingrávida. La antigua materia
apacigua el aire, y se vierte sobre cercanas colinas. devenida vivaz luminosidad. Futuro de una
Los hombres de la fe ortodoxa romana creen que los corporalidad espiritualizada semejante al cuerpo que
otros, los marcianos, los desconocidos, se se muta en pensamiento luminoso en 2001. Una
manifestarán al fin. odisea en el espacio [55]. Y los evangelizadores
parten del presupuesto de su presunta superioridad
Esperan. Rezan. Oran. Suspiran. Para que el espiritual sobre los seres que deben ser esclarecidos.
encuentro se produzca. Y los otros llegan. Entonces, Los presuntos seres confundidos, se revelan como
en el pensamiento, con una sutil voz, se revelan los una forma de existencia superior. Un proceso de
«viejos marcianos». Seres que viven en colinas, luego transformación del lugar de la sabiduría muy
de una superada vida material. Fueron alguna vez próximo a Los tres staretzi, de Tolstoi. En este relato,
hombres encarnados en una anatomía, con los un Arzobispo se encuentra en una isla con tres
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«Volverás a nacer
y oirás la trompeta que irrumpe en el aire
tembloroso de cohetes, todo humilde,
todo despojado
de orgullo. Pero libre de suspensión
Escucha ahora? ¡Oye ahora!
Es la mañana del noveno día» [61].
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Pero, en Bradbury, la religiosidad espacial no aleja otro pie, otra de las ficciones de El hombre ilustrado,
del desamparo sufriente del hombre aún aplastado donde la división es racial. El negro Willie, antes
en la Tierra. Para comprobar esto basta con leer El lleno de odio y resentimiento, acepta la integración,
mendigo del puente de O’ Connell [62], o su poema la igualdad con el blanco al verlo, por primera vez, en
Cuando mueren los mendigos no se ven cometas su fragilidad luego de llegar a Marte sin hogar, tras
[63]. dejar atrás la Tierra envuelta en llamas y destrucción.
La pulsión destructora tiene muchas formas: la El espectro del dolor también carcome al hombre en
alienación tecnológica, la tiranía racional, la un posible futuro donde es negada la hechicería
destructividad bélica, el poder represivo y elevadora de la lectura. La incendiaria descom-
manipulador. Diversos rostros de la oscuridad del posición del sentido de humanidad y belleza tal como
propio tiempo. Que Bradbury impugna desde el ocurre en Fahrenheit 451. Y aquí, como sabemos, 14
promontorio lateral del relato imaginativo. La ante el olvido la respuesta más poderosa es el arte de
humanidad dividida, afiebrada por el la memoria. Ese arte desplegado por los hombre y
enfrentamiento continuo, es incapaz de la mujeres que memorizan y recuerdan en los bosques
cooperación. El deseo de reconciliación y las antiguas y grandes obras. El recuerdo que
reintegración flota como libre modelo utópico en la custodia la palabra creadora es afín a la
hermosa narración bradburiana La dorada cometa, contemplación poética que percibe al sol como «un
el plateado viento. Dos ciudades se refugian tras árbol en llamas».
murallas. Las murallas de una ciudad exhibe la
forma de un cerdo. Y la otra de una naranja. El Y George Smith también recuerda. En En una
mandarín de la urbe-naranja afirma que el cerdo estación de buen tiempo [65], Smith admira a
devorará la naranja. «La vida está llena de símbolos y Picasso. Sin entenderlo, sin comprenderlo,
presagios», por lo que un nuevo símbolo podrá encuentra al genio español en una playa. Con un
contener al cerdo simbólico de la ciudad enemiga. El humilde palito de helado, el artista dibuja sobre la
mandarín ordena la fatigosa reconstrucción de sus arena un jeroglífico de imágenes de docenas de
murallas, con la nueva forma de un garrote para sátiros, toros, unicornios, ninfas. El artista crea
golpear al cerdo. La ciudad de Kwan-Si replica espontáneamente. Sin premeditación. Sin pensar.
rediseñando sus muros con el trepidante fulgor de Como la escritura zen que pide Bradbury. Y el artista
una hoguera. Estalla una guerra de símbolos. Las se va. Y Smith recorre, una y otra vez, «el friso de
cambiantes permutaciones de formas de las arena» hasta que lo noche se compenetra con la
ciudades constituyen una estrategia de tierra. Y el mar murmura con las sentencias
enfrentamiento, donde la agresión y el temor no son pendulares de olas y espumas. Smith sabe lo que
claramente distinguibles. pasará. Entonces, el testigo recuerda. Y preserva la
fuerza del relámpago espontáneo del arte cuando la
La energía que demanda el conflicto perjudica el marea sube y trae los líquidos murmullos del olvido.
