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EL FIN DEL ANTIGUO RÉGIMEN

El Antiguo Régimen fue el período anterior a la Revolución francesa y se caracterizaba


por el predominio del absolutismo monárquico, por una sociedad estamental y por
una economía rural.
A lo largo del Siglo XVIII los fundamentos del Antiguo Régimen empiezan a mostrar
claros síntomas de deterioro. La razón fundamental es el ascenso de un nuevo grupo
social, la burguesía, que encabeza las grandes transformaciones socio-económicas,
ligadas al desarrollo del comercio y de las finanzas.
Junto con las transformaciones socio-económicas, en el Siglo XVIII se produce una
auténtica Revolución del pensamiento, al tiempo que asistimos al nacimiento de la
ciencia moderna. Es la Ilustración la que introduce en la sociedad del XVIII nuevas
ideas y nuevas formas de pensar, además de impulsar grandes avances científicos que
cambiarán la forma de entender la naturaleza y la sociedad que serán claves para
entender las transformaciones políticas, económicas y sociales de finales del Siglo XVIII
y primera mitad del Siglo XIX.

¿Qué es el Antiguo Régimen?

Es el sistema político, social y económico existente en Europa entre los Siglos XVI y
finales del XVIII, con el que va intentar acabar la Revolución Francesa y las distintas
Revoluciones liberales que se produjeron en la primera mitad del S. XIX.

Sus principales rasgos son los siguientes:


• En lo político, una forma de gobierno llamada monarquía absoluta,
caracterizada por la concentración de todo el poder ,en manos del soberano.
• En lo social, una sociedad estamental, dividida en tres estamentos, con
desigualdades jurídicas y fiscales entre ellos: nobleza, clero y tercer estado.
• En lo económico, una economía de base rural, muy poco productiva, aunque
cada vez irán cobrando más importancia actividades como artesanía, comercio o
finanzas, al tiempo que las actividades agrícolas comienzan a modernizarse en
algunas zonas de Europa, especialmente Gran Bretaña.

1.-LA MONARQUÍA ABSOLUTA

Desde el final de la Edad Media la institución monárquica irá concentrando cada vez un

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mayor poder. En la monarquía absoluta este poder era considerado de origen divino, y
el monarca detentaba los poderes ejecutivo, legislativo, judicial y militar. Las escasas
limitaciones a ese poder absoluto, como los poderes de la nobleza o los Parlamentos
locales, van desaparecer prácticamente a lo largo del Siglo XVII en buena parte de
Europa, donde se establecen monarquías absolutistas, cuyo mejor representante es el
rey francés Luis XIV(1643-1715). Su lema "El Estado soy yo" simbolizaba ese poder
absoluto del rey.

Pero aunque la monarquía absoluta predomina en Europa durante los Siglos XVII y
XVIII, también hay notables excepciones, especialmente Gran Bretaña, que contaba
con una Monarquía Parlamentaria desde el Siglo XVII y Las Provincias Unidas(en la
actualidad Holanda y Bélgica), cuyo régimen político era republicano, ejerciendo la la
jefatura del Estado el estatúder, que compartía el poder con la Asamblea.

La última fase de la Monarquía Absolutista, es conocida como el Despotismo Ilustrado,


una muestra de la enorme influencia que las ideas de la Ilustración van a tener a lo largo
del Siglo XVIII.

2.-LA SOCIEDAD ESTAMENTAL

Socialmente, el Antiguo Régimen era una sociedad estamental, es decir, dividida en


estamentos o grupos sociales con desigualdad jurídica entre ellos. La nobleza y el clero
eran los estamentos privilegiados, mientras que el tercer estado, que incluía a la
mayor parte de la sociedad, era el estamento no privilegiado: sobre él recaía el pago de
los impuestos y debía someterse a la arbitrariedad del monarca y de los estamentos
privilegiados.

Se trata por tanto de una sociedad muy desigual, en la que la movilidad social era
muy escasa, debido a la gran dificultad para pasar de un estamento a otro.

La nobleza tenía una función militar, poseía enormes extensiones de tierras trabajadas
por mano de obra campesina sometida a la nobleza que de este modo obtenía la mayor
parte de sus ingresos. Dentro de la nobleza también existían diferencias entre alta y baja
nobleza, según sus títulos, privilegios, extensión de sus propiedades y cargos en la
Corte. Se trataba de un grupo cerrado al que teóricamente sólo se podía acceder por
nacimiento, aunque a lo largo del Siglo XVIII cada vez más burgueses enriquecidos
accederán a títulos nobiliarios.

