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Universidad de San Carlos de Guatemala

Centro Universitario de Occidente


Carrera de Psicología
Psicoterapia I
Lic. Carlos Rafael Yllescas Mijangos
Documento 08

Constructivismo, cognición y psicoterapia


Marcelo Godoy
"No son las cosas mismas las que nos inquietan, sino las opiniones que tenemos de ellas"
Epicteto (s. I de nuestra era)

Todos hemos caído (y lo seguimos haciendo) bajo el encantamiento cotidiano de pensar que
nada es más firme y seguro que nuestra realidad. La realidad inmaculada de subjetividad,
objetivada, repleta de personas y vínculos, que se nos ocurren como de existencia y
significado definitivo. Desde esta perspectiva el mundo es un "allí afuera" al que nos
acercamos tan pronto abrimos los ojos por la mañana y nos sumergimos en él con la misma
inevitabilidad con que "el sol sale del horizonte" cada día. Ésta es la certidumbre de nuestro
vivir cotidiano, bajo una solidez perceptual que no puede disputarse y donde no parece
haber alternativa.

Este escrito representa una invitación a poner entre paréntesis este conocimiento y ver por
qué otros caminos nos conduciremos, qué efectos tiene sobre nuestras vidas y cómo
podemos a partir de las nuevas conclusiones brindar un abordaje psicoterapéutico.

El mapa no es el territorio (A. Korzybski)

Y empecemos por los colores. Humberto Maturana da un ejemplo(3) que puede resultar
ilustrativo. Es un fenómeno que según cuenta fue observado por primera vez por Otto von
Guericke en 1672 y que podríamos denombrar sombras de colores.

Se debe contar con dos reflectores, a uno de ellos se le coloca un filtro de papel celofán rojo.
Se ajustan para que ambos dirijan su haz de luz hacia el mismo punto, tras lo cual podemos
colocar nuestra mano bajo ellas. Para nuestra sorpresa una de las sombras que se proyecta
es azul verdoso. ¿Cómo es posible que surja este color? ¿Acaso lo esperable no es el
rosado (mezcla del blanco y rojo)? Maturana concluye que estamos acostumbrados a pensar
que el color es una longitud de onda, y si veo el rojo de un tomate es porque el tomate es
rojo y esto llega a mis ojos. En el ejemplo anterior, sin embargo, el azul verdoso que se ve
no es medido así por un aparato que pueda captar la longitud de onda, lo hallado
corresponde a la distribución propia de la luz blanca; a pesar de todo lo observado es
indubitablemente un verde azul.

"Lo esencial es que para explicarlo debemos dejar de pensar en que el color de los objetos
que vemos está determinado por las características de luz que nos llegue de ellos, y
debemos en cambio concentrarnos en comprender cómo la experiencia de un color
corresponde a una configuración específica de estados de actividad en el sistema nervioso
que su estructura determina... es posible demostrar que debido a que tales estados de
actividad neuronal (como en el ver verde) pueden ser gatillados por una variedad de
perturbaciones luminosas distintas, es posible correlacionar el nombrar colores con estados
de actividad neuronal, pero no con longitudes de onda. Qué estados de actividad neuronal
son gatillados por las distintas perturbaciones, está determinado por su estructura individual
y no por las características del agente perturbante".

Pero lo dicho no nos debe arrojar a los brazos de un "solipsismo ingenuo", la construcción
del mundo no es una obra arbitraria de cada uno. El cerebro no opera con representaciones,
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en tanto no hay correspondencia unívoca entre mi interioridad y los objetos externos, pero
tampoco es válido suponer que funciona en el vacío. Maturana concluye que existe un
acoplamiento estructural, entendiendo éste como el gatillamiento de cambios de estado
entre una unidad y su medio, de manera que se establece un proceso de interacción no
destructivo. Un observador externo podrá ver entre éstos compatibilidad. Las conductas de
los seres vivos son eficaces en el mantenimiento de su organización, pero el cerebro opera
con clausura operacional (o sea que "su identidad está especificada por una red de procesos
dinámicos cuyos efectos no salen de esa red"). Lo que se denomina conducta son los
cambios que un observador describe. "La conducta no es algo que el ser vivo hace en sí,
pues en él sólo se dan cambios estructurales internos, sino algo que nosotros señalamos."