tiempo pleno del amor, de la pesca, la caza, la
devoción familiar o la veneración de los Y, como Smith, Bradbury ejerce, mediante su oficio
antepasados. Los mandarines de las dos ciudades al de la imaginación, un arte del recordar: la memoria
fin comprenden. En la loma donde se reúnen unos de la omnipresencia del espacio. La divinidad del
niños remontan cometas. Una cometa en el suelo es espacio, como antes lo llamamos, a propósito de los
inerte cuerpo frío. Para ser necesita del viento. La arrebatos poéticos bradburianos. Una mirada
ciudad de Kwan-Si cambiará, por última vez, la apresurada puede reducir la profusión de cohetes y
forma de sus muros para que sea viento. La ciudad vastedades espaciales a mera escenografía. Pero el
que antes fue su enemiga, adquirirá la apariencia de viaje a otros escenarios planetarios, el recorrido de
una cometa dorada. Una será La Ciudad del Viento inmensas distancias astronómicas, no es decorado o
plateado, y la otra La ciudad de la Cometa Dorada. Y trasfondo arbitrario. El predominio del elemento
«la cometa quebrará la uniformidad de la existencia espacial no es sólo punto de partida para arribar
del viento y le dará sentido. Uno no es nada sin el luego a lejanos horizontes planetarios. Las últimas
otro. Juntos, todo es cooperación y una larga y afirmaciones de Hitchcock en una de las ficciones de
prolongada vida» [64]. El hombre ilustrado son especialmente reveladoras.
Desde un horizonte utópico de reintegración se Se podrá dudar de todo. Las certezas podrán
invoca la salud de la unidad, y la existencia de la desvancerse en hogueras de agresiva incertidumbre.
diferencia complementaria. La ancestral sabiduría Pero algo siempre sobrevive al aguijón de la duda. No
china es el lugar desde donde Bradbury imagina una es el pensamiento (como en Descartes), o la
crítica simbólica de la cultura de la división y el conciencia (como en Husserl). Es la videncia
conflicto sin cooperación. indestructible del espacio. El poder de la ilusión o el
engaño tiene un límite. Aun cuando todo fuera sueño,
La superación del conflicto acontece también en El bruma, o devastación, siempre será el espacio el que
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contiene y permite el tejido de los sueños o las dudas. universo artificial, sin percepción de la presencia
Y ese espacio es vasto. Pero lo vasto debe ser distinta del viento, la lluvia, la luz solar. Las estrellas.
pensado en sus resonancias más finas. Sólo
secundariamente lo espacial es escena que soporta a La gran ciudad gira sobre su sombra sin conciencia
los hombres y sus historias. de borde o frontera. Lo exterior a la mónada es
distancia sembrada de diferencias. Y la mónada es
En primer término, el espacio es lo real como efecto del poder que oprime y encierra el torrente de
amplitud poética. La distancia entre la piel de un las sensaciones y posibilidades de cada individuo
hombre y una remota constelación no es ya sólo dentro de lo cerrado. La conciencia de la inmensidad
cantidad o información, inmensidades de frío o espacial, en una literatura como la de Bradbury, es
silencio. Lo poético de lo amplio, o la amplitud del salto de una humanidad que redescubre que lo real
espacio como poesía física, enciende en la mirada continua fuera de la mónada, en lo amplio. Y la
Despierta la posibilidad de la gran expansión. distancia entre la hierba del campo y el lienzo
Expandir es ponerse más allá del límite de lo llameante de una remota galaxia es, paralelamente,
cotidiano o de nuestra posición en lo pequeño y la amplitud donde no puede agotarse la proyección
cercano. Cohetes y viajes espaciales se convierten, del libre acto creador.
mediante una escritura imaginativa, en gramática de
la percepción que se expande, con asombro poético y Y la expansión en lo amplio puede ser también
un secular fervor religioso, hacia los secretos que implosión. Retorno de lo distante a la superficie de la
tiemblan en los párpados estelares. Si la amplitud del piel, a la intimidad del cuerpo del hombre ilustrado,
espacio es matriz y posibilidad de toda vida, el cuyo mundo interior contiene mundos lejanos. La
destino poético ineludible del hombre es implosión de lo lejano vive sobre y dentro del hombre
desplegarse, expandirse, ponerse fuera de sí en la constelado de ilustraciones. Una realidad
fuerza de lo grande y lejano. extraordinaria que parece tortura o castigo. Pero que
quizá es también preámbulo de un nuevo cuerpo
La proyección en la distancia espacial despierta futuro, y de otra sensibilidad.