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El estamento eclesiástico contaba con importantes propiedades territoriales y
privilegios fiscales, además de ejercer una gran influencia cultural y política. Al igual que
en el caso de la nobleza, se podía distinguir un alto clero, procedente de familias nobles
y un bajo clero, sacerdotes y frailes, con unas rentas mucho más modestas.

El tercer estado, era el grupo más numeroso y diverso, integrado por todos los que no
formaban parte ni de la nobleza, ni del clero. En el Siglo XVIII incluía a burgueses,
campesinos, artesanos y trabajadores urbanos. El campesinado seguía siendo el
grupo más numeroso, en torno al 80% de la población. La mayoría no poseían tierras y
sus recursos eran muy escasos y seguían en gran medida dependiendo de los señores,
aunque en el Siglo XVIII su situación variaba en distintas zonas de Europa, en la Europa
Occidental las estructuras feudales habían ido desapareciendo progresivamente,
mientras que en Europa Central y Oriental se mantenía la servidumbre.

En el ámbito urbano el desarrollo del comercio y de las actividades financieras había


hecho crecer en número e influencia a la burguesía, grupo social también con
importantes diferencias entre sus miembros, pero a lo largo del Siglo XVIII se convierte
en el Grupo que controla las principales actividades económicas del continente europeo,
pero su peso político era muy escaso, al seguirlo monopolizando el monarca y la
nobleza.

3.-LA ECONOMÍA

La economía del Antiguo Régimen eran tradicional y de base rural, predominando las
actividades agrícolas y la artesanía. La mayor parte de la población vivía en el límite de
la subsistencia, siempre amenazada por las hambrunas provocadas por las malas
cosechas.

Las actividades agrarias eran las más importantes, ocupaban al 80% de la población
activa y en algunos países incluso más. Se trataba de una agricultura de baja
productividad y con escasas innovaciones tecnológicas. El rendimiento era muy bajo. Las
únicas excepciones a esta agricultura tradicional son, de nuevo Gran Bretaña y las
Provincias Unidas.

El sector secundario en el S. XVIII seguía siendo fundamentalmente artesanal,


organizado en gremios que ejercían un férreo control sobre los pequeños talleres. Los
gremios controlaban salarios, precios y producción. En la segunda mitad del siglo se
inician algunas transformaciones: el sistema gremial entra en crisis al ser considerado
por la burguesía y los ilustrados como un freno al crecimiento económico y un obstáculo

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a la libertad de comercio. Los gremios eran incompatibles con el progreso y la iniciativa
privada.

Durante el siglo XVIII el comercio experimenta un fuerte crecimiento a pesar de la


lentitud y peligrosidad de los transportes. El comercio interior se veía además limitado
por las aduanas interiores y la falta de unificación monetaria. El comercio exterior,
sobre todo marítimo, experimentó un importante incremento y estaba controlado por
unas pocas compañías privadas privilegiadas, como la Británica de las Indias Orientales
y la similar compañía Holandesa. La mejora de puertos, barcos y técnicas de navegación
explican su auge, que es una de las razones de la consolidación económica de la
clase burguesa, especialmente en países como Gran Bretaña y Holanda.

De entre todas las rutas, destacan las del Atlántico, que se convierte en el auténtico
"Mare Nostrum" europeo. Se configura un comercio triangular dominado por Gran
Bretaña: se exportaban manufacturas, alcohol, armas y otros productos a África, que se
intercambiaban por esclavos con destino a América donde a su vez se intercambiaban
por tabaco, trigo, azúcar y otros productos coloniales que eran vendidos en los mercados
europeos.

Con esta organización comercial, los banqueros, mercaderes, traficantes de esclavos y


empresarios obtuvieron grandes beneficios. Europa Occidental, y particularmente Gran
Bretaña logró una gran acumulación de capital que fue invertido en las actividades
manufactureras que se modernizaron hasta desembocar en la Revolución Industrial. Con
el crecimiento del comercio intercontinental se fue consolidando una economía mundo
liderada por las potencias europeas a través del comercio y del control de las rutas
marítimas. Para afrontar los costes de este comercio a gran escala, se requerían grandes
inversiones, por lo que durante el siglo XVIII se formaron sociedades mercantiles, que
permitieron el desarrollo del denominado capitalismo comercial.

