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Rossana Reguillo Identidades

culturales y
espacio
público: un
mapa de los

R. Reguillo
silencios
Profesora-investigadora del Departamento de Estudios
Socioculturales ITESO, Guadalajara
E-mail:rossana@iteso.mx

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diálogosde la comunicación

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Cómo trazar un mapa para no eludir o de invisibilizar, aque-

Rossana Reguillo
extraviarse en el mundo con- llo que por obvio, por dolo-
Un mapa de los silencios temporáneo, con qué certe- roso o vergonzoso, maravillo-
zas colocar lo que está arri- so o terrible, no podía acce-
ba y lo que está abajo, cuál der a la palabra. Tal vez por
es el aplomo que se requiere eso, el silencio se volvió incó-
para establecer fronteras, lí- modo y tramposamente se le
mites, qué es lo que queda asoció con la nada, con el va-
dentro, qué lo que está afue- cío, con la pérdida, con una
ra. Cómo dibujar un mapa en condición marginal.
el que pueda verse lo que se
desploma, lo que emerge, lo Al silencio fueron condena-
que brinca, lo que grita, lo dos los otros, los diferentes,
que permanece en silencio. los “incapaces”, los no blan-
Sobre todo el silencio. Hacer cos, los no hombres, los no
un mapa de los silencios. adultos, los no letrados. Por
negación el silencio se convir-
¿Por qué un mapa de los si- tió en un antídoto para man-
lencios en medio de tanto rui- tener las certezas, la seguri-
do?, por qué ocuparse de los dad de los blancos, los hom-
silencios cuando la tónica de bres, los adultos, los letrados.
la época es más bien consig- Afuera, en silencio permane-
nar el exceso, de vocifera- cieron los otros. Enmudecie-
ciones, de decibeles, de con- ron las historias paralelas
fusiones. El siglo XX ha sido que narraban de otro modo
el del estruendo, en él: las los sentidos de la vida. La voz
...Los relatos constituyen bombas atómicas, los gritos, del conquistador se levantó
instrumentos poderosos...hacen
los soldados, las madres de sobre los mares y ciudades,
creer y hacen hacer: relatos de
vientres huérfanos, las gar- en el campo de batalla que-
crímenes o de francachelas,
gantas que entonan la espe- daron los cadáveres silencia-
relatos racistas y patrioteros,
ranza, las sirenas y los cuer- dos para siempre y los venci-
leyendas de calles, visiones
pos rotos, explotados, el es- dos aceptaron el silencio
fantásticas de los suburbios,
truendo del muro que cae, el como una forma de sobrevi-
puntadas o perversidades de la
rock que irrumpe en los soni- vencia. Entonces nacieron los
nota roja...Desde hace ya
dos conocidos, el zumbido de susurros, la negación más
mucho tiempo, el poder político
una ciudad que crece poderosa del silencio.
saber producir relatos a su
sincopada y caótica, las tela-
servicio. Los medios de comuni-
rañas de cables que despier- En el intento por preservar la
cación lo han hecho mejor...
tan lo exterior, la frecuencia memoria, muchos callaron,
Por las historias los lugares se
radial, un ritmo para cada pero encontraron formas
tornan habitables. Habitar es
sensibilidad, los locutores para dotar de contenido a sus
narrativizar.Fomentar esta
que hacen de la voz un ins- silencios. Y avanzaron y el
narra-tividad también es, por
trumento punzante: murie- murmullo creció y el podero-
tanto, rehabilitar. Hay que
ron, protestaron, se fueron, so desató sus bestias para la
despertar las historias que
explotaron, asesinaron, nega- cacería, desesperado porque
duermen en las calles...
ron, secuestraron. sus instrumentos de registro,
diseñados para el estruendo,
Michel de Certeau y
El excedente de sonido, como captaban el desasosiego pero
Luce Girad (1999)
característica de la época ha no lograban ubicar la fuente,
sido, quizás, una forma de que a golpe de susurros, alte-

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de la comunicación
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raba el orden de los sonidos Lo proscrito, lo estigmatiza- za radica en el convencimien-
conocidos. do, lo invisibilizado, lo otro, to de que no hay otro orden
fue acallado mediante la do- posible y de que sus normas,
El silencio no era entonces mesticación. El malestar no sus reglas, sus preceptos son
suficiente para preservar el despareció, quedó ahí, laten- “naturales”. Las doxas, como
orden, expropiar la palabra te, rasgando de vez en vez, el las ha llamado Bourdieu
tenía un efecto adverso, los velo de la oscuridad. (1997), son verdades autoevi-
enmudecidos encontraban dentes, es decir, que no pasan
siempre alguna forma para Por ello, escuchar los silen- por un proceso reflexivo, que
pronunciar la palabra prohi- cios, hacer su arqueología, se instalan como sentido co-
bida: el chasquido de un trazar sus coordenadas es el mún y terminan por conver-
beso a deshoras, la pregun- intento por hacer salir de la tirse en filtros para entender
ta que de tan inocente sacu- clandestinidad las historias la realidad y actuar sobre el
día los cimientos de las ins- que más allá del dato eviden- mundo: “los niños y jóvenes
tituciones, la risa que te, ayuden a situar el tema de deben escuchar y callar”; “las
trastocaba el orden de la la paz, de una paz necesaria- mujeres son débiles”; “los in-
vida, el llanto que abría com- mente multicultural, funda- dígenas son flojos e incapa-
puertas a lo negado, la músi- mental para los tiempos nue- ces”. Las doxas proveen un
ca, la poesía, el pincel que vos, no como un estado de repertorio de “verdades” que