ineludiblemente la sospecha de evasión. Sin
embargo, la experiencia literaria que respira en la Si el espacio y su amplitud es evidencia
detonación de lo amplio es un puño conceptual que inconmovible, el cuerpo propende hacia lo amplio. Y
golpea las variantes de la existencia monadológica en esa experiencia los fuegos de las galaxias, o los
del sujeto. Mónada es realidad replegada sobre sí, jardines o volcanes a espaldas de las estrellas, se
con escaso o nulo contacto con la exterioridad. Es el acercan, rozan y propagan dentro del cuerpo que
sujeto lógico enclaustrado en la unilateralidad de su venera el vértigo de las distancias. Y la catedral
pensar racional. Y la autorreferencia de la mónada invisible cuyo altar se reparte entre cada estrella. Las
es también la megalópolis, la ciudad-océano, estrellas. Siempre las estrellas. [*]
ESTEBAN IERARDO
ES DIRECTOR DE TEMAKEL
WWW.TEMAKEL.COM
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CITAS
16
[1] Ray Bradbury, El zen en el arte de escribir, ginación condicionada por los parámetros
Barcelona, Minotauro, 1995. La obra se compone de monopólicos de la ciencia y la tecnología. La
diez ensayos, escritos durante treinta años, y una anticipación de mundos futuros impregnados de
entrevista para la revista Film Comment realizada avance tecnológico no es el centro de la dinámica
por Mitch Tuchman. creadora en Bradbury. La travesía espacial o el
[2] R. Bradbury, El zen en el arte de escribir, op. cit., desplazamiento temporal al futuro es el horizonte
p.35. narrativo elegido para activar una crítica del hombre
[3] Ibid., p.44. enajenado por sus medios tecnológicos, o por
[4] Los recuerdos de la infancia de Bradbury en su diversas amenazas a la libertad. También, el
ciudad natal de Waukegan, Illinois, donde nace el 22 escenario futurista es corteza sobre la que ondulan
de agosto de 1920, se expresan en su obra A este lado arroyos de reflexiones filosóficas que salpican el
de Bizancio. El vino del estío. sentido mismo de la existencia. En Bradbury, tras el
[5] R. Bradbury, La ciencia ficción: antes de Cristo y aparente anclaje en la ciencia ficción bulle un
después del 2001, en Fueiserá. Respuestas obvias a humanismo apostado sobre la gramática de la
futuros imposibles, Emecé, p.264. Una ineludible imaginación.
discusión respecto a su escritura es si pertenece o no [6] R. Bradbury, El zen..., op. cit., p.87.
efectivamente al género de la fantasy science. [7] La relación con el cine es vasta en Bradbury.
Bradbury, por ejemplo en el recién mencionado Desde su vínculo, también presente en su literatura,
artículo La ciencia ficción: antes de Cristo y después con el suspenso o lo policial, Bradbury escribió
del 2001, o en El arte y la ciencia ficción (también en cuatro episodios de Alfred Hitchock presenta (1955);
Fueiserá) piensa el género de ciencia ficción en como guionista participa también en Moby Dick
términos muy amplios, que trascienden en mucho el (1956); y en Steve Canyon (1958) de Arthur Miller. En
elemento exclusivo de la anticipación de tecnologías 1959, la célebre serie En los límites de la realidad, de
futuras o de reflexiones sobre sus fundamentos Rod Serling, adaptó el relato de Bradbury Canto del
científicos. La literatura bradburiana, estimamos, se cuerpo eléctrico. Francois Truffaut participa en la
afinca, íntegramente, en los vergeles del género adaptación de su Fahrenheit 451 (1966); Jack Smight
fantástico. La imaginería espacial, los cohetes, los hace lo propio Con El hombre ilustrado (1969). Serge
viajes a Marte o Venus, no obran dentro de una ima- Bourguignon y Robert Sallin adaptan el cuento En
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una estación de buen tiempo en The Picasso Summer artista es el medio de la acción artística. Yves Klein,
(1969); Crónicas Marcianas (1980) es adaptada por con sus antropometrías (impresiones de cuerpos
Michael Anderson. En 1983 Jack Clayton filma La desnudos impregnados de pintura en lienzos o
feria de las tinieblas con guión del propio Bradbury. paredes), es pionero en esta forma artística. Gunter
El comic El pequeño Nemo (1992) de Windsor McCay Brus con su perfomance Autopintura, en 1965, donde
tiene guión también de Bradbury y Chris Columbus; pintó su propio cuerpo, es otro ejemplo típico de arte
y también oficia de guionista en The Halloween Tree corporal.
