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1.

NACION O PUEBLO DE DIOS


Cada figura que hemos visto nos da características de la Iglesia. Esta figura nos da una visión de
carácter muy práctico, como lo vamos a ver. Porque aunque Fil.3:19,20 y Gá.6:16 nos hablan de
que somos una nación espiritual, vivimos en esta Tierra y debemos hacer sentir nuestra influencia.

(1) ¿Qué hace que una nación sea reconocida como tal? Son varias características:

(1) Tener una común historia.


Nuestra historia viene desde Gn.15:1-6; y luego es consumada por el Señor Jesús
(Gá.3:13,14,29). Nuestra “etnia espiritual” es judía por fe (Ro.2:28,29; Gá.3:6-9).

(2) Tener un común idioma.


Nuestro lenguaje es el lenguaje de la fe basado en la Palabra de Dios (2Co.4:13).

(3) Tener un territorio en común.


La tierra y su plenitud de es Dios, así que nuestro territorio es toda la Tierra (1Co.10:26). Por
tanto todas las naciones son nuestro objetivo para predicar el evangelio (Mt.28:18-20).

(4) Tener una común economía.


Una nación depende de la producción, los mercados, las políticas fiscales y monetarias. To-
dos los ciudadanos se acogen a ellas, por ejemplo, la banda donde puede oscilar el dólar es
una norma para toda la nación de Costa Rica, eso solo aplica para nosotros. En nuestro caso
la economía la rige el Reino de Dios, y nos acogemos a las normas de administración que
nos dicta (Mt.6:19-33).

(5) Tener una común vida psicológica.


Es decir, una manera particular de ser, de comportarnos, que produce un parentesco que
genera un sentimiento de familia. En Costa Rica somos “amantes de la paz”, “no queremos
ejército”, “somos pura vida”. Y gritamos “ticos” cuando gana “La Sele”. Por otro lado: “llega-
mos tarde a todo lado”, “posponemos las cosas”, “serruchamos pisos”, “todos queremos ser
caciques”, etc. Ahora, en la nación de Dios también hay una manera de ser y comportarnos
(punto 7) que genera un sentimiento de familia que nos une (Cuando atacan a una iglesia
no vemos una iglesia vemos al Pueblo de Dios, y nos levantamos todos).

(6) Tener una común vida jurídica-política.


Cada país tiene su soberanía y establece su sistema político y su propio cuerpo de leyes. La
nación de Dios la rige el sistema teocrático, y todo nuestro cuerpo de leyes se resume en
dos: Mt.22:37-40. Y en la práctica es solo una ley: Gá.5:13,14; Ro.13:8-10; Stg.2:8-12).

(7) Tener un común propósito.


1) Mostrar que somos una nación santa (1P.2:9). El sentido primario de “haguios” (santa) es
“diferente”. No seguimos las normas del mundo, seguimos las de Dios, somos “consa-
grados para su uso exclusivo”.
2) Anunciar las virtudes del que nos llamó a su luz admirable (1P.2:10-12).
3) Celoso de buenas obras (Tit.2:11-14).

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