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trazaba irreverente una his- no-guerra entre diversos o orientan la interacción social.
toria trasgresora. El podero- como ausencia de conflictos La doxa representa también
so entendió que no bastaba visibles entre iguales, sino una manera de acallar visio-
la condena al silencio y deci- como la relación primaria que nes diferentes, de colocar un
dió ensayar otros métodos: haga posible la inclusión del “centro”, una voz legítima, un
en adelante, los silenciosos otro, una paz capaz de opo- valor no cuestionable. Pero lo
serían representados por nerse a las violencias amorfas que me interesa resaltar de
una voz autorizada y legíti- y difusas que nos habitan. La este viejo mecanismo social
ma. No más silencio, sino hipótesis de fondo es que las que hoy adquiere una impor-
mediación; los otros, los violencias acrecientan sus tancia clave en el contexto de
periféricos y los marginales dominios, alimentándose del la comunicación intercultural
deberían estructurar su dis- miedo, del silencio y de la in- mediática, es su capacidad
curso ateniéndose a los mo- capacidad política para dejar para convertirse en coartada
delos del grupo dominante. atrás el proyecto que expul- y discurso (auto) justifi-
só de la palabra a tantas y tan- catorio tanto para la exclu-
A la palabra pública se acce- tos, que fueron pensados sión como para el enclaustra-
día por representación y como ciudadanos de segun- miento de las identidades.
siempre a condición de acep- da.
tar una reglas y unos modos La doxa, como discurso per-
de enunciación. Lo público, LO QUE OCULTA EL DECIR: sistente sobre la norma, el
es decir, el territorio del en- EL ESPACIO PÚBLICO Y deber ser, lo único legítimo y
cuentro colectivo, se convir- LA DIFERENCIA COMO el temor a su transgresión,
tió así en simulacro del es- ANOMALÍA dificulta, aleja, complica la
pacio para decir las diferen- posibilidad de revisar el pac-
cias. La palabra, blanca, mas- En buena medida el orden to social, que sigue anclado a
culina, adulta, letrada, lejos social que conocemos preser- un imaginario al que parece
de debilitarse fortaleció su va su sentido a través del so- resultarle imposible, desde el
poder al transformar la con- metimiento de los lenguajes abismo cultural que separa a
dena al silencio en participa- irruptivos a una tipificación los “nosotros” de los “otros”,
ción regulada. normalizada. Se trata de un otorgarle un lugar no amena- 77
proceso histórico cuya fuer- zante a la diferencia.

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La diferencia resulta un tema Los residentes que merezcan desde el “círculo de la norma-
clave para el mapa de los si- la muerte cívica, es decir la lidad”, se leían los rasgos de
Un mapa de los silencios lencios y viceversa. exclusión de por vida de la una identidad deteriorada.
sociedad, serán encerrados enfermos, mujeres, niños, an-
La negación, primero explíci- en celdas cavernarias, al lado cianos.
ta y luego implícita, del acce- de los biológicamente muer-
so al espacio público de nu- tos, dentro del cementerio En la institucionalización de
merosos actores sociales, en amurallado” (Bauman, 1999) este espacio público, un me-
tanto éste se conformó con canismo importante fue el
los valores de un proyecto Este extensa cita consignada combate contra aquellas
dominante, trajo como prime- por Zygmut Bauman, recoge identidades “opacas” en tan-
ra consecuencia, la separa- el planteamiento de los plani- to portadoras de otras cos-
ción entre el mundo de lo pú- ficadores y administradores tumbres y valores. Se codifi-
blico y el mundo de lo priva- urbanos de 1755, en pleno caron las categorías para pen-
do, lo exterior y lo interior. Lo auge de la administración ur- sar al otro, para fijarlo de
exterior como territorio mas- bana moderna. Su formula- acuerdo a los parámetros de
culino, lo interior como sinó- ción sigue siendo vigente los “legítimos” moradores del
nimo de lo femenino, pero pese a la transformación de espacio público. El enemigo
más allá de esta oposición de los enunciados. Exploremos interno, el hereje; el enemigo
géneros, lo exterior se trans- la continuidad de este pensa- externo, el extranjero, la re-
formó en el espacio de lo im- miento. presentación más pavorosa
portante y lo interior fue pen- de la otredad. Y a la manera
sado como lo residual, lo no Dos palabras llaman podero- de los modernos medios de
importante, lo prescindible. samente la atención: “norma- comunicación, circularon en
lidad” y “círculos” , que para ese entonces los relatos te-
Y al operarse y afianzarse efectos prácticos son la mis- rroríficos sobre los desvia-
esta disociación de mundos, ma. Consolidado el pensa- dos. En la expansión del mun-
el espacio público como foro miento excluyente del espa- do desde el periodo colonial
para expresar distintas opi- cio público, se trazó el hasta el cientificismo del si-
niones, para elaborar progra- parámetro de “normalidad”, glo XIX, los cronistas y cien-
mas, para rectificar y ratificar los ciudadanos deberían ape- tíficos de la época consigna-
opiniones, para tomar posi- garse y “parecerse” a la nor- ron, con un enorme éxito de
ción, negó su sentido al ex- ma, si su deseo era el de “in- verosimilitud, la anomalía.
cluir de la palabra a los habi- corporarse” al círculo. Las Los otros, eran feroces, salva-
tantes de lo interior: las mu- “zonas de confinamiento a jes, caníbales, promiscuos y
jeres, los niños, los enfermos, cierta distancia”, más allá de sobre todo, inferiores.
más tarde, los ancianos; to- su traducción literal a una
dos ellos seres transparentes coordenadas espaciales, sig- La leyenda de la supremacía
y marginales. nificaba el exilio en una geo- racial, no nacía con Hitler y
grafía política dictada desde el Tercer Reich, en 1853, el
“Los residentes que por cual- un centro que definía quiénes conde José Arturo de
quier motivo, no alcancen los “merecían” la separación Gobineau, fundador del racis-
patrones de normalidad (ciu- temporal o la “muerte cívica”. mo moderno 1 , presentaba
dadanos enfermos, ciudada- Un paseo por la historia, per- cuatro volúmenes sobre “la
nos inválidos y seniles y to- mite ver que aquellos que desigualdad de las razas hu-
dos los que merezcan estar merecían este exilio (poco manas” y decretaba “toda ci-
aislados temporariamente metafórico) no eran siempre vilización proviene de la raza
del resto) quedarán confina- ni necesariamente los más blanca y ninguna puede exis-
dos a zonas por fuera de los perversos delincuentes, sino tir sin el concurso de esta
círculos a cierta distancia. aquellos otros, en los que raza”. De los negros decía

