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Toda esta estructura política se asentó sobre una sociedad que no varió mucho a lo largo
de la Edad Moderna. Era una sociedad estamental, es decir, se encontraba organizada bajo una
estructura piramidal basada en el privilegio y en la reducida movilidad, y articulada sobre tres
estamentos:
a.- El Estado Llano. Forma por el grueso de la población, estaba sometido al pago de tributos.
Dentro de este se detecta una gran heterogeneidad, ya que se incluían en él desde los mendigos
hasta la burguesía comercial.
b.- La Nobleza. También jerarquizada desde los “Grandes de España” (aristocracia palaciega)
hasta los hidalgos sin fortuna, tenía una serie de privilegios legales (no pagaban impuestos
directos y no eran juzgados por las mismas leyes que el resto) que establecían una barrera con el
resto de la población.
c.- El Clero. Compuesto por las altas jerarquías eclesiásticas (emparentados con la alta nobleza);
que contrastan con un bajo clero, con recursos mucho más modestos; pero con privilegios
legales parecidos a la nobleza.
Otro elemento que agravó esta situación fue la implantación de un sistema de valores
asentado sobre el origen de las personas. Acreditar “limpieza de sangre” (no tener ascendencia
judía o musulmana) se convertiría en un mérito muy necesario para escalar socialmente y/o
ocupar un cargo público; esto no hizo sino desprestigiar aún más los oficios manuales y el
comercio, actividades vinculadas tradicionalmente a judíos y moriscos.
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TEMA 1.- RAÍCES HISTÓRICAS DE LA ESPAÑA
CONTEMPORÁNEA P.A.U. 2009/2010
Respecto del clero hay que indicar que sigue teniendo un papel predominante como
elemento de control de la población (tanto desde el punto de vista estadístico como moral),
especialmente en el mundo rural; aunque su influencia política se verá mermada por las
posiciones regalistas de los Borbones.
El estado llano, que seguirá teniendo que pagar impuestos, evolucionará de manera
diferente en el campo y en la ciudad. En la primera, destacamos la figura del labrador (en la
submeseta norte y pequeño propietario); que contrasta con la del campesino/jornalero
(submeseta sur), que vive de un salario por su trabajo. En la segunda encontramos una
heterogeniedad mayor con funcionarios, artesanos, comerciantes y trabajadores venidos del
campo a probar fortuna en la ciudad (“hacer la Corte”), amén de marginados sociales como
mendigos, proscritos, prostitutas, etc….
Otros elementos que definen la fiscalidad española son los ingresos de la extracción de
metales preciosos en América (Oro y Plata) y los prestamistas (famosos son los Függer y los
Welser en el s. XVI y los banqueros portugueses en el s. XVII), pero debido a los grandes gastos
de la Corona, estos ingresos no fueron suficientes y produjeron bancarrotas (la más famosa por
ser la primera es la 1557).
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TEMA 1.- RAÍCES HISTÓRICAS DE LA ESPAÑA
CONTEMPORÁNEA P.A.U. 2009/2010
impulsadas desde la Corona para crear unas manufacturas competitivas, que fracasaron puesto
que su mercado se limitó a los bienes de lujo. Sólo a finales del siglo XVIII encontramos una
protoindustrialización a nivel textil en Cataluña y a nivel siderúrgico en el País Vasco y Málaga.
Respecto del comercio, este se centró especialmente con América, donde el intercambio
se basaba en productos manufacturados con la Metrópoli (los territorios coloniales no podían
establecer relaciones comerciales con otros países) a cambio de materias primas de alto
rendimiento (palo Campeche, azúcar de caña –melaza-) y metales preciosos (oro y plata). Este
comercio se centro en Sevilla, aunque se beneficiaba todo el bajo valle del Guadalquivir ya fuera
por concesiones o contrabando. Para evitar los ataques piráticos se constituyó un sistema de
flotas y galeones (1561). En el siglo XVIII se abrió el comercio a otros puertos españoles
(Reglamento de libre comercio-1788). Debido a las constantes guerras con países europeos se
resintió la relación comercial, dónde podemos destacar el comercio de vellón (de lana). El
comercio interior fue muy local, restringido por la falta de buenas comunicaciones, un mercado
inadecuado, la manipulación y devaluación de la moneda (especialmente del vellón) y una
dependencia de los productos foráneos.