(1993) de su obra El árbol de las brujas, que fue [16] Ray Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit., p.13.
también convertido en una serie de televisión. [17] Ibid.
Recientemente, Peter Hyams adaptó el relato [18] Ver R. Bradbury, La mujer Ilustrada, en Las
bradburiano El ruido del trueno. maquinarias de la alegría, Barcelona, Minotauro, pp.
[8] Bradbury participó en dos obras con ilustraciones 115-126. Una mujer muy gorda, Emma, se encuentra 17
del fotógrafo argentino Aldo Sessa: Fantasmas para en una feria con el Hombre que Adivina el Peso,
siempre (1980); y Sesiones y Fantasmas (2000), quien entabla una relación afectiva con la obesa
prólogo de Ray Bradbury, fotografías de Aldo Sessa. mujer con el propósito de plasmar su arte del tatuaje
[9] Bradbury cultivó sus experiencias teatrales en sobre la piel de su ingente cuerpo. Así, en pp.120-121:
Los Ángeles y Nueva York. Leviathan 99, a pesar de «...¿por qué crees que he trabajado años enteros en la
su condición de ópera, fue escrita como obra de feria como el Hombre que Adivina el Peso? ¿Por qué?
teatro. En 1969 presentó en el Royce Hall de la Porque he estado buscando toda la vida a alguien
Universidad de California de Los Ángeles su cantata como tú. Noche tras noche, verano tras verano, he
Christus Apollo, con texto leído por Charlton Heston estado observando las sacudidas y temblores de las
y música de Jerry Goldsmith para orquesta, coro y balanzas. ¡Y ahora al fin tengo el medio, la manera, la
soprano. También escribió unos Madrigales para la pared, la tela en que expresar mi genio!».
Era espacial (1972) con música del argentino Lalo [19] En La Tabla de Esmeralda, importante texto de
Schifrin. la tradición hermética, se afirma: «Es verdad, sin
[10] Las herramientas más típicas del tatuaje son mentira, cierto y muy verdadero: lo que está abajo es
punzones dentados de hueso. Se los untaba con como lo que está arriba y lo que está arriba es como lo
pigmento y eran golpeados sobre la piel con un que está abajo para hacer milagros de una sola
pequeño martillo, el color se impregna en los cosa...», en Hermes Trismegisto, La Tabla de
agujeros producidos por los pinchazos. El tatuaje era Esmeralda, en Obras completas. Corpus
logrado por maestros tatuadores. Hermeticum, Barcelona, ed. Continente, p.453.
[11] Sailor Jerry Collins (1911-1973) fue efecti- [20] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit., p.11.
vamente marinero. Viajó alrededor del mundo como [21] Entre los taoístas, un sendero indispensable
hombre de mar; esto lo puso en contacto con los para propiciar un existir sin conclusión es la
tatuajes de Oceanía. En Chinatown de Honolulu, retención de los dioses que habitan en los diversos
abrió la primera tienda de tatuajes. órganos y regiones corporales. Es así que «nuestro
[12] Foucault, en su célebre obra Las palabras y las cuerpo rebosa de dioses, y estos son los mismos que
cosas, realiza un exhaustivo análisis de la los del mundo exterior. He ahí una de las
cosmovisión del Renacimiento donde las palabras consecuencias de que el cuerpo humano sea idéntico
aún se corresponden estrictamente con las cosas y al mundo (...) Los dioses que moran dentro del
expresan un orden divino superior. Para Paracelso, el cuerpo son muchísimos...es un múltiplo elevado de
g r a n m é d i c o, p e n s a d o r y a l q u i m i s t a d e l 360, y se habla generalmente de 36.000 dioses. A
Renacimiento, la voluntad de Dios no queda nunca cada extremidad, articulación, víscera, órgano o
oculta y se manifiesta por signos exteriores, visibles, parte del cuerpo le corresponde uno o varios dioses»,
como señales de un tesoro diseminadas en la en Henri Maspero, En busca de la inmortalidad. El
naturaleza. Un signo o signatura es necesaria para taoísmo en las creencias religiosas de los chinos
que lo invisible salga a luz. Los signos o signaturas durante la época de los seis dinastías (ca.400-
son blasones o jeroglíficos que se deben descifrar. El 600d.c)», en Mircea Eliade, Historia de la creencias y
espacio de la naturaleza es así «un gran libro abierto de las ideas religiosas, Barcelona, Editorial Herder,
... plagado de grafismos; todo a lo largo de la página pp.87-88. Por otra parte, en la moderna investigación
se ven figuras extrañas que se entrecruzan y, a veces, médica, mediante el estudio de los tejidos
se repiten. Lo único que hay que hacer es histológicos se abre una perspectiva de variados y
descifrarlas», en M. Foucault, Las palabras y las apasionados paisajes o mundos intracorporales.