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“sus sentidos más desarrolla- dos los días rumbo al Cómo pensar la paz sin hacer-
dos son el gusto y el olfato, “american dream”, Gobineau nos cargo de esta historia de
lo que hace pensar en los ani- y San Vincent, no han muer- negaciones, sin confundirla
males. Su suprema ambición to, encarnaron, se mantuvie- con un peligroso ajuste de
es comer. Jamás saldrán del ron vivos en la memoria de cuentas, cómo invertir los sig-
círculo intelectual más limita- los “power rangers” tejanos, nos del silencio para trasfor-
do”. cuyo deporte favorito en esta mar nuestra concepción de lo
temporada es el de cazar público, en una donde lo pri-
Por la misma época en el Dic- migrantes bajo la consigna de vado no sea su contrario, sino
cionario clásico de historia combatir la anomalía su complemento, en una don-
natural (Dictiónnaire clasique (Reguillo, 2000). de la palabra libre fluya sin
d’histoire naturelle, 1852), tropezar con la estigmati-
Bory de Saint-Vincent, regis- Rastrear los procesos que zación de sus portadores.
traba quince especies huma- han conformado el sentido de
nas repartidas en la tierra. De la esfera pública, hace posi-
la primera, es decir, la blan- ble comprender no sólo la POLÍTICAS DE IDENTIDAD:
ca, se decía que era “la más persistencia de cierto tipo de ENTRE LA NEGACIÓN Y EL
bonita y la más inteligente”, pensamiento, patrimonio del PATERNALISMO
y por supuesto la “más púdi- sentido común, sino además,

R. Reguillo
ca, porque los dos sexos se estar en condiciones de aten- No se trata aquí de desarro-
avergonzaron inmediatamen- der los quiebres, las rupturas, llar un esquema teórico para
te de su desnudez”. De la últi- las transformaciones. el análisis de las identidades
ma, la más “diferente” de to- sociales, pero resulta inevita-
das, que correspondía a los Hoy como nunca, en la era de ble colocar algunos elemen-
negros, en esta “historia na- la aceleración tecnológica tos que permitan ubicar la
tural”, se señalaba que “su que acrecienta la interacción discusión.
lenguaje se reduce a una es- entre culturas e identidades
pecie de cacareo. Sin leyes, diversas y en el contexto de En primer término hoy sabe-
sin religión, habitan en caver- una globalización como pro- mos que la identidad no es
nas y son tan brutos, perezo- yecto económico/político, una esencia, aunque algunos
sos y estúpidos que se ha re- que engancha lo que le sirve permanezcan atrapados en
nunciado a reducirlos a la es- y deshecha lo que le estorba esta peligrosa idea; se trata
clavitud”. (Castells, 1999), resulta fun- de un concepto relacional,
damental proyectar nuestras que supone simultáneamente
Para la mentalidad de aspira- preguntas al pasado para un proceso de identificación
ciones democráticas, estas analizar cómo en la actuali- y un proceso de diferencia-
“verdades” científicas, pue- dad, desde estos círculos sin ción, lo que implica necesa-
den despertar sonrisas y ges- centro del los nuevos pode- riamente una tarea de cons-
tos de irónica diversión; sin res globales, se sigue deci- trucción, la identidad se cons-
embargo, se trata de un pen- diendo quiénes son los truye en interacción (desni-
samiento que caló hondo en inviables, se trate de países velada) con los otros, los
los procesos de conforma- o personas. Y pese a que el iguales y los diferentes. La
ción y codificación de la dife- discurso y los dispositivos identidad instaura su propia
rencia, que terminó por con- de exclusión y sanción se dis- alteridad. Sabemos también
vertirse en sinónimo de “ano- fracen de mayor civilidad, que las identidades son his-
malía”. los mecanismos para conde- tóricas, aunque en el pensa-
nar al otro a la “muerte cívi- miento actual, se abra un de-
Hoy, para los migrantes mexi- ca”, al “cementerio amuralla- bate importante en torno a
canos, que a costa de arries- do”, no han cambiado en lo las identidades efímeras y 79
gar la propia vida, cruzan to- sustantivo. cambiantes, que en estricto