4.-LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN

A lo largo del S. XVIII el Antiguo Régimen inicia una progresiva decadencia, causada por
los cambios económicos, sociales e ideológicos.

Cambios económicos

En algunas zonas europeas, la agricultura y la ganadería introducen importantes


innovaciones: Mejoras en la rotación de los cultivos, difusión de nuevos cultivos,

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especialmente las plantas americanas, selección de ganado y semillas y mejora de
aperos y útiles de labranza. En Gran Bretaña de produjeron también cambios en la
estructura de la propiedad, a través del proceso denominado enclosures, con el
cercamiento y privatización de las tierras. Los nuevos propietarios intenta aumentar la
productividad mejorando las técnicas de cultivo y las herramientas de trabajo. En las
colonias europeas se aplica el sistema de plantaciones, con una clara vocación
exportadora y una importante producción de productos como azúcar, tabaco, algodón,
cacao que eran en su mayoría exportados a Europa
vocación exportadora y una importante producción de productos como azúcar, tabaco,
algodón, cacao que eran en su mayoría exportados a Europa.

En el sector secundario, el sistema artesanal gremial choca con las tesis defendidas
por el liberalismo económico, defensor de la libertad de comercio. Para eludir el control
de los gremios, los comerciantes desarrollan el denominado domestic system,
entregando la materia prima a campesinos que luego revendían al comerciante el
producto terminado. La aparición de las primeras máquinas en el sector textil marcará el
principio del fin del sistema gremial.

El sector comercial experimentará un fuerte crecimiento, especialmente el


intercontinental. Las mejoras en caminos, canales y puertos, la progresiva eliminación
de aduanas interiores y los progresos del comercio marítimo consolidan el capitalismo
comercial que favorece una gran concentración de capitales que se canalizarán a través
de la Bolsa y que favorecerá en la segunda mitad del Siglo XVIII, especialmente en Gran
Bretaña, una expansión de la industria que terminará dando lugar a la aparición del
capitalismo industrial.

En el siglo XVIII la fisiocracia, que creía en la mejora de la agricultura como la base del
desarrollo económico, sustituye al mercantilismo del XVII como doctrina económica
imperante. Sin embargo, será el liberalismo económico, cuyo principal impulsor será
Adam Smith, el que impulse los cambios que gestarán una nueva organización
económica de la sociedad: el capitalismo y terminarán con el Antiguo Régimen en el
terreno económico.

Cambios sociales

La burguesía, promotora y principal beneficiaria del capitalismo comercial adquirió un


creciente protagonismo económico y social. Pero seguían siendo miembros del Tercer
Estado, en situación de inferioridad frente a los estamentos privilegiados, nobleza y
clero, defensores del inmovilismo y reacios a cualquier modificación del esquema social.
Unido a la pérdida de la importancia económica del mundo rural (base del sustento de

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los grupos privilegiados) y a los conflictos por las reglamentaciones gremiales,
contribuye a aumentar las tensiones sociales.

Cambios ideológicos

Paralelamente a los cambios socio-económicos, se producirán también cambios en la


mentalidad, apareciendo nuevas ideas críticas contra el Antiguo Régimen. Se contrapone
el viejo orden social basado en la nobleza y la sangre, frente al nuevo orden social,
basado en la riqueza y capacidades del individuo. La burguesía y los intelectuales
imponen nuevos valores como el individualismo, el progreso o la libertad que se irán
extendiendo entre sectores cada vez más amplios de la sociedad.

6.- EL SIGLO DE LAS LUCES Y DE LA RAZÓN. LA ILUSTRACIÓN

El siglo XVIII es conocido como el Siglo de las Luces, al intentar conocer el mundo a
través de la razón y sacar a la humanidad de las tinieblas de la ignorancia. La
Ilustración es un movimiento cultural que parte de los principios del racionalismo y
plantea una nueva concepción de la realidad que rompa con la tradicional anclada en lo
teológico y sobrenatural. la Ilustración sostenía que la razón humana podía combatir la
ignorancia, la superstición, la tiranía, y construir un mundo mejor.