Sin lugar a dudas vivimos en un mundo que no es fruto de nuestra invención, pero las
descripciones que hacemos de él, los acercamientos y las vivencias que tenemos llevan la
marca de nuestra estructura. Nos acercamos al mundo (y lo recreamos) a través de nuestro
propio modelo. Tal como lo dice Castaneda en su libro Enseñanzas de Don Juan, "lo que
llamamos realidad no es sino descripciones del mundo".

La construcción del mapa

No me extenderé demasiado por razones operativas en el origen de este mapa, pero por lo
que vengo expresando queda claro que tendrá que ver con nuestra historia biológica y
social, y su razón de ser se sostiene en darle al caos una organización mediante el
establecimiento primario de distinciones. El proceso consiste en establecer diferencias, para
que aquello que se nos aparece como un "todo mezclado" vaya dando lugar a formas
distinguibles.

El caos sobreviene no cuando una situación "está desordenada" sino cuando nos
enfrentamos con una imposibilidad de encontrar un modelo que explique lo que ocurre con
los fenómenos. El caos no es algo que ocurre cuando las cosas se desordenan, sino que
está ligado a los procesos de nuestra mente.

Jeremy Campbell(2) expresa "el desorden de uno puede ser el orden de otro, dependiendo de
cuanto conocimiento posea la persona acerca de los detalles de la aparente confusión.
Puede ser que mi escritorio ante sus ojos aparezca como desordenado, pero yo sé
manejarme en él".

Nos resulta posible concluir a partir de lo desarrollado que la primera operatoria de nuestra
mente en la aventura del conocer consiste en establecer diferencias. Éste es el punto central
en cuanto que, al igual que en geografía, lo que pasa al mapa son las diferencias. Si todo
fuese uniforme el mapa no tiene sentido, son los accidentes del terreno los que van
estableciendo marcas —diferencia de altura, clima, vegetación, población, etcétera— lo que
pasa del terreno al mapa.

Sin embargo esto no deja de tener cierta complejidad, porque cuando hablamos de
diferencia no nos referimos a características de los objetos, es algo que no está ni en uno ni
en el otro (ejemplo: la deferencia no está en el valle o en la montaña), sino en la relación que
logramos establecer.

El armado de la trama relacional es lo que nos lleva a un sistema de vínculos (que supone la
existencia de estructuras diferenciadas entre sí). Captada la deferencia se establecen las
cosas. Ejemplo: puedo establecer la existencia de un libro porque lo capto como diferente de
la mesa sobre la que se apoya.
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G. Spencer Brown escribió en su obra clásica Laws of Form: "Un universo se engendra
cuando se separa o aparta un espacio" y "los límites pueden trazarse en cualquier lugar que
nos plazca". Es en el acto de establecer una distinción que puede generarse un mundo
posible. El trazado de una distinción es sin duda el punto primario para cualquier
pensamiento, percepción o acción. Es así como la complejidad del mundo se nos revela en
tanto que las posibilidades de discernir son infinitas y el mundo que se nos aparece lo es
también en tanto está ligado a las distinciones que uno establezca.

El próximo salto es establecer entre los objetos categorías que nos permitan agruparlos en
clases. Las clases no se forman solamente por las propiedades de los objetos sino
fundamentalmente llevan la impronta de nuestra estructura (en particular nuestras
significaciones y valores). "Un cubo de madera rojo, puede ser considerado como miembro
de la clase de todos los objetos rojos, o de la clase de los cubos, o de la clase de los objetos
de madera, o de la clase de los objetos infantiles, etcétera".(8)

Lo mismo ocurre con cualquier objeto o situación que nos imaginemos. La infinitud potencial
de diferencias que podemos establecer entre las cosas nos impediría incorporarlo dentro de
un proceso de comunicación, en tanto no se puede procesar todo a la vez. Hay diferencia
entre un cubo y un cuadro, entre un cubo y el universo, en esta infinitud de posibilidades
hacemos un recorte. Conclusión: lo que percibo no es el mundo sino un modelo del mismo.

Partimos al iniciar nuestro recorrido de una realidad única, objetiva e incuestionable,


llegamos al punto donde creo fundamentado el peso de la subjetividad en la construcción del
(mundo) que habitamos. El objetivo que me propongo ahora es mostrar algunos
mecanismos que arman un estilo cognitivo y qué consecuencia tienen sobre nuestro vivir
cotidiano.