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sentido, serían más que iden- cuando hablamos de las sociopolítico y cultural de
tidades, “identificaciones”. Es “identidades defensivas indí- nuestras sociedades.
Un mapa de los silencios esta constante histórica de genas”, que cuando hablamos
las identidades la que posibi- de las “identidades defensi- Pese al mestizaje, en el que
lita entender por ejemplo, la vas del renovado nacismo algunos han querido ver una
reedición de las luchas europeo”, quizás es cierto especie de cuento de hadas
étnicas y religiosas o, la que que ambas “reaccionan” ante que hizo posible la fusión sin
permite aquilatar el tamaño ciertas amenazas, pero hay conflictos, las identidades
de la incertidumbre y del des- una enorme diferencia: mien- nacionales se tejieron a par-
amparo que provoca la crisis tras que a las primeras se les tir de las narrativas que pro-
de las identidades naciona- ha negado la aspiración si- venían, principalmente, de la
les, pensadas en el pasado quiera de ser reconocidas en consolidación hegemónica de
como esencias y atributos condiciones equitativas en el una manera de leer el mundo.
naturales; es esa dimensión espacio público, las segun- La identidad proyecto del Es-
histórica la que explica la ne- das, tienen posibilidades de tado nación, se consolidó
cesidad de muchas comuni- hacerse gobierno y proyecto mediante dos operaciones
dades de colocarse ante el colectivo. Es esta historia cul- fundamentales: la negación y
mundo a partir de un esque- tural que he tratado de esbo- el paternalismo.
ma de buenos y de malos. zar aquí, lo que explica las
dificultades que experimen- Para ilustrar esta idea, no re-
En su trilogía sobre la socie- tan numeras comunidades sisto la tentación de reprodu-
dad contemporánea, el espa- para transformar la “identi- cir lo que el primer Larousee
ñol Manuel Castells (1999), dad defensiva” en una “iden- (1876), favorito de chicos y
plantea que las identidades tidad proyecto”, las condicio- de grandes, colocaba en la
pueden agruparse bajo dos nes no son equivalentes y hay entrada “negro”:
lógicas: las identidades defen- un pasado con toda su carga
sivas y las identidades pro- de símbolos de exclusión, de “Si bien los negros se acercan
yecto. Las primeras, serían sanciones y condenas que no a ciertas especies animales
aquellas que ante los emba- pueden eludirse si se aspira por sus formas anatómicas y
tes del mundo moderno, de- a colocar el tema de las iden- sus instintos groseros, difie-
sarrollan esquemas de tidades culturales y su reco- ren de ellas y se acercan al
sobrevivencia cuya caracte- nocimiento, como la dinámi- blanco en otros sentidos, lo
rística es la “defensa” frente ca primera para una paz cual debemos tener muy en
al entorno, ahí ubica lo mis- multicultural, el mayor desa- cuenta. Están dotados de pa-
mo a los fundamentalistas del fío que enfrenta la sociedad labra, y mediante la palabra
islam, a los defensores de las global. podemos anudar con ellos
buenas costumbres y de la relaciones intelectuales y
moral victoriana, tanto como Volvamos a la identidad pro- morales, podemos intentar
a los indígenas zapatistas. En yecto. Gracias a los estudios elevarlos hasta nosotros...Su
su análisis, las identidades culturales, especialmente los inferioridad intelectual, lejos
proyecto serían aquellas que latinoamericanos (Martín de conferirnos el derecho de
pasan de la defensa a una ac- Barbero, García Canclini, Car- abusar de su debilidad, nos
titud pro-activa, es decir a la los Monsiváis, entre otros y impone el deber de ayudarlos
elaboración y defensa de un otras) que han desmontado y protegerlos”2
proyecto, ahí por ejemplo, el pacientemente el proceso
movimiento feminista, el que conformó la modernidad De la demonización primera,
ecologista, entre otros. El es- latinoamericana, se ha vuel- la cultura dominante pasó a
quema es impecable pero me to visible el impacto que el la mirada condescendiente,
parece un poco falto de mati- pensamiento eurocéntrico aquella que solo le es permi-
ces, en tanto no es lo mismo tuvo en el “diseño” y trazado tida al que se sabe portador