cosas, México, ed. siglo XXI, p.35. Mediante el coloreado de las muestras de tejidos
[13] Ray Bradbury, Fahrenheit 451, Barcelona, éstos adquieren diversas combinaciones cromáticas
Minotauro, p. 157. que, en muchos casos, parecen superficies de otros
[14] Ray Bradbury, El hombre ilustrado, Barcelona, Planetas, pero que existen dentro del orden corporal.
Minotauro, p.11. [22] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit., p.15.
[15] El body art se halla fuertemente relacionado con [23] Ibid., P.20.
los conceptuals performances donde el cuerpo del [24] Paula «...concentra su deseo en los ojos,
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proyecta la mirada sobre la mesa baja puesta al lado tir que todo era como una jalea, que todo temblaba
de la mecedora, toda ella se lanza tras su mirada alrededor, que no había más que fijarse un poco,
hasta sentir de sí misma como un vacío, un gran sentirse un poco, callarse un poco, para descubrir los
molde hueco que antes ocupara, una evasión total agujeros. En la puerta, en la cama: agujeros... Pero
que la desgaja de su ser, la proyecta en voluntad...Y ellos eran la ciencia americana, ¿comprendes,
ve surgir poco a poco la materialización de su deseo», Bruno? El guardapolvo los protegía de los agujeros;
en Julio Cortázar, Bruja, La otra orilla, en Cuentos no veían nada, aceptaban lo ya visto por otros, se
Completos 1, Buenos Aires, Alfaguara, pp.66.72. imaginaban que estaba viendo».
[25] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. p.200. [37] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. , p.79.
[26] Ibid., p.80. [38] Ibid., P.218.
[27] Ibid., p.80-81. [39] Así, La Boétie (1530 -1563) manifiesta: «Pero
[28] Ibid., p.94. esa astucia de los tiranos, que consiste en 18
[29] Sobre la filosofía estoica puede consultarse el embrutecer a sus súbditos, jamás quedó tan evidente
clásico Anthony A. Long, La filosofía helenística, como en lo que Ciro hizo a los lidios, tras apoderarse
capítulo El estoicismo, pp.111-203; o Filosofía de Sardes, capital de Lidia, al apresar a Creso, el rico
helenística: Cínicos y estoicos, en A. H. Armstrong, monarca y hacerlo prisionero. Le llevaron la noticia
Introducción a la filosofía antigua, pp.188-213. de que los habitantes de Sardes se habían sublevado.
[30] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. , p.142. Los habría aplastado sin dificultad inmediatamente;
[31] Es interesante el listado completo de las obras sin embargo, al no querer saquear tan bella ciudad,
«desterradas»: Cuentos de misterio e imaginación, ni verse obligado a mantener un ejército para
por Edgard Allan Poe; Drácula, por Bram Stoker; imponer el orden, se le ocurrió una gran idea para
Frankestein, por Mary Shelley; Otra vuelta de tuerca, apoderarse de ella: montó burdeles, tabernas y
por Henry James; La leyenda del. valle del sueño, por juegos públicos, y ordenó que los ciudadanos de
Washington Irving; La hija de Rapaccini, por Sardes hicieran uso libremente de ellos. Esta
Nathaniel Hawthorne; Un incidente en el puente del iniciativa dio tan buen resultado que jamás hubo ya
arroyo del Búho, por Ambrose Bierce; Alicia en el que atacar a los lidios por la fuerza de la espada.