El filtro

En un sentido es estructural, pues como vimos resulta necesario para la organización del
modelo. Actúa eliminando del cúmulo de datos aquello que no consideramos importante y
seleccionando información que consideramos necesaria.
El filtro selecciona aquello sobre lo que recae nuestra atención y excluye lo demás,
organizando dimensiones de nuestra experiencia.

En aquellas personas que presentan un pattern depresivo terminan resaltando de todas sus
vivencias aspectos que sugieren pérdidas, lo que los lleva a establecer círculos de
reconfirmación de su propios estados depresivos. Los pensamientos negativos se
magnifican y a las experiencias positivas se les resta importancia. El resultado final es una
personalidad depresiva que tiñe toda situación nueva con el color gris de su tristeza. Los
pensamientos que acompañan estas vivencias se pueden resumir en frases como "no sirvo
para nada", "las peores cosas me ocurren a mí", "sé que no saldré bien de esto", "no puedo
aguantar más".

Asimismo las personas ansiosas seleccionarán peligros o aquello que implique un daño
potencial a su existencia (con pérdida de su seguridad, que eleva su nivel de ansiedad) o los
paranoicos evidencias de que hay algo en su contra con el consiguiente sentimiento de
persecución.

Generalización

Es el proceso por el cual una persona toma algo particular y lo lleva a la categoría de una
totalidad.
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La generalización también resulta un mecanismo vital para nuestra supervivencia, por
ejemplo: es útil pensar que si uno va a dar un paseo un día de invierno y va a volver tarde es
necesario llevar un abrigo extra, pero no es útil generalizar que siempre hay que ponérselo.
Es útil también generalizar que es peligroso tocar un vidrio roto y concluir que hay que tener
especial cuidado al retirarlo. Las generalizaciones se construyen de acuerdo a las
experiencias.

Cuando con este mecanismo se establecen, en un sentido, creencias disfuncionales, se


puede dar que un hombre que ha sido rechazado por su pareja, que está ocupada, concluya
que no lo quiere o que extraiga de una simple mala experiencia la conclusión "nadie me
aprueba, todo me sale mal". Las afirmaciones absolutas y eternas llevan la marca de este
tipo de mecanismo "nunca me salen las cosas", "siempre estaré mal", "jamás recibo nada de
vos". A menudo estos pensamientos cobran tal fuerza que las personas llevan a establecer
limitaciones cada vez más grandes a sus experiencias.

Distorsión

Es el proceso que nos permite darle una marca creativa a los datos. Es la diferencia que
puede establecer un pintor entre el paisaje que puede captar una foto y el que él plasma en
su lienzo.

El acto de reinventar el universo que nos rodea es parte de nuestra cotidianeidad. Nuestra
comunicación con otros está plagada de interpretaciones personales que en parte facilitan y
enriquecen el intercambio, pero puede dar lugar a distorsiones disfuncionales. Ejemplo: si
una persona se muestra afectuosa puede ser que se interprete que tiene intención de
obtener algún beneficio posterior. Las interpretaciones refuerzan el modelo eliminándose las
experiencias que puedan contradecirlo.

El pensamiento puede establecer distorsiones cada vez más absurdas para aquel que las
escucha desde afuera: "No se acordó que es el aniversario de casados —ya no me presta
atención, yo no le intereso, es muy probable que tenga otra mujer—", sin pruebas se puede
concluir: "Su infidelidad demuestra que es inmaduro, incapaz de llevar adelante un
matrimonio".

Las interpretaciones llevan a conclusiones que tienen fuerza de verdad sólo para sí mismo y
no se plantea la posibilidad de otras opiniones. La visión personal de los acontecimientos es
tomado como una certeza y resulta dificultosa la inclusión de la visión de otras personas.

Pensamientos polares

Es la ubicación de las experiencias y personas en categorías extremas. Un mundo que se


contempla según del colores el blanco y negro. Pensamiento dicotomizado con que se juzga
a los demás y a sí mismo. Ejemplo de esto está en las expresiones "soy lo mejor del mundo"
(omnipotencia) o "soy lo peor, no tengo nada bueno" (impotencia).

Un estudiante que no aprueba una materia de su carrera y la abandona repitiéndose "soy un


fracaso total" o el oficinista que al realizar mal un trabajo se adjudica el titulo de
incompetente, sintiéndose culpable de la equivocación.