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de la comunicación
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de la verdad, infalible y pode- per con inercias y peligrosas mundo. En tanto la familia no
roso. Ayudar y proteger al amnesias que olvidan fácil- es una célula aislada, imper-
otro, al diferente, aún en con- mente cómo hemos llegado a meable al entorno, no es po-
tra de su voluntad, significó esta orilla de la historia. sible generalizar los esque-
en este contexto desvalorizar mas de socialización a los que
su cultura y obligarlo median- recurre, pero es posible afir-
te dispositivos diversos a UN PRESENTE mar que ella enfrenta y com-
aceptar la “normalidad” im- AMORDAZADO parte los temores propios de
puesta. La negación de la cul- la sociedad actual. La familia
tura otra y el paternalismo Quiero referirme entonces a provee a sus integrantes de
sobre ciertos grupos socia- cuatro espacios fundamenta- una serie de códigos que si-
les, aumentó el abismo de la les para pensar en sus guen, en lo general, apelan-
comunicación intercultural y arraigos empíricos, el proble- do al “temor al otro”, a lo di-
convirtió el aprendizaje de la ma de la representación de lo ferente, reduciendo con ello
lengua del otro o bien en acto otro y su relación indiso- la capacidad de apertura cul-
de dominación o en acto de ciable con los procesos de tural. Resulta entonces funda-
sumisión, “si aquel cuya len- interacción que hoy reclama mental hacer salir de su clan-
gua estoy estudiando no res- una sociedad crecientemente destinidad los procesos me-
peta la mía, hablar su lengua interconectada: la familia, la diante los cuales los “actores

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deja de ser un gesto de aper- escuela, la ciudad y los me- de la comunicación” son so-
tura y se convierte en un acto dios de comunicación, la te- cializados. Lo privado es po-
de vasallaje y sumisión” levisión especialmente, la lítico, dijeron las feministas
(Maalouf, 1999;58). gran proveedora de imágenes en 1960 y con esta frase apun-
y discursos para leer el mun- talaron lo que sería una de las
Visto desde los territorios de do. mayores críticas a la fragmen-
la exclusión el silencio fue tación y mutilación en las
una forma de defensa, una 1) El quiebre de la familia maneras de concebir el mun-
manera de sobrevivir al estig- como institución nuclear de do. Si en la familia, cualquie-
ma, una manera de preservar la sociedad, ha sido objeto de ra que sea su estilo o especi-
la diferencia. Por ello no son numerosos estudios, análisis, ficidad, se desarrollan las for-
equivalentes todas las identi- discursos políticos. Más allá mas básicas para dirimir los
dades defensivas, ni los pro- de la crisis real por la que conflictos, para enfrentar lo
yectos iguales. atraviesa y que no es mi in- diferente, para aceptar al
tención analizar aquí, es indu- otro, resulta fundamental no
Si como hoy reconocen los dable que la familia en las silenciar este “pequeño” es-
teóricos, los políticos, los proteicas formas que hoy ad- pacio en el intento por (re)
movimientos sociales, se quiere (monoparentales, con construir una cultura de paz.
abren tiempos inéditos para jefaturas femeninas, homo-
trazar nuevas coordenadas sexuales), sigue gozando de 2) La escuela, una de las ins-
para una democracia global enorme prestigio y credibili- tituciones más asediadas por
que realice el derecho de to- dad, en ella se sigue deposi- la crisis de sentido que nos
dos y de todas a la (auto)re- tando el trabajo de socializa- habita, es un espacio clave
presentación en condiciones ción y por ello mismo, a ella para la configuración de iden-
de igualdad en el espacio pú- se le culpa del “deterioro” y tidades respetuosas de la
blico, las preguntas a plan- de la degradación de los va- alteridad, pero no logra, en lo
tear pasan por una mirada lores “universales”. Es en la general, colocarse a la altura
sincrónica a los procesos en familia donde se tejen los re- de los tiempos. Los derechos
los que hoy nos reconocemos latos que habrán de conver- humanos, la comunicación
y reconocemos a los otros, tirse en “verdades” orienta- intercultural, los medios de 81
una mirada que requiere rom- doras para actuar sobre el comunicación, no forman