país de las maravillas, por Lewis Carroll; Los sauces, Estas pobres y miserables gentes se distrajeron de su
por Algernon Blackwood; El mago de Oz, por L. objetivo, entregándose a todo tipo de juegos; tanto es
Frank Baum; La extraña sombra sobre Insmouth, así que de ahí proviene la palabra latina (para los que
por H. P. Lovecraft. ¡Y más! Libros por Walter de la nosotros llamamos pasatiempos). Ludi que, a su vez,
Mare, Wakefield, Harvey, Wells, Asquith, Huxley... proviene de Lydi. No todos los tiranos han expresado
todos autores prohibidos.», en R. Bradbury, El con tal énfasis, su deseo de corromper a sus súbditos.
hombre ilustrado, op. cit., pp.142-143. Pero lo cierto es que lo que éste ordenó tan
[32] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. , p.146. formalmente, la mayoría de los otros han hecho
[33] Ibid., p.155. Luego de un ciclón que lo lleva ocultamente. Y hay que reconocer que esta es la
hasta El país de Oz, Dorothy debe llegar hasta La tendencia natural del pueblo, que suele ser más
ciudad esmeralda de Oz, donde vive el Mago de Oz numeroso en las ciudades; desconfía de quien le ama
para buscar el auxilio de éste para regresar hasta su y confía en quien lo engaña. No creáis que ningún
rural hogar en Kansas. pájaro cae con mayor facilidad en la trampa, ni pez
[34] Ray Bradbury, Usher II, en Crónicas marcianas, alguno muerde tan rápidamente el anzuelo como
Barcelona, Minotauro, p. 170. esos pueblos que se dejan atraer con tanta facilidad y
[35] Irritado, el Sr. Stendahl le recrimina a Garrett: llevar a la servidumbre por un simple halago, o una
«Oh, ya nadie se acordaba de Poe, de Oz y de los pequeña golosina. Es realmente sorprendente ver
otros. Pero yo tenía mi pequeño refugio. Unos pocos cómo se dejan ir tan aprisa por poco que se les dé
ciudadanos conservamos nuestras bibliotecas hasta coba. Los tragos, los juegos, las farsas, los
que llegaron ustedes, con antorchas e incineradores, espectáculos, los gladiadores, los animales exóticos,
y destrozaron y quemaron mis cincuenta mil libros», las medallas, las grandes exhibiciones y otras drogas
en R. Bradbury, Usher II, en Crónicas marcianas, op. eran para los pueblos antiguos los cebos de la
cit., p. 171. servidumbre, el precio de su libertad, los
[36] Ver Julio Cortázar, El perseguidor, en Las armas instrumentos de la tiranía», en Étienne de La Boétie,
secretas, en Cuentos completos, Buenos Aires, El discurso de la servidumbre voluntaria»,
Alfaguara. En la p. 246 de esta edición, Johnny Barcelona, ed. Tusquets.
Carter, el músico de jazz personaje central del relato, [40] La versión fílmica de El hombre ilustrado fue
dialoga Bruno, su amigo, crítico musical, que escribe realizada por Jack Smight en 1969. En el resto de la
su biografía. Entonces, le recuerda su internación en Filmografía de Smight quizá sobresale La batalla de
un hospital. Esta es la ocasión para criticar las Midway (1976). El guión es de Howard B. Kreitsek.
ilusiones de conocimiento seguro de la ciencia: «Eso La adaptación se sitúa en la época de la Depresión en
era lo que me crispaba, Bruno, que se sintieran Estados Unidos. Un joven, Willie (Robert Drivas), se
seguros. Seguros de qué, dime un poco, cuando yo, encuentra con el «hombre ilustrado», Carl (Rod
un pobre diablo con más pestes que el demonio Steiger), quien vaga por el país realizando breves
debajo de la piel, tenía bastante conciencia para sen- trabajos en circos o ferias. Su cuerpo está cubierto
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con los tatuajes que le hizo la misteriosa mujer del mientras que, en el relato de Bradbury, para
futuro, Felicia (la bella Claire Bloom). Sobresale la Hitchcock el único sustrato que no puede ser negado
brillante actuación de Steiger que, un año después es el espacio. Ver E. Husserl, Ideas para una
del film en cuestión, protagonizó magistralmente a fenomenología pura y una filosofía fenomenológica,
Napoleón en Waterloo (1970). Carl y Willie se trad. José Gaos, México, Fondo de cultura
encuentran en un lugar solitario, cerca de un camino económica.
y dominado por la bella presencia de un río, las [44] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. , p. 167.