Les cuesta a las personas que presentan este estilo hacer una crítica parcial del error, como
les cuesta pensar que las personas no son exitosas o fracasadas absolutamente. La
categorización en absolutos mutuamente excluyentes impide vivir las experiencias dentro de
un continuo, generándose a veces opiniones extremas con cambios abruptos en los estados
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de ánimo. Alguien puede pasar de ser una maravilla a ser inaceptable o pasar de una
relación benigna a una destructiva sin considerar niveles intermedios.

Autorreferencia

Es el mecanismo mediante el cual se infiere o deduce que lo que está ocurriendo es algo
armado en relación a provocarle algo a él. La autorreferencia aparece como mecanismo de
interpretación en los psicóticos pero no está ausente en alguna medida en todos.

Es el caso de quien ve a su jefe entrar con cara de disgusto e inmediatamente interpreta que
está enojado con él, o el novio que ha escuchado a su pareja hablar toda la noche
nimiedades y piensa que lo hace como venganza por haber llegado tarde a la cita. Cercano
a nuestro diario vivir es el hecho de interpretar el bostezo de un amigo como una señal de
que la conversación lo aburre y nos está pidiendo que nos retiremos. No es extraño tampoco
escuchar a las madres de adolescentes que ante una de su crisis piensa "qué habré hecho
mal". Es también el caso del que escucha la crítica a su grupo como un cuestionamiento
personal.

En el autorreferir la presunción es que cada hecho que ocurre y cada palabra que dicen los
otros es una calificación personal.

Signo trágico o visión catastrófica

Es un mecanismo que está presente en aquellas personas que en forma anticipatoria creen
que les ocurrirá una tragedia ante cualquier situación desagradable. Un ejemplo es el de las
personas que ante el mínimo ruido en el avión evalúan que está a punto de caer o ante un
dolor en la espalda, imaginan que padecen cáncer. Los pensamientos trágicos predicen que
algo terrible les ha de ocurrir. La madre ante el retraso de su hijo piensa que este sufrió un
accidente y ante cualquier noticia infausta que aparece en algún medio se pregunta si esto
no les podría ocurrir a ellos.
Pensamiento automático "Y si..."

Falacia de la justicia

Es el proceso mediante el cual se juzga lo justo o injusto de una situación en función de si


satisface o no alguna necesidad personal. Finalmente nada parece alcanzar para estar a la
altura de lo que uno merece, juzgando que los demás no valoran adecuadamente nuestro
esfuerzo, no reconocen nuestro trabajo. La demanda que este estilo genera termina por
producir conflictos en tanto la visión de los participantes no acuerda.

Falacia de cambio

Es cuando alguien espera que los otros realicen cambios en su forma de ser que se ajusten
a las expectativas propias, y mientras tanto su felicidad parece supeditada a que se
produzcan estos cambios. Para lograr este objetivo se utiliza la presión, la culpa, la
negociación y la exigencia. La falacia del cambio está en creer que alguien puede manipular
el vínculo de manera tal de lograr que los demás cambien y satisfagan nuestra forma de ser.
Este estilo conlleva pensamientos donde se sostiene la posibilidad de control absoluto de las
reacciones de los otros.
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Razonamiento emocional

Se podría explicar como la creencia de que lo que se siente es verdadero sólo por este
motivo. Sobre lo que siento hago una interpretación negativa de lo que pasa. Ejemplo: si
estoy con alguien y me siento incómodo podría llegar a pensar que él no tiene buenas
intenciones, o si siente culpa es porque algo mal habrá hecho. Todas las cosas que pienso
son verdaderas porque las siento así.

La falacia de la recompensa

Es la visión de que el sacrificio y la abnegación personal recibirán algún día una recompensa
que pagará con creces el esfuerzo realizado. La vida propia dedicada absolutamente a los
demás, hasta el punto de olvidarse de sí mismo. Los riesgos son altos, porque con el paso
del tiempo y ante la falta de satisfacción se genera malestar. La ansiada recompensa que no
llega se transforma en resentimiento y demanda. "Yo que te lo he dado todo..."

Tener razón

Marca un estilo de vida en el cual el punto de vista propio es el único correcto y sólo se
escuchan las opiniones de los demás para tratar de contradecirlas. Establece una relación
competitiva donde el objetivo del dialogar está en ganar logrando quebrar la posición del otro
y si es posible convencerlo de que estaba equivocado. Las posiciones personales son
inamovibles y están debidamente justificadas. Ejemplo: si durante el desayuno la esposa se
queja que él lee el diario y no le presta atención, argumentará que necesita estar informado.
Si después del trabajo se va a practicar a un club justificará que un hombre necesita tener
amigos y salir con ellos. No se interesa en considerar el argumento de la otra persona, sino
sólo en defender su posición.