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parte sustantiva de su rrada y vivida de diferentes El miedo a la violencia, el
curricula. En su afán por el modos por hombres y muje- miedo a sus operadores, se
Un mapa de los silencios desarrollo de destrezas y ha- res que perciben el entorno alimenta de la construcción
bilidades, la escuela ha des- urbano como un territorio intersubjetiva de sus formas
cuidado, en lo general, la so- poblado por demonios que de presencia en el espacio
cialización del nuevo ciuda- amenazan diferentes órde- urbano, funda un sentimien-
dano y los saberes sensibles, nes de la vida social, desde to de solidaridad de grupo
que los habitantes de este la vulnerabilidad física has- donde “la víctima sustituye
mundo globalizado requieren ta los temores morales, pa- al ciudadano” (Mongin,
para coexistir en armonía. En sando por la desconfianza 1993). Cuando la victimi-
un interesante estudio reali- generalizada ante las institu- zación es el atributo que de-
zado por Tomás Calvo, sobre ciones. La ciudad asume el fine las formas de auto y
los libros de texto españoles, rostro de la inevitabilidad de heteroreconocimiento en la
con el elocuente título de la violencia. Ciudad y violen- ciudad, se genera efectiva-
“Los racistas son los otros” cia se han convertido en si- mente un sentido de “cuer-
(1989), se llega a la conclu- nónimos, en imaginario po” cuyos lazos precarios e
sión de que estos libros de indisociable, en palabras inestables configuran una co-
texto han puesto el problema intercambiables. munidad emocional que diri-
del racismo como “un mal de ge su energía contra lo que
los otros”, que se focaliza en La violencia se experimenta percibe como el enemigo ex-
Estados Unidos, en Sudáfrica, como dato fatal e ineludible, terno o el transgresor inter-
en Alemania. La incapacidad como tributo necesario y co- no. Anclados en esta idea de
para pensar y hacer visible tidiano a la aventura urbana, cuerpo colectivo, aparecen
las abiertas o sutiles formas adrenalina que suda por los en el espacio público un con-
de racismo que operan en cuerpos como evidencia de junto de prácticas y formas
nuestras sociedades, ha abo- una condición ciudadana que de respuesta que encuentran
nado el terreno para que se asume “irremediablemente” su justificación en las
siga justificando la existencia su contribución al ritual que dicotomías orden/ desorden,
de ciudadanos de primera y une y fragmenta, el miedo. amenaza/protección. Bajo el
ciudadanos de tercera. La ta- supuesto de una vaga
rea reflexiva de una escuela Un lamento generalizado que corresponsabilidad entre el
en todos sus niveles, que se deviene cofradía de miedos; Estado y la ciudadanía, se
proponga contribuir en la unidos en el temor a las vio- ampara el crecimiento de
construcción de esta atmós- lencias, se aporta desde la grupos de autodefensa civi-
fera pacífica y respetuosa, es experiencia propia, la del ve- les. Los llamados “vecinos vi-
la de proporcionar los insu- cino, la del relato televisivo, gilantes” o “vecinos alertas”,
mos para el análisis de la pro- la de la nota policíaca, para que operan en barrios y ur-
pia cultura, para leer los sig- dar forma a esa escultura viva banizaciones de manera le-
nos de la exclusión que hoy en la que cada quien cincela gal, en diferentes ciudades
construyen nuevos enemi- sus temores. El miedo a la vio- mexicanas, construyen redes
gos. Repartir las culpas a los lencia, la sentimiento de inde- de interacción vecinal cuyo
otros y eludir los temas más fensión, acuerpan, generan tejido carece de memoria y
sensibles en un momento en una comunidad de la que que- del soporte de instituciones
el que se aceleran las dan excluidos los que no tie- previas. En la ciudad, “veci-
inequidades estructurales, nen un relato que aportar, no”, no es ya la persona con
ayuda muy poco a la cultura una aventura terrible por na- la que se comparte una his-
de la paz. rrar, un miedo confesable y toria de solidaridades pre-
por lo tanto, honroso. “Tene- vias, sino la persona con la
3) El exilio en la propia ciu- mos miedo”, es el santo y que se comparte la zozobra,
dad es una experiencia na- seña de los “cofrades”. con la que se comparte un

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de la comunicación
código que se agota en seña- La visibilidad, se ha conver- sobrevivencia de cualquier
les de alerta y en rutinas tido no sólo en uno de los movimiento social pasa por
preestablecidas. Se trata de debates fundamentales para su capacidad de mantenerse
un ente anónimo que sólo los movimientos sociales en el debate, en ese espacio
adquiere corporalidad en la contemporáneos, sino ade- público que como ya sabe-
defensa del territorio común, más en un problema clave mos ha sustituido el encuen-
pero del que se depende en para el sostenimiento de tro cara a cara, la reunión en
la oscuridad. La plataforma identidades, proyectos y con- la plaza, por esa compleja red
de estas redes está fundada flictos en el ámbito de lo que de portavoces “autorizados”
en el miedo y en el peligroso ha dado en llamarse “opinión en que se han convertido los
supuesto de la capacidad pública”, a la que suele redu- nuevos medios de comunica-
para descifrar, en común, las cirse a la anónima y general- ción. Llevada al extremo, esta
señales de amenaza. Frente mente inasible percepción formulación señalaría que “lo
a la cohesión social que ha- ciudadana de los aconteci- que no existe en la tele, no
cen posible, resaltada por mientos locales, nacionales o sucede”. La memoria ciuda-
sus operadores y simpatizan- internacionales. La opinión dana o mejor, la memoria de
tes, hay que señalar que es- pública es ese fantasma que los espectadores, está direc-
tas estrategias de sobrevi- pretenden atrapar las encues- tamente articulada al repaso
vencia urbana frente a la per- tas, es ese o esa ciudadana que los historiadores del pre-