montañas y un radiante cielo azul. Carl le revela sus [45] En el relato se aclara que, al viajar al pasado, los
tatuajes a su ocasional interlocutor. Con acento viajeros del futuro sufren una «barrera psicológica»,
irritado y sombrío, recrea la especial historia de su que asegura que no hagan revelaciones sobre la
cuerpo ilustrado. Alternativamente, Willie se realidad futura de la que proceden: «No era posible
concentra en tres ilustraciones del extraño nómada decir dónde o cuándo se había nacido, ni hablar del 19
tatuado que lo conducen a la adaptación de tres futuro con los hombres del pasado. El futuro y el
historias, tres relatos de la obra de Bradbury: La pasado debían protegerse el uno del otro.», en R.
pradera, Lluvia y La última noche del mundo. La Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. p.177.
mejor adaptación es quizá la del Cuarto de Juegos de [46] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. , p.109.
los niños en La Casa de la Vida Feliz con su pradera [47] Ibid., p.64.
africana. La lluvia se concentra en la gradual [48] Ibid., p.268.
desesperación de los astronautas sobrevivientes en [49] Ray Bradbury, Las doradas manzanas del sol,
un planeta Venus apabullado por la lluvia constante. Barcelona, Minotauro, p.218.
En la época en que Bradbury escribió el relato, aún [50] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. , p.240.
no había llegado al segundo planeta del Sistema [51] Ibid. p. 243. La ciudad viviente en Taollan es
Solar la sonda rusa Venera que, en 1975, sobrevivió asociable con la casa de Vendrán lluvias suaves en
sólo unos minutos en la atmósfera venusina, Crónicas Marcianas. Sus habitantes han
compuesta esencialmente de dióxido de carbono, desaparecido, pero la casa vive y repite sus funciones
con un desaforado efecto invernadero, que precipita y rutinas sin necesidad de una directa o constante
la temperatura de la superficie a 470 grados intervención humana. La ciudad viviente capaz de la
centígrados; una temperatura superior a la de imitación de la voz y el pensamiento humano se
Mercurio y capaz de fundir el plomo. Este infierno reitera como ejemplo de un «animismo urbano», en la
dantesco hace imposible, obviamente, el libre casa como conciencia narradora de la novela La casa,
deambular humano sobre su superficie. En el último del escritor argentino Manuel Mujica Lainez. Todos
relato «La última noche del mundo», el guionista estos modelos de ciudades animadas difieren de la
introdujo notables modificaciones respecto a la imposibilidad y el abandono corporizados por la
versión original ya que, en el texto bradburiano, el ciudad del relato borgiano «El inmortal».
matrimonio reacciona con serenidad estoica ante la [52]Ray Bradbury, El que espera, en Las maquinarias
certeza del inminente final. En la adaptación de de la alegría, Barcelona, Minotauro,
Smight la acción dramática se concentra en la p.30.
discusión entre los esposos sobre la cuestión de [53] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit., p.131.
sacrificar o no a los niños para evitarles el [54] Ibid., p.132.
sufrimiento. En apariencia, no se toma ninguna [55] En 2001 de Arthur Clarke se abre la postulación
decisión final. Pero la noche que supuestamente imaginativa de lo que podríamos llamar alteridad
sería la última, pasa y, horrorizada, la esposa corporal. El cuerpo orgánico es quizá sólo el
descubre, bajo la luz de una nueva mañana, los comienzo de una evolución superadora. Esta primera
cuerpos exánimes de sus hijos junto al rostro de forma de corporalidad es superada por un cuerpo
espanto irreversible de su esposo. La película exhibe cibernético, compuesto por metal y plástico, posible
buenas actuaciones (donde, como ya se comentó, vía hacia la inmortalidad, dirigida por el órgano
sobresale la de Steiger). Tal vez, se concentra cerebral; así, el cerebro dirige «sus miembros
demasiado en los diálogos y escenas compartidas mecánicos», y observa «el universo a través de sus
entre Carl, el hombre ilustrado, y Willie. De todos sentidos electrónicos...sentidos muchos más finos y
modos, logra establecer un clima de intriga y los tres sutiles que aquello que la ciega evolución pudiera
relatos recreados se interpolan de forma fluida en la desarrollar jamás». De esta forma, la escisión mente-
narración central del solitario hombre ilustrado que, máquina encuentra una «completa simbiosis». Y, en
entre paisajes solitarios, exhibe sus ventanas- un peldaño más alto de la especulación biológica en
imágenes de las ilustraciones que cubren su piel. relación a la alteridadcorporal, algunos biólogos de
[41] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. , p. 136 tendencias místicas «especulaban que la mente
[42] Ibid., p.160. terminará por
[43] La epojé se relaciona con la reducción eidética,
donde se deja de lado todo lo fáctico de un hecho
para llegar a la esencia, un trasfondo invariable que
ya no puede ser reducido. Que es la conciencia.