La culpa

Es la visión del mundo que encuentra la culpa de los inconvenientes de su vida en otros. En
lugar de asumir la responsabilidad de lo que hace prefiere depositarlo en los demás.
Ejemplo: piensa acerca de un amigo "Él es un dominante" en lugar de pensar "Yo permito
que me domine", o se queja de lo mal que está en un sector de la empresa, pero no pide que
lo trasladen o busca un nuevo trabajo.

Este foco depositado en el afuera puede volcarse hacia adentro y se siente culpable por
todo, incluso por problemas ajenos que él no ha generado.

Exigencias

Las reglas que nos permiten manejarnos en la vida social se tornan inflexibles, colocando a
la persona en un juez implacable de los demás y de sí mismo. Karen Horney los
denominaba "la tiranía de los deberías". Ejemplo: "Debería llamar a mi amigo a pesar de que
no tengo ganas", "debería ser más generoso, considerado, digno, valiente, altruista",
"debería estar siempre feliz y sereno, aun en los momentos más difíciles", "no debería tener
emociones o pensamientos malos", etcétera.

Es un estilo que al transformar en deber, "tengo que...", aquello que en realidad es una
elección le permite al que lo enuncia eludir las responsabilidades de la misma.

El "debeísmo" cuando está puesto en los demás eleva el nivel de exigencia y baja el de
tolerancia, provocando irritación y malestar.
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Etiqueta-prejuicio

Puede basarse en el mecanismo de generalización o no. Un ejemplo de este estilo es


cuando una persona compra un producto en mal estado en un negocio y piensa "ese
mercado sólo vende cosas podridas". Puede sostenerse también en el prejuicio "los
pelirrojos son..., las mujeres que usan una pollera tan corta son..." Las etiquetas se basan en
imponer a partir de un dato negativo cierto o supuesto, una marca a la totalidad.

No es fácil partir de estos supuestos y establecer un objetivo único para el tratamiento


psicoterapéutico, pero en principio queda claro que cualquiera sea éste surge del interés del
paciente de realizar cambios en su vida, pues tal como se le presenta ahora le resulta
sumamente dolorosa.

Tal vez podríamos resumir todo nuestro trabajo en lograr que la visión reificada (que le hace
ver como constructos estáticos el fluir de la existencia) pueda dar lugar a una visión que
tome la vida como un proceso en el cual es participante activo. Es factible decir que el
pasaje está en que las personas puedan concluir que ya no es el mundo el culpable absoluto
de su sufrimiento sino las representaciones que se hacen de él. Como terapeutas ayudamos
a los pacientes a "descubrir" su propia realidad constructiva de forma creativa. Las
intervenciones, que desarrollaré en un próximo número, apuntan siempre a re-estructurar el
sentido atribuido a las situaciones mediante instrumentos que nos permiten desbaratar este
"diálogo interno" que sostienen sus hábitos de cognición.
La apuesta terapéutica es producir un salto epistemológico en el paciente, para llegar a que
él mismo pueda darse cuenta de su participación en las distinciones, en las pautas de
organización que establece y en las otras posibilidades que él ha elegido no recorrer.

Bibliografía
1. Richard Banddler & John Grinder, La estructura de la magia, Chile, Cuatro Vientos, 1980
2. Jeremy Campbell, The Grammatical Man, Nueva York, Simon & Schuster, 1982.
3. Francisco Huneeus, Lenguaje, enfermedad y pensamiento, Chile, Cuatro Vientos, 1989.
4. Humberto Maturana, Francisco Varela, El árbol del conocimiento, Chile, Universitaria,
1993.
5. M. McKay, Martha Davis, Patrick Fanning, Técnicas cognitivas para el tratamiento del
estrés, Barcelona, Martínez Roca, 1985.
6. Bradford P. Keeney, Estética del cambio, Barcelona, Paidós, 1998.
7. J.D. Safran, Zindel, Segal, El proceso interpersonal en la terapia cognitiva, Barcelona,
Paidós, 2000.
8. Paul Watzlawick, J. Weakland, R. Fisch, Cambio, Barcelona, Herder, 1999.

Abril de 2002

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