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cepción de la intensificación que habita en la imaginación sente realizan cotidianamen-
de la violencia, comportan de los políticos afanados en te desde sus trincheras
fuertes dosis de intolerancia, la captura de voluntades elec- mediáticas. El olvido y el si-
represión discrecional y divi- torales, es esa fuerza que se lencio tienen una relación di-
sión social3 . intuye importante para el im- rectamente proporcional con
pulso de ciertos temas en el la falta de reiteración de te-
4) Los medios de comunica- espacio público y sobre todo, mas, actores, territorios y
ción le disputan a las institu- es esa optimista valoración problemas en los medios.
ciones tradicionales la hege- de la memoria y de la capaci-
monía en la construcción de dad de hacer de las socieda- Bajo esta lógica la visibilidad
los sentidos sociales de la des. no es un asunto menor, es y
vida. La televisión principal- será una cuestión crucial,
mente ha pasado de ser un La visibilización de ciertos para el tema que nos ocupa.
“medio” para convertirse en temas, actores, territorios, Muchas críticas pueden
representante (de algo tan problemas, que puede ser planteársele a esta lógica que
difuso como la “opinión pú- entendida como la “presen- parece estar trastocando la
blica”), gestora, crítica y juez. cia” de estos elementos en los formas tradicionales de hacer
Indudablemente las formas medios de comunicación ma- política; sin embargo, en la
de comunicación que han siva, se constituye en la dis- misma medida en que resul-
hecho posible estos disposi- puta que quizás mejor carac- ta necesario hacer su crítica,
tivos tecnológico/culturales teriza el mundo contemporá- resulta fundamental no igno-
han contribuido a fortalecer neo y que, por ejemplo, en un rarla, en tanto distintas evi-
un ambiente de intercambios principio le valió al Ejército dencias señalan que a mayor
entre visiones diferentes. Lo Zapatista de Liberación Na- visibilización menor vulnera-
que aquí me interesa enfati- cional, un reconocimiento de bilidad o mejores posibilida-
zar es que la televisión ha críticos, detractores y simpa- des de impulsar en una cier-
operado un transformación tizantes a su capacidad para ta dirección un acontecimien-
radical en la noción de “visi- hacerse visibles en el debate to. De ahí que los diversos
bilidad” y ha dotado al silen- internacional desde un movi- poderes inviertan tanta ener-
cio y a la voz de elementos miento localizado (que no lo- gía en oscurecer o invisibi- 83
que debemos analizar. cal). Nos guste o no, hoy la lizar una problemática. La

82 83
80
cuestión es compleja ya que fraternos en un mundo que General de Huelga) de la
la rutina de los medios, en su ha olvidado los lazos familia- UNAM, su empecinada perse-
Un mapa de los silencios inclemente y estratégica bús- res; la situación de sobre-ex- cusión de la nota que los vol-
queda de la “nota caliente”, plotación de los jornaleros viera más famosos que ayer,
tienden a abandonar aquellos indígenas que nomádicamen- más noticiables que
acontecimientos que se ha- te se ven sometidos a nuevas “Eliancito”, más originales,
cen “viejos” y a reinventar el formas de esclavismo en pos más permanentes?, ¿por qué
mundo cada día en una per- de los tomates que los vuel- la sorpresa ante las estrate-
secución itinerante de lo más van momentáneamente “via- gias que de manera conscien-
novedoso, lo más original, la bles”, son acontecimientos te o no, muchos movimientos
nota única, lo más asombro- que envejecen de aburrimien- están utilizando para llamar
so, la exclusiva. to, de falta de originalidad, la atención sobre el drama
del ingrediente de asombro contemporáneo? Por qué la
Como muchos de los movi- demandando por esa opinión culpabilización, si a final de
mientos sociales están orga- pública, curtida a fuerza de cuentas, ningún movimiento
nizados en torno a problemas tantos muertos, tanta sangre, surge al margen de la socie-
tan poco novedosos como la tanto dolor. dad que lo produce.
pobreza, la exclusión, la des-
igualdad, la injusticia, deben, En la escenificación del dra- Si el costo de la visibilización
en lo general, aportar unos ma cotidiano, en la lucha por será el de la espectaculari-
cuantos muertos, una creati- la visibilidad, por los “quince zación creciente, es previsible
va forma de protesta o mani- minutos” de presencia en los que en los próximos años del
festación, una acusación de medios, se desdibuja el pro- siglo por estrenar, los movi-
proporciones apocalípticas yecto y muchos de los movi- mientos sociales incorporen
contra instituciones o perso- mientos sociales terminan en sus estrategias políticas, la
nas para que su historia ad- siendo rehenes de su propia búsqueda de la presencia en
quiera el estatuto de fotografía, de su propia exis- los medios y con ello, la apro-
“noticiable” y por lo tanto su tencia efímera, en una compe- piación de ciertas lógicas que
problema se vuelva visible tencia feroz por mantener la para los antiguos habitantes
para la “opinión pública”. Los atención de unos ojos anóni- del siglo XX, tal vez sigan re-
movimientos se ven así obli- mos que apenas se intuyen. sultando extrañas.
gados a incorporar la lógica La pregunta, en todo caso,
o estrategia de la dramatiza- gira en torno a lo que está Si para los hombres y muje-
ción del conflicto para unos produciendo la llamada so- res que vivieron en la Europa
espectadores exigentes que ciedad de la información y de de los siglos XV y XVI, el latín
demandan originalidad y qué manera los medios, la te- se convirtió en un instrumen-
emoción en el contexto de levisión contribuyen a gene- to indispensable de sobrevi-
una escena pública turbulen- rar un clima en el que la paz vencia y, como nos hacen sa-
ta. sea también noticiable. ber algunos historiadores
“...hasta cocheros, barqueros
La foto de la policía embis- Si la tendencia se mantiene y y personas de vil condi-
tiendo a macanazos sobre hay razones de peso para ción...se hacen entender por
ciudadanos inermes sorpren- pensar que así será, desde esa lengua”, el lenguaje de los
de ya poco; el plantón de una visión pesimista del futu- medios, que parece ser el úni-
unos maestros en busca de ro, asistiremos cada vez más co que hoy garantiza cierta
hacer visible su protesta por a la búsqueda de la especta- visibilidad y por ello, menos
mejores salarios, no resulta cularización del drama políti- vulnerabilidad, se constituye
tan conmovedora como las co. Por ejemplo, ¿con qué hoy en una herramienta nece-
abuelas de “Eliancito” que autoridad moral recriminar a saria para la sobrevivencia.
apelan a los sentimientos los paristas del CGH (Comité