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liberarse invariable que ya no puede ser reducido. de una evolución superadora. Esta primera forma de
Que es la conciencia. Mientras que, en el relato de corporalidad es superada por un cuerpo cibernético,
Bradbury, para Hitchcock el único sustrato que no compuesto por metal y plástico, posible vía hacia la
puede ser negado es el espacio. Ver E. Husserl, Ideas inmortalidad, dirigida por el órgano cerebral; así, el
para una fenomenología pura y una filosofía cerebro dirige «sus miembros mecánicos», y observa
fenomenológica, trad. José Gaos, México, Fondo de «el universo a través de sus sentidos
cultura económica. electrónicos...sentidos muchos más finos y sutiles
[44] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. , p. que aquello que la ciega evolución pudiera
167. desarrollar jamás». De esta forma, la escisión mente-
[45] En el relato se aclara que, al viajar al pasado, los máquina encuentra una «completa simbiosis». Y, en
viajeros del futuro sufren una «barrera psicológica», un peldaño más alto de la especulación biológica en
que asegura que no hagan revelaciones sobre la relación a la alteridad corporal, algunos biólogos de 20
realidad futura de la que proceden: «No era posible tendencias místicas «especulaban que la mente
decir dónde o cuándo se había nacido, ni hablar del terminará por liberarse de la materia. El cuerpo-
futuro con los hombres del pasado. El futuro y el robot, como el de carne y hueso, sería solamente un
pasado debían protegerse el uno del otro.», en R. peldaño hacia algo que, hacía tiempo, habían
Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. p.177. llamado los hombres «espíritu». El cuerpo, en esta
[46] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. , línea evolutiva, deviene finalmente luz. Ver Arthur
p.109. Clarke, 2001. Una odisea espacial, Hyspamérica
[47] Ibid., p.64. ediciones Argentina, Buenos Aires, 1986, (trad.
[48] Ibid., p.268. Antonio Ribera)
[49] Ray Bradbury, Las doradas manzanas del sol, [56] Ver León Tolstoi, Los tres staretzi, en Antología
Barcelona, Minotauro, p.218. del cuento extraño, Buenos Aires, Editorial Hachette,
[50] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit. , 1976, pp.95-104; traducción Rodolfo Walsh.
p.240. [57] Ver R. Bradbury, Calidoscopio, en El hombre
[51] Ibid. p. 243. La ciudad viviente en Taollan es ilustrado, op. cit., pp.33-43.
asociable con la casa de Vendrán lluvias suaves en [58] R. Bradbury, No han visto las estrellas, en
Crónicas Marcianas. Sus habitantes han Antología poética, Ediciones Instituto Movilizador
desaparecido, pero la casa vive y repite sus de Fondos Cooperativos, Buenos Aires, 2000
funciones y rutinas sin necesidad de una directa o (selección y traducción Marcial Souto), p. 64.
constante intervención humana. La ciudad viviente [59] Ibid., P.73.
capaz de la imitación de la voz y el pensamiento [60] R. Bradbury, Fantasmas de lo nuevo, Barcelona,
humano se reitera como ejemplo de un «animismo Minotauro, p. 281.
urbano», en la casa como conciencia narradora de la [61] R. Bradbury, Cantata Apolo, en Fantasmas de lo
novela La casa, del escritor argentino Manuel Mujica nuevo, op. cit., pp. 288-295.
Lainez. Todos estos modelos de ciudades animadas [62] Ver R. Bradbury, El mendigo del puente de
difieren de la imposibilidad y el abandono O’Connell, en Las maquinarias de la alegría, op. cit.,
corporizados por la ciudad del relato borgiano El pp.169-185.
inmortal. [63] R. Bradbury, Antología poética, op. cit., p.105.
[52] Ray Bradbury, El que espera, en Las [64] R. Bradbury, Las doradas manzanas del sol, . pp.
maquinarias de la alegría, Barcelona, Minotauro, 11-17. op. cit., p.84.
p.30. [65] Ver R. Bradbury, En una estación de buen
[53] R. Bradbury, El hombre ilustrado, op. cit., p.131. tiempo, en Remedio para melancólicos, op. Cit.,
[54] Ibid., p.132. Pp.11-17.
[55] En 2001 de Arthur Clarke se abre la postulación
alteridad corporal. El cuerpo orgánico es quizá sólo
imaginativa de lo que podríamos llamar el comienzo
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