Características de la Ilustración:

• Valoraba la razón humana como medio para solucionar los diversos problemas
de la sociedad.
• Era una cultura optimista que creía en la idea del progreso.
• Prestaba gran atención a la educación, que consideraban el mejor medio de
mejorar la sociedad. Para ello impulsaron la creación de sociedades culturales
y académicas: de ciencias, de historia, de lengua...
• Adoptaban una postura crítica frente a la sociedad del Antiguo Régimen.
Criticaban el excesivo peso de la religión, el fanatismo y las supersticiones, los
convencionalismos sociales y el ejercicio absoluto del poder.
• Defendían el libre pensamiento, la igualdad de derechos y la libertad del ser
humano, lo que hace que los ilustrados choquen frecuentemente con la iglesia, la
nobleza y los monarcas absolutos, que veían amenazada su hegemonía e
influencia.

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• Era un movimiento reformista en lo político y en lo social, que entendía el
Estado como un instrumento para conseguir el bienestar de los súbditos. Por
ello, los ilustrados trataron de inspirar a príncipes y gobernantes un programa
reformista que adoptó la forma de despotismo ilustrado.
• Fue un movimiento esencialmente francés que tuvo una gran difusión a través
de los salones y tertulias de París, de la prensa y de obras como la Enciclopedia.

Los ilustrados:

Francia se convirtió en el foco principal de la ilustración. En París se publicó una obra de


gran transcendencia, la Enciclopedia (1751-1772), un diccionario razonado de las
ciencias, las artes y la técnica. Una obra colectiva dirigida por Diderot y D'Alembert en
la que participaron muchos pensadores y científicos franceses de la época, cuyo objetivo
era ilustrar a la sociedad y difundir los avances científicos y culturales de las diversas
ramas del saber.

También desde Francia se difundieron las ideas de los pensadores más influyentes del
momento como Montesquieu, Voltaire y Rousseau:

• Montesquieu: Su obra más importante fue El espíritu de las leyes(1748), en


la que defiende la separación de los poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y
judicial) para evitar la tiranía.
• Voltaire: Su principal obra es Ensayo sobre la historia general y sobre las
costumbres y el carácter de las naciones(1756), en la que denunciaba la
religión y el poder del clero como los principales males de la sociedad.
• Rousseau: Fue el más radical en sus posiciones políticas. Defendió en sus obras
la idea de que el Estado surge de un acuerdo o contrato entre los ciudadanos (el
contrato social) y que, por tanto, la soberanía reside en estos. Sostiene que la
sociedad y el Estados son el resultado de la "voluntad general" y, por
consiguiente, que el poder reside en el pueblo.
• Adam Smith, británico, puede ser incluido dentro de este grupo de ilustrados en
el terreno de la economía. En su Ensayo sobre la naturaleza y las causas de
la riqueza de las naciones(1776) sentó las bases del liberalismo económico.
Las ideas de los ilustrados tendrán una gran influencia en la sociedad europea de la
segunda mitad del siglo XVIII y en las Revoluciones Liberales de finales del XVIII y
primera mitad del siglo XIX.

8.- EL DESPOTISMO ILUSTRADO

El despotismo ilustrado es una de las formas de gobierno predominantes en el siglo


XVIII, definida por el hecho de que los reyes, sin dejar de ser absolutos, asumieron

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algunas ideas reformistas de los ilustrados. Los monarcas ilustrados pretendían aplicar
algunas medidas de reforma con el fin de desarrollar la economía, mejorar la eficacia del
gobierno y elevar el nivel cultural de los súbditos.

Su lema "Todo para el pueblo pero sin el pueblo", reflejaban ese interés por
impulsar la educación, difundir los avances científicos, modernizar la agricultura,
fomentar la industria y el comercio, aunque sin modificar las bases de la monarquía
absoluta. Para realizar su programa se sirvieron de secretarios y ministros ilustrados que
intentaron aplicar los ideales de "las Luces" desde su acción de gobierno, motivo por el
que en ocasiones se enfrentaron a la iglesia y los sectores más tradicionales de la
sociedad.

Entre los monarcas ilustrados destacan: Federico II de Prusia (1740-1786),


Catalina II de Rusia (1762-1796), José I de Portugal (1750-1777), el
Emperador José II(1765-1790) y Carlos III(1759-1788) en España.

ACTIVIDADES:

DOCUMENTO 3: La Europa del siglo XVIII. Página 13 del libro de texto.

DOCUMENTO 5: La importancia del tercer estado. Página 15 del libro de texto.

DOCUMENTO 7: La organización gremial. Página 16 del libro de texto.

DOCUMENTO 9: Las principales rutas marítimas a mediados del siglo XVIII. Página 17
del libro de texto.

DOCUMENTO 15: La separación de poderes según Montesquieu. Página 23 del libro de


texto.

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