diálogos
de la comunicación
He tratado de colocar algunas tra los mecanismos para rea- cimiento (y modernización) de la de-
ideas en torno a cuatro espa- lizar la vocación multicultural lincuencia organizada y una cada vez
cios estratégicos para pensar, truncada por el poder, por los más cuestionable capacidad de res-
desde los territorios de la miedos, la sospecha, la cos- puesta del gobierno y de sus fuerzas
comunicación Intercultural, tumbre de afirmar lo propio públicas, las agencias privadas de
una agenda que ayude a con- mediante la negación de lo seguridad aumentaron en casi dos
trarrestar la parálisis frente a otro. Resulta urgente decre- mil personas su número de efectivos
las violencias, la intolerancia, tar una amnistía que haga altamente entrenados; a la misma ve-
el endurecimiento de los dis- posible revisar los trayectos locidad, crecen los contratos priva-
cursos autoritarios, la cre- de lo que ha sido callado. En dos para potenciales víctimas de se-
ciente atmósfera de limpieza el debate por venir, va en jue- cuestro. Aunado a la existencia de
social y los brotes alarmantes go la posibilidad de traer un estos grupos y de manera comple-
de justicia por la propia futuro en el que nadie pueda, mentaria, florece la industria priva-
mano. en función de ninguna creen- da de seguridad, a través de la oferta
cia, ideología, interés, amor- de “paquetes” completos que inclu-
Estoy convencida de que esta dazar al otro. yen no solamente al “vigilante”, sino
es una tarea que exige además sofisticados equipos y dispo-
historizar nuestra mirada Creo que el asunto es muy sitivos tecnológicos para la autopro-
para entender el presente e sencillo al mismo tiempo que tección. La desigualdad también se

R. Reguillo
imaginar el futuro, en el afán bastante complejo, escuchar expresa en el territorio de las violen-
de transformar la memoria los silencios, los susurros, el cias, hoy sólo quien puede pagar tie-
del pasado en un potente faro malestar expandido, puede ne derecho a una (precaria) tranqui-
que nos permita descubrir la contribuir al desafío que im- lidad.
presencia del dominador, del plica volver inútil la opción
inquisidor, en nuestro cuer- por la violencia.
po, en nuestra casa, en nues-
tras ciudades, en nuestros
medios, en nuestros corazo-
nes, en nuestra palabra. La
paz no puede ser la ausencia
de sonidos sino la suma BAUMAN, ZYGMUT (1999):
BIBLIOGRAFÍA

articulada, armónica y equi- 1. Para profundizar estos as- La globalización. Consecuen-


NOTAS

tativa, de las voces de todos, pectos, ver L. Boia (1997), cias humanas. FCE, Buenos
ello exige salir a la intempe- Borja Gómez (1998); Aires.
rie, como quería De Certeau, Delumeau (1989).
a “despertar las historias que BOIA, Lucian (1997): Entre el
duermen en las calles”. 2. Citado en Lucian Boia, Entre el án- ángel y la bestia. Editorial
gel y la bestia. Editorial Andrés Bello, Andrés Bello, Barcelona,
Si como creo, toda crisis es Barcelona, 1997. 1997.
simultáneamente oportuni-
dad, el momento presente 3. Otro analizador potente de las for- BORJA GÓMEZ, Jaime Humberto
debería ser visto como posi- mas del miedo en la ciudad en sus (1998): Rostros y rastros del demonio
bilidad de encuentro, a con- vínculos con el tejido social y con el en la Nueva Granada. Indios, negros,
dición de hacer de la comu- clima creciente de autoritarismo, es judios, mujeres y otras huestes de Sa-
nicación, vehículo primero de el del aumento de los grupos tanás. Ariel Historia, Santa Fé de Bo-
la socialidad, un puente entre policiacos privados. En el lapso de gotá.
mundos diversos. dos años, en Guadalajara, por ejem-
plo, ciudad en la que la presencia del BOURDIEU, Pierre (1997): Razones
Una cultura de la paz será narcotráfico a partir de la década de prácticas. Sobre la teoría de la acción. 85
posible si la sociedad encuen- los ochenta ha significado un fortale- Anagrama, Barcelona.

84 85
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diálogos
de la comunicación

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